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SOBRE LEY DE SEGURIDAD INTERIOR (LSI):

Comparto algunas ideas que se ventilan en el mundo de intelectuales, académicos y organizaciones sociales 23.
En relación a tareas que actualmente reconoce nuestra Constitución y diversos convenios, tratados internacionales, respecto
a las labores de investigación, recopilación de información relativa a la seguridad pública, así como en la persecución del
delito, tareas, encomendadas al ámbito civil, la LSI, dice en

“Artículo 30.- Las Fuerzas Federales y las Fuerzas Armadas desarrollarán actividades de inteligencia en
materia de Seguridad Interior en los ámbitos de sus respectivas competencias. Al realizar tareas de
inteligencia, las autoridades facultadas por esta Ley podrán hacer uso de cualquier método lícito de
recolección de información. Toda obtención de información de inteligencia se realizará con pleno respeto
a los derechos humanos reconocidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.” A partir
de la definición laxa de amenaza a la seguridad interior que la misma ley propone:

La Seguridad Interior es la condición que proporciona el Estado mexicano que permite salvaguardar la
permanencia y continuidad de sus órdenes de gobierno e instituciones, así como el desarrollo nacional
mediante el mantenimiento del orden constitucional (Artículo 2),

que voy a encabezar en mi Gobierno es, precisamente, la lucha por recuperar la seguridad pública y la legalidad; las instituciones responsables
de la seguridad pública requieren transformaciones profundas para incrementar sustancialmente su eficacia…. Sé, que restablecer la seguridad
no será fácil ni rápido, que tomará tiempo, que costará mucho dinero, e incluso y por desgracia, vidas humanas.” (Calderón, 2006) Ese mismo
mes se da inició a lo que después sería una serie de operativos conjuntos con la Operación Conjunta Michoacán. Teniendo presente la declaración
de Felipe Calderón que no ignoraba el desastre humanitario que esta guerra implicaría al país es que se hace urgente dar cuenta de los 999diversos
impactos que generó, de manera especial en las poblaciones que se vieron directamente afectadas por dicha intervención y que hoy vemos en
su mayoría coinciden con las regiones del país que concentran importantes reservas de recursos naturales y energéticos.

23 Ideas tomadas del Amicus Curiae Que presentan ciudadanas y ciudadanos de la ciudad de Chihuahua ante
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en relación con las acciones de inconstitucionalidad promovidas
contra la Ley de Seguridad Interior.

la LSI permite es que las Fuerzas Armadas puedan realizar actividades de investigación, de obtención y recolección de
información en prácticamente cualquier asunto, incluidos los que son materia de seguridad pública. Esto es así porque las
labores de inteligencia implican realizar actos de investigación. Para ilustrar mejor este punto, a continuación, se transcribe
lo que la Ley de Seguridad Nacional define al respecto:

“Artículo 29.- Se entiende por inteligencia el conocimiento obtenido a partir de la recolección, procesamiento,
diseminación y explotación de información, para la toma de decisiones en materia de Seguridad Nacional.”

Que las fuerzas armadas puedan obtener información, procesarla y utilizarla para casos no restringidos a la disciplina militar
destroza el eje fundamental establecido en la Constitución por el cual las labores de investigación en materia penal, y con
mayor razón las que tengan un carácter no penal sean realizados por autoridades civiles. Dicen al respecto los párrafos
noveno y décimo del artículo 21 constitucional:

“La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios,
que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva…” “Las
instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y
las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los
objetivos de la seguridad pública…”
Concentración de facultades. - En sus artículos 11, 12, 15, 16 la Ley de Seguridad Interior realiza una centralización de
poderes y funciones en el Titular del Ejecutivo Federal, la cual vulnera tanto el sentido normativo del artículo 49
constitucional como su lectura en clave democrática. El artículo 49 literal dice:

“El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán
reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un
individuo…”

Esta aglomeración permitirá que el presidente de la República podrá: determinar y ordenar la realización e implementación
de Acciones de Seguridad Interior.
emitir la Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior en donde el propio Ejecutivo determinará discrecionalmente –
ya que el proyecto de Ley no precisa en qué consisten- las acciones de seguridad interior que podrán realizar las autoridades
federales, incluyendo a las fuerzas armadas.
determinar la prórroga de la Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior, lo que implica la ausencia de una
temporalidad efectiva a la intervención de la Federación –incluyendo las fuerzas armadas- en una entidad federativa o una
región del país. Esto puede llevar al extremo de que la presencia de las fuerzas armadas o las fuerzas federales en un estado
o región puede prolongarse por el tiempo que discrecionalmente determine el Titular del Ejecutivo Federal. (Art. 15)
Bajo el supuesto laxo, impreciso y excesivamente abierto de “amenazas que representen un grave peligro al
funcionamiento de las instituciones fundamentales de gobierno”, el presidente de la República podrá ordenar acciones
inmediatas a las fuerzas federales y las fuerzas armadas. (Art. 16)
Esto nos lleva al punto central de este concepto de invalidez: Si la Constitución en el artículo 49 establece como estructura
fundamental de organización del poder público su división funcional ¿Deben esos poderes estar equilibrados? Si la
respuesta llegara a ser afirmativa, ¿Cuáles son las condiciones normativas que deben cumplirse para afirmar válidamente
que se ha roto ese equilibrio de poderes? Responder a estas cuestiones pasa, en primer término, por asignarle un contenido
normativo a lo que mandata dicho precepto. El mismo dice a la letra:

“Artículo 49. El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el
Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a
lo dispuesto en el artículo 29. En ningún otro caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 131,
se otorgarán facultades extraordinarias para legislar.”

La división funcional del poder público o división de poderes públicos en Legislativo, Ejecutivo y Judicial tiene dos
finalidades primordiales: a) Evitar que la concentración de funciones en una sola persona produzca el abuso o desvío
de las mismas; y b) Proteger los derechos de las personas de una autoridad despótica o arbitraria que, al concentrar
en un solo individuo las funciones primordiales del Estado, no encuentre ningún valladar para violentar las libertades
públicas de los gobernados.

Lo anterior significa que la División de Poderes constituye un instrumento que limita y controla al propio poder público,
con la legítima finalidad de proteger los derechos de los gobernados de un poder arbitrario.
elaboración paulatina de un sistema jurídico concatenado y planeado para trastocar las bases del Estado Constitucional
Democrático de Derecho y otorgarle al presidente de la República y a las fuerzas armadas facultades
metaconstitucionales en violación a la norma suprema y a los derechos fundamentales de las personas.

el enemigo es interno: terrorismo, guerra contra las drogas, crimen organizado; y, 3) Se exige la garantía de la represión
policíaca y militar en contra de sectores de la población en nuestro país.
La competencia de la fracción VI del artículo 89 de la Constitución ha sido mal interpretada y aplicada por el titular del
ejecutivo, pues se ha usado para militarizar el país y emprender una guerra de facto y ahora de jure en contra del crimen
organizado, a fin de seguir al pie de la letra la autoritaria y fascista doctrina del Derecho Penal del Enemigo.

La militarización implica sustituir los mecanismos de mediación política y de racionalidad jurídica del Estado de Derecho
por estrategias coercitivas que hacen descansar en las fuerzas de seguridad, fundamentalmente militares, la reproducción
del orden social dominante. RODRÍGUEZ REJAS, María José, La norteamericanización de la seguridad en América
Latina, México, Akal, 2017, pp. 18-20.

La militarización que vivimos no permite la participación ciudadana efectiva en las políticas y en el diseño de la seguridad
nacional y pública, pues no existe a la fecha un solo mecanismo de democracia participativa ciudadana, de
transparencia o de rendición de cuentas en las instituciones de las fuerzas armadas, en el ejecutivo o en los esquemas
gubernamentales hoy vigentes, en donde los ciudadanos de verdad se involucren en las funciones de seguridad pública,
interna y nacional.
Artículo 6. Las autoridades federales incluyendo a las Fuerzas Armadas, en el ámbito de sus respectivas
competencias, implementarán sin necesidad de Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior, políticas,
programas y acciones para identificar, prevenir y atender oportunamente, según su naturaleza, los riesgos
contemplados en la Agenda Nacional de Riesgos a la que se refiere el artículo 7 de la Ley de Seguridad
Nacional.

DE LOS SUPUESTOS Y PROCEDIMIENTO PARA EMITIR LA DECLARATORIA DE


PROTECCIÓN A LA SEGURIDAD INTERIOR
Artículo 11. Corresponde a las autoridades federales, incluyendo las Fuerzas Armadas, por sí o en
coordinación con los demás órdenes de gobierno, identificar, prevenir, atender, reducir y contener
las Amenazas a la Seguridad Interior.
El Presidente de la República podrá ordenar por sí o a petición de las Legislaturas de las entidades
federativas, o de su Ejecutivo en caso de receso de aquellas, la intervención de la Federación para la
realización e implementación de Acciones de Seguridad Interior en el territorio de una entidad federativa o
zona geográfica del país, previa emisión de una Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior, cuando se
actualice alguna de las Amenazas a la Seguridad Interior.
Artículo 26. Las autoridades federales, incluidas las Fuerzas Armadas, en el ámbito de sus
competencias de acuerdo con la Constitución y las leyes aplicables, llevarán a cabo las Acciones
de Seguridad Interior que sean necesarias, pertinentes y eficaces para identificar, prevenir y
atender riesgos en aquellas zonas o áreas geográficas del país, vías generales de comunicación e
instalaciones estratégicas que lo requieran, así como para garantizar el cumplimiento del Programa
de Seguridad Nacional y la Agenda Nacional de Riesgos.
Las acciones que se realicen para identificar, prevenir y atender riesgos a la Seguridad Interior son de
carácter permanente y no requieren de la emisión de una Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior,
pudiendo suscribirse los convenios que en su caso requieran.

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