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Tema 2. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN 1788 – 1833.

A.- EL REINADO DE CARLOS IV. 1788 - 1808. IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN


ESPAÑA: ABANDONO DE LA POLÍTICA REFORMISTA. INTENTOS DE TRANSFORMACIÓN EN
EXTREMADURA.

B.- LA GUERRA DE INDEPENDENCIA: CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS. 1808 - 1814.

C.- LAS CORTES DE CÁDIZ: CONSTITUCIÓN, COMPOSICIÓN Y OBRA LEGISLATIVA. LA


CONSTITUCIÓN DE 1812: PRINCIPIOS Y VALORES QUE REFLEJA Y SUS PRINCIPALES
CARACTERÍSTICAS. EXTREMADURA EN LAS CORTES DE CÁDIZ.

D.- EL REINADO DE FERNANDO VII 1814 -1833: LIBERALES Y ABSOLUTISTAS.

d1.- LA RESTAURACIÓN DEL ABSOLUTISMO. 1814 - 1820


d2.- EL TRIENIO LIBERAL. 1820 - 1823.
d3.- LA " DÉCADA OMINOSA ". 1823 - 1833. EL PROBLEMA SUCESORIO.
d4.- EL PROCESO DE EMANCIPACIÓN DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS EN AMÉRICA.
d5.- EXTREMADURA BAJO EL REINADO DE FERNANDO VII

A. - EL REINADO DE CARLOS IV. 1788 - 1808. IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN


ESPAÑA: ABANDONO DE LA POLÍTICA REFORMISTA. INTENTOS DE TRANSFORMACIÓN EN
EXTREMADURA.

CARLOS IV sucede a su padre CARLOS III en 1788. Al poco tiempo de comenzar su reinado en
1789, se inició la REVOLUCIÓN FRANCESA que condicionó la política exterior de España así
como las decisiones internas de los gobiernos.

Su primer gobierno, dirigido por FLORIDABLANCA, intentó continuar la política ilustrada de


Carlos III de reforma desde arriba, pero con la Revolución en Francia se asustaron ante la
posibilidad de que se extendiera el movimiento. Por eso las medidas fueron encaminadas a
cerrar las fronteras y evitar el paso de las ideas revolucionarias que se consideraban una
amenaza para los principios absolutistas y católicos de su monarquía como la libertad de
prensa y la soberanía nacional, era el “pánico de Floridablanca”, (con medidas como
prohibición de salir a los estudiantes de España o prohibición de la enseñanza del francés, todo
para aislar a España del contagio revolucionario). La Inquisición recibió el encargo de
amenazar a los ilustrados sospechosos y cerrar el país a la propaganda política. Pronto los
ministros ilustrados como Floridablanca y Jovellanos fueron apartados del gobierno.

En el año 1789 las Cortes derogaron la Ley Sálica aunque no se llegó a publicar oficialmente
esta decisión. Tuvo consecuencias importantes para el futuro.

Durante el reinado de CARLOS IV se distinguen dos fases en política exterior:

1. Marcada por el enfrentamiento con Francia hasta 1795 en la que el radicalismo de los
revolucionarios franceses, con la proclamación de la República en 1792 y posterior
ejecución de LUIS XVI en 1793, a pesar de los intentos españoles por evitarlo, provocó
el abandono de la política de amistad y no intervención de España con respecto a
Francia.

Desde noviembre de 1792 España, con GODOY al frente del gobierno, formó parte de una
alianza antifrancesa, (junto a Reino Unido, Austria, Prusia, Rusia). Francia declaró la guerra a
España y sus tropas invadieron la zona norte del territorio español, (Figueras, Irún, S.Sebastián,
Vitoria y Miranda de Ebro). Las negociaciones de paz llevaron a la firma de la PAZ DE BASILEA,
1795, en la que Francia devolvía todas las conquistas en territorio español, aunque recibía en
compensación parte de la isla de Santo Domingo.

2. Retorno a la alianza con Francia: originado por el interés en la defensa de los intereses
económicos y comerciales en las colonias americanas ante la amenaza británica. Se
inicia con la firma en 1796 del TRATADO DE S. ILDEFONSO dirigido contra Gran
Bretaña.

España y Francia iniciaron una prolongada guerra contra Gran Bretaña y también contra
Portugal, aliada de los ingleses. Desde 1796 hasta 1808 España se convierte, en la práctica, en
un vasallo de Francia a la que presta ayuda con hombres, barcos y dinero en sus guerras contra
Inglaterra. El resultado fue muy negativo:

- Derrota naval en 1797 en el cabo de S. Vicente con una nueva ocupación de la isla de
Menorca por parte de los ingleses, (hasta 1802), y la desprotección en adelante del comercio
ultramarino.

- Desde la llegada al poder de Napoleón en Francia, España fue una mera comparsa de la
política expansionista francesa. En 1801 Portugal se negaba a cumplir el bloqueo a los
productos ingleses impuesto por NAPOLEÓN. Tras un nuevo pacto con Francia, CARLOS IV
encargó a GODOY el ataque a Portugal desde la zona extremeña con un ejército de unos 30.
000 hombres. La guerra duró dos semanas y se la conoce como la “Guerra de las naranjas”.
Con cierta facilidad, Godoy arrinconó a los portugueses hasta la rendición portuguesa y firma
del Tratado de Badajoz por el cual Portugal aceptaba el bloqueo contra Gran Bretaña y España
devolvía todos los territorios conquistados excepto la ciudad de Olivenza y sus alrededores
que desde entonces pasaron a depender de la soberanía española en EXTREMADURA.

- Siguiendo las medidas de NAPOLEÓN de bloqueo contra Inglaterra se produce en 1805 la


derrota en TRAFALGAR, ante la escuadra del almirante NELSON, con destrucción de la armada
española e importantes consecuencias para la situación de las colonias españolas en América
con reducción del comercio.

- Estas concesiones culminan en 1807 cuando España y la Francia napoleónica renovaron su


alianza con el TRATADO DE FONTAINEBLEAU. Con él España apoya el bloqueo continental a
los británicos y permite el teórico paso de tropas francesas para ocupar Portugal y realizar un
eventual reparto de la Corona de Portugal entre España y Francia. Con ese pretexto se autoriza
la entrada de 60.000 soldados franceses en España que ocupan posiciones estratégicas del
país. Para la invasión de Portugal el camino más directo era la frontera salmantina y cacereña.
Además NAPOLEÓN exigió la apertura del comercio americano a los buques franceses y el
establecimiento de la frontera entre España y Francia en el Ebro.

Desde este momento se suceden tres acontecimientos que ponen fin al reinado de CARLOS IV
y originan la guerra en la península:

1.- MOTÍN DE ARANJUEZ: GODOY, que se siente engañado, prepara la marcha de los reyes
hacia Andalucía para evitar que caigan en manos francesas. En esta situación se produce el
"Motín de Aranjuez ", el día 19 de marzo de 1808, que obliga a CARLOS IV a abdicar en su hijo
FERNANDO VII al mismo tiempo que GODOY es arrestado. Era la primera vez que un motín
conseguía la sustitución de un monarca. Con ello se abre la etapa final en el proceso de
deterioro y creciente ineficacia de las estructuras del Antiguo Régimen que condujo a su
liquidación.

2.- ABDICACIONES DE BAYONA: tras los acontecimientos de Aranjuez, Napoleón se negó a


reconocer a Fernando VII y envió una escolta armada para proteger a Carlos IV que se
arrepentía de su abdicación. Padre e hijo buscaron en NAPOLEÓN el árbitro que solucionara la
cuestión y les atrajo a ambos hacia la localidad francesa de Bayona. Allí consiguió la renuncia
de los dos reyes a su favor, y él, a su vez, nombró para la misma a su hermano JOSÉ
BONAPARTE, que fue aceptado por las más altas autoridades del Estado en un principio y por
importantes personalidades "afrancesadas". Napoleón decía que “Los Borbones no reinarán
más en España”. Fernando VII prestó juramento a JOSÉ I y dio a Napoleón “la enhorabuena de
la satisfacción de ver instalado a su querido hermano en el trono de España [...] no podemos
ver en la cabeza de ella un monarca más digno ni más propio”. (Valençay. 22-VI-1808). Al
mismo tiempo las tropas francesas, al mando del general MURAT se hacían con el control de
Madrid. Los herederos de la Revolución Francesa alcanzaban la corona española y se disponían
a enterrar el Antiguo Régimen con la ayuda de un grupo de ilustrados españoles.

3.- ACONTECIMIENTOS DOS DE MAYO. La mayoría del pueblo español adoptó una postura
distinta: la presencia de tropas francesas, el traslado de los miembros de la familia real a
Francia y las noticias que llegaban de Bayona sobre los reyes acabaron por amotinar al pueblo
madrileño - era el 2 de mayo de 1808 - y produjo la creación de nuevas instituciones: Juntas
Locales, Provinciales, (a principios de junio surgió la Junta Suprema de Extremadura) y la
JUNTA SUPREMA CENTRAL, frente a la Junta de Gobierno y al Consejo de Castilla, dirigidos por
el mariscal francés MURAT. Los levantamientos antifranceses se extendieron por toda España.
Era el inicio de la guerra peninsular de independencia.

B. - LA GUERRA DE INDEPENDENCIA: CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS. 1808 - 1814.

El enfrentamiento peninsular se sitúa dentro de la situación general de Europa en donde el


ejército napoleónico tiene que atender a numerosos puntos de conflicto. La contienda
dependerá en gran medida de los avatares de las tropas napoleónicas en otros frentes. La
guerra en la península impide el bloqueo continental y sirvió de ejemplo a otros pueblos
europeos en la lucha contra Napoleón, así en Prusia y en Rusia. Fue una guerra nacional y
popular, pero no revolucionaria. El ideario que hizo posible el levantamiento partía de la
defensa de la religión y la monarquía, de una visión tradicional de la sociedad no compartida
por la minoría liberal. La Iglesia se convirtió en el motor del levantamiento con su influencia
doctrinal aunque no pudo evitar que una minoría progresista concentrada en Cádiz por causa
de la guerra estableciese los fundamentos de la futura revolución liberal.

Durante toda esta etapa de guerra hay, en la práctica, dos gobiernos en España:

1.- El de JOSÉ BONAPARTE, con el apoyo de españoles "afrancesados" que colaboraron con
él, institucionalizado en el marco del "Estatuto de Bayona", una especie de Constitución que
ofrecía un renovado aire liberal que hubiera supuesto el fin del Antiguo Régimen con
reconocimiento de ciertos derechos individuales y supresión de gremios, mayorazgos y el uso
de las torturas. Debido a la guerra este texto no se puso en práctica. JOSÉ I intentó una política
de conciliación y diálogo pero en realidad su poder dependía de su hermano. Tuvo que
gobernar en un país ocupado y en guerra, y sin contar con el respaldo mayoritario de la
población (el pueblo le llamó “El intruso”), aunque decretó algunas medidas como la supresión
de la Inquisición y otras de talante ilustrado. La minoría afrancesada pagó caro su
colaboracionismo, siendo víctima de venganzas durante la guerra y del exilio tras su final.
2.- Ante el vacío de poder tras los estallidos de levantamientos y de las abdicaciones de
Bayona, surgieron Juntas locales y provinciales que se integraron después en la JUNTA
SUPREMA CENTRAL.

En enero de 1810 transfirió su autoridad a una REGENCIA que convocaron, más tarde, las
CORTES DE CÁDIZ que asumieron la soberanía nacional y que no aceptaron la renuncia hecha
por Fernando VII.

El levantamiento generalizado se convirtió en una prolongada y cruenta guerra de resistencia


contra los franceses. En el desarrollo de la guerra, (situada en un contexto internacional y
denominado The Peninsular War por la historiografía inglesa), que se inicia con los
acontecimientos del 2 de mayo de 1808 y la represión posterior aparecen diversas fases en las
que se desarrolló también un conflicto civil entre españoles (patriotas contra afrancesados):

PRIMERA FASE. Hasta noviembre de 1808, las tropas francesas, dirigidas por Murat fueron
incapaces de ocupar el país con rapidez. Durante el verano de 1808 el ejército español logró
detener el avance francés en Valencia, Zaragoza y Gerona. La defensa española fue asumida
espontáneamente por las Juntas ciudadanas elegidas popularmente; estas Juntas locales
enviaban representantes a otras Juntas Provinciales. Más tarde, después de la victoria de
Bailén, Jaén, se creó la Junta Suprema Central que coordinó la resistencia y solicitó ayuda a
Inglaterra.

El 19 de julio de 1808 el ejército francés, dirigido por DUPONT, es derrotado en Bailén por el
ejército español, dirigido por el general CASTAÑOS: era la primera derrota en campo abierto
de los franceses. JOSÉ I se ve obligado a abandonar Madrid. En octubre escribe a su hermano
Napoleón lo siguiente: “Para conquistar España harían falta 300.000 franceses y 100.000
cadalsos para poder mantener al príncipe condenado a reinar en ella. No, sire, no conocéis a
este pueblo; cada casa será, una fortaleza y cada hombre luchará hasta la muerte. Todo el que
diga otra cosa o miente o está ciego”.

SEGUNDA FASE. Hasta enero de 1812: ante la situación planteada, NAPOLEÓN interviene
personalmente con un ejército de 250.000 soldados veteranos y consigue dominar la situación
provocando continuas derrotas españolas. Napoleón califica a los que luchan contra él como
“Chusma de campesinos y aficionados” y “Gentuza conducida por fanáticos curas”.

Los franceses no lograron controlar el territorio porque fueron hostigados continuamente por
los guerrilleros españoles dada la inferioridad militar ante el ejército invasor, donde destacan
JUAN MARTÍN DÍAZ “EL EMPECINADO”, CURA MERINO o ESPOZ Y MINA, que hará del
territorio español un infierno para las tropas francesas, con progresivas bajas y pérdida de
moral entre sus soldados. La respuesta francesa fue una dura represión indiscriminada.
Atacaban por sorpresa en acciones rápidas, valiéndose del conocimiento del terreno y de la
complicidad de la población civil. Los franceses dominaban las ciudades pero el campo fue
patrimonio de las partidas guerrilleras.

Es una fase de desgaste y de resistencia de ciudades como Zaragoza 1809, Gerona 1808,
Tarragona 1811y Valencia 1812. En 1812 se decreta la anexión de Cataluña al Imperio francés y
se producen intentos de abdicación por parte de José I. Un francés escribe “La marcha de
nuestro ejército asemeja al de un buque que va abriendo hueco en el mar y lo ve cerrarse
tras de sí apenas ha pasado”.
TERCERA FASE. Hasta 1814: en la primavera de 1812, la guerra dio un giro definitivo. La
campaña de Napoleón en Rusia requiere un mayor número de tropas que debían salir de la
península. El ejército hispano-luso-inglés realizó una ofensiva, (Arapiles - 20-VII-1812-, Vitoria -
21-VI-1813- , S. Marcial - 31-VIII-1813- ), que obliga a los franceses a abandonar España;
incluso el ejército vencedor dirigido por el británico Arthur Wellesley, LORD WELLINGTON,
entró en Francia en persecución del ejército francés. En 1812 Wellington recuperó Badajoz y
puso fin a la ocupación francesa de Extremadura.

El 13 de diciembre de 1813, NAPOLEÓN por el TRATADO DE VALENÇAY reconoce por rey de


España a FERNANDO VII. En marzo de 1814 Fernando VII pudo regresar a España aunque el fin
de hostilidades no se firmó hasta abril.

En EXTREMADURA, como en las demás regiones españolas, aparecieron Juntas, siendo las
primeras las de Badajoz, Cáceres y Plasencia integradas en la Junta de Extremadura,
responsable de crear y mantener en la región un ejército permanente. La importancia
otorgada a Portugal convirtió a Extremadura en objetivo principal de la guerra. Los objetivos
prioritarios fueron asegurar el control de los principales puentes que daban acceso a la región,
así en 1809 se produce la voladura de un puente en Almaraz por los españoles para evitar que
lo crucen los franceses y mantener las ciudades más importantes libres de la ocupación
francesa. También fue importante la actividad de partidas guerrilleras. En el territorio
extremeño lucharon el ejército francés contra el inglés y el español. Entre 1808 y 1811
dominaron los franceses. La línea defensiva de españoles e ingleses en el Tajo encabezada por
el general CUESTA fue retrocediendo hacia el sur por el empuje de las tropas francesas
dirigidas por el mariscal SOULT. El primer gran enfrentamiento se produce en marzo de 1809
en Medellín con un fracaso para las armas españolas. En 1811 se produce en La Albuera una
batalla extraordinariamente sangrienta para franceses e ingleses que termina con la retirada
del ejército francés.

A lo largo de 1812 cambió el signo de la contienda por la invasión de Rusia y en el verano de


1813, tanto Extremadura como el resto de España se vieron libres de la invasión francesa.

La Guerra de Independencia tuvo para España consecuencias muy diversas:

ECONÓMICAS:

-Destrucción de los nacientes núcleos industriales, principalmente los textiles.

-Ruina de la Hacienda y el Comercio.

-Las comunicaciones sufrirían graves daños y los puentes sobre los principales ríos fueron los
más afectados. (En EXTREMADURA el puente de Almaraz vio uno de sus arcos destruidos en
1809 y tuvo que esperar a 1845 para ser reconstruido; el puente romano de Alcántara,
gravemente dañado en 1809, no fue definitivamente reconstruido hasta 1862).

SOCIALES:

-Creciente intervención de las masas de población en insurrecciones políticas.

-División entre los que aceptan y los que rechazan la presencia francesa.

-Ruptura de la estructura social del Antiguo Régimen.

-Pérdidas humana, en torno a 300.000.


POLÍTICAS:

-Hundimiento del sistema político del Antiguo Régimen.

-Desarrollo de una política de reforma liberal que se manifiesta en la Constitución de 1812 y


en la actividad de las Cortes de Cádiz. Supone la línea programática de lo que sería el
liberalismo español hasta la revolución de 1868.

-Crisis del dominio colonial americano por parte española, con evolución paralela de
movimientos de independencia.

C.- LAS CORTES DE CÁDIZ: CONSTITUCIÓN, COMPOSICIÓN Y OBRA LEGISLATIVA. LA


CONSTITUCIÓN DE 1812: PRINCIPIOS Y VALORES QUE REFLEJA Y SUS PRINCIPALES
CARACTERÍSTICAS. EXTREMADURA EN LAS CORTES DE CÁDIZ.

Mientras se libraba la batalla por la independencia, los patriotas se reunieron en el único lugar
de España que escapaba al control francés: Cádiz dando lugar a un proceso revolucionario de
ruptura del sistema de Antiguo Régimen en España. La iniciativa de reunir las CORTES DE
CÁDIZ fue de la Junta Suprema Central y fueron convocadas por el Consejo de Regencia,
heredera en enero de 1810 de la Junta Suprema Central.

Entre los diputados de las Cortes de Cádiz hubo tres tendencias muy diferenciadas:

1.-ABSOLUTISTAS: partidarios de la monarquía absoluta de Antiguo Régimen.

2.-LIBERALES: defienden la libertad, la igualdad y el derecho a la propiedad. Son partidarios de


la soberanía nacional y una monarquía constitucional con separación de poderes. Destaca
entre ellos el extremeño MUÑOZ TORRERO.

3.-JOVELLANISTAS: era una vía intermedia entre los anteriores queriendo una soberanía
compartida entre Rey y Cortes. Destaca JOVELLANOS.

Se produce un enfrentamiento entre liberales y absolutistas. Los primeros quieren eliminar la


sociedad estamental con reformas revolucionarias (“La monarquía es el nervio de la reforma
pero el poder absoluto requiere una sabiduría absoluta, imposible de alcanzar”) y los segundos
defendían el viejo absolutismo monárquico. A pesar del carácter de estamentales fueron
Cortes unicamerales al no convocar al estamento nobiliario ni al eclesiástico.

En la COMPOSICIÓN de las Cortes de Cádiz predominaban personalidades de las clases medias


con formación intelectual, eclesiásticos, abogados, funcionarios, militares y catedráticos,
aunque no faltaban miembros de la burguesía industrial y comercial. No había, en cambio,
representación algunas de las clases populares ni tampoco mujeres, carentes todavía de todo
derecho político.

Era una iniciativa de la burguesía intelectual, con influencia de la ideología de la Revolución


Francesa. La mayoría habían sido elegidos en representación de las distintas Juntas
Provinciales aunque muchos participaron en calidad de suplentes por las dificultades de
desplazamiento de los elegidos.

En las Cortes de Cádiz, abiertas el 24 de septiembre de 1810 con un discurso del extremeño
MUÑOZ TORRERO y con el juramento de los diputados de defender la integridad de la nación
española, aparece una clara influencia de la ideología de la Revolución Francesa.
A EXTREMADURA se le asignaron en 1810 un cupo de doce representantes para la
convocatoria de Cortes, levantando recelos el proceso de elección entre ciudades poderosas
como Plasencia o Trujillo que se sintieron relegadas ante otras ciudades como Mérida o
Badajoz. Aunque varios de estos diputados procedían del clero, pronto se demostró cierto
progresismo en sus posiciones. Los diputados extremeños más significativos fueron DIEGO
MUÑOZ TORRERO, FRANCISCO FERNÁNDEZ GOLFÍN y JOSÉ MARÍA CALATRAVA. Los temas de
la futura Constitución en los que participaron más activamente fueron en los relacionados con
la soberanía nacional, el reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey de España, la
libertad de imprenta, la abolición de la Inquisición y supresión del régimen señorial.

En las Cortes de Cádiz se aprobaron importantes decretos y leyes entre 1810 y 1813:

- Declaración de ser los depositaros de la soberanía nacional.


- Igualdad de derechos a todos los ciudadanos.
- Abolición de los señoríos jurisdiccionales. 6-VIII-1811.
- Desvinculación de los mayorazgos.13-IX-1813.
- Inicios de la desamortización eclesiástica y civil con los bienes de los afrancesados, Iglesia y
Ayuntamientos. I-1813.
- Establecimiento de una CONTRIBUCIÓN ÚNICA
- Supresión de la Inquisición y adjudicación de sus bienes al Estado.22-I-1813.
- Decreto de libertad de imprenta con supresión de la censura por primera vez en España.
1810.
- Extinción de gremios y libertad de industria y comercio 8-VI-1813. Libertad de contratación,
comercio y producción.
- Supresión de torturas.28-II-1813.
- Eliminación de las pruebas de limpieza de sangre.

Su obra más importante será la CONSTITUCIÓN DE 1812, promulgada el día de S. José, la Pepa,
que se convirtió en la base ideológica y en la bandera del movimiento liberal.

P.A.U. TEXTO 3.- CONSTITUCIÓN DE 1812

“Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación española, decretan la siguiente


Constitución:
Art.1 La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.

Art.2 La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna persona
o familia.

Art.3 La soberanía reside esencialmente en la Nación, y, por lo mismo, pertenece a ésta


exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.

Art.4 La Nación está obligada a conservar y proteger las leyes sabias y justas, la libertad civil, la
propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.

Art.8 También está obligado todo español, sin distinción alguna, a contribuir en proporción a sus
haberes para los gastos del Estado.

Art.12 La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, única y


verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra.

Art.13 El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin último de toda sociedad
política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen.
Art.14 El gobierno de la Nación española es una monarquía moderada hereditaria.

Art.15 La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el rey.

Art.16 La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el rey.

Art.17 La potestad de aplicar las leyes en causas civiles y criminales reside en los tribunales
establecidos”

Se trata de un texto de naturaleza JURÍDICA. Es la primera Constitución española que


establece el modelo del liberalismo en España. (El Estatuto de Bayona se debe considerar
como una carta otorgada ya que no fue elaborada por un parlamento soberano y nacional)

Es una Constitución realizada por los diputados convocados y reunidos en las Cortes de Cádiz,
representantes de la Nación española, de todos los españoles de ambos hemisferios. Fue
promulgada el 19 de marzo de 1812 por lo que popularmente se la conoce como “la Pepa”.

En estas fechas parte de la península está ocupada por tropas francesas, y las Cortes
representan la resistencia política ante el invasor.

- El preámbulo y los tres primero artículos analizan los conceptos de Nación y Soberanía. Estos
son dos conceptos adoptados a partir de las ideas de la Ilustración y de la Revolución Francesa.
La Soberanía, es decir, la legitimidad del poder ya no reside en la autoridad del que gobierna
“por la gracia de Dios”, sino que el poder reside en el propio pueblo, en la nación, y lo ejerce
a través de sus representantes elegidos. Los representantes fueron elegidos en Cortes
unicamerales elegidas por Sufragio universal masculino activo indirecto para mayores de 25
años, (parroquia, partido judicial, provincia, diputados provinciales). Se establecía un sufragio
censitario pasivo.

- El artículo 4 y el 13 mencionan las obligaciones de la Nación (concretándose en las


obligaciones de sus representantes) y del Gobierno que a través de las leyes deben garantizar
la libertad y la prosperidad de los ciudadanos. Estas ideas están en la línea de explicar los
objetivos de las leyes: buscar la felicidad y prosperidad de los ciudadanos. Hay reconocimiento
de los derechos individuales: inviolabilidad de domicilio, igualdad de todos ante la ley con
desaparición de las diferencias estamentales, propiedad, imprenta, etc. Suponía un paso más
en el proceso de centralización política iniciada en el siglo XVIII.

- El artículo 8 sancionan una de las características del nuevo modelo liberal: la desaparición de
los privilegios, sobre todo de tipo fiscal. “Todos” los españoles están obligados a pagar
impuestos.

- El artículo 12 demuestra que el sistema político liberal no era antirreligioso y que una parte
importante de los diputados de las Cortes eran miembros del clero, de forma que la Iglesia
conserva su posición eminente, en tanto que la religión católica es definida como la oficial,
única y verdadera, y se prohíbe el culto de cualquier otra. Se trata de uno de los aspectos
menos “progresistas” de la Constitución, fruto del compromiso alcanzado de por los liberales
con los absolutistas.

- Los artículos del 14 al 17 determinan el modelo político del sistema liberal que será una
monarquía limitada (hereditaria y moderada), basada en la separación de poderes:

 el legislativo que reside en las Cortes con el rey;


 el ejecutivo, representado por el monarca,
 el Judicial, competencia exclusiva de los tribunales
El espíritu liberal de esta constitución está influido por el de la Revolución Francesa de 1789,
que había modificado el curso de la Historia, proclamando el fin de las tiranías absolutistas.

Las medidas de las Cortes de Cádiz no tuvieron gran incidencia práctica en la vida del país
porque la situación de guerra impidió su aplicación efectiva y la vuelta de Fernando VII
condujo al retorno del absolutismo.

D. - EL REINADO DE FERNANDO VII 1814 -1833: LIBERALES Y ABSOLUTISTAS

d1.- LA RESTAURACIÓN DEL ABSOLUTISMO. 1814 - 1820: en diciembre de 1813 se firmó el


Tratado de Valençay que ponía fin a la guerra con Francia. El final de las operaciones militares
dejó paso al enfrentamiento político entre absolutistas y liberales, ambos a la expectativa de la
postura que adoptara el rey.

En marzo de 1814 Fernando VII regresó a España iniciando un reinado donde la represión
política, la crisis económica y los pronunciamientos militares fueron características señaladas.

Restablecido en el trono, FERNANDO VII atendió las demandas de volver a un sistema de


Antiguo Régimen planteadas por un grupo de diputados absolutistas que le hicieron llegar el
denominado " MANIFIESTO DE LOS PERSAS".

El monarca retrasó todo lo que pudo la jura de la Constitución a que se había comprometido y
abrió las puertas al absolutismo firmando el Real Decreto de Valencia de 4 de mayo por el que
deroga lo establecido por las Cortes de Cádiz. España volvía a la situación anterior a 1808, con
medidas como:

- Restauración de privilegios de la sociedad estamental: exenciones fiscales y derechos


señoriales.
- Vuelta de Inquisición. Gremios y privilegios de la Mesta.
- Cese de las autoridades nombradas por las Cortes de Cádiz.
- Devolución de los bienes desamortizados a la Iglesia.
- Cierre de universidades y teatros.
- Abolición de la libertad de imprenta.

P.AU. TEXTO 4.- DECRETO 4 MAYO 1814


“Por manera que estas bases pueden servir de seguro anuncio de mis reales intenciones en el gobierno
de que me voy a encargar, y harán conocer a todos no un déspota ni un tirano, sino un Rey y un padre
de sus vasallos. Por tanto, habiendo oído lo que unánimemente me han informado personas
respetables por su celo y conocimientos, y lo que acerca de cuanto aquí se contiene se me ha expuesto
en representaciones, que de varias partes del reino se me han dirigido, en las cuales se expresa la
repugnancia y disgusto con que así la constitución formada en las Cortes generales y extraordinarias,
como los demás establecimientos políticos de nuevo introducidos, son mirados en las provincias; los
perjuicios y males que han venido de ellos, y se aumentarían si yo autorizase con mi consentimiento, y
jurase aquella constitución; conformándome con tan decididas y generales demostraciones de la
voluntad de mis pueblos, y por ser ellas justas y fundadas, declaro que mi real ánimo es no solamente
no jurar ni acceder a dicha constitución ni a decreto alguno de las Cortes generales y extraordinarias,
a saber, los que sean depresivos de los derechos y prerrogativas de mi soberanía, establecidas por la
constitución y las leyes en que de largo tiempo la nación ha vivido, sino el de declarar aquella
constitución y tales decretos nulos y de ningún valor y efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no
hubieran pasado jamás tales actos, y se quitasen de en medio del tiempo alguno, y sin obligación en
mis pueblos y súbditos, de cualquiera clase y condición, a cumplirlos ni guardarlos...” Dado en
Valencia a 4 de mayo de 1814. YO, EL REY.

Es el denominado "Decreto de Valencia", de carácter jurídico al ser un documento que tiene


carácter de ley, de contenido político porque establece las relaciones de poder, y público,
porque emana de una institución pública, el Rey, y porque va dirigido a todo el pueblo, sus
vasallos, por el que el rey FERNANDO VII da a conocer a la opinión pública su intención de
volver al absolutismo.

Tras el tratado de Valençay, Fernando VII regresa y se dirige a Valencia, eludiendo el itinerario
fijado por las Cortes. Allí recibe el Manifiesto de los Persas, en que un grupo de diputados
absolutistas le piden que derogue el régimen constitucional. Apoyado por el ejército y
animado por las aclamaciones populares, hace público este decreto. Se inicia inmediatamente
la represión de los liberales, que son detenidos y perseguidos, teniendo que exiliarse muchos
de ellos.

La idea principal aparece casi al final del documento: la intención de Fernando VII de no jurar y
declarar "nulas y sin ningún valor ni efecto" la Constitución de 1812 y toda la obra legislativa
de las Cortes de Cádiz y sin obligación para sus súbditos de cumplirlas.

Este decreto es una declaracion de intenciones de lo que va a ser el gobierno de Fernando VII,
reclamando para sí la soberanía, legitimada por la constitución y las leyes de la Historia.

Explica que ha recibido informes y peticiones de "personas respetables" (se refiere el rey al
Manifiesto de los Persas y al apoyo del general absolutista Elío, principalmente) en el sentido
de apoyar su vuelta al absolutismo, lo que ha decidido llevar a cabo con este decreto. Hay una
clara referencia a la Constitución de 1812 y a la labor legislativa de las Cortes de Cádiz desde
1810 hasta 1813, concretada en la supresión del régimen señorial aboliendo los derechos
feudales y jurisdiccionales (1811), la desamortización (1813), la supresión de la Inquisición,
aduanas internas y gremios.

En esta etapa existe una aproximación a las potencias de la Restauración europea. A excepción
de Gran Bretaña, las potencias europeas: Francia, Austria, Prusia y Rusia estaban entonces
gobernadas por monarcas absolutos y acordaron la formación de una SANTA ALIANZA para la
restauración plena del poder monárquico.

La represión ejercida ante los liberales y "afrancesados" produjo el encarcelamiento y el


exilio. Y ello a pesar de haber prometido, el rey, tolerancia a los exiliados. Su regreso se
produjo entre gritos de “¡Viva el rey absoluto!”, “¡Viva la religión!” y “¡Sangre, sangre, sangre
para nuestro rey ultrajado!”. “¡Vivan las caenas!”.

Distintos oficiales militares de ideología liberal intentaron cambiar la situación mediante el uso
del pronunciamiento con el ejército como instrumento de lucha contra el poder establecido
aprovechando el descontento popular: MINA, 1814; PORLIER en 1815,”la conspiración del
triángulo” de RICHART en 1816, LACY y MILANS en 1817 o el de VIDAL en 1819.

d2.- EL TRIENIO LIBERAL. 1820 - 1823: estos pronunciamientos culminaron en el de RIEGO,


1820, en Cabezas de S. Juan, Sevilla, con el ejército destinado a América que obliga a Fernando
VII a jurar la Constitución de 1812 en lo que supone el primer ensayo de monarquía
constitucional.
Los nuevos gobernantes mantuvieron a Fernando VII en el trono y permitieron el regreso de
los afrancesados exiliados pero encarcelaron a destacados absolutistas. Durante la etapa del
Trienio Liberal las Cortes trataron de modernizar el Estado y la Administración adoptando
medidas de las Cortes de Cádiz precedentes, aspirando a modernizar el país. Así:

- Abolición del sistema señorial y supresión de tierras vinculadas como los mayorazgos con
cambio de propietarios y aumento de las rentas que producen malestar entre los campesinos.
- Libertad de imprenta, expresión y opinión.
- Medidas desamortizadoras con enfrentamientos con la Iglesia, (venta de propiedades
eclesiásticas). Las Cortes favorecieron la exclaustración de los religiosos y la concentración de
conventos.
- Supresión definitiva de la Inquisición y del Fuero eclesiástico, así como disminuir el diezmo a
la mitad.
- Expulsión de los jesuitas en 1820, reducción de numerosos conventos y venta de sus bienes.
- Primer Código Penal.
- Creación de la Milicia Nacional.
- División en provincias, (EXTREMADURA se divide en Cáceres y Badajoz).

La Iglesia fue la institución que más sufrió con el cambio de régimen, al aprobar el Gobierno la
supresión de las órdenes monacales y la desamortización de las tierras de los monasterios.

Durante esta etapa se produce un enfrentamiento continuo entre las Cortes y el monarca que
hace uso de su " derecho de veto ", apoya a los grupos contrarrevolucionarios que llegan a
controlar importantes áreas del territorio: Navarra, Galicia y Cataluña y mantiene contactos
secretos con los monarcas absolutistas de la Santa Alianza para conseguir una intervención
militar que restaurase el orden absolutista.

En 1822 los partidarios absolutistas piden ayuda para restablecer la monarquía absoluta a la
SANTA ALIANZA, que la concede según acuerdo tomado en el Congreso de Verona en 1822 al
considerar que Fernando VII es preso de los liberales.

En la Europa de la Santa Alianza y la Restauración el régimen liberal suponía un mal ejemplo.


Por ello, en verano de 1823 se produce la intervención de los "Cien Mil Hijos de S. Luis"
dirigidos por el DUQUE DE ANGULEMA. Los liberales no pudieron hacer nada ante unas tropas
que doblaban las suyas y FERNANDO VII procedió a restaurar el sistema absolutista e invalidar
toda la legislación del trienio liberal.

d3.- LA "DÉCADA OMINOSA". 1823 - 1833. EL PROBLEMA SUCESORIO: la denominación de


estos diez últimos años, 1823-1833, como "década ominosa", implica que la vuelta al
absolutismo estuvo marcada por la aplicación sistemática de medidas represivas, como el uso
de las "purificaciones" en donde las personas sospechosas de ser liberales tenían que
demostrar fidelidad hacia el absolutismo. FERNANDO VII gobernó como monarca absoluto,
vengándose de los liberales y desatando una durísima represión con destrucción de todo lo
realizado por los liberales.

Las medidas adoptadas fueron:

– Vuelta de los mayorazgos.

– Feroz represión contra los liberales: ejecución de RIEGO y EL EMPECINADO.

– Anulación de las desamortizaciones y de la supresión de órdenes monásticas.


– Revisión de títulos académicos y sentencias judiciales de la etapa anterior.

– Revocación de nombramientos y ascensos del Trienio Liberal.

– Vuelta de la Mesta.

– Cese de empleados contratados en el trienio liberal.

– Censura de todas las publicaciones escritas con supresión de periódicos y clausura de


universidades (“Lejos de nosotros la peligrosa novedad de discurrir”). El país vuelve a cerrarse
a las novedades del pensamiento y de la ciencia.

– En 1824 dicta una ley condenando a muerte por delito político a quienes “escribieran
papeles contra la sagrada persona del rey o gritaran vivas a la Constitución”

Aun así no se volvió a instaurar la Inquisición a pesar de las presiones de quienes justificaban
su actuación: “Dicen que quemaba y ¿qué labrador no quema las malas hierbas?”.

A partir de 1826, conscientes de la imposibilidad de mantener un absolutismo férreamente


cerrado a toda reforma, se aprecia una cierta moderación política con mayor represión al
sector absolutista “Palos a la mula blanca, palos a la mula negra”.

Los absolutistas piden la vuelta de la Inquisición y mayor represión antiliberal, en 1827


protagonizan la "REVUELTA DE LOS AGRAVIADOS" o "Malcontents" con centro en Vic y
Manresa que fue duramente reprimida por Fernando VII. A partir de esta fecha los absolutistas
más intransigentes se agruparon en torno al hermano del rey, el infante don CARLOS MARÍA
ISIDRO, que era en ese momento el heredero al trono español.

En 1831 se produce un intento liberal que fracasa acabando con el fusilamiento de TORRIJOS
que se convertirá en un símbolo del liberalismo, (al igual que MARIANA PINEDA, ejecutada ese
año por llevar una bandera con un lema liberal: “Ley, libertad, igualdad”).

La división de la sociedad española se hizo evidente entre 1830 y el año de la muerte de


Fernando VII, en 1833, con motivo de la CUESTIÓN SUCESORIA.

En 1830, ante la posibilidad del nacimiento de una hija, Fernando VII publicó la “Pragmática
Sanción”, (que ya había sido aprobada en 1789 por Carlos IV aunque no fue publicada),
mediante la cual se derogaba lo establecido por la Ley Sálica, (aprobada en 1713 por Felipe V
que dificultaba el acceso al trono de las mujeres y daba preferencia a la sucesión masculina).
En abril de 1830 nació ISABEL, hija de Fernando VII convirtiéndose en heredera al trono.

En 1832 se produjo una conjura palatina, “Acontecimientos de La Granja”, en la que


aprovechando la enfermedad del rey consiguieron que anulara la Pragmática Sanción. Tras
restablecerse de la enfermedad Fernando VII volvió a poner en vigor la Pragmática Sanción y
procedió a la expulsión del sector más absolutista.

En este pleito sucesorio en 1833 existían dos opciones:

1.- CARLOS MARÍA ISIDRO, hermano de Fernando VII, se consideraba legítimo sucesor de la
Corona en virtud de lo establecido por Felipe V en la "Ley Sálica". Se rodeó de los defensores
del Antiguo Régimen, de los más conservadores.

2.- ISABEL II, hija de Fernando VII, defendida por los liberales. Se apoyaban en la Pragmática
Sanción, emitida por el rey en 1830 que anulaba la Ley Sálica. Así con el gobierno de CEA
BERMÚDEZ, en 1833, se tomaron medidas progresistas como la apertura de las universidades,
la depuración de carlistas, la amnistía para los liberales, el reconocimiento por las Cortes de
Isabel como heredera y el alejamiento de España de Carlos; todo para ganar para su causa a
los liberales excluidos desde 1823 de toda participación en el sistema político.

En septiembre de 1833 moría Fernando VII, y su viuda, MARÍA CRISTINA, heredaba en nombre
de su hija ISABEL, la corona de España. Sin embargo la situación desembocó en conflicto militar
dando inicio a las GUERRAS CARLISTAS entre partidarios de Carlos, (“carlistas”) y de Isabel,
(“isabelinos” o "cristinos" por la regencia de su madre María Cristina).

d4.- EL PROCESO DE EMANCIPACIÓN DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS EN AMÉRICA: de forma


paralela a la guerra de independencia en la península se produce la emancipación definitiva de
los territorios americanos en el reinado de FERNANDO VII. Mostró la incapacidad de España
como potencia colonial y sus dificultades para abastecer de mercancías a sus territorios
americanos.

Diversos factores explican el surgimiento del espíritu independentista:

1.- Descontento de los criollos, (palabra de origen portugués con que se denominaba a los hijos
de europeos nacidos fuera del país de origen. Los descendientes de los colonizadores españoles,
propietarios de haciendas, plantaciones, comerciantes y profesionales liberales, estaban
excluidos de los altos cargos de la administración y veían amenazados sus intereses
económicos) Se oponen al control mercantil de la metrópoli, que impedía a los criollos
comerciar libremente.

2.- Ejemplo de la emancipación de EE.UU., siendo decisiva la ayuda material, económica y


política que prestaron a los independentistas.

3.- Difusión del pensamiento ilustrado y de la propaganda liberal que tuvo su culminación en
la Revolución Francesa con la reivindicación de igualdad.

4.- Dificultades de las comunicaciones por mar con la Península Ibérica y vacío de autoridad
provocado por la invasión y ocupación de España por las tropas napoleónicas.

El protagonismo será asumido por los criollos: destacan BOLÍVAR (“Es una idea grandiosa
pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola Nación con un solo vínculo que ligue sus
partes con el todo”), S. MARTÍN, Belgrano, Sucre y Santander.

En el proceso de emancipación americana se aprecian dos fases:

PRIMERA: 1808 - 1814.

Tras la invasión de la península por tropas francesas, NAPOLEÓN fracasa en su intento de


someter las colonias americanas en donde se forman también Juntas regionales. Se pedía la
igualdad entre americanos y españoles, así como la supresión de monopolios y privilegios.
Estas Juntas estaban dominadas por criollos sustituyendo a las autoridades españolas y sin
someterse a la Junta Suprema Central en España.

Al no reconocer al rey JOSÉ I se producen proclamaciones de independencia como la de


México, Caracas o Buenos Aires.

SEGUNDA: 1815 - 1824.


FERNANDO VII descartó la búsqueda de una solución negociada utilizando la fuerza y la
represión para someterlos: “Jamás dejaría de emplear la fuerza de las armas contra sus
súbditos rebeldes de aquella partes del mundo”.

Con el regreso de FERNANDO VII se envía una expedición en 1815, dirigida por el general
MORILLO, hacia América que, junto a tropas realistas del virreinato del Perú, consiguen
restablecer el poder español a excepción de ARGENTINA donde se proclama la independencia
con el Congreso de Tucumán de 1816.

Resurge el movimiento emancipador contando con dos importantes figuras militares:

SIMÓN BOLÍVAR (1783-1830).


JOSÉ S. MARTÍN (1778-1850).

BOLÍVAR obtiene importantes victorias en Boyacá, 1819, y Carabobo, 1821, consiguiendo la


independencia de Colombia, 1819 y Venezuela, 1821, prosiguiendo su marcha hacia Perú.

S. MARTÍN tras la independencia de Argentina, 1816, atraviesa los Andes y obtiene, junto a
O'Higgins, las victorias de Chacabuco, 1817, y Maipú, 1818, consiguiendo la independencia de
Chile en 1818.

En la Conferencia de Guayaquil, 1822, ambos líderes delimitaron sus zonas de influencia.

El gobierno del Trienio Liberal apenas hizo nada para conseguir la recuperación de las colonias
en la creencia de que se podía solucionar con la declaración genérica de igualdad entre todos.

México consigue la independencia en 1821 por el "Plan de Iguala" bajo la dictadura militar de
ITURBIDE. En él se realizaba un acuerdo entre independentistas y realistas.

La última zona bajo dominio español fue Perú y Quito. En 1822 BOLÍVAR obtuvo una victoria en
Pichincha y, con ella, la independencia de Quito.

En 1823, (con la vuelta de Fernando VII al poder absoluto y ante el temor de apoyos
absolutistas) se realiza la "Declaración Monroe" en el que ante una posible intervención
europea para restablecer la situación anterior, EE. UU. establecía la idea, de tantas
consecuencias en el futuro: "América para los americanos".

La independencia práctica de Perú, (ya declarada en 1821 por S. Martín) se consigue tras la
victoria de Bolívar en Junín, agosto1824. La última gran batalla fue la de Ayacucho ganada por
Sucre, en diciembre 1824 con cuya victoria los americanos hacen desaparecer la resistencia
española.

Sólo permanecen, hasta 1898, Cuba y Puerto Rico.

La independencia de las colonias además de poner fin a tres siglos de relación política entre la
metrópoli y América provocó que España quedara definitivamente relegada a un papel de
segunda potencia perdiendo un inmenso mercado. Los nuevos estados americanos fueron
presa fácil del neocolonialismo de Estados Unido y del Reino Unido.

d5.- EXTREMADURA BAJO EL REINADO DE FERNANDO VII: a partir de 1814 el sexenio


absolutista comenzó en Extremadura con el arresto y encarcelamiento de afrancesados y
liberales. Personalidades extremeñas como FERNÁNDEZ GOLFÍN, J.M. CALATRAVA o MUÑOZ
TORRERO sufrieron de manera especial la represión absolutista.
Durante el trienio liberal hubo en Extremadura un apoyo mayoritario de la población que
canalizó su participación política a través de las sociedades patrióticas. Se elaboró un nuevo
modelo de organización territorial dividiendo Extremadura en dos provincias: Cáceres y
Badajoz.

Como en el resto del territorio nacional, se vivió una división entre liberales radicales y
moderados por un lado y los partidarios de la tradición absolutista, por otro.

La década ominosa significó para los liberales, la vuelta al destierro y la represión física e
ideológica. Muchos liberales fueron encarcelados o tuvieron que marchar al exilio. Los más
absolutistas se organizaron en sociedades conspiradoras como la Sociedad del Áncora en
Badajoz. Los liberales protagonizaron levantamientos con dura represión posterior. En el de
Torrijos de 1831 fue detenido y fusilado uno de los más insignes políticos extremeños de estos
primeros años del siglo XIX, FRANCISCO FERNÁNDEZ GOLFÍN.

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