Sunteți pe pagina 1din 13

Jesús del Canto

Profesiones asistenciales y
adultos desestabilizados

Introducción Para esto, se reconstruye en perspec-


tiva histórica la atención profesional e
El presente artículo tiene por objetivo institucional de la niñez y la adolescen-
analizar la intervención del trabajo so- cia, identificando los roles profesiona-
cial y otras profesiones asistenciales1 les, familiares y del Estado del pasado
con niños/as y adolescentes en el inter- y de la actualidad. Luego se describen
juego de cumplir con leyes que asegu- algunos aspectos de las lógicas institu-
ran derechos frente a las dificultades cionales de los ámbitos de la educación
que presentan los adultos que los tienen y la salud en los que se materializa este
a su cargo para desempeñar los roles so- nuevo paradigma y la evaluación de
cialmente esperados. Aunque se puedan la vulnerabilidad de los derechos de la
agrupar diferentes campos disciplinares niñez y la adolescencia en cada uno. Se
en el conjunto de agentes que ven com- busca reflexionar acerca del rol de las
plejizado su trabajo, se elige el trabajo profesiones asistenciales y lo que insti-
social como protagonista por su vincu- tucionalmente se espera de ellas, a la luz
lación histórica con la familia y la niñez de las normativas actuales y algunos de-
en situación de vulnerabilidad social. sarrollos teóricos que visibilizan cómo
Se trata aquí de pensar cómo la de- se complejiza su labor.
manda de intervención con esta pobla- En general, se trata de investigacio-
ción se reconfigura en un contexto en el nes que acentúan cómo las transforma-
cual se ubica a la familia en un lugar de ciones acaecidas en las instituciones en
centralidad, a la vez que los adultos que general y la familia en particular han
la conforman carecen de la autoridad redefinido las relaciones entre adultos
necesaria para desempeñar los roles que y niños/as y adolescentes, generando
de ellos se esperan. dificultades impensadas en períodos

1 Se utilizará esta categoría a lo largo del trabajo para referirse a todas aquellas disciplinas que trabajan de

algún modo con niños/as y adolescentes: psicopedagogía, psicología, ciencias de la educación, fonoaudiología,
medicina, etc. Aunque diferentes entre sí, comparten la responsabilidad institucional de identificar e informar
situaciones de vulneración de derechos.

117 revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
históricos lejanos. Sin embargo, y este anclaje basado en el pragmatismo y el
es el punto, la expectativa de que los interaccionismo simbólico, esta pionera
trabajadores sociales evalúen la capa- desarrolló un modelo de intervención
cidad cuidadora de estos adultos no se denominado “escuela diagnóstica”, que
ha modificado significativamente. De acentuaba la interacción de los sujetos
esta manera, aumenta la responsabili- con su medio social.
dad profesional y se complejiza su tarea Actualmente, desde el punto de
al tener que entrecruzar las demandas vista ético-político, se discute la orien-
institucionales (y laborales) históricas, tación de este paradigma. Por un lado,
los derechos enunciados en las leyes y la existen desarrollos que plantean que se
singularidad de cada familia. trataba de una estrategia de los sectores
Desde el punto de vista epistemoló- dominantes para naturalizar las des-
gico-teórico, se asume la realidad so- igualdades sociales y mantener el nuevo
cial y el ejercicio profesional desde una orden capitalista generado por la in-
óptica ecosistémica y compleja, encua- dustrialización (Parra, 2001). Por otro
drada a su vez por el actual paradigma lado, algunas producciones actuales en-
del/la niño/a como sujeto de derechos. tienden esta propuesta como reforma-
Con esta brújula es como se pretende dora y progresista, ligada en general a
un acercamiento al modo en que estas las luchas de las mujeres por acceder a la
configuraciones institucionales contem- agenda pública (Travi, 2006) y en estre-
poráneas se ponen en tensión o no con cha vinculación con las transformaciones
las normativas e inciden en la práctica sociales y científicas de la época (Miran-
del trabajo social, a partir del ejercicio da Aranda, 2010).
mismo en el ámbito familiar. Sea como fuere, se trató de un mo-
delo que ha atravesado la historia pro-
fesional y que de algún modo afecta
El trabajo social con las producciones contemporáneas, ya
familias en la actualidad sea porque recuperan o resignifican
aspectos de este, o porque buscan dis-
A los efectos de problematizar la rela- tanciarse de él. Asimismo, prevalece
ción entre ejercicio profesional y capaci- en un sector de los primeros la adop-
dad cuidadora de los adultos, en la ten- ción de una óptica sistémica, basada
sión entre las leyes y la situación actual, en los trabajos del Grupo de Palo Alto
se vuelve necesario introducir la labor (Watzlawick, Beavin y Jackson, 1971)
del trabajo social. y posteriores desarrollos de la terapia
Como señalan diferentes autores, el familiar (Minuchin, 1979; Selvini Pala-
abordaje familiar se encuentra en los zzoli et al., 1990).
inicios de esta profesión, a finales del si- En Latinoamérica, se destacan en
glo xix. En efecto, es a partir de la obra esta línea los trabajos de autoras como
de Mary Richmond que comienza a sis- Quintero Velásquez (1997), Aylwin y
tematizarse científicamente este tipo Solar (2003) y más recientemente Mén-
de ejercicio profesional, generando una dez Guzmán (2016). En la Argentina, in-
ruptura con actividades de tipo caritati- tegran este conjunto autoras tales como
vo o filantrópico (Travi, 2006). Con un Chadi (2003) y Calvo (2013).

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 118 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
Aunque diferentes entre sí, estas tra- teracciones entre los sujetos y obligan a
bajadoras sociales argentinas se sitúan redefinir el modo en que se evalúan las
en el enfoque sistémico y la Gestalt para situaciones que atraviesan los/as niños/
concebir la intervención con familias de as y adolescentes y que se presentan en
modo clínico o socioterapéutico. En es- las instituciones.
tos modelos, el profesional recurre a una
serie de técnicas para modificar el modo
en que los integrantes de una familia se Paradigma actual de
relacionan entre sí y con su medio social, niñez y adolescencia
cambiando en el proceso la subjetividad
de los sujetos involucrados. De forma si- Reflexionar acerca del modo en que se
multánea, y lejos del positivismo de anta- complejiza la labor de las profesiones
ño, el profesional también es transforma- asistenciales en el campo de la niñez y la
do por el vínculo terapéutico allí gestado. adolescencia exige describir brevemen-
En contraste con la mirada antes te cómo se ha construido socialmente a
expuesta, autores como Barg (2003) se este sector poblacional y cómo se ha rela-
distancian de la escuela diagnóstica y cionado con estas disciplinas. Para esto,
de modelos como este y enfatizan aque- se recupera el concepto de “paradigma”
llas cuestiones ligadas al control social en el sentido que propone Kisnerman
de la familia como objeto y la subordi- (2005) para referirse al conjunto de
nación de la mujer a los mandatos pa- conceptos principales, procedimientos,
triarcales. Se trata de una orientación problemas y valores de una teoría para
principalmente marxista, que acentúa interpretar la realidad (recortada a la ni-
el impacto de las relaciones sociales ñez y la adolescencia, en este caso).
estructurales en la conformación de la En esta lógica, Campos y Sokolovsky
familia y su dinámica. (2006) coinciden en pensar la infancia
Si bien en general se acuerda en como un producto de la modernidad,
la importancia de visibilizar aspec- es decir, reciente en la historia de la
tos como estos para evitar reproducir humanidad. Dicha población queda
intervenciones hegemónicas que no así ligada a los procesos de escolariza-
validen los derechos de los sujetos, sí ción (pedagogización) y del discurso
es cuestionable el hecho de que desde médico propio de la época. Del mismo
estas posturas no se propongan mode- modo, los/as niños/as quedan diferen-
los interventivos ni se generen aportes ciados de los adultos pero ligados a
técnico-instrumentales significativos. ellos a partir de su necesidad de cuida-
En todo caso, y como se retomará do, formación y guía.
más adelante, visualizar el impacto del Esta concepción psicosociológica
contexto sociocultural más amplio posi- de la infancia se tradujo en un sistema
bilita un abordaje multidimensional de normativo que en la Argentina se deno-
la realidad, cuestión que no es excluyen- minó Patronato de la Infancia, regido
te del énfasis en la relación profesional- por la Ley N° 10.903. Aunque no es ob-
usuarios. En especial cuando son las jetivo de este trabajo analizar las leyes
transformaciones en este mismo plano y su contenido, importa mencionar que
de la realidad las que inciden en las in- se trataba de un marco en el que se con-

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 119 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
cebía a los niños como objeto de tutela ahora la responsabilidad de velar por el
y control. cumplimiento de los derechos, diseñan-
De acuerdo con esta ley, un/a niño/a do estrategias de forma conjunta.
o adolescente podía quedar bajo la Desde luego, para que todo esto sea
disposición de un juez en caso de en- posible, es necesario que las leyes sean
contrarse “material o moralmente acompañadas por políticas públicas,
abandonado o en peligro moral”, y ser en términos de aumento presupuesta-
institucionalizado/a como respuesta a la rio y multisectorialidad (Varela, 2008).
insatisfacción de sus necesidades socia- De lo contrario, como observa Nicolini
les individuales o familiares (situación (2014), celebrar la “desjudicialización”
de calle, violencia familiar, conflicto con de los problemas sociales en un escena-
la ley penal, etcétera). rio de retracción del Estado puede dejar
De forma progresiva, esta mirada co- en soledad al sujeto y a su familia, ubica-
menzó a ser sustituida por un enfoque da ahora en un lugar privilegiado pero
de derechos, enmarcada por la Conven- sin apoyo de políticas sociales.
ción de los Derechos del Niño (1994) Esta misma autora advierte además
y, más actualmente, por el llamado “in- sobre la persistencia de prácticas del
terés superior del niño”, principio que paradigma anterior, o la instalación de
sustentan la Ley Nacional N° 26.061, y algunas lógicas nuevas que también
las provinciales N° 13.298 y 114 (esta úl- pueden vulnerar los derechos de los su-
tima, en la ciudad de Buenos Aires). Se jetos al proyectar objetivos ideales (con-
trata de un marco jurídico denominado siderados universales) descuidando su
Sistema de Protección Integral que reco- singularidad. Sobre este punto se volve-
noce al niño o adolescente como sujeto rá más adelante, porque es precisamente
de derechos y al Estado como garante de lo que se plantea que puede ocurrir en
estos. la evaluación familiar de un/a niño/a o
En esta nueva metaperspectiva, a di- adolescente si no se tienen en cuenta las
ferencia del Patronato, se privilegia la transformaciones intergeneracionales.
participación del niño en la toma de de- Sea como fuere, la aplicación profe-
cisiones que afectan su vida (a partir de sional del sistema normativo presenta-
su edad y autonomía). En concordancia, do en este apartado y problematizado
la internación, es decir, la separación de en función del rol del Estado implica
su familia de origen, es considerada una adaptaciones particulares propias de los
privación de la libertad y por lo tanto ámbitos de educación y salud.
debe realizarse de manera excepcional.
Asimismo, se trata de un paradigma
que otorga un rol protagónico a los pro- Conflictividad social y
fesionales que trabajan con niños/as y sistema educativo
adolescentes en todas las instituciones.
En efecto, tanto las agencias creadas es- El recorrido histórico y jurídico hasta
pecíficamente por las nuevas leyes (des- aquí esbozado impacta de forma sig-
centralizadas de la justicia y dependien- nificativa en el recorrido institucional
tes ahora de los municipios) como las actual de los/as niños/as y adolescentes.
escuelas y centros de salud comparten Ciertamente, los cien años de vigencia

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 120 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
del paradigma del Patronato de la Infan- normativas que regulan la intervención
cia dejaron su impronta en las represen- de estas profesiones en la provincia de
taciones de los actores institucionales, Buenos Aires, pensando en su carácter
entrecruzándose con las categorías del representativo.
nuevo modelo. En cualquier caso, y como trata de sos-
Aunque las trayectorias biográficas tenerse a lo largo del trabajo, las normati-
de niños/as y adolescentes son cierta- vas de una u otra jurisdicción plasman en
mente heterogéneas, múltiples y no li- ese ámbito un conjunto de disposiciones
neales en la actualidad, se realiza aquí presentes en las leyes que materializan
un recorte a dos ámbitos en particular el paradigma actual. Por lo tanto, lo que
por ser aquellos en los cuales parece importa destacar es qué se espera de los
predominar su presencia en las políti- profesionales y en qué encrucijada que-
cas públicas. Es decir, se delimita este dan a la luz de las transformaciones in-
análisis a los sectores de Educación y tergeneracionales e interinstitucionales.
Salud por ser privilegiados para obser- Retomando la reglamentación, se
var cómo son percibidas y evaluadas las destacan la Disposición N° 76/08, que
situaciones de vulnerabilidad que pade- regula la intervención en general de los
cen sus usuarios. eoe, y la Comunicación Conjunta N° 1
En lo que se refiere al sistema edu- de 2012, titulada “Guía de Orientación
cativo, la Ley de Educación Nacional N° para la Intervención en Situaciones
26.066 establece la obligatoriedad de Conflictivas en el Escenario Escolar”.
la escolarización desde los cuatro años, Mientras que la primera se refiere espe-
del nivel inicial al sexto año de la escue- cíficamente a lo que aquí se denomina
la secundaria. Se trata de un lapso im- profesiones asistenciales, la segunda
portante en la vida de una persona, en incluye a todos los actores de la comu-
comparación con lo establecido por las nidad educativa (siguiendo el espíri-
normativas anteriores (Ley N° 1.420 y tu de corresponsabilidad del Sistema
Ley Federal de Educación). Integral).
En la provincia de Buenos Aires, la Respecto de la Disposición N° 76/08,
inserción de los trabajadores sociales en ya se ha analizado extensamente el rol y
el campo escolar se realiza en un espacio las incumbencias que confiere a los pro-
interdisciplinario denominado Equipo fesionales que integran el eoe en general
de Orientación Escolar (eoe), comparti- y a los trabajadores sociales en particu-
do con la fonoaudiología, las ciencias de lar (Del Canto, 2014). En términos gene-
la educación, la psicología y la psicope- rales, se reconoce que la educación es un
dagogía, por mencionar las profesiones proceso que implica la participación de
predominantes. diferentes actores (docentes, familias,
Otras jurisdicciones, como la ciudad niños/as y adolescentes, etc.) y que ocu-
de Buenos Aires, poseen configuracio- rre dentro y fuera de la escuela, es decir,
nes profesionales similares, aunque la que incluye interrelaciones con otras
presencia cuantitativa de los asistentes instituciones de la comunidad. Además,
sociales en cuanto espacio laboral pare- la definición de pedagogía social sitúa
ce ser significativamente menor. Por esta las experiencias de los sujetos “tanto
razón es que se eligen para el análisis las en contextos socialmente sustentables

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 121 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
como en contextos de alta conflictividad Se trata de una guía que refleja un
y vulnerabilidad”. reconocimiento por parte del sistema
Este reconocimiento de cómo el en- educativo de situaciones que emergen
torno afecta aquello que ocurre en la en el ámbito escolar (aunque no siem-
escuela no es menor, pues remite a un pre son producidas por su dinámica) y
distanciamiento epistemológico con el que ciertamente superan sus posibili-
paradigma positivista imperante hasta dades de acción de forma aislada. Este
mediados del siglo xx. escenario había sido bien caracterizado
Posteriormente, la “Guía de Orienta- por Corrosa, López y Monticelli (2006),
ción...” se refiere a las “políticas de cui- para quienes los procesos neoliberales
dado” de la niñez y enfatiza cómo los es- de los años noventa habían puesto sobre
cenarios escolares actuales pueden estar el tapete una serie de fenómenos, como
atravesados por situaciones de “emer- la nueva pobreza, que empezaban a
gencia”, “alta complejidad”, e incluir irrumpir en la escuela de forma abrupta.
“una dimensión de amenaza contra En cualquier caso, tanto la Disposi-
la integridad psicofísica”. Este mismo ción N° 76/08 como la “Guía de Orienta-
documento reconoce que cada caso es ción...” identifican un lugar importante
diferente y que se requiere un abordaje para aquellos profesionales que traba-
contextualizado, no obstante provee de jan con niños/as y adolescentes en rela-
una serie de pautas para direccionar la ción con la vulneración de sus derechos.
intervención profesional. Como se retomará más adelante, esta
En general, se enuncia una serie de responsabilidad generada por las nor-
acciones que incluyen desde la escucha mativas vigentes puede entrar en ten-
activa a los/as niños/as y adolescentes sión al momento de evaluar cómo las fa-
o sus padres frente a la emergencia del milias de los sujetos producen cuidados
malestar emocional, hasta la articula- integrales o favorecen la vulnerabilidad.
ción interinstitucional. Asimismo, se
alude al contacto con los Servicios Lo-
cales y Zonales de Promoción y Protec- El campo de la salud:
ción de Derechos previstos por la Ley N° internación, urgencia
13.298. En todo momento, el documen- e integralidad
to recupera el concepto de corresponsa-
bilidad y los roles de eoe y equipos de A diferencia del sistema educativo antes
conducción. caracterizado, el campo de la salud pre-
A continuación se enumera una serie senta importantes diferencias en cuanto
de problemáticas, tales como violencia al recorrido de esta población, la percep-
familiar y maltrato, presunción de abu- ción de su vulnerabilidad social y las po-
so sexual infantil, violencia escolar, in- sibilidades de intervención profesional.
tentos de suicidio, niños/as en situación En lo que se refiere a la organización
de calle o de trata de personas, consumo de este ámbito, destaca su división en tres
de sustancias psicoactivas, entre otras. subsistemas: público o estatal, privado o
La guía orienta sobre cómo proceder de la medicina prepaga, y de la seguridad
con cada una y con qué recursos institu- social u obras sociales. Aunque se espera
cionales contar. que exista articulación entre los tres, lo

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 122 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
cierto es que en la práctica no ocurre, im- Dicho de otro modo, en el campo
plicando además fragmentación y com- de la salud (a excepción del espacio ex-
plejidad (Bonazzola, 2010; Tobar, Olavia- puesto), los/as niños/as y adolescentes
ga y Solano, 2012; Del Canto, 2015b). son atendidos/as a partir del cursado
De esta manera, se generan proble- de pseac por médicos de diferentes es-
mas de comunicación entre las diferen- pecialidades, tanto en internación como
tes áreas de la salud, las instituciones de forma ambulatoria (en el hospital o
y los profesionales que desde luego en los centros de salud). Estos profesio-
impactan en el abordaje de las proble- nales, a su vez, entran en contacto con
máticas sociales. En lo que se refiere a los adultos que se encuentran en rol de
la niñez y la adolescencia, a su vez, este cuidadores (madres u otras mujeres,
impacto tiene un peso mayor, por cuan- principalmente) y tienen la posibilidad
to se trata de sujetos que dependen de de identificar diferentes formas de vul-
adultos en diferentes niveles y para di- neración de derechos.
ferentes cuestiones de su supervivencia. En este escenario, las problemáticas
Como se sabe, estos sujetos recorren más habituales son el maltrato infantil
el mundo de la salud como pacientes, es (que en ocasiones genera traumatismos
decir, como personas que padecen algún que constituyen motivos de interna-
tipo de proceso de salud-enfermedad- ción), el abuso sexual, la negligencia, la
atención-cuidado (pseac). Dicha secuen- niñez en calle o el consumo problemáti-
cia multidimensional puede presentarse co de sustancias. La visualización de sus
tanto en el ámbito hospitalario como en indicadores depende tanto de los médi-
el primer nivel de atención, en el ámbi- cos tratantes como de la construcción de
to comunitario. En cuanto al primero, espacios interdisciplinarios en los cuales
puede distinguirse entre la Guardia, las los abordajes de interconsulta o trabajo
internaciones de Obstetricia, Neonato- en equipo permitan que los asistentes
logía y Pediatría, y la atención ambula- sociales amplíen el foco de los aspectos
toria por consultorios externos de estas biológicos hacia los psicosociales.
mismas especialidades. Asimismo, y en Asimismo, y especialmente en inter-
el caso puntual de Obstetricia, puede naciones de Obstetricia y Neonatología,
que inclusive no haya pseac que ubique constituye un motivo de interconsulta con
a los bebés en el lugar de pacientes, por las profesiones asistenciales la discapa-
cuanto se trata de una sala de interna- cidad, el padecimiento mental o la even-
ción que justifica su existencia no por la tual adicción de las mujeres madres. Es-
enfermedad sino por un acontecimiento tas son algunas de las variables de riesgo
del ciclo vital, como lo es la maternidad. a tener en cuenta que propone Nikodem
La mención de este aspecto no es menor, (2009) en relación con niños tan peque-
debido a que configura un espacio en ños. Esta autora adhiere a una visión eco-
el que las demandas de intervención (o lógica del desarrollo humano y describe
interconsultas) dependen más de la per- las interacciones tempranas, los cuidados
cepción de la vulnerabilidad en que se primarios y las variables de riesgo a tener
pueden encontrar los bebés que de pro- en cuenta.
blemas de salud específicos que pueden Sea como fuere, la evaluación de la
estar encubriéndola. vulnerabilidad social de estos sujetos

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 123 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
también se encuadra (o debería hacerlo) mundo, entonces, un informe escrito re-
en el paradigma de integralidad de pro- vela, también, la forma en que su autor
moción y protección de derechos. Sin em- comprende una determinada situación.
bargo, a diferencia del sistema educativo, La palabra escrita no solo pone de ma-
lo que identifica a los sujetos en cuanto nifiesto el universo cognitivo de quien
usuarios del sistema de salud es en gene- la produce, sino que además contribuye
ral el cursado de un pseac, lo que podría con la modificación de esa misma rea-
eventualmente reforzar la percepción de lidad, al tener un impacto institucional
la capacidad cuidadora de los adultos. sobre la vida de los sujetos. Es decir que
En este proceso, la interacción en- la forma en que se describan eventos,
tre los profesionales y los adultos y sus se amplíe o reduzca información y se
niños/as o adolescentes a cargo es más adjetive a las familias de los/as niños/
acotada en el tiempo y atravesada por as y adolescentes puede contribuir o no
la urgencia, aspectos de la intervención con determinadas decisiones (separar-
que exigen un posicionamiento más los de sus padres, la internación en un
activo y dinámico, por cuanto se trata hogar, etc.).
de asegurar las condiciones mínimas Este impacto que posee la comunica-
de resguardo y protección. Además, los ción entre los profesionales que asisten
profesionales están en contacto durante a esta población y otras instituciones re-
menos tiempo con los sujetos, a diferen- mite a la responsabilidad que se tiene a
cia de lo que ocurre en la escuela. la hora de evaluar situaciones familiares,
Desde el punto de vista de la nor- recursos y posibilidades de desempeñar
mativa, y al igual que en el eje anterior, roles de cuidado y crianza. Desde luego,
también se trabaja con los servicios so- estas capacidades de los adultos se cons-
ciales para la niñez: el Servicio Local en truyen o no a lo largo de su experiencia
la provincia de Buenos Aires y el Con- individual y vincular, pero también de-
sejo de los Derechos de Niños, Niñas y penden de factores socioculturales más
Adolescentes (cdnnya) en la ciudad de amplios que los trascienden.
Buenos Aires. Frente a la identificación
de situaciones de vulneración de dere-
chos, los profesionales intervinientes Adultos sin autoridad y
deben notificarlas a estas agencias, a tra- vulnerabilidad social
vés de un informe escrito.
Desde luego, está en la pericia profe- A lo largo de los apartados anteriores ve-
sional el visualizar el nivel de riesgo en nía sosteniéndose cómo el actual para-
que se encuentran los sujetos y la conti- digma de integralidad propone al niño
nencia del grupo familiar a la hora de re- o adolescente como sujeto de derecho,
dactar el informe correspondiente. Aho- ubicando a la familia en un lugar pro-
ra bien, si se asume desde paradigmas tagónico y de centralidad, acompañada
actuales como la epistemología comple- por el Estado. Esta nueva óptica consti-
ja o sistémico-constructivista (Ceberio tuye una importante ruptura con mo-
y Watzlawick, 1998) que la objetividad mentos históricos previos, en los cuales
no existe y, por ende, el lenguaje que las los llamados “menores” eran separados
personas usan refleja su modo de ver el de su medio social de origen por situa-

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 124 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
ciones de pobreza o condiciones de vida son lentos y se basan en la acumulación
supuestamente inmorales. lineal de experiencias, transmitidas in-
Como también se ha dicho, esta tergeneracionalmente.
nueva metaperspectiva designa a un En contraste, en una era prefigura-
conjunto de profesionales, como los tiva, la asimetría entre adultos y niños/
trabajadores sociales, entre otros (psi- as y adolescentes no está garantizada en
cólogos, médicos, abogados, etc.), como absoluto y debe negociarse continua-
responsables de identificar situaciones mente, debido a la búsqueda por parte
de vulneración de derechos de esta po- de los adultos de escapar a escaladas de
blación. De cualquier modo, dicha res- conflictos que tienen pocas posibilidades
ponsabilidad profesional se complejiza de dirimir en su favor. En consonancia,
al haberse modificado culturalmente las puesto que los mayores ya no representan
interacciones entre adultos y niños/as y el saber y la autoridad, las ideas mismas
adolescentes (tanto en la familia como de “crecer” y/o “envejecer” son evitadas
en la escuela, por ejemplo). a toda costa, enalteciendo en el mundo
Como ya se ha planteado en un tra- adulto imágenes de juventud eterna.
bajo anterior (Del Canto, 2015a), la asi- Idolatría de la juventud que ciertamente
metría de roles y distribución del poder implica la postergación de responsabili-
entre adultos y niños/as y adolescentes dades otrora propias del mundo adulto.
instaurada durante la modernidad ha Es interesante resaltar que el traba-
comenzado a subvertirse, generando jo de Mead ya había sido invocado por
nuevas dificultades en el interior de Sarlo (2005) y luego por Tiramonti y
las instituciones (familia, escuela, club Montes (2009). Ambas producciones
deportivo, etc.) sobre cuestiones tales señalan que lo que ocurre es una inco-
como el cuidado, la crianza y los proce- municabilidad entre las generaciones,
sos formativos. debido a que los jóvenes pertenecen a
Estas transformaciones responden un presente donde los conocimientos
tanto a la caída de los estados nacionales de sus padres les serían inútiles (restán-
como generadores de una subjetividad doles, de este modo, autoridad). Ahora
modelada institucionalmente (Lewkowi- bien, constituye para este trabajo un in-
cz, 2004), como a la sustitución de una terrogante el hecho de si la pérdida de
lógica posfigurativa por una prefigurati- autoridad resultante de la obsolescencia
va en el marco de la posmodernidad, en de conocimientos implica también inca-
términos de Narodowski (2016). pacidad cuidadora o formativa.
Para este último autor, que recupera En este sentido, la postergación, eva-
y resignifica los desarrollos antropoló- sión o imposibilidad del mundo adulto de
gicos de Margaret Mead (1974), una ló- ejercer autoridad implica tácitamente que
gica cultural posfigurativa implica una no habría responsables a quienes incluir
subordinación de la infancia a la guía y en abordajes integrales o exigir en el caso
el cuidado de los adultos, quienes deben de la vulneración de derechos de niños/as
formar a los “menores” para que even- y adolescentes. Asimismo, la percepción
tualmente ocupen sus lugares. La carac- de lo que significa cuidado y crianza que
terística central de este tipo de marcos los profesionales (y las instituciones don-
culturales es que los cambios sociales de trabajan) tienen proviene probable-

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 125 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
mente de épocas posfigurativas, en las que ca de cómo evaluar y proceder ante cada
ellos mismos fueron socializados. caso (en vez de encontrarlo ya definido
Por estas razones, quienes trabajan en un protocolo). Se trata de un mo-
profesionalmente con estos sujetos se mento que puede ser angustiante por la
ven entrampados en la dificultad de te- responsabilidad que implica y la falta de
ner que evaluar hasta qué punto existe respuestas predeterminadas, pero que
cuidado y crianza y no vulnerabilidad, también puede invitar a la revaloración
cuando los parámetros disponibles de lo de la pericia y el juicio propios.
que estas actividades significan han cam- En esta línea, Nicolini (2016) analiza
biado drásticamente. Es decir que se trata el modo en que el nuevo Código Civil y
de categorías cuyo contenido proviene de Comercial de la Nación amplía el conte-
un paradigma anterior, pero que queda nido del paradigma actual, extendiendo
en la pericia profesional el poder actuali- este desarrollo a los campos de salud
zarlo y así cumplir con su obligación. mental y discapacidad. Para la autora, se
Volviendo al funcionamiento de las trata de un escenario que podría propi-
instituciones educativa y sanitaria, se ciar la revalorización del trabajo social
presenta una serie de configuraciones por su especificidad para explorar la
familiares totalmente alternativas a las vida cotidiana de los sujetos, articular
tradicionales (familias ensambladas, diagnósticos con recursos existentes y
monoparentales, homoparentales, etc.). su accesibilidad a ellos, y por su forma-
Pero, además, el modo en que estas con- ción profesional y rol en torno a cuestio-
figuran las interacciones en su interior nes tales como la adopción.
y con las nuevas generaciones en oca- En definitiva, la intersección entre
siones es totalmente ajeno al esperado disposiciones normativas y rupturas cul-
institucionalmente, quedando en la sub- turales puede constituir un foco de an-
jetividad de cada profesional (orienta- gustia al dificultar la toma de decisiones
da teóricamente o por sus prejuicios) el profesionales, pero también puede abrir
diagnóstico situacional. todo un abanico de posibilidades creati-
Frente a este escenario, ¿cómo eva- vas si se cuenta con la apertura suficiente.
luar la capacidad de los adultos de ser
adultos cuando la lente profesional e
institucional incorporada proviene de Conclusiones
otro momento histórico muy anterior?
¿Cómo asegurar el cumplimiento de A lo largo del presente trabajo se ha in-
los derechos de los sujetos cuando, más tentado analizar los problemas que se
allá del afecto existente entre los invo- les presentan a los trabajadores sociales
lucrados, tal vez no se cumplen pautas y otros profesionales al momento de eva-
mínimas de sociabilidad porque los luar la vulneración de derechos de niños/
adultos no pueden asegurarlas? as y adolescentes en la coyuntura socio-
Estas y otras preguntas que pueden cultural actual, signada por una desesta-
surgir del análisis de situaciones que ha- bilización de la autoridad adulta.
bitualmente emergen en las organiza- Para esto, se ha introducido el trabajo
ciones producen incertidumbre, porque social con familias desde el punto de vis-
obligan al profesional a reflexionar acer- ta histórico y caracterizado brevemente

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 126 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
la discusión teórica actual. En este senti- profesional se encuentra signada por
do, se trata de debates cuyas posturas os- la urgencia y en ocasiones ligada a la
cilan entre enfatizar el carácter interac- interconsulta médica. En este plano en
cional de la familia como grupo y cómo particular, cobra especial relevancia la
intervenir sobre este plano, y la impor- escritura de informes acerca de los casos
tancia de variables macroestructurales. asistidos y las acciones implementadas,
La importancia de reflexionar sobre teniendo en cuenta el peso de la palabra
este campo profesional en relación con el en cuanto constructora de realidades.
objetivo planteado radica en, y a la vez se Tanto el ámbito escolar como el
entrecruza con, la transición paradigmá- sanitario comparten el atravesamien-
tica en materia de niñez y adolescencia. to paradigmático de ubicar al sujeto
Así, las lógicas basadas en la tutela, el niño/a o adolescente y a su familia en
control y la institucionalización han co- un lugar de centralidad, pero que debe-
menzado a dar paso a un enfoque de in- ría ser leído además a partir de la ruptu-
tegralidad que ubica en un lugar de pro- ra generacional cultural. De este modo,
tagonismo al niño o adolescente y a su mientras que las culturas posfigurativas
grupo familiar. Sin embargo, también es definían interacciones de dependencia
fundamental recordar que en este nuevo de los niños en relación con los adultos,
escenario las intervenciones profesiona- las culturas prefigurativas encumbran
les pueden reproducir vulneraciones al los cambios rápidos, la juventud eterna
sostener prácticas de antaño o al invisibi- y el poder de las nuevas generaciones.
lizar singularidades que no están inclui- Esta coyuntura desestabiliza la autori-
das en las retóricas universalistas. dad adulta y, por ende, complejiza el
De este modo, los espacios educativo trabajo de las profesiones asistenciales
y sanitario presentan configuraciones al dificultar la claridad de definiciones
específicas desde las cuales los traba- sobre categorías tales como cuidado,
jadores sociales y otros profesionales crianza y vulnerabilidad.
deben evaluar la situación de los usua- No obstante, es esta misma ruptura
rios. En el caso de la escuela (sea jardín, y la incertidumbre que puede generar
primaria o secundaria), se espera de los en los profesionales la llave que permite
eoe la identificación de situaciones de redescubrir la pericia y el juicio propios,
emergencia y conflicto social y el diseño expandiendo las posibilidades creativas
de abordajes integrales, articulando con y revalorizando la evaluación como mo-
los Servicios Locales y Zonales y con el mento de la intervención.
resto de la comunidad.
Respecto del ámbito de la salud, [Recibido el 28 de abril de 2017]
en sus diferentes áreas, la intervención [Evaluado el 6 de junio de 2017]

Referencias bibliográficas
Aylwin, N. y M. Solar (2003), Trabajo social familiar, Santiago de Chile, Editorial de la Univer-
sidad Católica.
Barg, L. (2003), Los vínculos familiares, Buenos Aires, Espacio.

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 127 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129
Bonazzola, P. (2010), “Ciudad de Buenos Aires: sistema de salud y territorio”, Buenos Aires,
mimeo.
Calvo, L. (2013), Trabajo social familiar, Buenos Aires, Espacio.
Campos, V. y J. Sokolovsky (2006), “Revisando la historia de la ‘atención a la infancia’: desde
el Virreinato hasta la Ley 26.061”, Cuestiones de la Niñez. Aportes para la formulación de
políticas públicas, Buenos Aires, Espacio.
Ceberio, M. y P. Watzlawick (1998), La construcción del universo, Barcelona, Herder.
Corrosa, N., E. López y M. Monticelli (2006), El trabajo social en el área educativa, Buenos
Aires, Espacio.
Chadi, M. (2005), Familias y tratamiento familiar, Buenos Aires, Espacio.
Del Canto, J. (2014), “Algunas transformaciones en las teorías y prácticas del Trabajo Social
en escuelas”, Escenarios, año 14, N° 21, La Plata, pp. 52-59.
—— (2015), “La intervención social con adultos mayores en el campo de la salud: entre la
gerontología y las determinaciones institucionales”, Plaza Pública, año 8, N° 13, Tan-
dil, pp. 148-157.
—— (2015), “Una intervención socioterapéutica y socioeducativa del Trabajo Social en el
Jardín de Infantes”, Revista de Educación Polifonías, año 4, N° 6, Luján, pp. 147-164.
Kisnerman, N. (2005), Pensar el Trabajo Social, Buenos Aires, Lumen.
Lewkowicz, I. (2001), Del fragmento a la situación: notas sobre la subjetividad contemporánea,
Buenos Aires, Grupo Editor Altamira.
—— y C. Corea (2004), Pedagogía del aburrido, Buenos Aires, Paidós.
Mead, M. (1974), Cultura y compromiso. Estudio sobre la ruptura generacional, Buenos Aires,
Gránica.
Méndez Guzmán, X. (2015), Trabajo Social con personas y familias, Buenos Aires, Espacio.
Minuchin, S. (1979), Familias y terapia familiar, Barcelona, Gedisa.
Miranda Aranda, M. (2013), De la caridad a la ciencia i, Buenos Aires, Espacio.
Narodowski, M. (2016), Un mundo sin adultos. Familia, escuela y medios frente a la desaparición
de la autoridad adulta, Buenos Aires, Debate.
Nicolini, G. (2014), “Tenemos teoría, tenemos derechos, pero… desafíos a la intervención
con familias”, Debate Público, año 4, Nº 8, pp. 149-159.
—— (2016), “Trabajo Social frente al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Algunas
pistas para habitarlo”, Debate Público, año 6, Nº 11, pp. 61-73.
Nikodem, M. (2009), Niños del alto riesgo: intervenciones tempranas en el desarrollo y la salud
infantil, Buenos Aires, Paidós.
Parra, G. (2001), Antimodernidad y Trabajo Social, Buenos Aires, Espacio.
Quintero Velásquez, Á. (1997), Trabajo Social y procesos familiares, Lanús, Lumen.
Sarlo, B. (2005), Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo, Buenos Aires, Siglo XXI.
Selvini Palazzoli, M. (1990), Los juegos psicóticos en la familia, Buenos Aires, Paidós.
Tobar, F., S. Olaviaga y R. Solano (2012), “Complejidad y fragmentación: las mayores enfer-
medades del sistema sanitario argentino”, Documento de políticas públicas, Nº 108,
Buenos Aires, cippec.
Tiramonti, G. y N. Montes (comp.) (2009), La escuela media en debate, Buenos Aires, Manan-
tial / flacso.
Travi, B. (2006), La dimensión técnico-instrumental en Trabajo Social, Buenos Aires, Espacio.
Varela, M. (2008), Paradigmas, debates, tensiones en políticas de niñez. Aportes para una transi-
ción, Buenos Aires, Espacio.
Watzlawick, P., J. Helmick Beavin y D. Jackson (1971), Teoría de la comunicación humana. Inte-
racciones, patologías y paradojas, Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129 128 Jesús del Canto
Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados
Leyes y normativas
Ley Nacional Nº 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescen-
tes.
Ley Nº 13.298 de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños.
Ley Nº 114 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
Disposición Nº 76/08 “Rol del Equipo de Orientación Escolar”, Dirección de Psicología Co-
munitaria y Pedagogía Social, Dirección General de Cultura y Educación.
Comunicación Conjunta Nº 1/2012 “Guía de orientación para la intervención en situaciones
conflictivas en el escenario escolar”, Dirección General de Cultura y Educación.

Autor

Jesús del Canto es licenciado en Trabajo Social con Tramo de Formación Pedagógica para Profe-
sionales y Técnicos Superiores. Diplomado Superior en Metodología de la Investigación (uces).
Orientador social, Dirección General de Cultura y Educación, modalidad Psicología Comunitaria
y Pedagogía Social (2010-2013). Exresidente de Servicio Social en Salud, Hospital Fernández,
Ciudad de Buenos Aires (2014-2015). Actualmente, asistente social de planta, Hospital Álvarez,
Ciudad de Buenos Aires.
Publicaciones recientes:
—— (en prensa), “Familias, cuidado de pacientes durante internaciones y Servicio Social”, Siste-
mas Familiares y otros sistemas humanos, Asociación Sistémica de Buenos Aires.
—— (2015), “La intervención social con adultos mayores en el campo de la salud: entre la ge-
rontología y las determinaciones institucionales”, Plaza Pública, año 8, N° 13, Tandil, pp.
148-157.
—— (2015), “Una intervención socioterapéutica y socioeducativa del Trabajo Social en el Jardín
de Infantes”, Revista de Educación Polifonías, año 4, N° 6, Luján, pp. 147-164.

Cómo citar este artículo

Del Canto, Jesús, “Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados”,


Revista de Ciencias Sociales, segunda época, año 9, Nº 32, Bernal, Editorial
de la Universidad Nacional de Quilmes, primavera de 2017, pp. 117-129,
edición digital, <http://www.unq.edu.ar/catalogo/417-revista-de-ciencias-
sociales-n-32.php>.

Jesús del Canto


Profesiones asistenciales y adultos desestabilizados 129 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 32, primavera de 2017, pp. 117-129

S-ar putea să vă placă și