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El pensamiento crítico para niños con

trastornos del desarrollo: una estrategia


que funciona
Ciclo 1: Herramientas y técnicas que puede utilizar

1) Utilizar Rutinas de pensamiento

Las Rutinas de pensamiento son un conjunto de pasos y preguntas que pueden


emplearse de modo flexible y con regularidad para fortalecer diversas habilidades
del pensamiento. En particular, y con respecto a los niños con TGD, las rutinas no
solo les ayudan a mejorar sus habilidades de razonamiento sino que también
cubren su gran necesidad de estructura y sistematización. Aquí podemos observar
un ejemplo simple de una rutina de pensamiento:

Nombre de la Rutina de pensamiento: «Ver – Pensar – Preguntarse»

Habilidades específicas: realizar interpretaciones justificadas y pensar con


creatividad.

Cómo emplear esta rutina: pídale al niño que observe un objeto de su interés.
Puede ser una obra de arte o cualquier otro objeto que se vea durante una salida
al aire libre. Luego, formule al niño las siguientes tres preguntas:

¿Qué ves? => «Veo…»

¿Qué piensas sobre eso que ves? => «Pienso…»

¿Qué pregunta te surge sobre eso que ves? => «Me pregunto…»

Estimular siempre al niño para que fundamente cada una de sus


respuestas. La práctica de esta rutina de pensamiento en contextos similares y
con regularidad puede ayudar al niño a adquirir mayor confianza en la utilización
por su propia cuenta de este patrón de razonamiento.

2) Haga preguntas abiertas (preguntas que no impliquen una respuesta


de «sí» o «no»)

Es fundamental formular al niño preguntas elaboradas que impliquen procesos de


pensamiento de orden superior. Lo ideal es que elija preguntas que induzcan al
niño a inferir la respuesta en base a pistas, a su experiencia personal y creatividad
o a explorar varias opciones a la hora de tomar una decisión. Ejemplos*:

 ¿Qué te hace decir eso?

 ¿Qué cambiaría si…?

 ¿Existen otras opciones (antes de que tomemos una decisión)?

3) Dote al niño con una estrategia simple para resolver problemas

La resolución de problemas es un componente clave del pensamiento crítico. Si


usted enseña a los niños una simple secuencia de pasos que ellos puedan seguir
para solucionar un problema, estará mejorando su capacidad para pensar de modo
independiente

Paso 1: «Fijar un objetivo»=> Estimular al niño para que pregunte y


responda «¿Cuál es el problema?» y que luego se fije un objetivo para
resolverlo.

Paso 2: «Actuar»=> Estimular al niño para que pregunte y responda «¿Qué


puedo hacer para resolver el problema?» y que luego se fije un plan de
acción.

Paso 3: «Adaptar al objetivo o plan»=> Estimular al niño para que reflexione


sobre los resultados del plan de acción inicial preguntándose «¿He resuelto el
problema?» y que luego, si es necesario, que adapte o ajuste dicho plan de
acción.

4) Utilice recursos especializados


Si bien siempre puede elaborar sus propias actividades como terapeuta, maestro o
padre, no es necesario descubrir la pólvora. Por ello, puede enriquecer su
biblioteca con recursos especializados y ofrecer a su hijo una amplia gama de
actividades regulares para practicar el pensamiento crítico.

Ciclo 2: Pasos para cambiar su comportamiento como


terapeuta / profesor / padre, a fin de fomentar el
pensamiento crítico

El hecho de estar informado sobre las mejores herramientas disponibles


es una cosa, pero ninguna herramienta será efectiva a menos que se
adopte una «actitud propicia para el pensamiento crítico» con respecto al
niño:

1) Sea paciente: cuando comente algún problema con los niños no les induzca
las respuestas, sino que deles tiempo para pensar. Recuerde: para ayudar a
los niños a pensar ¡debe permitirles pensar!

2) Acepte las preguntas de los niños. Anímelos a formularle preguntas y


justifique las respuestas que les brinda.

3) Forme pensamiento crítico. Proporcione razones cuando describa o explique


algo a los niños y permita que los niños vean el proceso que usted sigue para
resolver los problemas diarios.

4) Permita que los niños cometan errores. Los errores constituyen una valiosa
oportunidad para aprender y explorar las diferentes opciones para resolver un
problema.

Ciclo 3: Oportunidades que puede utilizar para fomentar


el pensamiento crítico

Casi cualquier instancia en la vida de un niño ofrece la oportunidad para


practicar el pensamiento crítico, siempre que usted recuerde que la
enseñanza del pensamiento crítico debe ser siempre divertida y nunca
imponerse al niño. Hemos seleccionado 4 contextos útiles para practicar
el pensamiento crítico:

1) Aficiones, pasatiempos y talentos del niño: construya sobre los intereses


del niño valiéndose de rutinas de pensamiento y preguntas
elaboradas mientras conversa sobre temas que el niño disfruta hacer.

2) Literatura infantil: leer libros juntos y formular las preguntas adecuadas para
fomentar la comprensión profunda de las historias que lee, a la vez que aborda
distintas habilidades de pensamiento crítico.

3) Tareas escolares y deberes: absténgase de inducir respuestas en el niño. El


no hacerlo tendrá efectos mucho más positivos a largo plazo que el hecho de que
obtenga una buena calificación en una tarea escolar.

4) Tratar juntos un problema: puede ser cualquier tipo de problema, en casa o


en la escuela. Guíe al niño en el uso de la estrategia para la resolución de
problemas en 3 pasos explicada previamente.

El pensamiento crítico requiere mucha paciencia y


perseverancia, pero es una de las más valiosas
habilidades para la vida que puede fomentar.

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