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Niños que no aprenden – Schlemenson

Cap 1 – El diagnóstico psicopedagógico.


-Tiene por objeto dar cuenta de las particularidades psíquicas que restringen el
proceso de aprendizaje de un niño. Podemos considerar que el diagnóstico
psicopedagógico es un proceso en el que se intenta encontrar el sentido histórico
subjetivo (conocer la naturaleza) de los problemas de aprendizaje de un niño
determinado (enfermedad) a través del análisis de sus dificultades escolares (síntomas
y signos).
Los niños con problemas de aprendizaje psicológicamente se caracterizan por la
presencia de restricciones en su producción simbólica y presentan perturbaciones en
el dominio de algunas o todas las pareas del conocimiento, con pérdida de la
curiosidad y del deseo para la incorporación de novedades. Este tipo de niños se
presenta con modalidades cognitivas que requieren ser diagnosticadas en sus
particularidades y sentidos por lo cual el diagnóstico tendrá por objeto la
caracterización del proceso de simbolización del niño y la detección de factores que
lo perturben.
- Piera Aulagnier elaboró una hipótesis que defiende que la actividad psíquica está
constituida de tres modos de funcionamiento: el proceso originario, el proceso
primario y el proceso secundario. Estos tres no están presentes desde un primer
momento sino que se suceden temporalmente.
En el proceso originario se constituyen los esbozos del aparato psíquico. Tiene una
tendencia a manifestarse mediante reacciones intensas, desorganizadas y masivas que
se expresan en una precaria actividad representativa conocida como actividad
pictográfica (??. En este momento la inmadurez biológica del recién nacido lo coloca
en una situación de dependencia hacia quien lo asiste en sus necesidades. Su madre (o
quien sea) no sólo ofrece cuidados corporales sino que transmite estabilidad y genera
atractivos de orden libidinal. Satisface necesidades, por lo que se transforma en una
fuente de placer, adquiere una función constitutiva prioritaria en la fundación del
psiquismo infantil.
Piera A. llama “violencia primaria” a la acción mediante la cual se le impone a la
psique del niño una elección, un pensamiento, una forma de circulación y descarga
del placer, motivados por el deseo de quien lo impone (madre). Las madres
interpretan las necesidades de sus hijos, les ofrecen atención, asistencia y placeres de
acuerdo con: sus propios antecedentes históricos (ordena el ejercicio de su función de
acuerdo a las marcas de las situaciones traumáticas y del goce que sufrió en su
anterior posición de hija); los condicionantes sociales (atravesado por los principales
lineamientos de la época y el grupo social al que la madre pertenece); y la relación
que se mantiene con el padre del niño, quien influye en las formas de asistencia que
la madre elige para sus hijos.
En los casos de niños para quienes esta primera relación es extremadamente inestable
o precaria, los deseos de entrelazamiento libidinal no se instituyen y el psiquismo del
niño se constituye con un nivel de precariedad simbólica difícil de recuperar
posteriormente. Este es el caso característico de los niños autistas con intensos déficit
de atención o con somatizaciones graves. (?????)
Este primer período de organización del psiquismo es rápidamente sucedido por la
entrada del proceso primario, cuya actividad representativa característica es la
fantasía. Estas son un producto psíquico de mayor complejidad que las
representaciones pictográficas y surge para compensar psíquicamente la ausencia que
la madre concreta toda vez que se aleja o posterga la pretendida asistencia
permanente que el niño requirió inicialmente para satisfacer sus necesidades y
demandas. Cuando su madre se ausenta, la separación se consolida y surge en el
psiquismo infantil la representación de la existencia de dos espacios, el de la madre y
el del niño. El contenido de dichas fantasías suele representar los rasgos
identificatorios que el niño imagina que posee el nuevo espacio de su madre.
De las fantasías que el niño expresa se pueden deducir los rasgos identificatorios que
este extrajo de sus referentes primarios alrededor de los cuales construyó su
psiquismo. Pruebas diagnósticas que permiten captar estos aspectos: la familia
kinética y el CAT.
Según Bleichmar, entre las vicisitudes que atraviesan la historia del niño se producen
fenómenos de transformación por efecto de la inclusión de novedades y traumatismos
a su vida psíquica que evitan la repetición lineal de la herencia edípica. E imponen
aspectos novedosos como fantasías de transformación y cambio. En este sentido, la
escuela es considerada como una nueva oportunidad para la complejización del
psiquismo, pues en su ingreso se incrementan las oportunidades que tiene el niño de
ampliar su potencial simbólico.
Cuando un niño inicia su escolaridad reedita con nuevos sujetos y objetos situaciones
originarias pasando de objetos exclusivamente sexuales a objetos socialmente
valorados, desconocidos, extraños con los que reproduce relaciones semejantes a las
experimentadas con los objetos parentales. Se constituye así un nuevo modo de
funcionamiento psíquico conocido como proceso secundario.
El sujeto no se relaciona secundariamente con cualquier objeto o sujeto, sino que se
siente atraído por aquellos que convocan aspectos libidinalmente significativos de su
realidad psíquica anterior.

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