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Introducción a la biología.

(Bojail y Aznavurian, 1990)


Resumen: Capítulo 1: Historia de las teorías evolucionistas. Pág. 11- 19
Tiempo atrás, en su Historia natural, Buffon (1707-1788) admitía que las
especies cambiaban, al observar la presencia de órganos vestigiales en muchos
animales. Por su parte, Linneo fundo el sistema de nomenclatura binomial
(sistema natural en 1760), en el que a cada planta o animal se adjudicaba un
nombre genérico y uno específico, sistematizando de esa manera lo que hasta
entonces era anárquico. Además, a pesar de aceptar la inmutabilidad de las
especies sospechaba que algunas nuevas podían originarse por hibridación.
Pag. 11

Erasmus Darwin, abuelo de Charles, postulaba la posibilidad de variaciones en


las especies y en su obra Zoonimia (1794) sostiene la idea de la influencia del
ambiente sobre las especies y aporta las razones de sus conclusiones. Jean
Baptiste Lamarck (1744-1829) postuló que todos los animales habían
evolucionado a partir de corpúsculos primitivos a través de adquisiciones
progresivas. En su obra Filosofía zoológica (1809), Lamarck destaco que la
evolución ocurre a medida que los organismos adquieren nuevas características,
como consecuencia de su interacción con el medio ambiente, y que estas eran
además transmitidas a la progenie. Es necesario revisar los fundamentos
distinguir los hechos y la interpretación que Lamarck daba a los mismos. Además
de la obra mencionada, Lamarck contribuyó sustancialmente al desarrollo de la
biología con sus trabajos sobre anatomía comparada y nomenclatura de
invertebrados. Pag. 12

Alfred Russel Wallace, independientemente de Charles Darwin propuso una


teoría acera del origen de las especies por medio de la selección natural. En
1855 escribió un ensayo sobre la ley que ha regulado la introducción de
nuevas especies y en 1858, del famoso ensayo de Malthus acerca de las
poblaciones, Wallace deriva la idea de la supervivencia del más apto, que lo
ayudo a elaborar su teoría de la selección. Wallace envía a Darwin su manuscrito
elaborado durante ese año y este reconoce de inmediato coincidencias
extraordinarias con sus propias observaciones. El ensayo de Wallace, junto o un
resumen de los puntos de viste de Darwin, fue presentando como un silo trabajo
en la Sociedad Lineana en julio de 1858. Darwin público su libro al año siguiente
(1859) y en 1869 Wallace reunió una serie de trabajos, muchos de ellos ya
publicados, en un volumen que denomino Contribuciones a la teoría de la
selección natural, editado en 1870. Su aproximación al problema fue más
geográfico e hizo hincapié en la distribución de órdenes y géneros, razón por la
cual es tiempo de reconsiderar y dar el lugar que A R Wallace merece como
coautor del concepto de evolución de las especies. Pág. 12
Charles Darwin demostró la evolución de los organismos; sin embargo, su
aportación más importante fue definir que el mecanismo de esos cambios
obedecía a la selección natural. También desarrollo la noción de la lucha por la
existencia, para explicar la supervivencia que habían sufrido algún cambio.
Además del libro El origen de las especies publicado en 1859, Darwin
contribuye con un estudio destinado a determinar el origen y las variedades de
plantas cultivadas y de animales domesticadas. En 1871 en otra publicación
aplica los principios de la evolución del hombre e introduce el concepto de
selección sexual, como complementario del de selección natural. Pág. 13

John Gregor Mendel (1822-1884) descubrió las primeras leyes de la herencia,


con lo que sentó las bases de la genética. No fue hasta la publicación de los
trabajos de Mendel en 1865, cuando se esclarecieron de herencia y variación.
Sin embargo, estos trabajos no fueron conocidos por Darwin, quien escribió
mucho acerca del problema de la variabilidad de las especies y los mecanismos
que la mantienen en una población. Pág. 13

Después del mejoramiento de las técnicas para el estudio de la célula fue hacer
observaciones detallas de los cromosomas dentro del núcleo de las células. Al
mismo tiempo se precisaron los mecanismos de la mitosis y la meiosis, con lo
cual se aclararon aspectos de la recombinación, el intercambio génico y otros
conceptos. Se explicaron con mayor detalle las relaciones entre los cromosomas
su comportamiento y la presencia o ausencia de caracteres en la descendencia
de los grupos estudiados. Pág. 13

En 1919, T. H. Morgan publicó Las bases físicas de la herencia y demostró


que los genes se ordenaban en los cromosomas mediante mapas
cromosómicos, logrados gracias al estudio de la progenie que marcaban el
origen y su combinación. Posteriormente, la identificación de rompimientos,
inversiones, etc., permitió observar la presencia o ausencia de determinados
caracteres hereditarios. Hacia 1926, S.S. Tschetwerikoff estudió poblaciones
silvestres y aplico los principios mendelianos. Pág. 14

Para 1940, la información de la genética había completado muchos aspectos de


la teoría darwinista. Los cambios posteriores para comprender el sistema génico,
por un lado, contribuyeron a ahondar las dudas, pero por el otro, resolvieron
problema acorde la constitución de cromosomas, núcleo etc., y su función en la
transmisión de la herencia. Así en 1926 H. J. Müller, en una serie de
experimentos mediante rayos X, indujo diversas mutaciones compatibles con la
vida en varios organismos y observo sus efectos en generaciones ulteriores.
Pág. 14
Las contribuciones posteriores ampliaron el panorama de la genética y llenaron
vacíos en la teoría de Darwin. Es necesario insistir en que si bien en ocasiones
no se cubren los hechos descritos fundamentales para la teoría darwiniana en la
mayor parte de los casos se encuentran corresponderías entre ambos, lo cual
reafirma la concepción de Darwin acerca de la evolución de las especies. Pág.
14

De 1930 a 1960 y aún más adelante las contribuciones son variadas. Así en 1930
Ronald Fisher en su obra La teoría genética de la selección natural, integra el
concepto darwiniano de la selección natural con la genética mendeliana y, de
hecho, funda una rama que con los años adquiría suma importancia la genética
cuantitativa. Otros autores en los cada vez más diversificados temas mostraron
y probaron aspectos de la teoría de la evolución en especies diferentes y, al
mismo tiempo, muchas de las pruebas que aportaban se correlacionaron en
favor de las ideas de Darwin. Pág. 14

Durante la década de 1930 surgió una teoría de la evolución, que trató de


unificar los conceptos de la selección natural, de la mutación espontánea y de la
genética, tanto formal como de poblaciones, llamada teoría sintética de la
evolución, teoría biológica de la evolución o teoría neo darwinista. Esta
integra en su cuerpo de conocimientos la probabilidad de ocurrencia de las
mutaciones, la variabilidad de las poblaciones y el aislamiento poblacional, y la
manera de actuar de la selección natural acentuando las diferencias en las
características que en un momento dado representan ventajas o desventajas
para la población. Teissier y L’Heritier demostraron que en poblaciones
experimentales de moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), la selección no
elimina uno de los caracteres distintos, cuyas frecuencias solo son modificadas
en relación con los cambios en las condiciones ecológicas. Pág. 15

Posiblemente el autor moderno que más ha contribuido a la teoría moderna de


la evolución sea Dobzhansky. Dentro de su vasta obra se comprenden temas
que han originado fuertes controversias como el de la herencia humana; sin
embargo, su trabajo y el de sus colaboradores ha permitidos comprender la
estructura genética y sus interacciones en poblaciones naturales. Para este
autor, la selección natural no sería un factor de probabilidad, sino un sistema de
ordenación con el que mediante la variabilidad, las poblaciones mantienen su
relación con el medio y se adaptan a sus presiones. Así, la selección natural no
actuaría en un solo sentido de crecimiento poblacional, sino que todos los
elementos condicionantes de la variación poblacional actuarían en un tiempo,
representando valores distintos según la variación del medio.
Consecuentemente, las poblaciones tendrían posibilidades tendrían
posibilidades, en su espacio biológico, de relaciones en un orden tridimensional
infinito. Pág.15
Boesiger sostiene que Dobzhanky, Simpson, Ford, etc., han revolucionado los
conceptos evolutivos: de las concepciones tipológicas y analíticas, han ido hacia
un punto de vista poblacional de la biología de la evolución. Los avances más
espectaculares en el campo de la biología molecular, así como el hallazgo de
áreas comunes en las ciencias biológicas, han marcado con su huella los
resultados más recientes. Pág. 16

Capítulo 4: La teoría de la evolución. Pag. 35-45


Evolución es, entonces, un concepto de transformación total en varios niveles;
las poblaciones representan solo una parte de ellos, incluyendo los sistemas no
vivos y el universo mismo; los cambios sociales, en tanto evolución de las
culturas y de la humanidad, como ideas social y biológica. En la actualidad
resulta claro que los organismos son producto de un largo proceso que, como se
ha visto, actúa en las poblaciones con base en la selección, mutación y
variabilidad de una especie. Pág. 37
En la biología no hay disciplina que no se vincule de alguna forma con la
evolución; desde la sistemática y la paleontología, hasta la biología molecular y
la bioquímica, todas ellas aportan elementos de comprensión y profundización
de los mecanismos evolutivos. Entre estas disciplinas hay relaciones que apoyan
los hallazgos y conclusiones de los evolucionistas. Por ejemplo el mayor
conocimiento del ADN ha incrementado la comprensión de la función genética
y la diferenciación celular. Por otro lado, la paleontología y la morfología se
apoyan mutuamente en sus conclusiones acerca de la relación entre grupos.
Pág. 37
En su obra La genética y el origen de las especies (1951) Dobzhansky
sostiene: La evolución es un cambio de la composición genética de las
poblaciones. El estudio de los mecanismos evolutivos pertenece al campo de la
genética de poblaciones. Por supuesto, los cambios observados en poblaciones
pueden tener diferentes magnitudes. Sin embargo, la experiencia muestra que,
si bien no hay otra manera de entender los mecanismos de los cambios
macroevolutivos (que requieren tiempo a escala geológica), si se pueden
entender los procesos microevolutivos observable en un tiempo de escala similar
a la vida humana y a menudo controlados por el hombre y aun eventualmente
reproducidos en el laboratorio. Pág. 38-39

Capítulo 5: Los orígenes de la vida y el principio de la evolución. Pág. 45-


55
Las hipótesis acerca del origen de la vida han sido muchas y diversas, y han ido
variando de acuerdo con los avances en el conocimiento y según los cambios
culturales, religiosos o políticos de las distintas épocas. Como fuente del orden
de la vida, se han postulado desde acontecimientos sobrenaturales hasta el
hecho de que la vida fue producto de una espora de procedencia extraterrestre.
Las teorías más modernas consideran que hubo formación de compuestos
orgánicos a partir de elementos inorgánicos esto desde luego en tiempos
remotos. Alguna de las hipótesis más importantes puede incluirse en las
siguientes categorías:
1. La vida apareció en la Tierra como un acto creacionista, es decir, como
un evento sobrenatural más allá de las demostraciones científicas. Esta
opinión se ha sostenido durante centurias, pero gracias a los avances
científicos ha ido perdiendo terreno en los espacios académicos. No
obstante, en algunos lugares todavía se conserva, aunque con
modificaciones.
2. La vida se origina, particularmente en su forma más simple, de la materia
no viva. Se ha formado en todo tiempo, y continúa formándose de la
misma manera. Esta teoría se conoció con el nombre de generación
espontánea, y la analizaremos posteriormente aunque podemos
adelantar que en la actualidad tiene muy escasos adeptos.
3. La teoría más moderna se ha ido configurando a partir de la idea de que
la vida se estableció en la Tierra como consecuencia de una serie de
reacciones químicas que transformaron de una serie de reacciones
químicas, que transformaron el material inorgánico en material orgánica,
reacciones que fueron posibles por las condiciones existentes en aquel
tiempo. Tales eventos son actualmente improbables, ya que las
condiciones atmosféricas y físicas del planeta Tierra han cambiado. Pág.
46

La existencia de una teoría que postula la generación espontánea se explica


porque en el pasado, por desconocerse las causas de los hechos que se
observan, estos se interpretaron como una simple relación de causa-efecto. Por
ejemplo, si en el alimento expuesto al medio se producía larvas y moscas se
consideraba que estas se generaban espontáneamente a partir de la materia.
En este sentido, una revisión de los conocimientos de entonces demuestra que
lo que ahora parece obvio, antes no lo era tanto. Pág. 47

J. B. S. Haldane, en Gran Bretaña y A. I. Oparin, en la Unión Soviética, afirmaron


que resulta sumamente improbable la formación de material orgánico a partir de
materia inorgánica, debido a que la atmosfera que ahora existe es muy oxidante
en comparación con la supuesta atmosfera primitiva, la cual se caracterizaría por
su gran capacidad reductora (alto contenido de H+). Pág. 48.

Si bien las condiciones que existieron en la Tierra durante sus primeros miles de
años son todavía objeto de controversia, se acepta que sufría lluvias torrenciales
tormentas y erupciones frecuentes y que no había ozono como para detener el
paso de las radiaciones ultravioleta de la luz del Sol. En estas condiciones, se
considera posible que se formaran en primer término moléculas orgánicas
simples, que contenían carbono como CO2 y CH4, y que otra serie de reacciones
sucesivas llegaran a formarse aminoácidos, nucleótidos, proteínas, azucares o
ácidos grasos; es decir los más importantes constituyentes de la célula. Aunque
en el laboratorio no sea posible reproducir tales condiciones primigenias, resulta
extraordinariamente fácil producir compuestos orgánicos los cuales
supuestamente constituyen el punto de partida de la evolución, aunque no se
haya puntualizado con exactitud los caminos que esta siguió. Pág. 48

La evolución está basada en dos procesos fundamentales:


1. La variación, que se refiere a los cambios que se dan al azar en el material
hereditario de una célula, lo que se produzca una información genética
distinta de la original. Esta nueva información se trasmite también de un
individuo a su descendencia, y origina que este último tenga una o más
características diferentes de las de su progenitor.
2. La selección de estos individuos, que son diversos, se da solo cuando las
variantes son capaces de sobrevivir y de propagarse, gracias a lo cual se
producen organismos con características diferentes. Por lo anterior, la
evolución, en tanto principio fundamental de la biología, nos ayuda a
explicar la amplia variabilidad que se observa en los seres vivos. Pág. 50

Los estudios actuales permiten conocer cada vez con mayor precisión los sitios
en los que se guarda la información genética, que capacita a los individuos para
autorreplicarse y reproducir un ser igual al que le dio origen. También se está
avanzando en lo que toca a los resultados de la combinación de material
genético de dos individuos, y acerca de la forma en que la progenie expresa
características compartidas de ambos, aunque produzcan individuos diferentes,
debido a que ha habido un error en la transcripción; es decir, una variación. Esto
permite que se establezca la relación y que se manifiesta en la capacidad del
nuevo organismo para sobrevivir y reproducirse a sí mismo. Pág. 51

En el lenguaje más simple de la biología a los organismos como las bacterias y


otros similares se les conoce con el nombre de procariotes mientras que a las
formas más complejas tales como los animales superiores y plantas se les
denomina eucariotes. Se cree que los procariontes son los más cercanos a la
célula ancestral y aunque muy diversos entre si tanto desde el punto de visa
morfológico como en lo que concierne a sus funciones bioquímicas son
complejos, al punto que muchos de los procesos metabólicos que se describen
en los organismos vivos pueden encontrarse también en los procariotes. De
manera análoga, algunos de los principales procesos productores de energía
como la glucólisis y respiración se hallan en las bacterias en algunas protistas
incluso se lleva a cabo el proceso de la fotosíntesis. Pág. 51-52
En la taxonomía moderna, esta dicotomía entre organismos nucleados
(eucariotes) y nucleados sin membrana nuclear (procariotas) resulta
fundamental, ya que tal división implica otras propiedades diferentes como, por
ejemplo, la presencia o ausencia de organelos (membrana celular mitocondrias
cloroplastos, etc.) o ciertas característica moleculares (forma en que se presenta
el ADN, secuencia de sus aminoácidos, tipos de ARN formas de reproducción,
etc.). La biología celular y molecular aporta con rapidez sorprendente, nuevos
datos para reinterpretar las relaciones entre los organismos. Esta información ha
permitido reconsiderar el esquema, tan importante en la biología moderna, de
que los procariotas y eucariotas fueron los únicos y exclusivos linajes
filogenéticos. Pág. 53

De acuerdo con esta premisas, los organelos de los eucariotas provienen de una
línea de procariotes, que es distinta de la de otros procariotes, estos últimos
siguieron dos líneas evolutivas diferentes. Los estudios recientes consideran la
existencia de cuando menos dos tipos de procariotes: las eubacterias y las
archaebacterias, tan diversas entre si como lo son estos eucariotas. De este
modo, supone la existencia de 3 líneas filogenéticas en lugar de dos. Pág. 53

Como hemos visto generalmente se acepta que la evolución partió de un


ancestro en común; de ser así, al postularse tres líneas filogenéticas resulta
necesario hacer ciertos ajustes a la teoría. Según los anteriores lineamientos, se
tendrá que considerar que las tres líneas tuvieron un hipotético ancestro en
común, mucho menos más rudimentario, a partir del cual evolucionaron; a este
ancestro se le conoce con el nombre de progenote. Pág. 53-54
ORIGEN DEL HOMBRE. (Niesturj, 1972)
Resumen: Tercera parte. Capítulo 1: Datos paleo antropológicos sobre la
formación del hombre. Pág. 261-268
Un nuevo estadio en el desarrollo de la naturaleza se inauguró con la aparición
del hombre a comienzos de la Era Cuaternaria. En el curso de un millón de años
el hombre se transformó en un ser poderoso. (Pág. 261)
En comparación con toda la historia precedente de la evolución del reino animal,
la especie humana abarca con su existencia un periodo brevísimo. Pero en
cuanto periodo, son inmensos sus logros y el grado a que llegó su influencia
sobre los seres animal y vegetal. (Pág. 261)

Recordemos aquí que en la Era Terciaria durante la evolución de los primates


superiores –los monos-, también se estaban formando la línea especial que más
tarde conduciría al hombre. Podemos suponer que esta rama se separó del
tronco principal, junto con los antepasados del gorila y del chimpancé en el ceno.
Posteriormente el antiguo grupo de antropoides del cual habría de derivado, el
hombre se desarrolló independiente, hasta que dio origen a los australopitecos.
Los primeros hombres surgieron a comienzos de la Era cuaternaria dentro de
una especie del grupo de antropoides australopitecinos. (Urison, 1964, 1966).
Pág. 261

En vista de que el surgimiento y el desarrollo del hombre es muy característico


para la historia del periodo cuaternario, A. P. Pávlov propuso llamar
antropogénico el sistema de los estratos cuaternarios, y el mismo periodo,
antropógeno, que se caracteriza por la presencia y actividad del hombre. (Pág.
261)

Últimamente, la duración de la antropogenia se considera, con mayor frecuencia,


más amplia, debido a la reunión de la época Villafranca (parte conclusiva del
plioceno) completa o parcialmente. A este respecto, despierta el máximo interés
de la investigación de I. K. Ivanova (1965), dedicada a la antigüedad geológica
de las formas de los homínidos fósiles: en esta el volumen del periodo
cuaternario se acepta en 2 millones de años (véase también: Markov, Velichko,
Nikolaev, 1968). (Pág. 261)
EL SOL Y LA TIERRA. (Otaola y otros, 2003)
Resumen: Capítulo I: Sobre el Sol, la Tierra y aquello que nos rodea. Pág.
9-31

El sol es una estrella enana blanca de color amarillo, miembro de uno de los más
numerosos tipos de estrellas, las del tipo espectral G2, que se mantiene unida
por su propio campo gravitacional y presiones internas como la del plasma y de
la radiación. Tiene un radio de 695980 km, es decir, 109 veces el radio de la
Tierra, que tiene alrededor de 6371 km, y rota sobre su propio eje en
aproximadamente 27 días (como veremos en la próxima sección, el Sol tiene
una rotación que varía con la latitud y a la que se conoce como rotación
diferencial). El interior está formado por tres capas: el núcleo, la zona radiactiva
y la zona convectiva, mientras que la atmósfera se divide en: fotósfera,
cromósfera, zona de transición y corona. Todas estas regiones se ilustran en la
figura número 1. Pág. 10-11

Como mencionamos con anterioridad, la atmosfera solar se divide en varias


capas. Primero se encuentra la fotosfera que se puede considerar como la
superficie del Sol. Es sumamente delgada (aproximadamente de 300km) y es la
capa de donde proviene la mayoría de la luz que observamos de allí su nombre.
Su temperatura disminuye con la altura desde unos 8500° K en su base hasta
de unos 4500° K en la parte superior con una temperatura media de
aproximadamente 5800 grados. En fotografías de buena resolución, la fotosfera
aparece como una región granulada que se asemeja a una salsa de tomate en
ebullición. Pág. 13

Una vez que la temperatura alcanza el millón de grados se tiene la última capa
que es la corona, región sumamente tenue que debido a la alta temperatura, se
expande continuamente hacia el espacio formando el viento solar. La
temperatura de la corona es casi constante (un millón de grados en el Sol y
100000 grados a la altura de la órbita de la Tierra que está a 150 millones de
kilómetros o lo que es lo mismo a una unidad astronómica). Pág. 13-14

En la fotósfera y la corona, el campo magnético que emerge genera patrones


muy complejos que dan lugar a las manchas solares, regiones activas, grandes
arcos coronales y hoyos coronales, de los que hablaremos más adelante. Todos
ellos forman parte de lo que conocemos como actividad solar. Pág. 14
MOSAICO ASTRONÓMICO. (Ruiz, 2002)
Resumen: Capítulo XLIII: Como se formó el sistema solar. Pag. 88-91
Cronológicamente el primer pensador que propuso un mecanismo de formación
del sistema solar fue Kant. Su hipótesis que data de 1755, propone una nube
giratoria de gas y polvo que se contrajo a través del tiempo y a su vez formo
condensaciones que dan origen a los planetas y satélites; la mayor
concentración en el centro origina al Sol, el gran filósofo no se preocupa por
detallar más. Pág. 89

Buffon, en 1749, partió de un supuesto diferente proponía que el Sistema Solar


nace a partir de la colisión de un cometa con el Sol; aquella colisión provoca la
separación de trozos de materia de nuestra estrella y esa materia expulsada a
distintas distancias y velocidades, conforma los planetas y satélites. Pág. 89

No es sino hasta 1900 que Chamberlain y Moulton dan a conocer su hipótesis


que supone el paso de una estrella por la vecindad del Sol. Las fuerzas de marea
que se generan entre las dos estrellas causan la expulsión de materia de ambas
en forma de nubes que, al condensarse, dan por resultados la formación de los
cuerpos que integran el Sistema solar. Pág. 89

Las teorías e hipótesis sobre la formación del sistema solar se multiplican


rápidamente de aquí en adelante. Según Alfven, el sol pasó por una nube de gas
y materia situada en el espacio, sus partículas se cargaron por la acción del astro
y gravitaron hacia él. Dependiendo de su masa y su composición química,
formaron anillos concéntricos que al paso del tiempo se transformaron en los
planetas y demás cuerpos del sistema solar. Alfven dio a conocer su hipótesis
en 1942. Pág. 90

O. J. Schmidt en 1944, propone que el Sol, al formarse, quedó rodeado de una


nube de polvo y gases girando en torno a él; de esta nube fueron haciéndose
condensaciones a diferentes distancias del centro, atendiendo a los momentos
y cantidades de movimiento de las partículas en la nube. Dichas condensaciones
atrajeron más materia y formaron los núcleos de los planetas y demás cuerpos
del Sistema Solar. Pág. 91

Kuiper, en 1954, desarrolla su hipótesis considerando que el sol se origina a


partir de una nube de hidrógeno que, por rotación y contracción gravitacional,
engendró un disco en su entorno. El conjunto fue enfriándose, se formaron los
núcleos de los planetas, los pesados en su vecindad, y los ligeros en la región
lejana. Entre ellas una región estable dio lugar a los pequeños planetas o
asteroides y, mucho más lejos, se formó la nube de cometas. Todas estas
regiones se mantienen gracias a la atracción de la estrella central. Por efecto de
enfriamiento, contracción y acumulación de materia hacia los núcleos de los
planetas se fue conformando el sistema hasta queda como es en la actualidad.
Pág.91

De lo anterior se desprende que los grandes pensadores en estos terrenos han


ideado las más variadas teorías para explicarse la formación del Sistema Solar.
Sin embargo, también se desprende que no se ha llegado a formular una
hipótesis que satisfaga a todos. Es evidente que mucho falta estudiar y
comprender todavía para llegar a una concepción completa sobre la formación
de nuestro Sistema. Pág. 91

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