Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
conocimiento en la historia
Abstract: in the present paper we will address the epistemological structure that underlies
Maria Zambrano’s proposal for a reform of understanding. This can be understood from the political
and historical aspects in her definition of Knowledge. Based in La reforma del entendimiento and
Horizonte del liberalismo we will approach from a epistemological perspective the concepts of reform
and life for the construction of a framework which will allow us articulate Knowledge from its context in
History. For doing this our object of study will be the relations between Politics, History and Knowledge
proposed by the author. It seems for us that addressing the epistemological structure will allow us to
interpret how Knowledge affects life humanly understood in the dialog that History is.
Key words: Knowledge, Politics, dialog, espistemology
1. Introducción
1.2. Estado del arte: otras aproximaciones al problema del conocimiento en contexto
El problema que nos interesa de Zambrano, el influencia del contexto en las estructuras de
conocimiento, relaciones y producción de conocimiento, permite nutrirnos y nutrir la discusión en
torno a epistemología y lógica con acciones y contexto.
En la discusión sobre el contexto en epistemología podemos encontrar una posición fuerte en
Kuhn (1996) y Lakatos (1978), en la perspectiva historicista. Las nociones de crisis científica y
paradigma nos permiten establecer ciertos puntos de conexión en la lectura de Zambrano: el
conocimiento se da históricamente y tiene un funcionamiento político, en tanto hay razones
extracientíficas que participan del flujo histórico de la ciencia. Sin embargo el paso de un paradigma a
otro es una cuestión de mera creencia, siempre se da en el contexto de una crisis, frente al
aparecimiento de un rompecabezas que no puede ser resuelto por la ciencia normal, por el modelo
científico dominante. Este acto de fe en el cambio de paradigma frente a una crisis, particularmente
sostenido por Kuhn, pareciera no ser tan plausible. Nos parece que la perspectiva de Zambrano
permite comprender la propuesta de Kuhn como teoría cerradas. Si bien dos teorías científicas
pueden ser inconmensurables, no son indiferentes al contexto en el que se encuentran. La propuesta
de Lakatos nos permite abrir el rango de afectación de una teoría: todo rompecabeza científico se
encuentra en un programa de investigación, por lo que una crisis siempre se encuentra en el contexto
de un programa de investigación. Un programa de investigación supone un proyecto de ejecuciones
que están dispuestas a incidir en cómo se entiende una determinada cuestión. Desde esto podemos
entender un programa de investigación como un proyecto político. Nos parece que el punto de
intersección de María Zambrano con la perspectiva historicista nos permite hacer explícita la
estructura epistemológica del planteamiento de Zambrano y considerar la ciencia en una perspectiva
historicista como una parte de cómo se da la vida humana, en cuanto la vida humana incide en la
ciencia y la ciencia incide en la vida.
Otra de las perspectivas que nos interesa destacar está vinculada a la noción de historia
como diálogo mediante la cual María Zambrano expone el problema histórico como una cuestión que
se construye políticamente. Consideramos algunas aproximaciones al diálogo como una estructura de
adquisición de conocimientos de forma más o menos sencilla tal que podemos entender un diálogo
como la interacción de dos agentes en la que se produce un intercambio de informaciones. El
intercambio de informaciones puede ser de proposiciones o puede ser de análisis de una proposición
inicial. Cuando pensamos en el diálogo como un intercambio de informaciones que están dirigidas
como afirmaciones de proposiciones dentro de una actividad de lenguaje, lo vinculamos
particularmente al trabajo de Jaakko Hintikka (1999) y Robert Brandom (1999). En dos sentido
diferente el trabajo de estos autores nos permite abordar el problema. En la propuesta de Hintikka el
diálogo es interrogativo: un agente de conocimiento se enfrenta a una fuente de tal forma que tiene
por objetivo encontrar una respuesta verdadera a un conjunto de interrogaciones, interrogaciones que
son entendidas como el conjunto de posibles respuestas que saturarían el sentido interrogativo de las
preguntas. En esta perspectiva hay una pregunta cuando hay una posible respuesta justificable, dado
un determinado contexto. En la propuesta de Zambrano la acción política es entendida como una
acción dirigida a reformar la vida, en este sentido nuestro punto de intersección con la propuesta
anterior está determinada por entender el conocimiento como un objeto que participa de la vida y
desde una dimensión política: un conocimiento posible es arrojado al diálogo del hombre con el
universo y en ese contexto este subsiste o no. La subsistencia del conocimiento es lo que
abordaremos como fuerza del conocimiento. En la propuesta de Brandon (1999) encontramos que el
conocimiento se da dentro de actividades de lenguaje que tienen por objetivo otras actividades. De
esto tomamos dos cuestiones fundamentales para nuestra perspectiva: Una intervención dialógica
tiene por objeto una acción que sustenta que la intervención haya sido planteada como una
afirmación de conocimiento y que las intervenciones están dispuestas a afectar el contexto en el que
ocurre el diálogo.
Teniendo estas discusiones en mente esté abordamos el problema del conocimiento en María
Zambrano, primero, como cuestión política y, luego, con una estructura tal que este tenga un alcance
histórico, tanto por su capacidad de variar como por el carácter político de éste, por el cual llega a
afectar la vida humana del contexto en el que es producido o intercambiado.
2. Vida y política
En el presente apartado queremos mostrar que a la relación que propone María Zambrano
entre vida y política subyace una estructura epistemológica en la que las proposiciones se dan en un
contexto de significatividad, la que está determinada por un conjunto de ejecuciones que sostienen la
verdad de un discurso.
En Horizonte del liberalismo María Zambrano parte proponiendo un vínculo entre política y
vida: “Se hace política siempre que piensa en dirigir la vida.” (Zambrano, 2015: 58) Esto es “un
individuo que actúa y una vida que se ofrece como materia reformable. [...] Una materia -la vida
actual-, una forma ideal, que se pretende hacer real, y un individuo… el hombre” (íd). Tenemos un
nivel ontológico en el que los objetos son: un estado de cosas y un agente a; y un nivel epistémico del
que a es agente y en él que se encuentra el escenario de lo que el agente sabe del estado actual de
cosas y un conjunto de escenarios posibles a los que se tiene acceso por el estado actual de cosas.
Un estado posible de cosas es el que permite concebir una vida diferente. Reformar la vida
presupone que la forma actual de ésta deje de ser el caso. La vida es acá un conjunto de cuestiones
de la que nos basta un estado de cosas al que pertenecen agentes con capacidad de aprendizaje: la
vida es el conjunto de cuestiones que un agente llega a conocer del estado de cosas al que
pertenece. Luego, reformar la vida es también hacer variar el conjunto de cuestiones que un conjunto
de agentes sabe de ella.
Dentro del mismo estado de cosas conocibles que es la vida ocurren actividades. Dirigir,
reformar e intervenir son acciones que tienen por objeto modificar aquello que se conoce de un
estado de cosas, aquello que en una instancia es tal y luego de una reforma puede adquirir otro valor.
Y la variación no es trivial porque siendo los agentes parte del mismo estado de cosas que es objetivo
de su conocimiento, aquello que sepa de éste afecta directamente sus posibles ejecuciones. Lo que
los agente saben los dispone a poder intervenir su entorno: ejecutan tales acciones dado que saben
que α es el caso. En un nivel epistémico las acciones sostienen proposiciones que son sabidas por un
agente: una proposición es tomada por verdadera cuando hay una ejecución que puede dar cuenta
de ella. Realizar un experimento, dar razones de, justificar, por ejemplo, son acciones de carácter
epistemológico, por tanto dan cuenta de un conocimiento. Cuando decimos que al conocimiento le
sigue una ejecución, decimos también que esa ejecución está, en última instancia, en disposición a
modificar la vida. Todo conocimiento cuyo origen es la vida es político en cuanto está dirigido, en
última instancia, a reformarla por medio de ejecuciones.
Sin embargo la vida también se resiste: no es posible ejecutarlo todo. No todo lo que es
posible afirmar es conocimiento, sino el conocimiento sería insignificante. “Política es [...] lucha
-conjunción- entre el individuo y la vida.” (Zambrano, 2015: 59) En esta relación el individuo también
es dirigido: en términos generales la vida determina las posibles acciones de un individuo. Y, también,
cuando en un nivel epistémico afirmamos que las ejecuciones son las que permiten que un agente se
comprometa con una determinada proposición, estas ejecuciones pertenecen también al estado de
cosas en el que está el agente.
Reformar la vida supone un conjunto de posibles concepciones de la vida. A cada concepción
de la vida le corresponde una política, y por ello le corresponde un cuerpo de conocimientos que
constituye el material primario con el que se construye la realidad de cómo se entiende esa vida.
Concebir una vida otra supone también otro cuerpo de conocimientos que la explique. Por esto
concebir otra vida es hacerse cargo del proyecto político que ésta supone: el conjunto de ejecuciones
y objetos que le darían cuerpo a esa nueva vida. Cuando es concebida una vida posible hay un
proyecto político, que es la estrategia de ejecuciones con la que esa nueva podría adquirir cuerpo y
hacerse real. Es decir la vida actual es un instante de conocimiento sobre el cual se construye otro
instante de conocimiento (la vida reformada), cuya diferencia es tanto temporal como epistémica, y le
otorga al proyecto político un carácter eminentemente epistemológico. El proyecto político se agota
en su realización, en que haya ejecuciones que den cuenta de éste.
3. Vida e historia
En el siguiente apartado nos interesa mostrar el carácter dialógico de la propuesta de
Zambrano, en la que la historia es propuesta como un diálogo entre el individuo y el universo. Desde
esto queremos afirmar que los diferentes instantes de ese diálogo son intervenciones políticas que
tienen por objetivo trasladar a los agentes a un nuevo escenario.
La gestión política de los individuos se articula en la historia cuando es concebida una vida
diferente, un proyecto de acciones humanas: “Toda política supone idealmente una conciencia
histórica; es su alumbramiento; se dirige hacia el futuro, lo crea.” (Zambrano, 2015: 59) La posibilidad
de una vida diferente, expresada en acciones que construyen la vida, supone una intervención
significativa, que lo conocido como un estado de cosas actual pueda ser tomado por uno diferente y
que tome cuerpo en un momento otro. El objeto de la política es producir una vida reformada y la
reforma es un acontecimiento marcador que tiene un resultado epistémico: la vida que se conoce
actualmente puede ser diferente. La distinción de dos momentos de una misma vida, permite ver esa
vida, que se vive y es materia reformable, en un continuo de tiempo, como forma de producir historia.
La historia no es sino un diálogo, bastante trágico por cierto, entre el hombre y el Universo. Gracias al
hombre hay diálogo, dualidad. Él es siempre el otro en la naturaleza. (Zambrano, 2015: 61)
Interpretar la historia como diálogo hace hincapié en la necesidad de interpretar la acción
política reformadora en un nivel epistémico. Una reforma en la vida propuesta por una acción política,
que termina por hacer historia, supone una modificación en lo que se sabe de aquello que es el
estado de cosas al que pertenecen los agentes. Esto no sólo supone concebir una determinada
ejecución que interviene el estado de cosas, también supone que el individuo tenga una determinada
concepción de sí mismo en ese entorno: sea que coincida con la concepción que el individuo tiene de
sí antes de la ejecución marcadora o no, hay una concepción de sí. Hay un cuerpo en el mundo y por
ello una forma particular de disponerse frente a ese mundo. El agente sabe de sí en el mundo un
conjunto de asuntos dada la naturaleza frente a la que él es otro y dado a lo que éste concibe de sí,
que también es lo que esa naturaleza le permite ser.
Cuando admitimos que todo conocimiento está determinado por una acción que lo introduce
en el mundo, asumimos también que toda acción tiene un lugar potencial como conocimiento en un
escenario; un agente la puede conocer. Cuando afirmamos la idea de Zambrano de que la historia es
un diálogo trágico, lo proponemos como contenidos, son los contenidos de las acciones los que están
en pugna en el diálogo. Sin embargo estas acciones que se enmarcan en el diálogo son en un última
instancia expresadas como conocimientos, como proposiciones de un agente dichas frente a otro.
En este diálogo entre el hombre y el universo, que es la historia, cabe subordinación. Según el elemento
predominante, según el personaje central de la trama, actuarán los otros elementos. Entre ellos la
política. [...] Y tenemos la paradoja de que por ser la política nuncio de la historia, hay ocasiones en que
lo es todo. Esto ocurre cuando la política parte de la vida misma, de una vida que no es aún real, pero
que se encuentra en germen; cambio de un estilo de vivir por otro. [...] Entonces, la política es algo
unitario, totalizador, parejo a la religión, y abarca a todos los problemas humanos. (Zambrano, 2015: 61)
En la perspectiva de Zambrano la historia siempre requiere de la política, pero no siempre la
política requiere de la historia: mientras la historia es el relato de una secuencia de intervenciones
políticas, las intervenciones políticas pueden no construir algún relato y agotarse en sí mismas.
Mientras a la historia le es necesario que siempre haya sido ejecutada una acción que es interpretada
como acontecimiento marcador: los acontecimientos políticos pueden prescindir de un futuro. La
política asegura la unidad de la vida y los objetos que son afectados por ella, mientras la historia,
como un relato político, asegura su diversificación: hay diferentes objetos, diferentes instantes y
diferentes formas de asignar identidades, si se quiere, como caracterizaciones epistémicas del
dominio del discurso.
La historia como diálogo nos permite hacer hincapié en el carácter epistemológico que
subyace a la propuesta de Zambrano. En esta perspectiva podemos trazar dos líneas: uno, las
ejecuciones políticas como intervención en un diálogo cuyo objeto es siempre reformar la vida a la
que están dirigidas y, dos, el diálogo en el que se da la reforma, que da cuenta de las intervenciones
recíprocas entre el individuo y la naturaleza como ocurrencia política. Con esto queremos decir, un
marco de interpretación para las intervenciones que unifica estados de cosas en un discurso con un
conjunto de agentes tal que le otorga forma al diálogo en el que se da la historia.
4. Conclusiones
En presente trabajo nos hemos centrado en una propuesta epistemológica tomada desde el
trabajo de María Zambrano, sostenida sobre, primero, la crítica de María Zambrano al entendimiento
moderno, segundo, las nociones de política e historia de la autora, tercero, la relación íntima entre
política e historia y, cuarto, la vinculación íntima entre razón y política e historia bajo una perspectiva
en la que el conocimiento tiene raíz en la vida. En primera instancia identificamos, en la política, el
conjunto de características que debe tener una acción política y cómo esto propone un modelo para
el conocimiento, pensando que éste es una cuestión política e histórica, cuando nos ponemos en el
punto crítico de la autora.
Nos parece que desde la propuesta de política de María Zambrano se puede derivar una
cierta noción de historia que permite entenderla como diálogo: una diálogo político de intervenciones
marcadoras entre el hombre y la naturaleza que le da forma a la historia. El diálogo es acá tanto la
forma del relato de la historia como la estructura epistemológica que subyace a la propuesta de
Zambrano. Este modelo puede ser identificado con un conjunto de objetos, dentro de los cuales
podemos considerar una vida actual, una serie de vidas posibles y un dominio de objetos que
participan de las relaciones políticas que se dan en esta vida. Cuando hablamos de vida en sentido
estricto estamos hablando de concepciones de la vida, conocimientos sobre cómo se lleva esto. Un
agente de conocimiento, por ejemplo, pertenece al dominio de su propia concepción de la vida. En
este marco, por ser un marco político y estar determinado por acciones que están dirigidas intervenir
la vida, podemos interpretar que en última instancia el valor al que no lleva este modelo es la acción
política. Por esto consideramos un conjunto de acciones que son soportes de conocimientos. Estas
intervenciones políticas conforman un diálogo entre el hombre y la naturaleza tal que puede ser
entendido como el elemento componente político del curso de la historia. Estas consideraciones nos
permiten llegar a proponer un modelo epistemológico que subyace a la propuesta política histórica de
María Zambrano.
5. Bibliografía
Brandom, R. (1999), Making it explicit. Reasoning, representing and discursive commitment, Estados
Unidos: Harvard University Press.
Hintikka, J. (1999), A spectrum of logic Questioning. En Hintikka, J., Inquiry as Inquiry. The logic fo
scientific discovery. Países Bajos: Springer Science+Bussines Media Dordrecht.
Kuhn, T. (1996), The structure of Scientific Revolutions, Chicago: Chicago University Press.
Lakatos, I. (1978), The methodology of scientific research programmes, Philosophical Papers (I),
Nueva York: Cambridge University Press.
Nietzsche, F. (2007), Más allá del Bien y del Mal, Madrid: Alianza Editorial.
__________ (2013), La Ciencia Jovial, «la gaya Scienza», Valparaíso: Universidad de Valparaíso.
Lorenz, K. (1997), El concepto dialógico de la verdad. En Nicolás, J. y Frápolli, M., Teorías de la
Verdad en siglo XX, Madrid: Tecnos.
Zambrano, M. (2015), Obras Completas (I). Barcelona: Galaxia Gutenberg.