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1.- Comentario de texto: Hume, De los principios generales de la moral.

Realizado por Daniel González Moya

David Hume fue un filosofo, economista, sociólogo e historiador perteneciente al


movimiento del empirismo ingles, especificamente del emotivismo moral. Hume que
nació a comienzos del siglo XVIII, dio un aporte crucial en la filosofía de la edad
moderna. Hume es famoso por haber sido un filosofo ilustrado, el cual escribió
numerosas obras sobre la religión, la moral y la política entre otros temas. En concreto, el
tema que nos acontece es la ética, Hume escribió varios libros sobre esto, de los cuales
referido al fragmento presente, está su libro llamado Investigación sobre los principios de
la moral.

La problemática del texto es la fundamentación de la moral en forma de varios principios


como bien se deduce en el titulo del mismo, De los principios generales de la moral.

El texto no presenta un único problema, si no varios. Estos problemas se presentan con


números y se desarrollan para dar una conclusión concreta en forma de principio de la
moral. El primer problema trata sobre una introducción en la influencia de los afectos y
su actuación a la hora de argumentar algo, Hume lo menciona referido a las diferentes
personalidades que razonan bajo la influencia de los sentimientos: ''[...], es inútil esperar
que alguna vez lleguen a adoptar principios más sólidos guiándose por una lógica que no
hable a sus afectos.''. El segundo punto, Hume entra a fondo sobre el tema anterior y
puntualiza: ''Es la controversia acerca de si estos fundamentos se derivan de la Razón o
del Sentimiento.'' Si los juicios morales se basan en la razón o en la afectividad. El tercer
problema es que ''[...] las diferencias morales pueden discernirse mediante el uso de la
pura razón.''. Lo que Hume recalca con esta afirmación y a lo largo de este párrafo es que
existe una diferencia entre la verdad (juicios factuales) y el gusto (juicios subjetivos). El
cuarto problema se traduce en si los juicios morales tienen un origen racional ‘’¿puede la
razón o la argumentación asignar de antemano estos diferentes epítetos a tal o cual sujeto
y pronunciarse de antemano acerca de si una cosa debe producir amor y otra odio?’’. El
quinto problema puntualiza sobre la participación del vicio y la virtud en términos

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teleológicos sobre nuestro razonamiento, de modo que ‘’[…] esta sentencia final dependa
de algún sentido interno o sentimiento que la naturaleza ha otorgado a toda la especie de
una manera universal.’’. El sexto y último punto trata con mayor incapie en el origen de
la moral y el poder de incidencia por parte de los afectos o la razón en nuestras acciones
aplicando un método de aplicación por experiencia personal y Hume aquí demuestra su
empirismo reivindicando el estudio científico de los humanos en el ámbito moral para
romper con las hipótesis tradicionales de la filosofía: ‘’Pues si […] somos tan
afortunados como para descubrir el verdadero origen de la moral, entonces veremos
fácilmente en qué grado entra el sentimiento o la razón en nuestras decisiones de esta
clase.’’.

El texto presenta diversas tesis particulares correspondiente a cada uno de los puntos
anteriormente comentados, para sintetizar y dar paso a la tesis principal. La primera
consiste en que los afectos tienen poder efectivo en el razonamiento de las personas y no
se puede escapar de los juicios morales: ‘’Por muy grande que sea la falta de sensibilidad
de un individuo, con frecuencia tendrá este hombre que ser tocado por las imágenes de lo
Justo y de lo Injusto’’. En segundo lugar afirma que los filósofos tradicionales supieron
relacionar la moral con la afectividad: ‘’Los filósofos antiguos[…] en general parecen
considerar la moral como algo que deriva su existencia del gusto y del sentimiento.’’. En
tercer lugar comenta el fallo de los filósofos tradicionales y subjetivistas de confundir la
verdad y el gusto: ‘’Se puede disputar sobre la verdad, pero no sobre el gusto.’’. En el
cuarto punto, Hume afirma ‘’Extinguid todos los sentimientos y predisposiciones
entrañables a favor de la virtud, así como todo disgusto y aversión con respecto al vicio;
haced que los hombres se sientan indiferentes acerca de estas distinciones, y la moral no
será ya una disciplina practica ni tendrá ninguna influencia en la regulación de nuestras
vidas y acciones.’’. Con esta tesis demuestra que no se puede separar la moral, o juicios
morales, de nuestra afectividad y que son características indivisibles, por lo tanto, estarán
presentes en cualquier individuo durante toda su vida. En el quinto principio se disuelve
la tesis de ‘’la belleza moral participa en gran medida de este segundo tipo de belleza, y
que exige la ayuda de nuestras facultades intelectuales para tener influencia en el alma

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humana.’’. Esto se traduce en que hay dos tipos de belleza: la natural y la humana, Hume
concreta con las bellas artes. Si la belleza natural nos atrapa sin haber actuado bajo la
razón, estaríamos proyectados bajo el manto de esta belleza, mientras que en las bellas
artes necesitamos un razonamiento previo para entender dicha belleza. Tanto las bellas
artes como la belleza moral, necesitan de la razón para incidir en la personalidad de cada
individuo al contrario que la belleza natural, la cual solo necesita de afectos para
atraparnos. Hume concluye la tesis final y principal en la ultima parte del penúltimo
párrafo de la página treinta y ocho: ‘’Ya es hora de que intentemos una reforma semejante
en todas las disquisiciones acerca de la moral rechazando todo sistema de ética que, por
muy sutil e ingenioso que sea no este basado en los hechos y en la observación.’’. Esta
tesis sostiene la necesidad de un cambio en la concepción tradicional filosófica sobre la
moral, cuyo origen viene de Aristóteles, suponiendo el rechazo de toda moral que se
fundamente en enunciados subjetivos como conceptos teleológicos tipo la virtud o el
vicio. Pero en concreto, Hume se dirige en contra de los principios del racionalismo
porque esta doctrina filosófica se basa en la razón como fundamento primero y solo da
paso a hipótesis alejadas de la experiencia, además, para Hume los racionalistas están
contaminados bajo la nube de las pasiones y éstas no les dejan ver más allá de la razón.

Concluyendo, se podría decir que gracias a Hume se comenzó a cambiar la línea de la


ética a raíz de los errores sostenidos por los racionalistas al confundir los juicios morales
con los juicios subjetivos. En el contexto histórico-filosófico, Hume funda una de las
bases de las teorías éticas modernas, por esta crítica a la moral del racionalismo y a la
fundamentación de la moral emotivista.

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