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Autocuidado y Bienestar Emocional (INTRODUCCION)

Actualmente la sociedad posmoderna, nos lleva a vivir nuestras vidas con ritmos acelerados, con
múltiples tareas y responsabilidades a cumplir diariamente. En este contexto, a veces es fácil descuidar
las prioridades y dejar de lado las conductas de autocuidado que contribuyen al bienestar emocional.

Por eso me gustaría invitarte a evaluar cómo estás actuando en relación a este tema: ¿tienes
claridad sobre cuáles son tus necesidades emocionales y cómo puedes satisfacerlas?, ¿tienes
claras tus prioridades?, ¿te das un espacio para ti cada día, ya sea para relajarte o distraerte de
algún modo?, ¿practicas algún deporte o técnica de meditación que te ayude a relajarte?,
¿tienes algún hobby que te haga sentir bien y te brinde alegría?, ¿te fuiste de vacaciones el año
pasado? Todas estas preguntas pueden parecerte muy sencillas, pero su respuesta está muy
relacionada con los niveles de bienestar que experimentes actualmente en tu vida.
¿Tienes claridad sobre cuáles son tus necesidades emocionales y cómo puedes
satisfacerlas?, es una pregunta muy importante. Si no sabes qué necesitas, difícilmente podrás
conseguirlo y sentirte realizada(o), tranquila(o) y feliz. Te invito a dedicar unos minutos y responder
esta pregunta. Luego haz un listado con tus necesidades y desarrolla un plan que te permita
satisfacerlas. Por ejemplo, si necesitas tiempo para conectarte con tus amistades, puedes organizar
una salida, buscar un lugar agradable en el cual puedan compartir e invitarlas.
¿Tienes dificultades para priorizar tus responsabilidades y dedicar un espacio para satisfacer
tus necesidades personales? Es una pregunta fundamental. Si te dedicas por completo a satisfacer
las necesidades de tus seres queridos, amistades, colegas, etc., y descuidas las tuyas, lo más probable
es que te sientas estresada(o), abrumada(o) y con la sensación de que vives sacrificándote por los
demás. Es necesario que sientas la libertad suficiente para dedicarte un tiempo y espacio para
ti, cada día, sin culpas. Te lo mereces: ¿si no te cuidas a ti misma(o), cómo vas a relacionarte
con quiénes te rodean? Probablemente lo harás desde el cansancio, la frustración, la rabia, la
impotencia, y eso sólo genera rencores y roces en las relaciones interpersonales.
¿Te das un espacio para ti cada día, ya sea para relajarte o distraerte de algún modo? Múltiples
estudios en psicología demuestran que el bienestar emocional se relaciona con conductas de
autocuidado, tales como dormir al menos 8 horas, alimentarse bien, realizar ejercicio físico al menos
dos veces por semana, practicar alguna técnica de relajación o meditación. Te invito a reflexionar
sobre cuánto tiempo dedicas a estas actividades. Si sientes que es insuficiente, considera dejar
aunque sea unos minutos cada día, para practicar algún ejercicio sencillo de meditación o respiración,
que te ayude a enfocarte y reducir tus niveles de estrés.
¿Practicas algún hobby que te haga sentir bien y te brinde alegría? Parte importante del
bienestar se relaciona con la satisfacción personal, con tener un espacio propio para desarrollar
la creatividad y realizar actividades que efectivamente disfrutes y te hagan sentir bien. Puedes
escuchar música, leer un buen libro, tocar algún instrumento musical, dedicarte a crear artesanías, al
dibujo, la pintura, ir al cine, ver películas, etc. Lo importante es que encuentres algún hobby que puedas
realizar al menos una vez por semana, y que te ayude a relajarte, distraerte y desarrollar la creatividad.
Si no se te ocurre por dónde empezar, te sugiero que hagas una lista con al menos 20 actividades que
acostumbres disfrutar y te brinden felicidad. La idea es que las lleves a la práctica en tu vida diaria, y
pronto notarás cambios positivos en tu vida.
¿Te fuiste de vacaciones el año pasado? A veces por motivos económicos o dificultades familiares,
no es posible ir de vacaciones cada año, pero en esos casos conviene que te organices para
aprovechar algún feriado o fin de semana largo, para ir a alguna playa cercana o al campo, y cambiar
de aire. Te sentirás renovada(o), con nuevas energías para regresar y enfrentar tus responsabilidades
con tranquilidad.
Para los próximos meses, ¿tienes planeada alguna actividad que desees realizar con
entusiasmo y muchas ganas? Si aún no lo has hecho, te invito a reflexionar al respecto. ¿Qué
actividad te gustaría realizar? ¿Cuándo y cómo podrías llevarla a cabo? ¿Necesitas ayuda de
alguien más? De ser así, ¿cómo podrías conseguirla? Son preguntas que te ayudarán a
organizarte y concretar aquello que deseas o necesitas hacer para sentirte mejor.
Si tienes hijos pequeños, puedes recurrir a una buena red de apoyo, familiares o amigos que
los puedan cuidar por un rato, aunque sea una tarde a la semana, para que puedas tener tiempo
para ti. Si tienes acceso a un jardín infantil donde tus hijos puedan jugar y compartir con otros
niños, sería ideal tanto para ti como para ellos. Si además cuentas con el apoyo de tu marido o
pareja durante el fin de semana, para que los cuide un rato, mientras te das unos minutos para
relajarte, escuchar música o distraerte haciendo alguna actividad que te guste y disfrutes. Los abuelos
generalmente están más que dispuestos a pasar tiempo con sus nietos. Con una buena organización
y con el apoyo de quienes te rodean, es posible que encuentres más tiempo para ti y eso se traducirá
en una mejora en la calidad de las relaciones familiares. Ojalá que estos consejos te sirvan y puedas
aplicarlos en tu vida diaria.
Lo importante es que reflexiones si estás cuidándote adecuadamente, y que descubras en
cuáles áreas te gustaría mejorar, para que así puedas sentirte más realizada(o), tranquila (o),
satisfecha(o) y feliz. Toma en cuenta que para cuidarte bien, necesitas organizarte para cumplir con
tus metas y responsabilidades de manera realista, que es importante que puedas reconocer los
factores que desencadenen estrés en tu vida diaria y busques un modo de manejarlos efectivamente,
que es fundamental que pidas apoyo y recurras a tus seres queridos, si lo necesitas.
Además es conveniente que trabajes tu autoestima y la confianza en ti misma(o), reconociendo tus
logros, aceptando los elogios que recibas así como las críticas constructivas que te permiten crecer
como persona. Recuerda recompensarte cada día por los avances que realices en tu vida,
mantente consciente de ti misma(o) y de las necesidades que tienes que satisfacer para sentirte
bien:duerme bien, aliméntate adecuadamente, practica ejercicio, yoga o pilates. Date tiempo para
relajarte y lo más importante, para disfrutar contigo mismo: las personas felices tienden a vivir
más tiempo, gozan de buena salud, consiguen sus metas y se relacionan sanamente con quienes les
rodean. Recuerda que eres una persona única y especial, y mereces cuidarte y darte espacio para
disfrutar la vida, cada día.

Autocuidado emocional (INTRO)


Nos lavamos las manos antes de comer, nos duchamos con asiduidad, cuidamos
nuestra alimentación, hacemos ejercicio, hidratamos nuestra piel… Todos estos
hábitos y muchos más los realizamos con el objetivo de mejorar o mantener nuestra
salud, casi de forma diaria. Los hemos aprendido en el colegio, en nuestras casas o a
través de distintos profesionales del mundo sanitario. No concebimos una calidad de
vida sin llevar a cabo estas acciones.
El concepto de salud ha ido transformándose a lo largo de las últimas décadas,
guiándose mayoritariamente por la OMS (Organización Mundial de la Salud) quien la
define actualmente como un estado de bienestar físico, mental y social. Ya hemos
visto que el primer ámbito lo cubrimos, o por lo menos sabemos el camino para
hacerlo, pero ¿los otros dos? Aquí es donde la mayoría no somos conscientes de su
importancia y suspendemos. Muchos pensarán que cumplimos sobradamente
cualquiera de estos dos aspectos, en especial el de la esfera colectiva. Vivimos en un
país caracterizado por los grupos sociales, las reuniones de amigos y las
celebraciones familiares. Pero todas estas interacciones no nos aseguran el éxito a la
hora de relacionarnos con los demás. Nos puede rodear una multitud de personas a
donde quiera que vayamos, pero sentirnos solos en cada uno de estos lugares. En
muchas ocasiones no encontramos la forma de comunicarnos, de que nos entiendan
y mucho menos de poder comprender a quien tenemos a nuestro lado.
Si hablamos del aspecto psicológico, empeora nuestra situación ¿quién se permite
unos minutos al día para hablar consigo mismo de forma sincera? Me estoy refiriendo
a sentarnos junto a la persona con la que más tiempo pasamos en nuestro día, sin
interrupciones ni distracciones. Sincerarnos con nuestros propios pensamientos y
emociones puede ser doloroso, pero es más peligroso ignorarlos y reprimirlos. “Lo
que las personas sienten es tan importante como lo que hacen” (B.F. Skinner). A
veces no entendemos por qué hemos reaccionado de cierta manera o no
conseguimos descifrar la razón por la que nuestra mente nos lleva una y otra vez al
abismo. No es ningún tabú que somos seres emocionales, aspecto que debemos
conocer y aprender a controlar. Sin embargo, nadie nos recomienda hábitos que
podamos seguir para llegar a un bienestar psicológico. Al igual que existen pautas
preventivas sobre enfermedades como la gripe o el cáncer, ¿sabemos cómo prevenir
un trastorno mental? No solemos cuidarnos para evitar la depresión o la ansiedad,
dos de los problemas psicológicos más incapacitantes y de mayor sufrimiento, ni
siquiera sabemos cómo detectarlos antes de que causen mayores estragos en
nuestra salud.

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