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El origen de los palacios está íntimamente vinculado al proceso de formación del Estado que
caracterizó el paso de las sociedades prehistóricas a las históricas, hecho que en Creta sucedió durante el
Minoico Antiguo. En ese momento la sociedad adquiere mayor complejidad, apareciendo las primeras
agrupaciones de casas en poblamientos de relativa envergadura cuyos habitantes se dedicaban a la práctica
de la agricultura. Algunos autores han visto en esta fase histórica, denominada “prepalacial”, el origen de los
palacios cretenses. Estos autores consideran que los avances que se producen en la agricultura llevan al
enriquecimiento de determinados sectores de la población, estableciendo grupos de poder que crearían las
condiciones políticas propicias para el surgimiento de la sociedad palacial, considerada de este modo como
un hecho de la propia evolución histórica de la isla.
Sin descartar esta hipótesis, debemos también considerar que la construcción de los primeros
palacios durante el Minoico Medio se pudo ver impulsada por los contactos entre minoicos y pueblos del
Próximo Oriente Antiguo y Egipto de los que recibirían influencias. Desarrollo de estructuras compleja con
funciones administrativas, religiosas, comerciales, administrativas…).
De entre los primeros palacios, el de Mallia, fue el que menos cambió tras la reconstrucción que
siguió al desastre de 1700 a.C. por lo que se suele tomar como ejemplo para explicar los rasgos básicos que
caracterizan la tipología palacial minoica. Los Segundos Palacios erigidos con posterioridad, incorporarían
sobre esta estructura un incremento de dimensiones, llegando a los 13000 m² del palacio de Knossos o a los
cerca de 7000 de Phaistos y Mallia. Su construcción solía presentar una vinculación interesante con el
paisaje, realizándose en lugares próximos al mar o en suaves colinas, con el fin de asegurarse un control más
efectivo del territorio. A excepción del de Mallia ninguno de estos conjuntos estaba fortificado.
Los palacios presentan una estructura compleja, con numerosos espacios que se articulan en torno a
un módulo central, el patio, a partir del cual se añaden estancias yuxtapuestas, configurando la llamada
organización “centrífuga”. El patio era de forma rectangular y solía estar dispuesto en dirección norte-sur.
Parece ser que los patios eran lugar de recepción, de reunión y de distribución de mercancías.
Las principales actividades del palacio solían giran en torno a este patio central y se distribuían en
diversas áreas diferenciadas por sus funciones. Una de estas área era de uso público y estaba destinada al
ejercicio del poder religioso y político. En Phaistos y Mallia se ubicaba en la zona NO, mientras que en
Knossos estaba en el SE. Algunas de las estancias de dicha área se ubicaban en la planta superior.
Entre las estancias de uso público estaba la gran sala de banquetes, compuesta de varios pilares o
columnas, así como una zona de recepción ubicada en la zona oeste que incluía diferentes salas decoradas
con pinturas al fresco, junto a las que se ubicaba también el área de carácter religioso. La zona privada de
uso residencial se ubicaba en la planta baja, donde se localizaban las estancias denominadas por Graham
“sala del rey” y la “sala de la reina”, así como una piscina lustral abierta a las estancias, y un aseo.
Junto a estos sectores, un área de carácter administrativo, compuesta por almacenes y talleres, que
se encontraba en la planta baja.
En los palacios de Knossos, Phaistos y Mallia, en el extremo occidental del conjunto se hallaba un
patio relacionado con la celebración de asambleas. Arquitectónicamente, este espacio tuvo gran importancia
pues se situaba ante una fachada monumental compuesta por entrantes y salientes, que se convirtió en uno
de los rasgos más característicos de la arquitectura minoica ya que los palacios minoicos carecían de
fachadas exteriores, su exterior estaba determinado por una sucesión de entrantes y salientes formados a
partir de espacios descubiertos, que se abrían a patios.
Knossos era durante le época Neopalacial o de los Segundos Palacios, la ciudad más importante de la
isla y constituía un importante núcleo urbano que englobaba grupo de casas, necrópolis, viaductos y un
pequeño palacio. El centro neurálgico era el gran palacio del rey Minos. Tenía un perímetro de 150 m. de
Este a Oeste y 100 m. de Norte a Sur. El conjunto constaba de cuatro entradas orientadas a los cuatro puntos
cardinales y sus accesos se configuran a modo de propileos, un especie de terrazas sostenidas por pilares
que se alternaban con columnas, cuyas estructuras se hallaban elevadas, pues constituían una especie de
continuación de los caminos de acceso al palacio, decoradas con pinturas y estucos murales donde se
representaba escenas de carácter ceremonial. De estos propilos partían unos corredores que cumplían una
función distribuidora, comunicando las puertas de entrada con el patio central y proporcionado el acceso al
resto de las estancias.
Una de las entradas más importantes era la SE que daba acceso a la llamada Vía de las Procesiones.
Se trataba de un largo pasillo en ángulo decorado con un fresco en el que aparecían jóvenes oferentes, el
cual cruzaba el palacio y enlazaba con el propileo meridional. Ante la estructura de acceso o propileo de la
fachada del sur se ha encontrado el llamado “teatro”, un espacio de planta rectangular con graderío.
El palacio constaba de varias plantas de alzado irregular, ya que se utilizaban los desniveles del
terreno para crear terrazas, otorgando a la construcción una disposición escalonada muy característica de la
arquitectura minoica.
En el ala este estaban las habitaciones residenciales, distribuidas en varios pisos escalonadamente.
Entre ellas figura el mégaron del rey y la sala de las dobles hachas, compuesta por unos pilares con grabados
de dobles hachas. Desde el patio, la llamada Gran Escalera daba acceso a varios pisos en los que se
albergaban todas estas salas.
2. LAS VILLAS
En torno a estas construcciones se han encontrado viviendas de importancia, algunos ejemplos son
la “Villa Real” próxima al palacio de Knossos, perteneciente al Minoico reciente, y la llamada “Casa del
Gobernador” de la ciudad de Gurnia. Son en ambos casos, edificios de cuidada construcción, realizada a base
de grandes sillares y muros de mampostería, recubiertos de estucos, con suelos realizados a base de losas de
piedra.
Los palacios micénicos cumplían una función política, pues eran residencias principescas desde las
que el rey ejercía el poder, lo que determinó la inclusión en su estructura de una zona destinada a uso
representativo. Además, el palacio micénico era también un cetro de administración y producción de objetos
textiles, metálicos, perfumes, etc.
Del estudio de restos se deduce a existencia de una planta palacial “tipo”. Todos los palacios se
ubicaban en un lugar elevado, generalmente una colina estratégicamente situada y fácil de defender, a la
que se dotaba de un potente sistema defensivo, configurando un conjunto que adoptaba una posición
dominante donde se ubicaba la residencia principesca, símbolo del poder.
Cabe destacar como principal rasgo de los palacios micénicos, su concepción unitaria, centralizada
en torno a un módulo denominado mégaron que ordenaba y jerarquizaba el espacio circundante.
Tomaremos como ejemplo el Palacio de Pilos para explicar esta tipología.
El palacio micénico se organiza en torno a un eje axial. Desde su acceso principal, configurado por
un especie de porche cuya cubierta estaba sostenida por una sola columna, se accedía a un espacio idéntico,
una especie de propileo en forma de H en el que se ha querido ver la influencia minoica, y desde este
espacio se accedía a otro patio rectangular que servía de antesala del mégaron central, en torno al cual se
articulaba verdaderamente la estructura del palacio. Este patio representaba en Pilos dos únicas columnas
en uno de sus lados; en Tirinto había columnas en tres de sus lados y en Micenas en uno solo de ellos.
En cualquier caso, el mégaron determinaba con su disposición la planificación del palacio y constituía
la base de su estructura, en torno a la que se disponían las diversas áreas del palacio, diferencias por sus
funciones específicas, entre ellas la de uso residencial y la destinada a la producción, almacenaje y
administración de las mercancías.
El palacio de Pilos ha proporcionado también datos relativos a su alzado y a los materiales y técnicas
de construcción empleados en los palacios micénicos. Así sabemos que algunos de estos palacios constaron
de dos pisos diferenciados por sus materiales: el primero realizado con gruesos muros que combinaban
piedra y adobe, y el segundo realizado en sólo en adobe. Los restos proporcionan información sobre el
tratamiento dado a los pavimentos y a los espacios intermedios entre estancias o accesos, a los que se
dedicó una especia atención. En este sentido, señalar que la decoración a base de frescos pictóricos
desempeñó en los palacios micénicos un papel esencial cubriendo muros, pavimentos, columnas pilares y
techos, con imágenes en las que se representaban animales, así como escenas de caza y procesionales. Es en
este aspecto en el que los palacios micénicos se aproximan más al modelo conceptual cretense.