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El
hipertiroidismo e hipotiroidismo no causan a menudo insuficiencia cardiaca clínica en un corazón
por lo demás sano, pero a menudo exacerban una insuficiencia cardiaca. Los signos clínicos de
enfermedad tiroidea pueden permanecer ocultos, de forma que las pruebas de función tiroidea son
parte de la valoración sistemática de la miocardiopatía. Siempre debe considerarse
hipertiroidismo en la fibrilación auricular de inicio reciente o taquicardia ventricular o bien,
fibrilación auricular en la cual la respuesta ventricular rápida es difícil de controlar. A la fecha, la
razón más común para las anomalías tiroideas en la población cardiópata es el tratamiento de las
taquiarritmias con amiodarona, un fármaco con elevado contenido de yodo. El hipotiroidismo
debe tratarse con incremento muy lento de la dosis de complementos tiroideos para evitar la
exacerbación de taquiarritmias e insuficiencia cardiaca. El hipertiroidismo y la insuficiencia
cardiaca son una combinación peligrosa que requiere vigilancia estrecha, a menudo
hospitalización, durante el ajuste de los fármacos anti tiroideos, durante el cual puede ocurrir
descompensación rápida y letal de la insuficiencia cardiaca.
Es muy poco común la aparición de feocromocitoma, pero debe considerarse cuando un paciente
tiene insuficiencia cardiaca y la debilidad notable de la presión arterial y frecuencia cardiaca, en
ocasiones con palpitaciones episódicas. Los pacientes con feocromocitoma a menudo tienen
hipotensión postural. Además de los antagonistas de receptores adrenérgicos α, el tratamiento
definitivo requiere extirpación quirúrgica. Los estados de hiperrenina, como aquellos causados
por estenosis de la arteria renal, pueden ocasionar disminución leve de la fracción de expulsión
con poca o ninguna dilatación ventricular y síntomas lábiles notables con edema pulmonar de
rápida instalación, relacionada con modificaciones súbitas en el tono vascular en el volumen
intravascular.
Persiste la controversia sobre si la diabetes y obesidad son suficientes para causar miocardiopatía.
La mayor parte de la insuficiencia cardiaca en diabéticos es consecuencia de enfermedad
coronaria epicárdica con incremento adicional en el riesgo arterial coronario por hipertensión
acompañante y disfunción renal. La miocardiopatía puede ser consecuencia de resistencia a la
insulina e incremento de los productos de glucosilación avanzada, lo que afecta la función
sistólica y diastólica. Sin embargo, gran parte de la disfunción puede atribuirse a isquemia focal
dispersa por arteriopatía coronaria distal con reducción del calibre y perfusión microvascular
limitada, incluso sin estenosis focal proximal. La diabetes es un factor crítico en la insuficiencia
cardiaca con fracción de expulsión “preservada” junto con hipertensión, edad avanzada y género
femenino.
En ausencia de otra causa obvia de miocardiopatía en un paciente con obesidad con disfunción
sistólica sin dilatación ventricular notable, la reducción de peso a menudo se acompaña de mejoría
notable en la fracción de expulsión y la función química. Se ha descrito mejoría de la función
cardiaca después de cirugía bariátrica exitosa, aunque todo tratamiento quirúrgico mayor impone
mayor riesgo para pacientes con insuficiencia cardiaca. La malabsorción posoperatoria y las
deficiencias nutricionales, como las deficiencias de calcio y fosfato, pueden ser en particular
nocivas en pacientes con miocardiopatía.
Las deficiencias nutricionales en ocasiones pueden causar miocardiopatía dilatada, pero no son
una causa común en los países occidentales desarrollados. La cardiopatía por beriberi por defi
ciencia de tiamina puede ser consecuencia de desnutrición en poblaciones desnutridas y en
pacientes que obtienen la mayor parte de sus calorías del consumo de alcohol y se ha reportado
en adolescentes que subsisten sólo con alimentos procesados.
Las mutaciones en TTN, codifican la proteína gigante sarcomérica titina, son la causa más común
de miocardiopatía dilatada; representan hasta 25% de los casos de enfermedad familiar. En
promedio, un varón con mutación TTN desarrolla miocardiopatía una década antes que las
mujeres, sin características clínicas distintivas. Las mutaciones en los genes de los filamentos
gruesos y delgados representan casi 8% de los casos de miocardiopatía dilatada que pueden
manifestarse en etapas tempranas de la infancia. Los síndromes de miocardiopatía familiar más
reconocibles con manifestaciones extracardiacas son las distrofias musculares.
Las distrofias de Duchenne y la de Becker (que es más leve) son consecuencia de anomalías en
el gen de distrofina relacionado con el cromosoma X de la membrana del sarcolema.
Este trastorno, que originalmente se describió como afección del ventrículo derecho (displasia
arritmógena del ventrículo derecho [ARVD, arrhythmogenic right ventricular dysplasia]), puede
afectar a cualquiera de los ventrículos o a ambos (displasia ventricular arritmógena). Los
pacientes a menudo presentan como primera manifestación taquicardia ventricular. Los defectos
genéticos en las proteínas del complejo desmosómico alteran la unión y adherencia de los
miocitos, ocasionando sustitución del miocardio con depósitos de grasa.
Algunas familias heredan la susceptibilidad para la miocarditis inducida por virus. Esta
propensión puede relacionarse con anomalías en los receptores de superficie celular, como el
receptor para coxsackie-adenovirus, que se une a las proteínas virales. Algunos pueden tener
homología parcial con proteínas virales de manera que se desencadena una respuesta
autoinmunitaria contra el miocardio.
La tasa de progresión de la enfermedad, una vez que se manifiesta, es en cierta medida hereditaria,
aunque pueden observarse variaciones notables. No obstante, han habido casos de remisión
clínica después de la presentación aguda, tal vez después de lesiones adicionales reversibles, como
taquicardia prolongada o miocarditis infecciosa.
Ningún tratamiento ha demostrado ser beneficioso, pero estrategias razonables incluyen el uso de
nitratos para el edema pulmonar, globos intraaórticos si son necesarios para la corrección del
gasto cardiaco bajo, la combinación de bloqueadores α y β más que el bloqueo beta selectivo si
el paciente se encuentra hemodinámicamente estable y magnesio para las arritmias relacionadas
con prolongación del intervalo QT. Por lo general se evita la anticoagulación por la aparición
ocasional de rotura ventricular. El pronóstico suele ser bueno, aunque se han descrito recurrencias
hasta en 10% de los pacientes.
Las limitaciones de la clasificación fenotípica han revelado múltiples superposiciones entre las
causas y presentaciones de los tres tipos. La miocardiopatía con disminución de la función
sistólica pero sin dilatación grave puede representar una miocardiopatía dilatada en etapas
tempranas, “miocardiopatía con dilatación mínima” por enfermedades restrictivas, sin incremento
notable en el grosor de la pared ventricular. Por ejemplo, la sarcoidosis y hemocromatosis pueden
manifestarse como enfermedad dilatada o restrictiva. Las etapas tempranas de la amiloidosis a
menudo se confunden con miocardiopatía hipertrófica.
El fenotipo de restricción es el más común, pero puede ocurrir miocardiopatía con dilatación leve.
Pueden simular miocardiopatía hipertrófica por el engrosamiento del miocardio con estos
productos anormales, lo que causa una “pseudohipertrofi a”. La mayor parte de estas
enfermedades se diagnostica durante la infancia.
El diagnóstico es crucial porque la sustitución enzimática puede reducir los depósitos anormales
y mejorar la función clínica y cardiaca. La sustitución enzimática también puede mejorar la
evolución de la enfermedad de Gaucher, en la que se acumulan células ricas en cerebrósido en
múltiples órganos por deficiencia de la enzima β-glucosidasa. Las células ricas en cerebrósido
infiltran el corazón, lo que puede ocasionar derrame pericárdico hemorrágico y valvulopatía.
La oxidación de ácidos grasos requiere muchos pasos metabólicos con enzimas específicas que
pueden presentar deficiencia, con interacciones complejas con la carnitina. Dependiendo del
defecto, la miopatía cardiaca o de músculo estriado puede aminorarse con la sustitución de
productos intermedios de ácidos grasos y carnitina.
En fecha reciente se han descrito dos miocardiopatías metabólicas monógenas como causa de
incremento del grosor de la pared ventricular sin incremento de las unidades musculares o
incremento en la contractilidad.
Las mutaciones en la subunidad reguladora gamma-2 de la proteína cinasa activada de
monofosfato de adenosina (AMP) importante para el metabolismo de la glucosa (PRKAG2) se ha
asociado con alta prevalencia de anomalías de la conducción como bloqueo AV y preexcitación
ventricular (síndrome de Wolff -Parkinson-White). Se han reportado varios defectos en las
proteínas de membrana relacionadas con el lisosoma (LAMP2) relacionados con el cromosoma
X. Este defecto puede transmitirse por vía materna o de forma esporádica y en ocasiones puede
aislarse al corazón, aunque a menudo ocasiona un síndrome de miopatía de músculos estriados,
retraso mental y disfunción hepática conocida como enfermedad de Danon. La hipertrofia
ventricular izquierda extrema aparece en etapas tempranas, a menudo en la infancia y puede
progresar con rapidez a insuficiencia cardiaca en etapa terminal con baja fracción de expulsión.
La microscopia electrónica de estos trastornos metabólicos muestra que los miocitos se
encuentran aumentados de tamaño por múltiples vacuolas intracelulares de los productos
metabólicos secundarios.
Las enfermedades restrictivas a menudo se presentan con relativamente más síntomas de las
cavidades derechas del corazón, como edema, molestias abdominales y ascitis, aunque hay
elevación de las presiones de llenado en ambos ventrículos. El choque de punta del corazón se
encuentra menos desplazado que en la miocardiopatía dilatada y es menos dinámico que en la
miocardiopatía hipertrófica. Es más común la aparición de un cuarto ruido cardiaco que de un
tercer ruido cardiaco en el ritmo sinusal, pero es común la fibrilación auricular.
La presión venosa yugular a menudo muestra un descenso Y rápido que puede incrementarse
durante la inspiración (signo de Kussmaul positivo). La mayor parte de las miocardiopatías
restrictivas se debe a infiltración de sustancias anormales entre los miocitos, almacenamiento de
productos metabólicos anormales en los miocitos por lesión dicrótica.
El diagnóstico diferencial debe incluir enfermedad pericárdica constrictiva, en la cual puede
predominar la insuficiencia cardiaca derecha.