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(CUANDO EL LLAMADO PROFETA SE EQUIVOCA)
¿EXISTEN PROFETAS EN LA IGLESIA ACTUAL? SI EXISTEN,
¿QUIEN LES OTORGO EL TITULO, Y QUE PORCIENTO DE SU
PROFECIA DEBE TENER CUMPLIMIENTO? (PARTE 2)
Por Manuel Jordán, PhD.
Hay muchos que afirman que el don de profecía, como los otros
dones mencionados por el apóstol Pablo ya no existen en la
iglesia. No sólo esto, sino que descartan la glosolalia. El
vocablo glosolalia (del griego γλώσσα [glossa], ‘lengua’, y λαλεῖν
[laleín], ‘hablar’). Don de lenguas, la capacidad sobrenatural para
la vocalización de un idioma existente, pero desconocido al que
habla (xenoglosia), o de palabras de un lenguaje espiritual
desconocido.En ese sentido hay quienes desechan el hablar en
lenguas extrañas y toda manifestación externa del Espíritu Santo.
Pienso que la mayoría se basa en: “El amor nunca deja de ser;
pero LAS PROFECIAS SE ACABARAN, Y CESARAN LS LENGUAS, y
la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte
profetizamos; más CUANDO VENGA LO PERFECTO, entonces LO
QUE ES EN PARTE SE ACABARA”, 1 corintios 13:8-10. Me apena
que algunos teólogos, maestros y otros, pongan sus conceptos y
opiniones por encima de la Palabra escrita, hasta el punto de
torcer las Escrituras. Es cierto que dice que las profecías y aun las
lenguas se acabaran, pero, fíjate bien en el contexto: “Cuando
venga lo perfecto,… lo que es en parte se acabará”. ¡Todavía NO
ha llegado lo perfecto!, es algo simple. Quiere decir que todavía
puede haber profecía en la iglesia, y si hay profecía tiene que
haber profetas para traerla. “Y a unos puso Dios en la iglesia,
primeramente apóstoles, LUEGO PROFETAS, lo tercero maestros,
luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que
ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas”, 1
Corintios 12:28. “El que descendió, es el mismo que también
subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él
mismo (Cristo) CONSTITUYO A UNOS APOSTOLES; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a
fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”,
Efesios 4:10-13.
EL PROBLEMA…
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(UNA IGLESIA SIN CONOCIMIENTO, DORMIDA Y DESORDENADA)
¿EXISTEN PROFETAS EN LA IGLESIA ACTUAL…? (PARTE 3)
Por Manuel Jordán, PhD.
“Así que las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los
creyentes. Si, pues, toda la iglesia se reúne en un lugar, y todos
hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que
estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o
indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto
de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el
rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está
entre vosotros.
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Hace quizás unos 20 o más años atrás, que una sierva de Dios de
Nueva Jersey, muy santa por cierto, me dijo que yo, más que un
pastor, evangelista y misionero, era un apóstol. Al escuchar a
esta sierva santa, en lugar de inflarme, lo que hice fue reírme con
ella, y decirle que yo era un simple aprendiz, un siervo inútil.
Para ese tiempo todavía no había escuchado a alguien llamarse
apóstol en la iglesia moderna conocida. En esta última década,
donde se ha levantado “una hemorragia” de llamados apóstoles y
profetas, también he recibido el famoso título de profeta. Hace
poco, una sierva de Dios de otro país (fuera del que vivo), me
envió una comunicación por medio de Facebook “profetizándome”
que Dios me confirmaba el ministerio apostólico (¿profético?).
Dijo que ya en el pasado me habían llamado apóstol, pero que yo
lo había rechazado. Bueno, en esto último no se equivocó, pues
así sucedió. Los que han leído el libro de mi autobiografía,
Manuel, Un Huérfano A Quien Dios Amó, y los otros que me
conocen, han visto como el Señor me ha usado, hasta el punto de
revelarme cosas ocultas en la vida de otras personas, que los ha
dejado “rascándose la cabeza”, y diciendo: ¿Cómo él sabe eso, si
nadie lo sabía…? Una cosa estoy seguro y esa es que no soy un
adivino. Ese es un don dado por Dios, y se encuentra en el
capítulo 12 de 1 Corintios. Ahora, en mi opinión, ¿esto me hace
apóstol o profeta? ¡En ninguna manera! Siempre me he
considerado un simple aprendiz, y un siervo inútil. ¿Qué en
cuanto el título de maestro? Bueno, dándole solo la gloria a Dios,
tengo que decir que he sido maestro bíblico desde que tenía 16
años de edad, y esta es mi gloria (si alguna). Entendiendo que
Dios es el que produce el querer como el hacer, por su buena
voluntad, que nadie puede tener nada si no le fuera dado del
cielo. No pienso que soy más que otros, en el conocimiento, pues
dice la Palabra de Dios que si alguno cree que sabe algo, en
realidad no lo sabe cómo debe saberlo.
Sé que alguno levantará sus “antenas” diciendo, ¿Por qué este
jíbaro”, menciona estos hechos acerca de él, estará buscando
gloria? Mi respuesta sería, ¡no, en ninguna manera! Mi propósito
es darles una lección a esos llamados profetas y apóstoles, en el
sentido que el enfoque no puede estar en nosotros, o en nuestras
capacidades. Como había dicho anteriormente en otro estudio, el
enfoque, nuestra mirada, nuestras pasiones deben estar
centradas en el Único que merece gloria y honra. ¿Para qué
ostentar títulos, que al final lo que hacen es poner más
responsabilidad sobre nosotros, sobre todo, cuando tengamos
que presentarnos delante de nuestro Creador y Salvador?¡Al que
mucho se le da, más se le demandara! El mismo apóstol Santiago
nos dice “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de
vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo. Porque
todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en
lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar
todo el cuerpo”, Santiago 3:1,2.
Estos títulos de apóstol y profeta se han hecho tan famosos que
cualquiera los ostenta, o los quiere tener. Estoy hablando de
ministros, quizás con iglesias grandes, pero viviendo en adulterio.
Aquellos que por no ser aceptados por concilios reconocidos de
iglesias, por su condición de pecado, han formado sus propios
“imperios” eclesiásticos. Por alguna razón, su carisma logra atraer
multitudes, que están más pendientes a las señales, que a su
propia salvación. También hay otros, que usando este medio y
otros medios de la Internet, han logrado conseguir miles y miles
de seguidores. Esto ha hecho que se les suban los humos a la
cabeza y se auto proclamen apóstoles y profetas. No dudo que
pudieran ser “buenas personas”, pero su conducta, sus
expresiones, sus palabras soeces, etc. los hace ver como si
tuvieran que volver al molde del alfarero, para ser quebrantados
y hechos de nuevo…
Seguiré….
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(PARTE 7) (ADVERTENCIA A LOS PROFETAS MODERNOS SOBRE
QUITARLE O AÑADIRLE A LO DICHO EN LA PALABRA DE DIOS)
¿EXISTEN PROFETAS EN LA IGLESIA ACTUAL?...
Por Manuel Jordán, PhD.
“He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre
aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios,
para que delante de él teman los hombres, Eclesiastés 3:14.
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(LOS DONES DEL ESPIRITU, INCLUYENDO EL DE PROFECIA, Y
UNA PEQUEÑA EXEGESIS DE 1 CORINTIOS 12) ¿EXISTEN
PROFETAS EN LA IGLESIA ACTUAL?... (PARTE 8)
Por Manuel Jordán, PhD.
Para los que no han leído todos mis escritos sobre si existen
profetas en la actualidad, y todo lo relacionado sobre este punto,
tengo que hacer algunas declaraciones (aparte de pedirte que
leas toda la serie, podría enviártela a tu dirección electrónica).
Quizás algunos que piensan que son profetas, se han sentido
medio molestos por los argumentos bíblicos que he presentado,
los que dan la impresión de que no estoy de acuerdo con el
ministerio profético. Piensoque ese no es mi caso. La verdad es
que no soy cesionista, o sea, no soy de los que piensan que los
dones, incluyendo el de profecía, ya no se manifiestan en la
iglesia de este siglo. Siendo que mis enseñanzas están basadas
absolutamente en las Escrituras, tengo que reconocer, sin lugar a
dudas, que los dones fueron dados a para la iglesia de todos los
tiempos. Podría decir que los dones continuarán “hasta que venga
lo perfecto”, como declara el apóstol Pablo:“…mas cuando venga
lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará”,1
Corintios 13:10. Mi dificultad no es con el don profético en sí, sino
con el desorden y la falta de conocimiento que existe entre los
que pretenden llamarse profetas, por causa de los pastores y
maestros, que no educan a la iglesia del Señor (con algunas
excepciones, pues, hay miembros que quieren hacer los que les
da la gana, y no se sujetan a sus pastores). A muchos que
piensan que son profetas, he recomendado que “vuelvan a la
mesa de ensamblaje”. O sea, que pongan el don (si en realidad lo
tienen) a un lado por el momento, y escudriñen la Biblia, sin
prejuicios, para que aprendan en qué realmente consiste el don
profético, y al mismo tiempo reciban instrucciones de cómo
usarlo, sin caer en la adivinación o el “espiritismo” pentecostal.
Por eso les recomiendo que estudien el capítulo 12, 13 y el 14 de
1 Corintios. El capítulo 12 nos habla de los dones espirituales:
“No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones
espirituales”, 1 Corintios 12:1.También nos enseña que: “hay
diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay
diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay
diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en
todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación
del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu
palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo
Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de
sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro,
profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos
géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas”, 1
Corintios 12:4-10.
El apóstol Pablo enfatiza que los poseedores de estos dones
tienen que ejercerlos en una absoluta unidad, siendo que todos
pertenecemos, o somos el cuerpo de Cristo, y los miembros de
ese cuerpo (ilustrado por el cuerpo humano) no pueden funcionar
correctamente, si cada uno tira para su lado. Tiene que haber
perfecta unidad para que el cuerpo (en este caso la iglesia) pueda
funcionar correctamente, dirigido por la cabeza (que en este caso
es Cristo). El apóstol nos enseña lo siguiente: “Mas ahora Dios ha
colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo (la iglesia),
como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde
estaría el cuerpo?Pero ahora SON MUCHOS LOS MIEMBROS,
PERO EL CUERPO ES UNO SOLO (la iglesia es una).Ni el ojo
puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los
pies: No tengo necesidad de vosotros (PODRA HABER
DIFERENCIAS, PERO NO PUEDE ROMPERSE EL VINCULO DE
UNIDAD).Antes bien LOS MIEMBROS DEL CUERPO QUE PARECEN
MAS DEBILES, SON LOS MAS NECESARIOS;y a AQUELLOS del
cuerpo QUE PARECEN MENOS DIGNOS, A ESTOS VESTIMOS MAS
DIGNAMENTE (la ropa interior generalmente es más fina y
delicada que el resto de nuestro vestuario); y LOS que en
nosotros son menos DECOROSOS, SE TRATAN CON MAS DECORO
(esto se refiere a nuestras partes privadas, a las que tenemos
que darle mejor mantenimiento que al resto del cuerpo, para no
ser rechazados por el resto de la sociedad).Porque los que en
nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios
ordenó el cuerpo, DANDO MAS ABUNDANTE HONOR AL QUE LE
FALTABA (por eso Dios dice que Él honra a los humildes, pero al
altivo mira de lejos),para que no haya desavenencia en el cuerpo,
SINO QUE LOS MIEMBROS SE PREOCUPEN LOS UNOS POR LOS
OTROS.De manera que SI UN MIEMBRO PADECE, TODOS LOS
MIEMBROS SE DUELEN CON EL, Y SI UN MIEMBRO RECIBE
HONRA, TODOS LOS MIEMBROS CON EL SE GOZAN.Vosotros,
pues, SOIS EL CUERPO DE CRISTO, Y MIEMBROS CADA UNO EN
PARTICULAR”, 1 Corintios 12:18-27.
Al final del capítulo 12, Pablo, siguiendo la misma línea de
pensamiento, dice que procuremos los mejores dones, pero
entonces nos lleva al capítulo 13, con el fin de mostrarnos que los
dones que recibamos tienen que ser gobernados por el amor de
Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones.
Como asunto interesante, Pablo afirma que fue Dios mismo “ha
colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo (la iglesia),
como él quiso”. Siendo que la iglesia es un ente espiritual, y
siendo que ella es el cuerpo de Cristo en la tierra, Dios mismo es
quien la ha organizado conforme a su criterio y propósito. El cual
sabemos que es la salvación de un mundo perdido. Del cual
nosotros los creyentes en Jesús éramos miembros, hasta el
momento de aceptar a Cristo y recibir su Palabra en nuestros
corazones: “Yo les he dado tu palabra; y ELMUNDO LOS
ABORRECIO, PORQUE NO SON DEL MUNDO, como tampoco yo
soy del mundo”. (Ahora, yo me pregunto: ¿Por qué si Jesús
establece claramente que no somos del mundo, los ministros
(pastores) han permitido, y hasta muchos han promovido que el
mundo se haya incorporado a la iglesia, haciéndola una iglesia
hibrida, mundana y en muchos casos pecadora y completamente
mundana? Sólo digo). Jesús continúa diciendo: “No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal.NO SON DEL
MUNDO, COMO TAMPOCO YO SOY DEL MUNDO”. ¿Tan ciego
estamos que no podemos leer y entender esta declaración de
Jesús? ¿Por qué insistimos en adulterar con el mundo? “Adúlteros
y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo,
se constituye enemigo de Dios”, Santiago 4:4.
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(LOS PROFETAS, ¿LLAMADOS A INSULTAR O A EXHORTAR? ¿A
CONVERTIR EL AGUA EN VINO...? ¿PROFETAS O MAGOS?)
¿EXISTEN PROFETAS EN LA IGLESIA ACTUAL? (PARTE 11)
Por Manuel Jordán, PhD.
2 Pedro 2:1-3 “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros
falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor
que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus
disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia
harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la