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EL MASAJE DE REESTRUCTURACIÓN

Material de soporte al Taller de Masaje de Reestructuración, elaborado por Yocoima Barreto,


Terapeuta Integral. Se ha tomado como base el material proporcionado en sus cursos por el
destacado médico venezolano Rafael García, quien ha desarrollado y promovido esta terapia. Esta
base ha sido complementada con información adicional y con resultados de mi propia experiencia
terapéutica.

Clásicamente, el masaje se ha preocupado por el tratamiento de las afecciones


osteomusculares, el drenaje linfático, la eliminación de grasa corporal, la activación de la
circulación sanguínea y ha conseguido ser una herramienta de gran utilidad en la
búsqueda de la salud, aunque aún no es utilizado con la frecuencia que debería y no se
aprovecha adecuadamente en toda su gama de aplicaciones terapéuticas.
En el avance del conocimiento y técnicas de las terapias manuales, surge en los últimos
años una nueva área de estudio y trabajo: el tejido conjuntivo.
El tejido conjuntivo tiene múltiples funciones, entre ellas servir como una fuente de
comunicación e información diferente al sistema nervioso, una verdadera red bio-
informática. Esta función se puede alterar y es cuando aparecen problemas diversos que
van desde la irritabilidad emocional hasta dolor y limitaciones de la movilidad, los cuales
no mejoran sustancialmente con los tratamientos convencionales habituales.
A través del masaje reestructurativo, cuya finalidad es promover y mejorar la estructura y
funciones del tejido conjuntivo, se logra detectar la presencia de estas alteraciones
mediante maniobras sencillas y desarrollar su tratamiento con técnicas que corresponden
al campo de las terapias manuales. Para ello es necesario aprender a diagnosticar y tratar
correctamente estos problemas.
TEJIDO CONJUNTIVO
Denominado también tejido conectivo, está constituído por un conjunto de células que
conforman la sustancia fundamental y de elementos extracelulares ó fibras. Se trata del
tejido más abundante del cuerpo, en el que se encuentra ampliamente distribuído. A
excepción de los cartílagos y tendones, está muy vascularizado. Embriológicamente es el
tejido originario que conforma el mesodermo y del cual se derivan los demás tejidos.
Entre los componentes principales de la sustancia fundamental se encuentran proteínas,
glucoproteínas, glucosaminoglucanos (condroitín, queratanos, ácido hialurónico), agua y
productos de la excreción celular. Por su parte las fibras, que conforman la matriz
intercelular, tienen entre sus componentes principales al colágeno, la elastina y otros
compuestos que favorecen la elasticidad de los tejidos y órganos. Se presentan distintos
tipos de fibras: colágenas, reticulares, epiteliales.
Anteriormente se creía que el tejido conjuntivo tenía como única función servir de relleno
para los espacios entre los órganos o de los espacios existentes entre los tejidos de un
mismo órgano. Hoy sabemos que además de ésta, cumple otra serie de importantes
funciones, entre ellas:
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 Protección del cuerpo y de sus órganos
 Almacenamiento de energía
 Estructuras de sostén de los órganos
 Estructuración de los tejidos para formar los órganos
 Mantenimiento de la tonicidad de tejidos y órganos
 Intercambio de metabolitos (nutrientes y desechos), que facilitan la nutrición y la
limpieza de tejidos y órganos.
 Intervención en los procesos inmunológicos
 Comunicación, tanto entre las células de un mismo órgano como entre las células
vecinas de órganos diferentes.
 Es el principal sistema de transporte del cuerpo (sangre, plasma, linfa)
El transporte de sustancias y la comunicación entre órganos son esenciales para el
cumplimiento de las funciones sistémicas del organismo (macrofunciones), las cuales a su
vez son determinantes en los procesos de mantenimiento de la salud o de desarrollo de
las enfermedades. Las principales de estas macrofunciones son la asimilación y la
eliminación, las cuales a nivel orgánico se cumplen en el tejido conectivo o conjuntivo.
Este tejido funciona también como sistema de información, y aunque está conectado con
el sistema nervioso, es diferente a él. En este sentido, actúa como un órgano de memoria
y de regulación mediante la producción de secreciones hormonales y señales que van al
sistema nervioso. Por ello su alteración repercute en trastornos de la salud.
El masaje de reestructuración se centra en la manipulación y tratamiento del tejido
conjuntivo para restablecer, equilibrar o mejorar estas estructuras y funciones.
ALTERACIONES DISFUNCIONALES DEL TEJIDO CONJUNTIVO
Hay dos tipos básicos de alteraciones del tejido conjuntivo: las patológicas y las
disfuncionales. Entre las primeras, que han sido extensamente estudiadas, se incluyen el
lupus eritematoso sistémico y el síndrome de Marfan.
Mientras que hasta ahora se había prestado poca atención a la existencia de las segundas,
por lo que usualmente no se diagnostican ni se tratan. Las alteraciones disfuncionales del
tejido conectivo, que pueden conducir a una serie de trastornos, específicos o
inespecíficos, que alteran la calidad de vida de los afectados, son las que pueden ser
tratadas efectivamente por el masaje de reestructuración. Las principales de estas
disfunciones son:
REDUCCIÓN DE LA ELASTICIDAD: Tanto el tejido conectivo como todos los órganos
requieren de un adecuado nivel de elasticidad para funcionar bien y controlar los procesos
de envejecimiento. Muchos de los problemas asociados a la alteración de esta condición,
como la pérdida de elasticidad de tendones, fascias articulares, membranas musculares y
otros tipos de tejido conjuntivo, son abordables con el masaje de reestructuración.
FORMACIÓN DE ACÚMULOS: El tejido conjuntivo puede actuar como área de depósito de
sustancias que, de pasar a otros tejidos, originarían problemas, como es el caso de las
grasas que se acumulan en el tejido adiposo o en los vasos sanguíneos (ateroesclerosis).
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En el masaje de reestructuración se trabaja principalmente en la eliminación de los
acúmulos que se producen a nivel subcutáneo o intermuscular (y que originan diversos
tipos de problemas dolorosos o irritabilidad), como una estrategia de prevención de
depósitos en áreas más riesgosas y de procesos acumulativos de toxicidad.
ALTERACIONES DE LA SENSIBILIDAD: El tejido conectivo también actúa como un espacio
sensorial y de memoria, función que de alterarse modifica profundamente el umbral de
dolor y el estado de ánimo de los individuos. Sus alteraciones también interfieren con los
procesos autocurativos. Este tipo de problemas ha sido poco diagnosticado y tratado.
EL DIAGNÓSTICO
Las alteraciones del tejido conectivo que llevan a las disfunciones antes señaladas pueden
ser diagnosticadas con facilidad, tanto en consulta como durante una sesión típica de
masaje, procediendo de la siguiente manera:
REDUCCIÓN DE LA ELASTICIDAD. El tejido conjuntivo tiene una flexibilidad normal, que
tiende a perderse como producto del envejecimiento y de ciertos traumas y
enfermedades, pero también por un estilo de vida inadecuado en relación al diseño
biológico y psicoespiritual del organismo, de una alimentación inadecuada, del
sedentarismo o también por todos estos procesos en conjunto.
Se diagnostica por la limitación articular, especialmente para los movimientos de
extensión máxima y para algunos de tensión. En algunos casos esta limitación resulta
además dolorosa. Durante la sesión de masaje el terapeuta flexiona y extiende las
articulaciones del consultante y si hay una reducción de la amplitud de movimiento es un
indicativo de que el tejido conectivo de las mismas requiere terapia que le devuelva su
flexibilidad. En muchos casos la diferencia entre un consultante artrítico que reciba un
masaje clásico y otro al que además le sean realizados los movimientos adecuados de
elongación y torsión, será que el primero disminuye sus niveles de dolor e inflamación,
mientras que el segundo, además de esos mismos beneficios, recupera la movilidad y la
fuerza y mejora su estado de ánimo, todo lo cual favorece el retroceso de la enfermedad
como tal.
PRESENCIA DE ACÚMULOS. El tejido conjuntivo normal no se palpa como diferente a los
demás durante el masaje, por lo que la percepción de nódulos o zonas endurecidas es un
signo de formación de acúmulos. La mayor parte de las personas tiene este tipo de
problemas bajo la piel, sobre los músculos y dentro de ellos o en las zonas periarticulares.
Para hacerlo la maniobra ideal es el “dedeo”, que consiste en realizar presión profunda,
deslizante y lenta sobre las zonas a explorar. Se percibe como un nódulo que
habitualmente es doloroso. Las maniobras habituales de masaje no los logran percibir.
ALTERACIONES DE LA SENSIBILIDAD. Las zonas con alteraciones secundarias en la red
informática del tejido conectivo suelen ser dolorosas ante las maniobras habituales del
masaje, incluso sin que haya inflamación (edema o enrojecimiento). No se percibe
ninguna alteración en especial, excepto que la zona afectada resulta dolorosa a la presión
y a la percusión.

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EL TRATAMIENTO
En el marco del masaje de reestructuración, para cada una de estas disfunciones existe
una maniobra específica, aunque en una sesión de masaje usualmente se ejecutan
complementariamente todas las maniobras.
La terapia óptima para el caso de REDUCCIÓN DE LA ELASTICIDAD es la elongación
(estiramiento) articular. Sin embargo, no toda elongación resulta adecuada; puede ser
contraproducente y lesionar los tejidos si se hace sin preparación previa, en ángulos
incorrectos, si se usa fuerza excesiva o si su ejecución es muy rápida.
La preparación previa es muy importante y tiene dos funciones: “calentar” la zona a
elongar y relajarla. Una manera de lograr ambos efectos es la terapia de hipertermia entre
37,5 y 38,5ºC durante 10 a 15 minutos. También puede realizarse un baño de vapor de 10
a 20 minutos. En ausencia de los recursos anteriores, se utilizan otras acciones como son
los movimientos oscilantes, las presiones y el masaje relajante, los cuales permiten
también la preparación del consultante para la aplicación de técnicas de elongación. Entre
estas acciones las más utilizadas por su eficacia son las presiones, las cuales deben ser
realizadas progresiva y lentamente.
La elongación propiamente dicha ha de realizarse en los ángulos fisiológicos de movilidad
natural, apalancando hasta llevar la articulación a una amplitud de movimiento mayor a la
que alcanza con el movimiento voluntario.
Ha de tenerse mucho cuidado de no elongar en exceso una articulación pues llevaría a
un daño local y a un empeoramiento del consultante. Normalmente, cuando avanzamos
más allá del límite habitual de movilidad articular, la persona siente la sensación de
estiramiento y el límite de ese movimiento suele ser ligeramente doloroso. El dolor es
pues, un aviso de que no debemos continuar ampliando el movimiento.
Es importante tener presente en todas las maniobras del masaje reestructurativo, que
para que sean eficaces y seguras deben ser realizadas de manera lenta, suave,
progresiva y simétrica. En el caso de la presión, es el peso del cuerpo del terapeuta el
que la realiza y no la fuerza de sus manos o brazos. Se mantiene unos segundos y luego
se retiran las manos lentamente, cesando de esta manera la presión ejercida. En el caso
de la elongación, es el movimiento del terapeuta el que promueve el estiramiento,
llevando el miembro al límite de la elongación, manteniéndola unos segundos antes de
regresar el movimiento a su posición de inicio y ampliando ligeramente el límite en cada
elongación.
La eficacia de las maniobras de elongación es muy alta si el tejido conjuntivo está
debidamente preparado. Favorecen marcadamente la energía de quien recibe la terapia,
su postura, su movilidad, su desempeño deportivo y contribuyen a la mejoría de las
lesiones articulares y musculares y de las enfermedades que implican la reducción de la
movilidad articular. También es un excelente medio para reducir el estrés, el cual a su vez
se ubica en el origen de numerosas enfermedades de diverso tipo, por lo que puede
considerarse que el masaje reestructurativo es también una terapia preventiva.

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La maniobra más indicada para atender la FORMACIÓN DE ACÚMULOS, es la presión
profunda, deslizante y rápida con ambos pulgares alternados, sobre las zonas donde se
han detectado acúmulos. Esta maniobra puede hacerse a continuación de la respectiva
exploración con la técnica indicada en el diagnóstico (“dedeo”).
Por su parte, las ALTERACIONES DE LA SENSIBILIDAD usualmente remiten con la aplicación
de las maniobras antes indicadas, pero pueden ser apoyadas con presión superficial
deslizante, golpeteos ligeros y masajes relajantes. Más adelante, se describen
detalladamente las maniobras para estas dos últimas alteraciones.

CONTRAINDICACIONES. Las maniobras de presión y elongación están contraindicadas en


consultantes con osteoporosis, lumbalgias agudas, sobre áreas donde hay lesiones
cancerosas, prótesis, heridas o fracturas recientes o lesiones agudas de la piel, tales como
celulitis infecciosa, herpes, abcesos. En el embarazo, deben evitarse las maniobras de
presión sobre el abdomen y las tracciones para elongar posteriormente la columna
lumbar.
MANIOBRAS PARA TRATAMIENTO DE LA REDUCCIÓN DE LA ELASTICIDAD.
PRESIÓN Y ELONGACIÓN PARA LAS EXTREMIDADES INFERIORES.
MANIOBRAS PARA LOS PIES. Todas las maniobras se practican con el consultante en
posición decúbito dorsal y de la misma manera en ambos pies, repitiéndolas de 3 a 5
veces, según la condición del consultante.
PRESIONES PREVIAS A LA ELONGACIÓN (Diapositivas 7 al 17)
1. Presión en la planta de los pies, deslizante y con algo de lubricación.
Sirve para establecer contacto inicial con el consultante y generar un clima de confianza, a
la vez que promueve la relajación. Para iniciar se le aplica en los pies una pequeña
cantidad de aceite relajante. La maniobra se realiza básicamente con los dedos pulgares,
presionando de tal modo que deslicen suavemente, partiendo desde el punto más inferior
y proximal del talón hacia los dedos, primero en el centro del pie, luego a los lados y
después a los extremos laterales. Esta presión también sirve para detectar posibles
acúmulos subepidérmicos.
2. Sacudimiento de los dedos de los pies.
Se realiza con ambas manos. Una de ellas sujeta la base de los dedos y con la otra se
realizan pequeñas sacudidas de cada uno de los dedos.
3. Tirón de los dedos de los pies.
Una de las manos sujeta la base de los dedos, mientras la otra tironea con firmeza cada
uno de los dedos tomándolos desde su base. Esto puede producir un leve crujido.
4. Presión en la cara interna de los pies, de proximal a distal.
Simultáneamente se realiza presión en ambos pies, comenzando por la zona más cercana
al tobillo (proximal), continuando por la parte media del pie y luego a la más distal (sobre
los dedos de los pies).
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5. Presión en la cara externa de los pies.
Se presiona la parte media del pie sobre la cara externa.
6. Presión sobre los pies cruzados.
Ahora los pies están juntos, con la porción distal una sobre la otra. Se realiza presión lenta
y progresiva sobre ambos, alternando la posición.
7. Presión en los puntos de tobillo y pies
Estos puntos forman un triángulo en que el vértice está en la parte más alta del calcáneo y
los otros puntos están en la parte más baja del talón de Aquiles. Se presiona
sostenidamente por unos 30 segundos en cada punto
ELONGACIONES (Diapositivas 18 al 27)
1. Elongación dorsal de los dedos.
Estiramiento de los dedos del pie llevándolos hacia adelante hasta el límite.
2. Elongación ventral de los dedos.
La misma maniobra pero llevando los dedos hacia atrás.
3. Elongación dorsal del pie (ventroflexión)
Se estira ahora todo el dorso del pie, tomando como punto de apoyo su articulación con la
pierna. La flexión es hacia delante.
4. Elongación ventral del pie (dorsiflexión)
La misma maniobra, pero en sentido contrario.
5. Tracción del pie con arqueo ventral.
Halamos ambos lados del pie hacia nuestro cuerpo mientras presionamos el centro de la
planta, de modo que el pie se arquee en sentido longitudinal, en elongación dorsal lateral.
6. Rotación del pie.
Usando como punto de apoyo el talón y sosteniéndolo fijo a manera de pivote, giramos
suavemente el pie, primero hacia la derecha, de 3 a 5 veces y luego hacia la izquierda.
7. Rotación del talón.
Ahora tomamos el pie por su parte media, manteniéndolo fijo, y hacemos girar el talón de
3 a 5 veces hacia la derecha y luego de igual manera hacia la izquierda.
8. Masaje y golpeteo de los pies del consultante.
Para finalizar, se masajea la planta de los pies del consultante, primero suavemente y
luego con un poco más de presión con “dedeo”, para ubicar y disolver acúmulos. Luego se
golpetea la planta del pie con el dorso de la mano en movimiento suelto.

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MANIOBRAS PARA PIERNAS Y MUSLOS
Todas las maniobras se practican de la misma manera en ambos miembros inferiores,
repitiéndolas de 3 a 5 veces según la condición del consultante.
PRESIONES Y TRACCIONES PREVIAS A LA ELONGACIÓN (Diapositivas 28 al 47)
Las maniobras 1 y 2 se realizan con el consultante en posición decúbito ventral. Las
maniobras 3 al 6, con el consultante en posición decúbito dorsal.
1. Presión en la cara posterior de piernas y muslos.
Desde la zona distal de las piernas hasta la zona proximal de los muslos, realizamos
presiones progresivas, con movimientos alternados de presión y descompresión, lentos y
controlados.
2. Presión en los glúteos.
Desde la base de los glúteos y girando en sentido de las agujas del reloj para el glúteo
derecho y en sentido contrario para el glúteo izquierdo, realizamos presiones progresivas,
con movimientos alternados de presión y descompresión, lentos y controlados.
3. Presión en piernas y muslos, cara anterior.
Consultante en decúbito dorsal. Presionamos sucesivamente desde la base de las piernas,
la porción más distal, hasta la porción más proximal de los muslos. Se realiza
progresivamente, con movimientos alternados de presión y descompresión, lentos y
controlados.
4. Presión en piernas y muslos, cara interna.
Consultante en decúbito dorsal. Se parte de la posición de árbol, que expone la cara
interna de la pierna y el muslo. Se presiona sobre ella, desde la base de la pierna hasta la
región proximal del muslo, con movimientos alternados de presión y descompresión,
lentos y controlados.
5. Tracción de las pantorrillas, con las piernas semiflexionadas.
Consultante en decúbito dorsal, una pierna semiflexionada y la otra extendida. El
terapeuta se sienta a los pies del consultante, lateralmente, de tal modo que su muslo
atrape y presione el pie del consultante, del lado de la pierna semiflexionada. Luego
tracciona esa misma pierna, tomándola con ambas manos por los gemelos y halándola
hacia sí. Se repite con la otra pierna, en posición contraria.
6. Tracción del muslo y pierna, uno a uno.
Consultante en decúbito dorsal. Tomamos el pie del consultante por el tobillo y los
levantamos ligeramente, mientras traccionamos el miembro inferior halándolo hacia
nosotros. Luego se hacen tres ligeras sacudidas. Se repite con el otro miembro

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ELONGACIONES (Diapositivas 48 al 63)
Todas se realizan con el consultante en posición decúbito dorsal y se repiten de 3 a 5
veces en ambas extremidades.
1. Flexión de la pierna sobre el muslo.
Terapeuta ubicado a un lado de la camilla. Tomamos la pierna más cercana por la cara
anterior de su base, cerca del tobillo, y la empujamos hacia el muslo, hasta el límite. Luego
se realiza todo el proceso por el lado opuesto.
2. Flexión de la pierna sobre el muslo con hiperextensión de la rodilla.
La maniobra es similar a la anterior, pero esta vez metemos la mano o el antebrazo en el
hueco poplíteo, para que al empujar la pierna quede atrapado allí y sirva para
hiperextender la rodilla.
3. Flexión del muslo sobre la cadera.
Terapeuta ubicado al lado derecho de la camilla. Tomando la rodilla del consultante con la
mano derecha como guía, la empujamos hacia el hombro del mismo lado, con un
movimiento lento y de presión progresiva, que puede marcarse mejor apoyando nuestro
antebrazo sobre la rodilla del consultante y ayudándonos con el peso del cuerpo. El tobillo
se agarra con la mano izquierda y apoya el movimiento. Luego se realiza todo el proceso
por el lado izquierdo.
4. Rotación del muslo sobre la articulación de la cadera.
Terapeuta ubicado a un lado de la camilla. Tomando con una mano la rodilla del miembro
más cercano y con la otra la cara anterior de la base de la misma pierna, hacemos girar la
articulación coxofemoral (cadera), usando como timón la rodilla, con movimientos
progresivamente más amplios, 3 a 5 veces en un sentido y luego al contrario. Se repite
igual con el miembro del lado opuesto.
5. Elongación de los abductores mediante presión sobre el muslo, en posición de medio
loto.
Terapeuta ubicado a un lado de la camilla, opuesto al miembro flexionado. Se toma con
una mano la rodilla del miembro flexionado y con la otra la cadera del lado más cercano al
terapeuta, a nivel de la espina ilíaca; se presiona suavemente ambas partes hacia abajo
para aumentar el ángulo de apertura del muslo. Se repite igual en el lado opuesto.
6. Elevación del miembro inferior extendido, con rotación sobre su eje
Terapeuta ubicado a un lado de la camilla. Se toma el miembro inferior más cercano y se
va elevando mientras permanece sin flexionar y sin tensión, hasta alcanzar un ángulo
máximo de 90º o hasta donde el límite del dolor lo permita. Entonces se procede a rotar
suavemente sobre su eje al miembro elevado, sin flexionarlo, llevándolo a ambos lados
hasta su límite de rotación. Al terminar se baja lentamente hasta la posición horizontal.
Luego se repite todo el proceso con el miembro del lado opuesto.

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PRESIÓN Y ELONGACIÓN PARA LA ESPALDA
Todas las maniobras se realizan con el consultante en posición decúbito ventral
PRESIONES PREVIAS A LA ELONGACIÓN (Diapositivas 64 al 72).
1. Tracción y sacudimiento de las piernas, semilevantadas.
Levantar levemente uno de los muslos del consultante hacia atrás. Hacer tracción hacia el
terapeuta. Al llegar a la barrera, sacudir. Repetir el proceso con el otro muslo.
2. Presión en los glúteos.
Desde la base de los glúteos y girando en sentido de las agujas del reloj para el glúteo
derecho y en sentido contrario para el glúteo izquierdo, realizamos presiones progresivas,
con movimientos alternados de presión y descompresión, lentos y controlados.
3. Presión paravertebral.
Presión en músculos paravertebrales con las yemas de los pulgares, empezando a nivel
lumbosacro y finalizando a nivel cervical. Esta maniobra también puede ser realizada con
artículos especialmente diseñados para hacer presión paravertebral. En este caso, debe
tenerse especial cuidado en proporcionar una presión adecuada.
4. Presión en área escapular, trapecio y hombro.
Terapeuta colocado lateralmente al consultante, frente al área de trabajo. La presión se
realiza con los dedos, cubriendo toda la zona del trapecio y halando hacia el terapeuta.
Luego en los hombros, con el mismo movimiento. Se repite el proceso en el lado opuesto.
5. Presión en la región posterior del abdomen (fosas lumbares y paravertebrales)
El terapeuta se coloca en el lado contrario al área de trabajo. Con la cara palmar de los
dedos, se trabaja primero en el flanco y luego en la zona paravertebral, presionando hacia
el terapeuta. Se trabaja primero un lado y luego el otro.
6. Presión-extensión longitudinal de la columna.
El terapeuta se coloca lateralmente al área de trabajo. Con el área palmar desliza
simultáneamente ambas manos desde el centro de la columna hacia sus extremos cervical
y lumbar. Repite 3 veces. Puede utilizar una pequeña cantidad de aceite. Es relajante.
ELONGACIONES (Diapositivas 73 al 88)
Las maniobras del 1 al 5 se realizan con el consultante en posición decúbito dorsal. Las
maniobras 6 y 7 se realizan con el consultante en posición decúbito ventral. Las
maniobras 3 al 6 es preferible realizarlas con el consultante acostado sobre una estera o
colchoneta en el piso, si está en condiciones de hacerlo. Las posiciones finales de estas
maniobras deben ser mantenidas por unos 5 segundos como mínimo, antes de regresar
a la posición inicial. Para comodidad del consultante, es preferible hacer primero todas
las maniobras susceptibles de realizarse en la camilla y luego pasarlo al piso. Por
tratarse de maniobras exigentes, se recomienda realizarlas un máximo de 3 veces en
cada sesión de trabajo.
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Contraindicaciones específicas: Lumbalgia aguda, prótesis. La maniobra 7 la cobra, está
contraindicada en consultantes con dolores lumbares y hernias discales. En estos casos
es preferible aplicar digitopuntura y presiones palmares a lo largo de la región
paravertebral, acupuntura de puntos específicos, moxa, gimnasia de elongación, yoga.
1. Rotación asimétrica de caderas, con las piernas juntas.
Tomando ambas piernas a la altura de los gemelos, se trazan círculos amplios, cuidando
de que se elongue la articulación coxofemoral y los músculos bajos de la espalda. Hacer
énfasis en el semicírculo contralateral que elonga glúteos y región lumbar. Girar 3-5 veces
en el cada sentido.
2. Torsión del tronco con elongación de los músculos espinales, ilíaco, psoas, romboides.
Consultante en decúbito dorsal con el miembro inferior izquierdo flexionado sobre el
derecho y semigiro de la parte superior del tronco hacia la derecha. El terapeuta, colocado
lateralmente a la derecha del consultante, toma el brazo izquierdo de éste a la altura de la
mitad del antebrazo y hala hacia sí la parte superior del tronco, mientras empuja hacia
abajo la rodilla del miembro flexionado. Luego realiza el mismo proceso en el lado
contrario.
3. Estiramiento tipo semi-arado.
Terapeuta ubicado en cuclillas delante del consultante, quien debe estar acostado
preferiblemente en el piso. Se toman los pies del consultante para levantar las piernas,
mientras se levanta también el terapeuta. Se avanza con ellos hasta formar con las piernas
un ángulo de 90º. Hacerlo con cuidado, ya que es una maniobra exigente para personas
de escasa flexibilidad. Se regresa lentamente a la postura inicial. Se repite 3 veces.
4. Estiramiento tipo arado.
Es más exigente que el anterior. Consultante acostado a nivel del piso y terapeuta
agachado de cuclillas frente a él. Se toman los pies del consultante y se levantan
uniéndolos frente al terapeuta. Se hacen descender los pies hacia la cabeza del
consultante mientras la porción inferior de su tronco se levanta lentamente. El terapeuta
“camina” hacia la cabeza del consultante con las piernas a ambos lados del mismo. Se
regresa lentamente a la postura inicial.
5. Estiramiento lateral en triángulo.
Se toman el pie y la mano de un solo lado del consultante. El terapeuta, apoya su pie en el
flanco abdominal del consultante, e inclinándose hacia atrás, hala simultáneamente
ambas extremidades hacia sí, generando un arco lateral del consultante. Luego se realiza
la maniobra en el lado opuesto. Si bien puede hacerse en la camilla, es preferible con el
consultante acostado a nivel del piso y el terapeuta sentado en el mismo, y a unos 25-
30cm de una pared o mueble donde apoyarse.

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6. Tracción de piernas hacia atrás. (Consultante en posición decúbito ventral)
Consultante en posición decúbito ventral. Se tracciona cada pierna hacia atrás, apoyando
una mano en el glúteo para inmovilizar la pelvis y tomando con la otra el tobillo del
consultante para tratar de llevar el pie hacia el glúteo, con flexión posterior de la rodilla.
Esta maniobra favorece el estiramiento de los músculos de la parte baja del abdomen.
Puede hacerse en la camilla o en el piso.
7. La cobra. (Consultante en posición decúbito ventral y con las extremidades superiores
estiradas hacia delante). Esta maniobra solo puede realizarse en el piso.
El terapeuta, de rodillas o en cuclillas y de frente al consultante, toma sus manos
asegurándolas en las muñecas. Lentamente se levanta, traccionando al consultante hacia
atrás de tal modo que se levante la porción superior de su tronco. Se sostiene esta
posición por unos segundos. La ejecución debe ser particularmente lenta, suave, sin
sacudidas y respetando el límite del movimiento. Al finalizar, dejar unos minutos en
descanso al consultante.
PRESIÓN Y ELONGACIÓN PARA TORAX Y MIEMBROS SUPERIORES
Todas las maniobras se realizan con el consultante en posición decúbito dorsal
PRESIONES PREVIAS A LA ELONGACIÓN (Diapositivas 89 al 98)
1. Masaje con presión deslizante sobre las palmas de las manos, previa lubricación ligera.
2. Sacudidas de los dedos de las manos, uno a uno, para relajarlos.
3. Tirones de los dedos de las manos. Dedo a dedo, tirón corto (con crujido).
4. Presiones en antebrazos y brazos.
Terapeuta ubicado al lado de la camilla. Con la extremidad del consultante apoyada en la
camilla, se inician las presiones en la muñeca, continúan por la cara interior de antebrazo
y brazo y luego por la cara externa. Se repite este proceso en el miembro opuesto.
5. Presión lateral del tórax, de distal a proximal y acompasándola con la respiración
6. Presión frontal del tórax, de distal a proximal y acompasándola con la respiración.
7. Presión de los trapecios.
El terapeuta parado detrás de la cabeza del consultante. Mete las manos por debajo de los
hombros y presiona hacia arriba en los trapecios, desde los hombros hacia la columna y
viceversa. Los trapecios y los hombros son elongados de atrás hacia adelante.
8. Sacudidas de los miembros superiores, para relajar más cada extremidad.
Terapeuta parado a un lado de la camilla, toma la mano del consultante y el antebrazo por
su parte media. Primero se tracciona todo el brazo y antebrazo y luego se sacude todo el
miembro, tomandolo por la porción central de la mano. Conviene apalancar la axila con la
mano. Se repite el proceso en la otra extremidad.

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ELONGACIONES (Diapositivas 99 al 107)
1. Estiramiento de la palma de la mano.
El terapeuta entrelaza sus dedos con los del consultante y haciendo palanca en la base de
los mismos, elonga hacia atrás la palma de la mano del consultante.
2. Estiramiento anterior y posterior de los dedos, en sus ángulos naturales de movimiento.
El estiramiento ventral se hace en dos tiempos y el dorsal apalancando en los nudillos.
3. Estiramiento anterior y posterior de las muñecas
El terapeuta coloca la palma de su mano derecha sobre la base de la palma de la mano
izquierda del consultante y presiona suave y lentamente hacia atrás, para estiramiento
anterior. Para estiramiento posterior, coloca su mano sobre la parte externa de la muñeca
del consultante y presiona hacia delante. Ambas maniobras deben ser realizadas con
sumo cuidado, pues es una articulación muy delicada. Luego realiza ambas maniobras en
la mano opuesta.
4. Rotaciones de la muñeca.
Se toma al consultante de la base de los dedos y se realiza rotación de la muñeca en
ambos sentidos. Luego se realiza en el miembro opuesto.
5. Flexión y extensión de los codos.
Se toma al consultante de la muñeca y se la lleva lentamente hacia el hombro, con
extensión del codo y presionando la muñeca contra el hombro. Se realiza luego en el codo
del lado opuesto. Se repite en ambos lados con hiperextensión del codo, colocando una
mano sobre el ángulo del brazo.
6. Estiramiento del hombro con tracción unilateral.
Colocado de lado del consultante, el terapeuta le toma del antebrazo con una mano y con
la otra por el codo. Luego hala la extremidad superior horizontalmente y a la altura del
hombro, apalancando con su mano o su pie en la axila del consultante. Se repìte en el otro
brazo.
7. Rotaciones del hombro.
Se hace girar el brazo del consultante, manteniendo el codo ligeramente flexionado, para
realizar rotación de la clavícula y la escápula, de 3 a 5 veces, primero hacia adelante y
luego hacia atrás. Se repite en el otro brazo.
PRESIÓN Y ELONGACIÓN PARA EL CUELLO Y CABEZA.
Se realizan preferiblemente con el consultante sentado en una silla con respaldar,
manteniendo la espalda recta y los pies bien asentados en el suelo. El terapeuta se
coloca de pie detrás del consultante. Todas se repiten de 3 a 6 veces.
PRESIONES PREVIAS A LA ELONGACIÓN (Diapositivas 108 al 113)
El terapeuta puede aceitar ligeramente sus manos para realizar las presiones.

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1. Presiones hacia abajo en la región lateral del cuello.
El terapeuta coloca las palmas de las manos sobre la región lateral del cuello. Presiona
hacia abajo con el peso del cuerpo, avanzando hacia el borde de los hombros.
2. Presión en región dorsal-cervical y base del cráneo.
Apoyando el resto de la mano sobre la base del cuello, el terapeuta presiona con los
pulgares en la zona paravertebral de las primeras dorsales y sube por las cervicales, hasta
la base del cráneo.
3. Presión deslizante de la región lateral del cuello.
Con las palmas de las manos ligeramente aceitadas, el terapeuta desliza las manos con
presión moderada a intensa, desde la base del cuello hacia los hombros. Puede hacerse
también con presiones circulares.
4. Golpeteo con el canto de la mano.
Con el canto de ambas manos, se golpea rítmicamente sobre los laterales del cuello,
desde su base hasta los hombros, primero en uno de los laterales y luego en el otro. Este
movimiento es muy eficaz para ayudar a relajar la tensión del cuello.
5. Presión sobre los hombros.
Con ambas manos, se toman ambos hombros y ahuecándolos en las palmas de las manos,
se presionan simultánemente hacia adentro.
ELONGACIONES (Diapositivas 114 al 120)
En todo el cuerpo todas las maniobras se realizan de manera muy lenta, suave y
progresiva, llegando al límite de la elongación y manteniéndola durante unos segundos
antes de regresar el movimiento a su posición de inicio y ampliando ligeramente el
límite en cada elongación. En el caso de cuello y cabeza estos cuidados deben
extremarse, porque los riesgos de lesión por manipulación son mayores. Todas las
elongaciones se repiten 3 veces de cada lado.
1. Tracción lateral del cuello, alejando la cabeza del hombro.
El terapeuta entrelaza los dedos de su mano izquierda con los de la mano derecha del
consultante colocándola sobre el hombro izquierdo de éste. Con la mano derecha sobre el
parietal izquierdo conduce suave pero progresivamente la cabeza del consultante de
manera lateral hacia el hombro derecho, mientras presiona hacia abajo el hombro
izquierdo, con extensión de los músculos de la base del cuello. Regresa suavemente la
cabeza del consultante a la posición vertical.
Luego se realiza la misma maniobra de manera contraria: El terapeuta entrelaza los dedos
de su mano derecha con los de la mano izquierda del consultante colocándola sobre el
hombro derecho de éste. Con la mano izquierda conduce suave pero progresivamente la
cabeza del consultante de manera lateral hacia el hombro izquierdo, mientras presiona
hacia abajo el hombro derecho, con extensión de los músculos de la base del cuello. Luego
regresa suavemente la cabeza del consultante a la posición vertical.
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2. Tracción lateral de la cabeza.
Tomando la mandíbula inferior del consultante con la mano derecha, el terapeuta realiza
un giro guiado de la cabeza hacia la derecha, aumentando el ángulo de giro hasta el límite.
Regresa a la posición inicial. Se repite 3 veces. Luego se realiza hacia el lado izquierdo.
3. Tracción de la cabeza en inclinación oblicua-lateral.
El terapeuta toma el lado derecho de la región frontal de la cabeza del consultante con la
mano izquierda y la inclina en sentido posterior-lateral hacia el lado izquierdo, mientras
apoya su mano derecha en el hombro derecho del consultante, presionándolo hacia
abajo. Regresa a posición inicial y realiza la maniobra en sentido opuesto.
4. Tracción de la cabeza hacia delante.
Tracción sostenida en ángulo de inclinación máxima. Una mano empuja lentamente la
cabeza hacia abajo y la otra hala la base de la nuca, en movimiento opuesto. Se lleva luego
lentamente a posición vertical.
5. Tracción posterior de la cabeza.
El terapeuta toma con una mano la base de la mandíbula inferior del consultante y apoya
la otra en la región occipital para soportar el movimiento. Levanta suave y lentamente la
región mandibular hasta su límite. También puede ejecutarse esta maniobra apoyando
una mano en la frente del consultante y empujándola lenta y suavemente hacia atrás,
mientras se apoya la otra mano en la región occipital. Se regresa a la posición inicial.
6. Rotación facilitada de la cabeza.
Primero se exploran los ángulos de dolor del cuello del consultante, rotando lentamente la
cabeza en semicírculo a uno y otro lado. Luego se hace el giro completo ampliando el
límite de rotación, primero 3 veces a un lado y luego al otro. También puede hacerse
primero un semicírculo anterior y luego otro posterior.
MANIOBRAS COMPLEMENTARIAS A LA PRESIÓN Y ELONGACIÓN
Si bien presión y elongación son las acciones básicas del masaje de reestructuración, hay
dos herramientas más que favorecen su acción y que según las características de las
alteraciones presentes pueden ser ejecutadas solas o de manera complementaria entre sí.
TRATAMIENTO DE ACÚMULOS
Una vez identificados los acúmulos, es muy importante trabajar sobre ellos con maniobras
de fricción rápida, deslizando los dedos pulgares sobre la piel lubricada, con una
profundidad creciente, siempre dentro de los límites de tolerancia del dolor y hasta que la
piel comienza a enrojecerse.
En algunos casos conviene moxar el área donde se presenta el acúmulo con el fin de
acelerar su mejoría. Sin embargo, es importante identificar bien el área para saber si
incluye puntos energéticos en los que la aplicación de moxa esté contraindicada.

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El tratamiento de los acúmulos del tejido conectivo requiere de varias sesiones de trabajo;
en el transcurso de éstas se irán haciendo menos dolorosos y de menor tamaño, hasta
llegar a desaparecer.
La presencia de acúmulos generalmente se traduce en dolores musculares y
osteoarticulares diversos, que mejoran en la medida en que el acúmulo decrece. Los
acúmulos constituyen verdaderos nódulos primarios de interferencias en la red
informática conectiva pero no se les ha prestado hasta ahora la debida atención.
TRATAMIENTO DE LA ALTERACIÓN LOCAL DE LA SENSIBILIDAD
Al realizar el masaje habitual suelen encontrarse áreas muy sensibles cuya manipulación
resulta muy dolorosa. Estas áreas hipersensibles varían de un consultante a otro, incluso
muchas personas no las tienen, a diferencia de los nódulos primarios o acúmulos que sí se
suelen encontrar en la mayoría de las personas.
La presencia de estas zonas secundarias dolorosas refleja que allí hay una interferencia de
la red conectiva informática.
Para el tratamiento de las zonas que tienen ese problema existen dos tipos de maniobras:
la fricción superficial de baja velocidad y las percusiones con la palma de la mano abierta y
con los dedos unidos; estas percusiones se realizan de un modo superficial y a una
velocidad mediana.
Si el fenómeno de hipersensibilidad es de reciente aparición suele mejorar rápidamente
con los golpeteos, aunque sea severo; si es de larga data mejorará más lentamente. Esta
maniobra es muy útil en traumatismos recientes pues facilita la recuperación acelerada de
los mismos. La memoria del golpe en el tejido conectivo puede ser literalmente “borrada”
con sólo realizar esta maniobra de percusiones.
La mayoría de los dolores de cabeza mejorarán con maniobras de golpeteo suave en la
cabeza y fricción superficial de la región cervical, recordando siempre que antes de
realizar esas maniobras conviene hacer maniobras de calentamiento y elongación,
traccionando la cabeza hacia atrás y adelante con el consultante sentado.
Las fricciones superficiales a baja velocidad y apoyadas con una lubricación ligera, las
cuales tienen efecto relajante, son recomendadas en los casos en que el dolor está más
relacionado con estrés o tensión emocional.
GIMNASIA DE ELONGACIÓN
Las maniobras de elongación pueden ser complementadas con ejercicios de estiramiento;
ejecutados por el consultante, y según su condición en el momento.,
Los ejercicios de elongación deben hacerse en sentido contrario al movimiento que
produce el dolor, estimulando el tendón implicado. Si por ejemplo hay una tortícolis que
limita el movimiento de la cabeza hacia atrás y a la derecha, el estiramiento debe hacerse
en su máxima amplitud dirigiendo la cabeza hacia delante y la izquierda y si es posible,
empujando lentamente con la mano un poco más allá de su máxima extensión en ese
momento, una vez alcanzando el límite del movimiento.
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INDICACIONES ESPECÍFICAS DEL MASAJE REESTRUCTURATIVO.
El masaje de reestructuración está específicamente indicado en las siguientes dolencias:
Traumatismos recientes (percusiones para las alteraciones de la sensibilidad). Incluye
tirones para la elongación muscular. Acelera la recuperación de esguinces.
Traumatismos antiguos (elongaciones y trabajo sobre acúmulos).
Preparación para la quiropraxia u osteopatía (todas las maniobras son útiles).
Dolores crónicos tipo fibromialgias (todas las maniobras)
Neuropatías (maniobras según el caso)
Recuperación de accidentes cerebrovasculares (todas las maniobras)
Artritis (todas las maniobras)
Dolores cervicales, dorsales, lumbares y sacros (maniobras según el caso).
Tortícolis (maniobras para cuello y cabeza)
Dolores de cabeza (maniobras para cuello y cabeza)
Dolores de espalda (maniobras para cuello, cabeza y espalda)
Molestias en pies, rodillas y tobillos (maniobras según el caso).
Fatiga crónica y manejo del estrés (todas las maniobras)
Mejoramiento del desempeño deportivo
Falta de concentración
Mejoría de flexibilidad y movilidad del cuerpo
Salud endeble (mejoramiento general)
Problemas emocionales (irritabilidad, temores encubiertos, angustia, depresión)
Relajación profunda (presiones y elongaciones). Mejora la calidad del sueño.

PRINCIPIOS DEL TRABAJO TERAPÉUTICO PARA EL MASAJE DE


REESTRUCTURACIÓN
El masajista profesional habitualmente realiza un buen trabajo, basado en sus
conocimientos de la teoría y práctica del masaje, en su experiencia y de acuerdo a las
necesidades del consultante. Sin embargo, el masajista de alto nivel, además de lo
anterior siempre está aprendiendo e incluye también el masaje de reestructuración de la
información del tejido conectivo, el cual le proporciona una más amplia gama de
posibilidades de atención al consultante y de efectividad de los resultados de su trabajo.
Sin embargo, es pertinente el manejo adecuado de otra serie de factores que influyen
favorablemente en el logro de resultados exitosos para ambos:

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TENER SIEMPRE PRESENTE QUE EL TERAPEUTA ES UN PROMOTOR Y FACILITADOR DE LA
SANACIÓN, más no puede sustituir al trabajo que el consultante debe realizar por sí
mismo y consigo mismo (razón por la cual, en medicina integrativa también se le
denomina “haciente”). Las bondades y resultados positivos del masaje reestructurativo
son innegables, pero sólo la participación activa del consultante como “haciente” puede
lograr la sanación, independientemente del tipo de terapia aplicada.
ATENDER LOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS, EMOCIONALES Y ESPIRITUALES DEL
CONSULTANTE. Detrás de cada afección física usualmente hay un problema de este tipo, y
especialmente en el caso de enfermedades y dolencias de larga data. El diagnóstico y
tratamiento adecuado de esta realidad, traerá consigo mejorías y curaciones que de otro
modo no serían posibles. La meditación, la visualización, la relajación, el manejo
sintergético de la situación del consultante, el desarrollo de la autoconfianza y autoestima
son, entre otras, herramientas muy valiosas para la superación de esos problemas y que
potencian la acción del masaje de reestructuración.
UTILIZAR TERAPIAS COMPLEMENTARIAS A LA ACCIÓN DIRECTA DEL MASAJE
REESTRUCTURATIVO. La digitopuntura, la acupuntura, la aplicación de moxa, los masajes
energéticos, el balance energético, las terapias florales, son herramientas que
complementan excelentemente la acción del masaje reestructurativo y pueden ser
aplicadas durante o después del mismo, según la condición del consultante y la naturaleza
de sus dolencias, lesiones, trastornos o enfermedades y las posibilidades y limitaciones
propias de cada una de estas terapias.
UTILIZAR MEDIOS DE POTENCIACIÓN DEL MASAJE REESTRUCTURATIVO. Para incrementar
sus efectos, es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
Preparar adecuadamente al consultante, especialmente en lo que respecta al
calentamiento previo al masaje de reestructuración. Si es posible provea su área de
trabajo de baños de hipertermia o de vapor. En su defecto, aplique adecuadamente el
calentamiento por presión del que se ha tratado en este taller o haga que el consultante
realice una gimnasia de elongación suave.
Es recomendable también realizar el lavado previo de los pies del consultante, en el caso
en que se vaya a realizar masaje de las extremidades inferiores. Esto, por una parte, relaja
y descansa los pies y facilita el trabajo posterior en ellos, pero también representa una
protección para el terapeuta en el caso de suciedad, hongos, malos olores.
Igualmente, antes y después del masaje, debe darse al consultante agua o una infusión
ligera, para mantenerlo hidratado.
Recomendar ejercicios y gimnasia complementaria. Indique a sus consultantes que
realicen algún tipo de ejercicio, como mínimo tres días a la semana, para que
complementen y mantengan el efecto logrado en el masaje. Entre estos, los mejores son
la gimnasia de elongación (estiramientos), que toma en cuenta la situación específica del
consultante, el yoga, el tai chi, la gimnasia psicofísica, las caminatas.

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Desintoxicar. En la mayoría de los casos, la desintoxicación mejora sustancialmente la
respuesta curativa, al promover la eliminación de sustancias tóxicas acumuladas en el
tejido conjuntivo. Es especialmente recomendada en el caso de respuestas pobres al
tratamiento y en consultantes muy congestionados.
Una forma eficaz y sencilla de realizar la desintoxicación es tomar 4 cucharadas de leche
de magnesia por la noche, antes de acostarse; este es un laxante suave y bien tolerado
por la mayoría de las personas. Para casos de estreñimiento crónico se recomienda tomar
1-2 cucharadas de aceite de ricino (según el nivel de estreñimiento) y luego el jugo de 1
limón. En ambos casos, al día siguiente se consume únicamente agua de coco tierno o
agua de linaza. Luego se sigue con un régimen alimenticio sano, que contenga frutas como
piña, melón, lechosa, que favorecen los procesos desinflamatorios y la evacuación y
yogurt probiótico para ayudar a restituir la flora intestinal. Esto se repite una vez a la
semana durante el primer mes y luego una vez al mes.
Promover la alimentación sana. Es sabido que una alimentación inadecuada es una de las
principales promotoras de la congestión del tejido conjuntivo y de acumulación de
sustancias tóxicas en el organismo. De allí la importancia de fortalecer las posibilidades y
resultados del masaje reestructurativo a través de cambios en los hábitos alimenticios del
consultante que le permitan nutrirse adecuadamente y mejorar su alimentación para
mantener un estado de salud óptimo.
Apoyar el masaje con la lubricación adecuada. El masaje de reestructuración requiere la
lubricación mucho menos que otros tipos de masaje, pero se recomienda en pequeñas
cantidades localizadas para algunas de las maniobras:
Lubricación de pies y manos del consultante para las presiones previas a la elongación
y para la presión deslizante de la región lateral del cuello. Cualquier aceite suave.
Para efecto relajante en articulaciones, aceite virgen de ajonjolí.
Para mayor efecto sobre los músculos, se recomienda el aceite de oliva extravirgen.
Para mayor efecto sobre las articulaciones, se recomienda aceite de maní o de ricino
tibio, además de otros aceites más suaves, como eucalipto y romero.
Mezcla de aceite de oliva y aceite de maní (ambos aceites vírgenes, es decir, obtenidos
por presión al frío). Potencian efectos musculares y articulares y ayudan a energizar al
consultante. Muy útil también en el tratamiento de la esclerosis múltiple, mal de
Parkinson, lesiones por traumatismo, molestias de la menopausia.
Mezcla de aceites de ajonjolí, coco, eucalipto, aceite esencial de pino y trementina
(“Terapinol”) Efectivo en problemas reumáticos, artritis, lesiones deportivas.
PREPARACIÓN DEL TERAPEUTA. Dado que el masaje de reestructuración exige del
terapeuta dedicación, tiempo, habilidad, comprensión de la situación, intuición y energía,
es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

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Preparase emocional, espiritual y energéticamente como canal de energía sanadora,
incluyendo su propia protección frente a las demandas energéticas del consultante,
especialmente en el caso de enfermedades y dolencias severas.
Cultivar el respeto hacia el consultante y paciencia y compasión hacia sus necesidades.
Mantenerse en forma mediante una disciplina de ejercitación y relajación y una
alimentación adecuada, de manera que pueda responder sin cansarse a las exigencias
físicas de la aplicación de este masaje. Adoptar posturas cómodas al aplicarlo.
Antes de comenzar y al finalizar el masaje, tomar agua o infusión y lavarse bien las manos.
DESARROLLAR UN PROTOCOLO DE TRABAJO. Las necesidades y condiciones particulares
de cada consultante definirán la manera cómo se aplicará el masaje de reestructuración,
tanto en su frecuencia como en el número de repeticiones de cada maniobra, o si se aplica
completo o parcialmente en una región del cuerpo particularmente afectada. Sin
embargo, pueden considerarse como requerimientos mínimos para su aplicación los
siguientes:
a. Mantenimiento del espacio donde se va a realizar y de los materiales a utilizar, de
manera que estén siempre limpios, organizados y disponibles.
b. Preparación energética y espiritual del terapeuta para la aplicación del masaje de
reestructuración como parte del proceso de sanación. Para ello es importante que antes
de iniciar sus consultas, realice los siguientes pasos:
Relajación progresiva del cuerpo, acompasada con la respiración
Centramiento y conexión energética: con la madre tierra de energía reticular, roja; con el
cielo, de energía eléctrica, azul; con el macro y microcosmos, desde el corazón, energía
magnética, amarilla.
Alineación con la energía universal, blanca, que desciende a la coronilla y penetra la
bóveda craneana, templo del pensamiento, y decimos: Yo soy la luz; al corazón, templo
del sentir: La luz soy yo; al plexo solar, templo de la acción: Yo vivo en la luz; al primer
centro energético y de allí a la profundidad de la tierra: Yo anclo la luz. Visualizamos y
sentimos un retorno de energía color rosa desde la madre tierra, que penetra por
nuestros pies, asciende por la columna vertebral y se desborda por la coronilla,
rodeándonos en un halo energético. Decimos: la luz está en mí, dentro de mí y alrededor
de mí. Yo soy la manifestación de la luz.
Alineación de los centros energéticos I-VII; II-V; III-IV. El centro VI comanda la alineación.
Invocación a nuestros guías espirituales y conexión con los seres que vamos a sanar.
Activación de irradiación energética (Alma-VII chakra o centro energético-IV centro- alma)
y magnetización (VI centro- IV- manos del sanador-consultante)
Durante el desarrollo de la terapia, deberá utilizar los principios de la sanación (atención,
intención y conocimiento) y mantener una actitud coherente de sanador (con el alma en
la luz, pensar global, sentir total y actuar local).

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c. El orden ideal de aplicación del masaje de reestructuración es: extremidades inferiores-
espalda- extremidades superiores- cuello y cabeza. El masaje completo dura
aproximadamente 1h 30min. Sin embargo, en el caso de que haya una región del cuerpo
particularmente afectada, debe dársele prioridad a su tratamiento y de ser necesario,
destinar a ella toda la sesión de trabajo, que puede ser hasta de 1 h.
d. Si bien desde la primera sesión ya el consultante comienza a sentir los efectos
beneficiosos del masaje de reestructuración, la eficiencia del tratamiento en los casos
leves requiere de al menos 3 sesiones seguidas, preferiblemente interdiarias, para lograr
efectos permanentes. Sin embargo, en los casos moderados a severos, donde se
presenten grandes limitaciones a la movilidad y flexibilidad, se requiere de un número
mayor de sesiones, a determinar según los avances que vaya logrando el consultante.
EQUIPAMIENTO MÍNIMO REQUERIDO.
Disponer de un espacio tranquilo, limpio y ventilado, que permita movilizarse
cómodamente y que tenga fácil acceso a un baño.
Una camilla de masajes o de ajuste de columna adecuada a la estatura del terapeuta.
Una estera gruesa o una colchoneta delgada para las maniobras que se realizan en el piso.
Una silla con respaldar que deje libre los hombros del consultante sentado.
Un recipiente para el lavado de los pies y toallas para secarlos.
Toallas y sábanas para la camilla y para tapar al consultante cuando este lo requiera
Un armario pequeño para guardar aceites, toallas, moxas y algún accesorio opcional.
Puede añadir un equipo de sonido, para ambientar con música relajante a bajo volumen.

YB. Mayo 2013/El masaje de reestructuración.


Referencia: García, Rafael. El Masaje de Reestructuración. Mimeografiado del curso original.

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