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8 Sermones y Artículos Sobre Jesús de Nazaret -- 1

Anotaciones El Señorío de Cristo


¡Una de las revelaciones centrales
acerca de Jesucristo es que El es Señor!
En el momento en que Pedro concluyó
su sermón en el día de Pentecostés
declaró, “Sepa, pues, ciertísimamente
toda la casa de Israel, que a este Jesús a
quien vosotros crucificasteis, Dios le ha
hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:36).
Luego, en la casa de Cornelio, habló
de Cristo: “...éste es Señor de todos”
(Hechos 10:36). Por tanto, el Señorío
de Jesucristo era un tema sobresaliente
del mensaje del evangelio.

Entre los predicadores modernos de hoy día, pocas doctrinas Bíblicas reciben tanta
atención y prioridad como el Señorío de Cristo. Los evangelistas contemporáneos
constantemente exhortan a los pecadores a “recibir a Jesús como su Señor y Salvador
personal.” En una era de “campañas para Cristo” y de “grandes cruzadas evangelísti-
cas,” ¡podemos casi escuchar las enormes arenas y coliseos sonando con la apelación
de “reciba a Jesús como el Señor!”

Pero, ¿qué quiere decir “reciba a Jesucristo como el Señor”? Hablar de Jesús como
el “Señor” es correcto; y urgir a los pecadores a “recibir a Cristo Jesús el Señor” es
Bíblico (Col. 2:6). No obstante, estas expresiones son Bíblicas ¡únicamente si la
verdad Bíblica relativa al Señorío de Cristo está bajo consideración! Los pecadores
necesitan recibir a Cristo como Señor — para ésto debemos estar de acuerdo — pero
antes de hacer una decisión, la consideración debida a ser dada a lo que la Biblia dice
está implicada en recibir a Cristo como Señor. A ésto se dirigirá la atención en nuestro
estudio: descubrir lo que la Biblia dice acerca del Señorío de Jesucristo.

“Señor” Envuelve Autoridad

Uno de los descuidos serios de la mayoría de la predicación moderna es una falta


común de definir Bíblicamente los términos y frases empleadas. Unos pocos predica-
dores modernos quienes tan frecuentemente usan el término “Señor” a medida que se
usa a Cristo se toman el tiempo para exponer la enseñanza Bíblica sobre el tema. Por
tanto, empecemos con una definición exacta.

El término “Señor” traduce una palabra Griega, Kurios, la cual es un adjetivo


significando teniendo poder o autoridad,” (W.E. Vine). Aun Webster define la palabra
como “una persona poseyendo poder y autoridad suprema.” El título “Señor” abarca
la idea de autoridad y pueden aplicarse únicamente a aquellos que tienen autoridad.

Una corta examinación del uso del Nuevo Testamento del término resultará en la
misma conclusión. Por ejemplo; “Como Sara obedecía a Abraham, llamándole Señor...”
(1 Ped. 3:6). Es aparente que (1) el señorío de Abraham como esposo y cabeza de
la familia le dió el derecho a requerir obediencia, y (2) su esposa le reconoció como
señor por medio de obedecerle. Otros ejemplos son similares (véase Lucas 1:6; 14:22;
22:25). El uso de los términos muestra que la autoridad está envuelta.

El título podría diferir en aplicación (podría aplicarse a diferentes personajes:


cabezas de las familias; oficiales gubernamentales; dueños de estados; etc.), pero sin
hacer caso del contexto; siempre envuelve la idea de autoridad. Ni más ni menos, si el
término es aplicado a Dios, o a Su Hijo, Jesucristo, lleva la idea de la autoridad o el
poder que Ellos tienen. Dos sinónimos Españoles comunes son: maestro y soberano.
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Jesucristo Es Señor
Anotaciones
No puede haber duda de que Jesucristo es Señor. Pedro afirmó, “...Dios le ha he-
cho Señor y Cristo,” (Hechos 2:36), y en los escritos del apóstol Pablo, el término es
aplicado a Jesús muchas veces. No puede ser negado que Cristo es Señor.

Pero, ¿qué quiere decir eso? ¡SIGNIFICA QUE CRISTO TIENE AUTORI-
DAD! El término “Señor” abarca la idea de autoridad, y la aplicación al Hijo de
Dios no es excepción. Dios le dió a El toda autoridad (Mateo 28:18). Jesucristo es el
único a quien Dios le ha dado derecho para ejercitar control completo sobre la vida
del hombre. Un predicador no tiene autoridad para decirle a usted que hacer y que
no hacer; ni un credo, convención, o manual sectario. Los hombres tienen autoridad
únicamente en el momento asignado por Cristo (los ancianos - Hechos 20:28; los
oficiales gubernamentales - Rom. 13:1; los empleadores - Col. 3:22; los esposos -
Col. 3:18; etc. Y estos hombres no tenían autoridad para usurpar la autoridad final
de Cristo). ¡Cristo es Señor!

Prerrogativas Específicas

Para proceder con nuevos detalles sobre este punto, nótese algunas de las prerro-
gativas específicas que Cristo tiene como Señor:

1. Tiene la autoridad para dictar mandamientos. A los Tesalonicenses Pablo


escribió: “Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que
de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar
a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el
Señor Jesús,” (1 Tesal. 4:1-2). La exhortación escrita es “en el SEÑOR Jesús,” y en-
vuelve “que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros
y agradar a Dios;” eso que aprendieron vino a través de las “instrucciones” dictadas
por la “autoridad del SEÑOR Jesús.” Cristo, como Señor, Dios le ha dado el derecho
para dictar mandamientos; es nuestro deber acatar esa prerrogativa.

2. Tiene la autoridad para requerir todas nuestras vidas. En 2 Cor. 8, a medida


que Pablo alabó a los Macedonios por su espíritu benevolente, declaró: “...que a sí
mismos se dieron primeramente AL SEÑOR...” (v.5). El Señor Jesucristo tiene la
autoridad para demandar que todas nuestras vidas sean dedicadas a El (véase también
Rom. 12:1-2; Mat. 16:24-26).

3. Tiene autoridad como Cabeza de la iglesia. “Y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo,
la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo,” (Efe. 1:22-23). Por tanto, “cualquier
movimiento u obra u organización que no se pueda mostrar que es dirigida por Jesús,
no tiene relación Bíblica a Su iglesia,” (BIBLE COMMENTARY, E.M. Zerr sobre
Efe. 1:22).

4. Cristo tiene autoridad como último juez del hombre. “Porque el Padre a nadie
juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,” (Juan 5:22). “El que me rechaza, y no
recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará
en el día postrero,” (Juan 12:48). Como Pablo lo expresó: “...pero el que me juzga es
EL SEÑOR,” (1 Cor. 4:4)

Esta prerrogativas son sostenidas por Cristo, y debe ser impreso sobre nuestras
mentes que hay únicamente UN SEÑOR (Efe. 4:5). Cuando usamos la expresión “Se-
ñor Jesucristo,” deberíamos hacerlo con pleno respeto por la autoridad que El tiene.
(¡Cualquiera que piensa que no hay tal cosa como autoridad en religión obviamente
no cree en Jesucristo como Señor!)
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La Obediencia Implicada
Anotaciones
Para continuar un paso adicional, especialmente con referencia a la respuesta del
hombre al Señor, debe ser señalado que ¡Señorío de Jesucristo requiere la obediencia
de parte de aquellos que le reciben como Señor!.

En efecto, ¡usted no puede separar la obediencia del señorío! Jesús dijo: “¿Por qué
me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). Es claro que la
confesión de Cristo con la boca ¡no prueba nada sin la compañía de las obras las cua-
les validan la confesión! Demostramos que seriamente hemos recibido a Cristo como
Señor por medio de rendirle obediencia como Señor. Esa es una conclusión sensible.

También, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos,” (Mat. 7:21). ¿Quién
es el que verdaderamente ha recibido a Cristo como Señor? ¡El que hace la voluntad
del Padre como expresada a través de la autoridad del Señor Jesucristo!

Es ilógico y enteramente no bíblico hablar acerca del Señorío de Cristo y luego, por
palabra u obra, implicar que la obediencia es algo secundario, u opcional. La verdad
de que Jesús es Señor implica dos cosas: (1) El es el origen de toda autoridad (Mateo
28:18), y (2) como el Señor autorizado del cielo, ¡MERECE NUESTRA OBEDIEN-
CIA LEAL! Decir o inferir menos es pervertir lo que la Biblia dice acerca de Cristo
como Señor.

La Predicación Moderna

¿Están los modernos predicadores sectarios predicando verdaderamente la doctrina


Bíblica del Señorío de Jesucristo? Cuando le urgen a los pecadores a “recibir a Jesu-
cristo como Señor” ¿realmente tienen Su autoridad en mente, y obediencia además?

La pregunta es clara: ¿POR QUE TODA ESTA URGENCIAACERCA DEL SEÑO-


RIO DE JESUCRISTO SI LA OBEDIENCIA NO ES UN GRAN ASUNTO? ¿Cómo
puede la obediencia estar separada del Señorío? Pero ¿cómo muchos predicadores
sectarios que encierran el “Señorío” urgen a los pecadores a ser bautizados para el
perdón de los pecados como Pedro lo hizo en Pentecostés? (Hechos 2:36-38). Es claro
que el bautismo es el punto en el tiempo cuando uno dice “Si” al Señorío de Jesucristo.
Absolutamente no hay forma en la que uno pueda demostrar que es serio acerca de
“recibir a Cristo como Señor” que por medio de hacer lo que el Señor requiere, y el
Señor requiere el bautismo (Marcos 16:16 y Lucas 6:46). Aunque los predicadores
modernos apelan a los pecadores para que “reciban a Jesús como Señor,” fallan en no
decirle a los pecadores que hacer para ser salvos por Cristo.

Conclusión

En una era de rebelión contra la autoridad de toda clase, no podemos pensar de una
mejor forma de usar el púlpito que para exaltar a Cristo como Señor teniendo “toda
autoridad en cielo y en la tierra.” Pero, cuando hablemos acerca de Cristo como Señor,
no perdamos la visión de lo que eso quiere decir. Significa colocar nuestra confianza
en El hasta el punto de hacer lo que El dice que se haga; significa permitirle ser el
Maestro y Soberano autorizado de nuestro diario vivir.

(Gospel Anchor, Vol, 1, Núm. 3, pág. 85, Warren E. Berkley).

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