La inteligencia del niño se desarrolla básicamente por medio de su
propia experiencia, con los objetos y las personas; por tanto, entender el significado a esta edad, de la experimentación, la curiosidad y el juego infantil: las experiencias son “el alimento” para el desarrollo de su pensamiento, de su capacidad de razonar. El gusto y el interés por aprender que tenga el niño dependerá, en gran medida, de las actitudes de los adultos que lo rodean: estarán presentes si se elogian oportunamente sus logros, si se valoran sus adelantos en los juegos, dibujos y aprendizaje, si se alientan frente a sus fracasos o errores.