Sunteți pe pagina 1din 2

LA OTREDAD – CARTA A GUILLERMO CASTRO

Querido Maestro – si acaso podría ud llamarse de tal forma, cuando tiene un alma
y un ser tan vació. Procurare tener una aproximación a su persona, haciendo serios
esfuerzos por comprender su contexto y su cultura.
NO quiero convertirlo a mis creencias, ni quisiera que yo me embargue en las suyas.
No obstante, quiero invitarlo a que encontremos puntos en común y puentes que
nos permitan avanzar en medio de las innumerables diferencias que nos atañen.

Quiero decirle que la Educación, para mi es un pilar de transformación social, que


creo en los diferentes contextos, las diferentes practicas educativas y los diferentes
escenarios para hacer educación. Entiendo que su educación es de un supranivel
de academia, no admite formatos socioculturales y esta enmarcada en el tecnisimo
y en el rigor científico de la materia, no admite risas, chistes, no admite el café de
descanso, no admite universos paralelos.

Entiendo muy seguramente que si estuviéramos en la calle, no nos daríamos ni el


Saludo, muy seguramente en una conferencia de prensa o en una clase magistral
usted deslumbrará al público con su “ciencia”, mientras que mis tesis parecerán
tesis rebuscadas y quizá por algunos hasta castrochavistas.

Su trabajo tiene mérito, su salidas a Europa, sus viajes, sus esperas en el


Aeropuerto para hacer los trasbordos, sus horas trasnochando en la lectura y
escritura, en la revisión de parciales, en la corrección de tesis, en la preparación de
conferencias. Trato de entender sus esfuerzos y situaciones. Ahora lo invito a que
entienda los míos. Yo fui alguna vez ese que es usted, o al menos intente serlo,
fui brillante, individualista, de alto rigor y disciplina, pero me di cuenta que no era
feliz, y que algo aun faltaba.

Pienso que ud es un doctor, porque en realidad tiene doctorado y que no le gustan


los niños y menos en sus clases. A mí en cambio me agradan, y paso mucho tiempo
con ellos, estoy seguro que usted no sabe que se siente, estar con una niña de ocho
años, subida sobre los hombros, rayándole los apuntes de su clase , mientras ud
lee las fotocopias de un texto entre mojado y seco por el café que ella acabo de
regar. No sabe que es sentir el tratar de educar a unos niños que ni siquieran han
desayunado o educar a unos adultos que nunca tuvieron escuela, eso quizá no esta
en su orbita.
Pero dejemos a un lado nuestras diferencias, y avancemos en lo que nos une que
es la Educación, quisiera que trabajemos en la educación para la paz , en un
escenario en donde la única violencia sea la de argumentos y no la de las armas.

GUILLERMO CASTRO: Querido Amigo Andrés, debido a mis ocupaciones y a mi


apretada agenda, no pude responderte sino hasta ahora (un mes después), el tema
es interesante y denso, pero podríamos agendar un espacio , espero que no
guardes resentimientos por haberte rajado en mi materia de obligaciones hace
algunos semestres.

Déjame comentarte en primer lugar que tu misiva es un poco Romántica, me hace


recordar las luchas de los mamertos de la universidad, pero a pesar de todo estoy
dispuesto a trabajar por una educación por la paz, es más tengo un libro que se
denomina anomia, individualismo e ineficacia de la ley frente a las normas de
tránsito.
Quizás podríamos utilizar mi insumo dogmático para tu desarrollo socio educativo y
para alcanzar esa educación que me comentas.

Me despido , porque por aca en Alemania ya es tarde,

Saludos

GUILLERMO CASTRO.

S-ar putea să vă placă și