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1.Generalidades
EL DELITO
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Concepciones del Delito del Delito. El delito fue siempre una valoración de la
conducta humana condicionada por el criterio ético de la clase que domina la
sociedad.
Los conceptos de delito se desarrollan en los siglos XVIII, XIX y XX, que se
describen a continuación.
Es la ley la que establece que hechos son delitos, es la ley que nomina (da un
nomen, da un nombre) al hecho va ser considerado como delito, es la ley la
designa y fija caracteres delictuales a un hecho.
Nuestra legislación Penal Federal define al Delito como: “Artículo 7o.- Delito
es el acto u omisión que sancionan las leyes penales.” Aunque para muchos
especialistas en el Derecho esta definición es puntual y exacta, para una persona
“común” alejada de la materia que nos ocupa, se le complicaría entender lo más
mínimo lo que el Legislador pretendió dar a entender con dicha definición,
definición como en muchas más, que el Legislador olvida que las Leyes son de
observancia general.
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Por lo que se refiere a los aspectos positivos y negativos del concepto
legislativo del delito que contiene el artículo 7º. del vigente Código Federal, son los
siguientes:
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Debemos recordar además que nuestro Derecho no es propio, ya que proviene en
gran parte del Derecho Romano lugar en el cual inicia el estudio concerniente a la
materia jurídica y en la cual la palabra delito derivaba del verbo latino delinquere,
que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse del sendero
señalado por la ley , noción totalmente distinta a la definición que se le intenta dar
al delito en nuestra definición, muchos autores intentan dar una definición acerca
del delito -incluso en el DICCIONARIO JURÍDICO MEXICANO DEL INSTITUTO
DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS ocupa poco más de doscientas líneas para el
estudio del concepto de delito
Toda ley penal—en su estructura—tiene un presupuesto (lo que no se debe hacer
o lo que manda a hacer) y una consecuencia jurídica.
La concepción jurídica del delito fue desarrollado por Juan Domingo Romagnosi,
Giovanni Carmignani
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Al decir “acto externo”, se refiere a que no son sancionables los actos internos o
pensamientos, sólo los actos exteriorizados del hombre. El pensar en matar no es
delito, mientras no lo exteriorice.
Con “acto positivo” se refiere las acciones voluntarias humanas. Con acto
negativo, se refiere, a un no hacer lo que la ley manda a hacer, o sea se refiere a
la omisión.
CRITICA
2. El delito se presenta como un juicio que se hace sobre el autor de ese hecho.
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incesantes discusiones que llevaron al nacimiento de la dogmática jurídico penal,
la cual se basa en los cuerpos de leyes.
El sistema causalista y el sistema finalista son las dos corrientes que han
predominado desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. No es por demás
mencionar que el pertenecer a una o a otra, presupone la aceptación de ciertas
premisas fundamentales para cada corriente.
El sistema jurídico penal causalista tiene sus orígenes en Franz Von Listz el cual
se concibe la “acción” como el fenómeno causal natural en el delito. Listz recoge
ideas de las Escuelas Clásicas y Positivista; se avoca al estudio del Código Penal
Alemán de 1871, a partir de la definición del mismo Código para el delito que es la
acción sancionada por las leyes penales; realiza un estudio sistemático del
derecho penal y del delito, partiendo de una base naturalística, causalista, que es
el acto o acción humana.
El jurista Hans Welzel dio origen a la teoría de la acción finalista que plantea una
sistematización jurídico penal diferente a la ya conocida teoría causalista, en
general Welzel acepta que el delito parte de la acción, que es una conducta
voluntaria, pero ésta misma tiene una “finalidad”, es decir persigue un fin.
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La teoría finalista afirma que el legislador al crear tipos penales debe estar sujeto a
las estructuras permanentes de la teoría del delito y no violentar las estructuras
para evitar caer en contradicciones. De tal modo que el legislador debe partir de
los conceptos de acción, antijuricidad y culpabilidad, como estructuras
fundamentales, que servirán para preservar los derechos fundamentales del
hombre, es decir que su actividad creadora no debe ser autónoma, si no sujetarse
a los principios de la teoría del delito.
Los juristas que se agrupan en torno del sistema causalista, aceptan que el primer
elemento del delito lo constituye una acción u omisión causal, que se concreta en
un movimiento, o ausencia de movimiento, corporal voluntario; que el examen del
proceso psicológico que determinó esa acción u omisión, es decir, del dolo o la
culpa, no pertenecen al estudio de la fase objetiva del delito, sino a la subjetiva, o
sea de la culpabilidad.
El sistema finalista, por el contrario, parte de una acción u omisión finalista; ubica
el dolo y la culpa en el terreno de la acción y omisión típica; no acepta la distinción
de los causalistas en fase objetiva y subjetiva del delito; le otorga a la culpabilidad
un contenido diverso, excluyendo de este elemento el dolo y la culpa, que se
ubican en el estudio de la tipicidad.
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En cambio, el sistema finalista se inspira en la filosofía de Kant, que a su vez es el
fundamento de la escuela llamada “filosofía de valores”, desarrollada en Alemania
a principios del siglo XX, donde se plantea que el derecho no es una reproducción
de la realidad, sino el resultado de los conceptos extraídos de esa realidad a
través de una elaboración metodológica fundada en “valores” y “fines”.
El sistema de la acción finalista rechaza esta concepción que considera reñida con
la propia realidad y con lo preceptuado por la ley, considera que no es posible
separa la voluntad de ejecutar una acción, de su finalidad, lo importante no es el
resultado, si no la propia acción.
Los conceptos de acción u omisión son puntos de partida para la teoría del delito.
El sistema causalista, como ya habíamos mencionado, concibe a la acción de un
modo naturalístico, como relación "causa" a "efecto". La acción es un proceso
causal, un movimiento corporal que produce un cambio en el mundo exterior, en
donde no interesa analizar aspectos internos, sino externos; se pone énfasis en el
resultado, más que en la acción misma; debe constatarse la causa, y el nexo entre
ésta y el resultado. La acción debe ser voluntaria, para diferenciarla de la acción
de carácter físico-natural, sin embargo, el estudio de esa voluntariedad se reduce
a establecer que el movimiento corporal, efectuado por la persona, fue voluntario,
el estudio del fin o sentido de la acción que se persigue con esa inervación
muscular pertenece a la culpabilidad.
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actividad final; el derecho prohíbe, ordena conductas, pero estas prohibiciones no
están dirigidas a procesos causales "ciegos" sino a procesos causales dirigidos
por la voluntad del hombre, es decir, con una finalidad.
Aquí es importante destacar que la teoría finalista señala que la determinación del
legislador de las "acciones finalistas" previstas en la ley no queda al arbitrio del
creador de la ley, sino que éste debe respetar las estructuras mismas del ser,
debe apoyarse en la esencia, en lo que ontológicamente es la acción; legislar
contra esos principios es violarlas y crear un sistema jurídico fuente de
contradicciones entre la esencia de la acción y la creación legal-ontológica de la
propia acción.
El legislador no sólo está vinculado a las leyes de la naturaleza física, sino que
también tiene que respetar determinadas estructuras lógico-reales en el objeto de
su regulación, pues, de lo contrario, su regulación resulta necesariamente falsa.
Así, la estructura ontológica de la acción, sobre todo, tiene existencia previa a
cualquier valoración y regulación... El legislador tampoco puede cambiar la
estructura de ya actividad final del hombre ni la función del dolo en ella, sino que,
si los quiere someter a normas, tiene que vincular su regulación a aquellas, pues,
de lo contrarío malogra el objeto de la regulación.
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comportamiento humano. Esta argumentación no la aceptan los finalistas, pues
para ellos cuando el legislador “describe una conducta es un tipo penal, por
ejemplo el que matare a otro, no describe un simple proceso causal, también un
rayo puede causar la muerte de otra persona sino un proceso causal es a la
medida que se deriva de la realización de una acción final humana.”
A) La Omisión
La mayoría de los penalistas aceptan que la omisión puede ser simple o propia o
bien omisión impropia o comisión, tal como señala Jiménez de Asúa pero la
discusión sobre su naturaleza, su asimilación a un concepto unitario con el de la
acción su dificultad de tipificarla en tipos cerrados, son temas de intensa discusión
trátese de penalistas causalistas o finalistas.
B) Nexo Causal
Dentro de los causalistas la teoría más aceptada es la de Mezger, que trata sobre
la “acción esperada”, estos es, el deber jurídico de obrar que debe existir para que
se considere a la omisión delictuosa. La omisión es causal en orden del resultado,
cuando de realizarse la acción esperada no se hubiera producido el resultado.
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II (b) Ausencia de Conducta en la Teoría Causalista y Finalista
Para el sistema causalista el tipo fue un concepto integrado de los elementos del
delito, la descripción legal de una conducta como delictuosa, pero en este sistema
se le consideró integrada só1o por elementos objetivos, "desprovistos de
valoración", de ahí que en ocasiones fuera considerado como "mera descripción",
en otros como indiciario de antijuridicidad o bien "como ratio escendi de
antijuridicidad", conceptos que ya fueron desarrollados en el primer capítulo de
este trabajo.
Así el finalismo planteó la tesis de que la “acción humana” es, un acontecer final,
no solamente causal o "ciego", sino que el hombre al actuar, se propone fines,
puede prever, dentro de ciertos límites, las consecuencias de su actividad y
dirigirla a la consecución de esos fines, su acción es "vidente".
• Dolo
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El finalismo concibe como objeto de dolo la realización del tipo, y al dolo como la
voluntad de acción orientada a la realización del tipo de un delito: exige el
conocimiento de las circunstancias de hecho.
C) Tipo de Culpa
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En tanto, en el sistema causalista, como en el sistema finalista: “La tipicidad, la
antijuridicidad y la culpabilidad son los tres elementos que convierten una acción
en un delito. La culpa¬bilidad —la responsabilidad personal por el hecho
antijurídico— presupone la antijuridicidad del hecho, del mismo modo que la
antijuridicidad, a su vez, ha de estar concretada en tipos legales. La tipicidad, la
antijuridicidad y la culpabilidad están relacionadas lógicamente de tal modo que
cada elemento posterior del delito presupone el anterior.
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es la conducta antijurídica misma. La antijuridicidad es un predicado; lo injusto, un
sustantivo. De ahí que lo injusto es siempre referido al autor de la conducta, por
tanto, siempre será un injusto personal.
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la valoración de los elementos objetivos, como subjetivos de la justincaci6n de que
se trate.
A) La imabilidad
B) Conciencia de antijuridicidad
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El sistema finalista distingue entreerror de tipo y error de prohibición, colocando en
la primera categoría aquellos errores accidentales (irrelevantes), o bien
esenciales, invencibles, o insuperables referidos a !os elementos del tipo y que
anulan la tipicidad de la conducta; en la segunda categoría, en los errores de
prohibición, la con¬ducta puede ser típica dolosa e injusta, pero siendo invencible
la posibilidad del conocimiento antijurídico de su conducta resultaría inculpable
esa conducta, o bien, si era vencible, puede dar lugar a una culpabilidad culposa.
Por ejemplo, estaríamos ante un error de tipo si un sujeto creyendo ejecutar un
delito de robo, se apodera de una cosa que es de su propiedad, tal error destruye
la tipicidad de su dolo, ya que el robo exige la apropiación de una cosa ajena,
estaríamos en presencia de un error de tipo, y por ende la conducta sería atípica.
En cambio, si el mismo sujeto, creyendo fundadamente que el objeto es de su
propie¬dad, pero siendo ajeno, su apoderamiento resultaría típico e injusto, pero
por error de prohibición, por imposibilidad del conocimiento de la antijuridicidad de
su acto, sería inculpable.
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estos cases de una exigibilidad objetiva, normal o general. Más allá de esta
exigibilidad normal, el ordenamiento jurídico no puede imponer el cumplimiento de
sus mandatos. Así, por ejemplo, en el estado de necesidad se exige como
requisito que el resultado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de
sacrificarse.
Conclusiones
La teoría del delito debe ir de la mano con la Ley, debe de nutrirla, debe abrir
puertas que permitan hacer válido el fin del derecho, la protección de la
convivencia del ser humano en la comunidad, empleando para ello del principal
medio que caracteriza al derecho penal… la pena, la que deberá aplicarse a quien
adecue su comportamiento exactamente al tipo previsto en la ley, en forma
antijurídica y culpable.
La ley debe plasmar los conceptos que permitan resolver de la mejor manera
posible las causas concretas que la delincuencia plantea a los tribunales, pero en
búsqueda de las mejores definiciones que garanticen los derechos de los
individuos y de la sociedad.
Teoría Psicológica.
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radica en la imperatividad de la ley, dirigida a quienes tienen capacidad para obrar
conforme a la norma a fin de que se pueda emitir el juicio de reproche.
Teoría Normativista
Cabe mencionar que dentro de la teoría psicologista que sufrió de las críticas del
al culpabilidad, y se presta a la formación de la normativista proporcionada por la
ideas de Frank (1907), Glodschmidt (1913 y 930), Freudenthal (1930) y Mezger
(1931), las ideas formuladas desde principios de siglo a la teoría psicologista, que
brindar la transformación a la culpabilidad en un juicio de valor, entendido como
irreprochabilidad.
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Modelo lógico
Este modelo difiere en que el nexo causal no es el elemento del tipo, sino relación
de tipicidad, debe hablarse de relación de conexidad no de causalidad.
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Bustamante, J.. (2010). Concepto del Delito. enero 27, 2011, de Noción de Delito
recuperado en: http://jbpenalgeneral.blogspot.mx/2011/01/07-nocion-de-delito.html
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