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Hija de Kurt Cobain pierde guitarra que su padre utilizó en el unplugged de

Nirvana (titulo)

Isaiah Silva, ex marido de Frances Bean Cobain, se quedará con el instrumento,


asegurando que la única heredera del malogrado músico se la dio como regalo de
boda.(bajada de título)

SANTIAGO.- La hija de Kurt Cobain y Courtney Love, Frances Bean Cobain,


perderá la guitarra de su difunto padre tras su separación.

Será Isaiah Silva, su ex marido, el que se la quede, según informaron distintos


medios estadounidenses.(lead)

Cobain murió en el 5 de abril 1994 y utilizó el disputado instrumento en la


actuación que Nirvana realizó para MTV Unplugged cinco meses antes de su
fallecimiento. Se trata de una Martin D-18E de 1959. Según expertos, está
avaluado en varios millones de dólares.

Frances Bean, de 25 años, se separó de Isaiah Silva en 2016 tras dos años de
matrimonio. El divorcio quedó sellado en noviembre del año pasado, pese a que
ambos no se habían puesto de acuerdo en la división de los bienes.

La joven se quedará con la casa que compartían en Los Angeles y su ex con


la íconica guitarra del ídolo del grunge, pues afirmó que Frances Bean se la
había entregado como regalo de boda.(cuerpo)
El propósito de esta noticia es informar sobre lo que paso con la guitarra de Kurt
Cobain, la cual su hija se la dio a su ex marido tras su separación, y ella se quedo
con la casa, la guitarra esta evaluada a un valor mayor que la casa.

Bibliografía: http://www.emol.com/noticias/Espectaculos/2018/05/16/906433/Hija-
de-Kurt-Cobain-pierde-guitarra-que-su-padre-utilizo-en-el-unplugged-de-
Nirvana.html
“Cómprame un revólver”, infancia y narcotráfico (titulo)

El director mexicano-guatemalteco Julio Hernández Cordón está presente en


Cannes con su última película Cómprame un revólver, seleccionada en
la Quincena de los Realizadores.

Ha sido una de las revelaciones de la Quincena de los Realizadores en


Cannes. Cómprame un revólver de Julio Hernández Cordón es la historia de una
niña de 10 años que vive con su padre adicto en una zona controlada por los
cárteles de la droga en México donde las mujeres han desparecido. El padre hace
todo lo posible por protegerla: desde esconderla día y noche hasta disfrazarla de
niño.

La cinta filmada en Hermosillo es una mezcla de Huckelberry Finn, Mad Max y


Peter Pan pero ambientado en el México actual, según explicó su director a Radio
Francia Internacional, a la manera de un homenaje a esas historias que leyó y vio
cuando era niño. (noticia)

“Es una película sobre cómo dos personas de edades diferentes pueden hacer
todo lo posible para mantenerse juntos, porque se aman, y cómo un padre
desesperado trata de proteger a su hija para que no le pase nada en un lugar de
mucha violencia. Pero también, quería hablar de lo que está sucediendo en
México donde hay un ataque sistemático contra la mujer. ¿Qué pasaría si llegaran
a desaparecer todas las mujeres?”, explicó a RFI Julio Hernández
Cordón.(comentario)

http://es.rfi.fr/cultura/20180517-comprame-un-revolver-infancia-y-narcotrafico
oso panda (titulo)

El gran panda es nativo del noroeste de China. Nadie parece saber gran cosa
sobre ellos más bien podemos decir que se le conoce desde fines del siglo XVIII
en que fue descubierto por el religioso francés A. David.(entrada) Vive en tupidas
selvas de arbustos y bambúes y muy rara vez se deja ver.(contexto) Que se sepa
estos extraños animales llevan una vida solitaria, alimentándose de raíces y
tiernos brotes de bambú, y cuando la nieve cubre la tierra es probable que el gran
panda se acurruque en algún lugar protegido y duerma allí durante la mayor parte
del invierno. (Desarrollo)

Los pandas son dulces y cordiales y a menudo se domestican. Pero si se les


molesta, silban como los gatos, escupen y suelen proferir un gruñido suave como
un osito enojado. (Cierre)

(Fotografía)

http://www.ejemplosde.com/11-escritos/912-
ejemplo_de_reportaje_como_genero_periodistico.html
https://losinrocks.com/gustavo-cerati-entrevista-historica-9e59567d04a3

Entrevista histórica: Gustavo


Cerati por sus fans
Después de Amor
amarillo, Bocanada y Siempre es hoy,
Gustavo Cerati daba –en 2006– un paso
firme con Ahí vamos, su cuarto disco
solista. Antes de los shows para presentarlo
en el Pepsi Music de ese año, el ex Soda
Stéreo respondía las preguntas de sus fans.
En otro aniversario de su muerte lo
recordamos con esta entrevista.
Esta sección está auspiciada por Isenbeck Rock N’ Chop. La mejor
música y Cerveza Posta, este 16/9 en el Hipódromo de Palermo
Foto Ale Guyot

(Pregunta de Augusto Milasius y Mariano Trotta)


¿Qué grupos actuales influyeron en tu último disco?
¿Qué música estás escuchando?
Gustavo Cerati: Me gustan muchas cosas. La verdad es que,
a esta altura de mi vida, no puedo limitarme a escuchar una
sola tendencia; esas cosas me pasaban más de pendejo, aunque
nunca estuve demasiado embanderado en un movimiento
específico. Bueno, en el momento de la new wave era distinto,
escuchábamos eso porque creíamos que nos representaba y
nos daba cierta identidad. Lo que más me interesó en los
últimos años fue LCD Soundsystem, !!! y The Rapture –incluso
The Strokes. A lo mejor me enganché con este tipo de bandas
porque siempre mantuve cierto espíritu funky en la forma de
tocar la guitarra y tuve una mano derecha muy movediza. En
estos grupos encontré mucha rítmica con cierta combinación
de lo electrónico, y esa propuesta se acerca a lo que yo quería
hacer. Pero también hay muchas otras cosas que me interesan:
este disco tiene mucho de Queen y de Led Zeppelin, por
ejemplo. Para la producción de guitarras tuve más presente a
Jimmy Page que a LCD Soundsystem.

(Pregunta de Claudio Paolinelli)


¿Cuánto tuvo que ver Richard Coleman para que el
disco suene tan rockero?
Muy poco, y lo digo sin menospreciar en lo más mínimo su
aporte. Richard llegó cuando ya estaba todo estructurado, así
que su papel como guitarrista va a estar mucho más presente
en vivo. Sí fue importante su presencia, más allá de los dos
temas en los que tocó. También fue determinante a nivel lírico,
porque escribimos juntos varias letras, cosa que no hacíamos
desde Fricción. Por otro lado, me divertí tanto con la
producción de guitarras, haciendo distintos riffs y tocando
unas encima de otras, que le dejé poco espacio al pobre
Richard… Cuando apareció ya estaba todo cocinado. Nos
volvimos a juntar y no voy a negar que haya tenido alguna
injerencia en el disco, porque obviamente la tuvo. Por algo
ocurren las cosas, ¿no?
“Es un poco aburrido que uno insista
siempre en las mismas cosas, pero la verdad
es que cuando veo todas las canciones que
escribí, pienso que todas hablan medio de
lo mismo.”

(Pregunta de Martín Droghei)


¿La homogeneidad de Ahí vamos tiene relación con
los músicos invitados (Coleman, Samalea y Tweety
González)? Porque a diferencia de Siempre es hoy, en
el que aparecía gente como Domingo Cura o Charly
García, que le daban al disco ambientes más variados,
el último álbum suena menos disperso.
No, porque Siempre es hoy es un disco que sólo tiene dos
invitados, Domingo Cura y Charly García, que participan en un
tema cada uno. Y si es un disco mucho más disperso y
heterogéneo que Ahí vamos, es porque tiene más cantidad de
temas. Siempre es hoy me parece un disco muy bueno, pero
tuvo sus problemas: como no pudo ser un álbum doble, metí
toda la cantidad de temas que entran en el espacio de un sólo
disco. Y a lo mejor esa lectura requiere una conducción más
lenta, porque resulta complejo entender un disco con tantos
temas. Pero bueno, tuvo que ver con la voracidad y con una
ansiedad por mostrar todo lo que estaba haciendo. Y a veces,
eso te hace olvidar el espíritu crítico… En este disco quise ser
más afilado y me impuse preconceptos: tenía que tener trece
temas, por ejemplo. Ni doce ni catorce, trece. Igual, no soy una
persona que vaya siempre por el mismo camino, me gustan
muchas cosas. Entonces aparecen temas que son muy
explosivos y rockeros, y también otros que van por otro lado.
En algún punto, me extendí menos y fui más directo. No
quería que los temas se salieran de la ruta.

Hay letras que parecen escritas antes de la música.


¿Cambiaste tu forma tradicional de componer?
Yo también soy víctima de mi propio cliché. Al decir que
primero hago la música, parecería que eso es imposible de
variar, pero lo cierto es muchas veces hay una idea de
antemano; los títulos de las canciones, por ejemplo, estaban de
antes. Así como me propuse hacer trece temas, los títulos ya
los tenía. A un tema le puse “Adiós”, y en realidad no había
escrito una sola palabra al respecto. Algunos surgieron como
nombres de trabajo… A partir de ahí, hago todo el esfuerzo
posible por respetar esa idea. El método que utilizo es como
una especie de balbuceo donde van apareciendo palabras.
Antes lo hacía casi siempre en inglés, pero ahora ni siquiera:
grabo los demos con la voz muy baja, para generar la situación
de una melodía que no está del todo definida, porque si la
defino del todo, entonces termino siendo prisionero de una
métrica. Ojalá pudiera hacer las dos cosas al mismo tiempo,
pero es algo que hago desde chico, tiene que ver con la
musicalidad. Sin embargo, ahí también hay conceptos, y esos
conceptos casi siempre dicen todo.

(Preguntas de Leonardo Aguirre)


¿El paso de los años afectó tu interés en tratar temas
que antes no te atraían? ¿Creés que musicalmente hay
una necesidad de envolver a esos temas de otra
forma?
No sé, me muevo dentro de lo que puedo. Es un poco aburrido
que uno insista siempre en las mismas cosas, pero la verdad es
que cuando veo todas las canciones que escribí, pienso que
todas hablan medio de lo mismo. Esas cosas que me empujan a
escribir pueden ser limitaciones o parte de una búsqueda que a
mí me interesa en particular –me gustaría ser mucho más
amplio. Creo que siempre tengo esa intención: no encerrarme
en una sola cosa, no escribir sobre una sola cosa. No me parece
que sea una persona sabia en algo como para escribir
específicamente de eso. Y sé que hay cosas que no hago bien o
que no me interesan hacer, como desarrollar historias con
principio y final. No me interesa tanto ese modelo dylaniano o
sabiniano… ¡O calamaresco! No es mi forma. Admiro mucho
cuando eso pasa y lo hacen bien, pero lo mío pasa más por
encontrar la emoción por otro lado. Y no por eso pienso que
mis letras sean poca cosa. Prefiero dejar abierta la posibilidad
de que el oyente cierre el sentido como quiera, es una decisión.
Quizás ahora ya sea un recurso, una forma de la que tal vez ya
no pueda salir, pero al fin y al cabo es mi elección.

En la letra de “Adiós” colaboró tu hijo Benito. ¿Cómo


fue eso?
Cuando nacieron mis hijos me di cuenta de que uno siempre
está aprendiendo. Antes de tenerlos, me asustaba un poco la
responsabilidad de ser padre, me preguntaba cuánto sabía de
la vida y qué cosas podía llegar a transmitirles. Pero una vez
que nacen y abren lo ojos, todo cambia. Ellos también son una
fuente inagotable de sabiduría, y eso es fascinante. Cuando veo
lo que hacen, influenciados por sus padres y por tanta música
que hay en su casa, no me queda más que asombrarme.
Probablemente a mí me llevaría toda la vida llegar a eso, y a
ellos les sale así de simple… Benito viene haciendo canciones
desde hace dos o tres años, y son geniales. Tiene un oído
tremendo, muy superior al que yo tenía a su edad. Siempre
viene al estudio y le divierte escuchar las cosas que hago. Así
que pensé que estaría bueno que participara. En ese momento
tenía todas las canciones y los títulos, pero me faltaban varias
letras. Entonces le dije: “Si te divierte, ponete a escribir sobre
estos temas, fijate qué te parecen”. Y le encantó: estuvo dos
días escribiendo cosas. Me pasó una data increíble.
Finalmente, usé una parte para “Adiós”. Me interesa compartir
y lograr cierta diversidad; además, es una buena forma de
librarme de algunos prejuicios.

(Pregunta de Leonardo Enrique)


Los nombres de tus discos solistas parecen reflejar un
estado de ánimo: el enamoramiento en Amor
amarillo, el relax en Bocanada y la estabilidad
en Siempre es hoy. Ahora, Ahí vamos da la sensación
de “me levanto y sigo” ¿Hacia dónde vas ahora?
No sé, estoy en movimiento. El leitmotiv del título lo tomé de
la expresión “ahí va”. Ahí vamos es más una cuestión social: el
“ahí” es menos importante que el “vamos”. Al principio, el
disco iba a llamarse “Llevame a un lugar con parlantes”, que es
una frase que figura en uno de los temas, pero después me
pareció que podía resumirlo mejor con este título. No sé hacia
dónde vamos, y no sé si importa saberlo. Lo interesante es
poner el acento en eso de estar moviéndose. ¿Qué otra cosa
puedo hacer más que moverme? En ese aspecto, el estado de
ánimo de este disco es enérgico y positivo.

En el video de “Crimen” seguís explorando tu faceta


de actor. ¿Te divierte actuar? ¿Das ideas a la hora de
hacer un video?
Sí, suelo participar. La idea fue del director, Joaquín Cambre.
La canción ya es de por sí una balada clásica, al estilo
“rompecorazones”, así que para el video quería desacartonarla
un poco para sacarle esa cuestión sufriente. Joaquín dio en el
clavo cuando trajo su idea: detective, década del 50, policial
negro… Yo ya venía pensando algo parecido, pero no lo había
resuelto tan bien como él. Después me puse en sus manos,
pero para eso hubo que romper el hielo y entrar en confianza.
Creo que, ahora que ya nos conocemos bien, va a ser más fácil
que volquemos ideas juntos. Siempre hay ideas, y el director
las necesita. Si no, se queda en un sólo lugar. También es
importante que sepa lo que me gusta y lo que quiero hacer. Yo
no tuve muchas oportunidades actorales: una vez hice una
película… Y pensé que mi carrera como actor había terminado
ahí (risas).

(Preguntas de Juan Manuel de Brito)


¿Cómo surgió Roken, tu banda electrónica paralela?
¿Vas a seguir tocando con ella?
Puede ser, no lo descarto, pero ahora me resulta imposible por
la falta de tiempo: estoy enfocado en las presentaciones del
disco y las giras. Roken se formó durante la gira de Siempre es
hoy. Se dio de una forma bastante espontánea, con nuestras
laptops, y nos invitaron a tocar en un par de fiestas en Chicago
y Los Ángeles. Como nos divertimos tanto, decidimos seguir
haciendo cosas en los hoteles, entre los recitales de la gira. A
veces pasaban cinco o seis días entre show y show,
derrapábamos un rato por esos lugares y terminábamos
juntándonos a tocar en las habitaciones del hotel. Las primeras
invitaciones para presentarnos también se dieron de manera
espontánea. Roken es algo que está latente y que puede
resurgir en cualquier momento. Me encanta tocar con Leandro
(Fresco) y con Flavio (Etcheto).

¿Cómo funciona la computadora portátil con tus


canciones?
Me gusta estudiar los programas de audio y hacer música con
ellos. Algunas de las canciones del disco surgieron así: “Otra
piel” y “Me quedo aquí”, por ejemplo, fueron concebidas
dentro de una computadora en México. Después, cuando las
reinterpreté con la guitarra, parecían hechas en un fogón. Pero
fueron producto de haber trabajado con un programa.
Cualquier instrumento puede ser bueno para crear música,
pero la computadora tiene esa cosa absorbente de poder
hacerlo casi todo.
“Es muy bueno que Babasónicos tenga el
éxito que tiene, sobre todo porque es una
banda que no elige hacer las cosas más
fáciles. Tengo que ser franco y reconocer
que lo último que estuve escuchando de ellos
no me despertó ningún interés. Pero ante
todo rescato que siempre fueron una banda
medio border.”

(Pregunta de Juan Pablo Serrano)


¿Qué es lo que más te interesa de la música
electrónica? ¿Por qué apoyás a artistas nuevos como
Leandro Fresco y Flavio Etcheto?
No creo tener una actitud condescendiente con la electrónica,
sería muy obtuso verlo de esa forma. Creo que la música va
mucho más allá de los instrumentos que se usan para hacerla:
definen su carácter, pero no restringen el espacio imaginativo
ni la sensibilidad. Me parece que, en los 90, la electrónica
sirvió para romper un poco las reglas. Por entonces todo venía
muy formateado, y la electrónica llegó para plantear esto de no
tener reglas. Así aparecieron discos instrumentales y temas
que duraban cuarenta minutos –en definitiva, el espíritu punk
estaba ahí en los 90. Yo registré eso: en ese momento, el rock
no estaba en el rock. Hoy sigue siendo parecido: hay más punk
en dos pibes con una laptop que en un grupo como Blink 182.
También hay que reconocer que, si bien han salido discos
buenos, la misma industria ha agotado los recursos a lo loco.
El cansancio que produce la repetición o la imitación de las
mismas cosas hace que uno vaya perdiendo interés. Pero
bueno, separando un poco la paja del trigo, siempre hay
artistas que sobresalen del resto.

(Pregunta de Demián Gilabert)


¿Cómo ves a la nueva camada del pop nacional
formada por grupos como Los Látigos, Adicta y
Miranda!, entre otros?
Siempre aparecen jóvenes muy talentosos, y eso cada vez me
alucina más. Adicta y Los Látigos ya no son parte de lo que se
llama “nueva camada”, aunque sí son parte del pop nacional.
De todas formas, no creo que esa clasificación se relacione
estrechamente con el legado de Soda Stereo. En ese sentido,
Los Tipitos tienen excelentes canciones y no pienso que tengan
esa herencia. Está claro que Adicta está más cerca de Soda
Stereo que Jóvenes Pordioseros, pero eso no quiere decir que
se parezca a lo que hacíamos. La verdad es que no siento que
haya alguien especialmente bajo mi ala… Sí produje a Leo
García, a quien considero un artista tremendo, con tanta
música que se le sale por los poros. Reconozco que Miranda! es
un grupo que siempre me gustó más en vivo que en los discos.
Y para mí, la producción de un disco es clave. Pero no estoy al
tanto de todo lo que hay, tampoco es que me la paso buscando
cosas nuevas.
“ No sé hacia dónde vamos, y no sé si
importa saberlo. Lo interesante es poner el
acento en eso de estar moviéndose. ¿Qué
otra cosa puedo hacer más que moverme?
En ese aspecto, el estado de ánimo de este
disco es enérgico y positivo.”
(Pregunta de Gustavo Alfredo Orlando)
Te vi en el último Southfest. ¿Cuál es tu DJ
internacional favorito?
(Piensa un rato) El alemán Michael Mayer. También me gusta
mucho Plastikman (alias de Richie Hawtin). El problema son
los lugares a los que generalmente hay que ir a escucharlos
cuando vienen…

(Pregunta de Ignacio Braña Gabiassi)


Tiempo atrás pedías una mayor proximidad entre la
experimentación y lo que se escucha en la radio.
¿Pensás que el éxito de Babasónicos es una muestra
de que eso está sucediendo o creés que tuvieron que
simplificarse para ser masivos?
Es muy bueno que Babasónicos tenga el éxito que tiene, sobre
todo porque es una banda que no elige hacer las cosas más
fáciles. Tengo que ser franco y reconocer que lo último que
estuve escuchando de ellos no me despertó ningún interés.
Pero ante todo rescato que siempre fueron una banda medio
border. Igual que Soda Stereo en su momento, es un grupo que
baja un montón de información de músicas desconocidas y
logra poner eso en un contexto mucho más popular. Por un
lado, reconozco que han investigado y que han sabido sacarle
filo a esta cuestión de la sustancia pop de las canciones. Pero, a
la vez, me hicieron perder un poco el interés: no estoy
escuchando en ellos cosas que me llamen la atención. Tienen
discos muy buenos y siguen haciendo buenas canciones, pero
me parece que, en un punto, se achancharon un poco. Así y
todo, los prefiero muy por encima de muchas cosas que están
sonando por ahí y que parecen jingles de cuarta. Hay muchas
bandas del supuesto “rock barrial” que están haciendo temas
que parecen publicidades de Coca-Cola, es la ley del menor
esfuerzo. En ese aspecto, Babasónicos es un grupo
infinitamente superior. Ojalá que no se achanchen, creo que
ahí hay inteligencia.
“Cuando nacieron mis hijos me di cuenta de
que uno siempre está aprendiendo. Antes de
tenerlos, me asustaba un poco la
responsabilidad de ser padre, me
preguntaba cuánto sabía de la vida y qué
cosas podía llegar a transmitirles. Pero una
vez que nacen y abren lo ojos, todo cambia.”

(Pregunta de Silvia Aliaga)


¿Qué opinas de Música ligera — Versiones lounge, el
disco con temas de Soda Stereo con estilo bossa que
sacó el sello de Zeta Bossio? ¿Les diste el OK a los
temas?
No, para nada, y tampoco me informaron al respecto: me lo
encontré de golpe. Lo escuché el otro día y me pareció
horrible… La verdad es que no le encuentro mucha razón de
ser, me parece intrascendente, no sé a quién le puede
interesar. No lo entiendo… Supongo que debe tener su
mercado, por algo hay tanto “bossa and”. ¡Es para dormirse!
Lo puse para escuchar en el auto y lo saqué enseguida porque
me daba miedo… (risas).

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