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18 Introducción El problema antropológico 19

misterio de la p r o p i a existencia. A h o r a hemos de p r o c u r a r c o m - E n este nivel los verdaderos interrogantes antropológicos n o


prender más a f o n d o cuáles son las intenciones que a n i m a n a se presentan nunca c o m o problemas objetivos e impersonales,
esta reflexión y la caracterizan específicamente c o m o antropología. cuya solución deja indiferente a la condición personal del que
busca la respuesta. A u n cuando millones de hombres hayan sus-
citado esos mismos interrogantes y hayan reflexionado ansiosa-
mente p a r a buscar su solución, esto no dispensa a nadie de la
3. Raíces más profundas del problema antropológico necesidad de aclarar p o r cuenta p r o p i a l a pregunta f u n d a m e n t a l :
¿Quién soy y o ? ¿Qué es lo que significa ser h o m b r e ? L a reflexión
L a problemática a n t r o p o l ó g i c a parece estar sostenida sobre hecha p o r los demás, sobre t o d o la reflexión sistemática a nivel
t o d o p o r ciertas experiencias e instancias específicas: p o r una tic la antropología filosófica, p o d r á ser un estímulo y una guía,
l i b e r t a d que busca ser ella m i s m a y n o puede sustraerse a la p r o - a veces una gran luz, o bien u n engaño que aparta de la verda-
p i a responsabilidad; p o r las relaciones c o n las otras personas, dera comprensión. E n cualquier hipótesis esa reflexión n o podrá
especialmente con las personas queridas; finalmente, p o r una ne- reemplazar j a m á s al esfuerzo personal p o r aclarar los problemas
cesidad impelente e insoslayable de encontrar u n significado glo- (le l a p r o p i a existencia V i v i r la p r o p i a v i d a c o m o vida «humana»
bal a l a existencia h u m a n a . significa v i v i r l a — a l menos en cierta m e d i d a — en presencia de
estos interrogantes. N o mostrar n i n g u n a sensibilidad o interés
por ellos sería señal de una p r o f u n d a alienación y de una inmensa
a) Libertad que realizar l a l t a de a u t e n t i c i d a d .

L o s interrogantes fundamentales del h o m b r e parecen nacer


del hecho de que el h o m b r e no existe c o m o u n p e r r o o c o m o una
piedra, sino c o m o sujeto personal, esto es, c o m o alguien que es
b) La convivencia con los demás
capaz de decir y o , tú, nosotros, esto es, de reflexionar, de t o m a r A u n q u e sea cada uno personalmente, bajo el i m p u l s o de su
distancias frente a las cosas, de darse cuenta, aunque n o plena- propia l i b e r t a d que va en busca de sí m i s m a , el que tiene que sus-
mente, de su p r o p i a condición h u m a n a . Su existencia n o se des- citar el p r o b l e m a antropológico, esto n o j m p i d e que el p r o b l e m a
pliega ciegamente según los r i t m o s de l a naturaleza, del i n s t i n t o nazca también - y con frecuencia de f o r m a p r e v a l e n t e - de las
o de las estaciones. Se da cuenta de que vive y de que está en la relaciones con los demás. Los problemas antropológicos tienen
i m p o s i b i l i d a d de sustraerse de esta tarea de v i v i r . un elemento c o m u n i t a r i o y social. Nacen específicamente en el
Por consiguiente, el p u n t o de a p o y o de estos interrogantes espacio de los vínculos que nos unen c o n los demás hombres en
antropológicos n o es t a n t o la contemplación del h o m b r e y del el m u n d o : en el trabajo, en el d o l o r , en el gozo del a m o r y de la
universo c o m o la experiencia de que es preciso v i v i r y de que hay amistad, en la muerte del ser q u e r i d o , en los conflictos que dividen
que hacer algo, sin que p o r lo demás esté m u y claro qué es lo que a los hombres y en l a esperanza que los une. E l m i s m o sentido de
hay que hacer. E l h o m b r e se ve lejos de l a meta, alienado, t o d a - i;i existencia y l a p o s i b i l i d a d de realizar una auténtica libertad
vía n o plenamente h o m b r e , en c a m i n o hacia la realización de su parecen depender en a m p l i a m e d i d a de los demás. L a frustración
existencia, homo viator. P o r consiguiente, en el centro se encuentra (le estas relaciones parece c o n d u c i r p o r t a n t o casi inevitablemente
la experiencia de una l i b e r t a d que tiene que hacerse plenamente 11 .suscitar el p r o b l e m a del ser y del significado del hombre.
libre y que p o r esto necesita ver c l a r o , comprenderse a sí m i s m a , L a muerte parece sin embargo ocupar u n lugar privilegiado
su ser y su destino. Podría decirse que la antropología nace de una c.i esta experiencia. L a muerte estimuló en otros tiempos la re-
l i b e r t a d i n q u i e t a y necesitada, necesariamente responsable de sí flexión antropológica de los griegos. Y a través de t o d a la historia
m i s m a y de su p r o p i a existencia, pero al m i s m o t i e m p o ansiosa
de comprenderse a sí m i s m a y de descubrir el camino que tiene
que recorrer. L i b e r t a d inevitable, pero libertad incierta, amena- 13. Cf. W. Luijpen, Nieiiwe inleiding lot de e-xislenliele fenomenologie,
zada en el m u n d o y expuesta a la traición de sí misma. Ulrecht 1969, 22-23.

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