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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0001/2017-S3

Sucre, 3 de febrero de 2017

SALA TERCERA

Magistrado Relator: Dr. Ruddy José Flores Monterrey

Acción de libertad

Expediente: 15990-2016-32-AL

Departamento: Tarija

En revisión la Resolución 47/2016 de 5 de diciembre, cursante de fs. 59 vta. a 62 vta.,


pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Milver Aban Flores en
representación sin mandato de Luis Ariel y Juan Carlos Manguia Iñiguez contra Blanca Carolina
Chamón Calvimontes y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Tarija; y, Ana Rosa Mancilla Chaile, Jorge Alejandro Vargas
Villagómez y Cristian Ramiro Sosa Hinojosa, Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal
Primero de Villamontes del mismo departamento.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 29 de julio de 2016, cursante de fs. 11 a 32, los accionantes a través
de su representante manifestaron que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En octubre de 2015 -en audiencia de aplicación de medidas cautelares-, se dispuso su detención


preventiva, al considerarse la concurrencia de los peligros de fuga y obstaculización previstos en
los arts. 234.1, 2 y 10; y, 235.2 del Código de Procedimiento Penal (CPP).

Con el propósito de modificar la medida impuesta, solicitaron la cesación de la detención


preventiva, por lo que se fijó audiencia para el 23 de junio de 2016, en la cual los Jueces hoy
codemandados refirieron que si bien lograron desvirtuar los numerales 1 y 2 del art. 234 del
CPP, en cuanto al numeral 10 solo se disminuyó el riego procesal, sin ser desvirtuado en su
totalidad, manteniéndose por tanto latente, al igual que el riesgo de obstaculización, denegando
en consecuencia su solicitud; razón por la cual, recurrieron en apelación, siendo resuelto por los
Vocales ahora demandados a través del Auto de Vista 90/2016 de 8 de julio, quienes
confirmaron en todas sus partes la Resolución impugnada.

Las autoridades judiciales ahora demandadas al emitir las Resoluciones en cuanto al numeral 10
del art. 234 del CPP, no expresaron fundamentación y motivación alguna, simplemente se
limitaron a referir que el delito es de lesa humanidad y que afecta a los elementos psicofísicos y
a la sociedad, por lo que se constituyen en un peligro efectivo para esta, y pese a estar detenidos
nueve meses preventivamente, se mantiene latente dicho riesgo procesal, y en cuanto al peligro
de obstaculización -art. 235.2 del CPP- no se especificó cuáles los elementos de convicción que
hicieron presumir la probable influencia que podrían ejercer en el caso de ser puestos en
libertad, no se expresó de manera específica cuáles los hechos que después de haberse
impuesto la detención preventiva persisten y que les hacía inferir que se mantenía el riesgo de
obstaculización ni se indicó quiénes son los testigos sobre los que se podrían ejercer probable
influencia negativa con la finalidad de beneficiarse, y tampoco se explicó la forma como se
ejercerá esa supuesta influencia negativa.

Los Jueces hoy codemandados se limitaron a reemplazar la fundamentación con lo expuesto por
las partes, realizando una relación de los hechos y los Vocales ahora demandados suplieron la
señalada fundamentación con lo expresado en la Resolución del Tribunal a quo, contradiciendo
lo establecido en la jurisprudencia constitucional.

Demostrándose con ello que las autoridades demandadas emitieron sus Resoluciones carentes
de fundamentación y motivación.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

Los accionantes a través de su representante señalan como lesionados sus derechos a la libertad
y al debido proceso en sus elementos de fundamentación y motivación, citando al efecto los
arts. 23, 115.II y 117.I de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitan se conceda la tutela, y en consecuencia: a) Se deje sin efecto las Resoluciones emitidas
por los Vocales de la Sala Penal Segunda del respectivo Tribunal Departamental de Justicia de
Tarija y los Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Primero de Villamontes de ese
departamento; y, b) Se ordene a los citados Jueces Técnicos “…dicten nueva resolución judicial
conforme al fallo dictado por el Juez Constitucional que resuelva la acción de libertad
interpuesta y por la jurisprudencia constitucional adjunta” (sic).

I.2. Trámite procesal ante el Tribunal Constitucional Plurinacional

La Jueza de Sentencia Penal Segunda de la Capital del departamento de Tarija, constituida en


Jueza de garantías, mediante Resolución 21/2016 de 29 de julio, denegó la tutela impetrada, sin
ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada, conforme al entendimiento
jurisprudencial de la SC 1229/2010-R de 13 de septiembre, que precisó respecto al desistimiento
y/o retiro de la acción tutelar (fs. 36 vta. a 37 vta.), en consideración al memorial presentado el
mismo día -29 de julio de 2016- por la parte accionante con la suma formula desistimiento de la
acción de libertad alegando que cometió un error involuntario de fondo en la trascripción, por
lo cual desistió de la acción con la finalidad de subsanar el mismo (fs. 34).

Por SCP 1126/2016-S3 de 18 de octubre, esta Sala resolvió anular obrados hasta el decreto de
29 de julio de 2016, emitido por la Jueza de Sentencia Penal Segunda de la Capital del
departamento de Tarija; asimismo, se dispuso que con dicho fallo constitucional, se señale día y
hora de audiencia para la consideración de la presente acción de libertad y se proceda a la
citación con dicho actuado a las autoridades judiciales hoy demandadas, dando aplicación al
trámite procesal establecido por norma, en el cual se emita la resolución que corresponda
resolviendo el objeto procesal de la presente acción de defensa (fs. 42 a 49).

I.3. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

Celebrada la audiencia pública el 5 de diciembre de 2016, según consta en el acta cursante a fs.
59 y vta., ausentes las partes accionante y demandada, se produjeron los siguientes actuados:

I.3.1. Ratificación de la acción


La parte accionante no se presentó en audiencia de consideración de esta acción de defensa,
razón por la cual no ratificó ni amplió su memorial de acción de libertad.

I.3.2. Informe de las autoridades demandadas

Blanca Carolina Chamón Calvimontes y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, no asistieron a la audiencia de acción de libertad
ni remitieron informe, pese a sus citaciones, cursantes de fs. 54 a 55.

Ana Rosa Mancilla Chaile, Jorge Alejandro Vargas Villagómez y Cristian Ramiro Sosa Hinojosa,
Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Primero de Villamontes del departamento de
Tarija, no concurrieron a la audiencia ni presentaron informe, no obstante a sus citaciones, que
cursan de fs. 56 a 57.

I.3.3. Resolución

La Jueza de Sentencia Penal Segunda de la Capital del departamento de Tarija, constituida en


Jueza de garantías, por Resolución 47/2016 de 5 de diciembre, cursante de fs. 59 vta. a 62 vta.,
denegó la tutela solicitada, bajo los siguientes fundamentos: 1) De la lectura del Auto de Vista
emitido por los Vocales ahora demandados se tiene de forma razonable los argumentos en que
se fundamentó la citada Resolución; y, 2) La solicitud de cesación de la detención preventiva
efectuada por los accionantes fue negada basada en normas legales, por lo que una resolución
fundamentada no es producto de una arbitrariedad de las autoridades judiciales, puesto que de
forma simultanea concurren los requisitos establecidos en el art. 233 del CPP, ya que existe
probabilidad de que sean autores del delito de tráfico de sustancias controladas y asociación
delictuosa tipificado en los arts. 48 y 53 de la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias
Controladas (L1008); asimismo, existen los peligros procesales de fuga previsto en el art. 234.10
del citado Código y de obstaculización enmarcado en el art. 235.2 del referido cuerpo normativo,
correspondía a los hoy accionantes demostrar la no vigencia de los mismos, puesto que la sola
presentación de la acusación particular no resulta ser suficiente para desvirtuarlos.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:

II.1. Cursa acta de audiencia pública de control jurisdiccional y Resolución de 23 de junio de


2016, por la cual Ana Rosa Mancilla Chaile, Jorge Alejandro Vargas Villagómez y Cristian Ramiro
Sosa Hinojosa, Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Primero de Villamontes del
departamento de Tarija -hoy codemandados-, rechazaron la solicitud de cesación de la
detención preventiva solicitada por Luis Ariel y Juan Carlos Manguia Iñiguez -ahora accionantes-
(fs. 5 a 10 vta.).

II.2. Consta acta de audiencia de apelación de medidas cautelares celebrada el 8 de julio de 2016
(fs. 2), y Auto de Vista 90/2016 de la misma fecha, pronunciado por Blanca Carolina Chamón
Calvimontes y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de Tarija -ahora demandados- por el cual confirmaron la Resolución de 23 de junio
de igual año (fs. 2 vta. a 4 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Los accionantes a través de su representante, alegan la vulneración de sus derechos


constitucionales invocados en esta acción de libertad, en razón de que ante su solicitud de
cesación de la detención preventiva las autoridades judiciales ahora demandadas a través de la
Resolución de 23 de junio de 2016 y el Auto de Vista 90/2016 de 8 de julio; respectivamente,
rechazaron su pretensión, manteniendo subsistentes los riesgos procesales de fuga y de
obstaculización -arts. 234.10 y 235.2 del CPP-, sin haber efectuado una debida fundamentación,
motivación y valoración de la prueba.

En consecuencia, corresponde analizar en revisión, si tales extremos son evidentes a fin de


conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Obligación del Tribunal de apelación de fundamentar y motivar la resolución que


disponga, modifique o mantenga una medida cautelar

El Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante la SCP 0339/2012 de 18 de junio, estableció


que: “El Tribunal Constitucional, ha desarrollado amplia jurisprudencia sobre cuáles son las
condiciones y formalidades que debe cumplir la resolución que disponga una medida cautelar de
carácter personal de detención preventiva de un imputado y/o imputada, a través de la SC
1141/2003 de 12 de agosto, citada a su vez por la SC 0089/2010-R de 4 de mayo, sosteniendo
que: ‘...la aplicación de una medida cautelar de carácter personal en el ámbito procesal penal
debe cumplir con las condiciones de validez legal, lo que significa que, la autoridad judicial
competente, para adoptar la decisión de aplicar la detención preventiva, de una parte, está
obligado a verificar y determinar la concurrencia de los requisitos previstos por el art. 233 CPP,
para lo que deberá contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio Público con los elementos
de prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en el marco de las normas
previstas por los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá fundamentar en derecho la decisión
de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues tomando en cuenta que uno de los
principios fundamentales inherentes al Estado Democrático de Derecho es la motivación de las
decisiones de las autoridades públicas, el juez está obligado a expresar los motivos de hecho y
de derecho en que se basa su convicción determinativa de la concurrencia de los requisitos, así
como el valor otorgado a los medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada
por la simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de
modo que está obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con cita
de las normas legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos de convicción
concurrentes’.

En cuanto al Tribunal de apelación, la citada SC 0089/2010-R, señaló: ‘…está obligado


igualmente a dictar una resolución debidamente fundamentada sobre la necesidad de aplicar
dicha medida cautelar de carácter personal, explicando la concurrencia de los dos requisitos
determinados en el art. 233 del CPP. En ese sentido, se ha establecido que el Tribunal de
apelación, está obligado a motivar y fundamentar su Resolución, precisando los elementos de
convicción que le permiten concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y aplicar
la detención preventiva; a cuyo efecto, debe también justificar la concurrencia de los
presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del CPP y una o varias de las circunstancias
señaladas por los arts. 234 y 235 del CPP, mediante una resolución debidamente fundamentada,
conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han fundamentado debidamente
estas dos situaciones, se puede disponer la detención preventiva’.

Así también, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, determinó que: ‘Ahora bien, la exigencia de


pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la concurrencia de los requisitos de
validez para determinar la detención preventiva, entendiendo por motivo fundado a aquél
conjunto articulado de hechos que permiten inferir de manera objetiva que la persona imputada
es probablemente autora de una infracción o partícipe de la misma y que existe riesgo de fuga
y/u obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez cautelar, sino también
al tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas
cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas, ello
no significa que el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención preventiva, esté
exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada, en la que se exprese la
concurrencia de los dos requisitos que la ley impone para la procedencia de esa medida cautelar’.

De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es exigible


al momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la solicitud
de cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución o modificación de esa
medida o, finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto
en las resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas en apelación y
en toda decisión judicial conforme establece el art. 124 del CPP” (las negrillas son nuestras).

III.2. La solicitud de valoración de la prueba en la jurisdicción constitucional

La acción de libertad, así como las demás acciones protectoras de derechos humanos, delimita
también las atribuciones entre jurisdicciones respecto a la valoración de la prueba, en ese
sentido la SC 0025/2010-R de 13 de abril, precisó que:“…este Tribunal, en invariable y reiterada
jurisprudencia, ha establecido que la jurisdicción constitucional no tiene competencia para
ingresar a valorar la prueba, dado que ésta compulsa corresponde exclusivamente a la
jurisdicción ordinaria, cuyos jueces y tribunales, conforme a la atribución que les confiere la
Constitución de manera general; y las leyes de manera específica, deben examinar todo cuanto
sea presentado durante el proceso y finalmente emitir un criterio con la independencia que esto
amerita...” (las negrillas son nuestras).

Asimismo, la misma jurisprudencia estableció situaciones excepcionales en las que se puede


ingresar a la valoración de la prueba, así mediante las SSCC 0938/2005-R, 0965/2006-R,
0662/2010-R, entre otras, se sostuvo que: “La facultad de valoración de la prueba corresponde
privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios, por ende la jurisdicción constitucional
no puede ni debe pronunciarse sobre cuestiones de exclusiva competencia de los jueces y
tribunales ordinarios, en consecuencia, menos aún podría revisar la valoración de la prueba que
hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes, emitiendo criterios sobre dicha
valoración y pronunciándose respecto a su contenido. Ahora bien, la facultad del Tribunal
Constitucional a través de sus acciones tutelares alcanza a determinar la existencia de lesión
a derechos y garantías fundamentales cuando en la valoración de la prueba efectuada por la
jurisdicción ordinaria exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad
y/o se hubiese omitido arbitrariamente efectuar dicha ponderación” (el subrayado y las
negrillas nos pertenecen [SC 0662/2010-R de 19 de julio]).

De igual manera, la SC 0115/2007-R de 7 de marzo, consideró otra excepción a las subreglas


jurisprudenciales, concluyendo que: “…además de la omisión en la consideración de la prueba,
(…) es causal de excepción de la subregla de no valoración de la prueba, otra excepción se da
cuando la autoridad judicial basa su decisión en una prueba inexistente o que refleja un hecho
diferente al utilizado como argumento” (las negrillas son nuestras).

En ese sentido, la SCP 1215/2012 de 6 de septiembre, precisó que: “…por regla general, la
jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la prueba, por ser una atribución
conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales o administrativas;
empero, tiene la obligación de verificar si en dicha labor: a) Las autoridades no se apartaron de
los marcos legales de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de manera arbitraria la
consideración de ellas, ya sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba
inexistente o que refleje un hecho diferente al utilizado como argumento. Claro está que
además de ello, en cualquier caso, se debe demostrar la lógica consecuencia de que su
incumplimiento ocasionó lesión de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales al
afectado; lo que se traduce en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen excepciones
a la regla aludida; dado que se admite injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente
cuando se evidencian dichas vulneraciones; empero, dicha competencia se reduce únicamente
a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en la labor valorativa, o bien, si existió
una actitud omisiva en esta tarea, ya sea parcial o total; o finalmente, si se le dio un valor
diferente al medio probatorio, al que posee en realidad, distorsionando la realidad y faltando
al principio de rango constitucional, como es la verdad material, pero en ningún caso podrá
pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria, examinando directamente la misma o volviendo a
valorarla, usurpando una función que no le está conferida ni legal ni constitucionalmente” (las
negrillas nos corresponden).

III.3. Análisis del caso concreto

Los accionantes a través de su representante alegan la vulneración de sus derechos invocados


en esta acción de defensa, en razón a que ante su solicitud de cesación de la detención
preventiva, las autoridades judiciales ahora demandadas mediante Resolución de 23 de junio de
2016 y el Auto de Vista 90/2016 de 8 de julio; respectivamente, rechazaron su pretensión,
manteniendo subsistentes los riesgos procesales de fuga y de obstaculización -arts. 234.10 y
235.2 del CPP-, sin haber efectuado una debida fundamentación, motivación y valoración de la
prueba presentada.

Previo al análisis del problema jurídico venido en revisión, no corresponde analizar la actuación
del Juez de primera instancia en la medida en la que su actuación debe ser examinada por el
Tribunal de apelación, que tiene incluso la facultad y competencia revisora y correctiva sobre la
actuación del Juez a quo, de ahí que el examen se realizará a partir de la decisión del Tribunal
de alzada; lo anterior en atención a la excepcional subsidiariedad que opera en las acciones de
libertad en trámites de medidas cautelares (SC 0080/2010-R).

De lo obrado se tiene que en la audiencia pública de cesación de la detención preventiva en la


que se emitió la Resolución de 23 de junio de 2016, por la cual los Jueces hoy codemandados
rechazaron la solicitud de cesación de la detención preventiva incoada por los accionantes
manteniendo la medida impuesta de la detención preventiva (Conclusión II.1.); también, se tiene
el acta de audiencia de apelación de medidas cautelares celebrada el 8 de julio de igual año (fs.
2) en la que fue pronunciado el Auto de Vista 90/2016 de la misma fecha, por los Vocales ahora
demandados, mediante el cual confirmaron la citada Resolución (Conclusión II.2.).

Asimismo, conforme al acta de audiencia de apelación de medidas cautelares, los


accionantes refieren que los Vocales ahora demandados no habrían realizado una correcta
valoración en cuanto a los nuevos elementos, puesto “…que se encuentran detenidos por 10
meses, el núm. 10 no se ha desvirtuado pero el tribunal mantiene la detención ya que el tribunal
dice que son un peligro para la sociedad, pedimos amparados SC 1744, 1543/2013 para que
realice valoración integral en cuanto al inc. 2 del art. 235 peligro de obstaculización…” (sic).
Ahora bien, los Vocales ahora demandados, pronunciaron el Auto de Vista 90/2016, declarando
“…SIN LUGAR…” (sic) al recurso de apelación; y en consecuencia, confirmaron la Resolución
impugnada de primera instancia, considerando que:

i) En cuanto al riesgo procesal de fuga establecido en el numeral 10 del art. 234 del CPP, la parte
accionante señaló la presentación del Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP), y
conforme a la SCP 0070/2014 al que hace alusión la parte accionante, la misma establece que
ese riesgo procesal no se activa únicamente por la existencia de un antecedente penal sino
también por las circunstancias concomitantes al hecho, por lo que el Tribunal a quo, al señalar
que “…este certificado de antecedentes solo acredita que los imputados no cuentan con
antecedentes que sean policiales ni penales y el buen comportamiento desde su ingreso a la
carceleta de Villamontes donde guardan detención, considerando al delito de narcotráfico que
ataca a la salud pública y la sociedad en su conjunto (…) su consumo llega a dañar a las personas
como víctimas que ataque el normal desarrollo de los elementos sicofísicos de las personas (…)
riesgo procesal si bien se encuentra disminuido pero no desvirtuado” (sic); es decir, que se debe
tomar en cuenta todas las circunstancia aludidas por las cuales se activó el riesgo procesal, las
mismas que no alcanzaron a ser desvirtuadas con el certificado de antecedentes penales ni con
el certificado de buena conducta, no siendo indicios suficientes para modificar o desvirtuar el
numeral 10 del art. 234 del CPP; y,

ii) Respecto a la obstaculización -riesgo procesal previsto en el numeral 2 del art. 235 del CPP-
, que según la parte accionante “…ya estaría desvirtuado al haber sido presentado el pliego
acusatorio por parte del Ministerio Público, esta situación no es evidente dada cuenta que este
riesgo procesal ya ha sido activado desde el inicio de la investigación y por las mismas
características de manera objetiva permiten determinar que en la comisión de delitos de
narcotráfico se encuentran intrínsecamente vinculadas muchas personas en la cadena del
narcotráfico, unos producen, otras transportan y otras trafican, otros suministran, no se puede
de manera lógica hablar de manera aislada la comisión de un delito de narcotráfico porque la
implicancia de otras personas está determinada por la misma logicidad que hace a las conductas
relacionadas con el narcotráfico, debe tenerse en cuenta que cuando se solicita la cesación a la
detención preventiva la carga de la prueba se invierte y este riesgo procesal se encontraba
activo, ahora que se haya presentado el pliego acusatorio no desvirtúa este riesgo procesal (…)
no solamente se mantiene activo durante la investigación sino también en el juicio oral público
y contradictorio…” (sic); es decir, el que hayan prestado declaraciones durante la etapa
investigativa de modo alguno va a desvirtuar o debilitar dicho riesgo procesal.

Concluyendo los Vocales ahora demandados en base a los referidos argumentos que persisten
los motivos que fundaron la detención preventiva de los accionantes, declarando “…SIN
LUGAR…” (sic) el recurso de apelación incidental planteada y en consecuencia, confirmaron la
Resolución impugnada.

Ahora bien, conforme al entendimiento desarrollado en el Fundamento Jurídico III.1. de


la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, existe la exigencia de motivación y
fundamentación de las resoluciones judiciales, siendo una obligación que debe ser cumplida por
las autoridades judiciales a tiempo de pronunciar sus fallos, en los cuales expresarán los motivos
de hecho y derecho como base de sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba, no
siendo exigible una exposición ampulosa sino una estructura de forma y de fondo, menos hacer
una mera relación de los documentos o mención de los requerimientos de las partes, sino
enfocar los motivos que sean expuestos de forma sucinta y clara, satisfaciendo todos los puntos
demandados, por lo que las autoridades judiciales, en alzada, deben expresar sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su decisión, siendo necesario que sus
resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad las razones y
fundamentos legales e intelectivas que sustenten y permitan concluir su decisión respecto de la
existencia o inexistencia del agravio alegado por la parte recurrente.

Así, en la problemática jurídica venida en revisión, se tiene que los Vocales ahora
demandados, al emitir el Auto de Vista 90/2016, justificaron razonablemente la decisión
asumida, por cuanto consideraron subsistentes los riesgos procesales resolviendo y
pronunciándose de forma fundamentada, motivada y congruente respecto de los agravios
expresados por la parte apelante, es decir que justificaron razonablemente la decisión asumida,
con respecto a la persistencia de los riesgos procesales insertos en los arts. 234.10 y 235.2 del
CPP, entendiendo como insuficientes tanto el certificado de antecedentes penales como el de
buena conducta presentado por los accionantes para enervar los señalados riesgos procesales,
indicando además que la presentación del pliego acusatorio no modifica el referido riesgo.

En efecto, los Vocales ahora demandados, expusieron razonamientos conducentes a justificar


su decisión, explicando con claridad por qué consideran subsistentes o no los riesgos procesales,
con los medios probatorios producidos, puntualizando su actuación a los aspectos apelados y
explicando la razonabilidad de su decisión, sin que dicha labor sea observada por omisión
valorativa e irrazonabilidad ligada a la fundamentación y motivación extrañada por la parte
accionante, y al contrario se advierte y se reitera que el Auto de Vista ahora impugnado contiene
una suficiente, motivada y razonable fundamentación; consideraciones precedentes,
conducentes a denegar la tutela pretendida respecto del debido proceso en su elemento de
fundamentación de las resoluciones.

Por otro lado, se tiene que la parte accionante mediante esta acción tutelar pretende que este
Tribunal Constitucional Plurinacional se constituya en una instancia de impugnación realizando
valoración de la prueba; no obstante, conforme a lo establecido en el entendimiento
desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2. de la presente Resolución constitucional, esta
jurisdicción constitucional, no puede ingresar a realizar nueva valoración probatoria, tarea
propia de la jurisdicción ordinaria, ya que el rol de la justicia constitucional alcanza a la
verificación de que en la labor valorativa efectuada por los Vocales ahora demandados se
hubiesen apartado de los marcos legales de razonabilidad y equidad, o se hubiese omitido la
consideración de algún medio de prueba incorporado en forma legal -omisión valorativa de la
prueba-, y que la lógica consecuencia de una o ambas omisiones originen la vulneración de
derechos fundamentales y garantías constitucionales.

Ahora bien, de acuerdo a lo referido supra, respecto a la denuncia de supuesta falta de


valoración probatoria en el Auto de Vista 90/2016, se advierte que las pruebas presentadas
fueron consideradas en relación a los peligros de fuga y de obstaculización en los arts. 234.10 y
235.2 del CPP, sustentando la motivación o fundamentación intelectiva y fundamentación en
derecho, siendo la misma la que sostiene la decisión, sin apartarse de los cánones de
razonabilidad y equidad exigida por la jurisprudencia arriba citada, por lo que sobre este aspecto
corresponde también que la tutela solicitada sea denegada.

En consecuencia, la Jueza de garantías, al denegar la tutela impetrada, actuó correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 47/2016 de 5 de diciembre,
cursante de fs. 59 vta. a 62 vta., pronunciada por la Jueza de Sentencia Penal Segunda de la
Capital del departamento de Tarija; y en consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada, conforme
a los fundamentos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey

MAGISTRADO

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