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SALA TERCERA
Acción de libertad
Expediente: 15990-2016-32-AL
Departamento: Tarija
Por memorial presentado el 29 de julio de 2016, cursante de fs. 11 a 32, los accionantes a través
de su representante manifestaron que:
Las autoridades judiciales ahora demandadas al emitir las Resoluciones en cuanto al numeral 10
del art. 234 del CPP, no expresaron fundamentación y motivación alguna, simplemente se
limitaron a referir que el delito es de lesa humanidad y que afecta a los elementos psicofísicos y
a la sociedad, por lo que se constituyen en un peligro efectivo para esta, y pese a estar detenidos
nueve meses preventivamente, se mantiene latente dicho riesgo procesal, y en cuanto al peligro
de obstaculización -art. 235.2 del CPP- no se especificó cuáles los elementos de convicción que
hicieron presumir la probable influencia que podrían ejercer en el caso de ser puestos en
libertad, no se expresó de manera específica cuáles los hechos que después de haberse
impuesto la detención preventiva persisten y que les hacía inferir que se mantenía el riesgo de
obstaculización ni se indicó quiénes son los testigos sobre los que se podrían ejercer probable
influencia negativa con la finalidad de beneficiarse, y tampoco se explicó la forma como se
ejercerá esa supuesta influencia negativa.
Los Jueces hoy codemandados se limitaron a reemplazar la fundamentación con lo expuesto por
las partes, realizando una relación de los hechos y los Vocales ahora demandados suplieron la
señalada fundamentación con lo expresado en la Resolución del Tribunal a quo, contradiciendo
lo establecido en la jurisprudencia constitucional.
Demostrándose con ello que las autoridades demandadas emitieron sus Resoluciones carentes
de fundamentación y motivación.
Los accionantes a través de su representante señalan como lesionados sus derechos a la libertad
y al debido proceso en sus elementos de fundamentación y motivación, citando al efecto los
arts. 23, 115.II y 117.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitan se conceda la tutela, y en consecuencia: a) Se deje sin efecto las Resoluciones emitidas
por los Vocales de la Sala Penal Segunda del respectivo Tribunal Departamental de Justicia de
Tarija y los Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Primero de Villamontes de ese
departamento; y, b) Se ordene a los citados Jueces Técnicos “…dicten nueva resolución judicial
conforme al fallo dictado por el Juez Constitucional que resuelva la acción de libertad
interpuesta y por la jurisprudencia constitucional adjunta” (sic).
Por SCP 1126/2016-S3 de 18 de octubre, esta Sala resolvió anular obrados hasta el decreto de
29 de julio de 2016, emitido por la Jueza de Sentencia Penal Segunda de la Capital del
departamento de Tarija; asimismo, se dispuso que con dicho fallo constitucional, se señale día y
hora de audiencia para la consideración de la presente acción de libertad y se proceda a la
citación con dicho actuado a las autoridades judiciales hoy demandadas, dando aplicación al
trámite procesal establecido por norma, en el cual se emita la resolución que corresponda
resolviendo el objeto procesal de la presente acción de defensa (fs. 42 a 49).
Celebrada la audiencia pública el 5 de diciembre de 2016, según consta en el acta cursante a fs.
59 y vta., ausentes las partes accionante y demandada, se produjeron los siguientes actuados:
Blanca Carolina Chamón Calvimontes y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, no asistieron a la audiencia de acción de libertad
ni remitieron informe, pese a sus citaciones, cursantes de fs. 54 a 55.
Ana Rosa Mancilla Chaile, Jorge Alejandro Vargas Villagómez y Cristian Ramiro Sosa Hinojosa,
Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Primero de Villamontes del departamento de
Tarija, no concurrieron a la audiencia ni presentaron informe, no obstante a sus citaciones, que
cursan de fs. 56 a 57.
I.3.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. Consta acta de audiencia de apelación de medidas cautelares celebrada el 8 de julio de 2016
(fs. 2), y Auto de Vista 90/2016 de la misma fecha, pronunciado por Blanca Carolina Chamón
Calvimontes y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de Tarija -ahora demandados- por el cual confirmaron la Resolución de 23 de junio
de igual año (fs. 2 vta. a 4 vta.).
La acción de libertad, así como las demás acciones protectoras de derechos humanos, delimita
también las atribuciones entre jurisdicciones respecto a la valoración de la prueba, en ese
sentido la SC 0025/2010-R de 13 de abril, precisó que:“…este Tribunal, en invariable y reiterada
jurisprudencia, ha establecido que la jurisdicción constitucional no tiene competencia para
ingresar a valorar la prueba, dado que ésta compulsa corresponde exclusivamente a la
jurisdicción ordinaria, cuyos jueces y tribunales, conforme a la atribución que les confiere la
Constitución de manera general; y las leyes de manera específica, deben examinar todo cuanto
sea presentado durante el proceso y finalmente emitir un criterio con la independencia que esto
amerita...” (las negrillas son nuestras).
En ese sentido, la SCP 1215/2012 de 6 de septiembre, precisó que: “…por regla general, la
jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la prueba, por ser una atribución
conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales o administrativas;
empero, tiene la obligación de verificar si en dicha labor: a) Las autoridades no se apartaron de
los marcos legales de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de manera arbitraria la
consideración de ellas, ya sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba
inexistente o que refleje un hecho diferente al utilizado como argumento. Claro está que
además de ello, en cualquier caso, se debe demostrar la lógica consecuencia de que su
incumplimiento ocasionó lesión de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales al
afectado; lo que se traduce en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen excepciones
a la regla aludida; dado que se admite injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente
cuando se evidencian dichas vulneraciones; empero, dicha competencia se reduce únicamente
a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en la labor valorativa, o bien, si existió
una actitud omisiva en esta tarea, ya sea parcial o total; o finalmente, si se le dio un valor
diferente al medio probatorio, al que posee en realidad, distorsionando la realidad y faltando
al principio de rango constitucional, como es la verdad material, pero en ningún caso podrá
pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria, examinando directamente la misma o volviendo a
valorarla, usurpando una función que no le está conferida ni legal ni constitucionalmente” (las
negrillas nos corresponden).
Previo al análisis del problema jurídico venido en revisión, no corresponde analizar la actuación
del Juez de primera instancia en la medida en la que su actuación debe ser examinada por el
Tribunal de apelación, que tiene incluso la facultad y competencia revisora y correctiva sobre la
actuación del Juez a quo, de ahí que el examen se realizará a partir de la decisión del Tribunal
de alzada; lo anterior en atención a la excepcional subsidiariedad que opera en las acciones de
libertad en trámites de medidas cautelares (SC 0080/2010-R).
i) En cuanto al riesgo procesal de fuga establecido en el numeral 10 del art. 234 del CPP, la parte
accionante señaló la presentación del Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP), y
conforme a la SCP 0070/2014 al que hace alusión la parte accionante, la misma establece que
ese riesgo procesal no se activa únicamente por la existencia de un antecedente penal sino
también por las circunstancias concomitantes al hecho, por lo que el Tribunal a quo, al señalar
que “…este certificado de antecedentes solo acredita que los imputados no cuentan con
antecedentes que sean policiales ni penales y el buen comportamiento desde su ingreso a la
carceleta de Villamontes donde guardan detención, considerando al delito de narcotráfico que
ataca a la salud pública y la sociedad en su conjunto (…) su consumo llega a dañar a las personas
como víctimas que ataque el normal desarrollo de los elementos sicofísicos de las personas (…)
riesgo procesal si bien se encuentra disminuido pero no desvirtuado” (sic); es decir, que se debe
tomar en cuenta todas las circunstancia aludidas por las cuales se activó el riesgo procesal, las
mismas que no alcanzaron a ser desvirtuadas con el certificado de antecedentes penales ni con
el certificado de buena conducta, no siendo indicios suficientes para modificar o desvirtuar el
numeral 10 del art. 234 del CPP; y,
ii) Respecto a la obstaculización -riesgo procesal previsto en el numeral 2 del art. 235 del CPP-
, que según la parte accionante “…ya estaría desvirtuado al haber sido presentado el pliego
acusatorio por parte del Ministerio Público, esta situación no es evidente dada cuenta que este
riesgo procesal ya ha sido activado desde el inicio de la investigación y por las mismas
características de manera objetiva permiten determinar que en la comisión de delitos de
narcotráfico se encuentran intrínsecamente vinculadas muchas personas en la cadena del
narcotráfico, unos producen, otras transportan y otras trafican, otros suministran, no se puede
de manera lógica hablar de manera aislada la comisión de un delito de narcotráfico porque la
implicancia de otras personas está determinada por la misma logicidad que hace a las conductas
relacionadas con el narcotráfico, debe tenerse en cuenta que cuando se solicita la cesación a la
detención preventiva la carga de la prueba se invierte y este riesgo procesal se encontraba
activo, ahora que se haya presentado el pliego acusatorio no desvirtúa este riesgo procesal (…)
no solamente se mantiene activo durante la investigación sino también en el juicio oral público
y contradictorio…” (sic); es decir, el que hayan prestado declaraciones durante la etapa
investigativa de modo alguno va a desvirtuar o debilitar dicho riesgo procesal.
Concluyendo los Vocales ahora demandados en base a los referidos argumentos que persisten
los motivos que fundaron la detención preventiva de los accionantes, declarando “…SIN
LUGAR…” (sic) el recurso de apelación incidental planteada y en consecuencia, confirmaron la
Resolución impugnada.
Así, en la problemática jurídica venida en revisión, se tiene que los Vocales ahora
demandados, al emitir el Auto de Vista 90/2016, justificaron razonablemente la decisión
asumida, por cuanto consideraron subsistentes los riesgos procesales resolviendo y
pronunciándose de forma fundamentada, motivada y congruente respecto de los agravios
expresados por la parte apelante, es decir que justificaron razonablemente la decisión asumida,
con respecto a la persistencia de los riesgos procesales insertos en los arts. 234.10 y 235.2 del
CPP, entendiendo como insuficientes tanto el certificado de antecedentes penales como el de
buena conducta presentado por los accionantes para enervar los señalados riesgos procesales,
indicando además que la presentación del pliego acusatorio no modifica el referido riesgo.
Por otro lado, se tiene que la parte accionante mediante esta acción tutelar pretende que este
Tribunal Constitucional Plurinacional se constituya en una instancia de impugnación realizando
valoración de la prueba; no obstante, conforme a lo establecido en el entendimiento
desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2. de la presente Resolución constitucional, esta
jurisdicción constitucional, no puede ingresar a realizar nueva valoración probatoria, tarea
propia de la jurisdicción ordinaria, ya que el rol de la justicia constitucional alcanza a la
verificación de que en la labor valorativa efectuada por los Vocales ahora demandados se
hubiesen apartado de los marcos legales de razonabilidad y equidad, o se hubiese omitido la
consideración de algún medio de prueba incorporado en forma legal -omisión valorativa de la
prueba-, y que la lógica consecuencia de una o ambas omisiones originen la vulneración de
derechos fundamentales y garantías constitucionales.
POR TANTO
MAGISTRADA
MAGISTRADO