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TRADICIÓN Y VISIÓN

Apuntes Epistemológicos sobre Ideología y Ciencia Sociales

Guillermo Vega
Estudiante de la Lic. en Filosofía
Universidad Nacional del Nordeste
I.-
El presente trabajo tiene por objeto compartir con Uds. algunas ideas acerca de la importancia de
reconsiderar los presupuestos problemáticos sobre los que se asienta cualquier perspectiva emancipadora
dentro del ámbito de las Ciencias Sociales.
A los efectos de encontrar respaldo teórico para las reflexiones que aquí se expondrán, retomaré, en
principio, la ampliación del significado de algunas categorías básicas provenientes de la obra de Thomas Kuhn
publicada en el año 1962. Y, para finalizar, incorporaré al filósofo francés Paul Ricoeur, dado que sus
reflexiones acerca del valor de la ideología resultan de gran utilidad para lo que aquí se pretende afirmar.

II.-
En la posdata del año 1969, escrita especialmente para aclarar algunas ideas utilizadas en La
estructura de las revoluciones científicas,1 Kuhn señala que el concepto de paradigma puede enriquecerse si
se incorpora a su sentido clásico la noción de “ejemplos compartidos”.
¿Qué significa que un paradigma sea una especie de ejemplo compartido? Pues, para este autor, un
paradigma representa un modelo ejemplar de hacer ciencia compartido por los miembros de una comunidad
científica. Dicho modelo ejemplar se manifiesta y se transmite en las instancias de formación académica de los
futuros científicos.
Una disciplina enseña con el ejemplo la forma en que se deben encarar y resolver determinados
problemas científicos, para ello, suministra al estudiante abundante bibliografía en la cual figuran soluciones
concretas en relación con ciertas incógnitas y, lo que es aún más importante, una sistematización de la forma
de encarar una complicación y de resolverla.
Con el tiempo, los estudiantes van incorporando una destreza que les permite descubrir problemas en el
lugar indicado y solucionarlos en la forma correcta. Dice Kuhn al respecto:

Con o sin ayuda de su instructor, el estudiante, descubre una manera de ver su problema,
como un problema que ya había encontrado antes. 2

Un problema aparece allí en donde se adivina la solución correspondiente, dado que, de no ser así, el
problema no tendría una tradición ejemplar que señale cómo debe ser resuelto y, consecuentemente, su status
de “problema científico” sería puesto en duda.
La tradición metodológica, el poder de la comunidad y el uso prolongado de un léxico, de unas
categorías conceptuales, hacen que:

1
KUHN, Thomas. La estructura de las revoluciones científicas,
trad. Agustín Contín, México, FCE, 1993.
2
Ibid., p. 290.
...los científicos resuelvan los enigmas modelándolos sobre anteriores soluciones de
enigmas... 3

III.-
Si bien Kuhn expone su noción de los “modelos ejemplares” teniendo en mente, en principio, a las
Ciencias Naturales, bien podría trasladarse dicha categoría al ámbito de las Ciencias Sociales. En estas
últimas no nos encontramos tanto con modelos ejemplares de resolución de problemas como con modelos
teoréticos de explicación de las prácticas sociales concretas. Es así como el Marxismo, el Funcionalismo, la
Teoría de Sistemas, el Estructuralismo y demás concepciones teóricas hicieron y hacen intentos denodados
para exponer las leyes que gobiernan las relaciones intersubjetivas. Estas teorías y sus principales categorías
conceptuales se convierten en el marco a partir del cual nos es posible observar la realidad y pensarla.
En las Ciencias Sociales el poder de la tradición, que Kuhn ubica en la reproducción académica de
formas ejemplares de resolución de problemas, se manifiesta, como ya se ha mencionado, en el empleo acrítico
de ciertas categorías conceptuales provenientes de sistemas teóricos que han sido canonizadas por el paso del
tiempo y por el infinito uso que la comunidad científica ha hecho a partir de ellas.
Para Kuhn, un síntoma de que un investigador trabaja dentro de un determinado paradigma científico es
el hecho de que éste ha introyectado una forma de conducirse a la hora de resolver cierto tipo de problemas.
Quizá no pueda explicitar discursivamente las reglas que lo llevan a solucionar un enigma de una manera u
otra, pero esto no es impedimento para que tenga éxito en su empresa. El investigador ha incorporado una
práctica individual que se encuentra familiarizada con la de la comunidad disciplinar a la que pertenece, pero
que él no es capaz de explicitar discursivamente, pues esto último no forma parte de la metodología que
comparte la comunidad y, de acuerdo con una tradición en mayor o menor medida sujeta al modelo
epistemológico del positivismo, quizá tampoco resulte útil a los efectos de la investigación.

IV.-
Teniendo en cuanta las reflexiones de Kuhn, podemos señalar, de modo general, que todo investigador
“ve”4 problemas, es decir, los reconoce como tales, sólo en el lugar indicado tácitamente por una determinada
teoría. Para Kuhn, esto resulta de gran importancia porque nos permite señalar la pertenencia de una teoría
científica, o de las prácticas llevadas adelante por un científico, a un determinado paradigma.
Del ya clásico planteo kuhniano sobre la ciencia podemos inferir que lo real no tiene ningún sentido
para los científicos de las Ciencias Naturales o de las Ciencias Sociales si no es a partir de un complejo
discurso, ordenado y jerarquizado, que lo estructura y le atribuye un significado. Ahora bien, las preguntas
que nos podemos formular llegados a este punto son las siguientes:

3
Ibid., p. 290.
4
Cfr., Ibid., p. 302 - En el uso metafórico tanto como en el literal de “ver”, la interpretación empieza donde la
percepción termina. Los dos procesos no son uno mismo, y lo que la percepción deja para que la interpretación lo
complete depende radicalmente de la naturaleza y de la cantidad de la anterior experiencia y preparación.
· Si el fruto de mis investigaciones resulta estar en función de toda una tradición teórico-metodológica,
entonces ¿en dónde se ubica la “originalidad”, la “radicalidad” de mi pensamiento, más aún, la
“criticidad” de mis análisis?

· Si lo que pretendo es desmontar las estructuras de opresión (y henos aquí ante una categoría
conceptual de vieja data) ¿qué garantías tengo de estar señalando los lugares correctos en los
que dicha opresión se ejerce y no estar, por ejemplo, circunscribiendo lo real a las perspectivas
-poco seguras por erigirse sobre un criterio de autoridad- que nos suministran algunas teorías
canonizadas por la tradición?

En este orden de cosas, la acusación de “relativista” que se libró contra la tesis de Kuhn puede ser
resignificada positivamente con la ayuda del filósofo francés Paul Ricoeur. Para este autor, las Ciencias
Sociales, en su totalidad, gozan de un acentuado carácter ideológico. Y aquí, por ideología, Ricoeur entiende el
fenómeno que...

...está ligado a la necesidad que tiene un grupo social de darse una imagen de sí mismo,
de representarse... 5

Tomemos el caso de la comunidad de investigadores que señalaba Kuhn. Como grupo social, los
científicos sociales, al igual que sus pares pertenecientes a las Ciencias Naturales, se representan a sí mismos
a partir de una imagen que se retrotrae al pasado, a la historia de la ciencia y a la vida de sus ilustres
personajes.6 Dicha imagen se transmite preponderantemente en los ambientes académicos; allí los estudiantes
son puestos en contacto con los ideales de la ciencia, que son visualizados en el resultado -teórico- de los
distintos movimientos, escuelas y pensadores individuales. Nociones como las de “progreso de la ciencia”,
“ciencia crítica”, “ciencia ideológica”, “ciencia emancipadora”, aparecen y se reproducen en el seno de una
tradición grupal que configura su identidad en función de las mismas. Dice Ricoeur:

...el fenómeno ideológico comienza muy pronto: pues con la domesticación mediante el
recuerdo comienza, ciertamente el consenso, pero también la convención y la
racionalización.7

Con la expresión “la domesticación mediante el recuerdo” Ricoeur señala el poder de la tradición que
logra fijar con su impronta el consenso en la comunidad científica de la que se trate. Domesticar la memoria,
fijar en ella el sentido de algunos signos, proveerla de una determinada herencia cultural, todo ello es labor de
la tradición y señala un proceso en el cual se confecciona un sujeto -en nuestro caso el científico- que es
eminentemente histórico. El consenso se manifestará en tanto y en cuanto el grupo social logre una identidad
común en función de la realización de prácticas sociales semejantes y de compartir un léxico en donde el
sentido de los términos sea reconocido por todos los miembros. Conviene aquí recordar a Kuhn:

...una de las técnicas fundamentales por las que los miembros de un grupo, ya sea toda
una cultura o una subcomunidad de especialistas dentro de ella, aprenden a ver las
mismas cosas cuando se encuentran ante los mismos estímulos, es al verse ante ejemplos

5
RICOEUR, Paul. Del texto a la acción, trad. Pablo Corona, Bs.
As., FCE, 2001, p. 282.
6
Aquí es posible confrontar con la introducción que hace Thomas
Kuhn a su obra y las reflexiones que elabora acerca del hábito
historiográfico de los historiadores de la ciencia.
7
RICOEUR, Paul. Op. Cit, p. 283.
de situaciones que sus predecesores en el mismo grupo ya habían aprendido a ver como
similares y como diferentes de otras especies de situaciones.8

Los miembros de un grupo “ven” las mismas cosas, nos dice Kuhn, pues están parados sobre los
hombros de sus predecesores que, con su ejemplo, les han enseñado cómo verlas. Este carácter ejemplar que
tiene la tradición dentro de un paradigma, en el marco de las categorías conceptuales utilizadas por Kuhn, es
comparable con la ampliación de la noción de ideología que emplea Ricoeur. Cito unas de las formas en que
este último autor comprende el fenómeno ideológico. Dice Ricoeur:

[la ideología] Es una clave, un código para permitir una visión de conjunto, no sólo del
grupo, sino de la historia y, en último término, del mundo.9

Que las Ciencias Sociales sean ideológicas significa que comparten un código con el que “ven” el
mundo. Dicho código tiene su historia y su política de reproducción. La historia se manifiesta en el ejemplo
transmitido por la tradición y, como política de reproducción, se puede señalar el consenso tácito acerca de
una perspectiva teórica y de una metodología de análisis, ínsito en las bibliografías, publicaciones de difusión,
foros en los que la comunidad discute, etc.

V.-
Una vez llegados a este punto podemos preguntarnos: ¿es posible una ciencia que no sea ideológica? La
respuesta resulta negativa desde las perspectivas de Kuhn y de Ricoeur que hemos compartido. Esto nos lleva
a pensar, junto con Ricoeur, que la idea de una ciencia no-ideológica es un viejo remanente de la epistemología
positivista.
Si aceptamos que las Ciencias Sociales10 no se emplazan sobre los ideales y supuestos de las Ciencias
Naturales, la relación entre “ciencia” e “ideología” pierde su carácter problemático y exige otro sentido, otra
manera de ser interpretada. La idea de una ciencia no-ideológica (idea propia del positivismo) es una utopía,
pero no por ello debemos entender el carácter ideológico de las Ciencias Sociales como algo peyorativo. Es a
partir de este punto desde donde conviene comenzar a repensar y, por lo tanto, a resignificar el estatuto
epistemológico de las mismas.
Un buen punto de partida para esta labor de resignificación es el que nos proporciona Ricoeur a través
de lo que él señala como la imposibilidad de la reflexión total.11 Si estamos de acuerdo en que la ideología es
un código simbólico que nos permite comprendernos y representarnos como miembros de un mismo grupo
social y que, además, nos proporciona una visión del mundo en función de la tradición con que el mencionado
código carga sobre sus espaldas, entonces debemos hacernos a la idea de que el conocimiento estricto de la
realidad es una imposibilidad, pues supone que una ciencia sea capaz de lo que Ricoeur llama una “reflexión
total”. Dice Ricoeur:

8
KUHN, Thomas. Op. Cit., p. 296.
9
RICOEUR, Paul. Op. Cit, p. 283
10
Tampoco las Ciencias Naturales, como lo han demostrado los trabajos de Kuhn, Feyerabend, Polanyi y otros.
11
Cfr., RICOEUR, Paul. Op. Cit., p. 296.
...el código interpretativo de una ideología es algo en lo cual los hombres habitan y
piensan, más que una concepción que ellos ponen ante sí (...) una ideología es operatoria
y no temática. Actúa a nuestras espaldas y no es un tema que tengamos ante nuestros
ojos. Más que pensar sobre ella, pensamos a partir de ella. 12

Una ciencia que pretenda dar cuenta de la totalidad terminará hablando sólo desde sus propios límites,
que son sus propias condiciones de posibilidad. La reflexión total es una imposibilidad, pero esto nada tiene de
negativo si no somos capaces de advertir el sentido del carácter hermenéutico que trae aparejada esta
resignificación epistemológica dentro del campo de las Ciencias Sociales.
Una “crítica de las ideologías” que se asuma dentro de cualquier disciplina social: Historia, Sociología,
Economía, etc., deberá arrancar con una reflexión y explicitación de los supuestos tácitos a partir de los cuales
pretende pensar, sabiendo, incluso, que nunca los podrá explicitar a todos. De ser esto posible, la conciencia
del peso y condicionamiento de la ideología-tradición restará valor de verdad a determinadas posturas teóricas,
canonizadas por diversas circunstancias y permitirá, probablemente, un “diálogo” más enriquecedor entre
teorías aparentemente inconmensurables.

Guillermo A. Vega
DNI N° 26.526.095
gui_vega@uole.com

12
Ibid., p. 284.

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