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CATEGORIAS DE LA PERSONALIDAD

La psicología moderna considera que existen


cinco grandes dimensiones (también llamadas
rasgos o factores) de la personalidad que
constituyen los cinco pilares básicos que captan
la esencia de las diferencias individuales en la
personalidad.
Estas dimensiones de la personalidad se
desarrollan en base a influencias tanto genéticas
como ambientales. Los estudios realizados han
mostrado que se trata de dimensiones universales y pueden utilizarse para describir la
personalidad de individuos de culturas muy diferentes.
Cada uno de estos grandes rasgos representa un extremo de dos dimensiones opuestas.
Por ejemplo, extroversión frente a introversión.
Las cinco dimensiones
Neuroticismo/Estabilidad emocional. El neuroticismo describe la tendencia a
experimentar emociones negativas como respuesta a amenazas percibidas y castigo.
Incluye ansiedad, depresión, ira o labilidad emocional. La estabilidad emocional definiría el
extremo opuesto.
Amabilidad. Comprende rasgos relacionados con el altruismo, como empatía y
comportamiento amistoso y amable con los demás. Implica una tendencia a cooperar,
mantener la armonía social y tener en consideración a los demás.
Responsabilidad. Hace referencia a rasgos relacionados con la autodisciplina, así como la
organización y el control de los impulsos y refleja la habilidad para ejercer el autocontrol
necesario para seguir reglas o perseguir metas.
Extroversión. Describe rasgos como sociabilidad, asertividad, expresión emocional,
excitabilidad y locuacidad.
Apertura a la experiencia. Incluye la imaginación, creatividad, curiosidad intelectual y
aprecio por las experiencias estéticas.

Se relaciona con la capacidad e interés por atender y procesar estímulos complejos.


Historia y desarrollo de las cinco dimensiones
Su origen puede remontarse al psicólogo Raymond Cattell, quien en los años 40 describió
12 factores de personalidad mediante el uso del análisis factorial, que dieron lugar al
famoso test 16PF, que aún se utiliza ampliamente en la actualidad tras haber sido revisado
y perfeccionado a lo largo del tiempo.
Más tarde, otros investigadores analizaron la estructura dimensional de los rasgos de
personalidad y empezaron a obtener cinco grandes rasgos de manera consistente en las
diversas investigaciones realizadas. Fue en los años 80 cuando empezaron a conocerse
como los "cinco grandes", para indicar que se trata de cinco amplias dimensiones que
representan el más amplio nivel de abstracción, de manera que cada dimensión resume
un gran número de características de personalidad más específicas.
¿Para qué sirven estas dimensiones?
Desde el momento en que empezó a utilizarse este modelo, son muchas las
investigaciones que se han realizado que demuestran cómo el estudio de estas
dimensiones puede utilizarse para predecir determinados comportamientos. Por ejemplo,
se ha visto que el factor Responsabilidad se relaciona con el rendimiento laboral.
Estudios realizados con adolescentes han mostrado que un nivel bajo de amabilidad y
responsabilidad predicen la delincuencia juvenil, y el neuroticismo junto con un nivel bajo
de responsabilidad predicen trastornos como la depresión.
En adultos, la responsabilidad es el predictor
general del éxito en el trabajo, mientras que
otras dimensiones se relacionan con aspectos
específicos del rendimiento laboral. Por ejemplo,
la amabilidad y estabilidad emocional predicen el
rendimiento del trabajo en grupo, mientras que
la extroversión predice el éxito en las ventas y
puestos directivos.
Así mismo, se han realizado investigaciones
destinadas a conocer la relación entre
personalidad y salud. Los resultados indican que
las vidas más ordenadas y bien estructuradas de
las personas altas en responsabilidad, van
acompañadas de una mayor salud y longevidad, mientras que la hostilidad (baja
amabilidad) y alto grado de neuroticismo parecen ser factores de riesgo para la salud.
En otros estudios, el liderazgo se ha relacionado con la extraversión; la tendencia a ayudar
a los otros con la dimensión amabilidad; y la vulnerabilidad a la depresión con la
dimensión neuroticismo.
La evaluación de las cinco dimensiones
Uno de los test más utilizados para medir los cinco grandes rasgos de la personalidad es el
NEO PI, que además de medir las cinco dimensiones, mide también diversas
subdimensiones de cada uno de ellos (6
subdimensiones por factor).
Las puntuaciones obtenidas al evaluar las cinco
dimensiones de personalidad tienden a cambiar con
la edad, de manera que, con el paso del tiempo, las
personas se vuelven más amables, responsables,
introvertidas, más estables emocionalmente (o
menos neuróticas) y menos abiertas a la experiencia.
Críticas
Quienes critican este modelo argumentan que no
explica toda la personalidad humana, dejando fuera
ciertas dimensiones de la personalidad que
consideran que también debería tenerse en cuenta,
como religiosidad, honestidad, sentido del humor, conservadurismo,
masculinidad/feminidad, etc.
Teorías humanísticas de la personalidad.
Ya vimos como Freud, pensaba que la personalidad era el resultado de la resolución de los
consientes y de los inconscientes de las personas, además de las crisis del desarrollo.
Muchos de sus seguidores modificaron sus teorías, uno de ellos fue, Alfred Adler, quien
apreciaba una perspectiva muy distinta de la naturaleza humana de la que tenia Freud.
Adler, escribió sobre las fuerzas que contribuyen a estimular un crecimiento positivo y a
motivar el perfeccionamiento personal. Es por eso que en ocasiones se considera a Adler
como el primer teórico humanista de la personalidad.
La teoría humanista de la personalidad, hace hincapié en el hecho de que los humanos
están motivados positivamente y progresan hacia niveles mas elevados de
funcionamiento.
Dice que la existencia humana es algo más que luchar por conflictos internos y crisis
existenciales.
Cualquier teoría de la personalidad que subraye la bondad fundamental de las personas y
su lucha por alcanzar niveles mas elevados de conociendo y funcionamiento entra dentro
del grupo de teoría humanística de la personalidad.
Otra teoría, es la de la tendencia a la auto realización, según Rogers, el impulso del ser
humano a realizar sus auto conceptos o las imágenes que se ha formado de si mismo es
importante y promueve el desarrollo de la personalidad.
También, decía que el impulso de todo organismo a realizar su potencial biológico y a
convertirse en aquello que intrínsecamente puede llegar a ser. (Teoría de la realización).
Rasgos de la personalidad.
No son más que las disposiciones persistentes e internas que hacen que el individuo
piense, sienta y actué, de manera característica.
Teoría de los rasgos.
Los teóricos de los rasgos rechazan la idea sobre la existencia de unos cuantos tipos muy
definidos de personalidad. Señalan que la gente difiere en varias características o rasgos,
tales como, dependencia, ansiedad, agresividad y sociabilidad. Todos poseemos estos
rasgos pero unos en mayor o menor grado que otros.
Desde luego es imposible observar los rasgos directamente, no podemos ver la
sociabilidad del mismo modo que vemos el cabello largo de una persona, pero si esa
persona asiste constantemente a fiestas y a diferentes actividades, podemos concluir con
que esa persona posee el rasgo de la sociabilidad.
Los rasgos pueden calificarse en cardinales, centrales y secundarios.
Rasgos cardinales:
Son relativamente poco frecuentes, son tan generales
que influyen en todos los actos de una persona. Un
ejemplo de ello podría ser una persona tan egoísta
que prácticamente todos sus gestos lo revelan.
Rasgos Centrales:
Son más comunes, y aunque no siempre, a menudo
son observables en el comportamiento. Ejemplo, una
persona agresiva tal ves no manifieste este rasgo en
todas las situaciones.
Rasgos secundarios:
Son atributos que no constituyen una parte vital de la persona pero que intervienen en
ciertas situaciones. Un ejemplo de ello puede ser, una persona sumisa que se moleste y
pierda los estribos.
Las cinco grandes categorías de la personalidad
Extroversion:
Locuaz, atrevido, activo, bullicioso, vigoroso, positivo, espontáneo, efusivo, enérgico,
entusiasta, aventurero, comunicativo, franco, llamativo, ruidoso, dominante, sociable.
Afabilidad:
Calido, amable, cooperativo, desprendido, flexible, justo, cortés, confiado, indulgente,
servicial, agradable, afectuoso, tierno, bondadoso, compasivo, considerado, conforme.
Dependencia:
Organizado, dependiente, escrupuloso, responsable, trabajador, eficiente, planeador,
capaz, deliberado, esmerado, preciso, practico, concienzudo, serio, ahorrativo, confiable.
Estabilidad emocional:
Impasible, no envidioso, relajado, objetivo, tranquilo, calmado, sereno, bondadoso,
estable, satisfecho, seguro, imperturbable, poco exigente, constante, placido, pacifico.
Cultura o inteligencia:
Inteligente, perceptivo, curioso, imaginativo, analítico, reflexivo, artístico, perspicaz,
sagaz, ingenioso, refinado, creativo, sofisticado, bien informado, intelectual, hábil, versátil,
original, profundo, culto.
Teorías de la
personalidad y su
consistencia.
Todas las teorías de la
personalidad, en
general, manifiestan
que el comportamiento,
es congruente a través
del tiempo y de las
situaciones. Según esta perspectiva, una persona agresiva tiende a ser agresiva en una
amplia gama de situaciones y continuara siendo agresiva de un día a otro, o de un año a
otro. Este comportamiento constantemente agresivo es una prueba de la existencia de un
rasgo de la personalidad subyacente de agresividad, o de una tendencia hacia ella.
No obstante algunos teóricos, se preguntan si en realidad el ser humano mantiene una
conducta persistente y consiente.
¿Interviene la herencia en la adquisición de la personalidad?
Un acervo cada ves mayor de investigaciones indica que si. Los estudios comparativos de
gemelos idénticos, que comparten el mismo Material genético, indican que se parecen
mucho más que los gemelos fraternos en características de la personalidad como
emotividad, sociabilidad, e impulsividad. Por consiguiente se determina científicamente
que la herencia influye genéticamente en la adquisición de una personalidad determinada.
Evaluación de la personalidad.
En algunos aspectos, medir la personalidad, se asemeja mucho a evaluar la inteligencia, En
uno u otro caso se intenta cuantificar algo que no podemos ver ni tocar, y en ambos casos
una buena prueba ha de ser confiable y valida a la vez.
Al evaluar la personalidad, no nos interesa la mejor conducta, lo que queremos averiguar
es la conducta típica del sujeto, es decir, como suele comportarse en situaciones
ordinarias.
En la intrincada tarea de medir la personalidad los psicólogos recurren a cuatro
instrumentos básicos: la entrevista personal, la observación directa del comportamiento,
los test objetivos y los test proyectivos.
Cada ves que un psicólogo se enfrenta a la difícil tarea de medir la personalidad de un
individuo, asumen un reto ya que la personalidad es algo que ellos no pueden ni ver ni
tocar, pero que saben que esta presente en cada una de las persona, y tratar de ver como
es la personalidad de un individuo en particular no es tarea fácil para los mismos.
Deben utilizar todas las técnicas necesarias para ellos, e implementar las técnicas descritas
anteriormente.
REVOLUCION INDUSTRIAL
Este artículo trata sobre la Primera Revolución Industrial. Para otros eventos del mismo
nombre, véase Revolución industrial (desambiguación).

La Revolución Industrial o Primera


Revolución Industrial es el proceso de
transformación económica, social y
tecnológica que se inició en la segunda
mitad del siglo XVIII en el Reino Unido,
que se extendió unas décadas después a
gran parte de Europa occidental y
Norteamérica, y que concluyó entre
1820 y 1840. Durante este periodo se
vivió el mayor conjunto de
transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad
desde el Neolítico,1 que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente
en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y
mecanizada.2

La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia, modificando e


influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de una u otra manera. La producción
tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó a la vez que disminuía el tiempo
de producción. A partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo
había hecho nunca en la historia,3 pues hasta entonces el PIB per cápita se había
mantenido prácticamente estancado durante siglos.4 En palabras del premio Nobel Robert
Lucas:

Por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la gente común experimentó
un crecimiento sostenido (…) No hay nada remotamente parecido a este comportamiento
de la economía en ningún momento del pasado.5

A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de
obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal siendo estos sustituidos
por maquinaria para la fabricación industrial y el transporte de mercancías y pasajeros.
Esta transición se inició a finales del siglo XVIII en la industria textil y la extracción y
utilización de carbón. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las
comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales o carreteras. El paso de una
economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en
la población, que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano. La
introducción de la máquina de vapor de James Watt en las distintas industrias fue el paso
definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de
la capacidad de producción. Más tarde el desarrollo de los barcos y ferrocarriles a vapor
así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX del motor de combustión interna y la
energía eléctrica supusieron un progreso tecnológico sin precedentes.6 7 Como
consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases sociales
encabezadas por el proletariado —los trabajadores industriales y campesinos pobres— y
la burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la
renta y el capital. Esta nueva división social dio pie al desarrollo de problemas sociales y
laborales, protestas populares y nuevas ideologías que propugnaban y demandaban una
mejora de las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, por la vía del
sindicalismo, el socialismo, el anarquismo, o el comunismo.8

Aún sigue habiendo discusión entre historiadores y economistas sobre las fechas de los
grandes cambios provocados por la Revolución Industrial. El comienzo más aceptado de lo
que podríamos llamar Primera Revolución Industrial, se podría situar a finales del siglo
XVIII, mientras su conclusión se podría situar a mediados del siglo XIX, con un período de
transición ubicado entre 1840 y 1870. Por su parte, lo que podríamos llamar Segunda
Revolución Industrial, partiría desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX,
destacando como fecha más aceptada de finalización a 1914, año del comienzo de la
Primera Guerra Mundial. El historiador marxista Eric Hobsbawm, considerado pensador
clave de la historia del siglo XX 9 sostenía que el comienzo de la revolución industrial debía
situarse en la década de 1780, pero que sus efectos no se sentirían claramente hasta 1830
o 1840.10 En cambio, el historiador económico inglés T.S. Ashton declaraba por su parte,
que la revolución industrial tuvo sus inicios entre 1760 y 1830.11 Algunos historiadores del
siglo XX, como John Clapham y Nicholas Crafts, argumentan que el proceso de cambio
económico y social fue muy gradual, por lo que el término «revolución» resultaría
inapropiado. Estas cuestiones siguen siendo tema de debate entre historiadores y
economistas.12 13

Antecedentes y causas

El triunfo de los nuevos planteamientos filosóficos del siglo XVIII, contribuyó al


intercambio del conocimiento científico

John Locke, padre del empirismo y del liberalismo moderno

Los inicios de la industrialización europea hay que buscarlos


en la Edad Moderna. A partir del siglo XVI se vislumbra un
avance en el comercio, métodos financieros, banca y un cierto progreso técnico en la
navegación, impresión o relojería. Sin embargo estos avances siempre se veían lastrados
por epidemias, constantes y largas guerras y hambrunas que no permitían la dispersión de
los nuevos conocimientos ni un gran crecimiento demográfico. Según el historiador Angus
Maddison, Europa Occidental experimentó un crecimiento demográfico prácticamente
nulo entre 1500 y 1800. El Renacimiento marcó otro punto de inflexión con la aparición de
las primeras sociedades capitalistas en Holanda y el norte de Italia. Es a partir de
mediados del siglo XVIII cuando Europa comenzó a distanciarse del resto del mundo y a
asentar las bases de la futura sociedad industrial debido al desarrollo, aún primitivo, de la
industria pesada y la minería.14 15 La alianza de los comerciantes con los agricultores hizo
aumentar la productividad, lo que a su vez provocó una explosión demográfica, acentuada
a partir del XIX. La Revolución Industrial se caracterizó por la transición de una economía
agrícola y manual a una comercial e industrial16 cuya ideología se basaba en el
racionalismo, la razón y la innovación científica.17

Otro de los principales desencadenantes de la Revolución nace de la necesidad.18 Aunque


en algunos lugares de Europa como Gran Bretaña ya existía una base industrial, las
Guerras Napoleónicas consolidaron la industria europea. Debido a la guerra, que se
extendía por la mayor parte de Europa, las importaciones de muchos productos y materias
primas se suspendieron. Esto obligó a los gobiernos a presionar a sus industrias y a la
nación en general para producir más y mejor que antes, desarrollándose industrias antes
inexistentes. La industrialización tuvo lugar en diferentes oleadas en los distintos países.
Las primeras áreas industriales aparecieron en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII,
extendiéndose a Bélgica y Francia a principios del siglo XIX y a Alemania y a Estados
Unidos a mediados de siglo, a Japón a partir de 1868 y a Rusia, Italia y España a finales de
siglo. Entre las razones se encontraron algunas tan dispares como la notable ausencia de
grandes guerras entre 1815 y 1914, la aceptación de la economía de mercado y el
consecuente nacimiento del capitalismo, la ruptura con el pasado, un cierto equilibrio
monetario y la ausencia de inflación.

Otras interpretaciones

Otras interpretaciones sugieren que este nuevo cambio de mentalidad y la posterior


evolución del sistema económico fue por causas morales y religiosas. La Reforma
protestante de Martín Lutero y Juan Calvino trajo consigo un cambio de mentalidad en el
trato y visión respecto del trabajo. Según Max Weber el protestantismo considera al
trabajo y al esfuerzo como un bien y un valor fundamental, al contrario que la ética
católica que lo considera un castigo a raíz del pecado original.19 Esto explicaría en parte las
diferencias a la hora de desarrollarse de las distintas naciones europeas, teniendo como
pioneros a países protestantes como Gran Bretaña, Alemania u Holanda y como países
atrasados a España, Portugal e Italia, todos ellos católicos.20 Esta interpretación sigue
siendo muy discutida.
Gran Bretaña

Adam Smith, filósofo y economista británico considerado el


padre de la economía moderna y el capitalismo
fundamentalmente por su libro La riqueza de las naciones

La Revolución Industrial se originó en Inglaterra a causa de


diversos factores, cuya elucidación es uno de los temas
historiográficos más trascendentes. Como factores técnicos,
era uno de los países con mayor disponibilidad de las
materias primas esenciales, sobre todo el carbón, mineral
indispensable para alimentar la máquina de vapor que fue el
gran motor de la Revolución Industrial temprana, así como los
altos hornos de la siderurgia, sector principal desde mediados
del siglo XIX. Su ventaja frente a la madera, el combustible tradicional, no es tanto su
poder calorífico como la mera posibilidad en la continuidad de suministro (la madera, a
pesar de ser fuente renovable, está limitada por la deforestación; mientras que el carbón,
combustible fósil y por tanto no renovable, solo lo está por el agotamiento de las reservas,
cuya extensión se amplía con el precio y las posibilidades técnicas de extracción).

Como factores ideológicos, políticos y sociales, la sociedad inglesa había atravesado la


llamada crisis del siglo XVII de una manera particular: mientras la Europa meridional y
oriental se refeudalizaba y establecía monarquías absolutas, la guerra civil inglesa (1642-
1651) y la posterior revolución gloriosa (1688) determinaron el establecimiento de una
monarquía parlamentaria (definida ideológicamente por el liberalismo de John Locke)
basada en la división de poderes, la libertad individual y un nivel de seguridad jurídica que
proporcionaba suficientes garantías para el empresario privado; muchos de ellos surgidos
de entre activas minorías de disidentes religiosos que en otras naciones no se hubieran
consentido (la tesis de Max Weber vincula explícitamente La ética protestante y el espíritu
del capitalismo). Síntoma importante fue el espectacular desarrollo del sistema de
patentes industriales.

Como factor geoestratégico, durante el siglo XVIII Inglaterra construyó una flota naval que
la convirtió (desde el tratado de Utrecht, 1714, y de forma indiscutible desde la batalla de
Trafalgar, 1805) en una verdadera talasocracia dueña de los mares y de un extensísimo
imperio colonial. A pesar de la pérdida de las Trece Colonias, emancipadas en la guerra de
Independencia de Estados Unidos (1776-1781), controlaba, entre otros, los territorios del
subcontinente Indio, fuente importante de materias primas para su industria,
destacadamente el algodón que alimentaba la industria textil, así como mercado cautivo
para los productos de la metrópolis. La canción patriótica Rule Britannia (1740)
explícitamente indicaba: rule the waves (gobierna las olas).

Revolución demográfica
Durante la revolución industrial se vivió un incremento espectacular de la población,
debido fundamentalmente a la caída de la tasa de mortalidad provocada por la mejora de
las condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias que se plasmó en gran medida en la
reducción de la mortandad infantil. En este periodo nacen las primeras vacunaciones y se
mejoran los sistemas de alcantarillado y de depuración de aguas residuales. Una
alimentación más abundante y regular, no sometida a las fluctuaciones de las cosechas,
bajó la incidencia de las epidemias e hizo posible la casi desaparición de la mortalidad
catastrófica, sobre todo la infantil.

La población de Inglaterra y Gales, que había permanecido constante alrededor de 6


millones desde 1700 a 1740, se incrementó bruscamente a partir de esta fecha y alcanzó
8,3 millones en 1801, para doblarse en cincuenta años y llegar a los 16,8 millones en 1850
y en 1901 casi se había doblado de nuevo con 30,5 millones.21 En Europa, la población
pasó de 100 millones in 1700 hasta alcanzar 400 millones en 1900.22 La revolución
industrial fue así el primer periodo histórico durante el que hubo simultáneamente un
incremento de la población y un incremento de la renta per cápita. 23 El aumento de la
población fue un estímulo para el crecimiento industrial ya que proporcionó a la vez mano
de obra abundante para las nuevas industrias y de otro lado supuso un incremento de la
demanda interna para los nuevos productos.

El aumento de la población urbana en ciudades con trazado medieval supuso el


hacinamiento, la insalubridad y la aparición de las primeras patologías sociales
(alcoholismo, prostitución y delincuencia).24

El nacimiento del «factory system»: la industria textil

Entre finales del siglo XVII y principios del XVIII el gobierno británico aprobó una serie de
leyes con el fin de proteger a la industria de la lana británica de la creciente cantidad de
tela de algodón que se importaba desde India Oriental.

Esta máquina de hilado es la última superviviente de las construidas por Samuel Crompton
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Vídeo con máquinas textiles Mule spinning en Quarry Bank Mill

También empezó a haber una mayor demanda de tejidos gruesos, los cuales eran
fabricados por la industria británica en la localidad de Lancashire, donde destacaba la
producción de pana, fabricada a partir fibras entrecruzadas de lino y algodón. El lino era
utilizado para dotar de más resistencia al tejido, cuyo material principal, el algodón, no
tenía una resistencia suficiente, aunque esta mezcla resultante no era tan suave como los
tejidos 100% algodón y era más difícil de coser.25

Hasta el nacimiento de la industria textil, los tejidos y el hilado en general se realizaba en


los hogares, en la mayor parte de los casos para consumo propio. Este método productivo,
basado en que la producción estaba dispersa y se desarrolloba en los domicilios de los
trabajadores, es a menudo denominado en inglés como sistema Putting-out (Putting-out
system) en contraposición al posterior sistema industrial o factory system.26 Solo en
ocasiones puntuales los trabajos se realizaban en el taller de un maestro tejedor. Bajo el
sistema putting-out los trabajadores, antes de fabricar su producto, pactaban contratos
con comerciantes y vendedores, quienes les suministraban a menudo las materias primas
necesarias. Fuera de temporada, por la general, las esposas de los agricultores hacían los
hilados mientras que los hombre producían los tejidos. Utilizando la maquina de hilar o
rueca, en cualquier momento entre cuatro y ocho hilanderas podían echar una mano al
tejedor.25 27 28 Uno de los grandes inventos de la industria textil fue la lanzadera volante,
patentada en 1733 por John Kay, que permitió una cierta automatización del proceso de
tejido. Posteriores mejoras, destacando las de 1747, permitieron duplicar la capacidad de
producción de los tejedores, lo que también agravó el desequilibrio que existía entre el
hilado y el tejido. Este invento empezó a ser ampliamente utilizado en todo Lancashire en
la década de 1760, cuando Robert Kay, hijo de John Kay, inventó la caja ascendente (drop
box).29 Lewis Paul patentó en Birmingham, con la ayuda de John Wyatt, la máquina de
hilar mediante rodillos y el sistema flyer-and-bobbin, que conseguían un espesor más
uniforme en el proceso de elaboración de la lana. Paul y Wyatt abrieron una fábrica en
Birmingham que utilizaba una nueva máquina de laminado impulsada por un burro. En
1743 se abrió una fábrica en Northampton que empleaba cinco máquinas como la de Paul
con cincuenta husos cada una. Estuvo en funcionamiento hasta 1764. Una fábrica similar
fue construida por Daniel Bourn en Leominster, pero un incendio la destruyó. Tanto Paul
como Bourn habían patentado el cardador de lana en 1748. El uso de dos conjuntos de
rodillos que giraban a diferentes velocidades fue utilizado posteriormente en la primera
fábrica de hilados de algodón. La invención de Lewis fue posteriormente mejorada por
Richard Arkwright con su Water frame y por Samuel Crompton con su Spinning mule.
En 1764 en el pueblo de Stanhill, Lancashire, James Hargreaves inventó la hiladora Jenny,
que patentó en 1770. Fue la primera máquina que empleba varios husos de una manera
eficaz. La hiladora Jenny trabajaba de una manera similar a la rueca. Era una máquina
simple, construida con madera y que solo costaba alrededor de 6 libras (un modelo de 40
husos) en 1792. Era utilizada principalmente en los hogares o por pequeños artesanos. La
hiladora Jenny producía un hilo ligeramente torcido solo adecuado para la trama, que se
torcía.30

La máquina de hilar (Water frame) inventada por Richard Arkwright, fue patentada por
este junto con dos socios en 1769. El diseño se basaba en parte en una máquina de hilado
construida por Thomas High, quien fue contratado por Arkwright.31

El comercio internacional

Economía industrial

Véanse también: Segunda revolución industrial y Tercera revolución industrial.

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no


hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán
las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no solo en el comercio interior, sino


también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes
mercados nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo
tras el Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y
otros países europeos, con la América española. Se termina con las compañías
privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y
la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras
eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un
nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó también un
ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del
trabajo (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los
productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de
vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista.

El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la
colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la
población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un
desarrollo industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización
y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia
y al ferrocarril.
A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble
expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se
estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del
ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que
explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y
comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el
resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización
fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.

Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica.
En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, solo en Bélgica hay un
proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se
fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.

Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia,


Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente
en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.

Transportes

El ferrocarril

Un ferrocarril alemán en 1895

El ferrocarril, nacido en el siglo XVIII, es uno de los grandes protagonistas de la Revolución


Industrial. En sus comienzos se empleaba la fuerza animal como medio de locomoción, los
raíles eran de madera y su empleo se limitaba a las minas para el transporte de carbón.nota
1 En un libro publicado en 1797, Carz aseguraba haber sido el primero que pensó en

sustituir la madera por hierro.32 La primera concesión del Parlamento inglés para la
construcción de un ferrocarril —movido por caballos— se remonta a 1801; se trataba de
una línea entre Wandsworth y Croydon con unos 13 kilómetros de longitud y con un coste
de 60 000 libras. La gran revolución del ferrocarril comenzó en 1814, cuando George
Stephenson utilizó la máquina de vapor como medio de locomoción. Su invento fue un
éxito y comenzó a usarse de inmediato en las minas, pudiendo transportar ocho vagones
de 30 toneladas a una velocidad de 7 km/h. Estos resultados eran suficientes para
expandir el uso de la máquina a otros servicios
QUE ES PRODUCCION
La palabra producción tiene diversas acepciones, circulando a través de muchísimos
ámbitos entre los que siempre predomina una característica: realizaciones materiales a
partir de procesos de obtención, de fabricación o de transformación.

El origen del término seguramente haya sido aportado desde una visión industrial, que la
entiende como el proceso que deriva en la obtención de algún bien o servicio nuevo.
Precisa entonces de una materia prima, de una cantidad de mano de obra más o menos
calificada y, eventualmente, de una tecnología preparada para cumplir con la función:
producir los bienes o servicios de capital o de consumo. La ganadería y la agricultura,
aunque no se traten de industrias cuentan también con cadenas de producción. En todos
los países la producción es algo sustancial en el producto bruto, al ser la principal
generadora de trabajo y de consumo, respondiendo a las necesidades de la gente y
aportándole el salario necesario para vivir. Las formas de organizar la producción y el
trabajo han sido motivo de discusión en la historia: el fordismo, el toyotismo o el
taylorismo son las doctrinas principales, que buscaban lograr una mayor eficiencia y
calidad en los productos. El primero se caracteriza por la producción en masa y la línea de
montaje, el segundo con el trabajo en equipo y la flexibilización laboral, y el tercero con la
especificación de las tareas, que evitan los ‘tiempos perdidos’ del trabajador.

La economía tomó este concepto de producción, pero lo interpretó de otro modo: es la


actividad que, al crear bienes o servicios, incorpora valor procesando esos nuevos
productos. Los sistemas económicos están diseñados fundamentalmente para organizar la
producción, junto a la distribución y el consumo de los bienes y servicios producidos. Es el
proceso a partir del cual los diversos factores de producción (trabajo humano, capital,
tierra) generan las riquezas. Estos factores se organizan en torno a relaciones, a partir de
las cuales a lo largo de la historia se han desarrollado o ideado distintos modos de
producción, entre los que se encuentran el capitalismo (en el que los medios de
producción son privados, y las riquezas y los factores de trabajo son negociados dentro de
un mercado libre), el esclavismo (en el que la fuerza de trabajo del esclavo no es
propiedad suya sino que es entregada a una persona libre, que la utiliza discrecionalmente
o negocia con ella), el feudalismo (la tierra y su producto le poseía a los nobles, pero era
cultivado por vasallos que a cambio se llevaban lo necesario para subsistir) o el
comunismo (abolición de la propiedad privada que permita el reparto equitativo del
trabajo en función de la habilidad, y del producto en función de la necesidad).
Siendo esas dos las acepciones más importantes del término, existen también otros usos
que se hacen cotidianamente. Sobre la misma base, la biología usa el término para hablar
de lo que fabrica naturalmente el cuerpo: células, hormonas u orina, por ejemplo. La física
también lo hace cuando las respuestas naturales de un cuerpo pueden ser generar una
fuerza, o la química con la producción de electrones o neutrones, de energía, etc. Cada
rama del mercado de los productos o servicios (desde heladeras hasta literatura, desde
trigo hasta moda) tiene su organización en particular, por lo que no vale la pena detenerse
a describirlas todas, sin embargo hay una que se destaca y puede hacerse una salvedad.
Cuando se trata de productos del medio audiovisual, la palabra producción viene a tener
un sentido nuevo: además de referirse a todo lo que se encuentra alrededor de la
realización material del producto (director, maquilladores, sonidistas, iluminadores), pasa
a ser un sinónimo del producto terminado, por lo que a veces se habla directamente de
‘una producción’

PROCESO DE PRODUCCION
Para saber qué es un proceso de producción es necesario atender a sus etapas. Cada una
de ellas interviene de forma decisiva en la consecución del objetivo final, que no es otro
que lograr la satisfacción del cliente, cubriendo las necesidades que se extraen de su
demanda mediante un producto o servicio.
Podría hablarse de la existencia de tres fases en todo proceso de producción:
1. Acopio/ etapa analítica: esta primera etapa de la producción, las materias primas se
reúnen para ser utilizadas en la fabricación. El objetivo principal de una empresa durante
esta fase del proceso de producción es conseguir la mayor cantidad de materia prima
posible al menor costo. En este cálculo hay que considerar también los costes de
transporte y almacén. Es en esta fase cuando se procede a la descomposición de las
materias primas en partes más pequeñas.
2. Producción/ etapa de síntesis: durante esta fase, las materias primas que se recogieron
previamente se transforman en el producto real que la empresa produce a través de su
montaje. En esta etapa es fundamental observar los estándares de calidad y controlar su
cumplimiento.
3. Procesamiento/ etapa de acondicionamiento: la adecuación a las necesidades del
cliente o la adaptación del producto para un nuevo fin son las metas de esta fase
productiva, que es la más orientada hacia la comercialización propiamente dicha.
Transporte, almacén y elementos intangibles asociados a la demanda son las tres variables
principales a considerar en esta etapa.
Tipos de proceso de producción
Existen cuatro tipos de proceso de producción diferentes. Son los siguientes:
Producción bajo pedido: en esta modalidad productiva solamente se fabrica un producto
a la vez y cada uno es diferente, no hay dos iguales, por lo que se considera un proceso de
mano de obra intensiva. Los productos pueden ser hechos a mano o surgir como resultado
de la combinación de fabricación manual e interacción de máquinas y/o equipos.
Producción por lotes: con la frecuencia que sea necesario se produce una pequeña
cantidad de productos idénticos. Podría considerarse como un proceso de producción
intensivo en mano de obra, pero no suele ser así, ya que lo habitual es incorporar
patrones o plantillas que simplifican la ejecución. Las máquinas se pueden cambiar
fácilmente para producir un lote de un producto diferente, si se plantea la necesidad.
Producción en masa: es como se denomina a la manufactura de cientos de productos
idénticos, por lo general en una línea de fabricación. Este proceso de producción, a
menudo, implica el montaje de una serie de sub-conjuntos de componentes individuales
y, generalmente, gran parte de cada tarea se halla automatizada lo que permite utilizar un
número menor de trabajadores sin perjuicio de la fabricación de un elevado número de
productos.
Producción continua: permitefabricar muchos miles de productos idénticos y, a diferencia
de la producción en masa, en este caso la línea de producción se mantiene en
funcionamiento 24 horas al día, siete días a la semana. de este forma se consigue
maximizar el rendimiento y eliminar los costes adicionales de arrancar y parar el proceso
de producción, que está altamente automatizado y requieren pocos trabajadores.
Tendencias aplicables a todo proceso de producción
La fabricación industrial no tiene nada de nuevo y, sin embargo, continua evolucionando y
adaptándose a las nuevas realidades. Las tres tendencias que se exponen a continuación
son sólo un ejemplo de la capacidad de regeneración del negocio:
Sostenibilidad: forzando al máximo los ajustes y la economía de procesos, para un mejor
aprovechamiento de los recursos que se traduce en una empresa más sostenible, tanto de
cara al medio ambiente como a su propio futuro.
Aplicación de la tecnología: como por ejemplo en el caso de la combinación de robots
con sistemas de visión.
Incorporación de big data: para lograr un mejor ajuste a la demanda y la optimización de
las relaciones con proveedores, socios, empresas de transporte, entre otros.

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