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Flora chilena de la zona central

Con su clima característico clima mediterráneo, la zona central del país es un muy buen lugar para el
crecimiento de árboles de gran altura.
Avellanita o nogal del norte

Es un arbusto ramificado con una altura máxima de 3 metros.


Pertenece a la familia de las euforbias, pero con la salvedad de
carecer del látex blanquecino que expelan estas plantas cuando
se quiebran. Poseen tallos verdes redondos con hojas de 2,5
hasta 8 cm de largo, que varían en formas ovadas y
lanceoladas.

Es un arbusto monoico, es decir, tiene tanto flores masculinas


como femeninas separadas, pero en el mismo individuo. De
estas dos, las que más se hacen notar son las masculinas, pues
se agrupan de 3 a 4 flores amarillentas de 8 mm de largo. Éstas
poseen un cáliz de 3 lóbulos con una cantidad enorme de estambres. En cambio las femeninas son
prácticamente solitarias, tienen 5 sépalos casi libres en la base y no tienen estambres.

Las flores de este árbol no tienen pétalos. Se pueden observar entre septiembre y enero, época en
que además dan un fruto consistente en una capsula seca y globosa. Este fruto se abre para
liberar 3 semillas globosas a elípticas de color café amarillento.

Fue descubierta en 1864 en los alrededores de la laguna Aculeo (Región Metropolitana) y sus
cercanías. Más tarde se le consideró totalmente extinta hasta el año 2004, cuando se le vio en una
localidad de Lo Chancón en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins. Habita sectores del
bosque esclerófilo de ladera de cerros, en suelos poco profundos y bien drenados.

El pastoreo del ganado y la irrupción de comunidades humanas en su hábitat constituyen sus


principales amenazas. La normativa chilena la considera "en peligro y rara". A nivel internacional,
no ha sido evaluada por UICN. Aunque no cuenta con una protección específica, existe en
bosques protegidos.

El azulillo

Es una planta perteneciente a la familia de los herbáceos, por lo


tanto su estructura es de un tallo delgado y lánguido, que
alcanza un grosor de 1 a 2 cm bajo tierra. La parte visible del
tallo asoma solo en primavera y verano, con una medida
máxima de 7 cm. A este tipo de plantas que permanecen bajo
tierra durante las épocas desfavorables se les llama geófitas.

Posee dos hojas en formas de punta de lanza de 7 a 10 cm. de


largo y 7 mm de ancho. Las flores que brotan están compuestas
por seis tépalos unidos levemente en su base. Cada pétalo es
de color azul intenso con el centro blanco, con 3 cm de largo y 1
de ancho, logrando un juego visual muy bonito.

Esta especie fue descubierta en 1862 por un botánico alemán en las orillas de nuestra cordillera en
Santiago. Ya en aquella época se registraban pocos ejemplares. A mediados del siglo XX, un
fuerte trabajo de búsqueda, fue considerada como extinta. No obstante, recientemente se
encontraron azulillos en una franja de no más de 1000 metros cuadrados en una localidad al sur de
la Región Metropolitana.

Las grandes amenazas a la supervivencia de esta planta lo constituyen el pastoreo doméstico y la


plantación de otras especies es sus terrenos. Para la normativa chilena se trata de una especie "en
peligro y rara".

La palma chilena

Es nativa de Chile y pertenece a la familia de las palmáceas. Su


tronco es grisáceo, delgado y liso y puede llegar a alcanzar los
20 metros de altura, con un diámetro de hasta 1 metro.

Por otro lado, el tronco no es de madera, sino de fibra, por lo


que no se les considera árboles sino hierbas (pasto), aunque en
este caso resulte una hierba gigantesca. Poseen un tipo de hoja
muy grande como un gran abanico que se abren en el extremo
del tronco, formando una especie de cabellera.

Su crecimiento es lento, alcanzando la madurez recién a los 60 años. Produce un fruto que es una
especie de coco comestible de color café y de estructura ovalada que mide entre 3 a 4 cm de
diámetro.

Crece en suelos áridos, en laderas de cerros, principalmente en la región de Coquimbo. Sus


grandes amenazas son la extracción de coquitos, que eran exportados a Perú, el pastoreo de
animales.

Está en peligro de extinción y es protegida por el Estado.

El algarrobo chileno

Su nombre científico es prosopis chilensis. Es un árbol


endémico de Chile. Puede llegar a alcanzar los 14 metros de
altura con un diámetro de 1 metro. Su corteza tiene tonalidades
grises y café claro, es gruesa y con grietas longitudinales. Las
ramas son bastantes flexibles y espinosas. Sus hojas se
componen de folíolos lineares de un color verde amarillento que
miden alrededor de 20 cm, con dos espinas gruesas en
cada verticilo (conjunto de hojas que nacen de un mismo nudo).
Sus ramas son bastantes flexibles y espinosas.

Tiene flores hermafroditas que se reúnen en espigas de 12 cm de largo. Éstas son pequeñas y de
color amarillento. El algarrobo da un fruto rico en proteínas y utilizado con fines medicinales; se
trata de una especie de legumbre muy enrollada de forma arqueada de 5 a 15 cm de largo, con un
número grande de semillas de color café en su interior. Florecen entre octubre y diciembre.

Crece especialmente en el valle central, en la región de Coquimbo y cochagua.


Patagua o patuhua

Es una especie de arbusto endemémico de Chile. Son hojas son


bastantes simples, muy comunes, de forma oblonga estirada
con el borde aserrado. Es de crecimiento rápido, alcanzando los
10 metros de altura. Se ha registrado que en los crecimientos
más lentos, ha alcanzado una altura de hasta 30 metros. Genera
unas flores de color blanco que miden aproximadamente 3 cm
de largo y 2 de diámetro, son de forma acampanada y se
componen de 5 pétalos. De la flor se extrae un fruto que tiene
forma de cápsula.

Asimismo, de la corteza se saca un contenido llamado tanino, que sirve para curtir pieles, mientras
que su madera se usa en la fabricación de muebles. Es de fácil sembrado y por ende sus
ejemplares son numerosos.

Se pueden observar pataguas entre las regiones de Valparaíso, Metropolitana, Libertador Bernardo
O’Higgins y del Maule. Debido a su fácil crecimiento, la especie ha sido introducida en el extranjero
en suelos parecidos a los nuestros, llegando a países como Inglaterra y Nueva Zelanda.

El coigüe

Es un árbol perenne, es decir, mantiene sus hojas durante todo


el año es conocido como "koiwe" por las comunidades
indígenas.

Bastante frondoso, posee una corteza gris y ramas aplanadas.


Sus hojas son de color verde claro, con un peciolo corto de
forma rondeada y con el borde aserrado. También producen
flores, las que son de muy difíciles de observar en una primera
instancia, ya que son muy pequeñas, midiendo alrededor de 5 mm. de longitud. Su tonalidad es
verde.

Tienen flores tanto masculinas como femeninas. Su polen se dispersa por la acción del viento y de
los insectos. Da un fruto muy pequeño que suele pasar desapercibido, al confundirse con las
"agallas" que el árbol produce (una especie de tumores que crea el árbol para defenderse de la
puesta de huevos de algunos insectos).

La madera es de color amarilla y se usa especialmente en la carpintería. Posee una parte muy
dura, que está ubicada en el centro del tronco. Ésta parte la ocupan los campesinos para hacer
cercos y estacas para el ganado y el pastoreo restringido.

Se le puede ver desde la región Libertador Bernardo O’Higgins hasta la región de Magallanes,
traspasando nuestras fronteras llegando a Neuquén y a Tierra del Fuego.
El lingue

Es un árbol frondoso endémico de Chile y Argentina. Su fiollaje


es perenne, permaneciendo siempre verde. Puede llegar a los
30 metros de altura. Su corteza es gruesa y rugosa, dando la
apariencia de estar resquebrajada. Sus hojas son alternas, con
formas elípticas y aovadas, con el dorso verde intenso y el
envés glauco.

Tiene flores hermafroditas, que no alcanzan el centímetro de


longitud, de color amarillo, y se posan sobre capullos de 3 a 6 cm.

Aunque el lingue está amenazado por la pérdida de su hábitat, no se le considera en peligro de


extinción.

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