Francisco Ángeles. Plagio. Barcelona: Literatura Randon House, 2016; pp. 160.

Reseña sobre la novela Plagio, de Francisco Ángeles

Los primeros libros de un autor suelen ser en variadas ocasiones el reflejo de un

constante sentir envuelto en las preocupaciones y visiones del mundo que engloba
al escritor. Es el caso de Francisco Ángeles, quien en su nueva (y tercera) novela
Plagio ha seguido tras los pasos de su debut literario en La línea en medio del
cielo. En este sentido Francisco vuelve a utilizar a personajes perturbados como
Ignat, y vuelve así mismo a recrear la decadencia y la muerte como si de un
cuadro expresionista se tratará, recordemos su primera novela en la cual
aparecerían ocho cadáveres, al igual que en esta última y el maneja que es aparte
acaso una reescritura.

Plagio presenta desde las primeras páginas, un escenario de horror. Un

recepcionista de Hotel se encuentra declarando ante la prensa sobre el terrible
hecho ocurrido anoche: ocho personas sin vida, una sobre otra, la sangre discurre
por los muertos hasta el piso. Los motivos de aquellas muertes, aunque se
sospeche que han sido causa de un suicidio colectivo, se desconocen y no se
precisan de mayores pistas. Esta macabra imagen abre la historia de la novela, el
crimen es cometido en medio de un contexto histórico y político, el cual tiene
relación con uno de los personajes principales. Conviene precisar la época en la
que se suscita la historia, un ambiente sucumbido por la derrota, en un país en el
que nadie apuesta por el desarrollo, los personajes parecieran incluso seres
vencidos por el desalentador panorama del país.

Dado que dos son los personajes principales, mediante los cuales se
desenvuelve la historia y que a saber son: Ignat y Murillo, a ambos totalmente
opuestos, pero que se atraen por diversas circunstancias como de filiación por
ejemplo. El primero en aparecer en escena, Ignat, recuerda la historia de aquellos
años cerca al fin del gobierno de Fujimori, desde un presente en el que tiene 68

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años y se halla además desalentado frente a la vida, como en la novela se cuenta,
lo único que tenía era su tiempo, desperdiciado en tratar de ordenar los sucesos
de aquellos años.

Plagio es, como se percibe a lo largo de la historia, una novela que muestra
un importante relieve político. Los personajes se muestran en constante fricción
con el escenario actual. Por ello es que planearán buscar cómo, a su modo,
alcanzar un utópico ideal político. En la novela la muerte toma un papel relevante,
es aquí tratada como el final de un camino sin salida, que aunque se presenté
como un modo de hacer una manifestación contra la situación actual, de una
manera en la que verdaderamente logre impactar al país. En este sentido la
muerte se puede apreciar como una metáfora de cómo el Perú se vio afectado al
termino de los diez años de la dictadura de Fujimori, en su forma de observar el
porvenir, lo cual sería una representación del complejo conflicto incluso
psicológico que fomentó una década de desigualdades.

Ahora bien, Al momento de reflexionar sobre los aciertos y desaciertos de

Plagio, puede verse en primer lugar lo acertado que fue para la macro estructura
de la novela el que se comience la narración de manera agitada, como ha sido el
recepcionista que manifestaba cómo habían entrado las ocho personas: ebrias e
incluso drogadas a una sola habitación de hotel. Esta muerte logra despertar una
curiosidad en el lector, con lo cual la historia atraerá la atención por descubrir
cómo y por qué fue que sucedió aquel hecho insólito. De modo que como la
muerte es lo más abrupto al ser humano, la novela utiliza a su conveniencia este
hecho tan solo al comenzar su lectura.

Aquel desaliento por el porvenir que presentan los personajes, podría

interpretarse como la supresión en lo real, todos los personajes que deambulan en
la novela parecen que observan el mundo a través de un idealismo que los llevará
a la muerte. En el idealismo aún operan sobre lo simbólico, pero lo que hay en el
fondo es precisamente lo real.

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 En cuanto a los desaciertos que podríamos advertir en la novela, existen
sobre desde la mirada de los personajes, sobre todo desde la intelectualidad que
presenta un personaje, y desde donde observa su país (del cual se siente ajeno).
Haciendo una veloz comparación con otras novelas en las cuales los personajes
también tienen crisis existenciales y se ven desalentados de cara al futuro, se
puede apreciar por ejemplo a Raskolnikov de Crimen y castigo como un
personaje que vive, como si cobrará vida y tuviese una voz propia. En cambio con
Ignat se siente a un personaje pero que habla a través de un intelectual, a través
de su autor.

En suma, Plagio presenta una metáfora de la actualidad política que se

vivía a finales de los años del gobierno de Fujimori, la mentalidad de aquellos diez
años es una mentalidad perdedora, asestada finalmente en la idiosincrasia de la
población. De manera que todos los elementos tanto político, Psicológico,
existencial e histórico (al referirse a su pasado y a la nacionalidad con la cual no
se sienten identificados) se entrelazan para representar de este modo un conflicto
de diversas partes, donde las personas no solamente se encuentran enfrentan a
un problema, en este sentido se puede decir que en definitiva el hombre es un ser
atormentado, y que las partes conforman el todo de la estructura del ser.