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Gustavo Adolfo Bécquer configurar la trama de la mayoría de sus relatos

sobre la descripción de una hermosa e inalcanzable mujer. Las damas


que aparecen en las leyendas son seres, totalmente, ajenos a la dura
realidad femenina del siglo XIX debido a su naturaleza “inhumana”.
Se presentan al lector como unos entes de belleza sobrenatural, que
habitan en lugares misteriosos y sombríos y que terminan provocando
el sufrimiento del hombre al no poder poseerlas: “¡Y qué bien sientan
unos ojos azules, muy rasgados y adormidos, y una cabellera suelta,
flotante y oscura, a una mujer alta… porque… ella es alta, alta y esbelta
como esos ángeles de las portadas de nuestras basílicas!” (El rayo de
luna).
La descripción física y moral de la mujer en estos relatos es
fundamental, ya que dependiendo de la caracterización que se haga de
estas sabremos si nos encontramos ante un ser de aura celestial o
infernal. La figura angelical siempre se muestra incorpórea, huidiza y
sus movimientos son armónicos y elegantes, tal como se ha visto en la
cita anterior. La mujer fatal, por el contrario, tienta sensualmente al
varón y muestra una actitud caprichosa y coqueta, así queda reflejado
en El cristo de la Calavera o en Los Ojos verdes.
La indiferencia que suelen manifestar estos personajes femeninos ante
los sentimientos del hombre, los atrapa cada vez más y
acaba provocando en este, o bien, el trastorno mental “Manrique no
estaba aún lo bastante loco para que le siguiesen los muchachos, pero sí lo
suficiente para hablar y gesticular a solas, que es por donde se empieza.”
(El rayo de luna), o bien, la muerte: “Fernando dio un paso hacía ella…,
otro…, y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello,
y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve…, y
vaciló…, y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.” (Los
ojos verdes).
Gustavo Adolfo Bécquer fue un poeta y narrador español perteneciente al
periodo Romántico o al también llamado Romanticismo.

Sabemos qué dicho movimiento Artístico tuvo origen a finales del


siglo XVIII, y se desarrolló durante el siglo XIX,[1]centenario en el cuál
Bécquer comenzó a escribir y crear sus obras más importantes, un ejemplo
de éstas son sus 20 características leyendas, las cuales expresan temas
propios del Romanticismo, algunos de estos temas y características que
presentan dichas leyendas son: La exaltación de los sentimientos sobre el
razonamiento, el instinto natural del ser humano, la rebeldía, la soledad, el
pesimismo, la libertad y lo sobrenatural o fantástico[2]. Cabe mencionar
que las leyendas son desarrolladas en espacios que expresan dichas
emociones (soledad y libertad).Por otra parte, así como en las obras de
Bécquer y en la literatura Romántica se genera un cambio en la
personalidad de los personajes. En las obras se resalta la existencia de
personajes sobrenaturales, así como espíritus. La mujer deja de poseer una
personalidad cálida y una fisiología helenística, comienza a tornarse
maléfica y diabólica, ella servirá de gran influencia para la trama de las
historias, se convierte en la influencia de los hombres, para conducirlos al
mal, a través del, amor. Dicha mujer tomará uno de los papeles más
importantes en Los Ojos Verdes, La ajorca de Oro, Y el monte de las
ánimas, todas leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.
La Mujer en el Romanticismo, y la ideología de Bécquer hacia ella.
En el Romanticismo la mujer se opone a la personalidad y el
modelo helenístico.

Características existentes en el descripto puellae del renacimiento como


son: cabello rubio, piel blanca, mejillas sonrojadas, ojos verdes, labios
rojos, proporciones perfectas, belleza idealizada en relación a la naturaleza
y la posesión de un carácter angelical[3], cálido y protector; en su mayoría
serán olvidadas por la nueva mujer romántica, ella optará por
características opuestas y retomara solo algunas características físicas de la
mujer helenística, poseerá una apariencia al estilosulamita[4] con una tez
morena, cabellera negra y risada, labios rojos, dientes blancos, ojos de
color, mejillas rosadas, cuerpo sensual y su personalidad será demoniaca
se convertirá en una portadora del mal dejando al olvido el carácter
angelical, protector y delicado.
Gustavo Adolfo da a la mujer el papel de ser inspiración para sus amados a
través de la recuperación del tópico ferur amoris[5] (amor salvaje o
apasionado) inclinándolos así a tomar decisiones que pueden incluso
conducirlos a la muerte o la locura como en Los Ojos verdes con Fernando
de Argensola conducido hasta un pozo en el vacío, El monte de las ánimas
con Alonso el amado de Beatriz que murió por ir en busca de un objeto
perdido por ella y La ajorca de Oro con Pedro Alonso de Orellana,
conducido a la locura, también a través de sus amada.
Los Ojos Verdes
Cuenta la historia de un cazador, Fernando de Argensola, que al perder un
ciervo se introduce al bosque hasta la fuente de los álamos, sin escuchar
los consejos de su vasallo el cual advierte que es un lugar peligroso,
Fernando orgulloso acude a dicha fuente. Días más tarde Fernando se
encuentra distraído y confiesa a su amo que ha acudido diario a la fuente, y
le cuenta que ha visto unos ojos verdes. Finalmente un día al llegar a dicho
sitio le confiesa su amor a la mujer perteneciente de los ojos verdes y al
intentar darle un beso cae arrastrado al interior de dicho sitio.[6]
En esta historia Bécquer le da un papel a la mujer (protagonista) de
seductora, maléfica y endemoniada. También resalta una característica del
romanticismo acerca de lo sobrenatural, ya que finalmente dicha mujer es
un espíritu que abunda en la fuente de los álamos, la cual pretende arrastrar
a Fernando de Argensola a la muerte a través de su amor.

La Ajorca de Oro

Narra la historia de un joven llamado Pedro, que un


día encuentra a su amada María llorando, Pedro le pregunta el porqué de
su llanto y ella le responde que se había quedado muy impresionada y que
desearía obtener la ajorca de oro que poseía la Virgen del Sagrario, quien
era la Santa Patrona de Toledo. Después, de tanto ver a su amada sufrir,
decide aceptar y robarla. Estando ya en la catedral, Pedro subió a la 1ª
grada de la capilla mayor y pudo ver la tumba de los reyes y una voz le
dijo “Adelante” pero él estaba inmóvil. Se acercó al altar y comenzó a
subir. Consiguió llegar no de tinieblas, solo la imagen de la Virgen estaba
iluminada por una lámpara. Pedro sintió un temor muy extraño; así que
cerró los ojos para no ver el rostro de la Virgen y le arrancó la ajorca de
oro, la cual era una ofrenda del obispo y que valía una gran fortuna. Pedro
ya tenía la ajorca de oro en la mano, pero le daba miedo abrir los ojos y ver
a la imagen. Cuando al fin los abrió, un grito sordo salió de su boca. Miró
a su alrededor y la iglesia estaba llena de estatuas de santos, monjas,
ángeles, demonios, damas, pajes y villanos avanzando hacia él, así que ya
no pudo resistir más y se desmayó. Al siguiente día vinieron los
encargados de la iglesia y encontraron a Pedro a los pies del altar y entre
sus brazos la ajorca de oro y Pedro, al ver que se acercaban, exclamó en
dirección a la Virgen: “¡Suya, suya!”. Pedro había enloquecido.

La mujer de esta historia al igual que la mujer de los ojos verdes cumple
con el estereotipo del Romanticismo hacia el género femenino, la
personalidad que posee también es diabólica y sus malas intenciones
conducen a Pedro, su enamorado, a la locura.

El monte de las ánimas


Cuenta la historia de Alonso Y Beatriz, dos primos que al ir a cazar al
monte de las Ánimas él cuenta a Beatriz, la leyenda de dicho lugar, la cual
cuenta que en la noche de difuntos las almas de los muertos se levantan y
corren con los animales del monte. Al llegar a su hogar Alonso regala una
joya a Beatriz, y ella le dice que desea regalarle una banda de su vestido,
que se ha caído en el monte, finalmente Alonso decide ir a buscarla; al día
siguiente encuentran a Alonso muerto, y también a Beatriz. Se cuenta que
en tal sitio se encuentra a una mujer siendo perseguida por caballos y
lanzando chillidos de terror, dando vueltas alrededor de la tumba de
Alonso.

Conclusión
En la literatura Romancista la mujer genera una nueva visión para la trama
de las historias, y su desarrollo. Incluso las vuelve más interesantes,
entretenidas y dramáticas.

La nueva fisionomía del género femenino demuestra más conocimiento de


cultura y belleza en el arte de la literatura Romántica. El sentido del amor
apasionado y salvaje se vuelve más llamativo para los lectores en historias
de este tipo.

Gustavo Adolfo Bécquer crea así estas leyendas basándose en el interés


del lector, y las publica en periódicos como el Museo Universal, El
porvenir y El Contemporáneo[7],creando obras mágicas, llenas de
inspiración, innovadoras, culturales y fántasticas.

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