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Registro: 2003276
Materia(s): Civil
Página: 2150
Del análisis a la jurisprudencia 1a./J. 69/2010, sustentada por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXXIII, enero de 2011, página 141, de rubro: "EMPLAZAMIENTO DE
PERSONA FÍSICA. PARA ESTABLECER EL LUGAR EN QUE DEBE REALIZARSE ES INNECESARIO
SEGUIR EL ORDEN EXCLUYENTE PREVISTO EN LAS DISPOSICIONES SUSTANTIVAS QUE REGULAN
EL DOMICILIO COMO ATRIBUTO DE LA PERSONALIDAD, EN CASO DE NO HABERSE DESIGNADO
UNO CONVENCIONAL (LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE PUEBLA, JALISCO, DISTRITO
FEDERAL Y CHIAPAS).", se infiere que si bien es cierto que el artículo 76 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado establece que respecto a las formalidades del
emplazamiento éste debe practicarse donde vive el interesado, también lo es que ello no debe
interpretarse en sentido estricto ni rígido, pues el diverso artículo 75 prevé que deberá
designarse "la casa en que haya de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promuevan"; por tanto, ambas normas no sólo tienen elementos objetivos o
materiales, sino también contienen elementos normativos o teleológicos que necesitan ser
descubiertos. Así, cuando una norma contenga en un enunciado un elemento normativo,
habrá que definir el alcance de éste, atento a lo que jurídicamente está refiriendo. En ese
orden de ideas, para determinar el lugar en donde deba hacerse el emplazamiento al
demandado, conforme a la legislación estatal, tendrá que acudirse al artículo 37 del Código
Civil para esa entidad, que señala que el domicilio de las personas físicas puede ser el lugar
donde reside; donde tiene el principal asiento de sus negocios; o, en el que se halle. Lo cual es
acorde con el artículo 2 de la Convención Interamericana sobre Domicilio de las Personas
Físicas en el Derecho Internacional Privado. Ello es así, puesto que de dicho numeral puede
establecerse que el domicilio cumple, en el derecho, la misma función que desempeña en las
relaciones sociales, esto es, constituye el centro de la vida de las relaciones de la persona;
asimismo, indica la idea de permanencia y estabilidad del sujeto en un determinado lugar
(residencia habitual). Por tanto, desde el punto de vista de la técnica jurídica, es preciso
determinar objetivamente, en mérito de la certeza y de la seguridad jurídica, ese centro
especial de ubicación de la persona, de tal manera que ésta debe tener necesariamente un
domicilio, pues es uno de los atributos de aquélla. Consecuentemente, el emplazamiento
puede realizarse, entre otros supuestos, en el lugar en que el interesado tiene el principal
asiento de sus negocios, lo cual queda subsumido al término "vive", pues constituye uno de los
centros de la vida de las relaciones de la persona; y para los efectos del emplazamiento, el
término ahí "vive" establecido en el referido artículo 76 debe interpretarse en un sentido
amplio concatenado con los diversos 75 del código procesal y 37 del Código Civil, es decir, si las
diligencias relativas al emplazamiento se realizan en el lugar en que tiene el principal asiento
de sus negocios, resulta innecesario que en ésta, el actuario judicial, señale y se cerciore de
que además de que es el principal asiento de sus negocios, el interesado ahí "vive", pues este
requisito se tiene por cumplido al cerciorarse que se realiza en él.
Amparo en revisión 435/2012. 31 de enero de 2013. Mayoría de votos. Disidente: Isidro Pedro
Alcántara Valdés. Ponente: Ezequiel Neri Osorio. Secretario: Eduardo Castillo Robles.
Época: Décima Época
Registro: 2008598
Materia(s): Civil
Página: 2242
Amparo en revisión 265/2007. María del Carmen Flores Nolasco y otra. 20 de septiembre de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Raúl Ángel
Núñez Solorio.
Amparo en revisión 170/2008. Higinio Castillo Tejeda y otra. 19 de junio de 2008. Unanimidad
de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Carlos Alberto González García.
Esta tesis se publicó el viernes 6 de marzo de 2015 a las 9:00 horas en el Semanario Judicial de
la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 9 de marzo
de 2015, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.
Época: Novena Época
Registro: 196306
Materia(s): Civil
Tesis: XVIII.1o.2 C
Página: 1012
Este tribunal no comparte el criterio consistente en que debe considerarse bien hecho el
emplazamiento practicado en el domicilio señalado en el pagaré base de la acción, aun
suponiendo que los demandados no radicaran en ese lugar, porque conforme al artículo 1051
del Código de Comercio, el procedimiento preferente a todos es el convencional; tal
consideración es infundada porque se deja de observar que el último párrafo del artículo 1051
del código invocado señala que el procedimiento convencional se rige por lo dispuesto en los
artículos 1052 y 1053 del citado código, los que prevén que los tribunales se sujetarán al
procedimiento convencional que las partes hubieren pactado, siempre que el mismo se
hubiere formalizado en escritura pública, póliza ante corredor o convenio judicial, y siempre
que se respetaran las formalidades del procedimiento; por tanto, el hecho de que se hubiere
señalado domicilio en el pagaré base de la acción, no implica que las partes hubieran pactado
un proceso convencional, como indebidamente lo sostiene la tesis en comento, pues para ello
era necesario que se cumpliera con los requisitos señalados en los artículos 1052 y 1053
citados, los que no autorizan que pueda pactarse un procedimiento convencional en el pagaré,
por lo que es evidente que se hace una indebida aplicación del referido artículo 1051, ya que
una cosa es que se señale en el pagaré determinado lugar como domicilio del suscriptor, para
el cumplimiento de la obligación, y otra totalmente distinta que se pacte un proceso
convencional, el que, como antes se dijo, debe formalizarse en escritura publica, póliza ante
corredor o convenio judicial. En estas condiciones, debe concluirse que la estipulación del
domicilio del suscriptor en un pagaré, lo que en todo caso debe traer como consecuencia es
que tal título de crédito debe presentarse para su cobro en el domicilio señalado en el mismo;
pero cuando por no obtenerse el pago, éste se demanda en juicio ejecutivo, debe emplazarse
al demandado llenándose las formalidades que determina la ley, cerciorándose el actuario de
que aquél tiene su domicilio en el lugar en que practica la diligencia, para que no vulnere la
garantía de audiencia que consagra el artículo 14 constitucional; dicho de otra manera, el
emplazamiento es una formalidad tan esencial en el procedimiento, que si no se practica como
lo determina la ley, deja sin defensa al demandado, con violación notoria del artículo
constitucional mencionado; los derechos que conceden las disposiciones legales que se
refieren al emplazamiento deben cumplirse estrictamente, y no puede ser oído quien es
notificado en un lugar donde no tiene su domicilio, y que por lo mismo ignora que se está
enderezando una acción en su contra.
Amparo en revisión 309/97. Edgar Sosa Velez. 27 de noviembre de 1997. Unanimidad de votos.
Ponente: Alejandro Roldán Velázquez. Secretario: Mario Augusto Herrera Hernández.
Nota: Esta tesis contendió en la contradicción 38/98-PS resuelta por la Primera Sala, de la que
derivó la tesis 1a./J. 53/99, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, Tomo X, noviembre de 1999, página 157, con el rubro:
"EMPLAZAMIENTO A JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. ES ILEGAL EL PRACTICADO EN EL
DOMICILIO SEÑALADO EN EL TÍTULO DE CRÉDITO BASE DE LA ACCIÓN, CUANDO NO SE
RESPETAN LAS FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO, YA QUE DICHO DOMICILIO
NO DEBE ENTENDERSE COMO CONVENCIONAL PARA EFECTOS PROCESALES."