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El estudio de las instituciones penales desde el punto de vista histórico debe hacerse como

el de las instituciones jurídicas en general sin intentar forzar correlaciones con el Derecho
actual.

En el imperio Inca podemos apreciar un predominio del Derecho Penal sobre el Civil, en
muchos casos la penalidad aparece en aglomerada por la religión.

El carácter intimidatorio de la penalidad en el Estado Inca es notorio, la idea de castigo


como protección de los intereses colectivos como señala Huaman: “Así se hacía justicia en
esta tierra, donde por temor al castigo justo, y en vista de los buenos ejemplos, todos eran
obedientes al Inca y a su mandato, no habiendo asesinos pleitistas, ni ladrones, sino todo
era verdad, buena justicia y leyes que se cumplían.” Se trata de proteger el orden
imperante y con ello de proteger a la sociedad.

El Derecho Inca es riguroso por ese carácter de intimidación de la penalidad por tal motivo
la culpa o conciencia del delito adquiere relevancia, la importancia atribuida a la
tentativa, a las circunstancias agravantes y atenuantes.

La pena durante el Imperio fue monopolio del Estado, con este quedaron separados los
jueces y agraviados, actuándose en nombre del interés colectivos, con la consiguiente
decadencia de la acción personal que antes predominaba.

El Estado no tomaba en cuenta la existencia de una voluntad propicia por parte del
agraviado. La desfloración de una doncella era penada, aunque hubiese habido el
consentimiento. En el adulterio cuando el marido perdonaba no dejaba de haber castigo
estatal, pero era entonces menor. Se buscaba la existencia de la culpa psicológica como
inspiradora de la trasgresión.

Tampoco fue desconocido el concepto de la reincidencia. El Derecho de los incas


establece una penalidad mayor para la reincidencia en delitos de poca importancia
pues en los delitos mayores se aplicaba la pena capital no dejando opción claramente
a la reincidencia.

También fueron conocidas en esa forma por el Derecho de los Incas de complicidad de
encubrimiento. Se aplicaron además estas ideas se hizo que los funcionarios negligentes
hicieran suyo el delito de sus subordinados y los padres negligentes los delitos de sus hijos.

En la aplicación de la pena, existía desigualdad ante la ley en el sistema jurídico Inca,


la categoría o clase social del agraviado o del defensor provocaba la disminución del
castigo y diferenciación de jueces y procesos.
LAS PENAS MÁS IMPORTANTES PARA LOS INCAS FUERON: la de la muerte, los corporales,
las de privación de la libertad las penas económicas y las penas de honor.

La más digna forma de la pena de muerte fue considerada la decapitación, que se


ejecutaba cuando el delincuente era noble. La más frecuente era la horca (asesinato
aborto, adulterio, incesto) y a veces le seguía la incineración del cadáver (brujería,
incendio, soborno de funcionarios), el apedreamiento parece haber alternado con la
horca en ciertos casos. La gran cantidad de modalidades de la pena capital revela la
frecuencia con que debió ser aplicada y el carácter excepcionalmente severo del Derecho
de los Incas.

Los castigos corporales eran el tormento, la flagelación y la paliza y aparecen como


castigos subsidiarios o complementarios junto con la muerte, el destierro y otros, según
Huamán Poma de Ayala los azotes eran la sanción para los mentirosos, los perjuro, los
sucios, los jugadores y los desobedientes o malcriados.

La privación de la libertad fue el destierro y las penas de la honra el corte del cabello
fue una de sus formas entres los Incas, las amonestaciones públicas a los nobles. La
destitución fue el castigo de los funcionarios incompetente. Cuando se mandaba la
destrucción del cadáver (cuando era quemado, cortado o dado de comer a las fieras); o
con la destrucción sus bienes, ya no era la persona sino la memoria del delincuente la que
resultaba deshonrada.

Las penas pecuniarias por lo general no se aplicaban pues solo se hacía efectivo con la
nobleza que podían tener naturalmente bienes que confiscar, pero como el pueblo
tenía una economía colectiva se aplicaba en forma de aumento de los impuestos.

La protección a la vida humana llevo al castigo del aborto no por razones morales sino en
nombre de la necesidad de aumentar la población.

La Jurisdicción si se trataba de delitos muy graves su juzgamiento no fue hecho por los
curacas sino por funcionarios imperiales o por los más elevadores señores regionales. Se
creó la responsabilidad de los curacas por las infracciones de sus subordinados.

Faltaron las ideas de “apelación”, “revisión” o “nueva instrucción” del proceso, salvo los
casos de intervención del Inca. El juzgamiento debió ser público y con pruebas
testimoniales. No hubo abogados. Para aplicar las penas de muerte y las corporales se
asignaron indios que Human Poma llama VERDUGOS, que eran los ejecutores de la pena
capital llevaban insignias especiales
Alcalde de corte y juez llamados Apo Uatac.- Que llevaban como señal el Mascapaycha,
que era la insignia real del inca. Para estos cargos se elegía hombres leales, justos y su
función era apresar a los señores nobles, llevaban instrucciones de cómo debían prender y
atrae al preso para que sea castigado y sirva de ejemplo, era sentenciado por decisión del
Inca, su consejo Real y sus pontífices.

Alguacil Mayor llamado Chacnay Camayoc. - encargados de prender a los acusados llevaba
como señal la Chuspa, bolsa de coca y la ojotas, sandalias del Inca, así como las
instrucciones y mandato del Inca aprobado por el Consejo Real y por los pontífices, que le
daba completa autoridad para apresar, hacer justicia y ser respetado como juez en todo
el reino,

Los Tocricos.- que tienen a cargo un pueblo o una provincia y el Michoc era el juez, estos
eran encargados de inspeccionar y pedir cuenta de las funciones desempañadas por las
autoridades subalternas.

LUGARES DE CASTIGO

Existían dos lugares principales de castigo y son

I. PRIMER LUGAR DE CASTIGO: como principal lugar de castigo tenemos las ZANCAY,
prisión o cárcel de los Incas para tener prisionero al delincuente donde se castigaba a
los TRAIDORES y a los que cometían GRANDES DELITOS. Estaba construido debajo del
suelo hecho en forma de bóvedas muy obscuras donde crían serpientes, leones, tigres,
osos, zorros, perro, lagartos, sapos, águilas, lechuzas, buitres, gatos monteses. Se
castigaban también aquí: Auca: traidor; Suua: ladrón, Uachoc: fornicario; Hanpioc:
curando o hechicero; Incacipcicac: el que insultaba al Inca; Apuscachac, soberbio. A los
autores de estos delitos se les llamaba ATÚN HUCHAYOC.
Si algunos de estos delincuentes no eran devorados por milagro, se les dejaba en la cárcel
dos días más y si seguían vivos el Inca los mandaba sacar y los declaraba fuera de toda
culpa, siendo perdonados y reivindicados en sus honras.

II. SEGUNDO LUGAR DE CASTIGO: Las penas impuestas en las cárceles de segunda
clase, donde se castigaba a los principales y demás indios, si era necesario, al prisionero
se le sometía al tormento que ellos llamaban CHANCNAY THOCLLAUAN CHIPANAY
UILLACONANPAC, que quiere decir atar de manos y pies con un lazo y torcerle para
que confiese, en seguida imponer la pena correspondiente.
A los presos se les proporcionaba su ración de comida y los servicios necesarios, pero no
se les permitía hablar con nadie.

En estas cárceles de segundo orden de prelación llamadas PINAS, contaban especialmente


con un aposento, para recluir a los príncipes AUQUICONAS, a los grandes señores, allí se
les proporcionaba alimento y tenían comodidades y servicios especiales, estos si podían
recibir visitas.

CASTIGOS

Siguiendo la lista de delitos y castigos tenemos según Human Poma de Ayala:

EL TERCER CASTIGO. Se castigaba severamente a las adulteras: si este delito era


cometido con el consentimiento de los dos, la sentencia consistía en dar muerte ambos
a pedradas en sitio que los llamaban Uinpillay lugar de ejecución. Si forzaba el hombre
a la mujer se sentenciaba al hombre a morir y la mujer recibía doscientos azotes con
una soga de las que se utilizaba para hacer trampas, después era desterrada y
encerrada en el depósito de las monjas ACLLACONAS, para que sirviera toda su vida en
dicho lugar, quedando separada del marido para siempre y afrentada con el sobre
nombre de UACHOC “PECADORA”
Si el adulterio era provocado por la mujer, esta era condenada a muerte y el hombre a los
azotes, siendo desterrado después a las montañas habitadas por chunchos, con orden de
no aparecer más en el lugar. Si fue con el consentimiento de ambos, morían juntos y no se
les enterraba a fin de que fueran devorados por los buitres, los zorros.

EL CUARTO CASTIGO: Para las doncellas y donceles existían castigos impuesto a fin de que
guardasen muy bien su honra en este reino como prueba de orden, justicia y buen gobierno,
si el hombre forzaba la voluntad de la mujer o la mujer la del hombre solo era condenado
a muerte el forzador y el que se dejaba forzar era azotado con cincuenta azotes.

EL QUINTO CASTIGO: A los que utilizaban bebidas y ponzoñas que producían muerte o
hacían daño a los hombres, a estos los arrastraban y les daban muerte en el campo de
sangre llamado YAUARPANPAPI con todos los de sus Ayllu, escapando solos los niños de
teta. Los que ejecutaban a los hechiceros y adúlteros fueron los MAYO INGA, era el
TOCRICO quien daba cuenta de la sentencia y de su cumplimiento, así como de todo lo que
pasaba dentro de su jurisdicción.

CASTIGOS DEL INCA: A los privilegiados de estos mandones a partir de la jerarquía de la


Piscapachaca jefe de quinientos, eran condenados a recibir la penada llamada HIUAYA
RUMI, piedra pesada que consistía en soltar de una altura aproximada de dos varas que se
dejaba caer en la espalda de sentenciado. A los borrachos HAPLLA, pendenciero
MACHASCA, ladrón SUA , traidor AUCA O ISCAY SONGO, eran condenados a muerte una vez
que se comprobaba su culpabilidad.

A los mentirosos se les castigaba dándoles 20 azotes, a los perezosos y sucios eran
castigados con 100 azotes después se les obligaba a que se lavasen el cuerpo y toda esa
agua sucia empleada en la limpieza les daban de beber al mismo culpable. A los jugadores
se les castigaba haciéndolos azotar en los brazos. A los desobedientes, malcriados, eran
castigados pellizcándoles las orejas RINRITA TIPCI.

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