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LA COMPRENSIÓN ESPIRITUAL DEL SALMO 119

El Salmo 119 fue escrito por David. Tiene 176 versículos. Están las veintidós letras del alfabeto hebreo. Es un salmo poético que pasa
por todo el alfabeto hebreo en unidades de ocho versículos cada una. Veintidós veces ocho, hacen 176.

El alfabeto hebreo empieza por la letra, Alef, y termina con la letra, Tav. En Revelación 22:13, Jesús dijo estas palabras según está
escrito:
“Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”
El Alfa y Omega son la primera y última letras del alfabeto griego. La manera en que esto se diría en hebreo es “Yo soy Alef y Tav.”
En Génesis 1:1 está escrito: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Si examina este versículo en hebreo, encontrará que la
cuarta palabra hebrea es, Alef, Tav.”
Por lo tanto, en hebreo, Génesis 1:1 dice, “En el principio (Be-reshit), Dios (Elohim) creó (bará), (Alef, Tav)…” De aquí podemos
comprender que Jesús es ciertamente el Alef y el Tav, el principio y el fin.
En cada versículo del Salmo 119, David alaba a Dios por Su Torá. Como Jesús es el Alef y Tav, el principio y el fin, entonces todo
el Salmo 119 está escrito acerca de Jesús. ¡¡De esto podemos comprender que Jesús es la Torá viviente!!

Hay tres cosas principales que resaltan en el Salmo 119. Son las siguientes:

1. La lengua hebrea

2. La Torá de Dios

3. El número ocho

En el Salmo 119, se resalta la lengua hebrea, porque pasa por todo el alfabeto, letra por letra. Se resalta la Torá de Dios porque en cada
versículo del Salmo 119, David alaba a Dios por Su Torá. Se resalta el número ocho porque el Salmo 119 pasa por todo el alfabeto
hebreo en unidades de ocho versículos.

EL SALMO 119: LA LENGUA HEBREA


Cada versículo del Salmo 119:1-8, empieza por la primera letra de la lengua hebrea, la Alef. Cada versículo en el Salmo 119:9-16,
empieza por la segunda letra de la lengua hebrea, la Bet. Cada versículo en el Salmo 119:17-24, empieza por la tercera letra del
alfabeto hebreo, laGuímel. Este modelo se repite por todo el alfabeto hebreo hasta el final del Salmo. Por lo tanto, el Salmo 119 resalta
la lengua hebrea, la Torá y el número ocho.

El Hebreo se lee de derecha a izquierda la letra Alef aparece ocho veces. Cada serie de ocho versículos tiene el titulo de una letra de
alefato hebreo.
El encabezado de los siguiente ocho versículos es Bet sigue la misma pauta, así aparece en 22 porciones, las 22 letras del Alefato
Hebreo y multiplicado por ocho nos daría un total de 176 versículos que tiene el Salmo 119.

¿QUE ES TORA?.
En su más limitado sentido Torá se refiere a los cinco libros de Moisés: Génesis, Exodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. También puede ser utilizada para referirse a la Biblia entera (los cinco libros, los profetas y los
hagiógrafos, también conocidos como “Tanaj”).
Y en un sentido más amplio, puede aludir al cuerpo total de las enseñanzas y leyes judías.
A su vez, en hebreo, Torá significa ley, doctrina y también, instrucción y enseñanza. En su acepción más profunda, Torá
es la raíz y núcleo espiritual y ,el mundo, su expresión física. Es el anteproyecto, el material genético del mundo. La
causa de la realidad.
LA IMPORTANCIA BÍBLICA DEL NÚMERO OCHO ¿Por qué se resalta el número ocho en el Salmo 119? Siete es el número
de Dios para la perfección y plenitud. Los siete días de la creación representan 7000 años de tiempo. En el Salmo 90:4 está escrito:
“Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.”

En 2ª Pedro 3:8 está escrito:

“Mas, oh amados (un término para la Novia de Dios), no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años
como un día.”

Por lo tanto, los siete días de la creación son un cuadro espiritual de siete mil años de tiempo. El séptimo día de la creación, el Shabat,
es un cuadro espiritual de la Edad Mesiánica del Milenio.

En Levítico 23, Dios dio a su pueblo siete fiestas. Son la Pascua, los Panes sin Levadura, los primeros Frutos, Pentecostés, las
Trompetas, la Expiación y los Tabernáculos. Una vez más, el siete es el número bíblico para la perfección y la plenitud. Estas siete
fiestas son importantes porque revelan el plan profético de Dios. Las cuatro primeras fiestas nos revelan sobre la primera venida de
Jesús. Las tres últimas lo hacen sobre la segunda venida de Jesús. Todas estas fiestas nos enseñan sobre nuestra relación personal con
Dios. Para más información sobre las fiestas bíblicas, lea mi libro, “Las Siete Fiestas del Mesías.” Se puede comprar escribiendo
a Hebraic Heritage Ministries International (Ministerios de la Herencia Hebrea Internacional).

La séptima fiesta es la de los Tabernáculos. La fiesta de los Tabernáculos debe celebrarse durante siete días. En Levítico 23:33-34 está
escrito:

“Y habló el Señor a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne
de los tabernáculos al Señor por siete días.”
La Fiesta de los Tabernáculos no es sólo la séptima fiesta sino que tiene lugar en el séptimo mes, y debe celebrarse por siete días. En
esto, Dios está resaltando la Fiesta de los Tabernáculos y el número siete. La Fiesta de los Tabernáculos es profética de los 1000 años
de la Edad Mesiánica. Al final de los 1000 años de la Edad Mesiánica termina el cuadro profético de los siete días de la creación y el
día séptimo de las siete fiestas. Por lo tanto, a la conclusión de los 1000 años de la Edad Mesiánica, el plan profético de Dios para la
raza humana se completará y se entrará en la eternidad.

Dios dio una pista profética de la eternidad cuando él dio instrucciones referente a la celebración de la fiesta de los Tabernáculos.
En Levítico 23:33-34, 36 está escrito:

“Y habló el Señor a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne
de los tabernáculos al Señor …Siete días ofreceréis ofrenda encendida al Señor; el octavo día tendréis santa convocación, y
ofreceréis ofrenda encendida al Señor; es fiesta solemne…”
La Fiesta de los Tabernáculos es una fiesta de siete días para Dios. Se celebra según el Calendario Judío del 15-21 de Tishrí. El octavo
día, el 22 de Tishrí, es conocido en hebreo como “Sheminí Atséret” que significa, “La octava conclusión.” El día siguiente
de “Sheminí Atséret”es el 23 de Tishrí, que es conocido en hebreo como “Simjat Torá” que significa, “El regocijo de la Torá.”
Por lo tanto, después de la conclusión del tiempo, según está representado por la Fiesta de los Tabernáculos, que es la séptima fiesta,
en el séptimo mes, y celebrada por siete días, y es un cuadro espiritual de los 1000 años de la Edad Mesiánica, tenemos “Sheminí
Atséret y Simjat Torá,” que representa la eternidad.
Sheminí Atséret y Simjat Torá se celebran conjuntamente y está vista por el pueblo judío como un solo día que se extiende sobre dos
días físicos del calendario. Por lo tanto, el octavo día que Dios adjuntó a los siete días de la fiesta de los Tabernáculos fue hecho por
Dios para representar el tiempo que sigue a la conclusión de la fiesta de los Tabernáculos o eternidad. Porque Sheminí Atséret (la
octava conclusión) está asociada a Simjat Torá (el regocijo de la Torá) y esto representa la eternidad, podemos comprender que
durante la eternidad, todos los creyentes estarán en el cielo regocijándose en la Torá de Dios. Por lo tanto, el número ocho representa
los nuevos cielos y la nueva tierra ( Revelación 21:1-3 ) y la eternidad.
La eternidad se resalta en las fiestas bíblicas de Dios por el día octavo que sigue a los siete días a la Fiesta de los
Tabernáculos, Sheminí Atséret y Simjat Torá. Simjat Torá es conocida en hebreo como el “Regocijo de la Torá.”

Por lo tanto, el número ocho en el Salmo 119 resalta la eternidad. La eternidad es vislumbrada por todos los creyentes que estarán en
el cielo y se regocijarán en la Torá de Dios, así como David se regocijó y alabó la Torá de Dios en cada versículo del Salmo 119.

RESUMEN

En el Salmo 119, Dios resalta la lengua hebrea, la Torá y el número ocho. El hebreo es la lengua dada por Dios a Su pueblo. El
número ocho en la Biblia representa nuevos comienzos, así como la eternidad. En el Salmo 119, la Torá se resalta junto con el número
ocho, porque Dios quería comunicarnos un mensaje espiritual a Su pueblo a través del Espíritu Santo, que la Torá de Dios es eterna.
La Torá de Dios será guardada por Su pueblo por toda la eternidad cuando Dios cree los nuevos cielos y la nueva tierra. David, fue un
hombre conforme al corazón de Dios, porque David amó la Torá de Dios. La llave de David es la Torá. La llave de David está escrita
en el corazón de la Novia de Dios.

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