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Análisis de la reforma constitucional en materia penal.

Introducción.
Desde la creación misma del hombre ha existido la necesidad de regular su
conducta en la sociedad, en consecuencia, fueron creadas reglas de convivencia,
así como las sanciones aplicadas a quienes las infringieran. Con el paso del tiempo,
estas reglas y sanciones fueron adaptándose a las necesidades de nuestra
sociedad cambiante. Se estableció un sistema mediante el cual las reglas y las
sanciones fueran aplicadas de forma proporcional, procurando en todo momento
una administración de justicia equitativa. En México, la regulación de estas
conductas y la correcta administración de justicia encuentran su fundamento en el
en el marco jurídico penal, mismo que se encuentra integrado por un código penal
(contiene las conductas tipificadas como delito); y un código de procedimientos
penales (establece todo lo referente a las sanciones aplicables). Asimismo, cuenta
con un Sistema Procesal penal, que es la herramienta jurídica que permite a los
individuos el acceso a la justicia cuando sus derechos se ven timados, violentados,
transgredidos. La sociedad al ser dinámica y cambiante, requiere que estos
ordenamientos jurídicos se actualicen para garantizar en todo momento sus
derechos humanos, así como el respeto de sus garantías individuales. Ya que todo
gobernado tiene el derecho a la justicia pronta y expedita. Es por eso que el proceso
penal inquisitorio dejó de ser eficiente y se volvió anacrónico, caduco y las
instituciones que impartían justicia, perdieron la credibilidad de los gobernados. Con
el fin de subsanar esta deficiencia en el proceso penal, se optó por una reforma que
cambiaría el fondo del procedimiento penal, la cual fue publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008. En dicha reforma se contemplan nuevas
terminologías, figuras procesales, medios de garantía, la inclusión de nuevos
principios rectores y la unificación del código de procedimientos penales a nivel
nacional, es decir, todos los estados de la república se regirán por él. Así como en
nuestra carta magna, el código nacional de procedimientos penales, también
contempla una nueva estructura en cuanto al desarrollo del procedimiento, el
respeto y aplicación de los nuevos derechos y garantías de justicia para la victima
sin dejar de lado al procesado ya que también se establecen nuevas modalidades
en cuanto a su debido proceso. Para un mejor análisis y comprensión del tema, esta
investigación se enfoca en tres rubros: Sistemas tradicionales, la Reforma
constitucional y la infraestructura.

I. Sistemas tradicionales en perspectiva con el nuevo sistema acusatorio.

Para lograr un contraste entre los sistemas tradicionales y el nuevo sistema generado por
la reforma de 2008, es necesario explicar brevemente los tipos y las diferencias de los
sistemas procesales de impartición de justicia, los cuales son tres: acusatorio, inquisitivo o
inquisitorio y mixto. En este sentido el autor (Barragán, 2004:30) nos explica que es muy
difícil diferenciar estos sistemas en alguna época determinada puesto que no existe un
sistema puro, es decir, que sea solo acusatorio o inquisitivo. Ya que siempre se ha tenido
una mezcla de ambos regímenes procesales. Aunque en un contrasentido otro autor difiere
dicha postura, pues hace referencia a que en Roma en la época de la Monarquía y la
Republica, se regían por el sistema acusatorio y en el imperio predominó el régimen
inquisitivo. Por otro lado, tenemos que las características del sistema Inquisitivo afectaban
la impartición de justicia de forma adecuada debido a que encontraba su basamento en el
formalismo, la burocracia, al ser escrito no daba oportunidad de plantear los hechos de una
forma más entendible, pues si bien es cierto, que la defensoría del ciudadano estaba bien
preparada, también lo es que la falta de una buena redacción podía causar graves
problemas asimismo podemos mencionar que este sistema se encontraba centrado en el
trámite y no en dar una solución real al conflicto. Algunos de los déficits de este sistema,
era que la privación de la libertad quedaba al libre albedrío de la autoridad, solo se aceptaba
la verdad material; eran utilizadas técnicas de tortura para obtener declaraciones o
confesiones. Y una de las más importantes, la falta de confianza por parte de los ciudadanos
en la impartición de justicia, al no haber transparencia, y ser información tratada a puerta
cerrada. Como el proceso se seguía de esta manera el inculpado no se enteraba de nada,
la defensa era casi nula y cuando se llevaba a cabo como excepción, lo realizaba el propio
juez, en cuyo caso, para resolver la suerte del acusado, se fundamentaba en todo lo que él
consideraba un medio de prueba adecuado. Un aspecto importante de esta reforma son los
principios bajo los cuales se rige, en perspectiva con los principios instaurados por la
reforma, podría establecerse que no brindan la misma trasparencia y seguridad jurídica.
Algunos de los principios que regían este sistema son el de legalidad, regulado en el artículo
14 constitucional que establece que no se puede imponer sanción por analogía; el de
tipicidad, que deviene del de legalidad, que establece que, si en el código penal no se
encuentra la conducta debidamente descrita y acreditada, no puede imponerse una
sanción, este principio opera rigurosamente en complemento con el anterior; no
retroactividad; este principio prohíbe aplicar la retroactividad en los casos en que el
individuo se vea afectado, solo podrá usarse el efecto retroactivo en las situaciones que le
beneficien. Dentro de este principio cabe destacar que no se podrán aplicar con retroacción
las normas que aparecen después de haber cometido los hechos delictivos, sino que
deberá abstenerse a lo dictado por las disposiciones jurídicas vigentes en el momento de
la comisión del delito. También operaba el principio del bien jurídico, el cual hace mención
a que necesariamente debe verse violentado un bien jurídico fundamental para recurrir al
sistema de justicia penal. El principio de culpabilidad y presunción de inocencia, establece
que toda persona tiene derecho a que se le considere inocente en cuanto no haya sido
comprobada su culpabilidad. Este principio rector del sistema inquisitivo, se encuentra
plasmado en diversos organismos internacionales protectores de los derechos humanos.
En la declaración de derechos humanos, el pacto internacional de derechos civiles y
políticos. (Sandoval, se desconoce: 459). Este sistema de impartición de justicia, generaba
la desconfianza y la falta de certeza jurídica debido a los distintos elementos que se
presentaban para que la corrupción emergiera y se realizara un proceso indebido. El delito
cometido se tomaba como afectación directa a la sociedad dejando en paralelo, el daño
causado a la propia víctima u ofendido. Asimismo, la falta de imparcialidad de los jueces
creaba la incertidumbre en los imputados debido a que en el recaían diversas facultades
que le impedían resolver de manera justa los conflictos que le eran presentados. A
consecuencia, se comenzó a pensar en un cambio que trasformara al sistema procesal
penal para la impartición de justicia, de secreto a público, delegando facultades en Distintas
autoridades para garantizar los derechos tanto de la víctima como del imputado, con jueces
imparciales, reformas constitucionales, así como del código de procedimientos penales, así
mismo la unificación de los códigos en la materia, para que se basen en los mismos
preceptos legales a nivel nacional. Las principales características de este sistema pueden
resumirse en lo siguiente: la plena publicidad en todo el procedimiento, mismo que debe
ser respetado en ya que se trata de un principio fundamental; la privación de la libertad del
imputado es definida hasta que se imite la sentencia definitiva, salvo en los casos previstos
por la ley. Así mismo, en opinión de diversos autores obtenemos otras características tales
como: instrucción pública y oral, el acusador es distinto al juez, libertad de defensa, posible
representación del acusador por parte de cualquier persona y el acusador no está
representado por un órgano oficial. El sistema acusatorio en contraste con el sistema
antiguo tiene nuevas características en el que se vislumbra un gran cambio en el proceso
penal. Al ser publica y oral, la sociedad tendrá mayor certeza jurídica de las resoluciones
dictadas ya sea a favor o en contra de la víctima. A continuación, en la siguiente sección se
analiza la reforma que sufrió la constitución para incluir este nuevo sistema.

II. Reforma constitucional

En México, el sistema penal para impartir justicia, sufrió el cambio a través de la reforma
promovida por el Presidente de México Felipe Calderón (sexenio de 2006 a 2012), misma
que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008. En ella se
establece que dicha reforma entrara en vigor al día siguiente de su publicación exceptuando
lo indicado en los artículos transitorios del segundo al décimo primero. El Poder Legislativo
estableció que, para junio de 2016, este nuevo sistema entraría en vigor sin excepción para
toda la república. Permitiendo el tránsito del proceso penal inquisitivo al proceso acusatorio
y oral. Fue en ese año que la constitución adopto un nuevo y mejorado sistema de
impartición de justicia en el ámbito penal. La implementación de esta reforma constituyo
todo un reto primeramente por el cambio tan radical entre un sistema y otro, y en segundo
lugar por la operalización de la infraestructura, tema que será abordado en la siguiente
sección. Las modificaciones hechas a los artículos 16, párrafo segundo y decimotercero;
17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19, 20 y 21, párrafo séptimo, de la constitución. Para
una mejor comprensión analizaremos cada artículo reformado con el propósito de entender
y conocer el nuevo sistema acusatorio desde la perspectiva constitucional. Artículo 16.
Integra una nueva figura procesal, los Jueces de Control. El mencionado artículo, describe
que los poderes judiciales deberán contar con jueces de control, quienes serán los que
darán respuesta a las solicitudes del ministerio público sobre los actos procesales para
salvaguardar y garantizar los derechos de los indiciados, de las víctimas y ofendidos. En su
artículo 17, comprende el fundamento constitucional de los medios alternativos de solución
de controversias. En el establece que las Sentencias que pongan fin a los procedimientos
orales deberán ser explicadas en audiencia pública. Además de modificación, esta reforma
también se convierte en integradora al crear el párrafo cuarto, mismo que hace mención a
que las leyes deberán prever “mecanismos alternativos de solución de controversias en
materia penal”. En su último párrafo establece la obligación de la Poder Judicial en ámbito
competencial, a garantizar la existencia de un servicio de defensoría para la población. En
su artículo 19, hace un cambio de terminología, auto de formal prisión por el de vinculación
a proceso. Establece en qué casos el Ministerio Público podrá solicitar al Juez la medida
cautelar de prisión preventiva cuando otras medidas cautelares no sean suficiente para
garantizar el desarrollo de la audiencia, comparecencia del imputado y la protección del
sujeto pasivo. Por otro lado, el artículo 20 es el fundamento constitucional del Proceso Penal
Acusatorio. En él se establece un sistema de justicia oral y acusatorio. En el apartado A se
contemplan los principios generales por los cuales se rige. En el apartado B se contemplan
los derechos de toda persona imputada, y en el C, Los derechos de la víctima y del ofendido.
En cuanto al artículo 21, contiene lo relativo a la facultad investigadora de los delitos, misma
que corresponde al Ministerio Público y a las Policías. Se reformó describiendo que
corresponde al ministerio público la investigación de los delitos y a las policías que actuaran
bajo la conducción de este. También menciona en su párrafo segundo, lo relativo a la acción
penal, la cual corresponde al ministerio público, pero además también a los particulares.
Como principios rectores fundamentales son cinco los que rigen el debido proceso. La
oralidad, la publicidad, la inmediatez, contradicción

III. Infraestructura.
Como hemos podido analizar en los rubros anteriores, la reforma constitucional al
sistema de justicia penal contempla instrumentos, personal e instituciones para
llevar a cabo el funcionamiento exitoso de esta reforma. Sin embargo, en México, a
pesar de tener el marco legal y disposiciones alternas que coadyuvan a la
impartición de justicia, aún quedan a la deriva la cuestión de infraestructura. En
nuestro país, no se cuentan con los laboratorios, instituciones y demás material, lo
cual tendrá una repercusión importante a la hora de llevar a cabo el debido proceso.
A continuación analizaremos el presupuesto que fue designado para la
implementación de esta reforma.

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