Sunteți pe pagina 1din 157

m ne

. 4

6
60
AÑO YII i
o
TOMO LXXIX

Cultivo de las Abejas

- SEVILL/l.-ESCVIELflS
Octabre
PROFESIONALES DE *
- í 909 - ARTES Y OFICIOS
biblioteca Agraria Solariana
PREMIADA CON MEDALLA DE ORO

Publicación mensual dedicada exclusivamente á difundir las


teorías agrícolas modernas, basadas en el sistema Solari.

D i r e c c i ó n y A d m i n i s t r a c i ó n : Apartado 37, Sevilla.

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN

EN ESPAÑA
En rústica . 10 ptas.
Año corriente
Encuadernada 25 »

En rústica . 15 ptas.
Años anteriores.
Encuadernada 30 •»

EN EL E X T R A N J E R O Y ULTRAMAR
( En rústica . . 15 ptas.
Año corriente
Encuadernada . 30

En rústica . 20 ptas.
Años anteriores.
Encuadernada B5

A d v e r t e n c i a s m u y i m p o r t a n t e s . — 1 . El pago podrá efec-


a

tuarse en libranza del Giro mutuo, letra de fácil cobro sobre esta
plaza ó sellos de correos; en este último caso hay que certificar
la carta. N o se a d m i t e n libranzas de la prensa. No se servirá
ningún pedido que no venga acompañado de su importe, á no ser
que se trate de señores que tengan cuenta corriente con esta
Administración ó tengamos de ellos buenas referencias.
2. La Administración no responde de los tomos que se extra-
a

víen al enviarlos por correo, si no van certificados: el suscriptor


que desee se le envíen en esta forma, debe a u m e n t a r al p r e c i o
de s u s c r i p c i ó n TRjGS p e s e t a s .
3 . lias consultas y cartas reducidas á meras preguntas, deberán
a

venir acompañadas de un sello de 25 céntimos para su contestación


ó dos de 15.
4. No se admiten suscripciones por menos de un año: las anua-
a

lidades empiezan en A b r i l y terminan en Marzo del siguiente


año.
5. Se venden además los tomos por separado.
a
APICULTURA MOVILISTA
APICULTURA
O CULTIVO DE LAS ABEJAS
MEDIANTE U N RACIONAL SISTEMA

pOP

PEDRO VILLUENDAS HERRERO

MAESTRO DE INSTRUCCIÓN PRIMARLA;


PROFESOR DE LA ENSEÑANZA ESPECIAL DE APICULTURA
EN LA GRANJA EXPERIMENTAL
Y ESCUELA PROVINCIAL DE AGRICULTURA
DE BARCELONA

Obra ilustrada con grabados.

SEVILLA

BIBLIOTECA AGRARIA SOLARIANA. ARREBOLERA, 1 8

1909
JEs p r o p i e d a d .

ESCUELAS PROFESIONALES DE ARTES Y OFICIOS.—SEVILLA.


INTRODUCCIÓN

Una colmena en actividad es emblema de


la más perfecta organización de un estado,
como lo es también símbolo de orden, acti-
vidad, diligencia, laboriosidad, economía y
previsión.

La Apicultura, que es el cultivo de las abejas,


bajo el concepto de su manejo, conveniente con-
ducción ó cuidado para sacar el mayor producto
posible de las colmenas, que sirven de habitación
á tan útiles insectos, ha sido en todos los tiempos,
desde la más remota antigüedad, objeto de aten-
ción del hombre, así del que solamente se ha pro-
puesto obtener los excelentes productos que ofrece,
cuales son la miel y la cera, como el que, dotado
de un espíritu observador de la Naturaleza, ha
querido investigar en esta parte el maravilloso
instinto de la abeja, de la cual hay no poco que
aprender en lo referente á la economía, laboriosi-
dad, orden, gobierno y previsión.
Muy poco se había adelantado en la práctica
6 INTRODUCCIÓN

y casi nada se había esevito, hasta una época rela-


tivamente reciente en que, debido á un moderno y
muy racional sistema de Apicultura que favorece
el incesante ó intenso trabajo de. las abejas, mejo-
ra su habitación en cuanto á las condiciones de al-
bergue, de capacidad para almacenar sus provisio-
nes y reducir su obligada tendencia por falta de
espacio á formar nuevas colonias, muchas veces en
detrimento de la misma especie y en perjuicio de la
producción, la mayor domesticidad, lo cual implica
una grandísima ventaja para atenuar la prevención
que generalmente se tiene hacia ellas, la sencillez
con que se manipulan éstas y las colmenas; y, por
último, lo mucho que facilita la experimentación
de la vida.) instintos y costumbres de las citadas
abejas, se inició un rápido progreso, difundido ya
en aquellas naciones que en todos los ramos del
saber están también en éste á mucha mayor al-
tura que la nuestra.
Ponderar la importancia que esta industria
agrícola tiene, máxime en España donde el terreno
y clima no pueden ser m á s , á propósito, hasta el
punto de figurar en este concepto nuestra Nación
en segundo ó tercer lugar, fuera tarea poco menos
que inútil por lo repetida. Contando, pues, con
tan' favorables elementos para la producción de la
IWTBODtrCCION 7

miel, primera materia, exclusiva, é irreemplazable


para determinadas industrias, supletoria ya para
muchas personas ilustradas, en sentido industrial
y fabril, del azúcar, falta tan sólo para dar á la
Apicultura el impulso necesario para un gran des-
arrollo, conocer los métodos más perfeccionados
para su cultivo bien entendido; es decir* que el sis-
tema . movilista adquiere carta de naturaleza en
nuestro país; á cuyo fin es necesario, en principio,
el concurso de personas ilustradas para que, al
par que ellas mismas aprovechen los beneficios,
con sus iniciativas se propague y se difunda. Sobre
terreno tan abonado como el nuestro para este
objeto, nunca será aventurado sembráis y aun de-
cimos esto en sentido figurado, pues se trata de
una industria agrícola para la cual no se ha de
contar con semilla, ni capital de importancia em-
pleado.
No obstante, para su acertada explotación,
deberán siempre tenerse en cuenta estos princi-
pios fundamentales:
1.° Elección de punto donde se proyecte ins-
talar un colmenar, teniendo muy presentes los
recursos que ofrezca el terreno en cuanto á la
abundancia ó escasez de flores melíferas.
2.° Forma y tipos de colmenas que h a y a n de
8 INTRODUCCIÓN

alojar las abejas, prefiriendo siempre á las que


más se recomiendan por aconsejarlas los apiculto-
res más entendidos y . experimentados. Bajo este
concepto han de ser de gran capacidad, y su cons-
trucción exacta ó perfeccionada, según las inalte-
rables condiciones requeridas.
3.° No comenzar en ningún caso á ejercitarse
en Apicultura con más de dos ó tres colmenas, para
evitar en los primeros ensayos trascendentales de-
cepciones, y
4.° Procurar siempre tener las colmenas ó a b e -
jas sanas, y que las reinas ó madres sean muy
prolíficas.
De cada uno de estos principios capitales nos
ocuparemos oportunamente en los capítulos suce-
sivos.
Si con la publicación de esta modesta obra,
que tiene por principal objeto propagar en nuestra
querida patria el cultivo intensivo de las abejas,
logramos, en parte, el fin apetecido, se dará por
suficientemente satisfecho y recompensado

JEl A u t o r .
CAPITULO PRIMERO

Historia natural de l a s a b e j a s .

Todo el que quiera dedicarse al cultivo de las abejas, ya sea


con carácter industrial, ó bien como mero aficionado, para conse-
• guir cumplidamente el fin apetecido, necesita conocer á fondo sus
caracteres, instintos y costumbres, es decir, su biología especial..
La abeja, pues, es un insecto del orden de los himenópteros,
tribu de los melíferos apiarios, familia de las antófilas (amigas
de las flores) que vive en sociedad ó sea en grandes reuniones
de individuos de su especie, en estado salvaje 6 libre, habitando
en oquedades de rocas, edificios, troncos de árboles ú otros sitios
por el estilo, y en estado de domesticidad, ocupando viviendas que
se conocen con el nombre de colmenas, las cuales pueden ser
construidas de diversas materias ú objetos, formas y tamaños.
Es de notar que el grado de domesticidad aumenta á medida
que más atenciones y cuidados se las prodiga, lo cual debe
tenerse muy presente eu cuanto á lo 'muy temibles que se las
tiene por muchas personas por el aguijón que poseen, ya que
solamente hacen uso de él por natural defensa.
Hay diferentes variedades de abejas, y hasta otros insectos de
bastante parecido á ellas; pero éstos, por lo regular, no viven
asociados y no tienen dobles alas. La abeja de nuestro país se
distingue entre los colmeneros ó apicultores, como de la raza negra'
ó común; se halla extendida por casi toda la Europa y América
10 APICULTURA MOVILISTA

y es recomendable tanto por su fácil manejo como por su repro-


ducción y actividad en recolectar abundante cantidad de miel.
De las otras variedades nos ocuparemos en ocasión oportuna.
En una colonia (que así se llama también una colmena poblada
de abejas), en la estación de primavera, hay generalmente tres
clases distintas de individuos; unos, y éstos constituyen el mayor
número, treinta mil, cincuenta mil, y hasta más de ochenta mil,
según la capacidad de la colmena, se llaman abejas neutras ú obre-
ras (figura 1 . ) , pecoreadoras,
A
que también se las distingue con

Figura 1. a

Abeja obrera (neutra).

los nombres de ventiladoras, guardianas, nodrizas, etc., según


las ocupaciones á que se dedican en sus admirables labores den-
.tro y fuera de la colmena.
Los otros individuos se denominan machos ó zánganos (figu-
ra 2 . ) , que viven solamente en primavera y parte del verano,
a

en algunos casos, según l o s climas y estado mas ó menos pre-


coz de desarrollo de las colonias; no se ven más que algunos
cientos en cada colmena, carecen de aguijón para su defensa, no
recolectan miel ni visitan las flores, y su objeto es procurar
la fecundación de las abejas madres ó reinas y contribuir al
desarrollo y conservación' del calor necesario en el interior de la
colmena para incubar la cría ó pollo, á fin de contrarrestar las
bajas bruscas de temperatura producidas al exterior.
APICULTURA, MOVILISTA 11

Por fin, hay que distinguir la clase de abeja más interesante,


de la que depende la prosperidad, animación y vida de la colo-
nia, no pudiendo haber más que una en cada colmena, la cual

Figura 2. a

Abeja macho ó zángano.

se llama madre 6 reina (figura 3 . ) , y que si llega á desapare-


a

cer y las abejas neutras ú obreras no cuentan con elementos


en la misma colmena para criar otra, ó el apicultor no se las

Figura 3 . a

A b e j a inadre ó reina.

facilita, todo lo cual más adelante se dirá, la colonia por sí sola


no puede subsistir, y lo que antes era actividad y vida, se trueca
en los primeros momentos en agitación extraña, y después viene
el silencio, el decaimiento y la muerte.
12

La abeja madre es la única hembra que. tiene completos los


órganos sexuales ó de la reproducción, y, por lo tanto, es la que
solamente puede depositar huevéenlos fecundados en los alvéolos
ó celdillas, que las abejas neutras se encargan de desarrollar.
Está dotada de un aguijón algo curvo en \in extremo, y del
cual no se sirve en ningún otro caso sino cuando lucha con
alguna otra rival suya en la colmena, acto que es presenciado
como simples espectadoras por las demás abejas; pues, como ya
se ha dicho, son incompatibles dos ó más reinas ó madres eu
una misma colmena, y una solamente ha de quedar vencedora.
La reina no vive más que de cuatro á cinco años; al cuarto
año va perdiendo su fecundidad y ésta es asombrosa, hasta el
punto de llegar á poner huevecillos en las celdillas si hay dis-
ponible en la colmena suficiente panal para ello, dos mil qui-
nientos y aun tres mil cada día en la estación más favorable
de primavera. La mayor fecundidad de una reina (que ha de
procurarse siempre sea muy prolíñea) es el segundo año de su
existencia, y esto es de suma importancia conocer, pues toda la
prosperidad de una colonia depende de la abundante puesta de
la reina ó madre, de cuyo próspero estado depende también la
recolección de miel, con la circunstancia, además, que la canti-
dad recogida no está en razón directa del número .de abejas,
sino que duplicando éste resulta cerca de triple producto, según
se tiene observado.
Considerado anatómicamente la abeja obrera ó neutra, su cuerpo
se compone de tres partes: cabeza, en cuya parte central tiene
tres ojos oblongados divididos en varias facetas, dos antenas como
órganos del tacto y la trompa ó lengua que le sirve para libar
el néctar de las flores; hay que advertir que con su boca, aun-
que provista de mandíbulas, no le es posible perforar los frutos
que contienen substancia azucarada, contra lo que muchos agri-
cultores creen que les perjudica la recolección de ellos, especial-
APICULTURA MOVILISTA 13

mente las uvas; si se las ve en ellas cuando se verifica la ven-


dimia, e¡? por la escasez de flores en el campo en aquella época,
y porque otros insectos, como las avispas, han roto antes la piel
u hollejo de dichos frutos.
El tórax ó corselete, á los lados superiores del cual se encuen-
tran dos alas en cada parte, superpuestas una á otra; en la parte
inferior posee seis patas, teniendo las dos .posteriores en sus
extremidades una especie de escobilla ó paletas para recoger el
polen de las ñores, cuyo elemento necesitan para alimentar la
cría, formando una especie de papilla, compuesta de miel, agua
y polen: en la parte anterior y próxima á las citadas patas tra-
seras tienen á la manera de unos saquitos ó bolsas adonde alma-
cenan dicha substancia, extraída de las flores, para conducirla eu
forma de bolitas ó pelotillas á la colmena donde la van consu-
miendo al objeto indicado, ó la depositan en las celdillas para ve-
rificarlo á medida de sus necesidades. Viene por último el abdo-
men, provisto de unos anillos donde se encuentran los órganos
secretores de la cera, substancia que la producen las abejas or-
dinariamente en primavera, mediante una alimentación abundante
y á una temperatura no inferior á 18 ó 20 grados.
En el extremo del abdomen es donde las abejas tienen el
aguijón, del cual no se sirven, según se ha dicho, más que
cuando se consideran amenazadas de perturbar su tranquilidad ó
de serles arrebatadas sus provisiones, reunidas á costa de ince-
sante y dura labor: este aguijón, que viene á ser como raspa
de espiga de trigo, se introduce en los cuerpos blandos con
suma facilidad y cuya salida es difícil por la razón dicha; cir-
cunstancia por la cual al picar la abeja, si se detiene algo al
efectuarlo, no pudiendo retirar con facilidad la parte de aguijón
introducida, queda adherido el extremo del intestino en el que
tiene dicho aguijón su principio, y el insecto muere por necesi-
dad al poco tiempo.
14 APICULTURA MOVILISTA

El veneno que por él inyecta con su picadura está formado


por la combinación dé un álcali con el ácido fórmico producido
en dos vesículas distintas y que se reúnen ó combinan en el
acto al momento de picar. Para atenuar ó evitar el dolor é in-
flamación producida, se han indicado una porción de substancias
como -el éter, el amoníaco diluido en agua, el untar la parte
dañada con una gota de aceite y otras, ninguna que sepamos
del todo eficaz, aunque esta ultimada buen resultado.
Los malos efectos producidos por las picaduras de las abejas
disminuyen mucho cuando el apicultor en sus operaciones ha
pasado por varias de éstas; pues se verifica una especie de in-
oculación que acaba por ser casi inofensiva la agresión ó picada
de la abeja, lo cual ha sido comprobado por experiencia propia.
- ' Bueno será tener presente que cuando una persona sufra una
picada debe extraerse rápidamente el aguijón si queda engasta-
do en la piel, pues cuanto menos tiempo permauezca de tal
modo, menor cantidad de líquido se habrá inyectado y por con-
siguiente serán menos sensibles sus malos efectos.
;

Oportuno será consignar aquí la prevención de que ni ope-


rando ni estando cerca de las colmenas, ni cuando alguna abeja
rebolotee al rededor de un individuo, deben hacerse movimientos
agitados y bruscos; pues alarmándose entonces con seguridad las
abejas, es más de temer se muestren agresivas en mayor grado
con sus picadas.
Las precauciones tomadas por los apicultores inteligentes, los
movimientos suaves, la dulzura y cuidado con qué se las trate
en las manipulaciones; el uso de un buen ahumador, un velo
que resguarde ó proteja el rostro, el conocer según el estado del
tiempo y aún horas del día en que no es prudente operar en
las colmenas, son otras tantas circunstancias que haeen que las
abejas no sean tan temibles, ni mucho menos, para tratarlas,
como la generalidad de las gentes creen.
APICULTURA MOVILISTA 15

Nos liemos desviado un tanto de la descripción anatómica que


nos habíamos propuesto; pero expresamente lo hemos hecho por
tratarse ele la parte ocasional que por prevención retrae á muchas
personas del cultivo de las abejas, que para ellas serían mucho
más simpática, por sus bellas y admirables cualidades, si no
fuera por el aguijón.
La abeja macho ó zángano es de mayor tamaño y de color
más obscuro que la obrera: su cuerpo está revestido por un pe-
lillo ó vello más pronunciado que ésta, sus movimientos más pe-
sados, y diferente zumbido, carece de aguijón, como ya se dijo
en otro lugar, y solamente sale de la colmena para solazarse
en las mejores horas de los días espléndidos, volando por las
inmediaciones de la colmena, tal vez en busca de alguna reina
ó madre para fecundarla: hace un gran consiimo de miel.
La abeja madre ó maestra, llamada comúnmente reina, es la
íinica hembra perfecta en su desarrollo de procreación; es es-
belta y elegante en su talle: es algo más larga en conjunto y en
el abdomen que las neutras y zánganos, es tímida, y los anillos
del abdomen son de color amarillento bronceado: es la única ca-
paz de poner huevos fecundados; en dicho abdomen tiene dos
ovarios oblongos con más de 600 oviductos ó bolsas llenas de
huevos, conteniendo cada una, en la época de la gran puesta, de
10 á 17. Cuanto más prolíflea (y en esto precisamente se funda
su mejor calidad) más abultado tiene el expresado abdomen. Su
fecundación se verifica á los cinco días de nacer, y á veces por
circunstancias del mal tiempo ú otras causas, puede tardar hasta
treinta días ó más, aunque en tan largo período sucede pocas
veces (y punto es éste que importa mucho conocer), se verifica
de un modo por demás curioso y extraño: en un hermoso día, de
temperatura agradable, entre las once y las quince, por lo re-
gular, sale la joven reina de la colmena en busca de un zánga-
no ó macho que la fecunde; se eleva por ios aires orientándose
1'6 APICULTURA MOYILISTA

perfectamente antes para uo equivocarse de morada ó colmena al


regreso, aunque éstas sean muchas y de una misma forma y
color; en contacto con un solo zángano, tiene lugar en el espacio
la cópula, suficiente por sí sola para siempre, con la particu-
laridad que el macho ó zángano predilecto paga su elección y
placer con su existencia, pues deja adheridos sus órganos geni-
tales á los de la hembra que ha fecundado, los que se despren-
den al poco tiempo.
CAPITULO II

C r i a © p o l l o de l a s a b e j a s y p a n a l e s .

Corno naturalmente se comprende, la cria de las abejas en las


colmenas tiene por instintivo objeto la reproducción de la espe-
cie, siendo tan activa, especialmente á principios de la prima-
vera, que, como atrás queda indicado, una reina prolíflca, es
decir, muy fecunda ó ponedora, se lian dado casos comprobados
por una escrupulosa observación, de llegar á depositar hueveci-
llos en los panales, habiendo celdillas disponibles, tres mil ó
más cada día. No debe sorprender tan abundante puesta, al sa-
berse que las abejas, en el tiempo en que están en actividad, su
existencia es tan corta, que no viven más que seis ó siete se-
manas; y que una colmena de las que se requieren para cose-
char la mayor cantidad posible de miel, ha de contener muchos
millares de abejas, ochenta mil ó más.
Para el auxilio que el hombre, intentando obtener el miayor
producto de tan apreciados insectos, presta á las abejas, debe
saberse que en cada decímetro cuadrado de panal, apreciándolo
por ambas caras ó superficies, hay unas 850 celdillas de las
que cada veintiún días pueden salir igual número de abejas
jóvenes, y d'e aquí la importancia de que las colmenas cuenten
con una holgada capacidad y panales en abundancia. Con el sis-
tema m o v i l i s t a s e les puede suministrar el panal á las abejas
en la cantidad y forma que se quiera, ya sea completamente
APICULTURA MOVILISTA 2
18 APICULTURA HOYILISTA

construido, puesto que éste no se destruye al ser extraída la


miel, volviendo tan presto como se quiera vacío á las colmenas,
ó bien colocando en ellas cuadros con hojas ó láminas de' cera
con las celdillas iniciadas, con lo que se les facilita mucho tra-
bajo, materia y economía de tiempo en tan interesante obra
arquitectónica.
Importa ante todo saber el proceso que sigue el desarrollo de
la cría, los períodos de tiempo transcurridos mientras se veri-
fican cada uno de los cambios ó metamorfosis de dichos insec-
tos: éste asunto es de especial interés, cuyo perfecto conocimien-
to implica la prosperidad de un colmenar; como también otros
detalles que para tan decisivo objeto han de tenerse muy en
cuenta. En el presente capítulo los iremos desarrollando.
La cría de las abejas puede ser de obreras, de machos ó
zánganos y de abejas madres ó reinas. La clase no depende
precisamente del germen del nuevo ser, sino del tamaño del
alvéolo (figura 4. ) a
donde la reina lo deposita y aun de la
alimentación especial que se le suministre. Este alimento ya se
dijo en otra ocasión que se compone de una mezcla de miel,
polen y agua, resultando una especie de papilla que en la
alimentación de las reinas ó madres tiene una preparación más
fina y delicada.
Comienza la puesta de la reina en los climas templados,
como el de España, á últimos de Enero, aumentando progresi-
vamente hasta bien entrada la primavera en que después del
período de la enjambración va disminuyendo hasta cesar por
completo á fin de Octubre ó entrando Noviembre. Esta opera-
ción la verifica, partiendo del centro del núcleo que en forma
de esfera se agrupan las abejas para pasar el invierno en la
parte media de los panales, del siguiente modo: en el punto
medio del grupo de las abejas, no extendidas sobre los panales
centrales, sino unidas y compactas, en cuya disposición pasan
APICULTURA MOVTLISTA 19

la invernada (como ya se ha dicho) para darse y sostener el


calor que necesitan á fin de defenderse de los rigurosos fríos,
resistiendo de tal modo las más bajas temperaturas si tienen
alimentación suficiente, empieza á depositar un huevecillo tras
otro introduciendo su abdomen en la celdilla, y á favor de un
líquido algo biscoso en que está bañado, desciende al fondo de
la misma, y el cual es semejante á un hilo blanco poco grue-
so, del tamaño de un milímetro aproximadamente. Para depositar
cada uno, emplea la reina de doce á quince segundos, y á

Figura 4 . A

P a n a l c o n c e l d i l l a s d e r e i n a , de a b e j a s o b r e r a s
y de z á n g a n o s .

veces más, según hemos tenido ocasión de observar repetidas


veces. También hemos notado que la reina antes de alojar el
huevo en una celdilla, introduce en ella la cabeza para exa-
minarla si está ó no desocupada, valiéndose para ello del olfato;
pues siendo lo natural y regular, por condición de la especie,
poner y depositar sus huevos en la obscuridad, jamás se equi-
voca ni por omisión ni por repetición; y si alguna vez se notan
en los panales donde haya puesto dos ó más huevecillos en una
misma celdilla, éstos serán de abejas ponedoras, ó bien que la
reina, si la tiene la colmena, está enferma ó no ha sido fecun-
dada por falta de zánganos, ó por tener algún defecto que la
impida volar para remontarse en el aire, en cuyas condiciones
20 APICULTURA MOVILISTA

y no en otras se verifica semejante fecundación, según en otro


lugar hemos dicho.
Depositado el primer huevo en la forma y circunstancias ex-
puestas, procurando asegurar el calor necesario para la incuba-
ción, con un gran instinto ante las contingencias de los cambios
bruscos del tiempo y de las bajas temperaturas del exterior de
la colmena ó habitación, va recorriendo los alvéolos próximos en
forma de espiral, formando un núcleo de puesta, reducido en un
principio, pasando al otro lado del panal para hacer la misma
operación; pero coincidiendo por ambos lados dicha puesta y
aproximadamente en la misma extensión'..
Si las abejas presienten buen tiempo, alimentan con más es-
tímulo y en mayor abundancia á la reina, y entonces la puesta
es más rápida y copiosa, mientras que, por el contrario, si
estos previsores insectos se aperciben de una mala estación de
primavera ó de un retroceso de tiempo, la reina disminuye ó
reduce la puesta, y á veces la suspende.
Para mejor comprensión, he aquí un estado demostrativo de
la incubación de la cría de abejas.
De reÍDa De obrera De macho

1 Dura la incubación del huevo. 3 días 3 días 3 días


2 ídem la alimentación de las
larvas . 5 » 5 » 6 »
3 Filatura . del capullo por las
larvas . 1 » 2 » 3 »
4 Período de reposo. . . . . 2 » 3 » 4 »
5 Transformación de las larvas
en ninfas 1 » 1 » 1 »
6 Duración del estado de ninfa . 3 » 7 '» 7 »

TOTAL 15 » 21 » • . 24 »
APICULTURA MOYILISTA 21-

1 La apertura del huevo tiene


. lugar y el gusanillo aparece
el día . . . 4.° 4.° 4.°
2 La celdilla es operculada el
día . , . . .. . . . .
3 La abeja sale de la celdilla al
estado de insecto perfecto.. el
día . . . . . . . . . 16.° 25.°
4 La abeja sale de la colmena
para tomar el vuelo el día . 3.° • 14.° 14.°
Hay casos en que encontrándose una colonia sin reina por
algún accidente que sorprenda á las abejas, éstas se quedan
huérfanas, es decir, sin reina, y si no hay todavía huevecillos
en los panales, entonces intentan hacerse reinas las abejas de
aquella colmena (colonias orfelinas); mas.no llegan á obtener el
resultado apetecido, porque de aquellos huevos no resultan más
que machos ó zánganos, y aun éstos no bien desarrollados.
Se conoce si la cría está sana, cuando en la parte de los
alvéolos operculados presenta el panal un color amarillento obs-
curo en los panales nuevos, y más obscuro, si de unas mismas
celdillas han salido varias ó muchas veces abejas nuevas, es-
tando completamente tapadas sin pequeños orificios en el cen-
tro, y también si la puesta de la reina es regular,- y ésta es
prolífica, si la cría es compacta y uniforme.
Los arquitectónicos panales que las abejas construyen en el
interior de sus viviendas ó colmenas para desarrollar en ellos
sus crías y almacenar las provisiones de miel, están compues-
tos de una materia sumamente dúctil, blanda, blanca en un
principio, amarillenta después, muy combustible y aromática
llamada cera, que no es vegetal, aunque llegara á creerse por
mucho tiempo que las abejas la recogían de algunos vegetales,
sino que es una substancia segregada por los anillos del abdo-
22 APICULTURA MOYXLISTA

men de las obreras, producida en las glándulas-cereras que


poseen. Ya se dijo en otro lugar que este producto no lo daa
las abejas sino en circunstancias favorables de estación, abun-
dancia de ñores melíferas y una elevada temperatura, y aun
mediante estas condiciones, cuando tienen necesidad de ello,
como sucede al instalarse en nueva vivienda un enjambre, ó
cuando aumentando la población de una colmena, se presta
ésta á nuevas construcciones por razón de su capacidad.
Son éstas una verdadera maravilla de arquitectura, tanto más
de admirar cuanto que están hechas en la más completa obs-
curidad, como es sabido. ¿Quién no queda extasiado al contem-
plar la rectitud, paralelismo de tales construcciones ó panales,
la uniformidad y precisión matemática de los alvéolos de forma
prismática exagonal, la solidez de la obra al parecer tan frá-
gil, inserto el ángulo de una de las aristas de un prisma en
el centro de la base, en el tabique ó membrana de separación
del lado opuesto? Si bien es verdad que el hombre ha preten-
dido imitar esta primorosa obra de arte, cuyo instinto de cons-
trucción ha comunicado el Autor de la naturaleza á tan indus-
trioso animal, procurando elaborar un panal artificial para faci-
litar la preciada labor de tan útil insecto, es lo cierto que de
la comparación hecha, la exactitud y mayor perfección están
de parte de las abejas obreras y no del hombre, á pesar de
todo su ingenio é inteligencia.

Preciso será que aquí nos ocupemos del panal artificial, co-
nocido también con la denominación de cera estampada,. elemen-
to que representa \mo de los mayores adelantos en el sistema
de Apicultura movilista. Fué inventado en 1857 por un api-
cultor bávaro llamado Juan Mehring con la iniciación rudimen-
taria de las celdillas; se coloca en sentido vertical sobre unos
marcos movibles . y suspendidos dentro de las colmenas, cuyos
inarcos ó cuadros caracterizan dicho sistema; esta trascendental
APICULTURA MOYILISTA 23

innovación acaecía, como se ha dicho, á mediados del siglo


anterior, y tales láminas, fuéronse perfeccionando hasta que por
medio de prensas y cilindros se obtiene una perfecta estampa-
ción de las celdillas, de un gran relieve, circunstancia que da
la materia desde luego para la pronta fabricación de los panar
les y la pauta que deben seguir las abejas en la construcción
de las celdillas y dimensiones de éstas, lo cual es de gran
conveniencia, pues interesa que haya el menor número posible
de mayor tamaüo, de las que proceden los machos ó zánganos,
ya que éstos no producen miel, y en cambio hacen un gran
consumo de ella.
Las . abejas siempre construyen los panales en sentido verti-
cal, comenzando por la parte superior, en dirección de Norte
á Sur, cuando proceden libremente, y en condiciones adecuar
das, sin el auxilio del panal artificial. La distancia entre uno
y otro panal es, por lo regular, de unos siete á ocho milí-
metros, con algunos pasos de comunicación entre ellos en los
extremos y aún en otros puntos, según los casos.
Para dar mayor solidez y adherencia á dichos panales en los
puntos de contacto de la colmena, ó bien de los cuadros, las
abejas suelen mezclar con la cera en las partes citadas propó-
leos, substancia pegajosa, muy compacta y consistente que la
recogen en las yemas de álamos, pinos y otros árboles, de la
cual se sirven para el objeto dicho, y también para tapar las
grietas ú oquedades del interior de las colmenas, para reducir
las entradas ó piqueras, lo propio que para cubrir con ella
algún cuerpo ó animal extraño que en ellas se introduzca.
El panal artificial, de todo punto indispensable en el sistema
movilista de Apicultura, es de dos clases: una de cera amarilla
cuyas láminas de cera estampada son más gruesas, destinada á los
panales de la cámara ó nido de cría y á los grandes cuadros
para miel extraída, y otra de láminas también estampadas, pero
24 APICULTURA MOVILISTA

de'cera blanca ó descolorada, y sumamente finas 6 delgadas y


dé tamaño reducido. Esta clase de cera es para la miel en pañal,
que se distingue por miel en secciones.
La preparación d e , dichas láminas (figura 5 . ) e s en "general
a

"objeto de fabricación especial, de la que se surten la mayor


parte de los colmeneros: en tal caso se hace' 'por medio de cilin-
dros (figura 6 . ) , fundiendo la cera, que és conveniente sea muy
a

Figura 5. a

C e r a estampada 6 panal artificial.

aromática, como la que se obtiene generalmente en España, y de


buena calidad, porque ele esté modo al colocarla en las colme-
nas se inclinan' muy pronto á trabajar en ella las abejas: se
funde al baño-mária é introduciendo en el recipiente una ta-
blilla mojada de agua bien jabonosa varias veces, se forma en
ambas superficies una lámina lisa de cera de más ó menos es-
pesor á voluntad del operador: desprendidas dichas dos láminas
dé la tablilla con facilidad á favor de la preparación que se le
da á ésta, se pasan a l a estampación de' los cilindros, acabando
por recortar las láminas á fin de acomodarlas á las dimensio-
nes del cuadro ó cuadros ele la colmena ó colmenas donde se
haya de utilizar.
APICULTURA MOVILISTA 25

El apicultor que tenga un colmenar importante tendrá ven-


taja en prepararse la cera estampada por sí mismo. Al efecto
podrá servirse de uña prensa (figura 7. ) de las fabricadas para
a

este objeto: hay algunas conocidas del extranjero, como la de


Rietsche; pero también . podemos adquirirlas en España, bastante
económicas - y perfeccionadas, directamente del fabricante D Í José
Monclús, en Alcarraz, provincia de Lérida, quien, á la vez,
fabrica panal artificial de las dos clases, referidas para la venta.

Figura 6. a

M á q u i n a p a r a l a f a b r i c a c i ó n de c e r a e s t a m p a d a
por m e d i o de c i l i n d r o s .

- El único fabricante actualmente en España de este artículo


por el indicado medio de cilindros, así como del material com-
pleto y accesorios del sistema de Apicultura movilista, es Don
Enrique de Mercader Belloch, cuyo establecimiento está situado
en Gracia (Barcelona), calle de San Francisco, 1 y Cervantes, 2.
El procedimiento para la estampación de la cera por medio
de prensa es como sigue.
26 APICULTURA MOVTLISTA

Se funde la cera al bano-maría, que no sea á muy alta tem-


peratura, porque en tal caso pierde la cera algo del aroma,
recomendable en su aplicación, y además resulta después que^
bradiza; se prepara la prensa mojándola con agua fría, con una
disolución de jabón, pasando cada vez que se estampe una lá^
mina, un cepillo mojado en dicha agua por ambas caras de la

Fignra 7. a

P r e n s a p a r a l a fabricación de p a n a l artificial.

prensa ó bien con agua-miel concentrada: se vierte en el medio


de ésta una cantidad prudencial de cera fundida, se ajusta acto
continuo dicha prensa dándole la presión que convenga para que
la' cera se extienda lo necesario, y la lámina obtenida resulta
con la extensión é igualdad de grueso convenientes en todas sus
partes.
CAPITULO III

E n j a m b r a z ó n . — E n j a m b r e s n a t u r a l e s y artificiales.—
Diferentes modos de e n j a m b r a r .

Se da el nombre de enjambrazón á la tendencia de las abe-


jas y preparativos que hacen para propagar su especie, no en
el sentido de renovarse dentro de la colmena en la misma colo-
nia, sino en el de formar nuevos núcleos ó familias por división
y aún por subdivisión.
Este acto tiene lugar en primavera, y no de una manera cons-
tante, pues depende de la fuerza de las colmenas, de la mayor
ó menor fecundidad de las, reinas, de las condiciones más ó
menos favorables en que se presente la estación en cuanto á lo
bonancible del tiempo, y del estado de la vejetación en cuanto
á abundancia ó escasez de ñores melíferas.
A medida que dicha estación avanza y en virtud de la abun-
dante puesta de la reina que ya de antes y durante ella tiene
lugar, la colonia aumenta extraordinariamente hasta llegar á
estar repleta de abejas la colmena, mayormente si ésta es de
poca capacidad, y entonces las abejas se determinan á empren-
der los trabajos ó preparativos para fraccionarse saliendo de la
colmena al cabo' de poco tiempo algunos millares de abejas con
la reina que en un principio contenía la colonia,' para formar
otra distinta, constituyendo una nueva familia; á esta nueva co-
lonia se la denomina enjambre natural. Es de advertir que en
28 APICULTURA. MOVILISTA

previsión de tener un albergue seguro donde acomodarse, varias


de las abejas cuya colmena se dispone á enjambrar, con gran
previsión, van explorando unos días antes un punto á propósito
en el cual pudieran fijar su, nueva morada. De este hecho curioso
se valen algunos colmeneros ó aficionados á las abejas para re-
coger enjambres libres ó abandonados, atrayendo dichas abejas
exploradoras á colmenas vacías, que colocan en las inmediaciones
de los colmenares, las cuales rocían en su interior con arrope ó
alguna otra substancia dulce, de olor penetrante y agradable á
estos industriosos insectos.
El hecho tan probado de que las abejas de un enjambre se
pueden tocar y manejar impunemente sin que apenas pique nin-
guna de ellas, se funda en que éstas, con muy alta previsión,
por el largo tiempo que puedan estar fuera de k colmena de
donde proceden hasta posesionarse de una nueva vivienda, se
sacian de miel, alimentándose antes de sali? el enjambre ló menos,
para tres días, y es sabido- que las abejas, teniendo repleto su
estómEgo de miel, son mucho más inofensivas y más dóciles
de tratar.
Enumerados estos pormenores, veamos como tiene lugar la
salida de un enjambre: unos días antes de verificarlo, las abejas
están bastante inactivas, agrupándose, á la entrada ó piquera-de
la colmena, suspendidas unas de otras, muchas de ellas en'forma
de racimo, haciendo lo que entre apicultores se dice la barba:
antes de notarse estos síntomas, que determinan lo que se llama
fiebre de enjambrazón, si se examina el interior de la colmena,,
se verán á los lados y en l a parte baja de los panales algunas
:

celdillas reales ó de reina operculadas.••


Con todos los preparativos fechos, la: salida de un enjambre
puede retardarse, por causa del mal estado del tiempo,- y aun
se dan casos en que iniciada la salida de la colmena de-muchas
abejas en actitud de enjambrar, vuelven al poco tiempo k ella
APICULTURA MOVILISTA 29

por no haberles seguido la reina, condición precisa para que di-


cho acto tenga lugar.
La salida de un enjambre se verifica en un día sereno y
calmoso del mes de Abril, Mayo, Junio, y aun más tarde, según
los climas, ordinariamente entre las diez de la mañana y las tres
de la tarde: las abejas salen por millares de -la- colmena, volan-
do en todas direcciones en forma de torbellino, hasta que á los
pocos minutos comienzan á fijarse algunas en un árbol, arbusto
ó punto saliente inmediato á la colmena, donde se aposenta la
reina á la cual todas aquellas abejas siguen, formando allí sus-
pendidas una especie de racimo grande: allí permanecen, por lo
.regular, -unas veinticuatro horas, y • si entretanto el enjambre
•no ha sido recogido, levantan el vuelo para marcharse á larga
distancia en busca del sitio ó morada definitiva de antemano
escogida por la exploración antedicha. Hácese uso de varios medios
•para intentar que se pare un enjambre; tales son hacer un ruido
fuerte con objetos metálicos, rociar con agua las abejas estando
en el aire, lanzarles puñados de tierra ó polvo y otros. A pro-
pósito de esto conocemos un procedimiento sumamente curioso y
'Sencillo, puesto en práctica por nosotros mismos con completo y
sorprendente éxito: consiste en servirse de un espejo y dirigir la
reflexión de los rayos solares á un punto determinado donde se
quiera alojar ó hacer parar el enjambre, haciéndolo, por supues-
to, á la vista de las abejas; al momento se precipitan éstas al
punto donde se fija la luz solar reflejada y si en él se tiene un
cajón ó colmena, allí entran las obejas por sí solas con la mayor
docilidad y prontitud.

Oportuno será aquí manifestar que según la ley de derecho


común, pues no tenemos en España una ley especial de Apicul-
tura, como.la hay en otros países, el propietario de un enjam-
bre tiene derecho á perseguirlo y recogerlo, aunque sea en pro-
piedad agena, indemnizando al dueño de ésta, en su caso, los
30 APICULTURA MOVILISTA

perjuicios que le causara, y del propio modo si se hubiera fijado


dicho enjambre definitivamente en alguna colmena ú objeto que
le sirviere de albergue.
El dueño de un enjambre que al salir de su colmena ó col-
menar no le sigue ó le pierde de vista, se entiende que re-
nuncia á los derechos que respecto de él pudieran corresponderle.
Con frecuencia sucede que una vez salido un enjambre de
una colmena, que por lo que vamos á indicar denominaremos
primario, y ya substituida la reina que con él salió por otra
nueva nacida de las celdas reales que mencionamos, apareciendo
algunas otras jóvenes procedentes de ellas y retenidas dentro de
las mismas, pugnando por salir, producen un sonido llamado
canto de reinas; á los nueve días de la salida de dicho primer
enjambre aparece otro nuevo llamado secundario, no tan fuerte
como el anterior y á veces otro, terciario, y aún un cuarto,
pero disminuyendo en número de abejas, y por lo tanto, de
escaso ó ningún valor, á menos que no se reúna con otro más
fuerte, en la forma que más adelante se dirá.
La fuerza ó valor de un enjambre con respecto á la produc-
ción de miel se aprecia por el peso; y para que un enjambre
sea bueno en tal sentido, debe pesar unos tres kilogramos: en
cada kilogramo de abejas se cuentan diez mil aproximadamente.
MODO DE RECOGER UN ENJAMBRE Y DE INSTALARLO EN LA COLMENA,
—Si se ha situado en un arbusto ó arbolillo, como generalmente
acontece, provisto el apicultor ó aficionado de un ahumador y
preservada la cara por un velo de tul y de un cajón ó caja
porta-enjambres (figura 8 . ) , utensilios de que nos ocuparemos más
a

adelante, y echando un poco de humo á las abejas, se las sa-


cude dentro, procurando que caigan el mayor número posible, ó
-bien se corta suavemente la rama que las contenga. Como será
lo más probable que entre ellas se halle la reina, se coloca en
el suelo dicho cajón ó caja, ligeramente levantada por un lado,
APICULTURA MOVILISTA 31

y en poco tiempo acabarán por entrar todas las abejas que


quedaron fuera, y después se conducen á donde haya de insta-
larse la colmena que las habrá de contener.
Un excelente medio para manejar con suma facilidad un en-
jambre es el untarse las manos y aun la colmena donde se haya
de colocar con zumo ó esencia de limón, cuyo olor atrae de un
modo extraordinario á las abejas.
Todavía resultará más sencilla la operación si el enjambre se
para en tierra; pues en tal caso se coloca la caja junto á él,
se le echa algo de humo, y al momento comienzan á desfilar las

Figura 8. a

Caja porta-enjambres.

abejas hacia el interior de dicha caja produciendo un ruido es-


pecial, que entre colmeneros se entiende con el nombre de
llamada y haciendo la procesión, como también entre ellos se
dice, comienza la marcha acelerada que sin volar emprenden las
abejas.
Cuando un enjambre se sitúa en un árbol ó punto elevado,
es más difícil cogerlo, y al efecto puede servirse de un aparato
especial que hay en forma de red ligeramente cónica, con un
mango ó apéndice de longitud suficiente para alcanzarlo: conse-
guido esto, se procede después como en los dos casos anteriores.
32 APICULTURA MOVILISTA

MODO DE INTRODUCIR UN ENJAMBRE EN.UNA COLMENA MODERNA Ó


DEL SISTEMA MOVILISTA.—Preparada- dicha colmena con cinco ó seis
cuadros provistos de panal artificial, y si se quiere se frotan
las paredes interiores y fondo de la misma con hierba melisa,
ó bien con zumo 6 esencia de limón cuyos olores tienen gran
atractivo para las abejas, se sacuden éstas con cuidado en medio
de la colmena y encima de dichos cuadros, que en seguida son
ocupados por ellas, ó también se vacian de la caja en una sá-
bana que se coloca delante de la entrada ó piquera por la que
con facilidad entra todo el enjambre, y allí se deja para que
las abejas comiencen su propia labor.
Al ocupar el sitio definitivo la referida colmena, será con-
veniente nivelarla. á fin de que quede en una posición perfecta-,
mente horizontal por la razón que más adelante se dirá al ocu-
parnos de la forma y disposición interior de. las colmenas del
sistema' movilista de Apicultura.
PRECAUCIONES PARA EL TRANSPORTE DE ENJAMBRES.— Como puede
muy bien darse el caso de tener que transportar enjambres á
largas distancias y aún por ferrocarril á 'puntos ó regiones le-
janas de la de su origen, ya sea por conveniencia de poderlos
adquirir en mayor número ó á más bajo precio, ó también por
facilitar la adquisición de alguna raza especial de abejas diferente
de la común, en semejantes circunstancias debe precederse con
toda clase de precauciones y exquisito cuidado, tanto por la se-
guridad de que no pueda escaparse ni una sola abeja, como por
no exponer el enjambre á sucumbir por asfixia ni por falta de
alimentación durante el tiempo que haya de permanecer ence-
rrado.
Para atender, pues, á estas esenciales é importantes condjr
piones se alojará cada uno de los enjambres en. una caja pr.olon^-
gada en sentido horizontal, de. unos 35 á 40 centímetros por
unos 26 ó 28 de altura, y 25 centímetros de longitud ó ancho,
APICÜI/TOKA MOVILISTA 33

tratándose de un enjambre regular; en los dos tercios inferiores


de ambos lados mayores y en casi toda su extensión se dispon-
• drá una abertura para la renovación del aire que facilite la libre
y cómoda respiración de las abejas, la cuál estará protegida por
una fuerte tela metálica cuyo espesor no sea más que el sufi-
ciente para que no puedan pasar las abejas. Dicho alambrado
se • procurará quede asegiirado clavando unos pequefios listones
por encima de sus cuatro lados, y en el centro se colocará otro
listón más ancho, de modo que quede saliente y elevado sobre
la citada tela metálica unos tres centímetros, al objeto de que,
en el caso de que en el transporte quedara la caja que con-
tenga el enjambre cerca de alguna superficie, no coincida con
ella el lado de la expresada caja, á fin de no impedir la circu-
lación del aire.
En cuanto á la alimentación, la cantidad de miel que de-
berá necesitarse, depende del número de abejas que tenga el
enjambre y del tiempo que haya de estar recluido, calculán-
dose que si su peso es de dos kilogramos (unas veinte mil abe-
jas) y el tiempo de forzada reclusión es de tres ó cuatro días,
puede apreciarse el consumo de miel en un kilogramo, y lo más
adecuado para suministrarla será por medio de un panal que la
contenga operculada, colocado á la manera que se hace en los
traslados de abejas y panales de las colmenas antiguas á las mo-
dernas, conforme se explicará en su lugar correspondiente, en
tres pequeños cuadros, aunque no sean del mismo tamaño que
los que de un modo permanente contienen las colmenas del
nuevo sistema, con la precaución, de sujetar con bramante cruza-
do dicho panal en los referidos cuadros provisionales y claveteados
en los largueros por la parte superior, á fin de que no puedan
moverse, lo cual tendría el grave inconveniente de aplastar las
abejas.
Hay que tener en cuenta que el transporte de enjambres*
AP1CULTUBÁ M0VIL13TA 3
34 APICULTURA MOYILISTA

sobre todo si se verifican á largas distancias, no sería prudente


intentarlo en época ó tiempo de excesivo calor: sería preferible
efectuarlo en tiempo fresco, como sucede generalmente en pri-
mavera ú otoño.
Si hubieran de transportarse enjambres por ferrocarril, que,
como puede colegirse, debería ser en gran velocidad, ó en forma
de paquete postal, además de rotular el contenido como abejas
vivas, debería hacerse también Ja indicación de muy frágil y
cuidado en su manejo, como prevención á los empleados del
servicio de trenes que en ello hubieran de intervenir de un modo
directo.
TRASVASE 6 TRASLADO DE LAS COLMENAS ANTIGUAS A LAS MODER-
NAS.— Esta es una operación importante y delicada, y tiene por
objeto trasladar las abejas, aprovechando el panal, cría y miel
que contenga la colmena objeto del traslado. Se puede hacer en
todo tiempo como no sea en invierno, si bien la época más
oportuna es á principios cíe primavera, y se comienza por tras-
ladar á la otra colmena las abejas, en la que ya' habrá dis-
puestos algunos cuadros con cera estampada ó panal ya completo.
A continuación, y procurando que no se enfríe demasiado la
' cría ó pollo, se van sacando los panales, cuidando de que no se
aplasten ni estropeen, deshaciendo la colmena antigua, si preciso
fuese: preparado un cuadro vacío, solamente el marco, sobre una
""mesa ó tablero, poniendo debajo un paño doblado algo grueso
para q ue ofrezca cierta blandura y con tres ó cuatro betas es-
trechas, bramante, ó alambres delgados que lo abarquen hasta
poderse ligar por la parte superior del citado cuadro, se va co-
locando el panal con cría en la parte del centro, á los lados el
que carezca de ella, y en la parte inferior el panal que conten-
ga algo de miel si la hubiere, disponiendo la colocación de los
trozos de panal con igualdad y con la posible unión, de modo
que formen un plano vertical uniforme; se sujeta el todo con
APICULTÜHÁ MOYILISTA 35

•dichos alambres ó betas y se lleva, sin pérdida de tiempo, á la


colmena, colocándolo en medio de los otros cuadros, y las abejas
lo cubrirán al momento por el gran apego ó carino que tienen
á la Cría: quedando aún más panal en la otra colmena, se llenará
'otro cuadro del mismo modo que el anterior, y después un ter-
cero si se pudiese; se tapa la colmena, cuidando de ponerle
miel la misma tarde, si careciere de ella; operación qué debe
hacerse también al instalar los enjambres si hiciese mal tiempo
6 ' hubiese escasez de ñores melíferas en el campo.
Estos trasvases son muy ventajosos, pues estimuladas las abe-
jas y la reina con ellos, se robustece la nueva colmena con ra-
pidez • y se desarrolla en las mejores condiciones para la época do
la recolección de miel.
REUNIONES.—A veces conviene reunir con otra una colmena
orfelina (sin reina) ó bien dos 6 más enjambres recogidos en un
día, ó dos pequeños. En época de muchas flores, que las abejas
pecorean recogiendo miel en abundancia, esta operación se hace
con • muy buen resultado sin graneles dificultades; pero en la ma-
yoría de los casos, es preciso preparar la operación por la iden-
tidad de olor entre las abejas de una y otra colmena de lasque
se quieran reunir ó de los enjambres con los cuales se pretenda
el mismo fin. Para lograrlo, con doce ó más horas de antelación
sé colocan tres ó cuatro bolitas de naftalina en cada una de dichas
colmenas ó cajones que contengan los enjambres, ó bien antici-
padamente se pulverizan ó rocían las abejas con jarabe ó agua
muy azucarada que contenga algunas gotas de esencia de menta
ú otra muy aromática, con lo que se consiguen, en este último
caso, dos circunstancias adecuadas al objeto, cuales son, la iden- :

tidad de olor dicha y la alimentación abundante que asegura


tanto más el éxito; pues de no adoptarse estas precauciones, las'
abejas reunidas se rechazan y repelen acabando por sucumbir
casi todas en la lucha.
36 APICULTURA MOVILISTA

Otro procedimiento sencillo y de efecto casi instantáneo para


reuniones de colonias y enjambres es el que puede praclicarse
con éxito siempre seguro, por medio del éter sulfúrico. Opérase
del modo siguiente: se impregnan de dicho éter (que á falta de
otros establecimientos encuéntrase en las farmacias) dos bolitas
de algodón ó pequeños trapos y se introduce uno debajo de cada
caja ó colmena de las abejas que se hayan de reunir (que será
á última hora de la tarde); á los dos ó tres minutos se retiran
las referidas bolitas ó trapos, y transcurrido otro tanto tiempo-,
ó sea á los cinco ó seis minutos, por lo difuso y muy volátil
del éter, percibiendo unas y otras abejas el mismo olor, podrá
procederse ya á reunirías, sin que haya lucha entre ellas. . .
_ INTRODUCCIÓN DE REINAS.—Es conveniente en algunos casos para
mejorar por "selección las condiciones desventajosas de algunas
reinas (para ganar tiempo proporcionando una reina ya fecundada
á alguna colmena que por causas naturales ó por algún inci-
dente carezca de ella, ó bien por introducir alguna reina ex-
tranjera de distinta raza, y éstas se remiten por correo con las
garantías y seguridades de que lleguen con vida al punto de su
destino), es conveniente, decimos, ya sea también por renovación,
proceder á la introducción de una reina en una colmena poblada
de abejas. Operación de las más delicadas es esta en Apicultura,
y para tener probabilidades de algún éxito, hay que tener muy
en cuenta que antes de introducir la nueva reina, que habrá de
estar cautiva en una jaulita especial colocada en el centro de los
panales en la parte superior de dos que contengan miel y cría,
de modo que la reina introducida pueda alimentarse por sí misma,
han de pasar por lo menos veinticuatro horas que las abejas
hayan estado sin reina, á fin de que haya transcurrido tiempo
suficiente para haber podido notar su falta: á las treinta y seis
horas de haberse introducido la nueva reina, como se ha dicho,
encerrada en una jaulita, como las representadas, en las figuras
APICULTURA MOTTLrSTA 37

Figura 9. a
Figura. 10.
C a j i t a de r e i n a s C a j i t a de reina»
del autor. de A b b o t .

9. A
y lt), se puede observar si las abejas la acarician al acer-
carse á ella y no la molestan ó rechazan: se recomienda tam-
bién qüef: como cierre ó tapa de dicha cajita, se ponga en, la
parte inferior un trozo de panal aplastado que contenga miel; lias.
38 APICULTURA MOVILISTA

abejas lo irán royendo paulatinamente y entretanto, transcurre


el tiempo suficiente para que, cuando la reina introducida quede
en libertad, las abejas la admitan sin reparo alguno.
CRÍA DE REINAS POR MEDIO DE NÓCLEOS.—Se ha adelantado tanto
en esta parte, que actualmente se obtienen reinas ó madres por
un procedimiento bastante artificial: sin embargo, no es de inte-
rés general sino para los apicultores que, haciendo de ello una
industria, quieran dedicarse á la cría, de reinas para la venta.
Los núcleos para la cría de reinas se forman para tener rei-
nas de recomendables condiciones por generación ó por tenerlas
dispuestas para introducirlas en las colmenas en circunstancias
dadas con economía de tiempo, requisito á veces de gran im-
portancia.
Estos núcleos consisten en pequeñas colmenitas que se com-
ponen de dos ó tres cuadros ó panales sacados de fuertes col-
menas y cuyas reinas sean muy prolíficas, con huevecillos, cría
y miel, y que al introducirlos así en dichas colmenas pequeñas
forman por sí colonias, se hacen nuevas reinas, que llegan á ser
ó no fecundadas, según convenga al apicultor, y cuando la es-
tación ó las necesidades del colmenar, ó la venta de ellas ha
terminado, se deshacen dichos núcleos agregando los cuadros y las
abejas á otras colmenas de las ordinarias en la forma que se
dijo al tratar de las reuniones.
ENJAMBRES ARTIFICIALES.—El hacer esta clase de enjambres es
siempre á expensas de la producción de miel, pórqu'e se reduce
considerablemente el número de abejas de las colmenas de donde
proceden y se interrumpe la puesta de la reina mientras las
abejas de la colmena, tronco ó madre se hacen otra nueva y
ésta es fecundada; así es que al apicultor que traté deaumenv
tar el número de colmenas le será mucho más ventajoso hacerlo
por medio de trasvases, adquiriendo colmenas del sistema antiguo;
mas si esto no le fuera fácil, procederá á la formación de .en-
APICULTURA M0Y1LISXA 39

jambres, que, por lo demás, resulta sumamente sencillo con las


colmenas del nuevo sistema, procediendo del siguiente modo.
A principios de primavera, en un día espléndido y de.buena
temperatura, de una colmena que ya contenga muchas abejas y
cuya reina sea muy prolífica, apartándola un poco del sitio que
venía ocupando, se coloca en aquel punto la colmena que haya
de contener el enjambre, preparada ya con cuatro ó seis panales
vacíos ó de cera estampada, se trasladan y colocan en medio de
ellos tres 6 cuatro cuadros de la primera, bien provistos de cría
y abejas, teniendo mucho cuidado que en uno de ellos se halle
la reina (del modo de encontrar la reina se tratará, entre otras
cosas, en otro capítulo). Como á la hora en que se haga el
enjambre habrá muchas obreras ó pecoreadoras en el campo, y
éstas volverán al punto de su antiguo domicilio, quedará la
nueva colmena con abejas suficientes para constituir una fuerte
colonia que trabajará con más actividad, como acostumbran á
hacer los enjambres, alargando las hojas de panal rápidamente
por poco que el tiempo favorezca, ó en caso contrario, dando á
las abejas alimento estimulante, siendo ya circunstancia favora-
ble para que pronto haya abundante cría.el.-que la reina desova
con preferencia y en mayor grado, si los panales son nuevos.
La colmena, tronco que ha suministrado el enjambre, como
en la estación de primavera todos los cuadros ó panales de la
cámara de cría están, por lo regular, llenos de pollo, quedará
pronto bien poblada de abejas con las nuevas - que irán nacien-
do. La operación de enjambrar será tanto más oportuna si en
la colmena tronco hay principios de celdillas de reina, y si no,
habrá que tener cuidado de que, para hacérsela nueva, puesto
que habrá quedado sin ella, haya en las celdillas de los cuadros
que quedarán huevos ó puesta, dé menos de tres días.
Por un procedimiento análoga se puede hacer también un
enjambre apartando unos pasos .de su sitio una colmena que
-'40 APICULTURA MOVIlJSTA

sea fuerte y poniendo en su lugar la que ha de haber el en-


jambre: se le toma un cuadro con abejas y cría en el cual esté
la reina, se toma otro cuadro con cría, pero sin abejas, á cada
una de cuatro ó cinco colmenas bien pobladas y se agregan á
las que ocupa el enjambre; con las que vendrían de fuera pro-
cedentes de la primera colmena, resultará fuerte el enjambre y
las demás no se habrán debilitado de un modo sensible.
MANERA DE EVITAR LA ENJAMBRAZÓN.—Cuando las abejas se ven
acometidas por una especie de fiebre para enjambrar, difícilmente
se les puede contener en tal inclinación; sin embargo, puede
prevenirse esta tendencia con tiempo, agrandando la capacidad
de Ta colmena colocándole una ó clos alzas, si fuese preciso con
panales vacíos, y también retirando de la cámara de cría algu-
nos panales con pollo, pasándolos á las colonias menos fuertes,
y poniendo en su lugar, ya sean panales vacíos como se dijo
para las alzas ó bien cuadros con cera estampada: de este modo,
entretenidas las abejas con el trabajo de alargarlos y atender á
la incubación abundante de la cría en los nuevos panales, aca-
so renuncien á enjambrar.
Si estas precauciones no fuesen suficientes, se sacarían todos
los panales qué contuvieran cría, se reforzarían coa ellos otras
colmenas y se dejarían las abejas de forma de enjambre, en su
colmena, provista ó guarnecida de panales vacíos.
Sucede con frecuencia que estando una colmena dispuesta á
enjambrar con las celdillas reales muy adelantadas, por causa
dé días continuados de mal tiempo no puede tener lugar la sali-
da del enjambré y acaban por deshacer dichas' celdillas, cesando
ia fiebre dé enjambrazón, si es que en algún caso, después de
mejorado el tiempo, no las construyen de nuevo: de este'hecho
;

natural puede seguirse el procedimiento de destruirlas e l apicul- :

tor una y otra vez, si preciso fuéra, para impedir la salida de


:

'enjambres.' :
' " '' •" ' "
APICULTTJBA MOVILISTA 41

El recluir á la reina por medio de un separador de plancha


perforada, 6 en una jaulita, á fin de impedir que salga con las
abejas para formar el enjambre que algunos autores aconsejan,
creemos que es poco práctico, pues es muy probable que éstas
continúen por muchos días en la misma actitud de enjambrar,
mientras que á la reina se la imposibilitaría de seguir en sus
importantes funciones de la puesta, cuya interrupción determina-
ría al cabo de poco tiempo una baja sensible en el número de
abejas.
También se puede prevenir la enjambrazón estableciendo una
corriente moderada de aire á través de la colmena, en la cual
las abejas manifiesten predisposición á enjambrar.
CAPITULO IV

Colmenas.

Es la colmena la habitación ó morada que el. hombre pro-


porciona á las abejas en estado de relativa domesticidad para
que se desarrollen y realicen su interesante y natural labor en
las mejores condiciones posibles, con el propósito de aprove-
charse de sus codiciados productos.
Nuestro objeto principal, según el espíritu que informa la
presente obra, es ocuparnos de las modernas colmenas; por lo
tanto, hacemos casi omisión de las del antiguo sistema fijista de
apicultura, que las hay de todas las formas y hasta materias
para su construcción, en la mayoría de los casos inadecuadas,
y por su capacidad, en general, insuñcientes.
Aun dentro del moderno sistema en que las colmenas son
muy perfeccionadas, cada apicultor, por novel que sea, siente el
prurito de idearse una á capricho suyo, ó modificar lo que en
tal sentido han hecho otros apicultores experimentados: hay .que
proceder en la elección de colmena tipo, que debe ser única en
cuanto á tamaño con relación á la forma y dimensiones de los
cuadros que contienen los panales, por las razones que en su
lugar se expondrán, con la mayor reflexión y detenimiento, so-
bre todo un principiante, si no quiere exponerse á cambios y
modificaciones que le habrían de ocasionar gastos inútiles y no
pocas dificultades é inconvenientes en el manejo de las colme-
nas y las abejas.
APICULTURA íiqviLISTA 43

Muchos apicultores ó aficionados se ven contrariados al co-


menzar sus ensayos, declinando su entusiasmo, precisamente por,
la falta de acierto en la elección de colmenas. Ante todo han
dé comenzar por adoptar la que entre los buenos apicultores
esté más generalizada; porque seguramente aquélla es el resul-
tado y conclusión de largas experiencias y repetidas modifica-
ciones. La construcción de las colmenas del sistema de que tra-
tamos, no es tan sencilla que pueda confiarse á un carpintero
cualquiera que no esté versado en las teorías á que obedece el
modo especial, esmerado y exactísimo de construirlas, al menos
en su disposición interior, porque bien puede asegurarse, y esto
lo decimos por experiencia; propia, que aun limitándose un car-
pintero á reproducir otra que tenga delante por modelo, si ésta
es perfecta, ha de resultar la copia cara y defectuosa. Son, pues,
esta clase de colmenas de tanta precisión y ajuste en los ele-
mentos cíe que se componen, que' aconsejamos encarecidamente,
sobre todo á los que quieran iniciarse en el cultivo de las abe-
jas á la moderna, consulten obras de apicultura movilista, y
acaso, aun mejor, á inteligentes apicultores de este sistema, so-
bre el tipo de colmena que. les será más ventajoso adoptar, y la
colmena ó colmenas que necesiten (dos ó tres nada más para
comenzar) las pidan ó encarguen á una fábrica constructora de
material de apicultura, ó si esto no fuera fácil, hacerlas cons-
truir bajo la dirección de un entendido apicultor. Repetimos que
procediendo asi se evitarán muchas decepciones y desengaños,
los que á su vez contrarían la difusión del sistema.

Hechas estas pertinentes y oportunas consideraciones, entre-


mos ya en materia, describiendo la forma y disposición de di-
chas colmenas.
Hay unas cuyos marcos ó cuadros están . colocados todos en
un mismo plano unos á continuación de otros, por cuya razón
podremos llamar á dichas colmenas horizontales, siendo, por lo
44 APICULTURA MOVILISTA

tanto, de sencillo manejo; otras en que los cuadros están coloca-


dos unos sobre otros mediante una racional separación, forman-
do cuerpos distintos de colmena, denominados alzas, y estas col-
menas se llaman verticales: las del tipo Layens (figura 11) per-
tenecen al primer grupo, y la conocida con el nombre de Da-
dant ó Dadant-Blatt (figura 12) modificada, al segundo.
Unas y otras consisten-en su parte esencial en una caja bien
construida, de madera de buena clase que no se agriete ni ulveé,
con el fondo ó plato fijo ó movible y una tapa ó cubierta suelta

Figura 11.
Colmena Layen».

ó con juego de bisagras. En los países fríos estas cajas ó cuer-


pos de colmena' suelen construirse de doble fondo para mejor
preservar del frío á las abejas: en nuestro clima consideramos
que no hay necesidad de adoptar semejante precaución;
La capacidad de una caja de colmena en el sentido de su
longitud, estará determinada por el número de cuadros que haya
de contener, y en cuanto' á su latitud y altura, sus límites es-
tarán indicados .por las dimensiones del cuadro que se adopte.
Conviene aquí consignar que el secreto de la mayor producción
dé miel estriba én los grandes cuadros y en las grandes col-
menas. ' -
APICULTURA MOVILISTA 45

El fundamento del sistema movilista de Apicultura está, según


su mismo nombre indica, en la movilidad de los panales en las
colmenas, y por lo tanto debemos fijarnos muchísimo en la
estructura ó disposición de ellas hasta en sus menores detalles.'
Teniendo en cuenta el modo de construir las abejas los pa^
nales, respecto á las distancias entre sí y los pasos de comuni-
cación entre ellos y las paredes ó superficie interior de la col-
mena, así también los cuadros han de estar colocados de tal
modo que de centro á centro de cada uno, haya la distancia

Figura 12.
Colmena Dadant-Iilatt.

exacta de 35 á 37 milímetros; el espacio libre .entre uno y otro


será de 15 milímetros, si el ancho de la madera de dichos cua-
dros en la parte superior es de 22 milímetros, como debe ser.
Dichos marcos ó cuadros deben estar perfectamente construidos,
de manera que resulten sus cuatro ángulos perfectamente rectos,
comprobados con la escuadra y formando plano también recto y
exactamente vertical en la posición que ha de ocupar en la col-
mena para que así resulte un perfecto paralelismo en los pa-
nales.
46 APICÚLTTJBA. MOVILISTA

Dichos cuadros están suspendidos en la colmena, y para que


las abejas no los adhieran fuertemente á ella en el punto de
apoyo, como en - efecto lo harían si no se procurase evitar y en
tal caso sería muy difícil levantarlos cuando fuera conveniente,
se coloca una tira de zinc de tres ó cuatro centímetros, bien
clavada en la parte superior de los dos lados más largos de la
colmena, procurando que levante sobre la madera unos cinco
milímetros, en cuyo canto descansan ó se apoyan los repetidos
cuadros. Además, con el propio objeto de evitar que las abejas
propolicen ó apeguen éstos . por los lados á las paredes de la
colmena, lo mismo que en la parte inferior, ó bien que constru-
yan panal si los espacios fueran excesivos, ha de mediar entre
el bastimento del cuadro y los lados una distancia exactísima
de siete á ocho milímetros, pudiendo llegar en el foudo ó parte
inferior hasta un centímetro.
Como complemento, y á fin de que la separación de los cua-
dros en la colmena sea siempre á la medida conveniente, en la
parte superior de ellos se establece ésta por medio de pequeños
tornillos de anilla fija, alternando uno por cada lado en los
extremos del cuadro, cubriendo después todos los marcos con
un trozo de ropa fuerte ó alfombrilla que sirve de manta, ó bien
se interpone entre cuadro y cuadro un listoncito con un tornillo
de la forma dicha para cogerlo, de igual longitud y cuyo ancho
sea' de quince milímetros: en la parte inferior* y á unos seis ú'
ocho centímetros del fondo se colocan una especie de horquillas-
á distancias convenientes, al objeto de que entre una y otra»
pasen los citados cuadros y queden así separados do un modo
permanente. '
El ancho comprendido por estas horquillas entre sus dos púas, :

comprendido su grueso, debe ser de once á doce milímetros; y-'


su saliente, una vez clavadas, de tres centímetros. Es muy-re"
APICULTURA MOVILISTA 47

comehdable también su empleo para el transporte dé esta clase


de colmenas á pequeñas y largas distancias.
Siendo parte esencialísima en las colmenas de que venimos
tratando, los repetidos cuadros, ya que ellos deciden y determi-
uan las proporciones de aquéllas en lo referente á latitud y al-
tura, tanto en la cámara de cría como en las alzas, si las tu-

Figura 13.
Cuadro colmena Badant-lílatt.
(Medida interior 0,42 X 0,267 m.)

Figura 14.
C u a d r o de a l z a , c o l m e n a Dadant-Blatt.
(Medida interior 0.435 X 0,15 ra.)

vieren, consideramos oportuno y hasta necesario dar una idea


gráfica de los mencionados cuadros, con su medida interior, re-
presentando uno de la colmena Dadant-Blatt (figura 13), y el
correspondiente á su alza, reducido á la mitad de su anchura
(figura 14), y otro de la colmena Layens (figura 15), ambas ya
citadas en este mismo capítulo, como tipos más en uso por sus
48 APICULTURA MOYILISTA

buenos Tesnltados y características á la vez de los llamados sis-


temas vertical (con alzas) la primera y horizontal la segunda.
No noy cansaremos de repetir que de no reunir todas estas
condiciones con toda la precisión recomendada, las colmenas de
este excelente sistema serán defectuosas, de cuyo inconveniente
resultará que las operaciones se harán con dificultad, y con los
movimientos bruscos y sacudidas fuertes que se habrán de hacer

Figura 15.
C u a d r o de l a c o l m e n a L a y e n » .
(Medida interior 0,37 X 0.31 m.)

al pretender sacar los panales, las abejas se irritarán y se mos-


trarán agresivas; muchas veces se correrá el riesgo de estropear
ó aplastar la reina, y sabidas son las consecuencias fatales que
para el porvenir de la colmena ocasionaría este accidente: la
producción de miel-dejaría mucho que desear; y en fin, las
decepciones serían repetidas y seguras. Por eso dijimos en otro
lugar la importancia y trascendencia de adoptar no solamente un,
buen tipo de colmenas, sino que éstas estén además construidas
con todas las reglas del arte, llevado al límite de su raayox
perfección.
... Las colmenas del sistema movilista tienen en la parte delau-
.tera y en el punto medio, generalmente, una entrada llamad».
APICULTURA MOYILISTA 49

piquera: suele ser de una longitud que varía entre 15 y 25


centímetros, la cual se reduce algún tanto en invierno, aunque
no conviene sea mucho para los efectos de una buena ventila-
ción. Su altura no debe ser mayor de ocho milímetros.
Hemos dicho que, por lo general, la referida entrada se halla
en el centro de las colmenas, porque en algunas horizontales, como
las del tipo Layens, la tienen en un extremo de la parte ante-
rior y aún en los dos, si la colmena es de muchos cuadros
(20 ó 25), habiendo en tal caso dos. piqueras, pudiéndose en
virtud de esta circunstancia y la de ser de gran capacidad, esta-
blecer dos colonias en un mismo cuerpo de colmena, mediante
una tablilla ó tabique de separación y reunirías en ocasión opor-
tuna, después de adoptar las precauciones debidas para tales
casos, y con sólo quitar éste y colocar un cuadro en su lugar,
se tendría una colonia fortísima por duplicación.
Colócase en dicha entrada una planchita de zinc de unos
cuatro centímetros de ancho y algo más larga que aquélla, mo-
vible de arriba á abajo y sujeta á la caja de colmena por medio
de dos pequeños tornillos de anilla. Esta planchita conviene que
sea- dentada por la parte inferior para impedir que se introduz-
can en las colmenas animales como los turones, la esñnge átro-
pos y otros de mayor tamaño que las abejas.
En el lado opuesto, pueden hacerse unos pequeños agujeros
próximos unos á otros por donde las abejas puedan respirar
en - caso de ser encerradas para transportar las colmenas de un
punto á otro ó hayan de recluirse aquéllas por otras causas.
Invertida la colocación de la citada planchita servirá para el
objeto últimamente dicho.
En algunas colmenas se construye encima de la piquera una
especie de porche á ñn de preservar la entrada de las lluvias.
- Al objeto de establecer algo de ventilación en el interior de
la colmena, en la cubierta de ellas se hacen uno ó dos aguje-
APlCULTDRA MOVIL1STA 4
ros redondos, de un diámetro de tres ó cuatro centímetros á los
dos lados menores, protegidos por dentro con espesa tela metálica.
Para reducir la capacidad de las colmenas, especialmente en
la cámara de cría, usan algunos apicultores unas piezas de ma-
dera de dimensiones aproximadas á los cuadros' y de forma seme-
jante á ellos, llamadas tabiques de separación. Su empleo tiene
por objeto facilitar la conservación del calor en el interior de la
colmena para la incubación,- en época en que se deje sentir
el frío, ó bien ensanchar el espacio ocupado por las abejas cuan-
do éstas se van desarrollando ó extendiendo. Como se ha obser-
vado que los panales guardan perfectamente el calor por ser la
cera cuerpo mal conductor del calórico, son muchos los colme-
neros á la moderna que prescinden del uso de este accesorio.
Empléase también en algunos casos una pieza de forma pare-
cida al mencionado tabique de separación, denominada separador,
porque su objeto es separar ó aislar la reina en un espacio de
colmena determinado, á ñu de que no salga de ella para formar
enjambre ó que no vaya á poner huevecillos en panales donde
se desea que las abejas depositen miel, especialmente si se quie-
re que ésta ofrezca un buen aspecto de limpieza en el panal.
Este separador es una plancha de zinc perforada, teniendo
el aspecto de muchas aberturas rectangulares por las que pue-
den pasar las abejas obreras, mas no la reina, ni los zánganos,
por ser de un tamaño algo mayor que éstas. (
. Interesa, no obstante, conocer las ventajas é inconvenientes
de unas y otras colmenas de las representadas anteriormente,
como las más generalizadas en la actualidad, aun entre los más
conspicuos apicultores.
La colmena Layens, que ha tomado el nombre de su inven-
:

tor, Mr. Jorge Layens, apicultor francés muy notable, autor¡del


«.Curso completo de Apicultura,» y que falleció-hace unos nueve
añqs, se recomienda sobre todo para los principiantes-en Apicul*-
APICULTURA, MOVILISTA 51

tura por su sencillez, ya que no teniendo, alzas, es decir, ocu-


pando los cuadros todos un mismo plano (sistema horizontal), su
manejo es mucho más fácil que no el de las colmenas dé ateas
(verticales) y su capacidad que es de 15, 20 y 25 cuadros es
suficiente para producir abundante cantidad de miel. El citado
inventor reducía, según su propia manifestación, á dos las ope-
raciones de su colmena cada ario, una á la salida de invierno,
para inspeccionar el estado de las colmenas y colocarles ó aña-
dirles los cuadros ó panales necesarios, y otra en la época de la
recolección de la miel.
Los inconvenientes de esta colmena son el que siendo el cua-
dro alto no se presta á la producción de miel en secciones en
forma de alza, como no sea en bastidores en forma de cuadros,
cuyo procedimiento tiene sus inconvenientes, y que por la mis-
ma razón de la altura del tipo del cuadro no se colocan en las
colmenas ni sacan de ellas con tanta facilidad y holgura como
los que son de tamaño bajo, y esta circunstancia es causa mu-
chas veces de que se irriten las abejas al ser molestadas por
rozamiento, pudiendo ocasionar la pérdida de la reina.
Otra ventaja nos ofrece la colmena Layens, cual es la de
prestarse á la duplicación, por ser de 20 á 25 cuadros, y te-
ner una. entrada ó piquera en cada uno de los extremos, con
lo que, por medio de un tabique de separación en el centro que
incomunique ambos espacios, puedan instalarse dos colonias en
un mismo cuerpo de colmena y en el momento oportuno, que es
en la época de la gran raielada, se puede retirar dicho tabique,
y formar de dos colonias una, sumamente fuerte, con lo que se
alcanzará un producto de miel muy superior á la suma del que
se obtendría por separado, según ya en otro lugar se dijo.
La colmena Dadant, ó la modificada Dadant-Blatt, es la pre-
conizada por los mejores apicultores, como susceptible de ren-
dir mayor cantidad de miel, y el poderse agrandar con otros
52 APICULTURA MOVIUSTA

cuerpos de colmena por superposición, ó sea por medio de alzas;


pero en cambio éstas tienen el inconveniente de que dificultan
las operaciones para desalojar de ellas á las abejas é imposibi-
litan en cierto modo la inspección de la cámara de cría para
cerciorarse del estado de ésta ó asegurarse de que la colonia no
ha perdido la reina. Por lo demás, se presta perfectamente á la
producción de miel en secciones, siendo esta circunstancia una de
sus principales ventajas.

Figura 16.
Colmena - observatorio de tres cuadros:
tipo del autor.

La colmena inglesa ó de Cowan se recomienda para obtener


de ella miel en secciones, así como por, admitir alzas; pero en
cambio se considera defectuosa para nuestro país por su reducida
capacidad y pequeños cuadros, inconvenientes que no permiten
que las colonias lleguen á ser muy potentes, principio capital
de la buena Apicultura, y además forzosamente, por la misma
razón, han de enjambrar mucho las abejas, lo cual, como ya se
tiene explicado, es contrario á la producción de miel.
Terminaremos este capítulo referente á colmenas, haciendo
APICuXTÜRA MOVTLISTA 53

mención de una de dimensiones reducidas en cuanto al número


de cuadros, puesto que suelen tener uno solamente, aunque tam-
bién las hay de tres y de cinco: esta clase de colmenas se
prestan muy bien para observar todos los trabajos de las abe-
jas en la colmena, y por su objeto se denominan colmenas de
observación (figura 16).
Su interior está construido bajo los mismos principios que las
demás; pero á los dos lados mayores tienen dobles cristales de
gran tamaño con sendas tapas por donde puede verse en todo
tiempo la incesante y por demás curiosa labor de tan preciados
insectos.
Esto es contrario á lo que generalmente se cree: antes ya
se había intentado repetidas veces, aunque inútilmente; pero hoy
apenas si se da el caso de que las abejas propolicen los crista-
les, quitándoles su transparencia.
CAPITULO V

Miel e x t r a í d a y miel en p a n a l ó en secciones;


l a cera y el propóleos.

La miel que las abejas elaboran en las colmenas y que liban


en los nectarios de las flores que la contienen (la cual devuelven,
de su primer estómago para depositarla en las celdillas de
los panales, y que una vez llenas de este precioso néctar, las ta-
pan ú operculan para su mejor conservación, no sin antes dejar de
extraerle la parte de agua que contiene por medio de una
ingeniosa evaporación artificial, dando á aquéllas una ligera, pero
bien perceptible inclinación hacia arriba, para que por su gran
densidad y fluidez no sé derrame el codiciado líquido) es una
substancia azucarada, de cualidades nutritivas, estimulantes y me-
dicinales, la cual, además de los usos industriales que tiene bien
conocidos, se aplica en la actualidad á la fabricación de hidromiel,
bebida que substituye ventajosamente al vino, champang, alcohol,
vermouht, y que contribuye al mejoramiento de mostos, etc.
Tratando de la miel extraída, importa conocer un aparato que
es parte esencial en el sistema que venimos describiendo: este apa-
rato se denomina extractor de miel ó meló - extractor (figura 17):
funciona á fuerza centrífuga y su invención fué puramente ca-
sual, pues en el aflo 1865, un austriaco,Francisso Hurschka, muy
aficionado á las abejas, dio unos trozos de panal con miel, recién
sacados de sus colmenas, á un hijo suyo de diez años, para que
apictjltuba movilista 55-

se la comiera: este niño tuvo la ocurrencia de poner dichos trozos


de panal en una cestita, haciéndola girar á la manera de una-
honda, y, habiendo observado su padre que la acción de la fuerza
centrífuga hacía salir la miel de las celdillas de los panales, dio
origen este entretenimiento del niño al artefacto dicho.

Figura 17.
líelo-extractor.

Este se compone, según representa el grabado, de una caja ci-


lindrica de hoja de lata, no debiendo ser de zinc ú otro metal
por las sales nocivas que en contacto con la miel pudieran formar-
se: dicha caja ó recipiente debe ser en su base ó fondo de for-
ma cónica, á fin de que.en el centro pueda fijarse el eje del
aparato de rotación que hay en el interior, y que éste gire sin
56 APICULTURA HOYILISTA

que lo impida la miel que va descendiendo al fondo. En el interior


hay un armazón de metal, de forma rectangular asegurado por
medio de varillas diagonales de hierro, con un eje que descansa,
en el centro del fondo del recipiente, comunicando en la parte
superior con dos ruedecitas de engrauaje para imprimir la uni*
formidad de movimiento y velocidad de rotación necesaria para
la salida de la miel de los panales. En las caras de dicho arma-
zón se colocan dos ó cuatro panales á la vez, según esté dis-
puesto el aparato, las cuales están protegidas por fuerte alambrado
claro ó tela metálica para que con la violencia ó empuje de la
velocidad, la extraordinaria fuerza centrífuga que se desarrolla no
resienta la •construcción de los panales. Cerca del fondo del
mencionado aparato hay un grifo ó cánula de regular diámetro
por donde se saca la miel para colocarla en depósitos ó vasijas.
MODO DE EXTBAEK LA MIEL CON EL APABATO DESCRITO.—Sacados
los panales con miel operculada, en todo ó parte, de las colmenas,
procurando que no contengan absolutamente nada de cría, y cuyo
modo de proceder se dirá más adelante, se van desoperculando
por una ó ambas caras con un cuchillo especial de corte biselado
que hay expresamente para este objeto, para lo cual se coloca
cada panal sobre un caballete que . se hace. expresamente lla-
mado caballete desoperculador.
Concluida la operación de desopercular, ó sea de destapar bien
todas las celdillas, se colocan dos cuadros en el extractor^ nunca
uno solo, pues en tal caso el aparato funcionaría mal por des-
equilibrio de peso: si la temperatura es algo elevada, con cuya
circunstancia la miel tendrá má"s fluidez, á las pocas vueltas de
manivela del aparato, la miel habrá salido de las celdillas de la
cara exterior, se invierte la otra cara de ambos panales y se repite
la misma operación haciendo girar el aparato suavemente y sin
gran velocidad para que no se estropeen los panales: procedieu-
APICULTURA MOVILISTA'.

do con cuidado pueden durar mucho tiempo. Para ello es preciso


que el extractor este construido con la mayor perfección.
. Carlos Dadant decía que unos mismos panales le habían ser-
vido, pasando por el extractor, veinticinco y más años.
Conviene que para esta operación la temperatura sea algo ele-
vada,, puesto que debido á esta circunstancia, la miel tendrá más
fluidez y saldrá de las celdillas con más facilidad.
Así que se haya extraído la miel de todos los panales, se de-
vuelven á las colmenas de procedencia para que las abejas ela-
boren en ellos miel de nuevo, si la estación es favorable, ó cuan-
do menos para que los limpien y sequen de la miel que aún ten-
gan, pues en tal estado serían pronto atacados y destruidos por
la falsa tina, á no ser que se los colocara en una cámara,
caja ó armario con todas las precauciones de desinfección.
Para vender la miel en pequeñas cantidades, ó al detalle, se
coloca en frascos á propósito de buen vidrio, con tapaderas de
metal niqueladas que cierran á manera de rosca, y se adornan
con vistosos marbetes.
La miel también se obtiene de las colmenas para venderla ó
comerla en panal, bajo un aspecto sumamente curioso en cuanto
á limpieza, y tan interesante que cautiva la atención en tanto
mayor grado, cuanto más ilustradas son las personas á cuya vis-
ta se presenta.
Es la miel en forma de panalitos, denominados secciones, ele-
gante, producto, de extraordinario atractivo que se debe al sistema
movilista. Si bien es cierto que el dedicarse á obtener miel en
esta forma requiere más cuidados ""y desvelos por parte del api-
cultor, se paga en cambio este producto á mucho mayor precio
que la miel extraída ó líquida y remunera más. Combinada la
acción de la naturaleza, por lo que hacen las abejas de por sí,
con la acción é inteligencia del hombre, obtiénese dicho producto
no solamente de muy bello aspecto en su forma más sencilla,
58- APICULTURA MOVILISTA

sino que también llegan á hacer las abejas letras, como iniciales
de nombres al relieve, números y otros signos y figuras.
Estos cuadritos de madera, formados de una sola pieza, se
colocan en la parte superior de las colmenas fuertes ó bien pobladas
(las de cuadro ó marco bajo con preferencia), con una laminita
6 trozo de panal artificial fino que sirva de cebo y guía á las-
abejas, dentro de un bastidor llamado supe?-, dejando un espacio 1

libre entre éste y la colmena de siete á ocho milímetros de al-


tura para que aquéllas puedan circular libremente: dichos cua-
dritos también están rebajados por los cuatro lados, de tal modo,
que la unión de dos deja hueco ó espacio libre al propio fin.
Suelen colocarse en líneas ó grupos de tres, interponiendo se-
paraciones de una lámina de hoja de lata ó zinc con los recortes
ó aberturas convenientes de comunicación, consiguiéndose por
este medio que las superficies del panalito sea regular y de buen
aspecto, y quede limitada al ancho del cuadro para que no sufra
deterioro al sacarla de la colmena, ni al manejarla ó transpor-
tarla para la venta.
El apicultor que se dedique con un fin especulativo ó industrial
á obtener secciones de sus colmenas, debe prestar, mientras las
abejas las,elaboren, mucha atención y vigilancia, al objeto de pro-
curar que lo verifiquen en el menor tiempo posible y queden
bien acabadas; que no permanezcan más que el tiempo preciso,
pues en otro caso toman un color obscuro que desfavorece el buen
aspecto á causa del continuo tránsito de las abejas por la super-
ficie de la miel operculada.
PREPARACIÓN DE LAS SECCIONES PARA LA VENTA.—Tan pronto
como las secciones sean retiradas de la colmena, deben limpiar-
se con gran cuidado con un pequeño y fino corte (un cortaplumas) , 1

del propóleos que contengan y rasparse la madera del marco, si :

estuviese algo manchada (lo que alguna-vez acontece), con el fin


APICULTURA MOYTLISTA 59

de que presenten para la venta el mejor aspecto y limpieza


posibles.
Hecha esta entretenida operación, se preparan en un embalaje
especial, consistente en cajas de reducido tamafio con fuertes vi-
drios á los lados, de modo que durante el transporte se vea la
mercancía, y que se habrá de rotular con las palabras de muy
frágil. Además, dichas cajas deberán ser de una construcción
tal, que se tapen y destapen con gran facilidad, sin necesidad de
producir golpes ni sacudidas, teniendo en cuenta el género tan
delicado que han de contener.
Es poco conocido en Esparía este producto en la forma que al
comercio se presenta; sin embargo, el autor ha vendido en Bar-
- celona varias secciones, conteniendo unos 400 gramos de miel, al
precio de una peseta cada una y de 1'25 ptas. En el extranjero
se venden á un franco cincuenta céntimos y á dos francos.
Explicado ya lo concerniente á la miel y todo cuanto en
Apicultura con ella se relaciona, digamos ahora algo sobre la
cera, y nos expresamos así, aunque la cera sea un producto
importante, de infinidad de aplicaciones y aún de más fácil venta
que la miel, porque la producción de ésta en la Apicultura
movilista ofrece mucho mayor interés, pues se tiene observado
q,ue para producir las abejas un kilogramo de cera, por ejemplo,
es á expensas de quince ó veinte de miel, en lo cual no habría
ventaja sobre la cera, aunque esta materia se vendiera á más
alto precio que el que ordinariamente alcanza, no obstante ser
bastante elevado.
Sentados estos precedentes, se comprenderá que la producción
de cera con este sistema ocupa un lugar muy secundario; sin
embargo, puede aprovecharse la cera que resulta de los opérculos
de. la miel que se obtiene por medio del extractor, y de algún
panal que se deteriore ó inutilice en los cuadros.
Para fundir la cera, se siguen en la actualidad dos proce-
60- APICULTUEA MOVILISTA

dimientos; uno valiéndose de un aparato especial, al vapor, y


otro fundado en el calor del sol, en cuyo artefacto, en forma
de caja, se reúnen y combinan en virtud de un gran reflector
y un vidrio, los rayos solares, concentrándose un color tal, que
produce una temperatura suficiente para fundir la cera. Este
aparato se denomina cerificador solar.
El propóleos es una substancia adhesiva, olorosa y muy com-
bustible que, como se dijo en otro lugar, recogen las abejas de las
yemas de algunos árboles, como los álamos negros y blancos, los
pinos, abetos y otros, llevándolo en las patas traseras, á la manera
del polen, á la colmena, aplicándolo á dar mayor consistencia á la
construcción de los panales en los puntos de unión con la super-
ficie de los cuadros ó de la colmena y cerrar las hendiduras ó
pequeños agujeros que pueda haber en ésta. A veces reducen tam-
bién con él la abertura de la piquera á la entrada del invierno
para preservarse del frío y evitar que penetren en el interior de
la colmena ciertos animales considerados como enemigos de las
abejas.
Si bien .podría dársele al propóleos alguna aplicación por sus
propiedades adherentes, aromáticas] y aun medicinales, según
opinión de algunos químicos y apicultores, la recolección que de
él hacen abejas es relativamente bástate escasa, y, por lo tanto,
careciendo de importancia, no merece especial mención.
CAPITULO VI

E n f e r m e d a d e s y e n e m i g o s de l a s a b e j a s .

Por fortuna, las abejas no están expuestas á tantas enferme-


dades como otros animales; sin embargo, entre las pocas que
suelen sufrir, como son: la disentería, extrenimiento y- vértigo,
no hay ninguna tan temible ni de tan fatales consecuencias como
la podredumbre de la cría, conocida con el nombre de loque:
es de carácter infeccioso, y por poco que se descuide el apicul-
tor, si se presenta en su colmenar, acaba por invadirlo todo, así
como los colmenares inmediatos, aunque se hallen á larga dis-
tancia unos de otros.
Se comprenderá la facilidad con qiie se propaga dicha enfer-
medad, al considerar que una ley apícola alemana castiga con
severas penas pecuniarias á los apicultores que por negligencia,
descuido, 6 á sabiendas, den lugar á que aquélla tome incremento,
vendiendo ó dejando abandonadas colmenas, panales ó algún otro
material infestado.
Esta enfermedad es producida por un micobrio (bacilus álveo)
que se desarrolla en el fondo de las celdillas que contienen
cría, adquiriendo entonces ésta un color negruzco, transformándose
las larvas en una materia viscosa, que despide un olor fétido
particular que pronto se advierte al destapar una colmena atacada
de tan funesta enfermedad. En tal caso, muchas de las celdillas
62 APICULTURA MOVILISTA.

con cría, que las abejas kan llegado á opercular, las destapan
dejando un pequeño agujero en el centro de cada una.
La figura 18 representa un cuadro ó sección de panal atacado
por la enfermedad de la loque.
Las causas más probables de la aparición de esta enferme-
dad son el enfriamiento de la cría por efecto de un gran des-
censo de temperatura, que en los cumas destemplados y fríos,
albergadas las abejas en malas colmenas, no pueden sostener el
calor necesario para la incubación; alguna operación falsa, par-
ticularmente en los principiantes, que, sacando á la salida del

Figura 18.
P a n a l a t a c a d o de l a e n f e r m e d a d de l a l o q u e .

invierno, ó en días fríos de primavera, los panales al exterior de


la colmena, con el interés ó curiosidad de inspeccionarlos, ó bien
buscando la reina, los • exponen demasiado tiempo al aire libre,
en cuyo caso el pollo se enfría ó inutiliza^ produciendo, lo que
es peor, la citada enfermedad.
Hay algún apicultor que opina que tal enfermedad puede
provenir de ciertas flores que en primavera visitan las abejas;
habiendo también quien cree que puede presentarse espontánea-
mente; mas en uno y otro caso no acertamos á ver la relaci&n
entré la. causa y él efecto, y disentimos, por lo tanto, de se- 1

mejante criterio. .La lógica y la observación nos inclinan á creer


que la antedicha enfermedad ha de tener su origen em la dea-
APICULTURA MOVILISTA «3

Composición del pollo ó cría, ya sea por consecuencia de en-


;

friamiento ó por otra circunstancia cualquiera. ' '


Varios son los medios preventivos para evitar que la mencio-
nada enfermedad se presente y propague, cuales son: las precau-
ciones con que se debe operar para que no resulte el enfriamien-
to de la cría, el colocar dos ó tres bolitas de naftalina en las
colmenas en que hubiera algún fundado temor de que pudiese
aparecer y el desinfectar siempre el material por medio del azu-
fre, cuando se haya de emplear..
Hanse indicado muchos medios para su curación, como el em-
pleo del alcanfor, las fumigaciones y vapores del ácido salieílico,
el timol, fenol, etc., el ácido fórmico, cuya fórmula y empleo
se dirá por separado, y con la cual cree el autor haber obteni-
do algún buen resultado en ocasión de haber tenido sus colmenas
invadidas por dicha enfermedad. Cuando llegare á presentarse (que
afortunadamente suceda muy raras veces), si el mal se nota so-
lamente en una ó dos colmenas, aconsejan algunos apicultores que,
para evitar un mal mayor, se queme la colmena ó colmenas in-
vadidas con las abejas y panales, de manera que desaparezca por
completo el germen infeccioso; pues resiste la acción del tiempo
y las temperaturas más bajas, y aun las altas, si no llegan á
los cien grados.
Si se observara en varias colmenas, se destruyen los panales
infestados, y también las abejas, como no se intente la curación
de ellas por el ácido fórmico, y se sometan las colmenas, con
los utensilios empleados, al agua hirviendo por espacio de diez
ó doce minutos.
La fórmula para el tratamiento por el ácido fórmico es la
.siguiente:
20 partes de ácido fórmico al 50 por 100 (densidad |1' 20) y 80
partes de agua. 100 gramos de esta mezcla bastan para una dosis.
64 APICULTURA MOYILISTA

Manera de proceder. Saqúese de la colmena una parte de los


cuadros, teniéndolos retirados para irlos colocando sucesivamente
á medida que se necesiten, á fin de concentrar todo lo posible las
abejas en los cuadros enfermos. Después tómense des cuadros va-
cíos en los cuales se vierten los cien gramos de solución, cui-
dando de tenerlos casi horizontales y verter desde un poco alto
con un delgado chorro, al objeto de que el líquido entre bien en
las celdillas y permanezca en ella, lo que no sucedería si se
vertiera desde demasiado cerca; coloqúense esos cuadros á cada
lado de la cría y el separador inmediatamente; ocho días después
se inspeccionan, y si no hay curación se renueva la dosis tan tais
veces como sea. necesario. .•
Otras dos soluciones de ácido fórmico:
l." al 25 por 100 (densidad 1'06) ó sea ácido puro 25; agua 75.
2. a
al 50 por 100 (densidad 1'20), ó sea 50 de ácido puro
y 50 de agua.
Para usar la primera son necesarios 40 gramos de solución con
60 de agua; y para la 2 . , 20 gramos solución con 80 de agua.
a

Las abejas son excesivamente limpias y en su estado normal no


admiten ninguna abeja ó cría muerta en el interior de la col-
mena, ni substancia extrafia que produzca mal olor, ni evacxiacio-
nes producidas por ellas mismas; pero sucede á veces que sea
por efecto de temperaturas muy bajas, por nieblas ó continuadas
lluvias, por las cuales se han visto obligadas á no salir de la
colmena por espacio de dos ó más meses, se ven atacadas de la
disentería, haciendo entonces sus deposiciones, de un color ama-
rillento negruzco, en cualquiera parte, hasta sobre el traje ó vestido
del apicultor que inspecciona las colmenas, si sobre él se paran.
La causa principal es el aire alterado en el interior de la colmena
por la humedad y por la circunstancia antedicha. Para su cura-
ción, hay que suministrar á las abejas alguna dosis de buena
APICULTURA MOVILISTA 65

miel algo diluida y tibia, y además limpiar bien, en cuanto se pue-


da, las colmenas y panales.
En las del nuevo sistema, por sus buenas condiciones higiéni-
cas de abrigo, y si se procura una prudente ventilación durante
la invernada, parécenos que no es de temer se presente dicha
enfermedad.
El restreñimiento es producido por una especie de indigestión
provocada á causa de haberse alimentado con exceso á .fin de des-
arrollar más calor para hacer frente á una excesiva baja de
temperatura que pueda sobrevenir en el rigor del invierno: no
es de gran trascendencia esta enfermedad, y aunque en tales
casos las abejas se resisten á tomar alimento en la forma que
anteriormente se indicó ni en ninguna otra, si alguna colmena
quedara muy debilitada por consecuencia de la citada enfermedad,
se habría de asociar ó reunir con otra colonia.
El vértigo es una enfermedad de carácter individual, por la que
algunas abejas á la entrada de la colmena se las ve girar por
el suelo dando rápidas vueltas hasta sucumbir por la fatiga. No
creemos que esta enfermedad sea epidémica, pero, como quiera
que sea, no resulta alarmante. Atribuyese á la miel de algu-
nas flores.
En rigor, la falsa tiñá no puede calificarse de enfermedad, aun-
que muchas veces es la causa de que desaparezcan las colonias
débiles, que no pudiendo defenderse de ella por el escaso núme-
ro de abejas, causa verdaderos estragos en los panales.
La falsa tina es motivada por una mariposa nocturna de peque-
ño tamaño que, penetrando en las colmenas, deposita en ella sus
huevos, y al desarrollarse las larvas se alimentan de la cera de los'
panales, formando en ellos galerías que los destruyen y enrédanse
las abejas en los filamentos que hacen para encerrarse en el
capullo al objeto de pasar por la última metamorfosis.
La esfinge átropos (cabeza de muerto), es también una mariposa
APICULTURA M0VIL13TA 5
66 ' • ' APICULTURA M0V1LISTA

nocturna,: pero, de gran tamaño, que se introduce en las colmenas


para alimentarse de miel, y que al intentar penetrar en ellas causa
una grave perturbación . á las abejas, interrumpiendo sus habi-
tuales tareas. Si la colmena es fuerte, al punto las abejas aper-
cíbense de tan extraña é inconveniente intrusión y arrojándose
violentamente sobre ella, pronto acaban con su existencia, propo-
lizándola después por completo.
La falsa tina y la esfinge átropos más bien se kan de considerar
como enemigos de las abejas, así como el tejón, los lagartos, sapos,
dragones, abejarucos,, hormigas y avispas. Si las.colmenas están
bien pobladas, y esto se obtiene y consigue casi siempre con el
sistema dé Apicultura que vamos tratando, apenas llegará, á
conocerse el daño que estos animales pueden causar: no obstante,
siempre será prudente vigilarlos y procurar extinguirlos.
Para evitar la presencia y propagación de la referida falsa
tina en las colmenas, no estará de más fumigar con azufre los
cuadros y secciones al tiempo de introducir unos y otras en ellas..
CAPITULO VII

Ú t i l e s y a c c e s o r i o s q u e se n e c e s i t a n e n el s i s t e m a
m o v i l i s t a de A p i c u l t u r a .

Después de haber tratado cou la extensión necesaria de las


colmenas de este nuevo sistema; de los tipos y clases que más
aceptación han merecido, por sus mejores resultados, aunque se
han ideado muchas otras; de su esmerada construcción y ajus-
tada disposición interior, si es que han de satisfacer cumplida-
mente el ñn apetecido; así como del extractor de miel, aparato
indispensable que completa y perfecciona el sistema referido, he-
mos de ocuparnos también de otros accesorios y útiles que vie-
nen á ser como el complemento de un todo, resultante de la
observación y el estudio, para la más cómoda y racional explota-
ción de la industria apícola.
Algunos de ellos como el súper 6 sobrepuesto para la pro-
ducción 'de miel en secciones, la tablilla ó tabique de sepa-
ración para reducir ó agrandar según conviniere la. cámara de
cría ó núcleo de las abejas; la plancha perforada para impedir
el paso de la reina, las jaulitas de introducción de reinas, el
cuchillo desoperculador para destapar las celdillas llenas de miel
en los panales que se han de pasar por el extractor, el caba-
llete especial para colocarlos en el acto de desopercxilar y la
manta que cubrirá la parte superior de los cuadros en aquellas
colmenas entre las cuales no haya listoncitos intermedios, han
68 APICULTURA. MOVILISTA

sido ya citados y descritos eu su lugar correspondiente. Además


de los referidos, tenemos el ahumador, representado en la fi-
gura 19, instrumento que presta un importante é imprescindible
servicio en el manejo de las abejas y colmenas en actividad.
Se compone dicho aparato de un corto tubo de hoja de la-
ta de quince centímetros de longitud por cinco de diámetro,
cubierto por la parte posterior y protegido por una especie de
cubierta del mismo metal, y sobre el cual enchufa un apéndi-
ce que termina en forma cónica, en cuyo extremo hay un pe-
queño orificio para la salida del humo: en la parte más baja

Figura 19.
Ahumador Itingham.

dé su interior, hay colocada una rejilla ó pieza movible de


hoja de lata perforada á fin de facilitar la entrada del aire é
impedir la comunicación del mismo al introducir los trapos ó
materia combustible que ha de producir el humo: una pequeña
mancha ó fuelle adosada á la parte inferior, que tiene un ori-
ficio por donde impele el aire que es conducido por otro del
aparato metálico al interior de éste, establece su buen funciona-
miento haciendo humo en abundancia y dirigiéndolo con gran
empuje el operador, que puede manejar el mencionado aparato
con una sola mano, con gran comodidad y seguro efecto.
Las materias que suelen emplearse para producir el humo
son los trapos de algodón (los de hilo no son á propósito, y me-
nos los de lana), el papel de estraza, la madera cariada ó po-
drida, á manera de yesca, y aun algunos apicultores usan el
APICULTURA MOVILISTA 69

escremeuto seco de buey, tal como se venía haciendo á la an-


tigua, como único combustible á tal objeto.
Nosotros nos inclinamos al uso de los trapos de algodón, tanto
más adecuados si son de ropa muy usada, los cuales siempre
se tienen á mano.
Reseñado ya el mecanismo del anterior aparato y su aplica-
ción, natural y lógico será que expliquemos por qué se emplea
el humo al operar con las abejas. Desde tiempos remotos se ha
observado que éste las reduce y domina; pero hasta hace poco
tiempo se ignoraba el fundamento, el cual no es otro que el
humo les produce cierta alarma y aturdimiento, y en tal esta-
do, se precipitan sobre las celdillas que contienen miel (con
preferencia sin opercular, porque del momento les es más fácil
el acceso) para saciarse de dicha substancia, y sabido es que en
semejante estado las abejas se irritan poco, aunque se las toque
ó moleste, no haciendo uso apenas de su aguijón: esta es la
causa de la facilidad con que se manejan y conducen los en-
jambres, pues ya se dijo en lugar oportuno que las abejas, al
salir de la colmena formando enjambre, se alimentan para tres
días, en previsión de las contingencias que al referido enjambre
le puedan acontecer hasta su definitiva instalación. En lugar del
humo, también se ha probado introducir en el expresado apara-
to una esponja impregnada de creosota y ácido fénico con obje-
to de alejar á las abejas con tan fuerte y desagradable olor.
La antigua y rústica careta que usaban y todavía emplean
algunos colmeneros, con su rejilla de alambre á la parte de la
cara y el tupido trapo ó lienzo para preservar la cabeza y cue-
llo de la acción irascible de las -abejas, que resultaba molesta por
demás á causa del excesivo calor que produce, por impedir la
circulación del aire, ha sido reemplazada ventajosamente por un
sencillo velo de tul, el cual, para que tenga más consistencia y
alcance mayor duración, debe ser de seda. En cuanto al co-
70 APICULTURA MOVILISTA

lor, es conveniente que sea negro, pues las abejas, en caso de


intentar zaherir con sus picadas, no se inclinan tanto á dicho co-
lor como á los vivos ó claros. Dicho velo, que se coloca sobre
un sombrero de paja, quedando asegurado por un cordoncillo de
goma elástica, ha de ser de dimensiones tales respecto al ruedo
6 circunferencia, que llegue á quedar con relativa holgura y se
pueda introducir por encima de los hombros, espalda y . pecho,
sujetándose con la americana ó chaleco. • .• • .
La figura 20 dará una idea completa de la forma y dispo-
sición de dicho velo al tiempo de usarlo.

Figura 2J.
A p i c u l t o r con el v e l o p u e s t o .

Usase alambre sumamente delgado galvanizado para fijar: con.


alguna solidez la cera estampada ó panal artificial en los cuadros
r

al objeto de qué no solamente-, no se desprendan ni desvíen


al trabajar en ellos las abejas, sino que también resistan sin.
romperse la potente acción del extractor.
Para fijar dicho alambre, que puede ser en forma delineas
paralelas ó bien á manera de una M, ó sea en sentido -;dia-i
APICULTURA MOVILISTA 71

goíial, pero dejándole bien tirante ó con una tensión regular,


son necesarias unas pequeñas horquillas que se clavan en la
parte superior é inferior de los cuadros. Al efecto, se ha ideado,
un aparato llamado clavahorquillas; pero esta operación puede
hacerse también valiéndose de un pequeño martillo.
Al objeto de colocar mejor el panal artificial en los euadros,
es conveniente usar una tableta que entre holgadamente dentro
del cuadro, quedando ésta por su grueso ala mitad. A fin de
que dicho panal quede fijo y sostenido por los alambres, se
introducen éstos por entre la cera, valiéndose de una especie
de ruedecita dentada ó espuela llamada eperón, figura 21, y en

Figura 21.
Eperón Woiblet.

medió de sus dientes hay una pequeña ranura por donde pasa
dicho alambre al correr suavemente la espuela, -y para que esta
-operación resulte bien hecha, conviene calentarla cada vez que
se' use en una lamparilla de alcohol. : •
Entre la lámina de la cera estampada y el marco del cua-
dro debe dejarse á los lados y en la parte inferior, un espacio
de cerca de un centímetro, á fin de que al dilatarse ésta con
el calor en el interior de la colmena, no resulte torcido ó
desviado el panal, que en tal caso sería defectuoso en cuanto al
paralelismo conveniente de los cuadros en las colmenas y tam-
bién para colocarlo en el extractor.
Cuando hay necesidad ó se considera conveniente alimentar
las abejas, sea porque tengan falta de provisiones en la colme-
na, bien por tratamiento curativo (solución de ácido salicílico
para la curación de la loque ó para la curación de la :disente-
72 APICULTURA. M0VILI8TA

ría), ya por estimular la puesta de la reina á la salida del


invierno, ó también por alimentar colonias débiles ó enjambres
de reciente instalación, si se presenta mal tiempo, se liace uso
de un aparato denominado alimentador, figura 22. Los hay de
varias formas, de construcción más ó menos ingeniosa, y los
más sencillos que están al alcance de todos, consisten en un
frasco de poca altura y cuya boca sea algo ancha: se llena de
miel ó de jarabe, según convenga, se tapa con un trapo de
tejido no muy claro, se liga ó sujeta bien al cuello, y dis-
puesto de este modo se invierte dejándolo boca abajo sobre el

Figura 22.
Alimentado! 1
JLayens.

centro de los cuadros de la colmena,, procurando que quede


tapado todo lo demás que no esté ocupado por el alimentador.
Para que las abejas puedan recorrer to:la la superficie deter-
minada por la boca del frasco sería conveniente guarnecerle con
un zócalo ó base de madera en la que dejara libre por debajo
unos ocho ó nueve milímetros.
El súper, figura 23, se compone de un bastidor de madera del-
gada de unos nueve centímetros de altura, menos en la parte
anterior que es dos ó tres centímetros más bajo. En el fondo
hay unos listones á los lados y dos en la parte media de 8 á
9 milímetros de grueso, para qué entre los cuadros del cuerpo
de colmena y el referido súper puedan circular libremente las
APICULTURA MOVILISTA 73

abejas y subir á las secciones: entre una y otra línea de éstas


se establece una división para que resulten hechas con regula-
ridad, la cual se obtiene con láminas ó placas de hoja de lata
ó de zinc, pero con pasos de comunicación entre todas las sec-
ciones, según se dijo en otro lugar y se verá en la siguiente,
figura 24. La última línea de secciones tiene un vidrio que
suple á la lámina de separación, á través del cual se puede

Figura 23.
Sobrepuesto ó super p a r a secciones.

Figura 24.
S e p a r a d o r e s i n t e r p u e s t o s en l a s s e c c i o n e s .

observar el-trabajo de las abejas. Por último se cubren dichas


secciones con un trapo de ropa de abrigo y fuerte, el cual Va
unido al indicado súper.
Las secciones, figura 25, cuyo marco es de una sola pieza que
arma por unos medios cortes en ángulo de 45 grados, sé fabri-
can actualmente en el extranjero y son de madera blanda de
plátano ú otra que permita doblarse por dichos medios cortes, sin
romperse. No obstante, deben antes humedecerse.
74 APICULTURA M0V1L1STA

Empléase un cuchillo especial de" corte biselado en todo el


contorno de su hoja para destapar las celdillas operculadas de los
panales que contienen miel á extraer, por cuyo motivo se le de-
nomina cuchillo desoperculador, de forma semejante á la siguiente

Figura 25.
¡Secciones y separadores.

figura 26, y también se usa, supliendo á dicho instrumento,


una especie de pequeño rastrillo.
Para mayor comodidad en la operación de desopercülar, hácese
uso de un caballete sobre el cual se colocan los cuadros de los

Figura 26.
Cuchillo desoperculador.

cuales se ha de extraer la miel, dándoles una conveniente, incli-


nación.
'> Resta todavía enumerar otros utensilios, si no del "todo nece-
:

sarios, muy convenientes en el cultivó."de las abejas,; según .el


;

istema tantas veces dicho. M•


i:
APICULTURA . M0V1LISTA 75

• Estos son: una pequeña caja, llamada portaeuadros figura 27


ya sea para colocarlos en las colmenas ó bien para colocarlos
en dicha caja cuando se sacan de ellas, especialmente si' contie-
nen miel, porque es preciso no ignorar que las abejas, cuando
el campo está agostado por efecto de la excesiva sequía ó por lo
avanzado de la estación, no encontrando flores que visitar, andan
muy codiciosas de la miel ó de cualquiera otra substancia azu-
carada, y entonces es prudente evitar, en lo posible, cuando se
saquen cuadros con miel de las colmenas, no dar lugar á que

Figura 27.
C a j a portaeuadros.

sientan mucho el olor de la miel, ya que tienen el sentido del


olfato muy desarrollado, pues de no procederse con cautela,'
llegan á molestar, echándose sobre los panales, y, lo que es peor,
se corre el riesgo de provocar el pillaje, el cual consiste en
introducirse abejas de otras colonias en las colmenas débiles para
apoderarse de sus provisiones, lo que sucede irremisiblemente S j
no hay buen número de abejas guardianas en la piquera, aca-
bando, si no se evita á tiempo, por llevarse las abejas intrusas
76 APICULTURA MOVILISTA

toda la miel que pudieran contener las citadas colmenas objeto


del pillaje.
Cuando se observa un caso semejante, y que si no se procura
remediar puede generalizarse en el colmenar, debe inmediatamen-
te reducirse todo lo posible la entrada de la colmena ó colmenas
que sean víctimas del pillaje, y si esta precaución no fuera bas-
rante, retirarlas, cerrándolas por completo, pero con la convenien-
te ventilación, á un sitio fresco, obscuro y aislado, hasta el día
siguiente, ó bien hasta cerca de anochecido, hora en que la agi-
tación habrá cesado.
Dicha caja, que como se desprende habrá de quedar bien
tapada, deberá ser de las dimensiones de los cuadros, capaz para

Figura 28.
Cerificado!- s o l a r .

contener cuatro ó seis de éstos y de modo que queden suspen-


didos en la misma disposición que estaban en la Colmena.
Utilízase un aparato para fundir y purificar la cera por un
procedimiento sumamente sencillo, mediante el calor del sol, lla-
mado c&rificador solar, figura 28.
También un cepillo, figura 29, estrecho y largo, de pelo ó
cerda fina, con mango prolongado, para barrer las abejas de los
cuadraos, cuando éstos se sacan de las colmenas al tiempo de ex-
APICULTURA MOYILISTA 77

traer la miel. Puede suplirse perfectamente con una pluma de


oca ó de ganso.
Un cuchillo fuerte de hoja larga, de los ordinarios, para
sacar dichos cuadros.
Una especie de tenazas, levanta cuadros, aunque este instru-
mento no está muy en uso.
Guantes de gamuza para operar con las abejas, aunque su
empleo es para ello un obstáculo.
Nivel de agua para instalar y tener las colmenas en cons-
tante posición horizontal. La conveniencia de que estén de tal
modo, estriba en que, de no ser así, podrían torcerse ó desviarse

Figura 29.
C e p i l l o p a r a b a r r e r l a s a b e j a s «le l o s cuadros.

los cuadros con el peso de la miel, inconveniente que ya cono-


cemos sabiendo la distancia exacta, hasta de milímetros, á que
han de estar dichos cuadros de la superficie lateral interior del
cuerpo ó caja de la colmena, ó bien perdiendo la necesaria equi-
distancia los cuadros cou relación al plano vertical,, que de otro
mpdo las abejas los unen unos con otros.
Finalmente, por lo que la experiencia nos viene enseñando
en los muchos años que ya llevamos de práctica en el cultivo
dé las abejas, recomendamos á los apicultores se provean de un
barómetro que les sirva de guía en algunas operaciones, espe?
1

eialmente al terminar el invierno y principios de primavera, y


al operar con enjambres, ya sean naturales ó artificiales, cuyo
büéñ resultado puede comprometer un brusco é inesperado des-
censo de temperatura.
CAPITULO VIII

D i f e r e n t e s r a z a s y v a r i e d a d e s de a b e j a s , y c u a l i d a d e s
de c a d a u n a .

Hay algunas variedades de abejas, cuyas cualidades conviene


conocer, tanto por meia curiosidad, como por el interés que pue-
da tenerle al apicultor. '
La primera de que nos ocuparemos es de la italiana, denomi-
nada también liguriana: es originaria de la Italia septentrional,
región de los Alpes. En un principio había bastante prevención
contra esta clase de abejas; pero actualmente, reconocidas sus
cualidades superiores sobre las otras, son muchos los apicultores
extranjeros que la han introducido en sus colmenares.
La abeja italiana es del mismo tamaño y forma que la ne-
gra, ó común, bien conocida entre nosotros; pero es de un color
mucho más claro, y se distingue también en que tiene tres,
anillos amarillentos debajo de las alas. Es muy prolífica y ac-
tiva, y sale muy pronto. al campo á pecorear, y se, retira más
tarde que la abeja negra; aumenta en población rápidamente,,
hallándose dispuesta muy proato á enjambrar y á la recolección
de miel, en la cual lleva además de esta ventaja á las del país
l a . d e poder libar algunas flores á cuyos nectarios no pueden,
llegar ¡las abejas de nuestra raza, por tener la lengua ó trompa,
más larga que éstas. Su carácter, además, es dulce, circunstan-
cia por la cual se manejan con mayor facilidad.
APICULTURA MOVILISTA " 79.

• Estableciendo cruzamiento de esta raza con la nuestra,, se


pueden mejorar mucho las cualidades ele ésta, ya de sí excelentes
por. su actividad, docilidad y fecundidad, evitando los inconve-
nientes que naturalmente resultarían ele una consanguinidad
prolongada.
Se puede transformar en poco tiempo una colonia de abejas
de la raza común suprimiéndoles la reina é introduciendo otra
fecundada italiana, que se remiten, así de ésta como de otras
razas, por correo, si se piden á algún establecimiento apícola,
donde se anuncien de venta. Como las nuevas abejas, que con
gran premura vienen renovando á las otras, depende su clase
de los huevos que ponga la reina y no de otra circunstancia^
por eso decimos que en el transcurso de corto tiempo, unas siete
ú ocho semanas, se habrá cambiado una colonia de abejas de la
raza común por la . italiana, y así. de otra cualquiera, según
sea la procedencia de la reina ó madre, .fecundada, por supues-
to, por un zángano ó macho de la misma raza.
ABEJAS CHIPRIOTAS Y SIRIANAS.-—Se las considera á estas dos
clases de recomendables cualidades, por las circunstancias si-
guientes:
1. A
Las reinas son excesivamente fecundas: empiezan á po-
ner más pronto y acaban más tarde que las de las otras abe-
jas; no interrumpiendo la postura aunque la recolección de miel
sea muy escasa.
2. a
No crían tantos zánganos como las otras- razas.
3. a
Son muy animosas en la defensa de la colmena y
provisiones, y resisten con vigor las contrariedades del tiempo.
4. a
Cuando salen á pecorear, vencen las dificultades contra
los fuertes vientos, siendo muy prudentes y previsoras para
salvar en lo posible los repentinos cambios de tiempo con su,
rápido vuelo, si se encuentran fuera de la colmena.
5. a
Construyen . más celdillas reales.
80 APICULTURA MOV 1L1SX A

6. a
Se adhieren más á los panales, como las italianas; pero
se desprenden de ellos fácilmente por medio de una sacudida,
que en todos los casos, para limpiar de abejas un cuadro, debe
hacerse de modo que el cuadro no toque en ninguna parte.
7. a
Pueden ser manejadas con más prontitud que las abejas
italianas y negras.
Las desventajas sobre las abejas italianas son éstas:
1. a
Son de un temperamento más irritable.
2. a
Son más propensas á tener abejas ponedoras cuando las
colonias quedan huérfanas (sin reina).
3. a
No pasan tan bien la invernada en los países destem-
plados ó fríos donde se las quiere aclimatar, á causa de proce-
der de un clima cálido.
ABEJAS CARNIOLAS.—Esta clase de abejas, importadas de la
Carniola, pequeña región al sudoeste de Austria, es bastante
conocida ya en España. Son estas abejas de un color algo más
claro que las del país y de un tamaño aproximadamente igual:
tienen la ventaja de ser más dóciles que las nuestras, pues
muchas veces, no siendo la operación complicada, se las puede
tratar sin el auxilio del ahumador ni con la prevención del velo:
las reinas de esta clase de abejas son muy prolíflcas, y si bien
se las atribuye el inconveniente de enjambrar mucho, en los
ocho ó diez años que hace que casi exclusivamente poseemos
esta raza y la tratamos en algún otro colmenar, no hemos no-
tado de un modo excesivo este defecto.
ABEJAS CAUCASIANAS.—Se conocen de esta raza dos variedades,
una de color amarillo, algo menos pronunciado que el de las
abejas italianas, y otra de color gris.
Hase observado que dichas abejas son de un carácter suma-
mente dócil, hasta el punto de podérselas visitar frecuentes veces
sin necesidad. de ahumarlas, pues permanecen perfectamente ad-
heridas á los cuadros ó panales cuando éstos se sacan de la
'APICULTURA. MOVILISTA 81

colmena, agitando tan sólo un poco sus alas y elevando al


propio tiempo el abdomen. Dada esta excepcional circunstan-
cia, tan favorable contra la general, y en cierto modo fundada,
prevención contra el cultivo de las abejas por los desagradables
efectos de sus picadas, sería muy conveniente, para la mayor
difusión de la Apicultura, que tan recomendable raza se propaga-
se, especialmente para los' que en aquélla comenzaran á iniciarse.
Hay, además, alguna otra variedad de abejas: una en Argelia,
aceptable por ciertas buenas cualidades que reúne, y otra en
Egipto, lá cual no se recomienda bajo 'ningún concepto á causa
de ser tan irascible y arisca que con dificultad permite que el
hombre la domine y cultive.

APICOLTURA MOVILISTA
CAPITULO IX

O p e r a c i o n e s con l a s a b e j a s y c o l m e n a s d u r a n t e e l
ano.

Ante todo, debe tenerse presente que en la conducción de


UQ colmenar, como ocurre también en Agricultura, á la que va
íntimamente asociada la Apicultura por los estrechos vínculos de
la vegetación, y á la que contribuyen las circunstancias del cli-
ma y variaciones atmosféricas, no pueden darse reglas precisas,
fijando fechas ni precisando períodos limitados- ó cortos días
para ejecutar tales ó cuales operaciones; por lo tanto, necesario
y prudente será que cada apicultor se acomode á las condiciones
de su comarca ó localidad, teniendo en cuenta la duración del
invierno, la época en que aparezca la florecencia de las plantas
ó árboles que dan abundantes flores melíferas, y alguna otra
que no es dable precisar. Tratando, pues, el asunto de un modo
general, iremos detallando lo que en cada mes debe hacer un
diligente y cuidadoso apicultor.
Enero.—En este mes pocas atenciones requieren las abejas
por estar aún en la invernada, si no es observar si les falta
alimentación por escasearles las previsiones y ver si hay algu-
nas abejas muertas en las entradas ó piqueras, en cuyo caso
dificultarían la salida y entrada de las otras al ponerse eu acti-
vidad.
AMCUXTÜKA M0V1LISTA 83

Febrero.—A principios de este mes se hace una visita gene-


ral á las colmenas, observando si todas conservan la reina, si
han pasado bien la estación de invierno, y si, aun teniendo pro-
visiones, no ha comenzado la puesta alguna x-eina en cuyo caso
convendría dar á las abejas de aquella colmena alimentación es-
timulante.
Si se encontrara alguna colonia sin reina (orfelina) se reu-
nirá al momento con otra; pues en tal estado ha de conside-
rarse como perdida.
Tratando de las visitas á las colmenas y de cerciorarse de
si todas las colonias conservan la reina, oportuno será que coa-
signemos en este lugar el modo de proceder en uno y otro caso.
Al visitar una colmena, ha de tenerse siempre la precaución
de prevenirse con el velo y el ahumador, introduciendo algo
de humo por la piquera, á ñn de que, como ya se dijo, las
abejas alarmadas ó molestadas por su olor, vayan á saciarse de
miel én cuyo estado ya se sabe que se muestran más pacíficas
é- inofensivas. Hecho esto, no se abrirá la colmena hasta pasa-
dos dos ó .tres minutos; entonces se echa humo por entre los
cuadros y si se ve que las abejas no se agitan, levantando las
patas traseras, lo que es de mal síntoma respecto á sus inten-
ciones de picar, se van levantando los cuadros ó separándolos
un poco unos de otros, si lo permite el espacio, sacándolos al
aire libre lo menos posible si la temperatura es algo baja, aún
con la exposición al sol. Los cuadros ó panales se han de mover
suavemente sin exponerlos á sufrir golpes, y menos á caídas,
pues en tal caso sería inevitable la irritabilidad de las abejas y
difícilmente se las podría contener, ni con el recurso del humo,
que por previsión siempre se habrá de tener bien dispuesto el',
ahumador para funcionar. Los movimientos bruscos y acelerados
del operador también suelen ser contraproducentes para el buen
manejo, de las abejas.
84 APICULTURA MOYILISTA

Cuando el barómetro anuncia un cambio de mal tiempo;


cuando se nota demasiado fresco, ó hace viento, ó cuando el
tiempo está tempestuoso, no es prudente visitar las colmenas, ni
tampoco á las primeras horas de la mañana, especialmente en
primavera, ni ya avanzada .la tarde. Las mejores horas del día
son de las 11 á las 15. Son éstas reglas de conducta para el
colmenero, dictadas por la experiencia.
Por otra parte, el uso de los guantes para preservarse las
manos de las picadas son un grave inconveniente para coger
los cuadros y hacer las operaciones con la prontitud que se re-
quiere, á fin de no dar tiempo á que las abejas de la colmena
que se visita,, ni las próximas, se agiten demasiado.
MODO DE BUSCAR LA REINA.—A la salida del invierno suele
hallarse en los cuadros ó panales del centro: así, pues, se
levantará con prontitud y suavemente un cuadro de éstos evi-
tando el roce con los del lado con objeto de no molestar dema-
siado á las abejas, ni ponerá la reina én peligro de ser aplasta-
da, por ser de suyo muy delicada, y se inspecciona cuidadosamen-
te y á buena luz por ambos lados, sin hacer caer las abejas; si
el objeto fuera asegurarse nada más de si tenía reina la colonia,
bastaría examinar el cuadro, fijándose si había en él puesta
operculada, sin opercular, ó bien hüevecillos, para cuya inspec-
ción se necesita mirar el interior de las celdillas con gran dete-
nimiento: si no se encontrara en dicho cuadro la reina, se
pondrá á un extremo de la colmena, si el día no está muy frío,
y se levantará otro de los inmediatos, aunque es probable que,
por ser muy tímidas las reinas ó madres, se haya corrido
mientras se inspeccionó el primer cuadro á otros más apartados
de los del centro: por esta razón dijimos que esta operación
debe hacerse con suma diligencia, para lo cual, en ésta, como en
otras. muchas operaciones, lo mejor para un principiante sería
ver practicar á un apicultor experimentado. Si no se encuentra.
APICTJIiTUEA MOVILISTA 85

la reina en • ninguno de los cuadros de un lado, se pasa á ins-


peccionar los del otro, y aun sucede á veces que se sitúa entre
:

las abejas que hay en las paredes de la colmena, pretendiendo


ocultarse entre ellas. Si se observara que tampoco se encontra^
ba allíj habría necesidad de proceder á una nueva revisión de
cuadros, comenzando por los primeros que se vieron, y creemos^
por lo que hemos observado con nuestra propia práctica, que,
por último, habría de lograrse el fin apetecido, siempre placen-
tero, de conseguir ver el ser viviente más interesante de la
colonia, tanto por su peculiar elegancia como por su peculiar
significación.
Marzo.—En los climas templados comienzan á desarrollarse
las'colonias en dicho mes: si se presentan días continuados dé
mal tiempo que impida á las abejas salir de las colmenas á
visitar las flores para recoger miel y polen, se las alimentará,
si tanto escasearan de provisiones, y en cuanto al polen, que
les es necesario para atender á la alimentación de la cría, se
les puede suplir echando harina en las celdillas de algún panal
vacío: la clase de harina más indicada para este caso es la de
avena.- Si no se ha limpiado el fondo de las colmenas en la
-primera visita que á ellas debió hacerse en el mes anterior, se
hace en el actual. Deben ponerse panales vacíos ó cuadros con
cera estampada en las colmenas que falten; tanto más si las co-
lonias son fuertes.
Este mes es el más á propósito para hacer traslados ó trasva-
ses de abejas y panales de las colmenas antiguas á las moder-
nas ( 1 ) . ' Ya se explicó en otro lugar el procedimiento.

(1) El hacer un traslado á la entrada de la primavera es al-


tamente ventajoso para obtener una abundante recolección de miel
en el mismo año, según repetidamente hemos comprobado.
86 APICULTURA ÍIOVILISTA

Como en este mes la cría es abundantísima, y en su alimen-


tación entra como elemento el agua, y se ha observado que las
abejas buscan con preferencia la que sea algo salada, parécenos
que sería oportuno proporcionársela en tales condiciones, por me-
dio de un recipiente de poco fondo, colocado inmediato á las
colmenas y en el cual debería ponerse musgo, esparto ó hierba,
con objeto de que algunas .ie las abejas que fueran á beber no
perecieran ahogadas.
Abril.—En climas que no sean destemplados y si la estación
se presenta bonancible, comienzan algunas colmenas á dar seña-
les de querer enjambrar. Si se desea hacer enjambres, no debe
perderse tiempo para ello, pues llevan mucha ventaja los tempra-
nos á. los tardíos, tanto para formar fuertes colonias en la pro-
pia estación, como para obtener de ellos una regular cosecha
de miel. Si no se hubiera hecho ya, se irán colocando en las
colonias de mayor desarrollo, panales vacíos ó artificiales á con-
tinuación de los que estén ocupados por las abejas, y nunca,
por pretender que obren en ellos con rapidez, se han de colocar
entre los panales que contengan cría, porque de tal modo
quedaría privado el núcleo ó foco del calor necesario para la
incubación, corriendo el .peligro de enfriarse el pollo, con sus
fatales consecuencias.
Si los panales vacíos se guardan durante el invierno, fuera
de las colmenas, no será ocioso repetir que ha de procurarse
que estén en sitio seco, porque enmohecidos repugnan ocuparlos
las abejas; y siempre será conveniente desinfectarlos con azufre
quemado antes de introducirlos en las colmenas, á fin de destruir
cualquier germen de enfermedad ó de falsa tifia que en ellos
pudiera haber.
Mayo.—En este mes se van preparando las colonias para la
gran floración ó mielada. En las. colmenas verticales se irán co-
Jocando las alzas, teniendo la precaución ele desinfectarlas por.
APlCTJIiTtTRA MOVILISTA 87

medio del azufre, según se dijo para los cuadros ó panales va-
cíos, y en los horizontales se irán adicionando cuantos ¡cuadros
quepan, si las abejas van ocupando todos los dem'ás.
Si se han de obtener secciones, se irán preparando en los
sobrepuestos con objeto de colocsr éstos encima de la cámara de
cría de las colmenas. Las secciones las irán ocupando las abejas
á medida que aumente en la colmena sú población y vaya ele-
vándose la temperatura, y si se las quiere obligar á que ocu-
pen más pronto dichas secciones, se reduce el espacio de la
citada cámara de cría por medio de una tablilla ó tabique de
partición.
. A mediados ó á fin de este mes, según los climas, se pre-
sentan los enjambres . naturales, y de ellos ya nos ocupamos
en el lugar correspondiente.
Como la estación avanza y el calor comienza á dejarse sen-
tir, será conveniente agrandar la entrada de las colmenas para
la ventilación y á ñu de que entren y salgan las abejas con
más comodidad. *
Junio.—Es el mes de la recolección de miel en la mayoría
de las regiones'. Debe ponerse mucha diligencia en sacarla de
las colmenas tan pronto como las abejas la operculen en los
panales, y aunque no estén operculados en parte, con objeto de
aprovechar el corto tiempo de la gran mielada, dándoles facili-
dades á las abejas para que almacenen más miel en las celdi-
llas- vacías. Ya se dijo en otro capítulo el modo de proceder
para extraerla, y ahora sólo nos resta añadir que "la miel al
salir del extractor para colocarla en latas ó vasijas (y no con-
viene sea en toneles ó barriles), debe hacerse, pasar por una
gasa fuerte, doblada, que sirva de tamiz, ó bien una tela me-
tálica de regular espesor.
La miel extraída por este sistema resulta completamente
pura, y se paga á mayor precio, en igualdad de clase.
83- APICULTURA. MOVILISTA

, Aumentando el calor con el rigor de la estación, y no siendo


suficiente para la ventilación de las colmenas el • que tengan
abierta toda la entrada ó piquera, se levanta la caja por la
parte delantera, sosteniendo el plato ó fondo movible con unas
pequeñas falcas.
Julio.—Pasada la época de la gran recolección de miel, las
abejas en este mes disminuyen su actividad y la reina va re-
duciendo su puesta. No obstante, puede reanimarse dicha activi-
dad y obtener una segunda cosecha de miel, aunque no sea tan
abundante como la primera, trasladando las colmenas á puntos
montañosos y frescos donde la vegetación sea más tardía y haya
plantas como espliego, ajedrea, cantueso y otras que florecen á
último de Julio y durante el mes de Agosto.
El transporte de colmenas pobladas se hace con todas las
precauciones posibles para que no haya ningún escape de abe-
jas, poniendo dos listones clavados á los lados de sostén.de los
cuadros, con plauchitas perforadas en las entradas ó piqueras
para que se establezca algo de ventilación, transitando por la
noche para evitar el calor durante el día que pondría en grave
peligro á las abejas, pues .morirían asfixiadas. Eñ el extranjero
se transportan en el ferrocarril y en carruajes de muelles, á fin'
de que, estando en movimiento, no den fuertes golpes ni sacu-
didas.
Si no se trasladan las colmenas, se les van quitando las
alzas á las verticales y se procura dejarles alguna cantidad de
miel para las provisiones de invierne, si no hay probabilida-
des que recolecten algo de miel en el resto de la estación de
verano y otoño. Estas provisiones, calculando que la invernada
rigurosa sea de tres meses, se aprecian en unos 15 kilogramos
de miel por cada colonia.
Agosto.—En este mes, agostada por lo general la vegetación,
mayormente en un año de sequía, escasa labor hacen las col-
APICULTURA HOVILISTA 89'

menas; sin embargo, si se augurara que entrarían con pocas


provisiones en invierno, se les podría suministrar artificialmente
dándoles á las abejas jarabe 6 miel, que la almacenarían en los 1

panales sin alimentarse de mayor cantidad qué la necesaria; pues


se ha observado que si bien las abejas son ambiciosas en apo-
derarse de la miel ú otras substancias azucaradas fuera de la :

colmena, no lo hacen tanto por nutrirse como por llevarla á


ella, • donde la almacenan.
Alimentando las abejas en este mes, también sé les puede
entretener haciendo que construyan ó alarguen el. panal artifi-
cial.
Septiembre.—Poco hay que decir respecto á este mes en
cuanto á las ocupaciones del colmenar. Convendrá, no obstante,
inspeccionar las colmenas para cerciorarse de si se encuentran
en buen estado de sanidad y de si la polilla ó falsa tina se ma-
nifiesta por las larvas que de ella aparezcan, destruyendo tan-
tas como puedan encontrarse.
Octubre.—En este mes se hacen parecidas operaciones al an-
terior: se deshacen los núcleos (pequeñas colmenas) si se tenía
alguno hecho, reuniéndolos con colmenas débiles, cuya ocasión
puede aprovecharse para reforzarlas. De aquellas colmenas que
en otoño hayan recogido miel con exceso para pasar el invierno,
se las podrá sacar algún cuadro, bien para llevarlo al extractor,
ó ya para guardarlo, á fin de alimentar á las colonias que lo
necesiten • durante el invierno ó á principios de primavera, en la
forma de miel en panal. Conviene advertir que la abundancia de
miel en esta época es una garantía de buena invernada para
las abejas, y también de que, saliendo las colonias fuertes de la
estación de invierno, adquieran un gran desarrollo en primave-
ra, punto capital para obtener una abundante cosecha de miel á
poco que las demás circunstancias de vegetación y atmosféricas
favorezcan.
90 APICULTURA MOYILISTA

Noviembre.—En los países fríos y aun en los templados, de-


ben disponerse los preparativos para la invernada de las abejas,
á fin de que en esta época de reposo se las acomode. en las me-
jores condiciones higiénicas. Ya se dijo en otro lugar que las
abejas resisten las más bajas temperaturas, si bien cuanto más
intenso sea el frío por ellas experimentado, tanto más calor ha-
brán de desarrollar en él núcleo compacto que forman, y la
producción de este calor será á expensas de mayor consumo de
miel. De ahí la conveniencia de procurarles el maypr abrigo po-
sible en la época de intensos fríos. En los países septentriona-
les y de grandes altitudes, como por ejemplo en los Alpes,
ya dijimos que, como prevención sobre este particular, se
construyen las colmenas de dobles paredes ó se recubren las
cajas ó cuerpos de ella con paja larga; y aun se llega á inter-
poner entre uno y otro cuerpo, dejando un espacio vacío, una
capa de paja de avena con un cojín ó almohadilla de lo mismo
sobre los cuadros. Hay apicultor que aconseja se tengan las col-
menas durante los grandes fríos en cuevas ó grutas. Creemos que
en nuestros climas no hay necesidad de apelar á semejantes
extremos.
La cuestión de invernada de las abejas ha tomado tanta im-
portancia, y con razón se considera de tal trascendencia, que ha
sido y viene siendo muy discutida y dilucidada por los más
adelantados apicultores.
Objeto de atención y cuidado debe ser que en el interior de
las colmenas no se concentre humedad ni por la que penetre del
exterior ni por los vapores que produzcan las abejas obligadas á
permanecer recluidas por tanto tiempo. Opinan algunos que para
evitar que dicha humedad pase á través de la madera y soste-
nida por ella en el interior de las colmenas, se las pinte al
óleo por la parte exterior (lo que siempre será ventajoso para su
mejor conservación) y por dentro, al objeto de q4ie los -vapores
APICDLTUBA MOVXI.ISTA 91

candenRadas no sean absorbidos y hagan permanecer latente di-


eta huínedad nociva á las abejas y perjudicial para los panales
que ocasiona su enmohecimiento, el cual, como ya se dijo, re-
pugna de un modo manifiesto á las abejas.
Para prevenir los inconvenientes de la humedad interior, se
recomienda que se dé á las colmenas una ligera inclinación ha-
cia la parte de la piquera ó entrada, á fin de que el agua de
los vapores que dentro lleguen á licuarse salga con facilidad al
exterior, y también para aumentar, á la vez, por este medio,
la renovación de aire, necesaria de todo punto á la cómoda y
sana respiración de las abejas durante su inactividad.
Antes de proceder al arreglo de las colmenas para la inverna-
da,' se observará si hay alguna colonia orfelina y dado caso que
la hubiese, se hará con ella una . reunión, asociándola con otia.
Diciembre.—Como no sea retirar la nieve de las entradas de
las colmenas en los puntos en que suelen caer grandes nevadas,
y los colmenares se hallen instalados á descubierto, poco ó nada
hay más que hacer, si no es reparar el material, y ac'cesorios
que lo hayan de menester.
A este mes corresponde la época más indicada para trasladar
las colmenas, cuando así convenga, á otro punto próximo ó me-
nos distante de dos ó tres kilómetros, ya que de hacerlo en
tiempo en que las abejas sé hallan en plena actividad, se pier-
den muchas de ellas, volviendo al sitio en que primeramente se
hallaban aquéllas.
Creemos haber dicho, en resumen, todo lo que en cada mes
y estación debe hacer un buen apicultor. Por lo demás, la mis-
ma práctica, máxime si ésta fuere bien fundamentada, le ense-
nará lo que deba hacer tras varias operaciones interesantes, que
con' el carácter de novedad y como casos especiales se "presen-
tan, los cuales suelen ser muy frecuentes, como nos lo tiene
demostrado una larga experiencia.
92. APICULTURA MOVTLISTA

Un ilustrado criterio del."arte., robustecido por la práctica/se-


; 1

rán.,una buena ;guía 'para' proceder


:
con acierto «n operaciones'
que á' veces se,, presentan , y que no son consignadas ni están 1

previstas en los libros.; 1 ;


;
••• Una, ítevista > apícola.•• de' las que se publican en España'y en
1

el ¡extranjero,'será.también un buen-auxiliar paran la ladqüisi-'


ción.de conocimientos teórico-prácticós. 1
•,• ••' •••• • ••
CAPITULO X

Sitio en que h a de colocarse un c o l m e n a r . Circuns-


t a n c i a s que d e b e n t e n e r s e p r e s e n t e s p a r a s u
acertada instalación.

Una de las causas que más pueden influir en los buenos


resultados del cultivo de las abejas es el sitio donde ha de
colocarse un colmenar, juntamente con otros requisitos que, aun-
que de un orden secundario, importa mucho conocer.
Al expresarnos así, ya se comprenderá que queremos refe-
rirnos á un colmenar de importancia; pues para instalar cuatro
6 seis colmenas por vía de afición ó recreo, y no en concepto
industrial ó especulativo, no habría por qué fijarse tanto, puesto
que cualquier punto puede" ser más ó menos á propósito, aun-
que los rendimientos de • miel que darían las abejas-, por más
que fueran atendidas con el mayor esmero, estarían en rela-
ción con las condiciones que respecto á flores melíferas ofreciera
dicho punto. • .
En primer, lugar debe meditarse, pues, .sobre-los recursos
que presente el terreno en cuanto á la comarca. ó eii un radio
de tres á cuatro kilómetros, respecto á las clas.es de plantas
silvestres de flores melíferas que allí dominen, la probable vege-
tación de las mismas, dependiente de la regularidad de las
lluvias; las plantas de prados naturales y las de cultivo de los
artificiales que. también produzcan flores de las. visitadas por las
94 APICULTURA MOVILISTA

abejas, ó árboles frutales en mayor 6 menor abundancia, sin


cuyos indispensables elementos es imposible que prospere un
colmenar.
Es conveniente, además, que éste se halle situado al abrigo
de los fuertes vientos reinantes que tanto dificultan la pecorea
y regreso de las abejas á las colmenas, pereciendo no pocas
sin .poder lograrlo: debe estar apartado de lagos, estanques y
grandes ríos, pues las abejas que caen al agua pueden conside-
rarse como perdidas, ya que, nó pudiehdo levantar el vuelo,
quedando sobré la superficie del agua, mueren por ultimo
ahogadas en ella.
La proximidad de las colmenas á fábricas de azúcar ó refi-
nerías, fábricas de jarabes, de licores, obradores de pastelerías
ó de elaboración: de turrones, lejos de favorecer ;
á las abejas;
les perjudica grandemente, pues, atraídas por el olor de mate-
rias azucaradas de su predilección para libarlas, mueren allí
en gran abundancia, destruidas expresamente muchas veces en
dichos puntos, por librarse - de la molestia y cierta prevención
que causan en tan extraordinario y activo merodeo, y por la
cantidad de azúcar ó substancias dulces que en sus continuos
viajes consumen y acarrean. Esto sin'contar con qué los dueños
dé los expresados establecimientos acudan eii queja á las autori-
dades contra él propietario de las colmenas, por los perjuicios é
incomodidades que, exageradamente hagan ver, les causan las
referidas abejas, y dichas autoridades con tal motivo y por
razones no muy bien fundadas de policía urbana, ya que nada
hay legislado en concreto respecto á este particular, Ordene él
traslado á gran distancia ó desaparición de dichas colmenas.
Lo propio podría suceder por efecto de la alarma infundada
de algún vecino, por temor de llegar á ser molestado él ó S\i
familia por las picadas de las abejas, si,' aunque tío con él ca-
;

rácter de colmenar, un aficionado á la Apicultura tuviese en


APICULTURA. MOYILISTA 95

póbla'dOj. en su misma casa una ó dos colmenas por curiosidad


y aun por observación, pues hay colmenitas llamadas observa-
torios, como ya se dijo, eri las que á través de graneles crista-
les á arabos lados mayores, puede verse constantemente el inte-
resante y variadísimo trabajo de las abejas en el interior de
la colmena.
La prevención que hay respecto á tales insectos, es bastante
infundada por parte de muchas personas, y solamente se expli-
ca y justifica por el dolor agudo, aunque pasajero, que causan
sus picadas. •
De nosotros podemos decir que hace muchos años que tene-
mos dos ó tres colmenas (una de ellas de la última clase refe-
rida) y nunca se ha dado el caso de acometer ni picar á la
familia, aun estando con frecuencia entre las abejas, ni menos
que ningún vecino se haya quejado á nosotros ni á la autori-
dad, por tenerlas tan inmediatas.
Como las abejas, según ya quedó consignado, necesitan algo
de agua para preparar la alimentación de la cría y para satis-
facer sus propias necesidades (se ha observado que buscan el
agua salada con preferencia), convendrá que en las inmediacio-
nes del colmenar haya algún manantial ó pequeña corriente. Si
así no fuera, y el agua se encontrase á larga distancia, sería
preciso proporcionarles este elemento, haciendo alguna balsa que
contuviese agua de lluvia, ó establecer un pequeño abrevadero
artificial y renovar el líquido cuando llegare á faltar por la
evaporación, especialmente en primavera, época del mayor des-
arrollo de la cría.
Un colmenar puede instalarse á cubierto, aunque no es lo
más indicado,, por su mayor coste y poco espacio de que se puede
disponer, lo que da lugar á que se opere con dificultad en las
colmenas y que éstas no puedan ser en gran número á causa
d,é su extraordinario volumen ó capacidad, con el inconvenien-
96 APICULTURA. MOVILISTA

te, además, de que, estando muy próximas las


:
entradas ó pi-
queras, sin señales por las que se distingan unas de otras,,
aunque bien pudieran establecerse, las reinas jóvenes al salir
para ser fecundadas, con facilidad correrían el riesgo de equi-
vocarse de colmena al regreso, quedando ,por este, motivo más
colmenas órfelinas, lo que, como ya sabemos, es un gran incon-
veniente bajo todos conceptos.
Memas, el estar, á cubierto las colmenas establece una.dife-
rencia muy . notable de temperatura respecto al exterior, sobre
todo en las mañanas frescas y días de mal tiempo, y entonces,
engañadas las abejas,; salen al campo,. quedando luego entume-
cidas ó. ateridas de frío, y no pueden^ volver.á la colmena,
cuyas pérdidas de- abejas á la salida del invierno y principios
de primavera son de efecto harto sensible para el porvenir de
las colmenas.
La orientación de un colmenar no es tan decisiva como antes
se creía, ya que puede ser sin inconveniente de gran monta á
cualquier rumbo; sin embargo, se considera como la más ade-
cuada la del sudeste.
La mayoría de los apicultores están de acuerdo en que los.
colmenares, cualquiera que sea el sistema de colmenas, se insta-
len a l . aire libre, procurando que queden- situadas entre árboles
cuya sombra atenúe los efectos de los rayos solares; pues el
calor excesivo' irrita á las abejas y las hace permanecer en esta-
do algo inactivo.
. Las colmenas se colocarán próximas , al. sUelo para que las
abejas al caer rendidas ó arrebatadas por el viento cerca de la
colmena puedan llegar andando á la piquera. A este fin en mu-
chas colmenas hay en el.plato dé fondo, en la parte delante-
ra un apéndice de una tablilla formando rampa con inclina-
ción al suelo.- Con objeto de preservarlas de la humedad del
terreno, 'deben colocarse < sobre unas .baldosas ó: ladrillos, bien
APICULTURA MOVTLISTA- 97

liorizontaies, por las razones que ya se expusieron en otro lugar.


Deben instalarse en forma de hileras, con un espacio de unos
dos metros á los lados de una y otra y por la parte de atrás,
si se dispone de terreno suficiente, y entre los espacios ó claros
de la línea de las de delante que se correspondan las de atrás,
á fin de que por la parte anterior no encuentren las abejas
obstáculo alguno que les dificulte la entrada y salida, que
siempre la deben tener expedita. Se procurará que el suelo del
colmenar se halle limpio de hierbas ñ hojas de árboles; pues si
aquéllas ó éstas llegan á interceptar el tránsito de las abejas
cerca de la piquera, se irritan de tal modo que su mal humor
lo manifiestan cuando se ha de visitar la colmena ú operar 0011
ellas.
. A fin de prevenir el que las abejas jóvenes y las reinas
cuando salen en busca de machos ó zánganos para ser fecundadas
se equivoquen de domicilio, será oportuno pintar las colmenas
de distintos colores, alternos cuando menos, en la parte anterior
de las mismas.
Por razones fáciles de comprender, cuales son el evitar algún
accidente ó alarmas por picadas* de abejas, que casi siempre
obedecen á imprudencias temerarias por parte de los profanos á
la Apicultura, y la prevención infundada, en' muchos casos, de
algunos propietarios ó colonos de terrenos lindantes ó próximos
á un colmenar, ya que carecemos de legislación especial en esta
materia y la de derecho común ampara muy poco á los colme-
neros, creemos prudente recomendar que si los colmenares no se
instalan en terrenos comunales ó en grandes fincas particulares
oon el asentimiento ó convenio del propietario, se establezcan
algo apartados de caminos ó veredas y en sitio cercado, con lo
que, además de ponerse á resguardo de algún contratiempo, se
obtendrá mayor seguridad en la propiedad de las colmenas.
Al objeto de tener más á mano el material de colmenas y
APICULTURA MOVILISTA 7
98

accesorios y poder, practicar ciertas operaciones á cubierto, evi-


tando así el merodeo de las abejas y otros inconvenientes que
resultan de verificarlas al aire libre, se recomienda que en un
punto inmediato al. colmenar haya una casilla con sendas venta-
nas á cadauuo-.de los lados opuestos con un marco, provisto de
espesa tela metálica.para facilitar la ventilación, sin que puedan
introducirse las abejas.
Réstanos tan sólo añadir que si á algún. hacendado se le ocu-
rriese instalar un colmenar en su propiedad (y muchas fincas
rústipas . hay en España que se -prestan" admirablemente por
contener en esta parte una riqueza casi ignorada y perdida), y
no disponiéndose á cultivarlo directamente, y que para hacerlo
con el debido acierto habría de prepararse previamente leyendo
con detenimiento alguna y aún algunas obras de Apicultura
movilista, ó poniéndose en relación con algún apicultor práctico
ó experimentado que 1c guiara en sus primeros ensayos, en
lugar de conducirlo por sí mismo, lo confiase á un colono ó
novel aficionado, se expondría á que, por falta de buena direc-
ción, se malograse su laudable y provechoso intento, y perdiese,
por último, el capital que en la adquisición de colmenas, abejas
y demás utensilios hubiera empleado. El cultivo de las abejas
por este sistema, ya hemos venido demostrando en el decurso
de esta obra que es muy racional, y, por lo tanto-, no cabe, si
se han de al calzar de él los resultados apetecidos ¡ encargar el
cuidado y explotación de un colmenar de esta índole á personas
imperitas.
100 APICULTURA MOVILISTA

He aquí un presupuesto para un apiario de cincuenta colme-


nas, instaladas á descubierto, como se hallan en la figura 30.
Ptas. Cts.

Por 50 colmonas Dadant-Blatt ó Layens, tipos más


admitidos por sus buenos resultados, á 22 pesetas
una, según catálogo de la casa constructora de
material apícola en España, de D. Enrique de Mer-
cader Belloch 1.100
Por 70 kilogramos de cera estampada para los cuadros,
á razón de 5,50 pesetas el kilo 385
Por 50 enjambres para poblar las colmenas, calculado
el coste de cada uno en 7,50 pesetas, ó más econó-
mico según el punto de compra, 375 pesetas; ó
bien la adquisición de 50 colmenas fuertes de las
antiguas para trasvasar abejas y obra á las moder-
nas, lo que es siempre mucho más ventajoso, esti-
mando su valor por término medio en 12'50 pesetas 625

Total valor de colmenas, panal y abejas 2.110

MATERIAL ACCESORIO

Por un aparato extractor de miel de dos ó cuatro


cuadros . 40
Por un ahumador sistema Binghan. . . . . . . 5
Por una espuela (eperón Woiblet) para fijar las hojas
de panal artificial en los cuadros 3
Por un aparato clava-horquillas .' 2,50
Por un alambre fino galvanizado y horquillas . . . 5
Por dos cuchillos desoperculadores 10
Por dos- velos de t u l . . . 4
Por un cerificador solar . 18

Total capital empleado 2.197,50


APICXFLTURA MOVILISTA 101

Nos liemos fijado en el rrúmero de cincuenta colmenas, y


sobre él podría determinarse el presupuesto de instalación en
más ó en menos, según el propósito del apicultor, ya se consi-
derase con carácter industrial ó bien como aficionado.
Debemos repetir que en. ningún caso debe comenzarse en
Apicultura movilista por más de dos ó tres colmenas.
Ha de tenerse presente que los útiles ó accesorios dichos,
casi de todos ellos, su compra es por una sola vez, y que el
material de colmenas, aunque estén á la intemperie, tratándose
de un colmenar descubierto, como su construcción debe ser
fuerte, de buena madera, como se requiere por varias circuns-
tancias, especialmente las que tienden á que no sufra altera-
ción con el transcurso del tiempo la disposición interior de
aquéllas, con la precaución, además, de pintarlas al óleo á fin
de atenuar la destructora y nociva acción de los agentes atmos-
féricos, en particular la humedad, puede muy. bien apreciarse
la duración de las citadas colmenas en unos veinte ó veinticinco
anos.
No entra en nuestros cálculos el agregado ó coste de las obras
-ue un colmenar cubierto, pues sobre estar más en boga los ins-
talados á descubierto por razones de economía y otras ventajas
que reúnen éstos respecto de los otros, tal como sucede en Eu-
ropa y en los Estados Unidos, el precitado presupuesto sería re-
lativamente aumentado, según las dimensiones y gusto del api-
cultor que lo hiciera construir.
Como indemnización inmediata ele las 2.197 pesetas de capi-
tal empleado para un apiario del número de colmenas prefijado,
supongamos que en el primer año en que la producción fuera
algo escasa en razón á haber de constituirse las abejas en sus
nuevas viviendas para lo cual se dedican á trabajos especiales,
y en cuanto á la recolección de miel sabido es que depende de
las condiciones del terreno, estación más ó menos favorable y
102 APICULTURA MOVILISTA

estado meteorológico del tiempo, pudiendo ser en este caso con-


creto mayor ó menor la cantidad de miel cosechada según Ta
época más ó menos prematura de la instalación de las nuevas
colmenas; calculemos, pues, teniendo en cuenta todas estas com-
plejas circunstancias un rendimiento de miel y cera por colme-
na en dicho primer año, por término medio, de 12 kilogramos
de la primera y 250 gramos de la segunda, procedente de los
opérculos y algún panal inutilizado, bien que este caso es muy
raro, funcionando bien el extractor; vendida la miel á razón de
una peseta el kilogramo, como superior, y la cera á 4,50 pese-
tas, tendríamos un producto de 656,50 pesetas sin deducir gastos
de trabajo empleado, cuyo valor representativo puede apreciarse
en algo menos de la tercera parte del expresado producto: no
suponiendo tanto gasto el indicado trabajo, ni de mucho en los
años sucesivos.
Vendría después el segundo año, mucho más favorable- que
el' primero, por Ta mayor fecundidad de las reinas, más bien
pobladas las colmenas de abejas y completada su obra, en el
cual, admitiendo que fuese nada más que regular en cuanto á
florescencia y condiciones favorables de estación, los productos
asignados al primer año, no es aventurado decir que llegarían
á triplicarse, y acaso á quintuplicarse en algunas colmenas.
Vemos, pues, que en el breve tiempo de unos tres años, el
capital invertido 2.197 pesetas cincuenta céntimos para la adqui-
sición de cincuenta colmenas pobladas de abejas y material acce-
sorio quedaría amortizado, resultando después todo beneficio, con
l a ventaja, además, de poder aumentar el colmenar con nuevos
enjambres salidos ó formados de las propias colmenas, sin gran-
des dispendios de trabajo ó jornales á emplear; siendo el'de
-mayor importancia el que se requiere en las operaciones de la
extracción de la miel.
En consecuencia, puede calcularse el promedio anual de ren-
APICULTURA MOVILISTA 103

dimiento de un colmenar como el que hemos tomado por tipo


del mentado presupuesto, en unas 2.000 pesetas, comprendidos
gastos, que, como ya se ha dicho, habrían de ser insignifican-
tes. Ha de tenerse por sobreentendido que se parte del supuesto
de que dicho colmenar estuviese en buenas, ó, por lo menos,
regulares condiciones de explotación.
En consecuencia, puede sentarse el principio de qtie la Api-
cultura es la única industria á la cual no se ha de aportar ca-
pital, en cuanto al que se necesita en todas las demás para la
adquisición ó compra de primeras materias que han de ser obje-
to de transformación, puesto que, como es sabido, las abejas
elaboran la miel y la cera con el néctar de las flores melíferas
procedentes, por lo regular, de las plantas de producción espon-
tánea.
Por ampliación, en lo que es pertinente á este capítulo, y
para q\ie no se crea que incurrimos en exageraciones al formu-
lar el precedente presupuesto, transcribimos aquí unos datos
auténticos, que podríamos llamar estadísticos, sobre la produc-
ción de miel y cera obtenidas en un colmenar por el sistema
-ínovüista, dirigido por dos inteligentes apicultores (padre é hijo)
amigos nuestros, el cual se halla instalado en la provincia de
Lérida, próximo á la capital, donde abundan el romero y to-
millo.
104 APICULTURA MOYILISTA

Los datos se refieren al aflo 1903, considerado allí para la


Apicultura aún menos que mediano.
Pesetas.

En dicho colmenar, compuesto de doscientas cincuen-


ta colmenas, se cosecharon 9.500 kilogramos de
miel, que, deducidos gastos de venta, valen unas. 7.500
Además, se dejaron unos 1.000 kilogramos á 100 en-
jambres ó nuevas colonias aumentadas en el mis-
mo aflo, valoradas dicha miel y enjambres en . 1.500
Obtuviéronse, además, 115 kilos de cera de los opér-
culos, calculado su valor en 400

Dando un total producto de . . . . . . . . . 8.900


Calculados los gastos ordinarios de cultivo en unas . * 1.000

Resulta un producto líquido de .' . . . : . . . 7.900


Siendo el producto de cada colmena, por término medio, 42
kilogramos de miel, y su valor representativo 31 pesetas 60
céntimos; debiéndose tener en cuenta la disminución de produc-
tos, por la formación de cien enjambres, y lo poco favorable
que fué el citado año.
Por lo demás, ocioso nos parece manifestar cuan elocuentes
son estos datos en favor del cultivo de las abejas, máxime si
éste se practica según el sistema movilista.
CAPITULO XI

P l a n t a s de flores m e l í f e r a s , y é p o c a s de l a floración.

Es de gran interés para el apicultor conocer los vegetales


cuyas flores son apetecidas por las abejas, y aun las partes y
estructura de aquéllas. Según los principios de Botánica (Fitolo-
gía), una flor se compone, .generalmente, de cáliz que es la
parte más exterior, de color verde, casi siempre dividida en
partes llamadas sépalos; la corola, compuesta, generalmente, de
piezas vistosas y coloreadas, conocidas con el nombre de pétalos,
de un matizado hermoso en la infinita, variedad de flores: los
^stambres, parte de la flor, á manera de hilitos ó filamentos,
sobresaliendo, por lo regular, en el centro de dicha corola; en
el vértice de los indicados filamentos se hallan las anteras,
especie de saquitos que contienen un polvillo fecundante llama-
do polen, que en Apicultura importa mucho conocer, por la
especial aplicación que de él hacen las abejas, y los pistilos,
que son los órganos sexuales femeninos de las plantas, situados
en la . parte más céntrica de las flores.
Obsérvase en ellos una abertura llamada estigma que, por
medio de un conducto que se denomina estilo, está en comu-
nicación con una pequeña cabidad más baja que recibe el nom-
bre de ovario, con cuyo receptáculo se comunican los nectarios,
y á ellos afluye en algunas clases de flores, en particular en la
familia de las labiadas, un líquido ó néctar azucarado, del cual,
106 APICULTURA MOVILISTA

mediante una ligera modificación hecha por las abejas en su


primer estómago, resulta la miel. He aquí el origen del califi-
cativo de melíferas que se da á algunas ñores.
Las plantas ó vegetales que producen flores de esta clase son
las siguientes, que las iremos enumerando en orden de mayor
importancia para la Apicultura.
El romero, que abunda muchísimo en España y se produce
y prospera espontáneamente en la inmensa mayoría de las re-
giones, como no sean muy montañosas. Resiste mucho la. sequía,
circunstancia digna de tenerse en cuenta para los efectos del
establecimiento y explotación de un colmenar; siendo, muchas,
por desgracia, en nuestro país las comarcas donde las lluvias
son escasas. Su flor es abundante, temprana y prolongada, pues
comienza en Enero ó lebrero y termina en Abril ó Mayo, se-
gún la diferencia de clima. La miel procedente de la flor de
romero es muy buscada para la industria y para la farmacia,
pues que se le atribuyen varias virtudes medicinales.
Siguen en orden de importancia el tomillo y él'serpol, de
la misma familia, también muy abundante y de vegetación
espontánea, viéndose en toda clase de terrenos, y resiste los
climas más secos y las grandes sequías. Su flor, aunque muy
pequeña, proporciona gran cantidad de néctar á las abejas.
La floración del tomillo es corta, si bien copiosa; florece en
Abril ó Mayo y Junio, según los climas.
. En comarcas donde abundan estas dos clases de plantas, se
han dado casos de recolectar las abejas de una sola colmena
seis y siete kilogramos de miel por día: cuyo peso ha sido
comprobado colocando la colmena sobre báscula.
En las costas de levante donde se cultiva el naranjo, ofrece
este árbol frutal un recurso de primer orden á la Apicultura,
no sólo por la floración prolongada y abundante, sino también
por la gran cantidad de miel que extraen las abejas, muy su-
APICULTURA MOYILISTA 107

perior en aroma y finura á las mejores clases de mieles cono-


cidas, comparable á la celeste ambrosía. El naranjo florece en
Mayo, y aun más pronto, según el -clima.
Tratándose de árboles frutales, la flor del almendro es apre-
ciable por lo muy temprana y abundante; pues comienza á
presentarse en Febrero, sirviendo perfectamente para que, ali-
: mentándose las abejas de ella y almacenando algo de miel en
la colmena, desarrollen vigorosamente las colonias. Es de notar,
y esto resulta en cierto modo paradógico, que la miel proce-
dente de la flor del almendro, es de un sabor amargo bastante
pronunciado; como también sucede lo propio, por rara excep-
ción, con la flor del limonero.
La flor del cerezo, del melocotonero, del peral, cirolero y
manzano, bastante generalizados en nuestro país - y una clase de
acacia, clan escasos recursos á las abejas, si bien la aprovechan
para el desarrollo de la cría, lo cual tiene, no obstante, su
trascendencia, en cuanto á la preparación y completo desarrollo
de las colouias para la gran floración ó mielada.
En los terrenos de cierta- altitud, tenemos la ajedrea, el
-^espliego, la salvia, el orégano, el cantueso, la mejorana y otras,
de relativa importancia, comenzando la floración según las alti-
tudes, ya entrado Junio, y continuando en Julio y aun en
Agosto. La miel procedente de las flores de estas plantas es
sumamente delicada y aromática.
La flor del tilo, propia de la estación de verano, da una
!

miel también de cualidades recomendables por su gusto exquisito^


Recurso de alguna importancia para los colmenares es el
brexo, aunque' la miel que de sus flores elaboran las abejas es
•de calidad inferior y tan espesa que con dificultad sale de los
panales por medio del extractor.
" Hay varias plantas de cultivo que aprovechan grandemente
para las abejas; tales son: la esparceta ó pipirigallo, el alforfón,
108 APICULTURA MOYILISTA

la colza, la mostaza, el trébol blanco y rojo, el melitón, la.zulla,


el latyrus silvestris de Wagner y la phacelia que es una plan-
ta forrajera cuyas flores son extraordinariamente melíferas.
Mediante el cultivo de alguna de estas, plantas, . que á la
vez pueden servir para pastos, como forrajes ó prados artifi-
ciales, entre las cuales el. latyrus silvestris se recomienda en
mayor grado, pues además de prosperar en los terrenos más
áridos y secos, sus cualidades nutritivas superan de mucho á la
alfalfa, pueden servir de un valioso elemento para el sosteni-
miento de un colmenar, cosa no difícil de intentar hasta como
ensayos de cultivo por los propietarios de grandes fincas; siendo,
por lo demás, de gran importancia para la cría ó recría de
ganado vacuno, caballar ó mular, ó también como recurso de
alimentación para establecimiento de vaquerías con destino á la
venta de leche ó fabricación de quesos.
En España falta mucho que hacer en la implantación y des-
arrollo de estas y otras industrias agrícolas, y no es por falta
de elementos, que, con un poco de cálculo y previsión, se
podrían perfectamente aprovechar.
La siembra de mostaza, que, por otra parte, tenemos enten-
dido remunera sobradamente con su semilla, aplicable á la me-
dicina, ios pequeños gastos de cultivo que exige, y su flor
abundantísima, aprovecha á las abejas, á la cual acuden con
extraordinaria avidez.
Creen algunos principiantes en Apicultura y otras personas
no iniciadas en ella, que unas cuantas plantas de flores melí-
feras sembradas junto á las colmenas son suficientes para pro-
porcionar alimento á las abejas, en lo cual están en un error
por dos razones: primera, porque las abejas para sacar partido
libando las flores, necesitan que éstas se encuentren á millares
y millares, y en segundo lugar, porque, aunque haya flores
junto á las colmenas de las más apetecidas por dichos insectos,
APICULTURA MOVILISTA 109

jamás se paran en ellas, prefiriendo visitar otras más distantes,


aun en el caso de ser de inferior condición á las para ellas
más apetecidas.
Sucede en determinados casos que, á pesar de haber en el
campo ó en el monte flores melíferas en abundancia y estar
el tiempo apacible, apenas recolectan miel las abejas, lo que
contraría mucho las fundadas y alhagüeñas esperanzas del api-
cultor; tan extraño fenómeno debe atribuirse, en opinión de
personas autorizadas que lo han observado atentamente, al es-
tado higrométrico del tiempo ó á especiales circunstancias atmos-
féricas, que no son favorables para que afluya néctar á las
flores; si bien estas contrarias circunstancias suelen ser pasaje-
ras, pero que si la duración de la gran mielada se reduce á
pocos días, como sucede en algunas comarcas, da esto lugar á
un lamentable contratiempo para la producción de miel.
A guisa de prevención ó advertencia hemos de hacer notar
que una misma clase de flores melíferas no contendrán tanta
cantidad de néctar en unos terrenos como en otros, dependien-
do por lo tanto del elemento de tierra predominante en ellos
y q u e la abundancia de dicho néctar aumenta tanto más cuanto
mayor es la latitud geográfica y altitud de los diferentes países.
En algunos árboles, como el abpdul, el roble y ciertas
variedades de sauces, se verifica en la época de los grandes
calores una especie de trasudación en las hojas, formando pe-
queñas gotitas de un líquido azucarado llamado ligamaza, que
las abejas lo absorben con gran solicitud.
CAPITULO XII

F a b r i c a c i ó n de h i d r o m i e l y v i n a g r e de m i e l .

• Ya dijimos al principio de' esta obra, que, además de los


usos ordinarios de la miel,
!
dé antiguo conocidos, se hacían ac-
tualmente otros, algunos susceptibles de tanto desarrollo, que
pudieran caracterizar determinadas industrias; siendo la prin-
cipal de ellas la fabricación de hidromiel; á cuja iniciación, en
cierto modo, ó incremento^ ha contribuido en mucho el sistema
movilista de Apicultura ' cou sus adelantos en todo y en la
aplicación de productos.
• E s el hidromiel una bebida alcohólica, saludable, formada 1

como su nombre compuesto indica, sencillamente dé agua y


miel; líquido, fermentado, equivalente al vino, comparable al
embotellado de Málaga, cuando el hidromiel reúne las condicio-
nes de ser añejo y de una esmerada elaboración. Tiene cuali-
dades estimulantes para la economía, tónicas y digestivas, y
cuya bebida-emplean 'en lugar del vino los habitantes de países
1 1

septentrionales, como Polonia y Rusia, donde, en razón al d e s - :

templado clima, no se cultiva la vid.


Si la miel se cosecha en abundancia y la venta se hace
difícil ó el precio no es suficientemente remunerador, puede
aprovecharse el recurso de utilizar parte de dicha miel en la
fabricación de hidromiel, cuando menos para el uso de la fami-
lia, de lo que, desde luego, resultará una notable economía en
APICULTURA MOYILISTA 111;

cuanto al importe del vino que en su lugar habría de com-


prarse.
. Condición importante y principal de un buen hidromiel será,
que tenga una más que regular fuerza alcohólica (de 15 á 16
grados; pues tal graduación será una garantía para conservarse
por tiempo ilimitado; sus propiedades mejorarán á medida que
transcurra el tiempo, pudiendo. entonces competir con los mejo^-
res vinos. Un hidromiel fuerte puede usarse, al tiempo de
beberlo, mezclado con agua, si se usa como bebida corriente.
COLOR Y AROMA DEL HIDROMIEL. — Sentado el principio de
que el gusto y color de la miel depende de la clase de ñores
de que, mediante la intervención de las abejas, procede, así
también podremos decir, por consecuencia, del hidromiel: el
gusto, color y aroma de éste dependerá, pues, de la calidad ó
clase de miel, aunque bastante modificados por la adición del
agua y la fermentación.
Como la aceptación de las bebidas espirituosas depende en
gran parte del aspecto que á la vista presentan, un hidromiel
incoloro ó de un color extraño resultaría defectuoso en cuanto á
-estó^cualidad no esencial. Sin embargo, el hidromiel elaborado
de mieles de romero, de tomillo y, en general, de las flores
melíferas dominantes en nuestro país, presenta un color amari-
llento semejante al que ofrecen los vinos manzanilla de Jerez y
Málaga seco, y otros á este tenor, de los más acreditados. Si
por la calidad especial de alguna miel resultara el hidromiel
obtenido sin color alguno, se le podría suplir coloreándolo lige-
ramente con jarabe de caramelo, que se expende en el comer-
cio, y cuya adición no alteraría en nada su esencialidad.
MODO DE FABRICAR EL HIDROMIEL..— Según procedimiento de
Mr, Jorge Layens, tomando como tipo de capacidad un barril ó
tonel de 1 0 0 litros, que no tenga mal gusto, pónganse 7 4 litros
de, agua y 3 7 kilogramos de miel líquida (si estuviera crista-
APICULTURA MOVILISTA

lizada se diluirá al fuego). Puede servir cualquier tonel para


el caso, supuesto no haya tenido vinagre ó sidra. En el tone*
quedará un pequeño espacio sin ocupar por el líquido, á fin
de impedir que revase en su primera fermentación. A conti-
nuación se echará 50 gramos de ácido tartárico, al objeto de
acelerar la fermentación, y 10 gramos de subnitrato de bismuto
para evitar las fermentaciones secundarias, que podrían malo-
grar el éxito deseado.
Por último se echan unos 50 gramos de polen fresco obte-
nidos del que almacenan las abejas en los panales, el cual
sirve para agregar á la fermenta,ción un elemento azoado nu-
tritivo. Si no fuera fácil disponer de polen, se emplearía en
esta fabricación miel prensada de las colmenas vulgares, que
contendría ya en sí este elemento.
Estas _ tres substancias nombradas son necesarias para el
buen resultado de la operación.
Simplificado el procedimiento, puede reducirse á la siguien-
te fórmula general:

Agua . 7 4 litros
Miel 25 > (unos 37 Jtgs.)
Acido tartárico 50 gramos
Subnitrato de bismuto. 10 »
Polen fresco 50 »

Haciendo hidromiel con miel de colmenas á la antigua, pue-


de resultar excelente, por verificarse la fermentación de un
modo regular en virtud del polen que contiene dicha miel.
Cuando ya contiene todo lo dicho el referido tonel, se tapa
el agujero superior con un trapo mojado, colocando encima
arena acumulada, también humedecida, y se coloca en un
punto á propósito para la fermentación.
El grado de temperatura influye en que la fermentación
APICULTURA MOVILISTA 113

sea más ó menos rápida, y por lo tanto, cuando es elevada


se .produce pronto. •
Por este motivo, si el hidromiel se prepara en primavera
ó verano, el tonel se. dejará á pleno sol y si fuese el ade-
lantado otoño ó invierno se pondrá en • una: cueva; bodega ó
cocina, y de ningún modo en sitio donde haya habido vina-
gre. En-este segundo caso,- la fermeritación se opera con. len-,
titud, y termina en' estío, al sol.- .• •
Se conocerá que ha concluido la fermentación,, si, aplicando-
el oído al agujero indicado,- no se nota el menor - ruido de
crepitación;; entonces sé quita la arena - y - elv trapo y -'sé-coloca
un -buen tapón; nó cuidándose- más del hidromiel--hasta el
tiempo• de embotellarlo.-. < •; • •••'>•••
El, hidromiel fabricado enprimavera;é principios - de -veraiwj
estará terminado en cinco- ó-seis meses; el ;qué se prepare más
tarde; puesto en la bodega necesitará- mucho: más tiempo para
su. fermentación. - ".- • • •• • • •' "•'
-,; Generalmente,; cuando ha: terminado dicha fermentación, sí el
(

jrlucjómetro señala una división- próxima á <0 grados; el hidromiel


estará ¡aún .turbio. La mayor ó menor duración de :tiempó en
olariñearse. el hidromiel dependerá de la calidad' de aniel em-
pleada ,y..de alguna otra causar que todavía •• no • es -dable preci-
sar. -Por lo .regular se clarifica el hidromiel con más rapidez.en
invierno que en estío. ',-. a- •' • •<•:.'-. ' •• -:i...'- •

Lo más acertado será aguardar á que se clarifique por 'Sí


mismo, y; si esto-no-pudiera lograrse,- se ¡procederá- á:'su olari-
fica'ción por; medio, de claras. de- huevos :•<&> otros procedimientos
:

semejantes ;á los, -empleados < para i el virio; • Si ¡después, de ^ coloca-


do; quedara aún.;-turbio,i consistirá- en que la operación se ha
hecha, demasiado.'* pronto,- y. se habrá de repetir más-tarde. :

... No» debe-trasegarse bajo ningún concepto'¡el hidromiel, ,y' sut :

embotellamiento se hace en la forma ordinaria; pero:como puede


APICULTURA MOVILISTA 8
114 APICULTURA MOVILISTA

suceder- que entonces no esté aún del todo reposado el líquido,


será conveniente dejar por algún tiempo derechas las botellas.
Un hidromiel nuevo es de inferior calidad á un vino de re-
ciente elaboración, al paso que un hidromiel viejo es muy se-
mejante á un buen vino anejo.
Para saber los grados de alcohol que contiene un hidromiel,
puede valerse del conocido instrumento destinado á medir los
líquidos compuestos exclusivamente de alcohol ó que entre éu
ellos como componente, llamado alcohómetro.
Es interesante conservar en buen estado los toneles ó vasijas
destinados á la fabricación del hidromiel, lo cual se logrará del
modo siguiente: cuando ya se ha embotellado dicho líquido se
pasa varias veces agua por el tonel y se deja secar después
poniéndolo á cubierto con el agujero destapado hacia abajo para
que se escurra bien el agua, y se quita la canilla; de este
modo circula el aire por el interior y se seca completamente el
tonel. Por último, se quema dentro azufre y se tapan en se-
guida dichos dos orificios, retirándose, por último, á un sitio
reservado para volverlo á usar cuando se considere oportuno.
VINAGRE DE MIEL.—Es sumamente sencillo el obtener un exce-
lente vinagre de miel, el cual resulta muy preferible al que
ordinariamente se vende, de sospechosa procedencia respecto á
limpieza en algunos casos y no garantido de la sofistiñcaeión.
Para elaborar el vinagre de miel se procede del modo si-
guiente:
Se echa agua en un tonel hasta que llegue á ocupar cerca
de las tres cuartas partes; se agrega un diez por ciento de miel,
no de peso, sino de medida, procurando á la vez la mezcla ínti-
ma de ambos elementos. Cúbrese el orificio del tonel con un
objeto.que permita el paso del aire, y se coloca en un sitio ca-
liente, ó bien al soh A los ocho ó diez meses el vinagre esta-
rá en disposición de poder usarse. '•'
CAPITULO XIII

C o n s i a e r a c i o n e s g e n e r a l e s d e o r d e n e c o n ó m i c o so-
b r e l a p r o d u c c i ó n y v e n t a de l a m i e l y l a c e r a e n
nuestro país, y su relación con otras industrias.

En el decurso de esta obra, objeto de nuestro, si bien gra-


to, acaso ímprobo trabajo, liemos tratado de dar á conocer los
medios de sacar el mayor partido posible de la interesante y
provechosa labor de las abejas, cuya resultante son los dos co-
diciados productos con que brindan al hombre, por cierto á
costa de un insignificante trabajo con relación al que, por su
partef pone tan útil insecto, y de un capital por demás exiguo
y altamente reproductivo. Tau perjudicial es en ocasiones la
inacción ó- parsimonia en las manifestaciones de la actividad
humana, como el atraso y rutina en los diversos aspectos de
tales manifestaciones. Los adelantos [en toda clase de cultivos é
industrias en las naciones que por más que sean de mayor nú-
mero de habitantes que la nuestra, invierten con una enorme
desproporción mucho más millones en Instrucción pública, y,
especialmente, en el ramo de la primera enseñanza, como por
ejemplo: los Estados Unidos, que .figuran por este concepto con
1,089 millones, es decir, aun más de lo que importa nuestro
Presupuesto total de gastos, y que otras mucho más pequeñas,
como Suiza, pobre por razóu de su escaso y accidentadísimo
territorio, y de población insignificante, emplea en la instrucción'
116 APICULTURA MOYILISTA

primaria, según datos estadísticos, 31 millones, mientras que


España, seis veces mayor que la República Helvética, queda
rezagada respecto á dicha nación en una diferencia q le pasa de
cinco millones, son debidos, principalmente,á la difusión de la
cultura popular, que ella significa, traduciéndose después en pro-
greso en todos los órdenes de la vida.
Acaso parezcan estas, para nosotros tristes comparaciones, una
digresión, agena casi por completo á la índole del presente libro,
y, sin embargo, no es así, pues, precisamente las hemos hecho
de propósito, porque. también en el ramo de Apicultura, por los
procedimientos modernos, preconizados en esta nuestra modesta
obra figuran las dos citadas naciones como las más adelantadas.
Así es que en la América del Norte están los mayores y más
bien explotados colmenares que se conocen hasta el punto de ha-
ber vía férrea estrecha en algunos; allí se publican varias revis-
tas apícolas que son muy leídas; en aquel lejano país tuvo origen, :

en gran parte, la apicultura movilista, ideando la posibilidad del


movilismo de los panales en las colmenas Quimby y Langstrot,
cuyo perfeccionamiento realizó el célebre apicultor D. Carlos Da-
dant, reconocido y venerado como el primero de los mejores Maes-
tros de la Apicultura moderna.
Si nos fijamos en la pequeña Suiza, allí tenemos á un.Eduar-
do Bertrán, entendido y meritísimo apicultor, que además de
ser autor de la mejor obra de Apicultura, en nuestro humilde
concepto, de las varias que conocemos, intitulada «Conducción
del Colmenar», hace ya muchos años que viene dirigiendo la :

Revista Internacional de Apicultura, la más importante de todas


las que se publican en Europa.
Por otra]?parte, una de las causas determinantes de la per-
sistente- alza de los cambios, que tantas ^dificultades crea al co^
mercio y á la industria nacional, encareciendo muchos artículos
que nos son precisos para atender á las necesidades de la vida,
APICULTURA MOVTLISTA 117

son el exceso de importación sobre nuestra exportación, y, cabal-


mente en no pocas industrias, entre ellas la de que tratamos, lo
mismo que la sericicultura, cuya importación de seda, como pri-
mera materia, representa una salida de Espaüa de muchos mi-
llones; la avicultura, que supone el pago de grandes cantidades
en el extranjero, con un aumento de un treinta y tantos por cien-
to, y épocas ha habido de cotización más elevada; la elaboración
de quesos que en bastante cantidad se consume en España, pro-
cedente de Suiza y Holanda; el vermout, tan en boga actual-
mente entre las gentes de buen tono y desahogada posición,
usado como aperitivo, en cuya fabricación, según clase, entra en
gran escala la miel, y tanto es así que nos consta que hace ya
algún tiempo, le fueron pedidos por la casa Torino, de Italia,
al expresado ñn, á un distinguido apicultor de Barcelona, y
amigo nuestro, nada menos que diez mil kilogramos de buena
miel, de una sola vez.
Por virtud de lo que venimos refiriendo, claramente se dedu-
ce que el atraso en las citadas industrias rurales, como en
otras que fuera ocioso citar, nos perjudica en gran manera; sien-
do tanto más de lamentar nuestra desidia, por cuanto contamos
con los medios necesarios, en alto grado, para competir venta-
josamente con el extranjero, ya que, concretándonos á la indus-
tria apícola, estamos en esta parte tan favorecidos por la Natu-
raleza, que nuestra nación figura en segundo ó tercer lugar por
su excelente clima y abundante, exquisita y variada flora ade-
cuada para el cultivo próspero y altamente remunerador de las
abejas, conforme indicamos ya en otro lugar; dándose el anómalo
caso que^ en nuestro país, tratándose de la industria de que nos
ocupamos, lejos de generalizarla, hemos retrocedido con relación
á otros tiempos de siglos anteriores á pesar del atraso en los
métodos de explotación, relativamente á las ventajas obtenidas,
por los: adelantos alcanzados en los actuales.
;
118 APICULTURA MOVHJSTA

No obstante, pues, la favorabilísima posición en que, para


explotar la referida industria apícola nos coloca nuestro propio
territorio, es tal el atraso en que nos encontramos en el cultivo
de las abejas, siguiendo en general los métodos antiguos y ruti-
narios y el desdén é infundada prevención con que posteriores
generaciones adquirieron colmenas y colmenares por herencia de
sus progenitores, que actualmente (doloroso es decirlo) han llega-
do dichas colmenas, con todo y ser, en su inmensa mayoría, del
sistema antiguo ó fijista, á un número tan ínfimo como acaso
desde muy remotos tiempos no se había conocido; siendo seme-
jante decadencia tanto más de lamentar, en cuanto que, des-
cuidado de tal modo el producto de la miel, así como el de la
cera, se pierden cada año, de un modo inadvertido en el ambien-
te, con el aroma ó fragancia de las flores melíferas, acaso más de
cincuenta millones de pesetas; y no dudamos, al hacer semejan-
te afirmación, puesto que, según las estadísticas de la producción
en Francia, en la parte de apicultura ascendía ya el año 1890
a unos treinta y ocho millones de francos, habiendo alcanzado és-
ta, en aquella nación, desde la citada fecha, un notable progre-
so. Es de advertir que ni el clima de Francia, ni su flora, no son
tan á propósito para la explotación de las colmenas como Es-
paña, según puede deducirse de lo que, sobre - este' particular,
atrás queda consignado.

Y es tanto más sensible nuestra incuria en esta industria ru-


ral, por cuanto tenemos, entre otras muchas regiones tan privile-
giadas para su cultivo, como Castilla la Nueva con su famosa miel
de la Alcarria; Aragón con sus abundantes y acreditadas miele»
de romero; el reino de León por su exquisita miel de la pro-
vincia de Palencia; Andalucía y Extremadura con sus dilatadas
dehesas y praderas, en las que tanto abundan las flores melífe-
ras; las hermosas y extensas hxiertas de las regiones de Murcia
y de Valencia con sus frondosos naranjales, cuya flor de azahar
APICULTURA MOVILISTA 119

produce miel en gran abundancia, de un gusto y aroma por


demás delicados, comparable á la celeste ambrosía.
Con el fin de salir del lamentable atraso en que nos halla-
mos respecto de este importante ramo de riqueza pública, y para
que la apicultura movilista alcanzara en nuestro país el conve-
niente desarrollo de que es susceptible tal elemento de produc-
ción, habría que utilizar, en primer término, para su más rápida
difusión en los pueblos rurales, los más á propósito para la
explotación de la industria apícola, dos factores importantes,
hablando en términos generales, y éstos deberán ser el Cura
párroco y el Maestro de primera enseñanza.
Empero, como base fundamental, entendemos que esta ense-
ñanza habría de partir comenzando por el Instituto Agrícola de
Alfonso XII y las Granjas Experimentales ó Agrícolas, cual se
tiene establecida ya en la de Barcelona, á cargo de profesores
especiales, que podría darse en forma de cursillos, extendiéndose
á las Cámaras Agrícolas y Sociedades de Agricultura similares,
yendo además estos profesores, en épocas oportunas, á dar con-
ferencias, en las cuales se sintetizara la mencionada enseñanza,
con material ambulante para hacerla más práctica, á las comar-
cas en que, en razón á sus adecuadas condiciones, hubiese mayor
número de colmenas del antiguo sistema, y que por lo deficiente
convendría transformarse.
Oportuno y. conveniente fuera que se diese también la men-
tada enseñanza apícola en las Escuelas de Instrucción primaria
(tal como se hace en Grecia de un modo obligatorio), dando á
la Apicultura alguna extensión en las decretadas cartillas regio-
nales para su obligada lectura en dichas Escuelas.
Todavía podría hacerse más en sentido progresivo, á imita-
ción de lo que hacen los Gobiernos de Austria y Bélgica, por
cuyos auxilios é iniciativas ha hecho allí la Apicultura rápidos
progresos.
120 APICULTURA MOVILISTA

• Al tratarse de los rendimientos que dan las abejas ó colme-


nas, cuanto se diga de. la mayor cantidad obtenida de miel
tiene relación con la producción de cera, aunque no en igual
proporción, explotadas las colmenas por el sistema movilista, ya
que, si bien la cera obtenida no. es proporcional al rendimiento
de la miel, es.de mayor interés atender á ésta que no á aqué-
lla, según se dijo en el lugar correspondiente.
Por otra parte, comparando la miel con el azúcar, tiene la
primera no pocas ventajas sobre la segunda, bien sea en cuanto
á los usos ó aplicaciones terapéuticas, ora por sus'cualidades
estimulantes para la economía, que sin duda alguna vigorizan
el organismo, lo cual ha sido comprobado en muchos casos,
aconsejándose, por lo tanto, su uso diario á los ancianos y con-
valecientes, ya también substituyendo al azúcar, cuya materia se
va encareciendo. en esta época, cou sus marcadas tendencias, ade-
más, al trust ó monopolio, cuya consecuencia inmediata habría de
ser la elevación de precios en dicho artículo.
Tenemos la: convicción, de que la miel ha de llegar á reem-
plazar, en buena parte, en .tiempo no lejano, al azúcar en los
usos industriales y domésticos; lo cual sucederá cuando dicha
substancia pueda ofrecerse al mercado completamente solidiñcada
en, forma, de pastillas ó granulada, para lo cual hanse ya hecho
algunos ensayos, y cuyos satisfactorios resultados diéronse á co-
nocer en la última Exposición universal de París.
IIÑT D I G E

INTRODUCCIÓN

Pasado y presente de la Apicultura en España.—Favora-


bles condiciones del territorio español para su cultivo
y desarrollo

CAPITULO PRIMERO

Historia natural de las abejas.—Clases de abejas en una


colmena.—Diferentes razas.—Insectos que pueden con-
fundirse con las abejas.—Descripción anatómica de la
abeja obrera, de la abeja macho ó zángano y de la
madre ó reina y su fecundación.—El aguijón de las
abejas y medios de prevenir y atenuar los efectos de
•sus picadas

CAPITULO II

Cría ó pollo de las abejas y panales.—Puesta de la reina,


au fecundidad y edad en que queda estéril.—Incuba-
ción de las larvas y alimentación especial que reciben.
—Número de las que pueden haber en un decímetro
cuadrado de panal.—Promedio de vida de las abejas
en época de actividad.—Tiempo que transcurre en las
diferentes metamorfosis durante la incubación de las
abejas neutras ú obreras, de los zánganos y reinas.—
Materia de que están formados los panales y su cons-
trucción geométrica.— Diferentes alvéolos ó celdillas
que pueden-contener.—Panal artificial, sus ventajas,
y clases que-se conocen;—Modo da fabricarlo. . . .
122

CAPITULO III
Enjambrazón. -Signos precursores de querer enjambrar
las abejas y estación en que lo verifican.—Enjam-
bres naturales, primai-ios. secundarios, etc., y modo
de recogerlos é introducirlos en las colmenas.—En-
jambres artificiales, diferentes procedimientos para
formarlos.—Precauciones que deben adoptarse cuando
se instalan los enjambres. — Prevenciones para el
transporte de enjambres.- Cría de reinas y su intro-
ducción en los enjambres ó colmenas

CAPITULO IV
Colmenas, sus diferentes clases del sistema antiguo y es-
pecialmente del moderno.—Tipos de colmenas del sis-
tema movilista más admitidos.—Descripción de esta
clase de colmenas y su disposición interior con rela-
ción á los marcos ó cuadros, como fundamento del
sistema movilista de Apicultura.— Cuadros de las col-
menas Dadant-Blatt y Layens y sus dimensiones in-
feriores

CAPITULO V
Miel, su composición, procedencia y elaboración por las
abejas.—Miel extraída y miel en panal (secciones).—
Modo de preparar las secciones para la producción
y para la venta.—De la cera; cómo la producen las
abejas y mediante qué circunstancias.—El propóleos,
su composición y caracteres, procedencia y aplicación
que de él hacen las abejas

CAPITULO VI
Enfermedades y enemigos de las abejas. —Cuál es la más
grave de las enfermedades á. que están expuestas.—
Causas que pueden determinar la aparición de la lo-
que, medios preventivos para evitarla y diferentes
ÍNDICE 123

fórmalas y procedimientos para su curación. —ídem


para la disentería y constipación ó restreñimiento.—
La falsa tina; en qué circunstancias aparece y se
propaga.—Conveniencia de desinfectar las colmenas
y demás material apícola.—Cuáles son los enemigos
más conocidos de las abejas y medios de prevenir los
daños que pudieran causar Modo de destruirlos ó
exterminarlos pág. 61

CAPITULO VII
Útiles y accesorios que se necesitan en el sistema movi-
lista de Apicultura.—Aparato extractor de miel y
modo de fuucionar.—Cuadros de las colmenas y su
preparación, cera estampada gruesa y fina para la cá-
mara ó nido de cría y para secciones.—Prensas y cilin-
dros para la fabricación de dicha cera.—Alzas y sobre-
puestos (supers) de las colmenas, y separadores perfo-
rados.—Caja de colocación y transporte de grandes
panales de miel y otra de portaenjambres.—Cuchillo
especial desoperculador y caballete al propio objeto.—
Alimentadores y cajitas de introducción de reinas.—
Espuela (eperón) alambre ñno galvanizado y aparato
clava-orquillas.—Naftalina y su uso.—Cepillo para
barrer las abejas de los cuadros y guantes para operar
en las colmenas.—Ahumador y velo protector.—Fun-
dición de la cera al vapor y carificador solar. —Conve-
niencia del uso de un nivel de aire y de un barómetro,
en previsión de las variaciones del tiempo, para cier-
tas operaciones » 6 7

CAPITULO VIII'
Diferentes razas ó variedades de abejas.—Baza negra ó
común, sus ventajas y desventajas.—La raza italiana,
su aspecto ó color; superioridad de esta raza sobre
otras.—Raza carniola, con sus ventajas é inconvenien-
124 ÍNDICE

tes.—La raza caucasiana; cualidad que la hace esti-


mable.—Raza egipciana; inconvenientes que ofrece
para su manejo.-—Modo de trasformar un colmenar
en cuanto á la clase ó raza de abejas pág. 78

CAPITULO IX
Operaciones cen las colmenas y abejas durante el año.—
Conveniencia en practicar á su debido tiempo dichas
operaciones.—Circunstancias en cuanto al estado del
tiempo, horas y estación en que no es prudente hacer
-manipulaciones con las abejas. — Precauciones que
siempre deben tomarse al tratarlas > 82

CAPITULO X
Sitio en que ha de colocarse un colmenar y circunstan-
cias que deben tenerse presentes para su acertada ins-
talación.—Ventajas é inconvenientes de los colmenares
cubiertos y descubiertos.—Cuáles son los que predo-
minan.—Presupuesto de un colmenar á descubierto,
de cincuenta colmenas.--Datos concretos respecto á
la producción anual de un colmenar determinado.—
Vista de un opiario al aire libre . . . . . . . . . > 98

CAPITULO XI
Flores llamadas melíferas en Apicultura.—Partes princi-
pales de las flores y donde contienen el néctar libado
por las abejas.—Condiciones de terreno, latitud, ex-
posición, horas del día, temperatura y estado atmos-
. férico que influyen de un modo directo en la mayor
;

ó menor cantidad de néctar que puede afluir á los


nectarios de las flores melíferas.— Plantas silvestres
y de cultivo que producen flores melíferas.—Medios
directos é indirectos para proporcionar á las abejas
abundantes recursos de dicha clase de flores, á ñn de
obtener mayor producción de miel. . . . . . . . .», 105
ÍNDICE 125

CAPITULO XII
Del hidromiel; bebida á que sustituye en algunos países,
y sus comparables cualidades.—Fórmula para su ela-
boración, y procedimiento que debe seguirse en ella.—
Conservación del hidromiel.—Vinagre de miel y su
fabricación pág. 110

CAPITULO XIII
Consideraciones de orden económico sobre el estado de-
cadente de la Apicultura en España y medios que
deberían ponerse en práctica paTa su difusión y pro-
greso.—Aplicaciones que actualmente se hacen de uno
de sus principales productos, cual es la miel, y ensa-
yos que se han hecho para solidificarla, á la manera
del azúcar, al objeto de competir ventajosamente con
esta substancia, de tan general é importante consumo. .•> 116
OBRAS PUBLICADAS

B I B L I O T E C A /ÍQKdRIfl SOL/IRl/lii/l

El Clero, la Agricultura y la Cuestión Social, por Don Pedro


Ricaldone. Un tomo de 276 páginas: en rústica 2 pesetas y 3,50 en-
cuadernado.
Advertencia.—Este libro y el siguiente ban servido como de
fundamento para propagar el sistema Solari: por eso su precio
es exiguo en relación con su volumen.

Tomos I y II.—Los Labradores, la Agricultura y la Cuestión


Social, por Don Pedro Ricaldone. Un volumen de 278 páginas. En
rústica 2 pesetas y 3,50 encuadernado.
Tomo III.—El cultivo de los Terrenos según el sistema Solari,
por el Ingeniero Agrónomo Don Pedro F. Boasso. Un volumen de
113 páginas. En rústica, 1,25 pesetas; encuadernado, 2,50 ídem.
Tomo IV.—Lecciones de Agricultura Moderna (segunda edición),
por el Cav. Don Juan Bonsignori, Director de la Colonia Agrícola
de Remedello Sopra (Italia). Un volumen de 106 páginas. En rús-
tica, 1,75 pesetas; encuadernado, 3,25 ídem.
Tomos V y VI.—Instrucciones Prácticas populares de Agricul-
tura Moderna (segunda edición), por Don José Cavadini. Un volu-
men de 226 páginas. En rústica, 3,50 pesetas; encuadernado, 5 ídem.
Tomo VII.— El cultivo intensivo del trigo, por el Cav. Don
Juan Bonsignori. Un volumen de 126 páginas, ilustrado. En rus-
tica, 1,75 pesetas; encuadernado, 3 ídem.
Tomo VIII.—El problema del pan (segunda edición). Estudio
Económico - Social por el Excmo. Sr. Conde de San Bernardo. Un
volumen de 100 páginas. En rústica, 1,50 pesetas; encuadernado,
2,75 ídem.
Tomo IX.— El porqué de las labores del suelo (segunda edi-
ción), por el Cav. Don Juan Bonsignori. Un volumen. En rústica
0,75 pesetas: encuadernado 1,75 ídem.
Almanaque Agrícola, para 1904: un tomo de 136 páginas, ilus-
trado. En rustica, 1,50 pesetas.
Tomo X. — La Nueva Agricultura (segunda edición), por el
Cay. Don Juan Bonsignori. Un volumen de 182 páginas, ilustrado.
Én rústica, 3 pesetas: encuadernado, 4,50 ídem.
Tomos XI y XII La Industria Agraria según el sistema
SOLARI ó Manual del Agricultor Moderno (segunda edición), por
el Ingeniero Agrónomo Don Gil Pecchioni. Un volumen de 240 pá-
ginas, ilustrado. En rústica, 3,75 pesetas: encuadernado, 5,25 ídem.
Tomo XLVIII.—El Labrador práctico solariano ( 1 . parte). Obra
a

eminentemente práctica por D. José Misan. Consta de 99 páginas. En


rústica, 1,50 pesetas; encuadernado, ¿3,00

Q,XJIISrTO

Tomo XLIX.— Cultivo del Maíz y sus principales usos, por Don
D. V. Figueras. Volumen de 113 páginas. En rústica, 1,75 pesetas;
encuadernado, 3,25.
Tomo L—El Labrador práctico solariano ( 2 . part9). Obra
a

eminentemente práctica por D. José Misan. Consta de 106 pági-


nas. En rústica, 1,75 pesetas: encuadernado, 3,25.
Tomo LI.—Alimentación racional del ganado, por D. Miguel
Sánchez. (Primer volumen.—Generalidades).—Consta de 88 páginas.
En rústica, 1.50 pesetas; encuadernado, 3.
Tornos L I I y LILI.—El Problema Agrario y el Porvenir So-
cial, por D. Felipe Virgilii, Profesor de Estadística de la Real
Universidad de Sena (Italia) (primer volumen).—Consta de 204
páginas. En rústica, 3,25 pesetas; encuadernado, 4,75.
Tomos LIV y LV Cultivo del Eucalipto en los Estados Unidos.
Obra escrita en inglés por Alfred James McCLATCHIE, M. A.,
Agricultor y Horticultor de la «Arizona Experiment Station,» en
Phoenix, Arizona, traducida al español por Un Amigo de la BIBLIO-
TECA AGRARIA SOLARIANA. — Consta de 194 páginas. En rústica,
3 pesetas; encuadernado, 4,50.
Láminas de la Obra anterior, publicadas por la BIBLIOTECA
AGRARIA SOLAHIANA. Consta de 91 láminas, en buen papel. En rús-
tica, 5 pesetas; encuadernado, 6,50.
Tomos LVI y IJVII.—El Problema Agrario y el Porvenir Social,
por D. Felipe. Virgilii, Profesor de Estadística de la Real Universi-
dad de Sena (Italia) (segundo volumen).—Consta de 204 páginas.
En rústica, 3,25 pesetas; encuadernado, 4,75.
Tomos LVIII.—Geoponía por el Excmo. Sr. D. José M. de Casa-
nova, General de Brigada de la Sección de Reserva del Estado Mayor
General, Gran Cruz del Mérito militar y de Isabel la Católica y Gen-
til-hombre de S. M., etc., etc.—Consta de 109 páginas. En rústica,
1,75 pesetas: encuadernado, 3,25.
Tomos LIX y LX.—Alimentación racional del ganado, por D. Mi-
guel Sánchez. (Segundo volumen.—Generalidades).—Consta de 202 pá-
ginas. En rústica, 3,25 pesetas: encuadernado, 4,75.

SEXTO -A.3STO

Tomo LXI.—Trabajos demérito y de actualidad por Varios Auto-


res. Consta de 111 páginas. En rústica, 1,75 pesetas: encuadernado,
3,25.
Tomo LXII.—El Problema forrajero.—Cultivo de la Alfalfa por
D. Pedro Ricaldone. (Parte segunda; primer volumen). Consta de 102
páginas.En rústica, 1,50 pesetas; encuadernado, 3,00. -
Tomo LXIII.—América en España, ó sea, la resurrección de las
tierras y de los pueblos, por Don Juan Bonsignori (primer volumen).
Consta de 106 páginas, En rústica, 1,75 pesetas; encuadernado, 3,25,
Tornos LX1V y LXV.—Alimentación racional del ganado, por
Don Miguel Sánchez. (Tercer volumen.—Generalidades';. Consta de 202
páginas. En rústica, 3,25 pesetas; encuadernado, 4,75.
Tomo LXVI.—América en España, ó sea, la resurrección de las
tierras y de los pueblos, por Don Juan Bonsignori (segundo volu-
men). Consta de 126 páginas. En rústica, 2,25 pesetas; encuader-
nado, 3,75.
Tomo LXVIL—El Problema forrajero Mielga y otras espe-
cies. Tréboles (generalidades), por Don Pedro Bicaldone. (Segunda
parte;' segundo volumen). Consta de 104 páginas. En rústica, 1,50
pesetas; encuadernado, 3,00.
Tomos LXVIII y LXIS.—Sericicultura. Apuntes publicados
por el Boletín de la Cámara Oficial Agrícola de Jerez de la Frontera,
con algunas adiciones de la Redacción de la BIBLIOTECA AGRARIA
SOLARIANA. Consta de 201 páginas. En rústica, 3,25 pesetas; en-
cuadernado, 4,75.
A g e n d a , p e r p e t u a para el labrador solariano. Además del
santoral y del espacio necesario para hacer diariamente anota-
ciones, lleva muchos conocimientos útiles relativos á semilla,
abonos, etc., etc. Precio una peseta.
Tomos L X X y LXXI.—Alimentación racional del ganado, por
Don Miguel Sánchez. (Cuarto volumen.—Generalidades). Consta de
291 páginas. En rústica, 3 pesetas; encuadernado, 4,50.
Tomo LXXII.—Nuevo procedimiento para la elaboración del aceite
de oliva, por el Excmo., Sr. Marqués de Acapulco. Consta de 121
páginas. En rustica, 1,75 pesetas; encuadernado, 3,25.

SÉPTIMO _A_lsrO

Tomos LXXIII y LXXIV.—La Cooperación en la Agricultura


(Manual de Economía social Agraria), por el Prof. Amando Cas-
troviejo. Consta de 202 páginas. En rústica 2,75 pesetas; encuader-
nado, 4,25.
Tomos LXXV, LXXVI y LXXVIL—La Cooperación en la
Agricultura (Manual de Economía social Agraria), por el Profesor
Amando Castroviejo: es continuación de la obra anterior y llega
hasta la página 477. En rústica, 4 pesetas y encuadernado, 5,50.
El precio de toda la obra es. En rústica 6,50 pesetas y en
pasta, 8.
Tomo LXXVIII.—El Problema forrajero.—Cultivo del Trébol
Ladino por Don Pedro Bicaldone. (Segunda parte: tercer volumen).
Consta de 98 páginas. En rústica, 1,50 pesetas: encuadernado, 3.
Tomo LXX1X.—Apicultura movilista ó cultivo de las abejas me-
diante un racional sistema D. Pedro Villuendas Herrero, Profesor
de Apicultura en la Granja Experimental y Escuela Provincial
de Agricultura en Barcelona. Consta de 125 páginas, ilustrado
con grabados. En rústica, 2 pesetas; encuadernado, 3,50.
s á los fondos Públicos
Los capitales confiados á nuestra
Sociedad son invertidos exclusivamente
en préstamos hipotecarios con la ga-
rantía de fincas que
valen dos y tres veces más
que la suma prestada
Por esto, las imposiciones en esta
Cooperativa
son preferibles al papel del Estado. Representan nna
garantía más sólida y estable, perciben doble interés y
están al abrigo de las fluctuaciones, riesgos y pérdidas
que los acontecimientos políticos producen en los mercados.
En cada uno de los cuatro años de
vida que cuenta la Sociedad, el interés
abonado á las imposiciones ha sido el
s i e t e p o r c i e n t o
1.° de O c t u b r e de 1 9 0 8
Préstamos en vigor ptas. 6.707.478
Tasación délos bienes hipotecados. » 15.969.363

"EL HOGAR ESPAÑOL"


SOCIEDAD COOPERATIVA DE CRÉDITO
F^ELIG-i-oís, M A D R I D .
Vivaros y plan;

3 4 'rtec-táceao 3« -pies

tizc&á-
•ma9z;e;> 1^, 1 ^

zeao de vivetoo. -z-

Talleres de injertar, visi-


tados por S. M. el Bey
F U N D A D O S E N 1889 Don Alfonso XIII.

P r o d u c c i ó n anual
DIRECTOR-PROPIETARIO
3.000,000 de injertos y
barbados. — 4.500.000
VILLAPRANCA DEL PANADES estaquillas.
(Prov. de Barcelona) Exportación á todas las
regiones vitícolas d e 1
mundo.
Selecciones perfectas.
3tB ste STRI —Autenticidad garanti-
zada.
ET® ote sfe Casa de coafianza, reco-
mendada por todos los In-
genieros Agrónomos.
ERE
Pídase el catálogo gene-
ral ilustrado.
sfo ste
"LA /1QRICULTUR/1 BETK/T
Semillas de Eucaliptos
de todas las variedades
Patatas sementales
Semillas de hortalizas
y flores.
Completo surtido en semillas de
Vezas de todas clases, Cicer-
cha ó /ílverja, Zulla, Esparce-
ta, filialfa, Tréboles blanco,
encarnado, violado, etc., etc.,
y en general de las más importantes
leguminosas forrajeras.
TIERRfi DE ZULLA
MA¡z GIGANTE DE CARAGUA
SORGO AZUCARADO
Pídanse Catálogos y precios, que se
envían gratis, al Director de

"LA /1QRIC<JLTUR/1 BETICfl"


Cánovas del Castillo, 3.— Sevilla
DOS OBRAS DE ACTUALIDAD

REPOBLACIÓN FORESTAL
Medios do dar valor á eriales y terrenos pobres,
por D. Juan Ángel de Madariaga, Ingeniero de Mon-
tes y Comendador del Mérito Agrícola.
Buen pape], magnífica impresión y 10 grabados:
tiene 127 páginas.

PEECIO

En rústica. . . . 3 pesetas.

2. MONTES Y TORRENTES
a

Versión española de D. Juan Ángel de Madariaga:


consta de 339 páginas y 229 grabados.

PEECIO

En rústica. . . . . 8 pesetas.

Ambas se hallan de venta en la Administra-


ción de la

Biblioteca Jlgraria Soiariana


AGENDA PERPETUA
PARA EL LABRADOR ROLARIANO
Su tamaño y dimensiones son de tal índole que
puede llevarse en el bolsillo de la americana ó cha-
queta sin dificultad ninguna, conteniendo lo si-
guiente:
1.° Todos los Santos del Martirologio dispues-
tos por riguroso orden alfabético.
2.° Conocimientos que el labrador necesita en
un momento dado en que no pueda consultar los
libros de la Biblioteca por hallarse en el campo
ó fuera de casa, como serían por ejemplo: el abono
que necesita una hectárea de terreno para un cul-
tivo determinado, se entiende de los corrientes y
más usuales: la cantidad de semilla; la manera de
hallar la superficie de una finca, el volumen de una
basrja, etc., etc.
3.° La indicación del mes y día con espacio
suficiente para poder hacer algunas anotaciones de
momento.
PKECIO
lujosamente encuadernada en tela y cubierta especial.
1 ejemplar. ptas. 1
5 0 ejemplares » 45
100 » 80
250 » 7 5 el ciento
500 * 70 » >
1,000 » @5 » »
Se halla de venta en la Administración de la
Biblioteca Agraria Solariana y en las prin-
CAMPOS ELÍSEOS DE LERIDfl
GRAN CENTRO DE PRODUCCIONES AGRÍCOLAS
DIRECTOR PBOPIETARIO: DJ@I FÜICISGGJ V'IDIL I GFFIMM

Comisario de Agricultura, Industria y Comercio de la provincia de Lérida,


proveedor de la Asociación de Agricultura de España.

E S P E C I A L I D A D E S QUE SE RECOMIENDAN DISPO-


N I B L E S E N GRANDES C A N T I D A D E S

ARBOLES FRUTALES de todas clases, los más nuevos y superiores que en España
se conocen. ARBOLES MADERABLES, de paseo y de adorno. PLANTAS DE JARDINERÍA.
Magníficas colecciones de rosales, clavellinas, crisantemos japoneses, etc., etc.
Todo cultivado con ei mayor esmero y á precios económicos, SEMILLAS de todas
clases de plantas y de flores. HORTALIZA Y FORRAJERAS de toda absoluta confianza.

ALMENDROS DESMAYO.—Clase muy productiva que resiste más que otras las
heladas tardías. OLIVOS ARBEQUINES.—Producen el acreditado y finísimo aceite de
Urgel. PERAL TENDRAL.—Excelente variedad de verano á propósito para la expor-
tación en verde y para confitar.

Vides americanas, barbados y


estaquillas porta^ínjertos
GRANDES EXISTENCIAS de las especies y variedades puras de América y de lo3
híbridos franco-americanos, y américo-americanos más acreditados, que solucionan
LA reconstitución de los viñedos en los terrenos más difíciles.
INJERTO DE SOLDADURA PERFECTA de variedades para elaboración de
vino y de uva de mesa, procedentes de las comarcas vitícolas más acreditadas de
España

SE PRACTICAN LOS ANÁLISIS OE LOS TERRENOS GRATIS

CEREALES DE G R A N RENDIMIENTO
Esta casa garantiza la absoluta autenticidad de los génsros que expone.—Se
enviarán los Catálogos especiales de precios corrientes gratis por el correo á
quien LOS pida.
EN LA ADMINISTRACIÓN
DE LA BIBLIOTECA AGRARIA SOLARIANA
Apartado 37, SEVILLA
se hallan de venta las siguientes obras:

de D. Bernardo Oiner/küño
Tratado completo del Naranjo, con un apéndice sobre el
Limonero, Cidro, Bergamoto y Limetero.
Volumen de 300 páginas con 76 grabados y 4 láminas
cromolitografiadas, 6 ptas.
Química Agrícola.—Tratado de abonos.—Segunda edición,
corregida y aumentada.
Volumen de 537 páginas. En rústica, 6 ptas.; encua-
dernado con el retrato del autor, 7.50 ídem.
Estudio Agronómico. Fijación del nitrógeno aéreo por la
avena, tomo X X X I de la BIBLIOTECA AGBARIA SOLA-
RÍAN A . En rústica, 1,25 ptas.

Formulario -Codex de abonos, 2 ptas.

De otros autores
Geoponía, por el Excmo. Sr. General Casanova. En rústi-
ca, 3 pesetas.
Repoblación forestal.—Medios de dar valor á eriales y te-
rrenos pobres, por el Ingeniero de Montes D. Juan
Ángel de Madariaga. En rústica, 3 pesetas.
Manual práctico de Agricultura Moderna Española, por el In-
geniero Agrónomo D. Juan M. Priego y Jaramillo, En
rústica, 3,50 pesetas.
( VALENCIA. . Embajador Vieh, 15.

OTTO I D E M BARCELONA. Bailen, 2.


. BILBAO. . . Arbieto, 3.

Representación de MATERIAS PARA ABONO de embarque directo

SINDICATO de POTAS AS de S TAS S PÜRT S0CIÍDAD1S REUNIDAS №


Sulfato de p o t a s a
90 y 96 ° / 0 de pureza.

Cloruro de p o t a s a
80/85 y 85/90 % de pureza.

Polisal potásica Compañía Bordelesa


20 y 30 °/ de potasa pura.
de product os químicos
0

Kainita
e
12,4 % ^ potasa pura. Superfosfato de cal.

Sulfato de amoníaco, N i t r a t o de sosa,

N i t r a t o de cal, Cal Azoada, N i t r a g i n a ,

Superfosfato concentrado 4 3 / 4 8 %•

Riqueza garantizada en todas las materias.

Información gratuita
sobre el racional empleo de los abonos.

( Azufre precipitado sulfatado^ Para el tra-


USINES S CHLOES ING FUERES TC. < A
Caldo bórdeles en polvo i tamiento de
[ Pyralion [ la viñ a.
E. Ir. GUAÍ^DIOUH
Calis Don Juan Yillarrasa, 2.—VALENCIA
^-ÍSU-S^S^

C/ITrlLOQOS PUBLICADOS

Núm. 2 — M a t e r i a l Simón.—Estrujadora de uva, pren-


sas, aparatos para lecherías, quebranta-granos, malacates de
todos tamaños, trilladoras.
Núm. i.—Aparatos destinados á l a preparación de
l o s a l i m e n t o s para el ganado.—Suplemento.—Tritura-
dor de aliaga.—Corta-raíces.— Molinillos.—Desgranadores
de maíz. —Criba seleccionadora de cereales.
Núrn. 6.—Desgranador del maíz.
Núm. 7.—Prensa de l o s forrajes.
Núm. 10.—Material para bodegas.
TRITURADORA DE ACEITUNAS Núm. 1 2 . - P u l v e r i z a d o r para árboles.
Núm. 14.—Material Vernette—Arados, binadoras, escarificadores, bisurcos, trisurcos, material para rotura-
ciones movido por malacate y á vapor, etc.
Núm. 15,—Trillo m i x t o de p e d e r n a l e s y s i e r r a s .
Núm. 16.—Material para l a elaboración del a c e i t e .
Núm. 17.—Pisadoras de uva y manzanas Prensa de vino «Ira Ideal».
Núm. 18.—Aventadoras de gran r e n d i m i e n t o , para c e r e a l e s .
N u e s t r o s c a t á l o g o s i l u s t r a d o s se remiten g r a t u i t a m e n t e á q u i e n los p i d a p r e v i o e n v í o d e 3 0 c é n t i m o s
e n sellos de correos, para certificado.
¡AGRICULTORES!

Abonos l u t o ales
SOCIEDAD « I l CROS
GASA FUNDADA EN 1810
FÁBRICAS EN BADALONA, ALICANTE
Y SAN JUAN DE AZNALFARACHE DE

ÁCIDOS Y PRODUCTOS QUÍMICOS


PARA LA INDUSTRIA Y LA AGRICULTURA

PRIMERAS M A T E R I A S P A R A ABONOS

AGENCIA DE SEVILLA: Escritorio y Almacenes


Arjona, 9, y Sánchez Barcáiztegui, 6
A LOS DUEÑOS
DE ftAHA^tJAliES
No cortéis ni desmochéis un solo naranjo.

se vende concentrado en barriles de 200 litros: á


cada litro de insecticida hay que añadir 2 de agua.
Precio
lOO litros. . . 2JO pesetas.
E n los pedidos de l.OOO litros en adelante
se hacen rebajas considerables.
Advertencias
1.
a
Por la vasija se cargan 10 pesetas; pero si
se devuelve antes de 8 días, franco de porte en
Sevilla, se abonan al interesado.
2.
a
El precio de 20 pesetas los 100 litros se
entiende sobre v a g ó n en Sevilla. Los pedidos á

D. JOAQUIN LADRÓN DE GUEVARA


Santa Teresa, lO
S E V I L L A
quien dará las oportunas instrucciones para su
empleo.
Resumen de Agricultura
Selección mensual de cuanto en España y en
el extranjero se publica, ensaya y trabaja sobre
Agricultura, adornada, con numerosos grabados.
Revista teórico-práctica, útil á los propietarios
de fincas rústicas y á los colonos.
Contestación gratis verbal ó escrita
de cuantos problemas agrícolas se sir-
van dirigirle sus abonados.
REGALA á todos los que se suscriban
desde año nuevo un ejemplar del libro
F»:KJ3IV?^A?^ PARA VI1VO

original de D. Manuel Reventós, cuyo precio para


los no suscriptores es de 5 pesetas.
Precio de la suscripción para España: 10 pesetas
al año. Extranjero, 15 ptas.
P a g o anticipado. Las suscripciones empiezan
por Enero.
Administración, calle del Pino 5, Apartado 231.
—Librería Católica, Barcelona.
Solicítense números de muestra, que se envían
gratis,
JVIOüASSIN
¿Qué es el Molassín?—El mejor ali-
mento para toda clase de ganado.
¿Por qué le llaman el Rey de los pien-
sos?—Porque ningún otro contiene el 43
por ciento de azúcar, garantizado.
¿Es el azúcar buen alimento para los
animales?—El mejor y más fácil de di-
gerir.
¿Da fuerza al ganado?—Evidentemen-
te, porque reconstituye el músculo y
quita el cansancio.
Siendo eso así ¿será un alimento muy
caro?—Al contrario, es más económico
que los cereales, ó cualquier otro pienso.
¿En dónde pueden adquirirse precios y
pormenores del Molassín? — En todas
las agencias de Provincias y en la Ofíeí?
na Central:

COHDS DE XIQTJENA, 4 (bajo)


^ §¡) @) n
Precios de anuncios
2 páginas . . . 9 0 pesetas anuales

1 página . . . 50 » »

ADVERTENCIA

No se admite menos de una página ni por


menos de un año. A los señores anunciantes se
les servirá gratis la suscripción.

Tomos publicados hasta la fecha:

LXXIX

A l i m e n t a c i ó n r a c i o n a l del g a n a d o (vacuno)
(quinto volumen), por D. Miguel Sánchez^
E l P r o b l e m a forrajero: el Trébol p r a t e n s e y
Otros T r é b o l e s (segunda parte; cuarto volumen), por
D. Pedro Bicaldone.

P R E C I O D E L TOMO L X X I X

EN RUSTICA 2,00 TTflS.


ENCUADERNADO 3 . 3 0
PRONTA
REPOBLflClOfi FORESTAL

Es indudable que se consigue, donde el clima


lo permita, plantando el

EUCALIPTO
por desarrollarse mucho en poco tiempo.
La BIBLIOTECA A G R A M A SOLA RÍAN A ha publi-
cado un libro que trata de su cultivo, cuyo precio es:

E n rústica . 3,00 pesetas


Encuadernado . . 4,50 »

y la colección de las 9 1 láminas á él pertenecien-


tes: van en volumen separado, siendo su precio

E n rústica . . . 5,00 pesetas


Encuadernado . . 6,50 »

Se vende en esta Administración y


en las principales librerías de España
y del Extranjero.

S-ar putea să vă placă și