“Procedimiento jurisdiccional al que se somete un comerciante cuando incumple
generalizadamente con el pago de sus obligaciones, que tiene por objeto lograr la conservación de la empresa del comerciante, mediante el convenio que éste suscriba con sus acreedores reconocidos o, en su defecto, vender la empresa, sus unidades productivas o los bienes que la integran para pagar a los acreedores.”
1. "concurso mercantil" es la denominación que la ley mexicana otorga a un
proceso judicial que se le conoce (comúnmente y dependiendo del país iberoamericano en donde nos encontremos) como una quiebra, concordato, bancarrota o insolvencia.
Entonces, se le llama "concurso" al procedimiento donde deben comparecer todos
los acreedores del comerciante a reclamar sus derechos, que serán pagados conforme a una serie de reglas que la propia ley establece. Por eso, al procedimiento referido se le conoce también como "concurso de acreedores". Se le denomina "mercantil" porque sólo es aplicable a los comerciantes, tanto personas físicas como empresas.
En el caso de personas que no son comerciantes, existen procedimientos
análogos regulados en los códigos civiles de cada estado.
A través de este procedimiento, las personas físicas o morales, pueden tratar de
sacar a flote su empresa cuando se encuentran en una profunda crisis financiera.
Por ello, en México, la Ley de Concursos Mercantiles, señala que su principal
objetivo es conservar las compañías y evitar que el incumplimiento generalizado de sus obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga relación de negocios.
2. El concurso mercantil es el recurso legal al cual acuden las empresas para
entablar negociaciones con sus acreedores cuando el peso de sus adeudos es tal que les es imposible seguir al corriente en todos los pagos conforme se van venciendo. Si el juzgado admite el recurso el servicio a las deudas se suspende y el juez designa un visitador cuya función es administrar las operaciones de la empresa mientras esta negocia la reestructuración de los adeudos. La premisa clave de cualquier concurso mercantil es sencilla pero fundamental: La empresa sigue siendo viable y vale más viva que muerta. Es decir, su problema es financiero, no económico. No cuenta con los recursos financieros para mantenerse al corriente en sus deudas, pero si se perdona alguna parte de estas, la empresa puede seguir operando, puesto que sus flujos operativos son positivos. ¿QUÉ LEY ES SUPLETORIA A LA LEY DE CONCURSOS MERCANTILES? De acuerdo con el artículo octavo de la Ley de Concursos Mercantiles, existen 5 ordenamientos que son de aplicación supletoria, pero en un orden en específico, es decir, lo que no se encuentre contemplado en el primero de ellos, deberá ser revisado en el siguiente y así sucesivamente: Artículo 8o.- Son de aplicación supletoria a este ordenamiento, en el orden siguiente: El Código de Comercio; La legislación mercantil; III. Los usos mercantiles especiales y generales; El Código Federal de Procedimientos Civiles, y El Código Civil en materia federal. Concurso de sociedades de mercantiles El concurso de acreedores se puede definir como un procedimiento judicial (que precisa de la declaración del juez), que tiene por finalidad esencial (aunque no única) la satisfacción de una pluralidad de acreedores, en los casos de insolvencia del deudor común, sin distinguir entre insolvencia provisional o definitiva, ni entre deudores comerciantes o no comerciantes; produciéndose de dicha declaración de concurso importantes efectos tanto en la esfera personal como patrimonial del deudor, así como sobre los acreedores, los contratos y los actos perjudiciales para la masa activa. La Ley Concursal lo configura además como un procedimiento de reestructuración empresarial. De lo dicho se desprenden unas notas: Que la filosofía actual del concurso, más que proteger a quien tiene deudas (antes se hablaba del beneficio de la suspensión de pagos) se basa en proteger a quien debe cobrar