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A la teoría le cuesta hablar del amor verdadero de una forma que no sea… teórica.

El buen
amor es una pura tautología
La anterior es una cita de Barthes que utilizo como pre-texto para expresar un descontento
que tengo de muchas formas en que se desvirtúa la experiencia del amor moderna, al
etiquetarlo como amor romántico. Al mismo tiempo quiero aclarar, que no por ello estoy
de acuerdo con todo el sufrimiento y descontento que la normativa amorosa produce. Sólo
aclarar que como dice Eva illouz -en todas épocas se sufre por amor, pero no de la misma
manera-
El sospechoso de siempre ante la supuesta degradación del Amor es el amor romántico, un
par de palabras que pocas veces llega a ser concepto, es un casillero donde todo lo malo de
las experiencias amorosas debe de acomodarse. Heteronormativo, patriarcal,
mercantilizado, religioso, ideología, alienación, liquido, monogamia. Habra que profundizar
entonces sobre si se está hablando de una modalidad histórica, de una forma discursiva que
pone en orden una gramática de lo amoroso particular. O bien, de una forma de organizar
y normar la experiencia amorosa.
La eterna búsqueda del buen amor se parece a la búsqueda del “buen salvaje” siempre en
un pasado idílico, en un estado de armonía con la naturaleza, esta serie de teorías tratan de
buscar ese amor, una búsqueda constante de salir del Eros, y llegar al ágape o al filos.
Aunque puede parecer una opción llegar a ese estado idílico, está bien sólo como utopía
terapéutica expiatoria de todos nuestros males. No como un punto de llegada. El buen amor
es sólo teoría.
El amor es conflicto, sin el adjetivo romántico, sin El amor eros deformado en pasión. Parece
determinista, sin embargo, como señala Victor Turner -la vida social es agonística- está
siempre impregnada por el conflicto-. No es una característica moderna el conflicto
amoroso, sólo es diferente a otras formas sincrónicas o diacrónicas. Si bien, existe una
estructura normativa de la amorosidad, siguiendo los pasos del autor anterior, es en la
situación concreta donde la estructura se negocia y opera de maneras que desbordan la
estructura. Es en el conflicto amoroso donde se evidencia la estructura que opera detrás del
amor romántico.
Cabe en este punto una aclaración, el hecho de que exista el conflicto amoroso no quiere
decir que la experiencia amorosa vaya en detrimento. Como todo proceso, existe una
ruptura de la situación A, una negociación, y un cisma o una continuidad. Y es en la
continuidad donde se puede llegara nuevos acuerdos y negociaciones en la pareja o con el
modelo romántico.
El amor ha cambiado no hay duda, pero también hay cosas que no lo han hecho y una de
ellas es el conflicto amoroso.

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