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Análisis grupal:
Violencia y política punitiva en Costa Rica: límites y alternativas
Docente:
Esteban Arias Chavarría
Estudiantes:
Mayela Angulo García / B10389
Kizy Stewart Ramírez / B57128
27 de noviembre de 2017
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Introducción
El derecho penal es una rama del ordenamiento jurídico que estudia las normas
penales, las conductas que las infringen y las sanciones aplicables a las mismas.
(Enciclopedia jurídica, 2014, párr. 1). En este sentido, el sistema penal tiene la labor de
ejecutar esas leyes a través de la represión de quienes amenazan con alterar el orden social.
Costa Rica, por su parte, al estar inmerso en este sistema estructural, también refleja
la represión y la violencia vivida por cientos de personas vulnerables o/y en condición de
pobreza o pobreza extrema, cuyas conductas son criminalizadas y “atendidas” por un sistema
penal que no se limita en reproducir el dominio, el control y la represión a través de los
distintos mecanismos judiciales.
Sin embargo, resulta conveniente tener en cuenta que el contexto y las condiciones
sociohistóricas, socioeconómicas, sociopolíticas, inclusive socioculturales, que a partir de
este se generan, son determinantes en el desenvolvimiento de la vida cotidiana de las
individuas y los individuos, brindando así –en muchas ocasiones– oportunidades limitadas
para ciertos sectores de la población y, propiciando una toma de decisiones desatinada en
términos de sus planes de vida.
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limitantes y alternativas, así como datos concretos de la realidad penal nacional y algunas
reflexiones finales que derivan del tema.
Pero Costa Rica se ha convertido en una sociedad compleja en la que persisten problemas
heredados como la pobreza y el individualismo y se han acentuado otros como la
indiferencia ante los problemas y la respuesta solidaria. Los conflictos vecinales han
evolucionado hacia actos más violentos y la sociedad se ve afectada por mayores índices
de violencia, que ha incidido en la inseguridad ciudadana (Organización Panamericana
de la Salud, 2004, p. 9)
En Costa Rica las manifestaciones de la violencia han ido en crecimiento a través de los
años y esto se da por diferentes factores los cuales se evidencian a continuación:
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Siguiendo entonces lo que expone el texto anterior, es evidente que la violencia es una
manifestación de la cuestión social que una vez que se presenta deja consecuencias que en
muchas ocasiones son difíciles de superar.
A pesar de que Costa Rica se ha dado a conocer tanto a nivel nacional como Internacional
como un país democrático y que goza de una cultura de paz, ha dado un giro impresionante
con respecto al tema de la violencia como lo expresa Valverde (2009) “Nuestro país, que no
hace tantos años fue señalado ante el mundo como una nación pacífica y ejemplar, ha dado
un giro enorme y los costarricenses estamos preocupados y temerosos” (p.1)
En la actualidad los índices de violencia que se dan en el país sobrepasan las estadísticas
de años anteriores, la inseguridad en las calles es casi palpable y cada vez el temor de la
población por salir de sus casas como lo hacían nuestros abuelos se puede percibir con solo
caminar al lado de alguna persona, con facilidad se observan las miradas de desconfianza al
no saber a ciencia cierta si quien camina a nuestro lado es una persona confiable, como se
puede apreciar en el siguiente texto:
Costa Rica registra hoy una tasa de crimen bastante alta, que al paso que vamos subirá
con rapidez hasta ahogarnos en la total inseguridad e indefensión, en especial, si el crimen
organizado se asienta con más fuerza aquí, donde ya existen bandas violentas formadas
por nacionales y extranjeros. El narcotráfico que está logrando sembrar raíces en Costa
Rica, es la causa número uno para que estas bandas de criminales sean cada vez más
especializadas (Valverde; 2009, p.9)
En Costa Rica la violencia es entonces según lo antes expuesto, una manifestación de la
cuestión social que afecta de manera directa todo el entorno social de la población
costarricense y no solamente a nivel nacional sino que los índices de violencia han
trascendido a medios noticiosos internacionales que afecta incluso en lo económico ya que
el sector turístico es quien más sufre con la creciente violencia en el país.
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2. Política punitiva y violencia en Costa Rica
En cuanto a la política punitiva en el país, cada vez se crean más leyes que van
dirigidas a corregir las “malas acciones” de personas que cometen actos delictivos y por ende
deben ser castigadas “con todo el peso de la ley” aun cuando estas solo quedan en las
discusiones de la agenda política ya que como sugiere Rojas (2014) “En principio, el proyecto
parece una buena idea y tiene una buena intención, pero es claramente innecesario y conlleva
más problemas que soluciones” (p.1)
Según Llobet (2016). Se explotan por la prensa los hechos delictivos de carácter
violento, bajo la consideración de que las “malas noticias” son “buenas noticias” para
el rating televisivo y la venta de periódicos10, siendo preferible que mezclen
violencia y sexo, para alimentar el morbo. Ello se refleja cuando se investiga el pasado
de las propias víctimas, para determinar si había un trasfondo de relaciones
extramatrimoniales, prostitución, homosexualismo, etc., con lo que se pone en
entredicho éticamente a la víctima, con el fin de satisfacer el morbo (p.7)
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Este pensamiento predomina en Costa Rica y se ha constituido en un fenómeno sociológico
que determina la manera en que ciudadanos y legisladores entienden el problema de la
criminalidad. Esto afecta los procesos de creación de leyes penales en el país (p.1)
Cabe recalcar que, con base en Cruz (2011), hay una vinculación entre el derecho penal
y el dolor, ya que este tiene dentro de sus tareas la mitigación del dolor en relaciones sociales
en las que el sufrimiento está presente; además, esta manera legislativa de atender el dolor,
parte del contexto en el que surge el dolor. De esta manera queda condicionado el ser social.
A partir del mismo autor, se determina que en el derecho penal, es válido utilizar el dolor
a partir de la intervención, es decir, de la represión y coerción. El dolor se aplica,
principalmente, en las personas vulnerabilizadas y además, se establecen condiciones o
“barreras” –como las llama el autor– que impiden la aplicación de sufrimiento en los sectores
de poder, y que lo facilitan en “las más débiles”.
Cruz (2011) determina que el derecho penal es un instrumento de poder, que tiene la
potestad para vulnerar más a las personas, pero también tiene la capacidad de mermarla. En
esta línea, el derecho penal tiene el deber de establecer un equilibrio para que los efectos del
sufrimiento impuesto sean reducidos. Sin embargo, no se debe, ni se puede, invisibilizar el
dolor que ya genera el control penal.
Una de las características que tiene el derecho penal es que el dolor atraviesa un proceso
de despersonalización, lo que consiste en que el dolor se ve ajeno, se desapercibe o se ve
lejano. Esto, sin duda, podría responder a una de las vías que implementa el régimen de
privatización de la libertad para ejercer control en los sujetos y las sujetas.
Según Cruz (2011), es supuesto que la utilidad que tiene el derecho penal en la sociedad
contemporánea corresponde a que este “se encarga” de solucionar los conflictos sociales en
dos líneas: prevención y castigo. Como es sabido, esta afirmación es otra de los “sutiles”,
pero violentos disfraces de represión que utiliza el sistema para responder a intereses de los
sectores social, económica y políticamente dominantes.
En este sentido, además, el autor dice que la violencia no logra dar soluciones verdaderas,
pues lo que hace es reprimir o “separar del resto” a la persona que incide en algún delito para
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que no continúe realizando la acción. En este sentido, no logra resolver la causa de
determinada conducta.
Así mismo, siguiendo a Romero (2013), La Nación indica, el día jueves 24 de octubre
del 2013, que las cárceles rebasadas es asunto del sistema penitenciario de Costa Rica, en
términos de políticas. Además, que 8 de los 14 centros, han sido cerrados a partir de decretos
de la Judicatura.
Continuando con la reflexión teórica, se rescata que, según SUBDERE (2009), los
gobiernos intervienen en la realidad a través de la acción pública y con una intención
específica, puede ser para mantener el orden o para modificar dicha realidad. De este modo,
la respuesta, o lo que hace el Estado y la manera en que este opera requiere de instrumentos
específicos para lograrlo y uno de ellos es la política pública.
Así entonces, las medidas de represión y el sistema penal también están respaldado
por una política que establece de qué manera se va a intervenir, con la intención inmediata,
o aparente, de atender la realidad social y los conflictos que en esta de desencadenan.
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De manera que, la política punitiva, las condiciones que esta propicia, las sanciones
y medidas que toma, están legitimadas socialmente, por una “conciencia” de las personas,
pero también, y fundamentalmente, por intereses políticos plasmados en una legislación.
Sin embargo, reconociéndose que el sistema penal también está mediado por una serie
de políticas que de forma inmediata parece que dan una resolución a una situación
problematizada (delincuencia/inseguridad ciudadana), a través de la violencia, la represión,
la corrección y la educación pero que en esencia no favorece a una mayoría sino que
privilegia a la minoría, algunas de estas afirmaciones resultan con vacíos en términos de lo
que en realidad se lleva a la práctica y cómo, en favor de qué o de quienes se suscitan estas
políticas.
El Ministerio de Justicia y Paz, por su parte, es la institución que tiene entre sus tareas
promover la paz a partir de la prevención de la violencia y, en su visión está que toda la
población haga “uso efectivo de los derechos humanos”. (Ministerio de Justicia y Paz, 2016)
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3. Límites de la política punitiva en Costa Rica
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4. Alternativas de la Política Punitiva en Costa Rica
Política Social:
Según Cruz (2011), “la mejor política penal es una Política Social”, ya que afirma que la
reducción de políticas sociales conlleva el incremento de delitos, pues manifestaciones
violentas como la desigualdad y la injusticia social no son posible de combatir con la
represión sino con la Política Social (inversión en gasto público).
Esta afirmación del autor resulta interesante, en la medida que señala, una vez más, que
estos “conflictos sociales” no se resuelven con represión, sino que esta es una medida de
solución aparente que brinda el sistema, cuando en realidad una alternativa, según el autor,
es la inversión en Política Social.
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Conclusiones
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Referencias bibliográficas
Ministerio de Justicia y Paz República de Costa Rica (2017). Tablas de población del sistema
penitenciario 2017. Recuperado de: http://www.mjp.go.cr/Home/Poblacion
Romero, J. (2013). Consideraciones sobre las cárceles en Costa Rica. Recuperado de:
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0a
hUKEwigs4_K8cTXAhVGMyYKHW7SDGMQFgglMAA&url=https%3A%2F%2
Frevistas.ucr.ac.cr%2Findex.php%2Fjuridicas%2Farticle%2Fdownload%2F17715
%2F17234&usg=AOvVaw23UaFFYWmQ1Q1I5bpoBc86
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Valverde, E. (2009). La violencia en Costa Rica. Recuperado de
https://www.larepublica.net/noticia/la-violencia-en-costa-rica [Consulta 27 de
noviembre. 2017]
Llobet, J. (2016). El “éxito” del populismo punitivo en costa rica y sus consecuencias.
Revista Digital de la Maestría en Ciencias Penales. Número 8. Año 8. ISSN 1659-
4479. RDMCP-UCR www.revistacienciaspenales.ucr.ac.cr. Recuperado de
https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/RDMCP/article/view/25288/25552
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