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AASM

Curso de formación psicoanalítica.


Clase 4: «Síntoma y Fantasma».
Lic. Maximiliano Zenarola

Síntoma y Fantasma son dos diferentes fenómenos clínicos. La cura gira en torno del fantasma y
no de los síntomas. Dado que, el psicoanálisis, no es una terapéutica.
Sin duda el fantasma tiene una naturaleza sexual. Los más conocidos son los fantasmas
perversos, ya que incorporan las pulsiones al yo. No tienen problema en manifestar cuál es su
pulsión. Lo que no quiere decir que la vaya a hacer pública, dado que no está permitido
socialmente.
Paradoja: el fantasma es el pivot del análisis, relacionando el fin de análisis a cierta elaboración
del fantasma y, sin embargo, es a lo que menor acceso se tiene –tanto para analizante como para
analista–. Hay construcciones del inconsciente que hay que construir, que no vienen dados. La
elaboración lógica de las fantasías, conlleva en algún punto, una operación de construcción
(Freud). Fijación radical de un sujeto a un objeto; defensiva y sexual (satisfacción en un objeto) y,
sin embargo falta cierta construcción por parte del analista (Lacan). En la clínica, se encuentran
citas, que significan al del sujeto, como un ideal, pero por otro lado –y en dos planos distintos– se
sostiene eso que destruye, arruina, rompe, en fin, se padece. Por un lado, fantasma, por otro,
síntoma. Separarlo, ayuda a la dirección de la cura.
Mientras se sostiene la escena, se soporta, se sostiene (más allá de la queja) el síntoma. El
problema es cuando esa escena es distinta, cuando se encuentra con la pulsión, ahí aparece la
angustia.
El grafo del deseo: se trata de un vector que asciende y otro que desciende, atravesado por otros
dos vectores. El deseo y la posición del analista, se representa entre las dos cadenas o vectores
centrales. Quedando dividido en cadena del enunciado y cadena de la enunciación, lo manifiesto y
lo que es pasible de inferir mediante análisis, inconsciente. También se puede realizar otro corte
vertical que separe el grafo en plano de las preguntas y plano de las respuestas del sujeto.
Quedando el Fantasma y el Síntoma del lado de las respuestas, representando distintas
modalidades de respuestas subjetivas, ya que se encuentran en el vector descendente.
El matema que da inicio al grafo es el del Sujeto dividido, es decir que se encuentra más del lado
de un objeto que de un sujeto que ejerce o porta determinada característica, solamente. Como,
por ejemplo, un sujeto de derechos.
E sujeto dividido es aquello que queda cooptado por el lenguaje. El primer sujeto del psicoanálisis,
para Lacan, es la cadena simbólica. Ubicado en el vector ascendente, en el plano de las
preguntas del sujeto. Es el plano que determina el ser, el plano del cual hacemos derivar los
efectos del sujeto. Entonces, la pregunta: qué soy yo, si en esa cadena sobre la cual se inscriben
todas mis significaciones, no contiene el elemento que me puede definir como tal. Es imposible
que, en esa cadena, se inscriba algo del yo (je).
El ser humano, no tiene la fijación de ser que tienen los demás objetos o seres vivientes. Lo que
pueda llegar a ser un sujeto, se escribe en el vector descendente, izquierdo, del lado de las
repuestas. Ejemplo: «soy una inútil», «soy bipolar», etc.
El síntoma, bien puede ser el modo de nombrar el ser de cada uno.
Dos preguntas fundamentales son: qué soy y qué quieres . Pregunta por el ser y pregunta por el
deseo del otro. Pero, lo que se inscribe en el sector de las preguntas, no tiene una respuesta
acabada en lo simbólico. Porque lo que caracteriza al Otro, como lugar de las determinaciones del
sujeto es consistir en una cadena de significantes articulados. Por el principio saussureano de la
posición diacrítica de los elementos, se necesitan dos significantes para que aparezca un
significado.
Por lo cual, la definición del ser encuentra su lugar entre dos significantes. Es decir, en la
articulación, en el deslizamiento. Lo que está más cerca del ser como nada.
Se puede ubicar cada término, según el registro que le corresponde: el ideal del Otro es I(A) o
Uno del Otro, de toda la cadena de significantes del otro, ante el vértigo del desplazamiento
significante por la cadena, fijo uno y determino mi ser, perteneciendo al registro simbólico. El
síntoma, D(A) el matema que propone Lacan es el de «un significado del otro». Lo que está
enfatizado es el aspecto imaginario y de qué modo se puede tomar ése imaginario, nuevamente
para coagular su ser. Ej: «yo soy bipolar» como si el ser de ese sujeto fuera solamente el
penduleo entre su posiciones melancólicas y maníacas.
Fantasma: En la cadena no hay solamente significantes, sino que hay articulaciones entre
significantes. El sujeto barrado no es tanto el significado, sino aquello que queda identificado en
intervalo, en la hiancia entre los significantes. El fantasma del exhibicionismo - voyeurismo se
juega en la situación previa y en el acto. El fantasma es un objeto de la cadena significante que se
grafica en el matema porque Lacan intenta sugerir que es un objeto que no es del todo simbólico.
Está ubicado en el registro Real. Según Miller, el fantasma es como una matriz de conductas. Es
la respuesta subjetiva al deseo.

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