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EXTENSIÓN DE RESPONSABILIDAD A LOS

ADMINISTRADORES DE EDUTEC S.R.L.:

Que solicito desde ya la extensión de responsabilidad, en

cuanto al crédito laboral compuesto por los rubros que V.S. declare

procedentes en la presente demanda, al Sr. Gustavo Monasterolo y a la

Sra. Griselda Liliana Ramat, en su carácter de administradores de la

firma EDUTEC S.R.L., en base a los fundamentos que a continuación

se exponen.

Que el art. 59 de la LSC dispone que “Los administradores

y los representantes de la sociedad deben obrar con lealtad y con la

diligencia de un buen hombre de negocios. Los que faltaren a sus

obligaciones son responsables, ilimitada y solidariamente, por los

daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión”.

Que, por su parte, el art. 274 LSC establece que “Los

directores responden ilimitada y solidariamente hacia la sociedad, los

accionistas y los terceros, por el mal desempeño de su cargo, según el

criterio del artículo 59, así como por la violación de la ley, el estatuto o

el reglamento y por cualquier otro daño producido por dolo, abuso de

facultades o culpa grave”.

Que del juego armónico del articulado se desprende que,

en primer lugar, la LSC fija un standard jurídico de actuación para los

administradores de la sociedad, quienes deben ajustar su conducta

obrando con lealtad y con la debida diligencia de un buen hombre de

negocios.
Que, en segundo lugar, la ley establece las consecuencias

jurídicas que se generan ante el incumplimiento de tales obligaciones,

haciendo responsable al infractor de manera solidaria e ilimitada por los

perjuicios que cause con su acción u omisión.

Que debemos tener presente que, entre las obligaciones a

las que hace referencia la LSC, se encuentra, entre otras, la de registrar

en debida forma a los trabajadores que se desenvuelvan en relación de

dependencia con la sociedad que administran, en concordancia con lo

que dispone el art. 7 de la ley 24.013, a saber: “a) En el libro especial

del artículo 52 de la Ley de Contrato de Trabajo o en la documentación

laboral que haga sus veces, según lo previsto en los regímenes

jurídicos particulares; b) En los registros mencionados en el artículo

18, inciso a). Las relaciones laborales que no cumplieren con los

requisitos fijados en los incisos precedentes se considerarán no

registradas”.

Que surge a todas luces que la omisión de la debida

registración de mi mandante constituye un incumplimiento de las

obligaciones inherentes al cargo de administrador que desempeñan

tanto el Sr. Monasterolo como la Sra. Ramat.

Ahora bien, la jurisprudencia local ha sostenido que “la

responsabilidad del representante administrador frente a las

consecuencias del empleo no registrado debe ser juzgada aplicando las

reglas generales del sistema de responsabilidad del derecho común

más las normas propias de las materias societarias, laborales y

fiscales; por lo cual, la responsabilidad del administrador presupone la


existencia de los elementos típicos del sistema de responsabilidad: la

antijuridicidad, el factor de atribución, el daño y la relación de

causalidad” (Cámara de Apelaciones en lo Laboral de Santa Fe, Sala

II, 03/02/2011, en autos “MEDINA, Gisela Verónica c/ DE MARTINI,

Luis María y otros s/ C.P.L.”).

En tal faena, la antijuridicidad está dada, en los términos

de la presente demanda y conforme lo expuesto en el acápite

“HECHOS” sobre la relación laboral que unía a la actora con EDUTEC

S.R.L., por el incumplimiento de la obligación legal que impone el art.

7 de la ley 24.013 ut supra mencionado. Si bien el obligado a la

registración es el empleador y, como tal, la obligada es la sociedad

comercial, en virtud del art. 59 LSC es el representante administrador

quien debe obrar con el standard requerido de buen hombre de negocios

y asegurarse que las relaciones laborales contratadas por la sociedad

comercial que representa y administra cumplan adecuadamente con la

legislación vigente en materia laboral, previsional y fiscal. Esto implica,

además, el comportamiento como buen empleador conforme el art. 63

LCT y su obligación como administrador de la empresa de generar

trabajo decente en los términos expuestos por la Organización

Internacional del Trabajo.

Por lo tanto, la falta de inscripción de la relación laboral

que mantenía la sociedad, representada por los codemandados, con la

actora es un acto ilícito de los administradores de EDUTEC S.R.L.:

Monasterolo y Ramat.
En relación al factor de atribución, la responsabilidad del

administrador es personal y subjetiva, lo cual implica valorar la culpa o

dolo en su obrar antijurídico. La debida diligencia que se impone al

mismo, en el cumplimiento de sus obligaciones al frente de la sociedad,

se construye con la aplicación del art. 59 LSC y arts. 902 y 909 del

Código Civil. Siendo que tales obligaciones son estrictamente

“obligaciones de medios”, su actuación diligente como buen hombre de

negocios en su área implica desarrollar toda la actividad necesaria para

administrar adecuadamente el negocio societario. Así, “la obligación

de administrar la sociedad comercial conforme un buen hombre de

negocios posee un contenido mínimo: asegurar a los socios y a terceros

que el negocio que desarrolla la sociedad es comercialmente viable; de

esta forma, si la rentabilidad del negocio pasa por reducir la estructura

de costos evadiendo el pago de los impuestos correspondientes por las

relaciones laborales de la empresa, el administrador está manteniendo

un giro comercial que no es genuino y, en consecuencia, está creando

una ilusión comercial que perjudica a los socios, a los terceros

interesados que se relacionan con la sociedad -entre ellos, el

trabajador- y a la comunidad económica en general (esto último, en

tanto la sociedad está compitiendo en el mercado con ventajas ilegales

que afectan la competencia). Aquí, entonces, se encuentra el nivel

mínimo de diligencia que debe exigirse a un buen hombre de negocios

profesional y, en consecuencia, la existencia de una relación laboral en

evasión fiscal implica la negligencia del administrador de la sucursal

como especie de culpa por no haber hecho lo que correspondía


-registrar la relación laboral- conforme el standard de diligencia

debida para evitar el daño (arts. 512, 902 y 909 del Código Civil)”.

(Cámara de Apelaciones en lo Laboral de Santa Fe, Sala II,

03/02/2011, en autos “MEDINA, Gisela Verónica c/ DE MARTINI, Luis

María y otros s/ C.P.L.”).

La diligencia debida en los términos del art. 59 LSC para

todas las obligaciones del administrador se particulariza con relación a

las obligaciones laborales en virtud del principio de buena fe contenido

en el art. 63 LCT, el cual debe ser observado por el administrador en la

conducta exigida como buen hombre de negocios.

En apoyo a esta tesitura, la Corte Suprema de Justicia de la

Provincia de Santa Fe ha afirmado que “(…) no puede ser considerado

un buen hombre de negocios quien a sabiendas embarca a la sociedad

que administra, representa o controla en actos ilícitos, ya que ningún

empleador ignora que sus dependientes deben estar debidamente

registrados y que conforme a ello deben pagar las contribuciones y

aportes al sistema de seguridad social, situación que en el caso del

actor no fue debidamente cumplimentada (…)”. (CSJSF, 04/05/2010, in

re "Insaurralde, Abel c. Integral Tres S.A. y otros").

Nuestro ordenamiento jurídico establece un sistema de

apreciación de la culpa en concreto, comparando la actividad

desarrollada por el sujeto en el caso con la diligencia debida conforme

los arts. 512, 902 y 909 del Código Civil y, en éste caso en particular, el

art. 59 LSC. Y en la presente demanda, los codemandados Monasterolo

y Ramat, habiendo ellos mismos invocado su carácter de “representante


legal” y “gerente”, respectivamente, de EDUTEC S.R.L., en el

comprobante de “Alta Temprana” y “Baja” ante AFIP (Monasterolo) y

en los recibos de sueldo y cartas documentos que se acompañan a la

presente -acápite “PRUEBAS: a) 2 y 3”- (Ramat), no han probado su

obrar diligente como buen hombre de negocios dirigido a lograr la

debida registración de la relación laboral de la actora con la sociedad; o,

en su caso, causas de fuerza mayor que justifiquen su obrar.

En consecuencia, V.S. deberá tener presente que la falta de

inscripción de la relación laboral de la actora con la sociedad en forma

coincidente al efectivo comienzo de la prestación de servicios

dependientes, así como de la real remuneración percibida, constituye

una omisión negligente de los administradores Monasterolo y Ramat

que configuran su obrar culpable respecto de la actora.

En cuanto al daño, y en relación al “onus probandi”, si bien

como principio general quien alega un daño tiene la carga de probarlo,

en el especial sistema del Derecho del Trabajo el trabajador tiene a su

favor la determinación legal de la existencia y cuantía del daño.

En lo que respecta a esta demanda, sobre el daño

provocado a la actora por la falta de registración laboral, V.S. deberá

tener en cuenta que las leyes 24.013 y 25.323 -aplicables de acuerdo a

la liquidación obrante en el punto “III- HECHOS”- presumen la

existencia y cuantía (tarifada) del daño resarcible, lo que exime a esta

parte de la prueba en concreto sobre el mismo.

Por último y en lo que respecta a la relación de causalidad,

V.S. deberá analizar en abstracto si el resultado dañoso puede ser


atribuible al obrar de los administradores de la sociedad. Conforme los

términos de la presente demanda, el Sr. Monasterolo y la Sra. Ramat,

como administradores de la EDUTEC S.R.L. pudieron lógicamente

prever (art. 901 del Código Civil) que el incumplimiento de registrar

correctamente la relación laboral de la actora con EDUTEC S.R.L.

desde el mismo comienzo de la prestación de servicios dependientes

tiene como consecuencia inmediata la clandestinidad de dicha relación

laboral y la afectación de la expectativa previsional de la actora y su

cobertura de seguridad social.

Por tal motivo, en relación a la extensión de

responsabilidad de los administradores de la sociedad, Monasterolo y

Ramat, V.S. deberá determinar el carácter de la obligación impuesta: la

que será en forma personal ilimitada y solidaria conforme el art. 59

LSC.

La no limitación de la responsabilidad implica que el

demandado debe responder con su patrimonio personal sin poder

ampararse en la garantía constituida del art. 256 LSC.

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