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Psicoterapia Existencial y Humanística

Unidad II: El Proceso Psicodiagnóstico desde el abordaje Analítico- Existencial


Prof: Lic. Escobar Macarena

INTERVENCIÓN EN CRISIS
¿Qué es una crisis?
Del griego (KRINEIN) que significa separar, discernir.
Es la confrontación con lo inesperado, súbitamente, con una amenaza, un
peligro. Es un proceso que va desde el shock hasta una reacción (suicidio,
enfermedad, etc.).
Las Crisis tienen la tarea de integrar la nueva situación, en los casos de crisis de
cambio de vida, como la adolescencia, media edad, divorciarse, jubilación, etc.
Si estas fuerzas no son lo suficientemente movilizadoras, se puede desarrollar
una crisis (retiro, depresión, resignación, cronificación de RC). Por estas
cronificaciones pueden aparecer enfermedades psicosomáticas; de la falta de
esperanza puede surgir el suicidio, etc.

Características de las crisis:


Pérdida de la orientación.
Falta de medios (recursos). No saber qué se puede hacer.
Sentimiento de sobre-exigencia, falta de ayuda.
Inoperancia de los medios hasta ahora conocidos.

La crisis NO es una enfermedad, sino que es una perturbación corta que


pertenece al proceso de desarrollo de la personalidad.
Para acompañar un proceso de crisis, se puede pensar desde las 4MFE:

Primer paso: (1MF) Ser acá, dejar ser.


En esta instancia, le trasmitimos al otro que hay una persona que está con él.
Estamos aquí, sentados cerca sin decir nada. En la crisis, es difícil hablar. Damos
espacio como expresión de respeto hacia este hecho incomprensible. Damos
espacio para la «resonancia» a lo que esta persona irradia.
Hay que tomarse tiempo para poder llegar a esa persona, y dejar SER al otro.
¿Qué dice este silencio?
Ese silencio habla, dice que puedo soportar lo tremendo contigo, estoy
dispuesto, abierto. Puedo soportarlo. Esto da seguridad a él. El silencio es
respeto hacia una dimensión que nos sobrepasa y actúo ese respeto, lo hago, lo
vivo y dice también «estoy acá contigo». Es una actitud conjunta, dónde sólo
podemos decir: «es así».
Luego de un tiempo, podemos animarnos a una primer pregunta: ¿Sientes
mucho dolor?. Es evidente, pero ayuda a ver por primera vez su dolor; es el
inicio del Autodistanciamiento. Con lo evidente y obvio traemos un puente para
hablar.
Si el paciente no habla, se puede decir: «Veo que puede ser muy tremendo para
Ud., que le es imposible hablar, que necesita más tiempo» y vemos cómo
reacciona. Si dice algo, se le puede preguntar: ¿Quiere contarme qué le paso?
El tema de la crisis, necesita un «ENCUENTRO PERSONAL», y debido a que la
persona misma está expuesta, una técnica NO es adecuada para ella (está
herida). Se requiere de un buen encuadre, ya que en un primer momento, la P
necesita a alguien que lo guíe, que le diga qué hacer.

Segundo paso: (2MF) Cercanía Relación


Aquí ya se empieza a trabajar con emociones. Se apunta a «comprender y el
inclinarse». Buscamos comprender y demostramos el propio dolor en la
empatía: ¿Qué fue lo valioso que perdió que produce tanto dolor?. En este paso,
pueden venir las lágrimas.
En este paso, hay que estar cerca de la P, andar con ella, ya que necesita que se
empatice con ella, que se sienta con ella, y esto preparará el duelo.

Tercer paso: (3MF) Buscar lo propio y fortalecerlo.


Actividades propias: ¿Qué podría hacer él para cambiar la situación? ¿Qué se
siente capaz de hacer?
Actitudes: Qué actitud tiene hacia esa situación? Qué piensa de esa situación?
Decisiones: ¿Qué espera de mí? ¿Qué podría ser de ayuda para él? ¿Qué debe
decidir ahora?
El enfoque es: quiere ser víctima o no. Tiene la posibilidad de empezar a cambiar
algo a pesar del dolor, para que le baya mejor.
En este paso, la persona necesita que alguien le ayude a llegar así mismo, a su
propia actividad.

Cuarto paso: (4MF) Comprender el sentido y actuar.


Apunta a que juntos se empiece a realizar lo que necesita la situación;
acompañamos a la P a una existencia activa, creativa, fuera de ese ser víctima.
El sentido existencial es el tema: lo que se debe hacer ahora. Y el sentido
ontológico es el otro tema: comprender el hecho en un contexto más grande, y
ver qué cosas podrían ser una oportunidad.
La crisis permite re-ganarse, reestructurarse; es un trabajo de reorientación.

Trauma y Sentido
Längle habla de trauma como la herida del alma, y como una forma de
sufrimiento.
Debido a que el sufrir se enfrenta a la vida; los seres humanos intentamos
eludirlo y evitarlo con razón ya que el sufrimiento es el sentimiento por las cosas
que nos producen daño. Sin embargo, éste forma parte de la realidad humana y
no es del todo evitable.

Las heridas psíquicas ponen todo en cuestión:


 La relación (con un otro) en la que experimentamos la herida: el
comentario venenoso, el no ser tomado en serio, se engañado;
 Las condiciones laborales: cuando somos postergados injustamente,
abusos de poder, maltrato, despido injusto, etc.;
 La familia: cuando hay un hermano preferido, cuando no se siente
amado, se es desheredado, abuso sexual, etc.;
 Peleas, secuestros, violaciones, toma de rehén, guerras, etc.

Las heridas psicológicas nos pueden haber sido causadas por otros seres
humanos, pero también por acontecimientos fatales. Ambas fuentes pueden
«traumatizar».
Los acontecimientos fatales traumatizan a través del horror que desencadenan,
ya que éstos sacuden los supuestos fundamentales de la vida.
El trauma nos relaciona muy estrechamente con la estructura de la existencia, ya
que el Dasein humano, es estar expuesto en un mundo con sus «leyes» y
poderes. Esta «desnudez» puede ser vivenciada como un «ser arrojado» en un
mundo en el que también tenemos que experimentar sufrimiento.
Frankl habla de la tragedia ineludible en cada vida: sufrimiento, culpa y muerte.
Es justamente de esta confrontación con lo incomprensible que irrumpe en la
vida; que surge la pregunta por el sentido:
¿Cómo podemos mantenernos en ella? ¿Cómo podemos mantenernos humanos
cuando somos tan invalidados por el destino?¿Cómo podemos ahí seguir siendo
nosotros mismos?
La Herida es un destrucción violenta de la integridad. Como consecuencia
aparece una disminución de la capacidad funcional y lo propio se pierde. Un
consecuencia adicional es la vivencia de dolor.
Éste (dolor) es una señal de prioridad y nos exige que para que su mensaje sea
acogido, hay que enfrentarlo, asumirlo, posicionarse para reconocer las
circunstancias que le preceden y comprender cómo se llegó a tener que sufrir
esa herida. El asumir la situación es al mismo tiempo el piso para la prevención,
como profilaxis de nuevas heridas.
Las heridas anímico-espirituales pueden ser invisibles, actuar repentina y
enérgicamente; o entrar lenta y furtivamente o expandirse crónicamente
destructiva.

Éstas heridas implican una destrucción a la integridad:


1. consternación personal ya que uno se siente cuestionado en su ser-sí-mismo:
¿quién soy yo propiamente si soy tratado así?¿Qué tiene esto que ver
conmigo?¿Cómo llegó a esto?¿Está en mí?¿Me lo he ganado?¿Me es
merecido, es justo?
2. conmoción por ocurrirle eso a uno: no se ha contado con eso. Es inesperado.
3. destrucción de algo valioso, de algo significativo. Corta un sentimiento vital.
4. cuestionar el futuro: ¿Cómo debe seguir esto? ¿Qué puede devenir de
ahí?¿Cómo puedo volver a reponerme?

Una herida, pone así una momentánea sobre-exigencia a la capacidad de


elaboración de la persona afectada.
Estos 4 elementos planteados son las pilastras angulares de un herida psico-
noética. La misma afecta simultáneamente las 4MFE: La referencia a sí mismo
principalmente (+afectada) (3MF), la referencia al mundo (1MF), la referencia a
la vida (2MF) y la referencia al futuro (4MF).
Debido a que están afectadas las 4MFE, de a poco se comienza el proceso de
elaboración (ya que la misma queda en un primer momento paralizada):
1. Se efectúan delimitaciones necesarias (3MF);
2. Esto conduce a una nueva percepción y reconocimiento de la realidad (1MF);
3. Al duelo por la pérdida de valor y relación, por el sufrimiento que tuvo que
soportar (2MF) y;
4. Finalmente en la orientación por un ahora posible desarrollo hacia el bien
(4MF).

En el centro de todo este proceso está el YO, como «sustrato de la herida»,


entretejido en sus referencias internas y externas, que lo hacen una integridad.
Si una herida es masiva, es llamada TRAUMA. Ante éste, el SH se vivencia como
no preparado y expuesto de modo alarmante a la muerte o a una herida
corporal seria.
El trauma puede afectar a la persona directamente o ser sólo un espectador de
cómo a otros le ocurre. En todo caso, la vivencia conduce a una intensa reacción
subjetiva de temor, desamparo, horror.
Si esta vivencia no se reduce y empieza a vencer; se vivencian las mismas
imágenes una y otra vez, emergen en el sueño y en el día, reaparecen sin
mediación y con gran vehemencia. Es lo que se conoce como «Trastorno por
estrés postraumático».
El trauma toma las 4MFE: la confianza fundamental, el valor de la vida, el valor
de ser persona y el sentido del todo.
La confianza fundamental (referencia al mundo) es el punto central del SER-
AFECTADO en el trauma.
Mientras la 1 MF y 2 MF requieren mucho tiempo y experiencias positivas para
recuperarse lentamente; la 3 MF y 4 MF pueden ser movilizadas especialmente
para la superación del trauma.
La pregunta por el SENTIDO se despliega en conexión con el sufrimiento. Las
heridas y los traumas NO tienen sentido en nuestra vivencia: ¿qué sentido
deben tener una desgracia, una violación, un asesinato?
Un sentido de tales experiencias puede estar en que nos resulte hacer algo
positivo de ella: crecer personalmente, profundizar en sí, madurar.
En el trauma, el hecho de tener que sufrir de algo tan sin sentido, es además
humillante por cómo la integridad de lo propio es rota violenta y
desconsideradamente, sin ser preguntado. De modo de tener que ver cómo
llega la pérdida de sí mismo y la enajenación.

Superación del trauma


Como central para sobreponerse y superar el trauma es bueno contemplar el
desarrollo o la conservación del diálogo interior.
1. A través del diálogo interior, las vivencias (ej. Puesta de sol) son origen
de fuerza anímica. «cerciorarse de que a fin de cuentas la belleza aún
existe». Se busca la conexión al valor fundamental, que es la vida
misma.
2. A través del diálogo interior llego además a lograr una distancia interior
con lo vivenciado inmediatamente (auto-distanciamiento).
3. Se apunta a la libertan mantenida, que permite reflexionar sobre las
posibilidades interiores que no pueden serle arrebatadas por ninguna
potencia del mundo. Libertad para actitudes y pequeñas decisiones.
4. Tener un sentido existencial, el estar CC en la vida: «no depender nunca
de aquello que esperamos de la vida, más bien únicamente de: ¡lo que
la vida espera de nosotros!.

Bibliografía:
 Apunte de cátedra.: «intervención en crisis»
 Trauma y sentido: Contra la pérdida de la dignidad humana.

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