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ASIGNATURA: Ejercicios Exegéticos y Hermenéuticas Actuales

Docente: Pas. Washington Loor

Alumno: Patricio Rafael Leopoldo Hernández Trujillo


SEMINARIO EL CAMINO

II.- METODOS EXEGÉTICOS

EL MÉTODO HISTÓRICO CRÍTICO

INTRODUCCIÓN
Acercarse a la Biblia siempre es una tarea fascinante, pues allí se pueden
encontrar muchas historias y dichos que muestran el cuidado de Dios por su
pueblo; sin embargo, en el intento de entenderla se puede caer en dogmatismo,
espiritualismos o simplemente en interpretaciones que quedan lejos de lo que el
mismo texto dice. Si bien es cierto, que agotar la riqueza del texto bíblico es casi
imposible, también resulta bochornoso escuchar enfoques interpretativos que no
tienen un soporte claro. Debido a estas divergencias en la manera de ir a las
palabras de la Escritura, a lo largo de la historia se han presentado diversos
enfoques, que ayudan a tener algunos parámetros de interpretación.

A pesar que en este trabajo no se pretende realizar un recuento histórico


completo de la Hermenéutica bíblica, sí es importante mencionar algunos métodos
que fueron importantes en su momento histórico y que prepararan el desarrollo de
la presentación del Método Histórico Crítico (MHC). Por un lado, la interpretación
alegórica que presentaba sus dos líneas a saber, la literal y la propiamente
alegórica; se decía que la interpretación literal era para los inmaduros y que los
maduros interpretaban alegóricamente. Este método, aunque pivotado en lo
literal, siempre podía dar como resultado interpretativo conceptos que no
necesariamente estaban en el texto. La llegada de la cuadriga medieval, que
dominó la interpretación bíblica durante la Edad Media, fue sin duda un aumento
de la información obtenida del texto, ya que no sólo se tenía lo literal y lo alegórico,
sino que se añadía lo moral y lo anagógico; el texto daba para todas estas
interpretaciones. Sólo hasta la Reforma protestante se dieron cambios
significativos.

Con el grito de Sola Escritura, los protestantes pretendieron desligar de la


interpretación bíblica, algunos conceptos que se pudiesen haber entrado; es sabido
que la alegoría fue adoptada por los judíos que adoptaban la filosofía griega, y
como tal, los reformadores querían evitar esta intervención en el asunto
interpretativo. Se presentó entonces el método gramático histórico, esto es,
entender el texto en su intención literal con ayuda de la gramática y del contexto
histórico. No se puede afirmar contundentemente, pero este avance significativo
en la interpretación bíblica, es un paso importante para lo que es el MHC, ya que en
este, se hace necesario considerar esos dos aspectos, el de la gramática y el de la
historia. Lo más relevante al mencionar estos pocos métodos interpretativos, es
que en este proceso se fue moviendo el hombre de una “especulación” a una
“certeza”, de un quizá a un es, y fue el MHC una cumbre en el punto de la certeza,
pues con este se busca “… el sentido de los textos bíblicos dentro del contexto de la
historia de Israel, en el caso del Antiguo Testamento, o de la primera tradición
cristiana en el Nuevo Testamento”.

El MHC surge como una necesidad de entender adecuadamente el contexto en


el que los textos de la Biblia se dieron a luz. Algunas obras publicadas en el siglo
XVIII, empezaron a dar ciertos campanazos de alerta dentro de los dogmáticos,
frente a acercamientos que indicaban por ejemplo que lo que se cuenta de Jesús no
es sino un complot de sus seguidores o por otra parte, que se debería entender la
vida de Jesús quitándole todo lo sobrenatural de sus acciones [3]. Por eso se hace
necesario, un estudio concienzudo para entender, si lo que se dice en el texto es
histórico o es fruto del desarrollo religioso de la comunidad, se debe encontrar lo
que está detrás del texto.

EL MÉTODO
Antes de presentar los pasos usados para la aplicación del MHC al estudio de la
Biblia, es menester mostrar los principios fundamentales del método:

- Como su nombre lo indica, el método es histórico. Se debe considerar


que el texto de estudio es uno que data de la antigüedad y que por lo tanto es
relevante ubicarse, en cuanto sea posible, en el mismo entorno en el que los textos
aparecieron, tanto de los posibles escritores como de los posibles oyentes.

- Es crítico. Con esto se refiere a que el método usa todo los aportes que la
ciencia investigativa ha dado para la comprensión de los textos. Una definición de
crítica dará luces con referencia a este concepto, “‘Crítica’ significa hacer juicios
intelectuales acerca de asuntos o preguntas históricos, literarios, textuales y
filológicos que uno debe confrontar cuando se estudia la Biblia a la luz de toda la
evidencia disponible”.

En esta parte del presente trabajo se pretende mostrar el método en sí, cuáles
son los pasos a seguir para obtener la interpretación adecuada. Es pertinente
aclarar, que para algunos estudiosos del tema, el MHC no es único sino que existen
diversos métodos histórico-críticos, no obstante otros presentan estos métodos
simplemente como parte de la aplicación del MHC. En este trabajo se asume la
postura que el MHC es uno sólo y que tiene varias partes que ayudan a interpretar
el texto.

Ø Crítica textual
Consiste en alcanzar mediante las herramientas disponibles, el mejor texto
basado en los antiguos manuscritos, sean en papiro, pergamino u otro material. El
propósito principal es recuperar, en la medida de lo posible el texto original, hallar
las variantes que resultan en cada caso y evaluarlas.

Ø La constitución del texto


Es claro que para analizar un texto, necesitamos del mismo texto para el
estudio, por eso este paso es muy importante porque se puede decir de dónde a
dónde va el texto a estudiar y se revisa si tiene coherencia y unidad. La
constitución del texto también se puede llamar crítica literaria.

El mismo texto de estudio puede presentar algunas guías que ayudan al


interprete en el proceso de delimitación, por ejemplo las formulas iniciales,
principalmente presentes en los oráculos proféticos “vino a mi palabra del Señor
diciendo”; una formula conclusiva indicando la terminación de una acción o
discurso “y cuando terminó Jesús estas palabras”. Además de las consabidas frases
de inicio o cambio, también se debe considerar por ejemplo, cuando se resuelve el
problema planteado en la trama, cuando se inicia o se introduce una situación
nueva, cuando se presentan nuevos personajes o existen cambios geográficos en el
texto.

En lo que tiene que ver con la unidad, que por cierto va muy de la mano con la
delimitación, es relevante mencionar que lo que importa en esta etapa es la unidad
del texto en sí y no si viene de diversas fuentes. Por ejemplo, una colección de
leyes pudo haber sido extraída de diversas culturas pero en el texto se sucede en
un solo bloque. Algunas pautas para validar la falta de unidad de un texto son: -
cuando se suceden duplicaciones, no retóricas, que se presentan injustificadas en
el desarrollo del escrito. – cuando existen tensiones que llevan a contradicción
entre lo que se dice. – cuando aparecen dos o más veces el mismo texto en
diferentes unidades. – cuando los géneros literarios son disímiles. – cuando la
sintaxis es truncada o presenta complicaciones, ejemplo uso de terceras personas
cuando se hablaba en primera. – cuando se den diferencias semánticas, esto es, que
se usa un término con diferente sentido en el texto. – cuando existan fuertes
diferencias estilísticas.- cuando en el texto se vislumbra un fondo religioso, o
histórico o institucional que no sea consistente con el que el texto viene
presentando.
Ø Crítica de la redacción
Debido a que los textos tuvieron un desarrollo progresivo, quizá iniciando su
proceso por una tradición oral, se pretende con esta parte del método encontrar
las diferentes relaciones que pueden surgir en el proceso de la composición del
texto; el cómo y tal vez en qué orden se dieron las diferentes redacciones. Para ello
se debe tener en cuenta los propósitos que los redactores tuvieron para realizar los
cambios, además de considerar los contextos culturales y religiosos en que dichos
cambios se dieron.

Es posible distinguir en ésta crítica que el texto es fruto de una recopilación,


que el redactor pudo tomar de diferentes libros o tradiciones orales, y que los
colocó como si fuese una unidad. Puede darse también el caso que además de la
recopilación haya cierto grado de composición en el texto y por supuesto el
redactor, no sólo puede colocar los textos como si fuesen pedazos de una colcha de
retazos sino que se adicionan elementos redaccionales para su presentación. De
igual forma, al tener estas fuentes, el redactor puede darse el lujo de incluir sus
propias apreciaciones con referencia a lo que lee y ponerlo como parte del texto,
así adiciona sus particularidades al texto; en esta misma línea de pensamiento, el
autor puede re-elaborar completamente lo que recibe, cambiando el orden,
resaltando lo que él considere pertinente y añadiendo interpretaciones.

Ø Crítica de la transmisión del texto


Esta crítica se refiere específicamente a la transmisión que pudo tener el texto
en una etapa oral. Si bien es cierto que en este punto ya no estamos en el texto
mismo, sí se piensa sobre el texto. ¿Cuándo entrar en este difícil campo? Cuando la
propia investigación anterior que se hizo al texto, no arroje las suficientes luces
con respecto a su formación, o cuando por ejemplo, aparece un relato casi idéntico
en lugares diferentes.

Es claro que las tradiciones orales eran propias de los pueblos antiguos (y aún
lo son) y se pueden presentar algunas razones para creerlo así: - la escritura tenía
un alto costo económico, las facilidades para realizarla no estaban al orden del día;
no era fácil ni tener los materiales ni tampoco tener un lugar a donde capacitar a
los escribientes. – en las comunidades cerradas es típico que se presenten
tradiciones orales, con el propósito de mantener vivas ciertas historias de la misma
comunidad y de los miembros que la componen. – Finalmente, existen ciertos
géneros literarios que al ponerlos de forma escrita, no van a transmitir de igual
forma el mensaje que se quiere expresar, como si lo puede hacer la oralidad.
Ø Crítica de la forma
Simian-Yofre presenta esta parte con diferencias respecto a otros quienes
típicamente la unen con la crítica de los géneros o con crítica de las tradiciones,
dice Simian-Yofre que “… consideramos “la crítica de la forma” … ligado –sobre
todo en el estudio del Nuevo Testamento- a la determinación de “formas” literarias
(pequeñas unidades literarias) originales, de las que tomarían su origen los relatos
más amplios y complejos”. Continua diciendo que esta parte del método tiene que
ver con los aspectos lingüísticos del texto, los cuales él los ubica de la siguiente
manera: - ambiente fonemático, con esto se quiere estudiar la parte sonora del
texto estudiando las unidades mínimas de sonido, los fonemas. – ambiente
sintáctico, en este punto se pretende estudiar las pequeñas unidades lingüísticas
como lo son los morfemas, como se relacionan con las palabras a las que se unen y
cómo esos morfemas se relacionan con otros términos del escrito. Además dentro
del ambiente sintáctico también se estudia el lexema tales como los sustantivos,
adjetivos, adverbios y verbos; igualmente se estudia la relación proposicional de
cada frase – ambiente semántico, aquí se debe estudiar el lexema y la proposición
semánticamente; para esto el intérprete se ayuda de diccionarios y concordancias,
sin embargo debe tener en cuenta que hay ciertos giros idiomáticos al poner una
palabra en diferentes proposiciones. – ambiente estilístico, todo lo que
anteriormente se ha estudiado debe estar unido bajo un estilo, tales como las
repeticiones, las enumeraciones, los paralelismos, los quiasmos, las inclusiones y
cualquier otra figura literaria. – el ambiente estructural, en esta parte el intérprete
debe revisar cómo se articulan las diferentes partes de un texto.

Ø Crítica del género literario

Con la ayuda de la crítica de las formas se llega a descubrir el género literario


que presenta el texto. La forma es “… el conjunto de los elementos lingüísticos …
que dan a un texto una fisonomía única y precisa” en tanto que el género literario
es “… una abstracción lingüística que permite asociar en una misma categoría los
textos que poseen una forma literaria semejante”. Los pasos básicos para
encontrar el género literario son: la selección del material que se intenta comparar.
No se puede decir que este texto tiene un género tal o cual si no se establece la
aparición, por igualdad o contraste, de esa misma forma en otros lugares. Por otra
parte, se debe revisar la crítica de las formas de cada uno de los textos comparados
para observar similitudes y diferencias, entre más similitudes se encuentren entre
lo que se compara, existirá mayor seguridad sobre el género del texto. En este
momento de la investigación debe ser obvio, que todo estudio debe estar
circunscrito a las circunstancias particulares en que se presentó el escrito, por lo
que el género literario no puede dejarse a un lado, sólo mediante un estudio social
e histórico se puede entender por qué un autor usa un género específico.
Ø Crítica de las tradiciones

En esta parte final del MHC se pretende encontrar las influencias que pudieron
ser ejercidas sobre los autores de los textos, influencias que pueden haber llegado
a ellos por su religión particular, por su cultura, por religiones o culturas
extranjeras. Se encuentra una tradición, cuando por ejemplo se puede percibir en
textos diferentes los mismos aspectos culturales, o se encuentran formulaciones
similares dentro del texto bíblico y en textos de fuera de la Biblia . Luego de darse
cuenta cuál es la tradición a la que un texto pertenece, se debe regresar al texto de
estudio y analizar el cómo se relaciona con la tradición que se encontró.

EVALUACIÓN Y LÍMITES DEL METODO

Con el uso del MHC se puede llegar a la pretensión de lograr cobijar todo lo que
el texto tiene que decir, su metodología muy ceñida a la técnica de la ciencia brinda
mucha seguridad al interprete que lo usa, pero puede dejar a un lado esa fe que
tenían las comunidades en las que los textos se presentaron.

Caba presenta algunos limitantes al uso del MHC: por un lado, esa faltante en
el método de comprender la experiencia de la comunidad y sólo centrarse en el
texto, hace que se pierda la religiosidad de la propia comunidad creadora del texto.
Por otro lado, critica al MHC en que se queda en el pasado, pues “… no es la fuente
la que hace comprender el texto, sino que es el texto el que articula la fuente”,
podemos saber las partes en las que está unido el texto, el estudio filológico de las
palabras, pero aun así se puede quedar corto, puesto que es en su naturaleza
contextual en que se puede entender las partes y los términos de un texto.
Igualmente por el retorno al pasado, el lector queda separado del presente, esto es,
no crea los puentes necesarios con la cultura del lector, no actualiza el texto, por
ello se puede llegar a convertir en un insípido estudio académico.

La parte positiva del MHC radica en que ayuda a entender el texto en su


contexto particular, pues los escritos no son salidos de la nada, sino que las
situaciones circundantes influenciaron a los escritores. Adicional a esto, resalta
Caba que el MHC va más allá pues pretende conocer las posibles fuentes que
pudieron estar antes del texto o durante la configuración del mismo.

(Artículo bajado de recursos teológicos con autorización del autor:

Mag. HÉCTOR HERNÁN MOLANO CORTÉS).

http://www.recursosteologicos.org/Documents/historico_critico.html

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