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Autores:
YARINACOCHA - PERÚ
2015
Energética del ecosistema
La luz solar que inunda la Tierra es la mayor fuente de energía que mantiene el
funcionamiento del planeta. La energía solar llega a la Tierra en forma de luz en
partículas energéticas conocidas como fotones. Cuando estos fotones llegan a la
atmósfera, el suelo y el agua, parte de ellos se transforman en otra forma de
energía —el calor— que calienta la Tierra y la atmósfera, impulsa el ciclo de agua
y produce las corrientes de aire (vientos) y agua. Algunos de los fotones que
llegan a las plantas se transforman en energía fotoquímica utilizada en la
fotosíntesis. Esta energía, almacenada en los enlaces químicos de los
carbohidratos y otros compuestos basados en el carbono, se convierte en fuente
de energía para los demás organismos vivos. De este modo, la historia de la
energía en un ecosistema es en gran parte la historia del carbono en forma de
materia orgánica, es decir, los tejidos vivos y muertos de plantas y animales.
El flujo de energía por un ecosistema comienza con el control de la luz solar por
las plantas verdes, un proceso denominado producción primaria. La cantidad total
de energía que se fija a las plantas es la producción primaria bruta. La cantidad de
energía que queda después de que las plantas hayan cumplido con la necesidad
respiratoria se conoce como producción primaria neta en forma de biomasa
vegetal. La tasa de producción primaria se denomina producción primaria neta,
que se mide en unidades de peso por unidad de superficie por unidad de tiempo.
Distribución de energía
El flujo de energía por los ecosistemas toma dos rutas: una por la cadena trófica
de los herbívoros y la otra por la de los detritívoros. La mayor parte de la
producción es utilizada por los organismos que se alimentan de materia orgánica
muerta. Ambas cadenas tróficas se relacionan a través del suministro de materia
orgánica muerta y desechos de la cadena alimentaria de consumidores, que
constituye la fuente de entrada para la cadena trófica de los detritívoros.
La cantidad de energía que fluye a un nivel trófico disminuye en cada uno de los
siguientes niveles tróficos de la cadena. Este patrón se produce debido a que no
toda la energía se emplea para la producción. En términos generales desde el
punto de vista de la ecología, sólo el 10 por ciento de la energía almacenada como
biomasa en un determinado nivel trófico se convierte en biomasa en el siguiente
nivel.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Smith, R.L. y Smith, T.H.2007. Ecología. Sexta edición. Pearson Educación,
S.A. Madrid, España. pág. 444-469.