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los cuerpos
frios
Diego leiva
EL PASEADOR SOLITARIO
tambièn!
del Conurbano.
vimos hace como tres dìas. «Que raro, està intacta...La debe
rodeaba.
molestarlo.
manta o algo?
basura.
Yo lo miraba e intentaba decir algo inteligente pero la
soñaste.
una eterna soledad? ¿El mundo es como tiene que ser, o sòlo
alguna conexiòn.
que està tan sola ¿Serà una psicòpata o algo asì? Por ahì no
paran de ladrarse.
mirarla».
Entonces, despuès de pensar un millar de palabras en solo
algo parecido a una sonrisa. Pero fue ella quièn abriò la boca
y el encuentro se sucitò:
animal.
ignorante.
desaparecer».
Domingo impensado:
necesite.
camino.
mi perro y le dije:
pinchazos.
LUPE DESAMPARADA
pronosticador.
su vida pero està con la cabeza metida adentro del motor las
cada sábado.
correr.
eran antes.
viva!»
hacia mì:
Exclamò.
a casa, es suficiente…»
salto yo primera:
planificación.
sè ¿Le gustarè?»
ansiedad:
“Cheronca” me parece…»
abrile…Abrile»
que el otro era sòlo una manifestación del miedo, era lo que
preguntò.
inyección.
Apaguè todo y salimos del local diez minutos antes del cierre
por unos minutos sòlo con las miradas. El mozo trajo los
preguntò.
—Eh, no estaba haciendo callar a los pàjaros —Le dije con
Y… ¿A què te dedicàs?
algo “Freelance”.
días se van quemando uno tras otro sin parar —Le confesè.
por favor —Me dijo con sus palabras letales. Habìa hallado a
compañeros.
comida en el platito.
—Cuanta agitación ¿Asi son tus mañanas? —Me preguntò
—No, es que anoche no imaginè como sería este dìa, asì que
mira? , pensè.
puerta.
sorprendido.
lo había sentido.
—Le dije.
controlar.
—Yo también, se desacomodò algo pero…No siento miedo,
—Siento que sòlo esto es real, estar acà con vos —Le dije.
—Existe una vida atemporal…Y creo que es esta, en esta
mano, y creo que allì todo fluyò. Nos subimos a un tren sin
acompañaban:
—La ciudad està colapsada, siempre estamos tratando de
creès?
nosotros.
tomar algo?
no estarè imaginándote?
su alma.
Con una voz muy calma, como si hubiera hablado con dios,
me dijo:
sè imaginar.
respirando profundo.
me vino a la mente:
New York»
caìdo al piso.
largamos a reir.
manipulación de la existencia.
abrigos en la mano.
Dijo de repente.
Nosotros no entendimos nada pero nos dimos cuenta que era
—Good bye —Le dije yo, mientras Leo me tiraba del brazo.
calle.
abandonaron rápidamente.
riéndose.
palabras.
—Y ¿Quièn te cuidò?
preguntè.
—¿Vos tampoco?
—Nò…No me daba cuenta porque nadie me había
Se remarcò.
se acabò la magia?»
en avión.
lo devorò al instante.
—Lupe, Lupe…—Dijo el desdichado. ¿Quien iba a
podía abrir la puerta asì que trepò por un àrbol hasta llegar
desauciado.)
loco.
deposito y anesteciarlos…».
Salì y les estrechè la mano. Que risa, pobres…Se quedaron
rostros vacìos, esos personajes frios que los tipos tienen que
regalados…»
cara.
gran amigo que tuve acà, que por lo visto ha partido, me dijo
¿Me comprendès?
—Algo —Me dijo, entre un eterno suspiro. «Pobrecito, le fuì
por el pasillo.
Antes de que anochezca ya me querìan poner nocaut:
propias reglas que poco tienen que ver con las de afuera.
angustiarme.
Pasaron algunas semanas hasta que un dìa alguien solicitò
verme:
enfermera.
enterò que usted estaba aquí otra vez quiso venir a verlo.
charlas.
—Sentate querido.
con esa historia de juntarme con los otros locos, con los
cabritos esos?
—Y sì, es lo que quise toda la vida…Te buscan de muchas
pacientes.
prudente a la vez.
vez estoy hecho para esa eterna soledad, para ese lugar
para Benitez.
propuesta.
muchos colores ¿Por què tiene que ser un lugar tan sombrìo?
director y no paciente.
—¿Ahora es político?
—Nò, nada que ver. Tengo compasión, empatìa ¡Mi sangre
nada.
—Dale genio, vo sos bueno —Le dije con todo mi encanto—
—Pero ellos son siete Efra —Me dijo uno que sabìa de
matemáticas.
entre su excitación.
otro.
fugitivo y solitario».
humana.
mi.
—Bueno.
—Toma, està un poco lavado. Sentate —Le dije y le acerquè
equivoco?
terapeuta.
promedio.
aunque no parezca.
—Conocì a una chica…Nos enganchamos y en ese momento
diò la espalda.
no te has dado cuenta. Por ahì creciste con eso —Le dije,
como hablàndole a un hijo— Pero no sientas miedo, tu
hicieron ayudarlo.
preguntè al flaco?
—Leo —Murmurò.
ego.
flaco.
—¿Còmo te llamas?
—Efraìn…hijo de Noè y… Algún otro.
volvì a verla.
tuve una chance por mi inocencia, todos los que andan por
leerla, lo sentí:
solicitè detalles.
donante.
—Le aclarè.
—Nò, tranquilo. Vos sos uno de ellos. Te van a estudiar
entusiasma?
tapujos.
sellamos el trato.
un almuerzo.
inundada de comida.
—Sì.
aparecía de a ratos.
—Yo te traduzco.
observando todo.
esto?
—No sè si lo comprendo.
ellos?
—Sì, me traje a un amigo.
Leo.
Leo.
—Ahora me dice que quisiera hablar con el Francès.
investigaciòn exhaustiva.
miraban entre sì. Nos veìan hablar con la pared pero para eso
estábamos allì.
habla Fournier.
—¿Què màquina?
fuerza.
rebuscado castellano.
—Es verdad, al lado mio hay un hombre. Yo le pedí que
pasar.
dispositivos.
no la tocan. Sobrevive.
Leo me mirò en llamas y comprendì ràpidamnete lo que
al viejo.
—Le dijo.
escape.
vez.
Todo el mundo corrió reacondicionando y ultimando
—Si, es verdad. Voy a pasar del otro lado Efraìn —Me dijo
lindo seguro.
enfermo?
FIN.