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“UNIDAD EDUCATIVA MUNICIPAL SUCRE”

TRABAJO GRUPAL DE LENGUA Y LITERATURA

EL COJO NAVARRETE

AUTOR ENRIQUE TERAN

INTEGRANTES:
1.-NICOLAS CANCHIGNIA
2.-CRISTOPHER PILATAXI
BIOGRAFIA DEL AUTOR:

Enrique Terán (Quito, 1887-1941) es el autor de una de las mejores novelas ecuatorianas: El cojo
Navarrete. Además escribió Huacayñán (Camino del llanto), novela publicada después de su
fallecimiento.
Su padre fue Gral. Emilio María Terán, nacido en 1863 - Casa de los Jácome, Latacunga,
Cotopaxi, Ecuador, bautizado el 4 de enero 1863 - Iglesia Matriz, Latacunga, Cotopaxi, Ecuador,
asesinado el 3 de julio 1911 - Quito, Pichincha, Ecuador a la edad de 48 años, Abogado, doctor.
Liberal.
Casado el 19 de marzo 1886, Quito, Pichincha, Ecuador, con Hortensia Vaca
Además de escritor, fue músico, dibujante, periodista y activo militante del Partido Socialista.

Estudió violín en Londres y se desempeñó como profesor en el Conservatorio Nacional de Música


de Quito. Formó parte de la Orquesta Royal; con dos de sus hermanos y el pianista Gustavo Bueno
integró el cuarteto Terán-Bueno.

Con Jorge Carrera Andrade, Nicolás Delgado, Carlos Andrade y Guillermo Latorre fundó la revista
Caricatura, en que puso de manifiesto sus excelentes dotes de dibujante.

Como periodista escribió en el diario socialista La Tierra, publicó los periódicos Antorcha y La
Fragua, y colaboró en las revistas Pentagrama y Mensaje.

Como “todo un personaje”, lo define Ángel F. Rojas, quien añade que Terán fue un “caricaturista
formidable, violinista excepcional, orador apasionado, polemista implacable y temido agitador”.

El escritor Galo René Pérez lo retrata de la siguiente manera: “Era este un hombrecillo de algo más
de un metro de estatura. Vestía invariablemente de negro: zapatos, traje, sombrero; y negro, por
añadidura, el cerco de sus lentes desmesurados. La chaqueta, a manera de sobretodo, le llegaba
holgadamente hasta las rodillas. Tenía el rostro redondo, barbilampiño y casi tan cristalino como
sus lentes; era lacia y abundante su melena; blancas y regordetas sus manos, que las llevaba casi
siempre caídas en el fondo de los bolsillos de su extraño gabán. Su voz, notablemente atiplada,
contribuía a darle un aire aún más infantil o femenino.
Pero sus habituales arranques de violencia producían, de pronto, una impresión totalmente
distinta, y dejaban apreciar un alma agigantada, aguerrida, cargada de voluntad varonil.

La figura de Enrique Terán se me fue completando paulatinamente. Fui entonces sospechando que
aquella vida sufrió de algún modo la tragedia de saberse encerrada en una anormal como
minúscula envoltura corpórea. Y hasta llegué a notar el contraste doloroso que se había producido
entre su fervor para toda suerte de actividades colectivas –entre ellas las docentes y las políticas–
y su imperativa necesidad de aislamiento. Fue Terán un solitario radical. En sus habitaciones se
recluía a satisfacer su hurañía íntima, rodeado tan solo de sus viejos perros. Ellos eran sus
compañeros a la hora de la mesa. Quizás se debería creer que el agnosticismo que le embargaba,
su porfiada actitud blasfematoria, su odio a la Iglesia, su inclinación al apunte burlesco, sus
actitudes escépticas: en fin, algunos de sus desahogos de inconformidad y oposición crítica,
provenían no solamente de su formación mental, sino también, como algo más impulsivo o
espontáneo, de los desajustes propios de su triste realidad individual”.

OBRAS:
1.-EL COJO NAVARRETE
2.-HUACAYÑAN

OBRA EL COJO NAVARRETE


Juan Navarrete, el personaje principal, se enrola, en una de las tantas campañas en los
primeros años de la Revolución Liberal. De su lucha, lo único que obtiene es una gran
pérdida que menoscaba su único capital, su cuerpo: le emputan una pierna. Luego, la
precisa trama de la obra va mostrando el proceso de una vida equívoca donde se muestra,
no ya la naturaleza escindida del mestizo, sino una vida carente de proyectos y salidas,
donde si propia identidad está en cuestión.

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