Sunteți pe pagina 1din 5

Universidad de Santiago de Chile

Facultad de Ciencias Médicas


Obstetricia y Puericultura
Antropología

Modelo de Salud Intercultural


Aymara en el Hospital de Iquique.

Benjamín Díaz Lincura

Profesora: Magdalena Rivera

Antropología
Desde hace no muchos años en chile, se ha tomado la determinación de integrar en el
modelo de salud de distintos centros asistenciales del país, prácticas de toda índole, de
muchas de las culturas que conviven a lo largo del país. En el año 2000 se lanza el
Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI) con el fin de derribar las barreras
culturales que perjudican a muchos indígenas al momento de dirigirse a un centro
asistencial. Con esto, muchos centros de salud del país comenzaron a implementar
programas y planes de salud intercultural, para así poder reducir las travas y barreras a las
que se veían sometidos las personas pertenecientes a pueblos indígenas.

Con la paulatina implementación de este modelo de salud intercultural, diversos factores de


las distintas culturas fueron tomadas en cuenta y agregadas al sistema de salud. Como se
plantea en el PESPI, los diagnósticos médicos se basan en sus estilos de vida, los equipos
de salud se especializan en el trabajo intercultural y los procedimientos son acercados a la
población de manera práctica.

Un ejemplo de esto es el Hospital Dr. Ernesto Torres Galdames, de Iquique. Aquí, se crea el
proyecto “Sistematización Parto Humanizado en Población Aymara”, que plantea la salud
intercultural enfocado en la cultura Aymara, desde la maternidad.

En este proyecto, se integran aspectos del modelo de salud tradicional con aspectos
importantes de su cosmovisión, como las relaciones entre persona y naturaleza, el uso de
medicinas tradicionales y la activa participación de la partera de la comunidad en el parto,
creándose así un modelo de salud integral que toma aspectos médicos, psicosociales y
culturales. Las salas de atención se adecuan a las tradiciones Aymaras, además de
entregar calidez y comodidad. Tambien, los funcionarios son capacitados para relacionarce
medicamente como culturalmente con aymaras.

De este proyecto se realizó un estudio entre los años 2004 y 2005. En este tiempo 55
gestantes Aymaras pasaron por el hospital. A través de este estudio se arrojan las siguiente
conclusiones: Casi el 93% de los nacidos, fueron vía parto natural, se respetó el tiempo de
parto en todas las ocasiones, la madre decidía donde y como tener a su hijo, entre otras.
Además, la aprobación por parte de las usuarias supera el 70%.

A pesar de esto, los partos interculturales Aymaras, desde la fecha de este estudio, han
disminuido notoriamente.

El estado ha incrementado su interés en en esta necesidad pública, que es la salud


intercultural. Los organismos públicos, tanto relacionados al gobierno como con la salud,
han implementado programas de inclusión a las diversas culturas que conviven en nuestro
país. Esto puede que haya ayudado a muchas familias que se sentían apartados del
sistema de salud. También, por la forma en que se plantean y ejecutan estas políticas,
puede que haya servido para acercar a nuestra cultura, con estas culturas ancestrales.

Es positivo el hecho de que la gran mayoría de los nacimientos ocurridos en el Hospital de


Iquique fueron por parto natural, ya que actualmente, por razones de comodidad para los
trabajadores de la salud y razones monetarias, se opta por la cesárea. Esto, ya que las
gestantes Aymaras por tradición y por costumbre optan por un parto natural, incluso, sin la
necesidad de estar en camillas o en posición ginecológica, sino en cuclillas, como se hizo y
se ha hecho, por miles de años.
También, la presencia de la partera Aymara en los nacimientos produce una sensación de
comodidad y seguridad a la gestante, ya que debemos considerar que procedimientos
médicos que para nosotros son comunes, a ellas pueden causar distintas emociones que
eventualmente, pueden ser perjudiciales durante el parto. En esos momentos la partera
puede incidir para tranquilizar a la madre. Además, la partera tiene una labor activa durante
el parto, ya que al igual que un médico o matrona, se encuentra constantemente
supervisando la evolución de la gestante, y en el momento del parto la acompaña y
contiene, esto genera un ambiente mucho más ameno para ella y su familia. También,
proporciona medicinas propias de los Aymara, esto sin incidencia de los funcionarios de la
salud, otorgándole autonomía en su actuar.

El hecho de que los profesionales se capaciten para poder relacionarse de buena manera
con Aymaras es admirable, pero ante todo, necesario, ya que por culpa de la barrera
cultural que imponemos como occidentales etnocentristas privamos de salud, o de una
buena atención de salud, a ciudadanos que no comparten nuestro estilo de vida. Esta
medida, como muchas otras, debería ser un requisito básico en todos los centros de salud
del país, y más en zonas donde la poblacion indigena, o de descendientes indígenas es
mayor.

Un problema que eventualmente puede ocurrir por la implementación de este sistema de


salud, es que la cultura Aymara se vaya mezclando con la nuestra, provocando que en el
tiempo, esta se pierda. Esta situación se puede ver reflejada en la disminución de partos
aymaras, ya que puede haber ocurrido asimilación por parte de ellos de nuestras técnicas
de salud y de vida, olvidándose o dejando de lado las suyas. Como medida, además de
realizar el parto y cualquier procedimiento de salud respetando e incentivando sus
costumbres, se debe reforzar el valor de su cultura y sus creencias, para que así con el
paso de las generaciones, estas no se vayan perdiendo y puedan ser heredadas.

El mayor problema que se puede observar de este modelo, es la problemática que surge al
plantear hasta qué punto se deben tomar las tradiciones y costumbres como algo saludable
para el recién nacido, la madre y todos los miembros de la comunidad, ya que algunas
costumbres pueden ser perjudiciales para su salud. Por ejemplo, el recién nacido es privado
del calostro, que es esencial en los primeros días de su vida, esto es reemplazado por orina
y hierbas medicinales. La tasa de mortalidad infantil en aymaras es la mayor a nivel
nacional. ¿Cuál es la prioridad al momento de realizar un procedimiento de salud?
¿Debemos privilegiar sus costumbres o priorizar la salud de las personas?
Lo mejor, es buscar un punto medio, una solución que permita resguardar su salud, pero
que no quebrante sus creencias. No tenemos la potestad para criticar sus creencias ni sus
costumbres, ellos no intervienen en las nuestras, debemos como profesionales de la salud
garantizarles su salud, pero como miembros de la sociedad debemos velar por la
mantención y divulgación de su cultura, debemos resguardar de estas culturas milenarias
que día a día nos entregan enseñanzas que no encontraremos en libros o la televisión.

Las medidas tomadas por el Hospital de Iquique deberían ser retomadas por los centros de
salud y por los organismos públicos. Chile tiene una deuda histórica con los pueblos
originarios y algo mínimo y necesario que se debe hacer es acercar nuestras instituciones a
los pueblos, y no crear más barreras entre ellos y nosotros.

Bibliografía:

● Equipo maternidad Hospital de Iquique.(2006). Sistematización parto


humanizado en población aymara. Obtenido de:
http://www.crececontigo.gob.cl/wp-content/uploads/2015/11/05-Parto-
aymara.pdf
● Revista de Bioética y Derecho. (2006). Cosmovisión Aymara y su Aplicación
Práctica en un Contexto Sanitario del Norte de Chile. Obtenido de:
http://www.ub.edu/fildt/revista/pdf/RByD7_ArtValdivia.pdf
● Revista de Antropología Chilena. (2017). Interculturalidad, tradiciones
culturales y entidades. Tres nociones claves para comprender las políticas
sanitarias en Chile. Obtenido de:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/chungara/v49n4/0717-7356-chungara-49-04-
00477.pdf

S-ar putea să vă placă și