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Introducción

En el presente artículo - art. 2° inciso 9: Inviolabilidad de domicilio – es preciso esclarecer los conceptos de
domicilio e inviolabilidad.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua el domicilio es “la morada fija y permanente” y la
inviolabilidad de domicilio es una consecuencia del derecho a la intimidad e involucra dos cuestiones distintas:
el allanamiento del domicilio y su registro.

Es pues, que esta diferenciación de conceptos nos permite situar adecuadamente el objeto de reflexión;
vemos que la inviolabilidad de domicilio constituye un derecho fundamental de la persona, la cual sirve para
garantizar el ámbito de privacidad dentro del espacio que esta elige (domicilio).

II. Contenido
Este principio significa que nadie puede ingresar o permanecer en el domicilio de una persona sin su
consentimiento. Así la garantía de la inviolabilidad del domicilio vendrá a ser un legítimo derecho fundamental,
el cual avalará el ámbito de privacidad de la persona dentro del espacio que ésta elige.

Para esto nos basamos en dos grandes reglas:

II. 1 Primera Regla


El domicilio es un espacio en cual el individuo vive sin estar sujeto y ejerce su libertad intima, Por ello, la regla
de la inviolabilidad del domicilio es de contenido amplio e impone una serie de garantías y facultades, las que
comprenden vedar toda clase de invasiones incluidas las que puedan perpetrarse de modo indirecto.

1.- Concepto de domicilio


Se diría algo así como el lugar de donde uno vive; pero en el ámbito jurídico va más allá de eso.
Su significación en MATERIA PENAL , se refiere a la garantía de inviolabilidad de éste, contenida en la
Constitución Política, comprende tanto el lugar en el que una persona establece, su residencia habitual, como
todo aquel espacio en el que desarrolla actos y formas de vida calificado como privados.

1.1.- Espacio delimitado.-


Debe ser una realidad material, si lo que se quiere es proteger el domicilio (inviolabilidad) debe saberse hasta
dónde y desde dónde llega y comienza el domicilio.

1.2.- Ocasional o estable.-


Donde vive una persona la mayor parte del tiempo. Aquí destaca la idea de estabilidad y permanencia en el
lugar.

1.3.- Voluntario.-
Para anteponerlo, es claro que se excluye cualquier medio forzoso, normalmente la adopción de uno u otro
domicilio depende de la voluntad humana.

II. 2 Segunda Regla


Establece un triple condicionamiento a la entrada, permanencia y registro.

• Entrada.- En sentido vulgar equivale a introducirse físicamente a algún lugar por el medio que sea, pero la
doctrina la entiende como la perpetración física o material en el recinto que constituye el domicilio.

• Permanencia.- Describe la conducta omisiva por la resistencia de no salir del domicilio ajeno, no obstante la
exigencia que en ese sentido forma el titular. Se configura este segundo supuesto tan solo con el mero hecho
de seguir contra la voluntad del dueño.

• Registro.- Se entiende por él: la búsqueda en el domicilio de personas, cosas o hechos dignos de saberse
por el que un portador del poder político entra en él con el fin de conseguir medios de prueba o vestigios; el
apresamiento de personas o el embargo de objetos.
Ese registro necesitará previamente una entrada, o en su caso permanencia.
II. 3 Excepciones
La Constitución del 93 autoriza la entrada y registro en domicilios en cuatro supuestos :

1.- El consentimiento del titular.-


Significa que este derecho es el disponible y renunciable por su titular. No obstante, no es preciso que sea
expreso, pero debe manifestarse de alguna forma.

2.- La autorización judicial debidamente fundamentada.-


Aquí el Ministerio público solicita al juez la orden o mandato correspondiente.

3.- El flagrante delito.-


Para que se configure se requieren dos requisitos:

3.1 La inmediatez temporal, supone que el delito se esté cometiendo o se haya cometido instantes
antes.

3.2. La inmediatez personal, se presume que el probable delincuente se encuentra en el lugar de los
hechos, y que ello ofrezca una prueba evidente de su participación.
El titular debe soportar la entrada de la policía bien porque es sujeto activo o es sujeto pasivo del delito.

4.- Muy grave peligro de perpetración.-


Es cuando se producen situaciones de catástrofe, calamidad, ruina inminente y otros semejantes de extremo y
urgente estado de necesidad.
Lo que se autoriza es la sola entrada en el domicilio mas no el registro del mismo.

II.4 Marco Legal:

* Legislación Nacional Concordante


Constitución: artículos 137 inciso 1, 200 inciso 1.
Código Civil: artículos 33-41.
Código Penal: artículos 159, 160 y 376.
Código Procesal constitucional: artículo 25 inciso 7.

* Tratados Internacionales
Convención Americana sobre Derechos Humanos: artículo 11.2.
Declaración americana de los derechos y deberes del hombre: artículo X.
Declaración universal de los Derechos Humanos: artículo 12.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: artículo 17.1

III. Concusiones
1.- El derecho a la inviolabilidad del domicilio es aquel derecho por virtud del cual el titular del mismo exige la
intangibilidad e intimidad de aquellos recintos en los que desarrolla habitualmente su vida personal

2.- Es de suma importancia al igual que los demás derechos fundamentales; ya que estos son los que
respaldan a todos los seres humanos.

3.- Este precepto contenido en el art. 2° inciso 9 de la Constitución vigente, está referido a la libertad de la
intimidad constituido por su domicilio. Desprendiéndose de tal, el Delito de violación de domicilio plasmado en
el art. 159 del Código Penal.

4.- No está del todo esclarificado si la protección constitucional otorgada al domicilio alcanza también a las
personas jurídicas; puesto que el derecho a la intimidad personal es incorpóreo y solo podrían detentarlo las
personas físicas.

Bibliografía
1. FIGUEROA NAVARRO, María del Carmen. “Aspectos de la protección del domicilio en el derecho español”.
Madrid: Edisofer S.L, 1998, 149 pp.
2. BERNALES BALLESTEROS, Enrique. "La Constitución de 1993: Análisis Comparado". Lima.: Ed. Ciedela.
1996
3. LANDA ARROYO, César; VELAZCO LOZADA, Ana. “Constitución Política del Perú 1993”. Lima : PUCP.
Fondo Editorial, 6ta. Ed.; 2005, 221 pp.
4. ALONSO DE ANTONIO, Angel Luis “El derecho a la inviolabilidad domiciliaria en la Constitución española
de 1978”. Madrid: Colex, 1993, 176 pp.

Constitución, artículo 2, inciso 9

9.- A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investigaciones o registros sin
autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante delito o muy grave peligro
de su perpetración. Las excepciones por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.

Toda persona tiene derecho a: A la inviolabilidad de domicilio, Nadie puede ingresar en él ni efectuar
investigaciones o registro sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo
flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración.

El derecho a la inviolabilidad de domicilio en una acepción es especifica encarna el espacio físico y


limitado que la propia persona elige para domiciliar, quedando facultado para poder excluir a otros de
dicho ámbito impidiendo o prohibiendo la entrada en él; en un concepto de alcance más amplio, “la
inviolabilidad de domicilio encuentra su asentamiento preferente, no exclusivo, en la vida de las
personas, no se refiere pues , a la protección de la propiedad, posesión u otros derecho reales, sino a la
necesidad de preservar el carácter privado e íntimo”

STC 07455-2005-HC, FJ 4, 5

EL domicilio es entendido como la “morada destinada a la habitación y al desenvolvimiento de la libertad


personal en lo que concierne a la vida privada, ya sea cerrada o abierta o parcialmente, móvil o inmóvil,
de uso permanente o transitoria”. Es decir la institución del domicilio en términos constitucionales debe
ser entendida de manera amplia; por ejemplo, la habitación de un hotel constituye domicilio, la oficina
particular donde una persona ejerce su profesión debe ser entendida como domicilio.

EXP. N° 04085-2008-PHC/TC

El derecho a la inviolabilidad de domicilio garantiza a toda persona a no ser objeto de intervenciones,


ilegales y arbitrarias, por parte de particulares o por el Estado, Estado dentro de su domicilio. El domicilio
es el espacio físico donde las personas desarrollan su vida privada. Como ha expuesto el Tribunal Europeo
de Derechos Humano en el caso Moreno Gómez c/. España. El domicilio es normalmente el lugar, el
espacio físicamente determinado donde se desarrolla la vida privada y familiar. El individuo tiene
derecho al respeto de su domicilio, lo cual significa no solo el derecho al espacio físico, sino también al
disfrute pacifico de dicho espacio. Sentencia de 16 de Noviembre de 2004, párrafo 53. Tal como señala
dicha Norma Fundamental, existe la posibilidad de controlar el ingreso a un domicilio, sin embargo ello
no significa la vulneración del derecho sino una formula constitucional que limita el ámbito de la
inviolabilidad de domicilio, pues no es un derecho absoluto, como no lo es ninguno de los derechos
fundamentales, pudiendo ceder ante los supuestos descritos en la misma ley, siempre que el recorte que
aquel haya de experimentar sea justificada en una resolución judicial debidamente motivada o, necesario
para lograr un fin constitucionalmente legítimo.

STC 07455-2005-HC, FJ 4, 5
Landa Arroyo, C. (2010). Los derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional . Lima:
Palestra Editores .

Landa Arroyo, C., & Velazco Lozada, A. (2009). Constitución Política del Perú 1993. Lima: Fondo Editorial de la
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DOCTRINA

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"Revista de Responsabilidad Civil y Seguros", Año IV, N° VI, Buenos Aires, noviembre-diciembre de
2002; FERNANDEZ SESSAREGO, Carlos.
ArtÍculo 2

Toda persona tiene derecho: (...) 9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni
efectuar investigaciones o registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato
judicial, salvo flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos
de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley. (...) CONCORDANCIAS: C.: arts. 137 inc. 1),
200 inc. 1); C.P.Ct.: art. 25; C.C.: art. 33 y ss.; C.P.: arts. 159, 160; D.D.D.H.: art. 12; P.I.D.C.P.: art.
17; C.D.N.: art. 16; C.A.D.H.: art. 11.2 Carlos Mesía Ramírez Juan Manuel Sosa Sacio El derecho a la
inviolabilidad del domicilio es un derecho de naturaleza instrumental, pues coadyuva a la
protección de otros derechos fundamentales. En tal sentido, fue concebido en sus orígenes como
una garantía para la libertad personal frente al Estado, referida principalmente a la prohibición de
aprehensión domiciliaria sin que medie orden judicial. De ahí que la temprana doctrina
constitucional tratara a la inviolabilidad del domicilio como una extensión de la libertad individual,
recomendando que sea formulada en términos que correspondan a este derecho. Inclusive hoy
algunos definen a la inviolabilidad del domicilio como una "verdadera libertad", es decir, "como
derecho absoluto de defensa o reacción frente a intromisiones en lo que tradicionalmente se ha
considerado un espacio sagrado" 163 . . No obstante lo dicho, en estos tiempos el derecho a la
inviolabilidad del domicilio no se reduce a la protección de la libertad personal, pero mantiene aún
su carácter Instrumental respecto de otros derechos. Así, a través de este derecho se optimizan
tanto el derecho de propiedad como, y principalmente, el derecho a la intimidad. El derecho a la
propiedad no se ve restringido a la protección de los bienes que nos pertenecen, sino también
implica la promoción estatal para acceder a estos, así cama las garantías para su adecuado
disfrute. Ello se aprecia con mayor claridad cuando nos referimos a la propiedad de la vivienda: el
Estado 163 RODRÍGUEZ-ZAPATA, Jorge. Teoría y práctica de! Derecho Constitucional. Temas,
Madrid, 1996, p. 340. tiene deberes de promoción para que la población excluida acceda a una
vivienda digna y decorosa164 , además de la responsabilidad para garantizar el uso y gozo de la
misma 165 . En este sentido, la inviolabilidad del domicilio entendida como un derecho que
permite disfrutar de la vivienda, sin interferencias o agresiones exteriores ilegítimas, conlleva al
disfrute de la vivienda en condiciones dignas166 . Es más directa la relación entre el derecho a la
inviolabilidad del domicilio y el derecho a la intimidad. En efecto, la inviolabilidad del domicilio
protege ante todo la privacidad de la persona pues evita la intromisión en aquel espacio en el que
los individuos ejercen su libertad más íntima, en el que no tienen la necesidad de observar los usos
o las convenciones sociales. Se evita con ello no solo la lesión de la intimidad de la persona, sino
de los diversos derechos de la personalidad como a la identidad, a la imagen y voz, a la intimidad
familiar, etc. Visto así, la inviolabilidad del domicilio consiste en la imposibilidad de entrada,
investigación o registro del recinto que se habita, salvo los supuestos de excepción tasados
expresamente por la Constitución, a saber, autorización de quien lo habita, mandato judicial,
flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Si bien la enumeración expresa de los
supuestos de ingreso legítimo al domicilio supone un mayor rigor garantista, dicha previsión no
llega a ser exhaustiva ya que la propia Constitución permite al legislador la posibilidad de
establecer excepciones por motivo de sanidad o de grave riesgo. La noción constitucional del
domicilio no es la misma que se utilizan en las legislaciones civil, administrativa o penal. Aquella
tiene perfiles propios, de acuerdo con la finalidad protectora de la intimidad de la vivienda y de
todo espacio físico del que dispone la persona de manera privativa. Con lo anotado, podemos
decir -junto al recientemente desaparecido maestro Bidart Campos167 que el domicilio se define
en el Derecho Constitucional como la morada destinada a la habitación y al desenvolvimiento de la
libertad personal en lo concerniente a la vida privada, ya sea cerrada o abierta parcialmente, móvil
o inmóvil, de uso permanente o transitorio. Además, el domicilio inviolable no debe entenderse
solo como el espacio físico protegido en sí, sino con lo que en este hay de emanación de la
personalidad. Por ello, con este concepto amplio de domicilio constitucional, la garantía de la
Inviolabilidad incluirá toda clase de invasiones, a pesar de que estas no se realicen mediante el
ingreso físico y directo al domicilio. El domicilio 164 El derecho a una vivienda digna y decorosa, a
diferencia de la Constitución de 1979, no se encuentra expresamente consagrado en nuestra
Constitución. Empero, este derecho se desprende sin problema del derecho a la propiedad, la
cláusula de dignidad de la persona, del carácter social de nuestro Estado, la norma de apertura de
derechos, de la protección a la familia y promoción del matrimonio, entre otros dispositivos
previstos en nuestra Norma Fundamental. Aquí no corresponde explicar la naturaleza
constitucional del derecho a una vivienda digna, por lo cual solo nos referiremos al derecho
fundamental a la propiedad a la luz del principio de unidad de la Constitución. 165 CARBONELL,
Miguel. Los derechos fundamentales en México. UNAM, México, 2004, p. 712. 166 Ibídem, p. 173
167 BIDART CAMPOS, Germán. Derecho ConstitucionaL Tomo II, Ediar, Buenos Aires, 1966, p. 276.
constitucional es también inviolable frente a intromisiones por medio de aparatos electrónicos,
mecánicos u otros análogos. Como anotamos en otra ocasión168 , son tres los elementos que
configuran al domicilio constitucional: (a) Elemento físico o material.- El domicilio es el espacio en
el que la persona vive sin estar condicionada por las convenciones sociales, en la que puede
permitirse comportamientos que los usos sociales no siempre admiten. En su vivienda el individuo
despliega su personalidad y disfruta a plenitud su intimidad. Por ello, el domicilio constitucional no
se refiere al área física de manera aislada, sino que incorpora lo que hay en ella de emanación de
la persona y de su esfera privada. Tampoco se trata de cualquier lugar, sino de uno que es de
amplia disponibilidad para la persona, excluyendo aquellos cuyo acceso y capacidad de disposición
no corresponde en último extremo al individuo. (b) Elemento psicológico.- Intención de habitar el
lugar como morada, aun cuando no reúna las condiciones normales para ello. Si bien la noción de
domicilio constitucional implica habitación, esta no exige que aquella sea continua, de forma tal
que incluye tanto asilos permanentes como transitorios. Abarca cualquier recinto que sirva de
morada: cuart.s de hotel, bungaloes, camarotes asignados a una persona, casas rodantes,
dormitorios de albergues. Incluso un automóvil, una carpa para acampar o una cueva natural
podrían hacer de domicilio constitucional si los individuos que la ocupan lo hacen con ánimo de
exclusión de manera privativa, con intención de morar allí. (c) Elemento autoprotector.- Exclusión
de terceros de la propia morada. El dominio y la proyección personal sobre el domicilio
constitucional excluyen, prima facie, cualquier intervención de entidades y personas ajenas a este.
Es el ius prohibiendi, que se ejerce erga omnes. De la vinculación entre la inviolabilidad del
domicilio y la esfera privada se desprende, sin dificultad, que los principales titulares de este
derecho son las personas naturales. No obstante, consideramos que dicha titularidad es extensible
a las personas jurídicas, en la medida que poseen un núcleo de actividades reservadas. En tal caso,
la inviolabilidad del domicilio se manifiesta de manera análoga a como operan las garantías de la
intimidad y la vida privada en las personas naturales, aunque con menor intensidad. La actual
Constitución no reconoce expresamente el goce de derechos fundamentales a las personas
jurídicas, retrocediendo frente a lo dispuesto en el artículo 3 la Constitución de 1979; ello, sin
embargo, no impide al Tribunal Constitucional 168 MESÍA RAMÍREZ, Carlos. Derechos de la
persona. Dogmática constitucional. Fondo Editorial del Congreso de la República del Perú, Lima,
2004, p. 121. atribuirles la titularidad en la medida que le sean extensibles169 y siempre que no se
traten de derechos de naturaleza estrictamente personalista170 . La prohibición de entrada,
investigación y registro alcanza tanto a agentes estatales como a individuos particulares. Pero
puede afirmarse que el objetivo primordial de la garantía está dirigido frente a los poderes
públicos, ya que, a diferencia de terceros particulares, sus agentes están en capacidad de mostrar
documentos oficiales para ingresar al domicilio, aun con la disconformidad de los habitantes del
mismo. Teniendo en cuenta la importancia de la inviolabilidad del domicilio como una garantía
ante la entrada aparentemente legítima de los poderes públicos, nuestra Carta Fundamental
admite precisas circunstancias en las que es posible efectuar investigaciones o registros en el
domicilio: La entrada legítima en el domicilio por consentimiento del titular es el menos conflictivo
de los supuestos. La Constitución señala con acierto que el permiso lo da la persona que habita el
domicilio, sin distinguir el título jurídico por el cual ocupa la morada, pues se puede constituir
domicilio constitucional en calidad de propietario, arrendatario, poseedor precario, encargado de
la posesión, etc. Consideramos que no es necesario que el consentimiento se manifieste por
escrito ni que demande mayores formalidades, incluso podría no ser expreso, pero, en todo caso,
el permiso deberá ser cierto e inequívoco. Probablemente la única complicación aparece si el
domicilio cuenta con múltiples titulares. En tal supuesto, creemos que basta con la autorización de
uno solo de ellos para permitir la entrada en el domicilio común. El mandato judicial se presenta
como una garantía para que una intervención en el domicilio, sea o no consentida, cumpla con
valorar los bienes constitucionales y asegure que la medida sea razonable y proporcional. La
autorización judicial debe respetar además los derechos fundamentales del debido proceso, tales
como la motivación del mandato, competencia del juez, jurisdicción predeterminada, cosa
juzgada, etc. La autorización prevé, en la mayoría de los casos, los supuestos de investigación en
los que es necesario el registro del domicilio o la detención de personas en su interior. Visto así,
una 169 STC recaída en e! Exp. N° 0905-2001-AA/TC, fundamento jurídico 5: "[EJmp la medida en
que las organizaciones conformadas por personas naturales se constituyen con e! objeto de que se
realicen y defiendan sus intereses, esto es, actúan en representación y sustitución de personas
naturales, muchos derechos de estos últimos se extienden sobre las personas jurídicas(...). Sin
embargo, no solo de manera indirecta las personas jurídicas de derecho privado pueden titularizar
diversos derechos fundamentales. También lo pueden hacer de manera directa. En dicho caso, tal
titularidad no obedece al hecho de que actúen en sustitución de sus miembros, sino en cuanto a sí
mismas y, naturalmente, en la medida que les sean extendibles". Cfr. además las sentencias de!
Tribunal Constitucional recaídas en los Exps. N°s. 0252-9S-AA/TC, 1049-2003-AA/TC, 0905-2001-
AA/ TC, 0410-2002-AA/TC, entre algunas que admiten la titularidad ius fundamental de las
personas 'jurídicas. 170 STC Exp. N° 0905-2001-AA/TC, loe. cit.: 'Ahora bien, que se haya afirmado
que e! reconocimiento de los derechos fundamentales se extiende al caso de las personas jurídicas
de derecho privado no quiere decir que ellos puedan titularizar todos los derechos que la
Constitución enuncia, pues hay algunos que, por su naturaleza estrictamente personalista, solo
son susceptibles de titularizar por las personas naturales (...)". de las principales consecuencias de
esta garantía es la invalidez de las pruebas obtenidas mediante el allanamiento ilegal, con el
ingreso al domicilio sin autorización judicial. La flagrancia delictiva es aquella situación en la que el
delincuente es sorprendido en el momento de delinquir o en circunstancias inmediatas a la
perpetración del ilícito, mientras no ha huido o no se le ha perdido de vista. En tal caso, solo se
permite el ingreso al domicilio si es necesario para alcanzar los fines legítimamente previstos,
como serían impedir la consumación del ilícito penal, la huida del delincuente o la desaparición de
los efectos o instrumentos del delito. A diferencia de otras Constituciones, que solo admiten el
ingreso al domicilio en los casos de flag rancia comprobada, nuestra Carta Fundamental también
prevé como excepción el peligro inminente de perpetración de un delito. Este grave peligro de que
se produzca un delito es un supuesto que merece ser precisado debido a la indeterminación de los
términos empleados. Así, consideramos que solo nos encontramos ante él cuando se tiene el
conocimiento fundado de la comisión inminente de un hecho ilícito. Resultan insuficientes las
sospechas, mera presunciones o prejuicios. Con la frase conocimiento fundado afirmamos que,
para que opere la excepción, es necesario que los agentes policiales tengan motivos y razones
suficientes; certeza clara, manifiesta y perceptible de la futura comisión de un ilícito penal. No
basta, entonces, que existan simples indicios sin posesión de pruebas definitivas para acreditar la
excepción de la inminente perpetración delictiva171 . Además de las excepciones mencionadas, la
Constitución prevé la posibilidad de que el legislador regule otras fundadas en razones de sanidad
o grave riesgo. Se tratan de los casos de necesidad o fuerza mayor para el auxilio inmediato,
solicitado o no, cuando existan riesgos para la salud, vida o seguridad de las personas, u otros
supuestos análogos que pueden configurarse bajo reserva legal. Cabe, por último, recordar que la
garantía de la inviolabilidad del domicilio puede verse suspendida frente a graves sucesos, una vez
declarado el estado de emergencia o el estado de sitio, de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 137 de la Constitución. DOCTRINA BIDART CAMPOS, Germán. Derecho Constitucional.
Tomo 1I, EDIAR, Buenos Aires, 1966; CARBONELL, Miguel. Los derechos fundamentales en México.
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004; MESÍA RAMÍREZ, Carlos. Derechos de la
persona. Dogmática constitucional. Fondo Editorial del Congreso de la República del Perú, Lima,
2004; RODRÍGUEZ-ZAP ATA, Jorge. Teoría y práctica del Derecho Constitucional. Temas, Madrid,
1996.

A) Libertades personales o libertades civiles: Comprenden, en primer lugar, la


"seguridad", o sea, la protección contra los arrestos y detenciones arbitrarias, muy
bien organizadas en el derecho anglosajón -sistemas de Hábeas Corpuslo son menos
en el derecho francés. Es curioso observar que éste se encu((ntra más ligado a las
libertades e inviolabilidad del domicilio, la libertad de la correspondencia y la libertad
de movimiento. Sería preciso comprender aquí también las libertades familiares:
derecho a contraer matrimonio sin la intervención del Estado, derecho a educar
libremente a los niños, etc.

Artículo 2.- Toda persona tiene derecho:

9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investigaciones o


registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante
delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos de sanidad o
de grave riesgo son reguladas por la ley.

La redacción es semejante a la del inc. 7 del art. 2 de la Carta de 1979. La inviolabilidad de]
domicilio es el derecho del ocupante legítimo de utilizar exclu, sivamente e] lugar donde
vive o trabaja, de manera que sólo él o quienes autorice -salvo mandato judicial distinto-
puedan ingresar a él. La inviolabilidad del domicilio se relaciona, entre otros derechos, con
la seguridad física, la intimidad y la libertad personal. Constituciones anteriores de] Perú
dijeron que el domicilio era un asilo inviolable, frase que resalta la finalidad y la importancia
dadas a este derecho en el pasadoLo3.

La inviolabilidad del domicilio supone tres restricciones para cualquiera, sea persona
individual, institución o aún autoridad pública: ingresar al domicilio de otro, efectuar
investigaciones en él, y registrar su interior.

Sin embargo hay cinco excepciones a estas restricciones. Ellas son:

- Que haya mandato judicial autorizando cualquiera de las tres actividades anteriores.

- Que se esté cometiendo delito flagrante. Esto supone aquella situación en la que se lleva
a cabo un ilícito penal. En el Derecho Penal este procedimiento es conocido como iter
criminis, esto es, la acción criminal propiamente dicha. En este caso no se necesita permiso
alguno para ingresar: cualquiera puede hacerlo para solucionar la situación delictiva y sólo
en la medida en que ello sea necesario.
Estamos ante un caso de lo que se denomina estado de necesidad. concepto perteneciente
tanto al ámbito penal como al civil y que consiste en el quebrantamiento de un derecho a
fin de salvar otro de igualo mayor rango. Desde luego, muchas veces el rango de los
derechos es asunto que está sujeto a discusión, por lo que para saber si hubo o no violación
ilegítima del domicilio, habrá que estar a la consideración de cada caso.

- Que haya peligro inminente de la perpetración de un delito, esto es, que en la situación
dada se presenten conductas que hagan prever la comisión inmediata de un ilícito penal.
También en este caso se puede ingresar al domicilio sin permiso y la exclusiva finalidad de
ello es la de conjurar el peligro grave presente. Caben los comentarios sobre el estado de
necesidad hechos en el párrafo previo.

- Que se presenten razones de sanidad. Estas son aquellas circunstancias en las que el
domicilio de alguien se convierte en una amenaza para la salud de quienes lo rodean o,
inclusive, de quienes habitan en él. Según la Constitución es la ley la que establece las
condiciones en que dicho ingreso se realiza.

_____________________
103 La inviolabilidad del domicilio ha sido un derecho reconocido por todas las
constituciones peruanas desde la fundación de la República. El primer antecedente se
puede encontrar en la Constitución de 1823, que en el inc. 2 del arto 193 declaraba
inviolables "la seguridad personal y la del domicilio", La Constitución de 1826 fue más
específica: Toda casa de Peruano es un asilo inviolable. De noche no se podrá entrar en
el/a, sino por su consentimiento: y de día sólo se franqueará su entrada en los casos y de
la manera que determine la ley (art. 145). Idéntica redacción fue recogida por la Constitución
de 1828 (art. 155), la de 1834 (art. 155) y la de 1839 (art. 158). Es a partir de la Carta de
1856 en adelante que se le da una nueva redacción a la materia: Es inviolable el domicilio:
no se puede penetrar en él sin que se manifieste previamente mandato escrito del juez o
de la autoridad encargada del orden público, cuya copia podrá exigirse (art. 30).
- Que se presenten motivaciones de grave riesgo. Ello implica la presencia de un conjunto
de posibilidades de ingreso al domicilio de otro, para conjurar peligros existentes.
Indudables situaciones de este tipo son, por ejemplo, las de un incendio, un accidente de
personas, el peligro de caída de una construcción que puede afectar a los vecinos. Según
la Constitución, la ley regula esta excepción.

En verdad, la mayor parte de los supuestos analizados corresponden o son ubicados dentro
del llamado estado de necesidad. Pero si esto es así, no se entiende el criterio por el cual
se fija sólo el domicilio para aplicarlo; el estado de necesidad es un principio que existe en
cualquier situación. Muchos derechos pueden ser agredidos sin responsabilidad por quien
se halla en estado de necesidad. Es pertinente a este respecto el comentario que
expusiéramos en Constitución y Sociedad Política:

"(...) el estado de necesidad no tiene por único requisito el que haya peligro inminente de
comisión del delito, o que inclusive éste se halle en curso. También son necesarios otros
requisitos esenciales:

- Que el peligro inminente sea a la vez imposible de evitarse de otra manera que violando
el derecho ajeno;

- Que en las circunstancias en que se ha cometido tal violación no podría razonablemente


exigirse al autor el sacrificio del bien amenazado; y

- Que el derecho violado al tercero sea de igualo menor jerarquía que el derecho que a él
le estaba amenazado.

Estas exigencias adicionales son razonables y reconocidas tradicionalmente por la teoría


al hablar del estado de necesidad"I04.

Por lo demás, según las normas sobre régimen de excepción, el ejercicio de este derecho
puede ser restringido o suspendido tanto-en el estado de emergencia como en el de
sitio105.
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104 RUBIO/BERNALES: Op. cil. p. 105.
105 Cfr. Constitución Política, arto 137.

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