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El distrito de villa el salvador se encuentra ubicado a 20 km al sur de lima, con

una población aproximada de medio millón de habitantes. Tiene un parque


industrial con una diversidad de especialidades, se pueden mencionar
gastronomía, carpintería, metal mecánica, curtiembre y cueros, economía
(bancos y financieras) que alberga a aproximadamente 10,000 trabajadores
(profesionales, técnicos, empleados y obreros). Además tiene 96 colegios
secundarios particulares y 48 estatales. Cuenta con una universidad pública
“UNTELS” (Universidad Tecnológica del Lima Sur) y 3 privadas (UTP,
AUTONOMA, Científica del sur”); 6 institutos Superiores tecnológicos privados y
1 público.

El Instituto superior Tecnológico Publico (ISTP) “Julio Cesar Tello” con 38 años
de funcionamiento ininterrumpido, cuenta con una población estudiantil de 1500
alumnos distribuidos en siete carrera profesionales (administración,
contabilidad, computación e informática, electrotecnia industrial, mecánica de
producción, mecánica automotriz, secretariado ejecutivo).

Además cuenta con 100 profesionales dedicados a la docencia e investigación


en los distintos rubros temáticos de las especialidades que oferta nuestro ISTP;
50 empleados distribuidos estratégicamente en las distintas áreas
administrativas para el buen funcionamiento y atención a nuestra comunidad
educativa y público en general.

Asimismo, contamos con 5 laboratorios con las siguientes características

Laboratorio 1 computación 16 equipos

Laboratorio 2 computación 24 equipos

Etc

Los cuales son utilizados por 700 alumnos aproximadamente de las distintas
especialidades para el dictado de las unidades didácticas que utilizan este medio
(laboratorio).

Actualmente el ISTP “Julio Cesar Tello” cuenta con una línea de internet Speedy
de 4MB de ancho de banda contratada las cuales nos da una seguridad de
bajada de información (download) del 40% de su velocidad (1.6 MB) y subida
(upload) de 512KB. Esta línea de internet son compartidas por 4 laboratorios con
una cantidad de 70 computadoras, además del WIFI que se proporciona a los
docentes para el uso de sus equipos (laptop).

Entonces se puede apreciar que para el uso de cada computadora se utiliza


aproximadamente 70KB para el acceso a internet, lo cual refleja un déficit
impresionante.

Visto lo anterior se recomienda que cada equipo use un aproximado de 800KB


para un funcionamiento básico. Es decir que el ISTP debería contar con una
línea de internet dedicado de 100MB subida/bajada.

Sustento Legal

1. Ley N° 30512 – ley de Institutos y escuelas de Educación Superior y de la


carrera pública docente;
a. En el CAPITULO I, Artículo 3. Fines de la Educación superior, inciso
a), que a la letra dice: “Formar a las personas en los campos de la
ciencia, Tecnología y la ciencia….” Y en su inciso d) que a la letra dice
“promover el emprendimiento, la innovación, la investigación aplicada,
la educación permanente,….”.
b. En el CAPITULO II, Artículo 7. Principios de la Educación Superior,
inciso a), que a la letra dice: “Calidad Educativa: Capacidad de la
Educación Superior para adecuarse a las demandas del entorno y, a
la vez, trabajar en una previsión de necesidades futuras, tomando en
cuenta en entorno laboral, social, cultural y personal de los
beneficiarios de manera inclusiva, asequible y accesible….” en su
inciso e), que a la letra dice “Transparencia: La Educación Superior
requiere de Sistemas de Información y Comunicación accesibles,
transparentes, agiles y actualizados, que faciliten la toma de decisión
en las distintas instancias y que permitan el desarrollo de actividades
de manera informada y orientada a los procesos de mejora continua,
tanto a nivel institucional como a nivel de la oferta…” Y en su inciso f),
que a la letra dice “Equidad: Busca que el servicio educativo alcance
a todas las personas, evitando situaciones de discriminación y
desigualdad por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión,
condición económica o de cualquier otra índole...”.
c. En el CAPITULO III, Artículo 11. Modalidades del servicio educativo
y enfoques de la formación, inciso b), que a la letra dice
“Semipresencial: El estudiante desarrolla un mínimo de treinta por
ciento y un máximo de cincuenta por ciento de créditos a través de
tecnologías de la información y comunicación debidamente
estructuradas y monitoreadas desde la institución educativa…” en su
inciso c), que a la letra dice “A distancia. El estudiante desarrolla la
totalidad de créditos del programa de estudio en entornos virtuales de
aprendizaje. Esta modalidad es aplicable a los programas de
formación continua…”.
d. En el CAPITULO IV, Artículo 25. Procedimiento y requisitos para el
licenciamiento, inciso c), que a la letra dice “Infraestructura física,
equipamiento y recursos para el aprendizaje adecuado, como
bibliotecas, laboratorios y otros, pertinente para el desarrollo de las
actividades educativas.…”.
e. En el CAPITULO VI, Artículo 39. Registro de Información
Académica, que a la letra dice “Los IES y las EES deben contar con
un registro de la matrícula y las notas de sus estudiantes, auditable
por el Ministerio de Educación. La información académica se reporta
al Ministerio de Educación en los medios que este establezca…”.
f. Artículo 42. Transparencia de los IES y EES públicos y privados,
que a la letra dice “publicar en sus portales institucionales, en forma
permanente y actualizada, sin perjuicio de la exigida por las normas
de la materia, la información correspondiente…”.
g.
2. Reglamento de la Ley N° 30512 – Ley de Institutos y Escuelas de Educación
Superior y de la carrera pública de sus docentes;
a. TITULO II, CAPITULO II, Artículo 16. Modalidades del servicio IES
y EEST, inciso b), que a la letra dice “Para el caso de semipresencial:
Entre el treinta por ciento (30%) y el cincuenta por ciento (50%) de los
créditos del plan de estudios se realiza en entornos virtuales de
aprendizaje…”.
b. TITULO III, CAPITULO II, Artículo 59.2 Requisitos para el
licenciamiento del IES y ESS, inciso e), que a la letra dice “Manual
de uso del sistema de registro de información académica, de
conformidad con el artículo 39 de la Ley…”.
c. Artículo 59.3 Requisitos para el licenciamiento del IES y ESS, inciso
a), que a la letra dice “…Asimismo acreditar con documentos la
disponibilidad de plataformas virtuales o entornos educativos
tecnológicos, convenios y/o alianzas estratégicas para la inserción
laboral y otros, para su desarrollo, según corresponda… ”.

Sustento Pedagógico

En los últimos años, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)


se han convertido en un elemento esencial en los nuevos espacios de interacción
del ser humano (Coll, 2004; Monereo & Pozo, 2007). En este sentido, las TIC
han logrado insertarse en la sociedad actual y transformarla de acuerdo a sus
funcionalidades y alcances, teniendo incluso un impacto significativo en el ámbito
educativo (Benvenuto, 2003; Carneiro, Toscano & Díaz, 2009; Coll, 2004;
Jaramillo, Castañeda & Pimienta, 2009; Pedró, 2011). En consonancia con lo
anterior, existen una serie de tendencias significativas que, actualmente, afectan
a los diversos agentes involucrados en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Las personas esperan poder trabajar, aprender y estudiar cuando lo deseen y
desde cualquier lugar. Por esta razón, las herramientas tecnológicas empleadas,
debido a su fácil accesibilidad, están cada vez más basadas en la informática en
la nube (Johnson, Adams & Cummins, 2012). Esta situación ha originado que los
paradigmas educativos estén cambiando para incluir el aprendizaje en línea y el
aprendizaje “híbrido”, así como los modelos colaborativos.

Acordes con esta tendencia, los repositorios de recursos abiertos, los cursos
masivos en línea (MOOC en sus siglas en inglés), las plataformas educativas,
las aplicaciones para dispositivos móviles, las herramientas virtuales con
realidad aumentada, las redes colaborativas, los videojuegos, entre otras, son
reconocidas como las tecnologías emergentes que poseen un potencial
considerable para la docencia, el aprendizaje y la investigación creativa
(Adelsberger, Pawlowski & Sampson, 2008; Johnson et al., 2012). Esta situación
está alineada con la renovada noción sobre la cultura de conocimiento, en la que
el procesamiento de la información se ha visto modificado por la exposición a la
tecnología (Small & Vorgan, 2009). Además, la producción de saberes se
produce tanto en nivel formal como informal (Greenfield, 2009), incorporando
características de hipertextualidad, interactividad, conectividad y colectividad
(Coll, 2004; Dussel, 2011).

Las TIC frente a los retos de la educación superior

Toda esta revolución tecnológica ha generado nuevas y mayores oportunidades


de interacción que requieren, a su vez, una capacidad de adaptación, tanto de
los individuos como de las instituciones (Salinas, 2004). Frente a este panorama,
las instituciones de educación superior han venido experimentando cambios y
realizando iniciativas (por mencionar algunos casos, laboratorios móviles,
políticas de Bring your own device o “trae tu propio dispositivo a clase” y modelos
1 a 1) para convertirse en contextos altamente tecnológicos. Este tipo de
instituciones han entendido que el uso pertinente de las TIC y los procesos de
innovación que las incorporan les permiten alcanzar sus principales objetivos
formativos: promover que los estudiantes desarrollen conocimientos científicos
rigurosos, integrados y aplicados en su desempeño profesional; fomentar en los
alumnos la capacidad de ser aprendices autónomos y autorregulados; y
participar en la consolidación de ciudadanos críticos, reflexivos, creativos y
responsables (Monereo & Pozo, 2003; Pozo, 2008; PUCP, 2011; UNESCO,
1998).

Entonces, estos objetivos propios de la educación superior y los cambios


institucionales realizados que incorporan a las TIC para lograr dichos fines se
alinean con dos perspectivas contemporáneas sobre el aprendizaje. Por un lado,
se relacionan con el constructivismo sociocultural (Coll, 2002; Coll et al., 2008),
enfoque que enfatiza el carácter social del aprendizaje, pues propone que el
alumno construye conocimientos de forma compartida con sus pares y el
docente, y con el apoyo de las herramientas culturales de su entorno. En este
caso, los dispositivos y aplicaciones digitales actuarían como instrumentos
mediadores del aprendizaje y del funcionamiento cognitivo (Díaz-Barriga, 2005).
Por otro lado, se asocia con el conexionismo (Siemens, 2004), que considera a
la tecnología de esta era digital como un factor clave en la creación de vínculos
entre diversas fuentes de información, así como el desarrollo de dichas redes
para facilitar el aprendizaje continuo.
En esta dinámica, la función del docente consiste en generar oportunidades de
aprendizaje, en el que el alumno pueda cuestionarse qué es lo que ya conoce
acerca del tema a desarrollar, buscar nueva información, y trabajar en
colaboración con otros para resolver problemas y tomar decisiones. De este
modo, el docente es responsable de guiar a sus alumnos facilitándoles el acceso
a recursos que les permitan explorar y elaborar nuevos conocimientos, lo cual
fomenta el desarrollo de habilidades y destrezas. Luego, como fin último, los
estudiantes serán capaces de utilizar dichas herramientas de manera autónoma,
estratégica y eficiente (Díaz-Barriga, 2005). De esta manera, surgen las
oportunidades necesarias para el desarrollo de las competencias requeridas en
la era digital, en entre las que se contempla el aprendizaje multifacético, informal
y permanente. En esto último, cobra relevancia el llamado aprendizaje invisible
(Cobo & Movarec, 2011), pues la creciente accesibilidad de las tecnologías
favorece la integración de la educación formal con la no formal, lo que implica
procesos de generación, actualización, y aplicación de conocimientos
significativos y contextualizados. De este modo, el aprendizaje cotidiano, a veces
imperceptible, que aprovecha el potencial de las TIC, facilita el desarrollo de
diversas capacidades de experimentación, innovación y colaboración.

La formación de competencias digitales en la educación superior

Como ya se ha mencionado, durante la última década, han emergido nuevos


espacios de socialización mediados por las TIC, lo cual ha modificado y ampliado
las formas en que nos comunicamos y trabajamos: “Aprender a colaborar
efectivamente y a utilizar las nuevas tecnologías como instrumento para
conectarnos local y globalmente es esencial para cada persona en la sociedad
del conocimiento” (Severin, 2011, p. 1). Entonces, este afán por enseñar para la
autonomía y la ciudadanía (Monereo & Pozo, 2003; PUCP, 2011) supone que
las instituciones de educación superior se preocupen por la formación de una
serie de competencias. Por ello, resulta importante conocer cuál es el “conjunto
de recursos potenciales que posee una persona para enfrentarse a problemas
propios del escenario social en el que se desenvuelve” (Monereo & Pozo, 2007,
p. 16). En este sentido, se proponen una serie de macro-competencias sobre la
base de los escenarios sociales en los que transcurre el desarrollo humano, a
saber: el educativo (ser un aprendiz permanente), el laboral (ser un profesional
eficaz), el comunitario (ser un ciudadano participativo) y el personal (ser una
persona feliz). Entonces, cabe resaltar que “la oferta formativa (como parte de
los servicios y productos demandados por el alumno) requiere de una adaptación
a las nuevas situaciones de consumo, de modo que los estudiantes puedan
acceder a una formación [articulada] con los diferentes contextos de sus vidas”
(Camacho & Lara, 2011, p. 27). Por ello, esta incorporación requiere un rediseño
metodológico de los planes de estudio. No obstante, el proceso de inclusión de
estas nuevas tecnologías en el ámbito educativo presenta algunas dificultades
que obligan a enfrentarse a retos organizacionales, pedagógicos, tecnológicos y
actitudinales (Camacho & Lara, 2011; Johnson et al., 2012). En esta línea,
Camacho y Lara (2011) mencionan que, en los sistemas educativos actuales, es
fundamental planificar y desarrollar un itinerario curricular que incluya una
estrategia de incorporación de las TIC. En este sentido, es necesario, en primer
lugar, construir un discurso sólido acerca de su potencial y usos metodológicos;
y, en segundo lugar, promover que los agentes involucrados en los procesos
educativos exploren y experimenten el uso de diversos dispositivos y
aplicaciones para que puedan evaluar la pertinencia de su incorporación en los
procesos de enseñanza-aprendizaje. Ante este panorama, las instituciones de
educación superior vienen experimentando cambios importantes con el objetivo
de promover experiencias innovadoras en los procesos de enseñanza-
aprendizaje apoyándose en las TIC (Coll, 2004; Salinas, 2004), orientadas al
desarrollo de las llamadas competencias digitales, componente clave y esencial
para desenvolverse con éxito en la sociedad actual (Ananiadou & Claro, 2009;
NCREL & MetiriGroup, 2003; Partnershipfor 21st Century Skills, 2008; Severin,
2011). De este modo, se ha producido un “desplazamiento de los procesos de
formación desde los entornos convencionales hacia otros ámbitos, con una
demanda generalizada a que los estudiantes [desarrollen] las competencias
necesarias para el aprendizaje continuo” (Salinas, 2004, p. 1). Estas
competencias digitales son concebidas como el conjunto de conocimientos,
habilidades y actitudes requeridas para identificar, acceder, manejar, analizar,
integrar y evaluar recursos digitales; construir nuevos conocimientos sobre la
base de diferentes medios y fuentes de información; y comunicarse y colaborar
con otros, de manera efectiva, crítica, creativa y ética, en el contexto de
situaciones específicas (trabajo, desarrollo personal y profesional, aprendizaje,
ocio, participación en la sociedad, etc.). En otras palabras, el alumno debe ser
capaz de beneficiarse de las herramientas digitales de manera significativa en
diversos ámbitos de la vida (Ala-Mutka, 2011; Ferrari, 2012; Martin & Grudziecki,
2006; Vivancos, 2008).

Integración de las TIC

De esta manera, para que las instituciones de educación superior concreten su


misión de formar las competencias mencionadas en sus estudiantes, deben
integrar el uso apropiado de las TIC en su plan estratégico institucional y en los
planes de estudio de las diversas especialidades, tomando en cuenta sus
necesidades formativas específicas. En este sentido, es necesario contar con un
ente institucional encargado de planificar y promover de manera adecuada la
incorporación de las TIC en el ámbito académico y de implementar los
lineamientos sobre su uso eficaz

Para alcanzar dichos objetivos, es fundamental realizar estudios que evidencien


el verdadero potencial de las TIC en un entorno educativo, y que permitan
identificar su efectividad y las condiciones requeridas para su óptima integración.
De este modo, será posible extraer conclusiones sobre la pertinencia de su uso
en las actividades de los diversos agentes educativos, las buenas prácticas
pedagógicas y las acciones de mejora que debe asumir la institución.

Sustento tecnológico

Se cuenta con aproximadamente con 25 unidades didácticas por turno (diurno y


nocturno) que usan 100% de internet para la clase respectiva. 30 unidades
didácticas de la misma forma que usan un 50% del uso de internet para el
desarrollo de las mismas.

El área administrativa cuenta con 30 equipos de cómputo utilizados para la


gestión y administración de los diferentes sistemas locales y gubernamentales
como el SIGA, SIAF; estos equipos necesitan una conexión a internet de banda
ancha amplia para una mejor distribución de la información (rapidez).

Las jefaturas de las unidades didácticas cuentan con 14 equipos de cómputo que
utilizan internet para la actualización de su información en la nube y sistemas de
gestión propio.
El área de docentes necesita una conexión a internet de banda ancha la cual
satisficiera a una población aproximada de 100 docentes para el desarrollo de
sus clases e investigación.

Se cuenta con una biblioteca la cual tiene 4 equipos de cómputo las cuales se
conectan a internet necesitando banda ancha para bajar libros, manuales, videos
educativos, etc.

Las demandas son diferentes, se requiere mayor volumen para descarga,


porque los alumnos se conectan a Internet durante las clases y talleres, o
descargan libros digitales.

Por lo tanto el ancho de banda recomendado es de 100MB subida/bajada.

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