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DERECHO DE LAS PERSONAS

TITULO II

DERECHOS DE LA PERSONA
ARTICULO 7.- Limitaciones a la donación de órganos y tejidos.

La donación de partes del cuerpo o de órganos o tejidos que no se regeneran no


debe perjudicar gravemente la salud o reducir sensiblemente el tiempo de vida del
donante. Tal disposición está sujeta a consentimiento expreso y escrito del
donante.

Este artículo no tiene antecedentes en el Código Civil de 1936 habida cuenta de


que es recién a comienzos del siglo XX que se comienza a experimentar en
trasplantes de órganos. Los primeros trasplantes de órganos no tuvieron éxito en
un inicio, pues los organismos receptores rechazaban los órganos trasplantados
debido a factores genéticos. Al solucionarse este problema los trasplantes de
órganos se difundieron, y hoy en día es posible realizar trasplantes de corazones,
riñones, córneas, ovarios, médula ósea, entre otros órganos y tejidos. Incluso
actualmente se realizan trasplantes de córneas obtenidas mediante la clonación
de células madre de los propios órganos de los pacientes.

Nuestro país no ha sido ajeno al desarrollo medico en este campo. Así, el primer
trasplante de riñón se realizo en 1969, de corazón en 1972 y de cornea en 1978.
En 1994 se realizo en primer trasplante de medula ósea y en el 2000 se realizo el
primer trasplante de hígado.

ANDREW VARGA distingue tres clases de trasplantes:

a) El autoinjerto: es el trasplante de un órgano en el mismo individuo, como


por ejemplo el trasplante de piel o hueso.

b) El homoinjerto: o trasplante de .un órgano de un individuo a otro de la


misma especie, por ejemplo de un Individuo a otro.

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c) El heteroinjerto: es el trasplante de órganos entre individuos de diferente
especie, por ejemplo de animales a hombres.

Dependiendo del abastecedor de órganos (persona mayor de edad en pleno uso


de sus facultades mentales) y de las características del abastecimiento de órganos

La primera objeción que se puede hacer al artículo bajo comentario es el uso de la


palabra donación para referirse a los trasplantes de órganos. La palabra donación
implica la realización de un contrato por el cual se transfiere a título gratuito la
propiedad de un bien, el cual es valorizable en dinero, es decir, que está dentro
del comercio, se puede comprar y vender, contratar sobre él. Pero cuando nos
referimos al cuerpo humano no podemos atribuirle un sentido patrimonial pues el
cuerpo humano está fuera del comercio de los hombres y por tanto no es
valorizable en dinero, así por ejemplo, no podemos hablar del precio de un
corazón humano, ni de una córnea humana, por más que actualmente se puedan
encontrar anuncios en los diarios en el que se ofrecen riñones. Dar un valor
económico al cuerpo humano es desnaturalizar la propia esencia humana, sería
denigrar al ser humano pues de ser un fin en sí mismo pasaría a ser un medio
para lograr otros fines, en este caso, para obtener beneficios económicos a
cambio del comercio de órganos. El ser humano no tiene ningún derecho de
propiedad sobre su cuerpo, el derecho de propiedad solo se ejerce sobre las
cosas que están en la Tierra y que sirven al hombre para hacer más fácil su
existencia, atribuirle la calidad de propiedad a una persona equivale a tratarla
como una cosa. Es por ello que nuestros legisladores han creído conveniente
hablar de disposición gratuita de partes del cuerpo y de ablación cuando se
refieren al tema de los trasplantes de órganos en el Proyecto de Modificación del
Código Civil, pues dichos términos no implican ningún sentido patrimonial al tema.
El trasplante de órganos o tejidos que no se regeneren no debe perjudicar la salud
o reducir el tiempo de vida del dador. El principio de totalidad establece que un
órgano enfermo puede amputarse o extraerse por el bien de todo el organismo,
pero no es lícito extraer órganos sanos pues ello debilitaría la salud de la persona;
pero apelando a que el hombre es un ser racional y social puede interpretarse el

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principio de totalidad de acuerdo al carácter humano del hombre, así mientras no
exponga su vida o su salud puede ayudar a otros hombres brindando sus órganos
o tejidos para salvar la vida de los beneficiarios, prolongar su existencia o mejorar
su calidad de vida. El consentimiento del dador de órganos y tejidos debe ser
expreso y escrito. Esta exigencia concuerda con el principio bioético de autonomía
que exige que todo ser humano dé su consentimiento previo a cualquier
tratamiento médico o experimento que se realice en su organismo.

Este consentimiento debe cumplir con dos requisitos: ser libre y bien informado, La
información debe referirse a la naturaleza del acto, sus consecuencias y riesgos, y
debe comunicarse en un lenguaje accesible y comprensible para el sujeto. El con-
sentimiento además debe ser libre, sin coacción ni fraude.

Los trasplantes de órganos también son regulados por la Ley Nº 26842, Ley Ge-
neral de Salud, esta ley en su artículo 8 permite que toda persona pueda disponer
a título gratuito de sus órganos y tejidos siempre que no se perjudique su salud o
se comprometa su vida. Esta disposición está sujeta a consentimiento expreso y
escrito del dador

La Ley Nº 27282, Ley de Fomento de la Donación de Órganos y Tejidos


Humanos en su artículo 3, señala que la dación de órganos y tejidos está sujeta al
consentimiento libre, informado y expreso del dador. En cuanto a los incapaces,
sus representantes carecen de facultad para comprometer en vida los órganos y
tejidos de sus representados, salvo los incapaces comprendidos en los artículos
43 inciso 1) y 44 inciso 1) del Código Civil, cuando mantengan con el receptor
vínculos de parentesco consanguíneo en línea recta o colateral hasta el segundo
grado.

El principal problema que afronta el tema del trasplante de órganos en nuestro


país es la escasez de órganos debido principalmente a la falta de solidaridad
existente, pues la mayoría de veces los deudos prefieren enterrar a sus muertos
sin que se permita se les extraigan sus órganos; ello por prejuicios y motivos
religiosos. Así también la ley Nº 28189 Ley general de donación y trasplante de

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Órganos y/o Tejidos Humanos.

El principal problema que afronta el tema del trasplante de órganos en nuestro


país es la escasez de órganos debido principalmente a la falta de solidaridad
existente, pues la mayoría de veces los deudos prefieren enterrar a sus muertos
sin que se permita se les extraigan sus órganos; ello por prejuicios y motivos
religiosos.

ARTICULO 8.- Disposición del cuerpo humano después de la muerte

Es válido el acto por el cual una persona dispone altruistamente de todo o parte de
su cuerpo para que sea utilizado, después de su muerte, con fines de interés
social o para la prolongación de la vida humana.

La disposición favorece solo a la persona designada como beneficiaria o a


instituciones científicas, docentes, hospitalarias o bancos de órganos o tejidos que
no persigan fines de lucro.

En el artículo 8 se contempla la facultad de la persona de disponer de su cuerpo,


para después de su muerte, siempre que tal acto disponga a una finalidad altruista
(Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio) desprovista de espíritu
de lucro (ganancia o provecho que se saca de algo). Por ello al ser tratado el
cadáver como un objeto sui generis, es decir “que al morir una persona, que por
antonomasia es sujeto de derecho, se convierte en un sujeto sui generis, por
cuanto, en el instante mismo del fallecimiento, surge, paralela y recíprocamente,
un derecho y un deber, a saber, el derecho que tiene todo ser humano a una
sepultura , pero al mismo tiempo, el deber de solidaridad para con el derecho a la
vida de los demás. Entre esta facultad y esta obligación, no existe contradicción
alguna en cuanto se puede sepultar un cadáver, al cual se le ha extraído el
corazón o se le haya estudiado previamente”, de especial significación, solo se
permite ceder el cuerpo, después de la muerte, para fines de interés social o para
la conservación o prolongación de la vida humana. Definiendo a la muerte de
diferentes perspectivas:

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 La muerte es la cesación total e irreversible de las funciones cardio
respiratorias y cerebrales, debidamente comprobados, produciendo así la
muerte de la persona humana.
 Medicamente se la define como el cese de la función del organismo como
un todo, sin espereza de la recuperación.
 Fernández Sessarego define a la muerte clínica de la siguiente manera:
“acontece (…), a raíz de un daño cerebral. Es decir, cuando se elimina la
posibilidad de mantener la relación entre el mundo interior y el exterior”
 Pero para la realización de un “trasplante” de un órgano vital se considera
muerte al paro irreversible, de la función cerebral, confirmado por el
electroencefalograma, u otro método científico más moderno empleado en
el momento de la declaración”.

Una persona puede, por su deseo de hacer el bien a un enfermo, expresar su


voluntad de donar alguno de sus órganos. Esta donación no es entrega de una
cosa que se posee, pues el cuerpo humano es parte constitutiva de la persona.
Es, más bien, entrega de sí mismo. Esta entrega es completamente distinta a los
servicios laborales o de otros tipos que el hombre pueda prestar; los servicios se
pueden contratar y, hasta cierto punto, su valor se puede medir con dinero, y este
valor se intenta reflejar en el contrato laboral Sin embargo, el valor de la persona
no puede medirse con dinero y, por tanto, la parte de su cuerpo, es decir, de su
persona, que entrega como donación no puede tener valor de mercado. El cuerpo
humano o sus partes no pueden ser objeto de compraventa. La donación es un
gesto de altruismo.
De aquí se siguen dos consecuencias. En primer lugar, las donaciones deben ser
siempre gratuitas, pues sería siempre una injusticia pretender compensarlas
económicamente: siempre el donante habrá entregado más de lo que recibe. Ello
no obsta a una compensación por el tiempo perdido, por las molestias sufridas con
motivo de la donación, o para intentar paliar sus efectos. Así, es frecuente y
razonable la entrega de algún alimento y bebida a los donantes de sangre para
que se recuperen pronto, que los donantes de otros órganos (por ejemplo, de

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médula ósea o de un riñón) tengan pagados los gastos hospitalarios que la
donación suponga, etc. Por esta razón, en los países europeos está prohibido el
pago de las donaciones de sangre y otros órganos, cosa que, por desgracia, no
sucede en otros países.
En segundo lugar, la decisión de donar debe partir siempre del donante, es
intransferible. No puede existir la donación delegada. Cuando se pregunta a los
familiares acerca de una donación, se pretende saber si el posible donante había
expresado anteriormente su voluntad de donación; ellos, que son quienes mejor le
conocen, son las personas más adecuadas para informar de este punto. No se les
está pidiendo a ellos que donen a otra persona. La persona no es propiedad de
nadie, y no puede ser empleada al arbitrio de otros. De aquí se deduce también
que ni los embriones, ni los fetos, ni los incapaces deben ser donantes: no pueden
expresar su voluntad de donación, y no cabe la apropiación de sus personas por
muy buena voluntad que exista. A la toma de órganos de embriones, fetos o niños
anencéfalos cabe hacerle más objeciones, que veremos más adelante.
Muchas veces, sin embargo, siguiendo solamente lo exigido por el derecho, se
pide a los familiares que donen el cuerpo del paciente, y sólo se toma en cuenta la
voluntad del enfermo si éste expresó su rechazo a donar órganos; por la razón
expresada en el párrafo anterior, parece conveniente modificar el procedimiento
de obtención del consentimiento para la realización de trasplantes, arbitrando
quizá, a la vez, un sistema que permita registrar la voluntad de donación
aprovechando la entrevista médica necesaria para alguna otra intervención
sanitaria.
Normalmente, para evitar incluso la apariencia de aprovecharse del paciente en
estado de muerte cerebral, se suele solicitar también a los familiares más
cercanos (esposo o esposa, hijos, padres) el permiso para la realización del
trasplante, y éste no se realiza si existe oposición por parte de ellos. La legislación
de algunos países, como España, pretendiendo fomentar la realización de
trasplantes, establece que toda persona es donante salvo que conste su voluntad
en sentido contrario. Los médicos, a pesar de esta normativa, siempre preguntan
al paciente -si por su estado es posible- o a los familiares, y no realizan el

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trasplante si no existe voluntad expresa de donación. Muestran así más sensatez
que la legislación.

Cediendo así, primeramente a aquellos vinculados con la investigación o


enseñanza de las ciencias medicas y entre los segundos, los trasplantes de
órganos, del cual Juan Espinoza Espinoza nos dice: que para el caso de la
deposición de partes, órganos o tejidos del cuerpo, a efectos de trasplante o de
injerto, no podemos hablar de donación, por cuanto, pese a que se trate de una
disposición a título gratuito, su naturaleza es propia de un contrato, el cual se
establece para crear, modificar o extinguir , relaciones jurídicas patrimoniales (art.
1351c.c.). Como observamos, este tipo de disposiciones tiene un carácter
contractual, siendo entonces más adecuado el concepto de cesión, que carece de
connotación patrimonial.
En efecto basta dar una lectura al artículo 1621 c.c. para entender “por la donación
el donante se obliga a trasferir gratuitamente al donatario la propiedad de un bien”.
Hay quienes sostienen que es preferible utilizar los términos de dador y receptor.
En el segundo apartado se especifica que la sesión de todo o parte del cuerpo
para después de la muerte solo puede favorecer a la persona designada como
beneficiaria o a las instituciones científicas que, sin carácter de lucro, contribuyen
a las investigación o están debidamente preparadas para efectuar trasplantes de
órganos, así como instituciones docentes, hospitalarias o bancos de órganos o
tejidos. Esta disposición se inspira en el carácter solidario y humanitario de tal
cesión y, por ende, reiterada que ella debe ser absolutamente ajena a todo
propósito lucrativo. La ley de la materia debe contemplar las medidas que
aseguren adecuadamente el cumplimiento de esta norma, la determinación del
momento en que una persona debe considerarse clínicamente muerta y todas las
demás garantías exigida por la ciencia y por la ética.
Aunque se haya establecido las medidas necesarias para el cumplimiento de esta
norma, no es seguramente una normativa de este género, la que puede resolver
integralmente un problema de la vastedad y complejidad de lo que se refiere a los
trasplantes de órganos. En efecto, es conocido que si bien la adquisición de
órganos esta formalmente prohibida, existe un vasto mercado negro gracias a la

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posibilidad de agenciarse de los órganos necesarios a bajo precios en zonas de
tercer mundo.
Exteriorizando el tema, el problema de la circulación de los órganos para
trasplantes está particularmente en tal nivel que la demanda de órganos es
infinitamente más elevada respecto a la posibilidad de oferta.

Quizás se le puede otorga este problema a que la donación de órganos sea


gratuito, pero en nuestra legislación observamos que lo que debe primar en la
donación y trasplante de órganos son el altruismo y la ausencia de ánimo de lucro,
es decir algo así como un “buen samaritano”, aquel que en vida dona sus órganos
a un familiar u otra persona para que esta pueda hacer frente a determinada
enfermedad.

De otro lado ¿por qué no permitir que se pueda comprar y vender órganos? ¿Por
qué la ley señala como principio la solidaridad y la gratuidad? Cuando nos damos
cuenta de que dichos principios no hacen más que interferir en la voluntad de las
personas aumentando así lo que señala Ronald Coase: los “costos de
transacción”, puesto que es conocido por todos que existe una mafia dedicada al
tráfico de órganos en un denominado “mercado negro” donde las personas
acceden para comprar e incluso por necesidades económicas vender sus órganos.
Claro que también existen personas dedicadas a su comercio de forma ilegal
extrayéndoles los órganos a terceros para luego venderlos, entonces si legalizar el
comercio de órganos, argumentando que “si el incentivo monetario hace que un
posible donante vivo este más dispuesto a salvar la vida de otra persona,
podemos considerar que legalizar la compra- venta de órganos tendría como
efecto estos dos posibles beneficios:

1.- Aumento de órganos para trasplantes reduciendo así las muertes por ausencia
de los mismos.

2.- Reducción del movimiento comercial del mercado negro de órganos.


Esto a manera de aporte.

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ARTICULO 9.- Revocabilidad De La Disposición Del Cuerpo Humano

Es revocable antes de su consumación el acto por el cual una persona dispone en


vida de parte de su cuerpo de conformidad con el articulo 6.Es también revocable
el acto por el cual la persona dispone para después de su muerte de todo o
parte de su cuerpo.

La revocación no da lugar al ejercicio de acción alguna.

El numeral se halla en concordancia con los artículos 6, 7 y 8 del código al


permitir la revocabilidad de los actos de disposición del cuerpo ya sea en vida del
donante o para después de su muerte.

Para el caso de la disposición en vida de parte del cuerpo de la persona se


considera que es posible la revocación del acto antes de que se encuentre en
trance de consumación .Ello explica obviamente por la necesidad de preservar
la vida tanto del donante como la del donatario y por tratarse de un acto de
liberalidad.

 Qué ocurre si cambia de opinión y no quiere ser donante.-

Se puede revocar la decisión cuando lo desee en el Registro Civil de


Identificación, la notaría correspondiente o en el Registro de Conductores si es
que allí he obtenido mi "carnet de donante". Además lo puedo manifestar a mis
familiares más cercanos y esto es suficiente, siempre se le solicitará la
autorización a los familiares aunque el fallecido sea portador del "carnet de
donante".

 A quién se le solicita la donación de órganos.-siempre se le solicita la


donación de órganos a los familiares más cercanos, (esposos, padres, hijos
y hermanos). Ellos deben firmar una autorización escrita frente al Director
del Establecimiento (o a quien lo reemplace fuera del horario hábil). Cuando

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la persona en muerte cerebral es portador de un carné de donante o ha
firmado un documento notarial, de todas maneras se le solicita a los
familiares cercanos, la autorización para donar. Ello permite fortalecer la
transparencia del sistema.

 Qué pasa si la familia se opone a la donación.-

Siempre se respeta la voluntad de la familia. A su vez, habitualmente los familiares


respetan la voluntad del fallecido, ya sea que éste lo haya manifestado en forma
verbal o lo haya hecho a través de un documento escrito ("carnet de donante") o
autorización notarial.

 Quiénes pueden ser donantes.-

Pueden ser donantes todos aquellos individuos en muerte encefálica o en quienes


su corazón se detiene y cuyos órganos están en buenas condiciones funcionales.
Debe existir consentimiento familiar para la donación independiente de que el
individuo esté inscrito como donante en algún registro (Cédula de Identidad,
Licencia de Conducir, Notaría, o Ficha de ingreso a hospital o clínica).

La donación de órganos también puede producirse entre individuos vivos cuando


el órgano a donar es par (riñón) o se ocupa una porción de él (hígado, páncreas).
La persona que es donante vivo debe ser legalmente capaz, tener condiciones
físicas y fisiológicas apropiadas, conocer los riesgos de la intervención y puede
revocar su decisión en cualquier momento.

 Qué edad se debe tener para la donación de órganos

No existe límite de edad para ser donante de órganos. Las únicas


contraindicaciones absolutas son: ser portador de VIH, tener infecciones graves no
controladas y cánceres con metástasis. En Europa, específicamente en España,
hay gente de 90 años que ha sido donante. Por lo tanto, son los médicos

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especialistas quienes tendrán la última palabra sobre la calidad de los órganos y
tejidos.

 DONACION DE ORGANOS EN EL PERU

En nuestro país se realizan los trasplantes de órganos desde 1969, cuando un


padre donó un riñón a su hijo. Desde ese instante el 95 por ciento de los
trasplantes se han realizado en los hospitales de EsSalud de manera gratuita y
mediante la lista de espera. Existe una legislación específica que obliga a los
Ministerios de Salud y Educación a fomentar una cultura de donación de órganos.
Pero la cultura de la donación existirá en la medida que exista una cultura de la
información.

Desde el año 2004 contamos con una regulación especial contenida en la Ley
28189 “Ley de Donación de Órganos y Trasplantes de Órganos y/o Tejidos
Humanos”, y es reglamentada a través del Decreto Supremo N° 014-2005-SA
Reglamento de la Ley de Donación de Órganos y Trasplantes de Órganos y/o
Tejidos Humanos, complementándose con la dación de la Ley 27282 “Ley de
Fomento de la Donación de Órganos y Tejidos Humanos”, estableciéndose la
condición de:

a) Donantes Vivos: la donación opera en vida de la persona, expresa e informada


del donante, dejándose constancia por escrito en acta extendida ante director del
establecimiento de salud.

b) Donantes Muertos: la donación opera en vida para surtir sus efectos vez muerta
la persona, bajo los siguientes mecanismos establecidos por el artículo 11 de la
Ley 28189 “Ley de Donación de Órganos y Trasplantes de Órganos y/o Tejidos
Humanos”

- 1. El donante mayor de edad y capaz civilmente, incluido el incapaz comprendido


en los incisos 4, 5 y 8 del artículo 44 del Código Civil, debe expresar su voluntad
de donar todos o alguno (s) de sus órganos y/o tejidos para después de su

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muerte. De producirse la muerte y no haberse expresado la voluntad de donar que
conste de manera indubitable, el consentimiento podrá ser otorgado por los
parientes más cercanos que se hallen presentes.

- 2. Los representantes legales de los incapaces comprendidos en el artículo 43 y


en los incisos 1, 2, 3, 6 y 7 del artículo 44 del Código Civil a los que se les haya
diagnosticado su muerte, podrán otorgar y/o revocar su consentimiento para la
extracción de órganos y/o tejidos de sus representados, con fines de donación.

- 3. Los familiares o representantes, para efectos de la manifestación de su


consentimiento a que hacen referencia los incisos 1 y 2, podrán solicitar toda la
información relativa a la necesidad, naturaleza, circunstancias de la extracción,
restauración, conservación o prácticas de sanidad mortuoria.

- 4. La comprobación y la certificación de la muerte a que se refiere el artículo 3


por profesionales especialistas, distintos de aquellos médicos que hayan de
intervenir en la extracción o el trasplante.

- 5. En los casos en que por ley deba hacerse la autopsia del cadáver, podrá
efectuarse la extracción de tejidos para fines de trasplante o injerto, para lo cual
las morgues a nivel nacional coordinarán con los centros de procura de órganos,
de acuerdo con los requisitos y procedimientos que establezca el reglamento.

Estos mecanismos no han tenido el éxito y la eficacia esperados en parte por su


insuficiencia y en parte por el desconocimiento de la ciudadanía sobre su
existencia, dado que no hay conocimiento de parte de los donantes sobre la
existencia de este derecho, en otros casos el funcionario responsable no hace la
respectiva consulta, y en la gran mayoría de casos son los familiares los
principales obstaculizadores del procedimiento de donación.

Finalmente se aprobó la ley para la promoción, obtención, donación el trasplante


de órganos y tejidos humanos donde se precisa la autorización de para la
extracción y procesamiento de órganos y tejidos de donantes fallecidos, a través

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de la declaración del titular ante el RENIEC o la suscripción del Acta de
Consentimiento para la donación voluntaria de órganos o tejidos ante el
establecimiento de salud. Se cita que dicha autorización sólo podrá ser revocada
por el propio donante, asimismo se precisa que el Acta de Consentimiento para la
donación voluntaria de órganos o tejidos debe contener la declaración clara y
precisa del donante y tiene el carácter confidencial.

Y mientras esto no ocurra, en el Perú todos los días una persona agonizará o
morirá por falta de un órgano sano que reemplace a uno enfermo y le extienda un
nuevo plazo a la vida que se le acaba.; en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati
Martins de EsSalud, más de 200 pacientes estarán vanamente esperando un
riñón, otros 600 necesitarán una córnea, cuatro que solicitan un corazón y dos
pulmón para poder continuar viviendo y un 30% de pacientes en lista de espera
para trasplante fallecerán por falta de donantes, mientras centenares de ellos ven
como su enfermedad se agrava por la negativa de los familiares para donar. “

La falta de información o las incompatibilidades culturales originan esta situación


pero, tal vez la causa más terrible es la indiferencia hacia el dolor de una persona
que necesita un órgano como última oportunidad de vida. Según las estadísticas,
en nuestro país sólo una persona de cada millón dona sus órganos

Tal situación, hace imperativo el debate en torno a incorporar la figura jurídica del
donante universal en la legislación nacional.

 Consentimiento a la donación.-

La oposición o la aceptación de la donación pueden haber sido expresada de


cualquier manera por el fallecido. Con el fin de constatar la voluntad de este, el
coordinador de trasplantes debe informarse a través de los familiares, revisando la
historia clínica o consultando el registro central de últimas voluntades de si el
fallecido había expresado en vida alguna instrucción respecto a la misma. En el
caso de menores o incapaces, la oposición a la extracción de órganos y tejidos
puede hacerse por sus representantes legales. Nuestra legislación, como otras en

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nuestro entorno, sigue la corriente del consentimiento presunto, si bien, en la
práctica en España no se hace ninguna extracción de órganos o tejidos de un
cadáver sin la autorización de los familiares, lo cual ha sido siempre bien
considerado por las personas consultadas. Otros países recogen en su legislación
la necesidad del consentimiento explícito lo que supone en la práctica la
necesidad de consultar a los familiares ya que aunque la mayoría de la población
se declara donante son muy pocos los que firman un documento específico que
les acredite como tales. En la tabla 1 se recoge el tipo de consentimiento que se
sigue en relación con la donación de cadáveres en distintos países

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CONCLUSION

El estado peruano no fue ajeno a los avances tecnológicos en el mundo, en estos


artículos 7, 8, 9 hace referencia que no tenemos derecho absoluto sobre nuestro
cuerpo disponiéndolo altruistamente esto debido a que nuestra constitución en su
artículo 1 defiende la vida, en cambio en el articulo 8 cabe decir que si se puede
decidir de altruistamente sobre nuestra vida para un bien social, o común pero
esto unas vez ya fallecido, previamente bajo documento o voluntad propia. Sin
duda alguna quizá habrá muchas interrogantes sobre el porqué la legislación
peruana promueve o fomenta la donación de órganos y tejidos, ya que por
cuestiones religiosas algunas personas los ven como algo inhumano o por
ejemplo las religiones que se oponen rotundamente tal es el caso de algunos
grupos religiosos, como los Testigos de Jehová que se niegan a recibir
transfusiones de sangre por motivos de su fe o religiosidad ésta es una práctica
muy difundida y aceptada en todo el mundo, pues la sangre se regenera y las
transfusiones no representan peligro alguno, tal es el caso de los órganos o
tejidos renovables,

Cabe advertir, sin embargo, que la prohibición del carácter oneroso de la cesión
de órganos o tejidos para trasplantes o injertos, entre seres vivos o procedentes
de un cadáver, no está acompañada de la correspondiente sanción penal en caso
de transgresión. En la realidad, la eficacia de la disposición legal despierta
ciertamente graves interrogantes.

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BIBLIOGRAFIA

- ESPINOZA ESPINOZA, Juan “Tratamiento de los derechos de la persona


en el código civil peruano de 1984”

- FERNANDEZ SESSAREGO, Carlos “Derecho de las personas”

- MOSQUERA VÁSQUEZ, Clara “Gaceta Jurídica”

- VARGA, Andrew.

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