Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
INTERVENCIONES POSIBLES
Jorge Cantis (cantisj@uolsinectis.com.ar)
En primera instancia tenemos que pensar si todos los niños con discapacidad
deben ser integrados, si todas las personas con discapacidad tienen que ingresar a lo que
se llama “escuela común”. Es muy interesante que los autores, psicopedagogos y
licenciados en la ciencia de la educación definan qué es la integración. Pero mi
propósito es repensar desde el punto de vista del psicoanálisis qué es lo que le dispara a
un maestro de educación común la presencia de un niño con discapacidad. ¿Por qué
digo esto? Porque una cosa es la adecuación curricular sobre la que hablan muchos
autores: Silvia Dubrovsky, Norma Filidoro , Marìa Josè Borsani y otros, refiriéndose a
bajar los contenidos, con todo lo que implica esta metáfora y otra cuestión es qué le
pasa al docente. He encontrado varios maestros que dicen “Bueno, yo me formé para
estar con niños normales en escuelas normales.” Ya empieza ahí la cuestión del estigma
en las mentes de los docentes por pensar que trabajan en la escuela normal y no en la
escuela común. Esto es muy interesante para reflexionar: la forma en que, de alguna
manera, empieza la etiqueta del docente a considerar a la discapacidad como una
anormalidad. Es un dato importante. Ervin Goffman en su libro “Estigma: la identidad
deteriorada” reflexiona acerca del estigma como atributo de la mentalidad prejuiciosa y
lo vincula al desconocimiento de la sociedad y –agrego yo- a la falta de capacitación de
los profesionales. En las carreras de grado hay muy poca formación sobre lo que les
sucede a los niños con discapacidad y qué cuestiones incluimos en ese término. La falta
de formación y capacitación en los docentes los hace confundir la discapacidad con la
psicopatología. Si después las personas con discapacidad ingresan a cuadros
psicopatológicos es muchas veces por efecto del vínculo familiar y no solamente por la
cuestión del síndrome. De ahí la importancia de la intervención de los psicoanalistas en
etapas tempranas y no cuando ya hay severos problemas de conducta o manifestaciones
emocionales. El psicoanalista debiera trabajar en la etapa temprana estas cuestiones,
tanto como el kinesiólogo, el psicomotricista, el estimulador, el rehabilitador.
Una de las cuestiones importantes que se debe plantear es: “¿Qué es aprender en esta
etapa de la integración?” Entendiendo por esto cuatro aspectos fundamentales: las
condiciones psíquicas del niño con discapacidad para aprender, las posibilidades
transferencias con el docente, la modalidad en que el niño incorpora los conocimientos
y la valoración del aprendizaje para el niño con discapacidad.
En Argentina, tenemos una ley que es la 24.901 que habla del sistema de
prestaciones y en realidad lo que regula son los derechos y las obligaciones de las
personas y de los niños con discapacidad para ingresar a la inserción educativa.
En la integración está muy claro que hay una necesidad de que el niño esté
integrado, veremos si también esta incluído. A veces la integración es un problema de
1
matrícula, como una “colocación”, al decir de muchos autores: “Se colocó al niño en
una escuela común”. Esto no implica que esté incluido. Está integrado.
El tronco de mi trabajo, por así decirlo, estaría vinculado con cómo juegan las
desmentidas familiares en los procesos de integración escolar. Freud en su escrito sobre
el Fetichismo desarrolla el concepto de desmentida. Podríamos pensar la desmentida
como una operación psíquica inconciente, como una lógica interna. Porque desde esta
desmentida se sostiene una creencia irreducible, un engaño de percepción de juicio y de
conciencia: mientras una parte del yo sabe sobre el engaño, no quiere reconocerlo, se
comporta como si la representación dolorosa no existiese. La desmentida conserva un
saber sobre el engaño y un descreimiento respecto del mismo. Pero sobre todo está el
desconocer de lo psíquico. Muchas veces, cuando los padres integran al niño con
discapacidad en la escolaridad común, pareciera que el dolor queda en otro lado. Se
borran las diferencias. Es decir que el sujeto cree una ilusión y a la vez sabe que esa
ilusión es una creencia. Por lo cual tenemos que ver qué pasa con aquello de la
diferencia entre el niño con discapacidad y los demás niños de la escuela. Porque
muchas veces la integración es como borrar las diferencias. Y es una tendencia a
normalizar al niño, a normalizar en un esfuerzo de integración permanente. Y me parece
que es importante ver cómo respetar al que es diferente. Aunque aceptar la diferencia
cause dolor.
2
Entonces en esta cuestión podríamos pensar que hay dos tipos de desmentida:
una desmentida funcional y una desmentida patológica. Y vamos a ver cómo circulan la
desmentida funcional y la patológica en los procesos de integración escolar con la
familia.
Esta es una cuestión a la que el psicoanalista debe estar muy atento: toda
situación en la que el niño quede excluido al estar adentro y afuera del grupo al mismo
tiempo y generando para él fuerte desamparo.
3
todas las intrusiones médicas necesarias para sobrevivir. Podemos decir que estos niños
son como sobrevivientes, porque se los ha dado por muertos. Y hay que ver qué pasa
con la investidura familiar en esta cuestión en la que la familia inviste y desinviste en un
ataque de angustia y de furia frente a la situación.
Más tarde debido a que a los ocho meses el cuadro se había agravado, la familia
me llama acordando con el cambio de dispositivo sugerido por mí anteriormente: buscar
otra escuela pero ya no con integración sino especial (con profesionales más capacitados
para contener esta situación) e iniciar una psicoterapia individual con orientación a
padres y la interconsulta psiquiátrica para medicación. Notablemente, el niño al no
encontrarse presionado por las exigencias escolares, profesionales y familiares
experimentó alivio a su sufrimiento psíquico.