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INTRODUCCIÓN

En el trabajo de quinta que se presenta a continuación se realiza una revisión y


estudio del trastorno de la identidad de género o como lo que ahora se conoce, Disforia
de género. Nos detenemos en la exposición del marco conceptual que subraya al mismo
y, en particular, se ilustran las investigaciones que se han efectuado sobre la
configuración de la identidad de género.

En esta investigación trataremos de profundizar en el significado y la emergencia


de la noción de “disforia” en la psicopatología psiquiátrica. Trataremos de plantear la
posibilidad de evaluar a las personas con este trastorno a temprana edad y observar si
esta Disforia está relacionada a las emociones asociadas al cuerpo impidiendo que estos
expresen conductas no normativas respecto a su género asignado.

Los trastornos de identidad de género son trastornos en los que el individuo se


identifica, de un modo intenso y persistente, con el otro sexo junto con malestar
persistente por el propio sexo anatómico (asignado) o un sentimiento de inadecuación en
el papel de su sexo. La transexualidad no es un fenómeno actual, existe desde muy
antiguo y en diferentes culturas. El término transexual empieza a utilizarse en 1940 para
denominar a los individuos que desean vivir de forma permanente como miembros del
sexo opuesto y que quieren someterse a la cirugía de reasignación de sexo, existiendo
pues una incongruencia entre el sexo con el que nacieron y el sexo al que se sienten
pertenecer. El sentimiento de pertenecer a un determinado sexo biológica y psicológica-
mente se llama identidad de sexo o de género.

Para finalizar, en este trabajo se plantean las conclusiones del estudio de manera
sintética, También se muestran estas, relevantes, que tienen por objeto discutir y analizar
posibles líneas de investigación a desarrollar en el contexto de los estudios sobre género.

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OBJETIVOS

I. OBJETIVO GENERAL

Es nuestro objetivo principal presentar una visión completa desde el punto de


vista biológico y psicológico de la Disforia de Género.

II. OBJETIVO ESPECIFICO

1) Conceptuar la Disforia de Género.


2) Explicar la vía de diagnóstico del Trastorno de la Identidad de Género.
3) Exponer la relación existente entre el TIG y la Homosexualidad.
4) Evaluar los causales y pronósticos de la Disforia de Género.

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DISEÑO METODOLÓGICO

I. MÉTODO DE INVESTIGACIÓN

Hemos empleado para este trabajo, el método deductivo, que examinando la


realidad permitiéndonos arribar a conclusiones, partiendo de lo general a lo
particular.

II. TIPO DE INVESTIGACIÓN

El estudio llevado a cabo es de tipo cualitativo el cual está definido por datos
recolectados que no son susceptibles de medición numérica o resumen.

III. TIPO DE ESTUDIO

Para la investigación desarrollamos un tipo de estudio explicativo-descriptivo por


cuanto el interés central consiste en indagar los conceptos relacionados con ciertos
tópicos para poder articularlos con los contenidos trabajados en el marco teórico.

IV. FUENTES Y MEDIOS PARA LA RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN

Las fuentes y medios utilizados para la recolección de la información fueron a


través de libros de textos, artículos publicados en el internet y en periódicos digitales.

V. TÉCNICAS EMPLEADAS

En la recolección de información se utilizó la Observación a través del resumen y


subrayado tomado de textos encontrados en la internet a través de motores de
búsqueda.

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MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL

I. ANTECEDENTES

Harry Benjamín, endocrinólogo y sexólogo en una conferencia pronunciada en


junio de 1976 en Nueva York, afirmó: “Me gustaría recordar a todos un hecho importante y
fundamental: La diferencia entre sexo y género. Sexo es lo que se ve. Género es lo que se siente. La
armonía entre ambos es esencial para la felicidad humana”.

Las tendencias sexuales de hombres y mujeres fueron consideradas por las


distintas ramas de la medicina y la sexología del siglo XIX, como estrictamente ligadas al
sexo anatómico, cualquier variante a esa tendencia era considerada patología. No
obstante, los primeros estudios antropológicos y sociológicos contrastan con la
afirmación inicial de que el sexo anatómico debía corresponder a una conducta sexual
exclusiva y excluyente.1

Cauldwell en 1949, fue el primero en usar el término Transexualismo; término que


fue popularizado por Harry Benjamin en 1966.2 El término Disforia de género fue
introducido por Norman Fisk en 1973 en el sentido de que el trastorno produce ansiedad
asociada al conflicto entre la identidad sexual y el sexo anatómico.3

En la década de los sesenta y setenta se creía que la identidad sexual en la niñez


estaba tan poco diferenciada, que era posible a través del ambiente criar a un varón
genético como niña. Las consecuencias devastadoras presentadas en el caso de David
Reimer son un ejemplo en la literatura de que la identidad de género programada es
irreversible y no depende de factores externos.

A lo largo de las últimas décadas, algunos estudios han intentado encontrar


relación entre las variantes de la expresión del género con aspectos genéticos, familiares,

1 Gastó Ferrer C. Transexualidad. Aspectos Históricos y Conceptuales. Cuadernos de Medicina


Psicosomática y Medicina de Enlace. 2006; (78):13-20
2 Benjamín H. El Fenómeno Transexual. Nueva York, The Julian Press. 1996.
3 Chiland C. Cambiar de sexo, Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, 1999.

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neuroendocrinos y sociales. La tendencia actual es integrar de manera flexible la
presentación de los distintos aspectos que conforman el género en todos los niveles.

II. REVISIÓN CONCEPTUAL

a) La Identidad de Género. - Los sexos se dividen en dos: macho y hebra y varón y


mujer. El término género se refiere a la lingüística y se aprecian tres géneros:
masculino, femenino y neutro. Mientras que el primer término es biológico, el
segundo es una construcción cultural correspondiente a los roles o estereotipos
que en cada sociedad se asignan a los sexos. La identidad de género se refiere al
sentido individual de ser macho o hembra, que se suele consolidar hacia los 3 a 4
años de edad.
b) La Conducta del Rol de Género. - Este término se refiere a aspectos de la conducta
individual que son consistentes con definiciones culturales de masculinidad o
feminidad. La aparición de las conductas del rol de género es posterior al correcto
desarrollo del autoetiquetaje de macho o hembra. En la mayoría de niños, existe
un incremento en la conducta del rol de género, acompañado por ideas sobre
valoradas sobre el estereotipo del rol de género, hacia la edad de 4 a 5 años. En los
últimos años, se está logrando un mayor entendimiento la conducta del rol de
género, pero la mayoría de niños continúan mostrando preferencias por las
actividades típicas de su género y continúan excluyendo o rechazando a los niños
que se desvían significativamente de las normas.
c) La Identidad Sexual. - se refiere al propio etiquetaje del individuo como un ser
heterosexual, homosexual o bisexual. Este etiquetaje, que normalmente está
relacionado con aquello que ha sido experimentado como eróticamente atractivo,
normalmente no se consolida hasta la adolescencia.
d) La Orientación Sexual. - describe lo que es eróticamente atractivo para un
individuo que, normalmente, es consistente con la identidad sexual, pero puede
diferir para aquellos que experimentan sentimientos eróticos inaceptables.

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CAPÍTULO I: DISFORIA DE GENERO

1.1 GENERALIDADES

Se denomina disforia de género cuando una persona se siente inconforme o


molesta de manera persistente con su sexo, su género, su rol o su identidad. Esto se puede
presentar desde la infancia, aunque también puede manifestarse en cualquier momento
del desarrollo del ciclo vital.

El trastorno de identidad sexual es clasificado como un desorden en la CIE-10 CM4


y en el DSM-5, publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana, fue reclasificado y
renombrado como disforia de género,5 en donde su elemento es la presencia de malestar
clínicamente significativo asociado con la condición de género.

1.2 DIAGNOSTICO DEL TRASTORNO DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO (TIG)

El DSM-IV6 ha introducido varios cambios en la clasificación de diagnósticos del


TIG y de sus criterios. Existen dos criterios importantes.

El criterio A especifica conductas que significan la identificación acusada y


persistente con el otro sexo (no sólo con el deseo de obtener las supuestas ventajas
relacionadas con las costumbres culturales). En los niños el trastorno se manifiesta por el
deseo repetido de pertenecer al otro sexo, de vestir como el sexo contrario, marcada
preferencia por el papel del otro sexo o fantasías referentes a pertenecer al otro sexo,
juguetes y preferencia de actividades del otro sexo, y preferencia marcada por
compañeros de otro sexo. En los adolescentes y adultos la alteración se manifiesta por
síntomas tales como el deseo firme de pertenecer al otro sexo, ser considerado como del

4 Desorden de identidad de género en adolescentes y adultos.


http://www.icd10data.com/ICD10CM/Codes/F01-F99/F60-F69/F64-/F64.1
5 Fraser, L; Karasic, D; Meyer, W; Wylie, K (2010). «Recomendaciones para la Revisión del DSM Diagnostico

del Desorden de Genero en Adultos». http://dx.doi.org/10.1080%2F15532739.2010.509202


6 Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 4ta Edición.

6
otro sexo, un deseo de vivir o ser tratado como del otro sexo o la convicción de
experimentar las reacciones y las sensaciones típicas del otro sexo.

El criterio B especifica conductas de malestar persistente con el propio sexo o


sentimiento de inadecuación con su rol. En los niños la alteración se manifiesta por
sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer, de que sería
mejor no tener pene o aversión hacia los juegos violentos y rechazo a los juguetes, juegos
y actividades propios de los niños; en las niñas, rechazo a orinar en posición sentada, no
querer poseer pechos ni tener la regla o aversión acentuada hacia la ropa femenina. En
adolescentes y adultos la alteración se manifiesta por síntomas como preocupación por
eliminar las características sexuales primarias y secundarias o creer que ha nacido con el
sexo equivocado.

El diagnóstico de TIG no coexiste una enfermedad intersexual. A dichos


individuos con dificultades en la identidad del género se les puede asignar el diagnóstico
residual de TIG no especificado.

Finalmente, como con otros diagnósticos DSM-IV, el individuo debe manifestar


evidencia de malestar clínicamente significativo o deterioro en cualquier área su
actividad como resultado del trastorno. Aunque el sufrimiento puede ser más difícil de
determinar en los niños más pequeños, la investigación muestra evidencia de déficits en
las habilidades del mismo sexo y las interacciones con sus coetáneos.

1.3 DEBIDA EVALUACIÓN DEL TRASTORNO A TEMPRANA EDAD

En la entrevista con los padres se debe incluir la pregunta sistemática sobre las
conductas clave propias del trastorno (ej.: listado de síntomas del DSM-IV-TR). La
entrevista del niño se debe utilizar para confirmar la información de los padres acerca de
la disforia y la conducta del otro sexo que está manifestando el niño, pero resulta más útil
proporcionar una comprensión dinámica de los sentimientos del niño sobre sí mismo y
sobre sus cuidadores.

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La evaluación de los adolescentes con TIG ha sido menos estudiada debido, en
parte, al menor número de demanda en consulta. En el DSM-IV, el fetichismo travestido
se define como un trastorno que ocurre en varones heterosexuales donde el individuo
está afectado o sufriendo necesidades sexuales intensas o recurrentes y promueve
fantasías sexuales que conllevan una inversión en la forma de vestir. Los adolescentes
con fetichismo travestido difieren de los adolescentes con TIG en que ellos no muestran
una infancia con historia de conducta de género cruzada, aunque sus intereses fetichistas
de invertir la forma de vestir pueden haber comenzado en la niñez.

1.4 EL TRASTORNO DE IDENTIDAD DE GÉNERO Y LA HOMOSEXUALIDAD

La relación observada entre la conducta de género cruzada y más tarde la


homosexualidad se ha observado en estudios prospectivos de niños con TIG, así como en
varios estudios retrospectivos de hombres y mujeres homosexuales. En un estudio, el 75%
de chicos femeninos seguidos hasta la adolescencia (edad media, 19 años), han declarado
tener fantasías predominantemente homosexuales/ bisexuales, mientras que el 80% de
los que han tenido experiencias sexuales son catalogados de bisexuales/ homosexuales.

En un meta-análisis reciente sobre publicaciones retrospectivas, se muestra una


fuerte relación entre la extensión de la conducta de cruce de géneros durante la infancia
y una posterior orientación homosexual, tanto en hombres como mujeres. A pesar de los
datos, un porcentaje de la muestra ha sido identificado como heterosexual. De manera
similar, no todos los individuos que más tarde se identifican como homosexuales han
tenido una historia de conducta de género cruzado. Esto sugiere que la relación entre el
TIG y la homosexualidad no es perfecta, y que la TIG no es simplemente la manifestación
temprana de la homosexualidad.

En un estudio con niños con TIG, sólo 1 de los 44 sujetos pidió una reasignación
sexual durante la adolescencia o la época adulta; de los niños evaluados inicialmente por
temas de identidad de género, el 20% continuó mostrando disforia de género. Al evaluar
a adolescentes con TIG, sus padres presentan mayor tolerancia hacia las conductas de

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género cruzado que aquellos padres que acuden a la consulta cuando sus niños son más
jóvenes, lo en parte explica la persistencia de estas conductas en la adolescencia. No ha
habido estudios de seguimiento sistemáticos de adolescentes con TIG.

1.5 CAUSA DEL TRASTORNO DE IDENTIDAD DE GENERO

1.5.1 Enfoque Biológico

En los últimos años, las diferentes teorías sostienen que las hormonas sexuales
prenatales tienen efecto en la definición de la conducta sexual típica consecuente y en la
posible orientación sexual. Aunque esta teoría no ha sido confirmada en niños con TIG,
la extrapolación puede hacerse desde los estudios de adultos con TIG, de hombres y
mujeres homosexuales, y de individuos con anormalidades hormonales.

El efecto positivo de la retroalimentación de estrógeno ha sido la principal


estrategia para intentar examinar la teoría hormonal en los adultos: las mujeres
heterosexuales muestran un aumento de hormonas luteinizantes tras una inyección de
estrógeno, lo cual no sucede en hombres heterosexuales. Los resultados en hombres
homosexuales y hombres y mujeres transexuales no son concluyentes.

Actualmente los estudios sobre anatomía cerebral tienden a buscar un núcleo


sexualmente dimórfico, como se predice desde la teoría hormonal prenatal y como se
establece en animales, y exploran si los hombres homosexuales difieren de los
heterosexuales, pero se parecen a mujeres heterosexuales. La mayoría de estudios no han
podido ser replicados. A pesar de ello, los estudios de chicas y mujeres con Hiperplasia
Adrenal Congénita (HAC) han proporcionado ayuda para esta teoría. Las mujeres con
HAC están expuestas a niveles incrementados de andrógenos en el útero. Durante la
infancia, estas niñas muestran algunas conductas de rol que son más propias del género
masculino; cuando son adultas, tienen menos implicación heterosexual y más fantasías
homosexuales. Todos los estudios realizados hasta la fecha, aunque no son concluyentes,
ayudan a la comprensión del desarrollo del TIG y apuntan a que probablemente existen
efectos hormonales prenatales en la conducta dimórfica sexual.

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1.5.2 Enfoque Psicosocial

El sexo engendrado y asignado sigue siendo la variable más importante a la hora


de determinar la identidad de género de un individuo a pesar de los descubrimientos
anómalos de individuos con déficit de 5--reductasa que giran su presunta identidad de
género hacia la masculinización de sus hábitos durante la pubertad.

La preferencia paterna por una hija o un hijo puede afectar la evolución del niño y
su valoración dentro de la familia. Existen pruebas de que el deseo materno por una hija
crece cuando los hermanos mayores son chicos. Aunque el deseo en sí mismo no es
suficiente para influenciar el desarrollo del TIG, la evidencia clínica sugiere que, para
algunas madres de hijos con TIG, su incapacidad para elaborar el desacuerdo que les
produce el no tener una hija, deriva en una en dificultades a la hora de relacionarse con
su hijo.

La capacidad de los padres para moldear la conducta de sus hijos con relación a
su género no tiene todavía unas bases claras, aunque los estudios más recientes apuntan
al hecho de que los padres tienden a responder de manera más positiva a las conductas
del mismo sexo de sus hijos que a las conductas del sexo contrario. En los estudios
realizados con niños con TIG, uno de los descubrimientos más importantes ha sido la
falta de desaprobación paterna a la conducta de sexo contrario, mayor refuerzo de la
conducta femenina y menor de la conducta masculina por parte de las madres.

La respuesta paterna temprana a las conductas de cruce de sexos es bastante


positiva. Aunque solo podemos especular en cómo los niños con TIG perciben la
respuesta de sus padres a su conducta de sexo cruzado, sería razonable suponer que
permitir mantener estas conductas durante el periodo donde se consolida el propio
género, podría interferir con la consolidación de la identidad de género de su mismo sexo.

1.6 TRATAMIENTO PARA EL TIG

Aunque existe una variedad de aproximaciones terapéuticas, y debido a la rareza


relativa del TIG, no existen evaluaciones controladas de las intervenciones que se llevan

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a cabo con este tipo de trastorno. Las intervenciones con el niño y sus padres pueden
reducir la identificación con el género opuesto y, además, se ha demostrado que cuanto
más se involucran las figuras paternas en el tratamiento mayor es la pérdida de conductas
del sexo opuesto.

Se parte del consenso de una aproximación ecléctica que combine la


desaprobación de las conductas del género opuesto junto con la promoción de
oportunidades para desarrollar tanto habilidades del mismo sexo y como amistades. Esto
puede requerir más tiempo con el padre, concretar los días para jugar con amigos del
mismo sexo o favorecer la participación en grupos estructurados de coetáneos del mismo
sexo. En niños pequeños, el trabajo debe estar dirigido principalmente a que los padres
les ayuden a entender su sensibilidad para afrontar y comprender el valor como chico o
chica, y hasta qué punto la familia está reforzando la preocupación del niño sobre su
propia identidad de género. Para algunas familias, es necesario un trabajo más intensivo
al nivel de pareja, el entorno familiar o individual.

En el caso de niños más mayores con TIG, la terapia individual está indicada para
tratar con el uso inflexible de las conductas y fantasías propias del sexo opuesto, el evitar
o negar el malestar, y la rabia, así como la baja autoestima que puede reflejar el rechazo
familiar o social. También puede ser útil la intervención en grupos de padres, ya que
parece reducir el estigma y el aislamiento social que muchos padres sienten.

La investigación sobre el tratamiento de adolescentes con TIG es muy escasa y no


se ha encontrado que las terapias individuales con éstos adolescentes sean efectivas para
modificar de manera significativa sus sentimientos de cruce de género. Si es cierto que
éstos adolescentes necesitan ayuda relacionada con la depresión, otros trastornos
psiquiátricos y las dificultades sociales. La mayoría continúan sintiéndose aislados
socialmente a causa de su identificación con el género opuesto lo que interfiere en su
participación en las actividades sociosexuales normales durante la adolescencia.

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1.7 PRONOSTICO

El pronóstico de las personas con TIG/T/DG es variable. Dependerá de las


características individuales de cada paciente incluyendo edad, género asignado,
orientación sexual y comorbilidades. La opción que el paciente elija como tratamiento
influye también en el curso y pronóstico. Varios estudios han reportado que la
reasignación de sexo se asocia con cambios favorables no sólo en los síntomas disfóricos,
si no en las distintas áreas de la vida del paciente como la vida familiar, social y las
relaciones sexuales. Sin embargo, la prevalencia de algunos trastornos psiquiátricos como
depresión y trastornos de ansiedad continúa más alta que en la población general. En una
revisión sistemática de 28 estudios que realizó Murad et al. para determinar los beneficios
de la terapia hormonal, se encontraron mejorías en la disforia de género, el
funcionamiento psicológico y comorbilidades, disminución de las tasas de suicidio,
mayor satisfacción sexual y en general una mejor calidad de vida posterior al tratamiento,
sin embargo, no se encontró evidencia concluyente para considerar a la terapia hormonal
como la única causa de estas mejorías.

Algunos estudios reportan diferencias en el pronóstico dependiendo del sexo


anatómico. También en el estudio de Murad et al., se observó que las personas que tienen
un inicio más temprano de los síntomas y los que inician el tratamiento antes de la adultez
presentan un mejor pronóstico.7 En 2012 Michel et al., revisó la literatura disponible
desde los años cincuenta a la fecha respecto a la reasignación quirúrgica de género. Una
de las principales dificultades para el estudio sistematiza-do de estos casos es que con el
paso de los años el término y los criterios diagnósticos para TIG/T/ DG han variado
continuamente y se han realizado en poblaciones heterogéneas utilizando metodología
diversa. Sin embargo, algunos resultados de esos estudios son reagrupables; como el
grado de satisfacción posterior al procedimiento. El cambio se considera satisfactorio

7 Murad MH, Elamin MB, García MZ, Mullan RJ, Murad A, Erwin PJ, Montori VM. La terapia hormonal y
la reasignación del sexo: una revisión sistemática y meta - análisis de la calidad de vida y los resultados
psicosociales. Clinical Endocrinology, 2010; 72 (2), 214-231.

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cuando el paciente se encuentra contento con la transformación quirúrgica y adaptado al
nuevo rol. En contraste, un resultado insatisfactorio se considera cuando empeoran las
condiciones psicológicas y sociales del paciente posterior al procedimiento, en
comparación con la condición previa al tratamiento.

1.8 ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS

El Trastorno de Identidad de Género (TIG), Transexualismo o Disforia de Género


(DG) es poco frecuente en todo el mundo. La prevalencia de vida varía de 0.001%-
0.002%29 a 0,0019%-0,0024%.8 En estudios epidemiológicos anteriores, como el realizado
por Landén y colaboradores se hizo una revisión de estudios epidemiológicos realizados
desde los años 60 hasta el año 1992, se reportó una relación del tipo mujer a hombre
(MaH) al tipo de hombre a mujer (HaM) de 3 a 5.9 Por otra parte, de acuerdo a estudios
epidemiológicos más recientes, la prevalencia de los tipos de HaM y MaH se ha es-timado
en 1: 12.900 y 1: 33.800 respectivamente, y las relaciones entre el tipo HaM a MaH han
sido reportados como 2.43:1.10 Este incremento de la prevalencia se atribuye a una mayor
aceptación por parte de la sociedad, lo que ha aumentado la búsqueda de tratamientos
de reasignación de sexo.11

8 Landén M, Wälinder J, Lundström B, Radio de prevalencia, incidencia y sexo de transexualismo. Acta


Psychiatr Scand, 1996; (93), 221-223
9 Organización Mundial de la Salud. CIE 10. Décima Revisión de la Clasificación Internacional de Las

Enfermedades. Trastornos Mentales y del Comportamiento: Descripciones Clínicas y pautas para el


Diagnóstico. Madrid: Meditor; 1992.
10 De Cuypere G, Van Hemelrijck M, Michel A, Carael B, Heylens G, Rubens R, Monstrey S. Prevalencia y

demografia de transexualismo en Belgica. Psiquiatria Europea, 2007; 22(3), 137-141.


11 Gil EG, Nogués JP, Perpiñá SA, de Pablo Rabassó J. Trastorno de la identidad sexual: Aspectos

epidemiológicos, sociodemográficos, psiquiátricos y evolutivos. Cuadernos de medicina psicosomática y


psiquiatria de enlace, 2001; (58), 76-83.

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CONCLUSIÓN

A lo largo del presente trabajo, se han abordado las distintas concepciones sobre
la etiología el trastorno de identidad de género, comenzando de lo puramente biológico
hasta llegar a los aspectos psicodinámicos.

Debemos dejar claro que la Disforia de Género es el disgusto, desajuste o malestar


con el sexo biológico que le ha correspondido al sujeto, las personas con disforia de
género no se identifican ni sienten como propio el sexo biológico o cromosómico debido
a la discordancia entre éste y la identidad de género. Aquí es muy importante resaltar la
diferencia que existe entre si se está cómodo o no con esa sensación. Lo que equivale a
decir que no toda disforia de género termina en una homosexualidad, lo cual depende de
diferentes factores.

Los Trastornos de Identidad de Género en niños y adolescentes son entidades muy


complejas, asociadas con intenso malestar a insatisfacción. El resultado de estos cuadros
es variable a incierto, pero al final sólo unos pocos serán transexuales. El psicoterapeuta
debe ser experto en psicopatología del desarrollo de niños y adolescentes, y reconocer y
aceptar el problema de identidad de género. Problemas emocionales y de
comportamiento pueden relacionarse con conflictos familiares, que deben evaluarse. En
estos casos la fase diagnóstica puede alargarse y el tratamiento debe orientarse a resolver
otros cuadros que puedan producir malestar. El niño y su familia necesitarán apoyo para
afrontar decisiones sociales difíciles. Por la gran variabilidad de resultados y la rapidez
con que puede cambiar la identidad de género en adolescentes, se recomienda retrasar al
máximo cualquier intervención física.

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BIBLIOGRAFÍA

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Volumen I. Madrid - España.

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