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En el inicio de los tiempos cuando la nada era el todo, existían dos seres, tan
similares como opuestos que a sí mismos se complementaban. Dann la señora
de la luz y las estrellas, y Zek el señor de la noche y los minerales. Ambos
vivieron en armonía y paz durante muchas eras, y cada vez que se unían
formaban parte del universo que conocemos, pero un día el corazón de Zek se
corrompió al ver que jamás lograría crear con su poder lo que Dann podía crear
con su Luz. Desde ese momento de la historia, todo el amor que Zek tenía por
Dann empezó a transformarse en envidia, y en su corazón no existía nada más
deseado que el poder de Dann. Zek sabía que si quería conseguirlo tendría
que robarle a Dann su diadema de dónde provenía toda su luz, pues estaba
hecha de fragmentos de la luna y las estrellas. Llegado el día de la Creación,
el día donde ambos se unían para formar parte del universo, Zek engañó a
Dann y al momento de unirse intentó robar la diadema, lo que no sabía es que
al desprenderla toda la luz de Dann se apagaría. Dann empezó a
desvanecerse mientras de sus ojos corrían lágrimas al no entender como su
complemento habría sido capaz de hacer tal artimaña, su vida se estaba
esfumando pero antes de desparecer tomo en su mano la diadema y la rompió
enviando los Fragmentos de luz por todo el universo de los cuales nacieron los
primeros Vannity Hijos de Dann.
- Está bien abuelo ya quiero saber todo sobre que le sucedió a Zek-
Contestó Zack con mucha euforia.
- Tranquilo hijo, para todo hay tiempo, Descansa.- Dijo su abuelo con
mucha serenidad.
Después de ver Zek todo lo que había hecho, ver que había matado lo único
que amaba y saber que estaría solo por el resto de su inmortal existencia, se
marchó hacia el lado norte del universo donde empezó a crecer oscuridad, y
muerte. Al sentir su soledad, decidió también crear Hijos que lo acompañaran,
pero estos seres estaban llenos de maldad puesto que fueron creados con
parte de su esencia. Empezaron a esparciese por el universo, dejando dolor a
su paso. Al ver esto Zek, se aisló de todo el universo ya que sintió que todo lo
que provenía de si era fuente de dolor y maldad.
- Pero por ahora debe irte a dormir ¡mañana es el día!- Afirmo su abuelo
con mucho jubilo.
- Está bien abuelo ¡por fin seré un Vannity Puro! - Respondió con un
entusiasmo desbordante.
El día había llegado, miles de Vannity venían de todos los clanes a la Capital a
la Ceremonia del Día de la Creación donde se recordaba el sacrificio del Dann,
y gracias a la Luna solar que aparecía cada 8 años el Cetro del Comandante se
llenaba de luz para proclamar a los nuevos Vannity de cada clan.
- Está bien mamá, no te preocupes sabes que soy el más rápido de los
Vannity, llegare sin ningún problema.- Contesto con seguridad.
La ciudad estaba completamente decorada para la ocasión, todas las calles se
encontraban decoradas con flores y piedras lunares para hacer referencia a
Dann. La luz de las piedras guiaba a todos hacia el centro de la ciudad, en
donde se encontraba una gran estatua de Dann rodeada de incienso y
posiciones celestes que impregnaban complemente la ciudad con un aroma
casi celestial.
Había cientos de Vannity iniciados, pasando uno tras otro para ser Alumbrados
por el cetro, todos aplaudían saludando a cada Vannity Puro que se unía a él
clan, era la ceremonia más solemne y conmemorada por todos.
El momento de Zack había llegado, jamás en sus 17 años había estado tan
nervioso como en ese momento, su corazón latía al límite que su cuerpo el
permitía.
Estaba en frente del comandante, el comandante tomo el cetro y lo puso sobre
su cabeza como con los otros cientos de Iniciados, pero algo diferente sucedió,
al momento en que el cetro toco la cabeza de Zack, la Luz del cetro se apagó,
por un momento todo el universo de oscureció seguido de un eclipse lunar que
duro menos de un minuto.
Los miles de Vannitys presentes quedaron en silencio por varios minutos,
durante toda la edad de la especie jamás había sucedido un evento como este
y mucho menos en el Día de la Creación.
Zack no entendía lo que había sucedido, pero en lo profundo de su ser tenía
claro que desde ese momento su vida jamás volvería a ser igual.
- Zack, las noticias no son buenas, ninguno de los sabios del clan ha
podido explicar lo sucedido, pero todos junto al resto del clan concluyen
que no es algo bueno y podría traer problemas al resto del clan, por lo
tanto el consejo ha votado a favor de exiliarte hasta que logres hallar la
respuesta a lo que sucedió hoy – Dijo el comandante con una voz llena
de impotencia
- Debes ser fuerte mamá, sabes que siempre sentí que no pertenecía
totalmente a este lugar, y mira el lado bueno, ya no tendrás que
regañarme más - Dijo Zack mientras sonreía para disimular las lágrimas
que no paraban de salir de tus ojos.
Zack caminado por días, había perdido el sentido del tiempo y la realidad, sin
embargo su mente había estado más viva que nunca intentando hallar la
solución a su enigma, había pensado en miles de teorías y ninguna parecía
tener solución, de repente oyó una voz diferente a la de su conciencia que
decía “Vas en el camino equivocado a lo que estás buscando” al volver a la
realidad vio que nada a su alrededor era conocido, se encontraba en una
especie de bosque, el olor a humedad era inminente y podía ver arboles de
todas las formas hasta donde su vista le permitía
- Por cosas del destino, nuestras búsquedas nos llevan al mismo ser Zek... –
Dijo La apariencia de aquel anciano era realmente diferente a cualquier otro
ser que había visto Zack en su vida, su cabello era largo, lacio y canoso, pero
sus canas parecían ser color plata, su piel era similar a la de cualquier Vannity
pero aparentaba brillar con la luz de la luna.
Tras uno de los volcanes se alcanzaba a ver el ápice de una extraña torre con
una llama encendida, era justo como Pharris se lo había descrito, ahí era
donde vivía Zek, Pharris también le había dicho que no sería fácil de matar a
Zek puesto que era el señor de la oscuridad y tenía poder para destruir todo a
su paso.
Zack estaba preparado, sin importar la lava que llenaba el lugar corrió hasta
llegar a la entrada de lo que aparentaba ser un castillo, al momento de pisar la
entrada las dos puertas de hierro negro que custodiaban la entrada se abrieron,
y el fuego que llenaba todo el castillo se encendió con mayor intensidad. Zack
entro sutilmente revisando cada parte del lugar, pero todo aparentaba estar
vacío, hasta que llego al salón principal donde estaba un trono hecho de
Magma fundió, y en el trono un ser con una toga negra que tapaba su rostro
- Tu sabes quién soy, Soy Zek el señor dela oscuridad, has venido en
búsqueda de una respuesta, y solo yo puedo dártela, pero debes saber
que lo que buscas es algo más allá de lo que puedes comprender… -
Respondió Zek mientras levantaba la capucha que cubría su rostro
Zack estaba sorprendido pues la apariencia de Zek era totalmente diferente a
los que las historias y las leyendas decían, aparentaba estar más vivo que
muerto, su piel estaba llena de llagas, y no podía pararse de su trono.