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La palabra letramento tal vez haya surgido en virtud de que no utilizamos la palabra
alfabetismo, mientras su contrario, analfabetismo, nos es familiar. Es decir, conocemos
bien y desde hace mucho tiempo el estado o condición de analfabeto, pero sólo
recientemente su opuesto se ha vuelto necesario, pues recientemente pasamos a
enfrentarnos a una nueva realidad social, en donde se hace necesario hacer uso de leer y
de escribir, saber responder a las exigencias de la lectura y de la escritura que la sociedad
hace continuamente. Un aspecto que, de cierta forma, contribuyó a que se resignificase la
palabra letramento fue la modificación del criterio utilizado en encuestas censales1. En
Brasil este proceso viene sufriendo alteraciones, ya que pasó de la verificación de la
1
En Brasil el censo poblacional es hecho por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística- IBGE
habilidad de codificar y decodificar el nombre a la verificación de la capacidad de usar la
lectura y la escritura para una práctica social. En contrapartida a los países desarrollados,
lo que les interesa es la evaluación del nivel del letramento de la población y no el índice
de alfabetización.
La verdad, los países desarrollados están denunciando los índices de personas que
no incorporan los usos de la escritura, ni se apropiaron plenamente de prácticas sociales
de lectura y escritura. De esa forma, no se está refiriendo a índices de alfabetización y sí a
nivel de letramento. En definitiva, un individuo puede no saber leer ni escribir, esto es ser
analfabeto, más ser de cierta forma letrado.
Analfabeto es aquel que es privado del alfabeto, al que le falta el alfabeto, o sea,
aquel que no conoce el alfabeto, que no sabe leer ni escribir. Analfabetismo es el modo de
actuar como analfabeto. Alfabetizar es lograr que el individuo sea capaz de leer y escribir.
Alfabetización es la acción de alfabetizar, de tornar a alguien alfabetizado.
La palabra letramento es nueva en nuestra lengua y surgió con la autora Mary KATO
en 1986 en su libro:" En el mundo de la escritura: una perspectiva psicolingüística", siendo
enseguida usada en diversos libros, muchos de ellos de educación.
En una noticia del periódico, se relata que el juez de una ciudad sometió a
candidatos a alcalde y concejal a una prueba de alfabetización, respaldándose en una ley
que prohíbe a los analfabetos ser candidatos a cargos electivos. Para el juez, alfabetizado
era aquel que hubiese cursado primero grado completo y llenase formularios sin
dificultades. El juez definió, de ese modo el nivel del texto que los candidatos debería ser
capaz de interpretar y el criterio de corrección de las repuestas que los candidatos
deberían por lo menos interpretar un texto del diario infantil. De este modo, demostró tener
dos conceptos de alfabetización. El primero es el concepto genérico, esto es, aplicable a
cualquier persona. El segundo es el concepto específico, aquel que es aplicable a las
personas que ejercerán la función de alcalde y consejal. Unos 20 días después se publicó
que el Tribunal Regional Electoral (TRE) se opuso al concepto de alfabetización del juez,
considerando que los candidatos eran alfabetizados si concluían algunas series del primer
grado. El juez y el TRE tuvieron diferentes conceptos de alfabetización. El juez evaluaba el
letramento, en cuanto el TRE evaluaba la alfabetización.
Pero, ¿qué criterios utilizaremos para mirar las diferentes situaciones en las cuales
los sujetos están insertos?
El texto se propone sugerir una base conceptual para discusión de esas cuestiones
ideológicas y políticas que constituyen el núcleo del problema. Esta no es una tarea muy
fácil si tenemos en cuenta que el letramento cubre una amplia gama de conocimientos, de
habilidades, capacidades y funciones, se ha vuelto difícil contemplar todos estos aspectos
en apenas una definición.
El letramento tiene dos dimensiones, que son por lo menos paradojales, las mismas
son la dimensión individual y la dimensión social. En la dimensión individual, el letramento
es visto en el ámbito personal; en cuanto a la dimensión social, el letramento es visto como
un fenómeno cultural. En diferentes definiciones de letramento encontramos las dos di-
mensiones, lo que la facilita la tarea de elaborar una definición adecuada para este térmi-
no.
Las ideas presentadas por la autora nos hacen percibir que se está proponiendo de-
finir precisamente el letramento, teniendo en cuenta las dimensiones sociales e individua-
les sin perder de vista las diferencias socioculturales de los sujetos. Lo que se pretende
cuestionar en cuanto al texto que no fue muy detallado y explícito, es la cuestión de la ne-
cesidad de evaluar el letramento, de medirlo. ¿Quién tiene interés en esa medición? ¿Para
qué necesitamos clasificar los niveles de letramento? ¿En vista de qué se pretende hacer
esa medición? ¿Quiénes son los beneficiarios? ¿No será esa, otra forma de discriminación
social? Estos son algunos cuestionamientos suscitados y vistos como huecos dejados por
el texto.
Por lectura, se entiende que esta supera la decodificación de letras. La lectura impli-
ca diversas habilidades cognitivas y metacognitivas, tales como captar significados, inter-
pretar secuencias de ideas o de eventos, analogías, comparaciones, lenguaje figurado,
relaciones complejas, análogas, y además habilidades para hacer previsiones iniciales so-
bre el sentido del texto, entre tantas otras habilidades.
Otros autores plantean el letramento como medio para una toma de conciencia para
actuar en vista de una transformación de relaciones y prácticas sociales en que el poder es
desigualmente distribuido. De ésta forma es imposible formular un concepto único de letra,
que abarque todos los contextos culturales y políticos.
Soares afirma, que sin una definición precisa de letramento, resulta muy difícil
evaluarla y medirla, A pesar de esto se realizan Censos escolares, investigaciones
estadísticas y otros, con el fin de hacer esa medición en contextos escolares, como por
ejemplo, los Censos Demográficos Nacionales y la Investigación por Muestreo.
Los patrones del letramento definido por las escuelas varían de acuerdo con el nivel
social y económico del alumno, siendo casi siempre considerablemente más altos para los
alumnos de las clases más altas. En los países desarrollados, los sistemas fuertemente
organizados prescriben patrones estrictos y universales para las adquisiciones progresivas
de niveles de letramento, mientras tanto en los países en desarrollo el funcionamiento
consistente y discriminatorio de la escuela puede generar patrones múltiples y
diferenciados de adquisición del letramento.
Esas cuestiones contribuyen en la definición de criterios para la investigación y
medición del letramento. En la perspectiva de las ideas expresadas por la autora, surge
que las escuelas poseen un serio problema, que viene de siglos, que es la cuestión de la
evaluación. Muchos autores ya lo cuestionaron, otros tantos ya propusieron nuevas formas
de evaluarlo, pero las escuelas que tienen serias dificultades de atreverse a evaluar de
manera innovadora. Así, la escuela sigue evaluando de manera fragmentada, a veces a
través de estímulo- repuesta, sin tomar en consideración el proceso por el cual el alumno
pasa y concibiendo el error como problema y no como parte importante del proceso de
aprendizaje. De esta forma, el letramento es concebido de manera incompleta y
discriminatoria.
Otro aspecto analizado por Soares a la evaluación y medición del Letramento por
estudio de muestreo. La recolección de datos sobre el letramento en encuestas censales
tiene por objetivo proporcionar, entre muchas otras informaciones sobre características
demográficas, sociales y socioeconómicas, un indicador genérico de la extensión del
letramento de la población como un todo.
Por otro lado, los índices de letramento pueden ser utilizados para evaluar e
interpretar cambios de sus niveles a través de tiempos, con base de datos de una serie
cronológica de encuestas. Como el concepto de letramento varía de acuerdo con el
contexto social, cultural y político, la interpretación adecuada de los datos sobre el
letramento requiere conocimiento de las definiciones en base a la cuales fueron evaluados
y medidos, y de las técnicas de recolección de datos utilizadas. El punto principal que
enfrentan ambos conjuntos de problemas no es apenas una cuestión conceptual, sino
también una cuestión ideológica y política. Algunas indagaciones quedan para la reflexión,
aunque para ellas no hay repuestas técnicas, porque se insertan en el campo de las
normas y valores.
Para concluir, pienso que esta obra es de gran valor para iniciar los estudios del
letramento. Es, por lo tanto, una obra introductoria, que deja muchas preguntas para que el
lector reflexiones y se interrogue. Es una obra de introducción de ideas, una propuesta
para repensar la alfabetización y su proceso, y repensar diversos conocimientos tan
arraigados en nuestra cultura. Es una obra que propone cuestiones desafiantes a los
educadores.
Traducción realizada por estudiantes de la asignatura Lengua II, IFD Durazno, Año
2018, grupo 2do A bajo la supervisión de la docente. Claudia López