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CONTAMINACIÓN DE CUENCAS HÍDRICAS.

Los principales desafíos a la gestión de recursos hídricos en Guatemala incluyen el


impacto de la deforestación, la contaminación del agua, la falta de datos hidrológicos, y
las deficiencias en la coordinación institucional. La deforestación -y la consiguiente
sedimentación de las aguas superficiales- se debe a una planificación deficiente del uso
de la tierra para la agricultura, la demandas del mercado de madera, y el desarrollo
urbano.

El sistema hidrográfico de Guatemala se divide en tres vertientes


hidrográficas principales: La vertiente del Océano Pacífico, la del Mar Caribe y la
del Golfo de México. La vertiente hidrográfica del Océano Pacífico cubre el 22% del
país y cuenta con 18 cuencas hidrográficas.

Algunos de los ríos de esta zona, llevan sedimentos volcánicos que son depositados a
lo largo de la costa y que contribuyen a las inundaciones costeras debido a las
reducidas profundidades de las marismas. La escorrentía superficial anual en esta
cuenca es de 25,5 km3. La vertiente hidrográfica del Mar Caribe cubre el 31% de la
superficie del país y cuenta con 10 cuencas hidrográficas. La escorrentía superficial
media anual en esta cuenca se calcula en 31,9 km3. La vertiente hidrográfica del Golfo
de México cubre el 47% del territorio de Guatemala y cuenta con 10 cuencas
hidrográficas. Los ríos de esta cuenca tienen los mayores flujos y drenan
hacia México. La escorrentía superficial media anual en esta vertiente es de 43,3 km3.2

Todo el crecimiento de los sectores industriales ha conducido a un aumento de la


escarnecía de contaminantes dañinas en los ríos, arroyos, y ha causado lixiviación en
las aguas subterráneas. por estos contaminantes la gestión de los recursos hídricos en
Guatemala es compartida por varias agencias e instituciones gubernamentales.
La mayoría de estas agencias realizan su trabajo con poca o ninguna coordinación con
otros organismos, lo que genera duplicación de trabajo y el uso ineficiente de recursos.
Además, se necesita promulgar planes de manejo de las cuencas hidrográficas para
integrar los diferentes usos del agua, y controlar la deforestación y la calidad del agua.

La presión sobre los recursos hídricos en Guatemala se debe también a la distribución


de los usuarios domésticos. En general, las concentraciones de población son mayores
en regiones donde la disponibilidad de agua es baja, por la altitud o por el déficit de
lluvias, y lo contrario es cierto en las regiones donde los recursos hídricos son
abundantes.
Por ejemplo, la Ciudad de Guatemala es el hogar de más del 20% (3,2 millones) de la
población del país. Sin embargo, el valle donde se encuentra la ciudad se extiende por
la divisoria continental. La ubicación de la ciudad, cerca de la divisoria continental
explica porque los ríos cercanos tienen flujos mínimos.
Esto equivale a pequeñas cantidades de agua superficiales y fuentes inadecuadas de
aguas subterráneas que no pueden proveer la totalidad de las necesidades de la
ciudad.

Guatemala, como su nombre náhuatl lo indica, es una tierra de bosques. Es también un


país montañoso y su régimen de precipitación está bajo la influencia de los patrones
climáticos del Océano Pacífico y Atlántico, tales como El Niño, La Niña y la temporada
de los huracanes.

La precipitación media anual oscila entre 700 mm en las regiones orientales del país,
aproximadamente 1.000 mm en las regiones centrales, y 5.000 mm en las regiones del
noreste. La población actual en las zonas montañosas del noroeste es de
aproximadamente cinco millones de habitantes y esta región tiene altos niveles de
precipitación (hasta 4.000 mm por año); las pendientes pronunciadas son susceptibles
a la erosión.

Esta región es una zona con gran potencial de agua, pero también está sujeta a daños
irreversibles causados por la pérdida de suelo y la alteración del ciclo del agua.

Sobre la base de las normas biológicas y químicas establecidas, todo los cuerpos de
agua en Guatemala se consideran moderadamente o críticamente contaminados. En
las principales zonas urbanas la contaminación de los acuíferos superiores tiene varias
causas.

En la Ciudad de Guatemala, se inyecta agua de lluvia no tratada en el acuífero superior


en un intento de recargar el suministro de agua de la ciudad. Lixiviación del relleno
sanitario de la Ciudad de Guatemala ha causado una grave contaminación de los
acuíferos locales, y en general sólo los acuíferos confinados profundos pueden
considerarse libre de contaminación biológica y química.

Las enfermedades predominantes causadas por la contaminación son: enfermedades


cardiovasculares, dérmicas, tumores, diarrea ( por inhalación de olores nauseabundos).

Aporta grandes cantidades de tóxicos al agua, los cuales afectan no solo a la provincia
de Catamarca, sino también a las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero.
Se dio un alarmante incremento desde el comienzo de las actividades mineras, de
enfermedades con un aumento de casos de (2.500%) cáncer de huesos y de aumento
(800%) de otros tipos de cáncer, también se vio un aumento en casos de esclerosis
múltiple.
La minera La Alumbrera aporta grandes cantidades de tóxicos al agua, los cuales
afectan no solo a la provincia de Catamarca, sino también a las provincias de Salta,
Tucumán y Santiago del Estero. Se dio un alarmante incremento desde el comienzo de
las actividades mineras, de enfermedades con un aumento de casos de (2.500%)
cáncer de huesos y de aumento (800%) de otros tipos de cáncer, también se vio un
aumento en casos de esclerosis múltiple.
Prevenir la contaminación de Cuencas Hídricas

1) Plantar árboles en las orillas de los ríos o lagos.


Un río por regla general debe tener en ambos lados una franja considerable de bosque
nativo para evitar la erosión y así conservar su profundidad natural. Asimismo, en las
orillas de los ríos los árboles cumplen con la importante misión de conservar el agua, la
flora y la fauna que conforman los ecosistemas naturales.

2) Uso adecuado de los productos por parte de las industrias


La prevención de la contaminación incluye prácticas que reducen el uso de materiales
peligrosos para así proteger los recursos naturales. A su vez, otra medida preventiva
sería el cambio del producto incluyendo modificaciones en la composición para reducir
el volumen y la toxicidad de los residuos durante el ciclo de vida de estos. De esta
manera cuidamos y protegemos a los ecosistemas y al medioambiente en general.

3) Reducción del uso de los productos químicos en las plantaciones


Para reemplazar el uso de productos dañinos para el medioambiente existen diversos
productos de origen biológico que contribuyen al control de las plagas de manera eficaz
y sana, como por ejemplo: los bioestimulantes, biopesticidas y bioelicitores.
Los primeros son sustancias de origen biológico que promueven el desarrollo de las
planta y mejoran su metabolismo. Esto último hace que las plantas sean más
resistentes ante condiciones adversas, como sequías o las plagas. Los segundos son
empleados principalmente para el control de plagas en agricultura. La bacteria del
biopesticida provoca una enfermedad en los insectos y destaca por apenas tener
efectos en otros organismos y por ser respetuoso con el medioambiente. Los últimos
estimulan el metabolismo secundario de las plantas y está íntimamente relacionado con
la protección del cultivo y la productividad.

4) Controlar los vertidos


Para que la contaminación del agua se reduzca, debe haber una clara y concisa
formación profesional para los operarios encargados de las líneas productivas de las
industrias. Un primer paso sería establecer y dar a conocer procedimientos escritos que
describan, en función del producto vertido, las acciones a llevar a cabo, el orden en que
se han de realizar y los materiales a utilizar. Además de disponer en las zonas de
almacenamiento de un sistema de recogida de aguas residuales independiente del
sistema general, e instalar contadores de consumo de aguas.
Un segundo paso sería recircular el agua de los circuitos de refrigeración, previo
enfriamiento, en torres de refrigeración o intercambiadores de calor. A su vez, separar
las aguas residuales que contengan contaminantes tóxicos y/u orgánicos de aquellas
aguas no contaminadas.

Un tercer paso sería realizar inspecciones de la red hidráulica y colectores y establecer


planes de mantenimiento y desinfección de las instalaciones y equipos. Asimismo,
establecer un sistema de recogida de lixiviados que impida el vertido incontrolado de los
mismos hasta suelos desprotegidos.

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