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Esta conceptualización hoy totalmente aceptada contribuyó a inicio de los 80, cuando se
comenzaba la reconstrucción de las organizaciones sociales del campo, la legalización
de los partidos políticos y el restablecimiento de la democracia, a desactivar la idea
hegemónica hasta el momento de que los productores rurales solo se diferenciaban por
un problema de tamaño, en grandes, en medianos y pequeños. Esta deconstrucción
simbólica permite cuestionar el monopolio de representación que ejercían las grandes
organizaciones ganaderas sobre todo el sector. Por otra parte el concepto también siguió
1
Estos investigadores son expulsados de la Universidad Pública a inicios de los años 70 y fundarán, entre otros, estas
dos ONG: de investigación que se dedicarán al análisis y discusión de la realidad social y económica del país.
Mientras la Universidad se mantiene intervenida por los militares hasta 1985.
1
dentro de los partidos de izquierda para dejar de lado el concepto de minifundio y
permitió limar las asperezas entre las corrientes campesinitas y descampesinitas.
Para la década de los 90, coincidiendo con la creación del MERCOSUR, el concepto es
ya apropiado por los actores más relevantes del sector. Comienza a ser un término cada
vez más utilizado por las organizaciones de productores de pequeña escala de todos los
rubros de producción, y los propios sujetos comienzan a reconocer su identidad dentro
de este concepto. Agregando además en las últimas décadas una perspectiva de género y
generaciones a este concepto, lo que refuerza aún más su introducción en la agenda de
las políticas públicas de desarrollo rural en este siglo.
2
En 1900 se estimaban unas 925.884 personas aproximadamente, mientras que en 1930 ya era de 1.875.000.
2
Pero en la década del 60 el modelo económico comienza a agotarse y empiezan a
aparecer señales de estancamiento e inestabilidad económica3. En este contexto
emergen los primeros signos de la liberalización de la economía. Sin embargo la falta de
crecimiento y la puja distributiva comienzan a producir una crisis económica y social
que terminará con la caída de la democracia y dará paso a una dictadura cívico – militar
que durará trece años. Por medio de una cruel represión a los movimientos sociales y a
los partidos políticos creará las condiciones para desmontar definitivamente el modelo
desarrollista.
3. APERTURA Y DESREGULACIÓN
A partir del Golpe de Estado de 1973 se comienzan a dar los primeros pasos para la
implementación de un viraje neoliberal a través de una serie de medidas tendientes a
reducir la intervención del Estado y a fomentar la “auto” regulación del mercado. La
reestructuración económica se orientó hacia la desregulación, la privatización de
empresas públicas y la reducción de barreras arancelarias. Estas primeras reformas
estructurales, como se dieron a llamar en la época, estos cambios de orientación política
indicaron una abrupta apertura de la economía y la desprotección del mercado interno
sin ningún intento de reconversión o mitigación de sus efectos más negativos
3
Se da un cambio de gobierno en 1958 derrotando al partido de gobirno que por más de tres décadas impulsaba el
modelo económico. Es estas circunstancias comienzan a firmarse los primeros acuerdos con FMI, dando un viraje
importante en el rumbo de las políticas publicas.
4
Se desregularizaron y liberalizaron aquellos sectores que habían estado históricamente reglamentados por el Estado
y que eran desarrollados principalmente por agricultores de pequeña escala, como la producción de la granja, trigos y
harina. Además se desregularizaron y liberalizaron aquellos sectores que habían estado históricamente reglamentados
por el Estado y que eran desarrollados principalmente por agricultores de pequeña escala, como la producción de la
granja, trigos y harina (Vasallo,2010).
3
A inicios de la década del 90, se produce un nuevo empuje de las políticas de
desregulación y retiro del Estado de diferentes ámbitos institucionales vinculados al
sector agropecuario, generando una agudización de los procesos de exclusión de la
agricultura familiar en los diferentes sectores de producción. Estos años se caracterizan
por un continuo despoblamiento de las áreas rurales donde tradicionalmente se
asentaban los establecimientos familiares produciendo una significativa reducción de la
población rural, siendo unas 33.811 las explotaciones agropecuarias menores a 100
hectáreas. Junto a este proceso de despoblamiento, se da también una nueva caída de los
ingresos que origina un aumento significativo de la pobreza que alcanza a casi la mitad
de los agricultores familiares (FIDA,1992).
En esta etapa hay una marcada ausencia de políticas públicas de desarrollo rural que
serán sustituidas por programas asistencialistas y focalizados solo para la reducción de
la pobreza extrema. La orientación principal de estas acciones buscaba que los
productores familiares se reconvirtieran a actividades de exportación, abandonando el
mercado interno que estaba siendo abastecido por las importaciones de alimentos de los
países fronterizos como resultado de la reducción de aranceles.
Según sostiene Vasallo (2010) el conjunto de políticas públicas dirigidas al sector rural
respondían a los Programas de Ajuste Estructural. Los programas más destacados en
este período, como también lo señala Vasallo son, el Programa de Manejo de Recursos
Naturales y Desarrollo del Riego que buscaba el fomento al desarrollo del riego, el
Programa Nacional de Desarrollo Rural (PRONADER), financiado por el organismo
internacional FIDA que tenía como objetivo principal disminuir la situación de pobreza,
el Programa Nacional de Apoyo al Pequeño Productor Agropecuario (PRONAPPA) que
buscaba el aumento del ingreso de los pequeños productores mediante la adopción de
nuevas tecnologías. También existieron dos Programas de carácter más sectorial, el
Programa de Reconversión del sector vitivinícola impulsado por el INAVI y, el
Programa de Reconversión y Fomento de la Granja (PREDEG) ambos programas daban
apoyo a pequeños productores mediante asistencia técnica y subsidios para la
producción. Todos estos proyectos tienen financiamiento internacional (BID, FIDA,
BM, FAO) y adoptan el enfoque que les exigen los organismos internacionales con poca
capacidad crítica y de maniobra para establecer objetivos propios y ajustados a la
realidad de la agricultura familiar del país. La mayoría de estos programas estaban
dirigidos a poblaciones específicas, contribuyendo a la fragmentación de las políticas y
a la falta de efectividad de las acciones
Por otra parte, un componente importante de estos programas era el énfasis en el trabajo
de carácter más bien individual o en pequeños grupos, sin privilegiar a las
organizaciones más tradicionales, creando programas de asistencia técnica y
dependientes exclusivamente de financiamiento externo, entregando la gestión de los
mismos a organizaciones no gubernamentales. En esta etapa se produce el mayor
distanciamiento de este tipo de políticas públicas con las organizaciones de agricultores
familiares. Esto se debe principalmente a que, por un largo período, no se quiso
reconocer la especificidad de este tipo de productores, insistiendo en la idea de la
homogeneidad del sector, forzando de alguna manera, a la transformación de todo tipo
de producción en una producción empresarial regida básicamente por la búsqueda de
rentabilidad.
4
3.1 Los ciclos económicos y la Agricultura Familiar
A partir de 1973, la crisis del petróleo y las políticas de seguridad alimentaria montadas
en Europa y Estados Unidos, llevaron a un sistema de protección de sus mercados y una
sobre producción que se reflejó en una sistemática reducción de los precios
internacionales y la pérdida de importancia del sector agrícola en los precios del tercer
mundo. En estas circunstancias, la desprotección del mercado nacional se hizo aún más
dañina para los intereses de los agricultores familiares, dado que debían competir con
precios internacionales muy devaluados, empujando a más y más productores a dejar la
actividad. Par mostrar esta tendencia y observar también sus regresiones mostramos el
gráfico siguiente donde se observa la depresión inicial de la actividad y el marcado
crecimiento de las exportaciones de productos de origen agropecuarios a partir de los
últimos diez años.
En esta circunstancia, el país se enfrenta a inicios de la década del 2000 a una de sus
crisis económica y financiera más profundas. Se produce un cierre de la actividad
bancaria, una ruptura en la cadena de pagos, la desocupación supera el 15% y se genera
un endeudamiento generalizado. Como consecuencia de esta situación en el año 2002
se produce una caída abrupta de un 22% del PBI. Los efectos de la crisis en la
agricultura familiar son desbastadores y produce un fuerte abandono de la actividad y
venta de establecimientos. Sobre todo los productores que venían más castigados por la
competencia de productos importados y la falta de apoyo, productores vinculados a los
rubros de la fruticultura, la horticultura y la granja que se verán obligados a liquidar sus
activos.
Pero a partir del 2003 y 2004 se comienza a dar rápidamente un cambio en los mercados
internacionales de alimentos, a raíz de la incorporación de los biocombustibles y la
fuerte demanda de granos de China. Se produce una acelerada valoración de los precios
de las exportaciones agrícolas del país comenzando un nuevo ciclo económico de
crecimiento. Las actividades agrícolas comienzan a ser actividades atractivas para los
5
Sí se realizaron inversiones especulativas y rentistas por los bajos valores de la tierra.
5
grandes capitales y se dará una fuerte inversión extranjera directa en la compra de
tierras y en su puesta a producir para la exportación. Como se observa en el primer
cuadro, las exportaciones del sector se multiplican casi por 20 y su importancia en las
exportaciones totales crece de manera constante desde 2002.
Cuadro 1- Exportaciones de actividades primarias y totales 2000 - 2012 (en base 100)
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Exportaciones
de actividades
primarias 100 126 135 240 330 304 383 552 838 1096 1552 1652 2384
Total de
exportaciones 100 90 81 96 128 149 173 196 258 235 292 344 379
Fuente: elaboración propia en base a BCU (2013), DIEA 2012 y datos de la Dirección General de Registros.
10.000
9.000
8.000
7.000
6.000 Exportaciones de
5.000 actividades
primarias
4.000
Total de
3.000 exportaciones
2.000
1.000
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Esto produce una revalorización de los precios de la tierra que acompaña a los precios
de los productos de origen agropecuario como la soja, el arroz, la leche y la carne El
precio de la tierra comienza una tendencia creciente, en el siguiente gráfico se puede
observar que, para el 2002 una hectárea equivalía a unos U$S 386 promedialmente,
mientras que hacia 2011 el precio promedio era de unos U$S 3.196 promedio.
6
Gráfico 2 - Evolución del precio de la tierra y de la superficie vendida 2000 - 2011
3.500 1.000
900
3.000
800
2.500 700
600
2.000
500 Precio
promedio
1.500
400 de hectárea
Superficie
1.000 300 de tierra
200 vendida
500
100
0 0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
A partir del 2005 cuando asume el gobierno progresista por primera vez en la
historia de Uruguay, se abre la posibilidad de introducir un cambio en el modelo
político y económico vigente en las últimas décadas. Desde sus primeras acciones, el
nuevo gobierno comienza a mostrar una forma distinta en la orientación de las políticas
públicas dando un papel estratégico a las instituciones estatales y fomentando las
relaciones de estos ámbitos con los distintos actores y organizaciones colectivas en sus
ámbitos de acción específicos, restableciendo los distintos subsistemas de
representación e intermediación de intereses de los principales ámbitos de la vida social
y económica del país.
Con este nuevo marco de diseño de políticas, el gobierno buscará favorecer a los
sectores más vulnerables y que presentaban mayor nivel de postergaciones en sus
reclamos, entre estos sectores estaba en el ámbito rural, la situación de la agricultura
familiar. De esta forma el apoyo a la agricultura familiar y el desarrollo rural pasaron,
7
después de varias décadas de ausencia, a ser uno de los temas de agenda6 para el
gobierno y en particular para el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
El proyecto Uruguay Rural (PUR), que había comenzado como emprendimiento piloto
en 1993 como Programa Nacional de Apoyo al Pequeño Productor Agropecuario con
financiamiento de FIDA, en el año 2005 modifica sus objetivos y estrategias. Si bien
sigue recibiendo asistencia del FIDA, centra sus objetivos en los productores familiares
y asalariados rurales para mejorar sus ingresos y calidad de vida procurando que
permanezcan en el medio rural y fortaleciendo el entramado institucional para lograr el
desarrollo rural (MGAP,2005). Este cambio también se produce en los dos proyectos
mencionados que centrarán sus objetivos también en los pequeños productores
familiares.
Esta reorientación de los objetivos y las acciones de los programas producida durante el
primer gobierno puede entenderse como una primera etapa de un proceso de avance
hacia la elaboración y ejecución de políticas públicas específicas para el sector de la
agricultura familiar. Pero aún no se contaba con instrumentos de política adecuados
como ser una definición operativa sobre la agricultura familiar y unos espacios
territoriales bien articulados.
6
Un tema que también es central en esta agenda son los derechos de los asalariados rurales que no
desarrollaremos en este articulo pero conformó una de las orientaciones políticas más rupturistas con el
modelo neoliberal anterior (Ver P, Mascheroni, 2011).
8
de Desarrollo Rural impulsados bajo la nueva administración (Riella y
Mascheroni,2012).
En el 2008 a través de la resolución ministerial MGAP 527/008, se logra formalizar la
definición de los Productores Familiares Agropecuarios, como aquellas personas físicas
que cumplan simultáneamente con: una explotación de hasta 500 hectáreas índice
CONEAT 100, bajo cualquier forma de tenencia; la colaboración de hasta dos
asalariados permanentes o su equivalente en jornales zafrales; tener su principal ingreso
de trabajo en la explotación o cumplir su jornada laboral en la misma; residir en la
explotación o en una localidad ubicada a una distancia menor a 50 kilómetros de la
misma. De esta manera se comienzan a ejecutar beneficios vinculados a la seguridad
social, como un subsidio del 50% a los aportes patronales de los productores familiares
y el acceso a los beneficios de salud de sus familiares.
Para el 2010, con el segundo período de gobierno, el PUR finaliza su acción y se pasa a
fortalecer la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) con el fin de diseñar y
ejecutar políticas públicas diferenciadas para el sector de la agricultura familiar. Se
aprueba un presupuesto importante para su funcionamiento que dinamizará y centrará
sus acciones en el territorio y sobre todo las MDR verán ampliar sus capacidades
logrando incorporar nuevos colectivos en sus ámbitos territoriales7.
7
En este período se otorgó financiamiento permanente de 90 millones de dólares, que si bien son fondos
importantes, en proporción a la población objetivo y comprados al financiamiento de otros programas no
son tan significativos.
8
La inclusión en el Registro se transformó a partir de esta última administración en un requisito necesario
para acceder a cualquiera de las líneas de apoyo para la Agricultura Familiar, lo que produjo un aumento
significativo del registro.
9
Otra de las líneas de acción del gobierno progresista para fomentar el desarrollo de la
agricultura familiar fue impulsar iniciativas de apoyo también en las instituciones
vinculadas al sector agropecuario y fortalecer sus capacidades para atender las
demandas de este tipo de agricultores En este sentido se hace una fuerte apuesta a
fortalecer y reestructurar el antiguo Instituto Nacional de Colonización (INC). El INC
que fue credo 1948 con el objetivo de buscar “la racional subdivisión de la tierra y su
adecuada explotación, al mismo tiempo mejorar y aumentar la producción agropecuaria
del pequeño productor rural”. Durante la dictadura ya dejó de recibir recursos para su
funcionamiento y en la década del 90, con los gobiernos de corte más neoliberales,
había sido casi desmantelado.
Por último pero no menos importante, hay que señalar la participación y compromiso
del Ministerio con la Reunión Especializada de la Agricultura Familiar (REAF) del
MERCOSUR. Esta participación fue también una de las maneras que el Ministerio
encontró para incorporar el tema de la agricultura familiar en la agenda pública y
construir una institucionalidad dentro del Ministerio para abordar estos temas y los
compromisos asumidos en el espacio regional10.
9
Para el cumplimiento de sus cometidos la Unidad de Fomento de la Agricultura Familiar coordinará sus
acciones con las Unidades Ejecutoras, Proyectos, Organismos, Entes e Institutos de la Institucionalidad
Pública Agropecuaria y podrá convocar a participar a otras instituciones que considere convenientes.
10
Como es sabido, entre los objetivos de la REAF se encuentra la construcción de políticas públicas
diferenciales hacia la agricultura familiar, y uno de sus avances se hizo con respecto a la noción de la
agricultura familiar.
10
descentralización (Riella,2012). Pero el reconocimiento de este tema como un tema de
agenda no necesariamente se transforma directamente en la implementación de
políticas, para ello es necesario un paso más en la jerarquización del tema que pasa por
su priorización política en la agenda. Con la puesta en marcha de las nuevas políticas
del Ministerio este tema, si bien fue objeto de algunas medidas, no alcanzó a crear una
política específica hacia el sector11.
60000
50000
40000 1 a 99 hás.
100 a 999 hás.
30000 1.000 y más hás
20000
10000
0
1908 1913 1937 1951 1961 1970 1980 1990 2000 2011
Durante la primera mitad del siglo XX, es posible observar la tendencia creciente de los
establecimientos agropecuarios menores a 100 hectáreas, llegando a representar el
74,8% de los establecimientos del país en 1961. Este crecimiento se da en el marco del
proceso de agriculturalización.
11
En este periodo el avance se registró en las políticas hacia los trabajadores rurales mediante la
instalación de los Consejos de Salarios con una fuerte intervención desde el Ministerio.
11
intervención del Estado y a fomentar el laissez faire, mediante la apertura de la
economía y la desprotección del mercado interno.
Las transformaciones producidas en los últimos treinta años no solo han reducido el
peso de las unidades familiares sino también han cambiado su composición interna por
rubro de producción. Como es sabido, en cada uno de los principales rubros de
producción de la Agricultura Familiar en el país, hay diferentes procesos técnicos,
modalidades organizativas y de relacionamiento con las cadenas de comercialización e
industriales que hacen que los impactos en el sector sean diferenciados por el tipo de
producción predominante en el establecimiento.
Como se puede observar en el Cuadro 2, las unidades familiares que han logrado
mantenerse en el sector, han ido variando su peso interno. La producción ganadera es la
que se mantiene como principal rubro de producción, ampliando su participación del
43% en 1980, al 57% en 2013.
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agroindustria cooperativa y con un mercado interno regulado que permite una mayor
resistencia de las unidades familiares.
En síntesis, las unidades familiares en su conjunto y en términos relativos, hoy son más
ganaderas y hortifrutícolas que hace treinta años, mientras han desparecido casi por
completo el peso de las dedicadas a la agricultura y se ha mantenido casi constante el
porcentaje de las unidades familiares dedicadas a la lechería.
Esta forma de organización responde en buena medida a que en Uruguay existe una
larga tradición de acción colectiva en el medio rural. Ya para el último tercio del siglo
XIX se habían instalado las bases para el sistema nacional de representación de
intereses en el sector agrario. Con la creación en 1871 de la Asociación Rural del
Uruguay (ARU), los grandes ganaderos y exportadores de cuero y lana lograron un
sólido poder político en la creación del Estado moderno en el país. Años después, en
1915, se crea la CNFR que nuclea a los productores más pequeños del sur, con una base
13
más familiar y campesina dedicada a la lechería, granja y la agricultura. La CNFR será
uno de los primeros aliados en el agro de las políticas para la sustitución de
importaciones que impulsará el batllismo durante las primeras las cinco décadas de ese
siglo.
Durante toda la primera mitad del siglo XX, en que avanzó el modelo de sustitución de
importaciones y la modernización social del país, las organizaciones ganaderas siempre
fueron duros adversarios a este proyecto y se vieron enfrentadas muchas veces a las
posiciones de la CNFR, siempre más cercana a los gobiernos de la época.
Para fines de los años 50, esta tensión se transformó en un conflicto abierto y luego de
varias medidas de presión de las organizaciones ganaderas (ARU y FRU), de boicot a
las exportaciones de lana, lograron salir victoriosos obligando al gobierno a devaluar la
moneda, produciendo también un cambio en el gobierno que impulsará el comienzo de
la desregulación de los precios internos que protegían a muchos de los productos
vinculados a la agricultura familiar.
Con estos cambios, la CNFR verá menguada su capacidad de presión ante el Estado y
sus bases sociales comenzarán a sufrir perjuicios importantes a raíz de estas políticas.
Esto llevó a que de manera muy temprana, la CNFR se opusiera a las políticas de los
gobiernos blancos y colorados que siguieron a la devaluación de 1958, y la dictadura la
encontrará ya en un claro rol de oposición a este tipo de políticas.
Con la llegada del primer gobierno democrático y ante el fracaso de esta concertación,
la CNFR irá perdiendo peso y comenzará un largo período de desmovilización que
acompañará lo ocurrido en el resto de la sociedad. Se profundizará a un más en los años
90 frente a la legitimación que obtiene en las urnas el modelo neoliberal de
desregularización y liberalización de la economía. En esta década la acción colectiva
empieza a perder legitimidad y peso en toda la sociedad y la agricultura familiar no será
ajena a estas circunstancias.
A pesar de este contexto negativo, a mediados de los años 90, las reacciones que
produce la entrada en vigencia de los acuerdos del MERCOSUR, dadas las
14
consecuencias negativas para varios rubros de la agricultura familiar logran comenzar
un proceso de recuperación de la acción colectiva y movilizar a las organizaciones para
poder participar en la discusión de los acuerdos de la integración regional en el área
rural. De esta forma la CNFR tendrá una destacada participación en la creación de un
espacio de articulación supra – nacional (la RIAD), que nucleará a las principales
organizaciones de la agricultura familiar de los países del MERCOSUR y que servirá
para comenzar a potenciar la presencia de las organizaciones y legitimar sus dirigentes
en cada país.
En este contexto, ya a inicios del año 2000, la acción colectiva también se verá
favorecida gracias al impulso que toma en el MERCOSUR el tema de la agricultura
familiar, impulsada por la llegada del gobierno de Lula en Brasil. En este espacio se
reconocerá a las organizaciones nacionales como voceros de la agricultura familiar y se
les permitirá participar en el diseño y elaboración de los acuerdos de negociación en
materia agrícola. Se creará la REAF y la COPROFAM reforzando la legitimidad y
pertinencia de un tratamiento especifico para la agricultura familiar tanto a nivel
regional como nacional.
Esto llevó a que, para el 2007, se produjera una ampliación de sus sociedades de
fomento de base y una reactivación de otras que estaban cerradas hacía décadas,
pasando de medio centenar de sociedades de fomento rural funcionando a mediados de
los 90 a 98 sociedades de fomento con actividad al 2012. Este fortalecimiento también
lleva a un aumento de su número de afiliados que alcanzarán los 15.000 productores
familiares. Este fortalecimiento de la institución lleva también a definir de manera más
15
consistente una agenda específica en defensa de los agricultores familiares, que en
algunos casos la llevará a coincidir y en otros a diferenciarse con el gobierno.
Estas demandas han sido expresadas en la CNFR a través de sus discursos en las
asambleas, las ediciones de las revistas, notas de prensa y también en visitas al
Parlamento, a los Ministros y a las reuniones con el Presidente de la República. Pero en
general, en este período no se han realizado movilizaciones, sino que se ha optado por
una estrategia de diálogo y declaraciones públicas, sin una acción colectiva de
expresiones de fuerza.
8. REFLEXIÓN FINAL
Posteriormente a la crisis del 2002, comienza a vivirse una nueva situación donde
confluyen varias circunstancias que revierten la tendencia negativa de los precios y el
sector en su conjunto comienza a recuperar un fuerte dinamismo. Al mismo tiempo se
16
produce un cambio histórico de gobierno que produce una nueva generación de políticas
públicas, que buscan mediante una intervención estratégica del Estado aumentar la
regulación de las actividades productivas reduciendo el peso del mercado y agregando
un objetivo de inclusión social a las políticas públicas para el sector. Un efecto
importante de este nuevo momento político es la importancia que adquirirá la acción
gremial y la participación de las organizaciones en las iniciativas de desarrollo rural que
se intentarán desarrollar en el período.
Sin embargo esta acción parece haber llegado tarde, ya que estamos ante la menor
proporción de agricultores familiares de todo el siglo. Las empresas capitalistas
aparecen como un fuerte competidor de los que aún se mantienen en la producción, no
solo por la competitividad a nivel de su escala, sino principalmente por la competencia
en el mercado de tierras, donde es muy difícil para la agricultura familiar competir con
estas empresas.
Hoy hay algunos indicios que muestran que en algunos territorios se han podido
reconstruir algunas tramas y redes sociales que contribuyen a la viabilidad de la
agricultura familiar pero aún sus resultados son muy localizados y puntuales. Pero no
dejan de mostrar la posibilidad de que con políticas sostenidas se puedan encauzar
nuevos procesos de desarrollo rural centrados en la agricultura familiar y que
acompañen los logros ya realizados en el ámbito de la ampliación de derechos de los
asalariados rurales.
17
las políticas del gobierno actual sino que responden a procesos globales más amplios, en
los que se reconoce que las políticas solo pueden mitigar algunos de sus efectos
negativos.
BIBLIOGRAFÍA
18
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CICCUS. Buenos Aires, Argentina.
Otros documentos:
Ediciones de Revista El Noticiero de la CNFR
- Revista El Noticiero Nº5,abril de 2005
- Revista Noticiero N°18 ,2010
- Revista Noticiero Nº19,2011
19